7 mayo 2025

¿Cómo se quita una caries? Guía completa

¿Cómo se quita una caries dental? Te lo explico paso a paso, desde qué es una caries y su tratamiento en el dentista, hasta mitos, cuidados y prevención.

Hola, soy Marta Cerezo odontóloga en Cleardent y entiendo perfectamente la preocupación que sientes al descubrir que tienes una caries. Muchos pacientes me preguntan con inquietud: “Doctor, ¿cómo se quita una caries? ¿Hay alguna forma de hacerlo en casa o es necesario ir al dentista?”. Quiero aprovechar mi experiencia para responderte de manera clara y honesta.

En esta guía completa te explicaré qué es exactamente una caries y cómo se forma, y sobre todo cómo podemos eliminarla de forma segura y eficaz. Hablaremos paso a paso del procedimiento dental para quitar una caries (para que sepas qué esperar cuando vayas a consulta), y también desmentiremos algunos mitos comunes sobre supuestos remedios caseros. Además, te contaré qué tratamientos existen según la gravedad de la caries – desde una pequeña lesión reversible hasta casos que requieren endodoncia o incluso extracción – y qué puedes hacer para que no empeore si no puedes atenderte de inmediato. Finalmente, te dejaré consejos para prevenir futuras caries y una sección de Preguntas Frecuentes, porque sé que probablemente tengas varias dudas adicionales.

Mi objetivo con este artículo es que, al terminar de leer, te quede todo mucho más claro y te sientas más tranquilo/a y confiado/a sobre qué hacer con esa caries. ¡Vamos paso a paso, que aquí encontrarás todas las respuestas que necesitas!

¿Qué es una caries y cómo se forma?

Una caries dental es básicamente una destrucción localizada del diente causada por bacterias. En nuestra boca viven naturalmente muchas bacterias que forman la placa dental (esa película pegajosa que se acumula si no cepillamos bien). Cuando consumimos azúcares y almidones (presentes en dulces, refrescos, pan, pasta, etc.), esas bacterias se alimentan de ellos y producen ácidos. Con el tiempo, los ácidos van desgastando el esmalte (la capa externa dura del diente).

El proceso suele ocurrir así: al inicio aparece una mancha blanca opaca en el diente, señal de que el esmalte está perdiendo minerales. En ese punto podemos detener e incluso revertir el daño inicial usando flúor y mejorando la higiene (el esmalte aún puede repararse a sí mismo reabsorbiendo minerales). Pero si no hacemos nada, los ácidos continúan atacando y el esmalte termina por perforarse. Cuando las bacterias atraviesan el esmalte y llegan a la dentina (la capa interna, más blanda), se crea un agujero: esto es ya una caries en toda regla. Desde ahí la lesión puede seguir avanzando hacia la pulpa del diente (donde está el nervio), causando dolor e infección.

Es importante entender que una caries no desaparece por sí sola. Una vez formado el agujero en el diente, el cuerpo no puede regenerar esa parte perdida de manera espontánea. La caries es un daño permanente que debe ser reparado con un empaste puesto por un dentista. Dicho de otro modo: si la lesión ya cavitó el diente, necesitaremos limpiar y rellenar esa zona para detener la destrucción. Ninguna cantidad de cepillado, enjuagues o remedios caseros logrará “reconstruir” el diente, solo un tratamiento profesional puede hacerlo.

Resumiendo, una caries se forma por la interacción de bacterias + azúcares + tiempo. La mala higiene bucal y la dieta alta en azúcares son los principales culpables, pero también influye la susceptibilidad de cada persona (por ejemplo, dientes muy apiñados donde es difícil limpiar, o poca saliva que favorezca el ambiente ácido). Es un problema extremadamente común – de hecho, la caries no tratada en dientes permanentes es la enfermedad más prevalente a nivel mundial según la OMS – pero la buena noticia es que podemos tratarla y prevenirla eficazmente. Veamos ahora cómo quitar una caries cuando ya está presente.

¿Cómo se quita una caries en el dentista? (Paso a paso)

La forma más segura y efectiva de quitar una caries es acudir al dentista para que realice un tratamiento de restauración. Sé que a veces da miedo imaginar “la fresa” o el sillón dental, pero te explicaré cada paso del proceso tal como lo hago en mi consulta, para que sepas exactamente qué ocurre y por qué. Verás que, con las técnicas modernas, suele ser rápido y prácticamente indoloro. Estos son los pasos típicos para eliminar una caries:

Diagnóstico y evaluación inicial

Todo empieza con un buen diagnóstico. Cuando llegas con sospecha de caries, el odontólogo primero examina tu diente visualmente usando un espejo y sonda, buscando puntos blandos, oscurecidos o cavidades visibles. A veces la caries no se ve a simple vista (por ejemplo, si está entre dos dientes), por lo que es común tomar una radiografía dental. La radiografía nos deja ver la extensión exacta de la caries debajo del esmalte y si ha llegado cerca del nervio.

Con la exploración y/o radiografía, confirmamos la presencia de la caries y su severidad. Esto es importante para decidir el tratamiento adecuado. Por ejemplo, no es lo mismo una caries pequeñita superficial que se soluciona con un empaste sencillo, que una profunda que tal vez requiera endodoncia. Una vez evaluado, te explicaremos qué conviene hacer (siempre te informaremos y obtendremos tu consentimiento antes de cualquier procedimiento).

Ejemplo real: A veces los pacientes vienen por una molestia leve en una muela y dicen “creo que tengo una caries”. Al examinar, encuentro un puntito oscuro. Con una radiografía confirmamos que, efectivamente, hay una lesión moderada en la muela. Con esa información podemos planificar eliminarla ahí mismo antes de que avance más.

Anestesia local (si es necesaria)

Si la caries ha progresado más allá del esmalte (lo cual es muy común), el siguiente paso es asegurar que el procedimiento no te cause dolor. Para ello, normalmente aplicamos anestesia local. Esto implica inyectar un anestésico (como lidocaína) en la encía cerca del diente afectado. ¿Duele la inyección? Apenas un pinchacito muy pequeño; además, solemos poner un gel anestésico tópico previo en la zona para que ni sientas la aguja.

Una vez administrada, esperaremos unos minutos a que la zona quede totalmente adormecida. Notarás que el labio, mejilla y diente se “duermen” – eso es buena señal. Con la anestesia, no sentirás dolor alguno mientras quitamos la caries. Este paso es fundamental para que tengas una experiencia cómoda. Muchos pacientes se sorprenden de lo indoloro que resulta todo gracias a la anestesia. (En caries muy superficiales, a veces ni siquiera hace falta anestesia, pero el dentista evaluará tu sensibilidad para decidirlo).

Remoción del tejido cariado (limpiar la caries)

Ahora sí, con el área adormecida, procedemos a eliminar la caries en sí. Esto significa remover toda la parte del diente que esté descompuesta o infectada por las bacterias. ¿Cómo lo hacemos? Tradicionalmente, con la famosa fresa dental (el “taladrito” de alta velocidad). La fresa tiene una punta de carburo o diamante que rota rápidamente y permite cortar y desgastar el tejido dental dañado.

Iremos limpiando cuidadosamente la cavidad, retirando el esmalte y dentina que estén cariados. El ruido de la fresa puede ser un poco molesto para algunos, pero recuerda: no habrá dolor, solo el sonido y quizás una leve sensación de vibración. De vez en cuando te iremos aspirando la saliva y echando agüita para enfriar la zona (la fresa genera algo de calor). Si en algún momento sientes aunque sea un pequeño pinchazo, ¡levanta la mano! Podemos aplicar más anestesia; pero por lo general, los pacientes solo sienten presión y nada de dolor.

Nota: Hoy en día también existen otras técnicas para remover caries. Por ejemplo, en ciertas clínicas usan láser dental o abrasión por aire (un chorro de micro-partículas) para eliminar el tejido cariado sin el ruido de la fresa. Incluso hay un gel que disuelve la dentina cariada en casos específicos. Sin embargo, el método más común sigue siendo la fresa, por su eficacia y rapidez. Tu dentista elegirá la opción apropiada según el caso y la tecnología disponible.

Durante este proceso de limpiar la caries, es crucial ser minucioso: debemos quitar todo el tejido enfermo y dejar solo diente sano. Si queda algún resto de caries, podría continuar el daño debajo del empaste. A veces utilizamos unos detectores químicos o instrumentos manuales para verificar que la dentina restante esté firme y limpia. Una vez satisfechos de que hemos eliminado la caries por completo, procedemos al siguiente paso.

Relleno y restauración del diente (empaste)

Con el “agujero” ya libre de caries, nos queda una cavidad limpia que hay que rellenar. Este paso se conoce comúnmente como poner un empaste (o obturación). El objetivo es restaurar la forma, función y estética del diente que perdió ese fragmento, y sellarlo para que no queden bacterias encerradas ni entren más.

Primero, preparamos la cavidad con forma adecuada para que el material de relleno se asiente bien. Dependiendo del tamaño y ubicación de la caries, elegiremos el material restaurador. Las opciones más habituales son:

  • Resina compuesta (composite) del color del diente: es un material plástico reforzado con partículas minerales. Tiene la ventaja de que se adhiere al diente y estéticamente se mimetiza (nadie notará que tienes un empaste). Es la elección más común hoy día para caries pequeñas y medianas.
  • Amalgama de plata: es una aleación metálica (plata, estaño, cobre y mercurio) muy resistente. Se usó por décadas en muelas posteriores por su durabilidad. Hoy se usa menos por cuestiones estéticas (es gris oscura) y por preferencia hacia materiales sin mercurio, pero aún puede encontrarse.
  • Ionómero de vidrio: otro material que libera flúor, usado a veces en caries muy pequeñas o en dientes temporales de niños.
  • Incrustaciones (onlays/inlays): cuando la destrucción es grande pero no amerita corona completa, se hace un molde y laboratorio fabrica un fragmento a la medida (de porcelana o resina) que se cementa en la cavidad.

Supongamos que en tu caso usamos resina, que es lo más común para una caries típica. Procedemos entonces a aislar el diente (muchas veces colocando un dique de goma, que es como un “parche” de látex alrededor del diente, para trabajar en seco). Aplicamos un gel ácido suave en la cavidad (para que la resina se adhiera mejor), luego una capa de adhesivo, y finalmente vamos colocando la resina en capas. Cada capa de resina la fotopolimerizamos con una luz especial (esa luz azul) para que endurezca.

El dentista dará forma a la resina imitando la anatomía original del diente – por ejemplo, si es una muela, recreará sus cúspides y ranuras para que encaje con el diente opuesto al morder. ¡Es casi un trabajo de artesano! No te extrañe vernos concentrados tallando y puliendo el empaste. Lo importante es que quede bien sellado (sin espacios entre el material y el diente, para que no entren bacterias) y con forma correcta.

Verificación y ajustes finales

Con el empaste ya colocado, estamos casi listos, pero faltan los toques finales. Retiramos cualquier aislamiento que hayamos usado y luego comprobamos tu mordida. Para esto te daremos a morder un papel de articular (tinta) que marca los puntos de contacto. Si el empaste quedó un poco “alto” (es decir, si sientes que choca antes que los demás dientes al morder), lo ajustaremos desgastándolo muy ligeramente hasta que encaje cómodo.

También nos aseguramos de que no queden bordes ásperos o material sobrante entre los dientes. Pasaremos hilo dental por el contacto entre ese diente y el vecino para verificar que esté liso y libre. Finalmente, pulimos la superficie del empaste para que quede suave y brillante, lo que ayuda a que no acumule placa y se vea como un diente natural.

Ahora sí, ¡hemos quitado la caries exitosamente! El diente quedó limpio y restaurado. Te mostraremos con un espejo cómo se ve. La mayoría de las veces, ni notarás dónde estuvo la caries; el diente se ve y se siente como nuevo. Puedes morder sin dolor y la estructura del diente está protegida nuevamente.

Recomendaciones después del tratamiento

Aunque la caries en cuestión ya fue removida, al terminar solemos darte algunas indicaciones postoperatorias sencillas:

  • Esperar a que pase el efecto de la anestesia antes de comer (para no morderte la mejilla o lengua sin querer). Suelen ser un par de horas.
  • Si el empaste fue grande o estaba cerca del nervio, puede haber sensibilidad leve al frío/calor en los primeros días. Esto es normal y debería ir disminuyendo. Te recomendamos pasta dental desensibilizante si fuera necesario.
  • Mantener tu higiene oral excelente: cepillado suave alrededor del empaste, uso de hilo dental, etc., para que ese diente sane bien y para prevenir caries en otros.
  • Acudir a los controles periódicos que te recomendemos. Revisaremos que todo esté en orden y que no surjan nuevas lesiones.

En la mayoría de casos, quitar una caries es un procedimiento de una sola visita (30-60 minutos según la extensión) y sales de la clínica pudiendo hacer vida normal. Si eran caries múltiples, podríamos planificar varias visitas. Y si la caries estaba muy avanzada y fue necesaria una endodoncia o tratamiento más complejo, también te daremos instrucciones específicas (lo veremos en secciones más adelante).

Lo que NO funciona: mitos y remedios caseros que no curan una caries

Es comprensible buscar alternativas caseras o trucos de internet cuando nos enteramos de que tenemos una caries, especialmente si nos da temor el dentista. Sin embargo, debo ser muy claro al respecto: ningún remedio casero eliminará una caries que ya ha perforado el diente. Veamos algunos mitos comunes y por qué no funcionan:

  • “Si me enjuago con clorhexidina/bicarbonato/agua oxigenada, se me quitará la caries.” Los enjuagues antisépticos o soluciones alcalinas pueden disminuir la cantidad de bacterias en la boca momentáneamente o neutralizar ácidos, lo cual es bueno para prevenir empeoramiento. Pero una vez que hay un agujero en el diente, no “mata” la caries ni rellena el hueco. Puedes usar enjuagues de apoyo a tu higiene, pero seguirás teniendo la caries activa bajo la superficie.
  • “Pasta de dientes o gel remineralizante la va a curar.” El flúor y otros minerales en pastas especiales ayudan a remineralizar el esmalte antes de que se forme la caries (en la etapa de mancha blanca) y son excelentes para prevenir. Pero si la caries ya cavitó, no hay suficiente remineralización posible: la estructura está destruida y las bacterias anidadas dentro del diente no se eliminan solo con pasta dental. Es como si un clavo oxidado perfora una madera: puedes tratar la madera alrededor, pero el agujero seguirá ahí hasta repararlo.
  • “Aplicar ajo, clavo de olor u otros remedios naturales.” Hay remedios populares como poner un trozo de ajo machacado o un clavo de olor en la muela picada, enjuagues de aceite de orégano, hojas de neem, entre otros. Realidad: algunos de estos ingredientes tienen propiedades antimicrobianas o analgésicas leves. Por ejemplo, el aceite de clavo se ha usado para aliviar dolor de muelas (contiene eugenol, un anestésico natural) y el aceite de orégano es antibacteriano. Podrían darte algo de alivio temporal del dolor o reducir ligeramente las bacterias de la superficie, pero no removerán la caries. La infección seguirá dentro del diente. Úsalos solo como paliativo corto mientras esperas tu cita, no como cura.
  • “Tengo una caries, pero si no me duele puedo esperar y se curará sola.” Este es un mito peligroso. Las caries inicialmente no duelen hasta que alcanzan capas profundas. Que no duela no significa que no esté avanzando. Nunca se curarán solas; más bien, si esperas a que duela, es señal de que ya está cerca del nervio, haciendo el tratamiento más complejo. Lo ideal es tratarla antes de que duela. Recuerda: cuanto más esperes, más crecerá la caries, y podría llegar a un punto de comprometer gravemente el diente.
  • “Empastar un diente es peor, he oído que la caries puede ‘secarse’ sola.” No, al contrario. Un empaste bien hecho elimina la infección y protege el diente. Sin empaste, la caries se profundizará. No existe eso de “secarse sola”: las bacterias no se van a ir a menos que se elimine su escondite (el tejido cariado) y se selle la entrada.

En conclusión, ningún atajo casero sustituye la visita al odontólogo. Lo que sí funciona en casa es prevenir (buena higiene, dieta baja en azúcar, flúor) o aliviar molestias en lo que esperas el tratamiento (por ejemplo, tomar un analgésico de venta libre para el dolor, enjuagar con agua tibia salada si hay inflamación de encía, etc.). Incluso existen materiales provisionales en farmacia (unas masillas) para tapar temporalmente un agujerito y protegerlo unos días, pero insisto: son parches temporales, no soluciones definitivas.

La ciencia odontológica ha avanzado mucho y hoy contamos con tratamientos indoloros y efectivos. Así que no dejes que estos mitos retrasen tu tratamiento. Mientras más pronto quitemos la caries profesionalmente, mejor prognosis para tu diente. ¡Tu salud dental lo agradecerá!

Tratamientos según el nivel de daño de la caries

No todas las caries son iguales. Dependiendo de qué tan avanzada esté la lesión, el tratamiento para quitarla puede variar. Aquí te explico las opciones de tratamiento según la profundidad del daño, desde la más simple hasta la más compleja:

Caries incipiente (muy superficial, inicio de mancha blanca)

Si la caries se detecta muy temprano, cuando apenas hay una desmineralización del esmalte sin cavidad visible, sí es posible evitar que progrese e incluso revertirla en cierta medida. En este caso, el dentista puede optar por un tratamiento no invasivo, como:

  • Aplicación de flúor tópico en altas concentraciones (barniz o gel) en la zona lesionada. El flúor refuerza el esmalte y favorece que se vuelvan a incorporar minerales, deteniendo el avance.
  • Selladores de fisuras si la lesión incipiente está en el surco de una muela (se coloca una resina fluida que tapa la fisura y evita que las bacterias sigan ahí).
  • Mejora intensiva de higiene y dieta: instrucciones al paciente para cepillarse con pasta fluorada después de cada comida, uso de hilo dental, reducir totalmente azúcares por un tiempo, incluso mascar chicle sin azúcar con xilitol que ayuda a remineralizar.

En controles posteriores, verificamos si la mancha blanca no avanzó a cavidad. Este enfoque es válido solo para caries incipientes. Tan pronto haya una perforación aunque sea mínima, pasamos ya a la necesidad de obturar.

Caries superficial a moderada (afecta esmalte y dentina, sin llegar a la pulpa)

Esta es la caries típica que se trata con un empaste (obturación). Aquí el procedimiento es el que describimos en la sección “¿Cómo se quita una caries?” paso a paso: remoción del tejido cariado y relleno con material. Es un tratamiento ambulatorio sencillo:

  • Si la cavidad es pequeña o mediana, empaste directo con resina compuesta (o amalgama, según el caso). En una sola cita queda listo.
  • Si la destrucción de la corona dental es más amplia (por ejemplo, faltan cúspides enteras de la muela), puede requerir una reconstrucción mayor:
    • A veces se hace con resina directa añadiendo por capas.
    • Otras veces es preferible una incrustación: se toma un molde de la cavidad y en el laboratorio dental fabrican una pieza a medida (de cerámica o resina sólida) que luego se cementa en la muela. Esto suele requerir dos citas (una para preparar y otra para cementar la incrustación), pero ofrece una restauración muy precisa en casos de cavidades grandes.

En ambos supuestos, el objetivo es el mismo: eliminar la caries y restaurar la anatomía del diente. Mientras la caries no haya alcanzado la pulpa, no hace falta un tratamiento más invasivo. Un empaste bien hecho detiene el avance y te permite conservar tu diente vivo.

Caries profunda (afectó la pulpa dental)

Cuando la caries se ha dejado tanto tiempo que las bacterias llegan al nervio del diente (pulpa), suele producir un dolor intenso, absceso (infección) o la pulpa empieza a necrosarse. En este escenario, solo quitar la caries y empastar no es suficiente, porque dentro de los conductos radiculares quedan bacterias y tejido dañado. El tratamiento indicado aquí es la endodoncia, comúnmente llamada “tratamiento de conducto” o incluso “matar el nervio”.

La endodoncia consiste en, tras remover la caries y abrir acceso, limpiar y desinfectar los canales internos del diente (donde está el nervio). Se realiza bajo anestesia local también, y con instrumentos muy finos (limas) se retira la pulpa infectada, se limpian las paredes internas hasta la punta de la raíz y luego se rellenan esos conductos con un material sellador (gutapercha). Después de esto, el diente ya no tiene nervio, por lo que la infección se erradica y el dolor desaparece.

Tras una endodoncia, el diente queda frágil (sin pulpa y algo debilitado por la caries extensa). Por ello, normalmente se reconstruye: puede ser con un empaste grande, pero frecuentemente se recomienda colocar una corona (funda) dental que cubra todo el diente. La corona devuelve la resistencia y protección, para que puedas masticar con esa pieza sin riesgo de fractura. En resumen, ante una caries profunda el orden es: quitar caries -> endodoncia -> reconstrucción/corona. Así salvamos tu diente a pesar de la gran destrucción interna, manteniendo su raíz en tu boca. Tu propio diente, aunque sin vida pulpar, seguirá funcionando para morder y estéticamente estará normal.

Caries muy avanzada (destrucción severa, riesgo de pérdida del diente)

Lamentablemente, hay casos en que la caries ha hecho estragos irreversibles. Por ejemplo, el diente está tan destruido que queda poca estructura sana donde agarrar un empaste o corona; o la infección crónica ha dañado el hueso y encía alrededor del diente; o la caries llegó debajo de la línea de la encía de forma irrecuperable. En estas situaciones extremas, a veces no es posible salvar el diente. El tratamiento indicado es la extracción dental.

Extraer un diente con caries terminal se vuelve necesario cuando mantenerlo podría hacer más mal que bien (foco de infección constante, dolor recurrente, riesgo de afectar dientes vecinos). Pero tranquilidad: si llegamos a este punto, ya planificaremos cómo reemplazar ese diente para que no pierdas funcionalidad ni estética. Las opciones después de una extracción suelen ser:

  • Un implante dental: es un perno de titanio que colocamos en el hueso a modo de “raíz artificial”, sobre el cual va una corona. Queda como un diente nuevo, fijo e independiente.
  • Un puente dental: una prótesis fija apoyada en los dientes adyacentes.
  • Prótesis removible parcial, en ciertos casos.

La decisión depende de cada paciente (edad, situación de otros dientes, presupuesto, etc.). Lo importante es saber que, aunque perdamos la batalla con ese diente, podemos restaurar tu sonrisa y mordida. En la clínica siempre intentamos agotar primero las posibilidades de salvar el diente (porque nada es mejor que tu diente natural), pero si no hay opción, la extracción seguida de un plan protésico es el camino a seguir.

Desde un empaste sencillo hasta una endodoncia o extracción con posterior rehabilitación, existen soluciones para cada nivel de caries. Lo ideal es tratar la caries lo antes posible, así usamos el método más conservador. Si acudes al dentista en etapas iniciales, seguramente un empaste será suficiente. Si esperas hasta el dolor fuerte, probablemente necesites endodoncia. Y si nunca vas y la muela se rompe casi por completo… entonces tocará extraer. Cada escalón de invasividad conlleva también más costo y tiempo, por eso prevenir y tratar precozmente es la mejor estrategia.

Consejos si no puedes tratarte la caries de inmediato (cómo evitar que avance)

A veces, por circunstancias de la vida, no puedes ir al dentista justo ahora: puede ser por viaje, por temas económicos, por miedo que estás tratando de superar, o simplemente porque tardaste en conseguir cita. Entiendo esa situación, y aunque lo ideal es atender la caries lo antes posible, te brindaré algunos consejos para minimizar el daño mientras tanto. Estos tips te ayudarán a ralentizar el avance de la caries y a manejar cualquier molestia temporalmente, pero recuerda que no son una solución definitiva. Úsalos solo como medidas de contención hasta que obtengas el tratamiento adecuado.

  • Extrema tu higiene oral: Esto es crucial. Las caries avanzan más rápido en presencia de placa bacteriana y restos de comida. Cepilla tus dientes de forma meticulosa después de cada comida (espera unos 20 minutos tras comer para neutralizar ácidos y luego cepilla). Usa un cepillo de cerdas suaves pero con técnica minuciosa, sin olvidar cepillar la zona donde está la caries (aunque esté algo sensible, mantenla limpia). Complementa con hilo dental diariamente, especialmente si la caries está entre dientes, para que no queden residuos alimentando las bacterias. Una boca más limpia ralentiza la progresión de todas las caries.
  • Usa pasta dentífrica con alto contenido de flúor: El flúor ayuda a fortalecer el esmalte circundante y puede retrasar el avance. Busca pastas de 1450 ppm de flúor (la mayoría de adultos lo tienen) o si el dentista te lo recomienda, incluso pastas de 5000 ppm (de uso indicado para caries rampantes, se venden bajo indicación). Ponte una pequeña gota directamente sobre la caries después del cepillado nocturno y déjala ahí, además de cepillarte normal con esa pasta.
  • Enjuagues con flúor o antisépticos: Puedes incorporar un enjuague bucal con flúor diario por las noches (sin enjuagar con agua después, para que el flúor se quede actuando). Alternativamente, 1-2 veces por semana usar un enjuague de clorhexidina al 0,12% puede reducir la carga bacteriana. No abuses de la clorhexidina (usarla máximo 15 días seguidos) porque mancha los dientes, pero en periodos cortos ayuda a desinfectar. También el enjuague de agua con bicarbonato (1 cucharadita en vaso de agua) tras comidas puede neutralizar ácidos. Estas medidas crean un entorno menos agresivo para el diente afectado.
  • Dieta “anti-caries”: Es momento de cortar los suministros al enemigo. Reduce drásticamente el consumo de azúcares y harinas refinadas, sobre todo entre horas. Si vas a comer algo dulce, hazlo junto con las comidas principales y luego lava dientes. Evita estar “picando” golosinas o bebidas azucaradas a lo largo del día. Cada ingesta de azúcar es un banquete para las bacterias y genera ácidos por ~20-30 minutos. Si comes 10 veces, son 10 ataques. Lo ideal es darles la menor oportunidad posible. En cambio, incluye alimentos que estimulen saliva (quesos, vegetales crujientes) o mastica chicle sin azúcar tras comer para ayudar a limpiar y neutralizar ácidos.
  • Productos de farmacia temporales: Existen unas masillas llamadas “empastes provisionales” (por ejemplo, de óxido de zinc eugenol) que se venden para emergencias. Se masan y colocan en la cavidad para taparla temporalmente. No curan la caries, pero si tienes un agujero muy grande donde se mete comida o duele con el aire, este parche puede aislarlo unos días o semanas. Solo úsalo si realmente no puedes ir pronto; y asegúrate de que el dentista lo retire después para limpiar bien debajo.
  • Alivio del dolor: Si la caries te causa molestias, puedes tomar un analgésico de venta libre como ibuprofeno o paracetamol siguiendo las dosis indicadas. También un clavo de olor cerca de la muela o geles de benzocaína pueden adormecer un poco la zona temporalmente (pero no abuses de los tópicos, sigue instrucciones). Ojo: si el dolor es fuerte, espontáneo y punzante, puede indicar afectación pulpar seria – en ese caso intenta acudir al dentista de urgencia, porque podrías necesitar un tratamiento inmediato (no hay analgésico casero que controle un dolor de muela intenso por infección pulpar por mucho tiempo).
  • No manipules la caries: Evita estar tocando el agujero con palillos, alfileres u otros objetos (he visto pacientes tratar de “raspar” la caries por su cuenta y hacerse más daño o lastimar la encía). Puedes agravar la lesión o infectarte más. Déjala en paz, solo mantén higiene como dije.

Siguiendo estos consejos, ganarás algo de tiempo. En esencia estás congelando un poco la situación: mantienes el ambiente lo menos propicio para que la caries avance rápidamente. Pero tarde o temprano, debes tratarla. Cada persona y cada diente son diferentes; en algunos, con buenas medidas, la caries puede mantenerse casi igual unos meses, en otros podría progresar pese a todo. Por eso, úsalo solo como plan temporal de emergencia.

En cuanto te sea posible, agenda tu cita odontológica. Piensa que será mucho peor (más costoso, más molesto) si esperas a que ese diente se destruya más. Tu yo futuro te lo agradecerá.

Consejos para prevenir futuras caries

Después de haber hablado de cómo quitar una caries, seguramente estarás pensando: “Bien, arreglaré esta caries… ¿y cómo evito que me salga otra?”. ¡Excelente pregunta! La prevención es la piedra angular de la odontología: lo ideal es no tener que llegar al punto de una caries. Aquí te comparto los mejores consejos para prevenir caries a futuro, los mismos que le doy a mis pacientes para mantener sus sonrisas sanas:

  • Higiene bucal impecable diariamente: Suena repetitivo, pero un buen cepillado dental es tu mayor aliado. Cepíllate al menos dos veces al día (mejor tres), por 2-3 minutos cada vez, abarcando todas las caras de todos los dientes. La técnica es crucial: haz movimientos suaves y circulares o vibratorios, limpiando el borde de la encía y no olvides las muelas de atrás. Usa un cepillo de cerdas suaves y cámbialo cada 3 meses aproximadamente. Complementa con hilo dental una vez al día para limpiar entre dientes (donde el cepillo no llega). Si lo haces antes de dormir, mucho mejor, así tus dientes pasan la noche limpios sin azúcares pegados. Este hábito remueve la placa bacteriana a diario y previene la formación de caries nuevas.
  • Usa pasta dental con flúor y considera suplementos de flúor si es necesario: El flúor ha demostrado reducir dramáticamente la incidencia de caries fortaleciendo el esmalte. Asegúrate de que tu pasta tenga flúor (casi todas las de adultos lo tienen; para niños sigue las recomendaciones pediátricas). Además, según tu riesgo, el dentista podría recetar enjuagues de flúor semanales o aplicaciones de flúor en consulta (barnices) periódicamente. Ejemplo: pacientes con muchas caries previas o con ortodoncia fija se benefician de enjuagues de flúor diarios. Ojo: usa los productos fluorados según indicación; más no es mejor (no tragues el enjuague, etc.). Bien utilizado, el flúor es seguro y uno de tus mejores escudos anticaries.
  • Dieta inteligente y control de azúcar: Ya vimos que el azúcar es el combustible de las bacterias cariogénicas. No se trata de nunca más probar dulce (todos merecemos nuestro chocolate de vez en cuando), pero sí de controlar la frecuencia y cantidad. Intenta limitar los alimentos azucarados y ultra procesados a momentos ocasionales. Evita especialmente lo pegajoso (caramelos, gomitas) que se queda en los dientes, y las bebidas azucaradas o ácidas que tomas sorbo a sorbo prolongadamente. Prefiere agua en vez de refrescos. Después de consumir dulces, enjuaga tu boca con agua o cepíllate cuando puedas. Además, incorpora alimentos protectoras: queso al final de la comida (neutraliza ácidos), vegetales crudos, nueces. Y si te da ansiedad masticar algo, recurre a chicle sin azúcar con xilitol – mastícalo 20 min después de comer, esto aumenta la saliva y reduce bacterias.
  • Visita al dentista regularmente para revisiones y limpiezas: No esperes a que algo duela. Programa chequeos cada 6 meses (o al menos 1 vez al año si sueles tener buena salud bucal). En estas revisiones podemos detectar caries incipientes y tratarlas antes de que sean graves. También te haremos una limpieza dental profesional (profilaxis) para eliminar el sarro y la placa acumulada en rincones difíciles. Los dentistas podemos aplicar sellantes en molares sanas con surcos profundos (en niños y jóvenes, sobre todo) para prevenir caries ahí. Estas visitas regulares mantienen tu boca a punto y te ahorrarán tratamientos mayores a largo plazo.
  • Selladores y otros tratamientos preventivos: Hablando de selladores, si eres padre/madre, asegura que los molares permanentes de tus hijos sean sellados en cuanto erupcionen (aprox. a los 6 años las primeras muelas y a los 12 las segundas). Los selladores son resinas fluidas que tapan las fisuras naturales de las muelas, evitando que allí se instale la caries – es una medida sencilla y muy efectiva para reducir caries en niños. En adultos, algunos dientes con surcos muy profundos también pueden sellarse. Otro método preventivo en personas con hipersensibilidad a caries es la aplicación de barniz de flúor dos o tres veces al año. Consulta a tu odontólogo sobre qué medidas adicionales vienen bien en tu caso específico.
  • Mantén una buena salud general y hábitos saludables: Enfermedades sistémicas como diabetes mal controlada pueden aumentar el riesgo de problemas bucales (aunque más en encías, pero indirectamente también en caries por boca seca). El estrés puede reducir saliva, ciertos medicamentos también causan sequedad (lo que facilita caries). Así que, mantente hidratado, cuida tu salud en general. No fumes (el tabaco no causa caries directamente, pero empeora la salud bucal en otros aspectos). Y atención con el bruxismo (rechinar dientes) – no causa caries, pero puede fracturar dientes y exponerlos a riesgos.

En síntesis, prevenir caries se logra combinando buena higiene, alimentación adecuada y visitas periódicas al dentista. La caries es en gran medida prevenible con hábitos relativamente sencillos. Recuerda este dato: en países donde el consumo de azúcar es bajo y el uso de flúor es alto, la incidencia de caries ha caído muchísimo. ¡Así de poderoso es cambiar nuestros hábitos!

Adopta estas medidas en tu rutina y tus dientes te lo agradecerán con años de salud. Es más fácil y barato invertir en prevención que en curación. Tú tienes el control de tu salud bucal día a día.

Preguntas frecuentes sobre cómo se elimina una caries

¿Duele quitar una caries en el dentista?

No debería doler. Actualmente, el procedimiento para remover una caries se realiza bajo anestesia local, por lo que no sentirás dolor mientras el dentista trabaja. Podrías notar sensaciones de presión o el sonido de la fresa, pero dolor agudo, no. Después, al pasar el efecto de la anestesia, la mayoría de las personas no tienen mayor molestia. A veces hay una leve sensibilidad si el empaste fue profundo, pero es temporal. En resumen: con las técnicas modernas, quitar una caries es prácticamente indoloro, así que no temas ir al dentista por miedo al dolor.

¿Se puede quitar una caries en casa sin ir al dentista?

No es posible eliminar una caries en casa una vez que el diente está agujereado. Ningún remedio casero, por eficaz que parezca, puede remover el tejido cariado y reconstruir el diente. Lo único que podrías lograr en casa es ralentizar un poco su avance (por ejemplo, mejorando tu higiene, usando flúor) o aliviar el dolor momentáneamente (con analgésicos o clavo de olor, etc.), pero la caries seguirá ahí. La única forma de quitar la caries por completo es que un profesional la limpie y rellene el diente (empaste). Recuerda además que si esperas demasiado, la lesión empeorará. Así que aunque no puedas “curarla” tú mismo, sí puedes prevenir que empeore (sigue los consejos dados arriba) mientras agendas tu tratamiento odontológico.

¿Cuánto tiempo tarda el procedimiento de empaste para una caries?

Depende del tamaño de la caries, pero en general un empaste dental de una caries promedio tarda entre 30 minutos a 1 hora. Caries muy pequeñas quizás en 20 minutos estén listas. Carias grandes o múltiples pueden requerir más tiempo o varias sesiones (por ejemplo, un empaste en cada lado de la boca solemos dividirlo en dos citas para no anestesiarte todo a la vez). Si se trata de una endodoncia, entonces el procedimiento es más largo: puede tomar entre 60 y 90 minutos e incluso a veces se divide en dos citas. Pero para la típica caries que se resuelve con empaste directo, calcula alrededor de media hora a cuarenta minutos en el sillón. ¡Bastante rápido en comparación con el alivio y protección que obtienes de por vida en ese diente!

¿Qué material es mejor para empastar una caries: amalgama o resina?

Ambos materiales funcionan bien para eliminar la caries y restaurar el diente, pero tienen diferencias:

  • La amalgama de plata es muy resistente y duradera, ideal para muelas donde la fuerza de masticación es alta. Es más económica, pero tiene el inconveniente estético (color metálico oscuro) y contiene mercurio en su composición (aunque una vez fraguada es segura, esto ha generado debate). Ya casi no se usa en muchos países por estética y preocupaciones ambientales con el mercurio.
  • La resina compuesta es del color del diente, por lo que estéticamente es superior (invisible a la vista). Se adhiere al diente, necesita menos desgaste que la amalgama y no contiene metales. Hoy en día las resinas modernas son bastante duraderas, aunque en cavidades muy grandes o pacientes con bruxismo pueden ser algo menos resistentes que la amalgama a largo plazo.
    En la práctica actual, la resina es la más utilizada para caries, incluso en muelas, por su estética y buenas prestaciones. Solo se consideraría amalgama quizás en situaciones donde no se puede lograr buen aislamiento para colocar resina o el paciente lo prefiere. Tu dentista te recomendará lo mejor según el caso; pero si te preocupa la apariencia, pide resina (empaste “blanco”).

Tuve una caries y me la empastaron, ¿puede volver la caries en el mismo diente?

Una vez que un diente ha tenido caries y fue restaurado, puede ocurrir que con el tiempo aparezca otra caries en el mismo diente, ya sea alrededor del empaste o en otra parte del diente. A esto lo llamamos caries recurrente. Suele pasar si no se mantiene una buena higiene: se acumula placa en el borde del empaste o en la encía cercana y allí inicia una nueva lesión. Los empastes no hacen al diente inmune; de hecho, la unión entre empaste y diente es un punto que requiere higiene cuidadosa. Por eso es importante seguir cuidándote igual o más después de un empaste. La ventaja es que ahora estás más consciente. Si te cepillas bien y visitas tus controles, no tiene por qué salir otra caries en ese diente. Y si llegara a ocurrir años después, pues se trata igual que cualquier caries: se retira el empaste viejo, se quita la nueva caries y se coloca uno nuevo. Algunos empastes, con el tiempo, pueden filtrarse en los bordes permitiendo entrada de bacterias; por eso los revisamos periódicamente en consulta.

¿Por qué a unas personas les salen muchas caries y a otras casi ninguna?

La caries es una enfermedad multifactorial. Aunque la higiene y dieta son cruciales, también hay un componente de susceptibilidad individual. Factores que influyen:

  • Genética y composición de saliva: La calidad y cantidad de saliva varía. Una saliva abundante y rica en minerales protege mejor. Hay personas con saliva más ácida o escasa que tienen más riesgo.
  • Anatomía dental: Surcos profundos en muelas, dientes apiñados, pueden facilitar retención de placa. Alguien con dientes naturalmente más lisos o bien alineados quizá lo tiene más fácil para limpiarlos.
  • Bacterias específicas: Todos tenemos bacterias, pero algunas personas tienen cepas particularmente cariogénicas (por ejemplo Streptococcus mutans en altos niveles).
  • Cuidado personal y factores socioeconómicos: Por supuesto, el hábito de higiene, acceso a cuidado dental y dieta desde la infancia marcan diferencia.
  • Flúor en agua o pasta desde niño: Quienes crecieron con agua fluorada o siempre usaron pasta con flúor tienden a tener esmaltes más resistentes.
    En resumen, no estás “condenado” por genética pero tampoco totalmente libre: es un balance. Si eres propenso/a a caries (por tu historia dental), toma medidas preventivas extra. Y si nunca tuviste caries, ¡no bajes la guardia!, mantén esos buenos hábitos. La caries puede afectar a casi cualquiera en condiciones propicias, pero con prevención rigurosa, incluso los más susceptibles pueden mantenerse a raya.

En conclusión, quitar una caries implica un proceso clínico sencillo que devuelve la salud a tu diente, y aunque no existe un remedio mágico en casa, siguiendo las indicaciones profesionales puedes resolverla sin dolor y prevenir muchas más. Como dentista, te animo a que ante cualquier señal de caries acudas a tu revisión; verás que con un buen tratamiento y cuidados posteriores, mantendrás tu sonrisa sana, bonita y libre de caries en el futuro. ¡Tu salud dental está en buenas manos y también en tus propias manos con la prevención diaria!

cta clearden 2025
Dra Marta Cerezo cleardent
Odontóloga
Especialista en estética dental y prostodoncia, la Dra. Marta Cerezo Melgarejo ofrece una combinación de atención moderna y detallada en cada tratamiento. Desde 2017, su práctica en Clínicas Cleardent se enfoca en la creación de sonrisas saludables y estéticas, utilizando tecnologías de vanguardia como el sistema FirstFit y el Sistema Damon. La Dra. Cerezo aborda cada caso con un enfoque personalizado, asegurando resultados duraderos que reflejan su pasión y compromiso con la excelencia.

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