
Te explicamos de forma cercana sus posibles causas (quiste mucoso, glándula inflamada, etc.), cuándo preocuparse, tratamientos y cuándo acudir al médico.

Tener un hueco entre la corona dental y la encía no es normal y puede causar problemas. Descubre sus causas, cómo afecta tu salud bucal y las soluciones.
¿Te has dado cuenta de que hay un hueco entre tu corona y la encía y no sabes si deberías preocuparte? Como odontólogo, he visto a muchos pacientes inquietos por este espacio extraño alrededor de sus coronas dentales. Entiendo perfectamente tu preocupación. Un pequeño espacio entre la encía y la corona dental puede parecer inofensivo, pero en realidad puede indicar problemas ocultos o futuros. En esta guía te explicaré por qué aparece ese hueco, qué consecuencias puede tener para tu salud bucal (desde molestias y dolor en la encía por la corona hasta caries ocultas), cómo diagnosticamos los dentistas una corona mal ajustada o con filtraciones, y sobre todo qué soluciones existen para arreglarlo. Mi objetivo es que, al terminar de leer, comprendas qué está pasando en tu boca y sepas exactamente qué hacer para mantener tu sonrisa sana y bonita.
Como dentista, lo primero que te explicaría es que una corona dental bien hecha debería ajustarse perfectamente al diente, sin dejar espacios hacia la encía. Si notas un hueco o separación, algo ha ocurrido. Las causas pueden variar desde problemas en la corona misma hasta cambios en tu encía con el tiempo. A continuación, te detallo las causas más comunes del temido espacio entre la corona dental y la encía:
En algunos casos, el problema viene de origen: la corona pudo quedar mal ajustada desde el principio. ¿Cómo pasa esto? A veces, en el proceso de tomar medidas e impresiones del diente para fabricar la corona, puede haber imprecisiones. El más mínimo error del técnico dental o del dentista al diseñar la corona puede hacer que no se adapte perfectamente a la encía. Si la forma interna de la corona no calza exacto sobre el diente preparado, queda un borde abierto. Este borde abierto crea un pequeño hueco por donde pueden colarse restos de comida y bacterias. En otras palabras, una corona mal ajustada deja un margen abierto, y ese margen es el espacio que ves.
En mi experiencia, también he visto coronas mal ajustadas cuando la corona es más grande o tiene una forma que la encía no “abraza” bien. Esto puede ocurrir si el diente tallado tenía una forma irregular o si la corona quedó con sobrecontorno. El resultado es un pequeño espacio oscuro entre la corona y la encía que no debería estar ahí.
Otra causa frecuente del hueco es que tu encía se haya retraído o encogido con el tiempo. Puede suceder que inicialmente la corona estuviera bien ajustada, pero tras años, la encía circundante se retrae (por envejecimiento natural, cepillado brusco, o algún problema periodontal leve). Al retraerse la encía, deja expuesto un espacio entre la corona y el tejido que antes no se notaba. Muchas veces, cuando la encía “sube” dejando parte del diente o corona al descubierto, aparece también una antiestética línea oscura en el borde de la corona. Si tu corona es metal-porcelana, esa línea negra es el metal interno asomando debido a la retracción gingival.
Esta retracción no solo afecta la estética; al encoger la encía, pierde el sellado hermético que antes tenía contra la corona. Queda entonces un hueco visible (a veces con forma de “triángulo negro” entre diente y encía). La encía retraída es común con el paso de los años, especialmente si la corona lleva mucho tiempo colocada. En resumen, la corona no cambió, pero la encía sí, dejando un espacio que antes no existía.
Las coronas se fijan al diente mediante un cemento dental especial. Con los años, ese cemento puede deteriorarse o disolverse parcialmente, especialmente si la zona está sometida a mucho esfuerzo o higiene deficiente. Cuando el cemento que sella la corona se va desintegrando, pueden originarse microfiltraciones entre el diente y la corona. Por esas minúsculas fisuras comienzan a penetrar las bacterias. Poco a poco, la actividad bacteriana va agrandando el espacio, comiendo cemento y posiblemente produciendo caries en el diente debajo de la corona.
Desde fuera, podrías notar el hueco porque la corona empieza a aflojarse o a tener un borde ligeramente separado. De hecho, un síntoma típico de cemento deteriorado es sentir la corona un poco móvil o ver que sale olor desagradable al pasar el hilo dental, indicio de filtración dental. Suele ocurrir en coronas ya veteranas: con el paso del tiempo, el sellado perfecto original se pierde y aparece esa rendija. En pocas palabras, la corona se despegó un poquito de su base. Si notas que se queda comida atrapada constantemente entre la corona y la encía, casi seguro hay un espacio por cemento lavado. Es hora de que tu dentista la revise antes de que vaya a más.
Si tu corona está sobre un implante dental (en lugar de un diente natural), el panorama es un poco diferente. En implantes, a veces se deja un pequeño espacio intencional para que la encía forme una especie de “sellado” alrededor. Además, el diámetro de un implante suele ser más estrecho que el diente original, especialmente en molares grandes. Esto significa que la corona de implante (que reemplaza una muela ancha) va atornillada a un pilar más estrecho, generando un triángulo de espacio en la encía. Los dentistas intentamos que la encía rellene ese hueco, pero no siempre queda totalmente sellado.
Muchos pacientes con implantes en muelas notan un pequeño hueco interproximal o con la encía y preguntan si es normal. En parte sí es común en implantes tener algo de espacio, porque si diseñáramos la corona más ancha para cerrarlo, sería peor para la higiene – no podrías limpiar bien y eso podría comprometer el implante. En implantes frontales, en cambio, buscamos que quede lo más estético posible, aunque a veces también ocurre recesión de encía alrededor del implante con los años.
¿Cómo saber si el hueco en tu caso es un problema? Si se trata de un implante y el dentista te dijo que ese espacio es necesario, probablemente es un diseño previsto. Pero si notas que es muy grande o que se acumula mucha suciedad, conviene una segunda opinión para ver si se puede mejorar. En los demás casos (corona sobre diente natural), cualquier hueco visible no es normal y suele indicar alguno de los problemas anteriores que debemos solucionar.
Un hueco entre la corona y la encía no solo afecta la estética de tu sonrisa, también puede tener consecuencias serias para la salud bucodental si no se aborda a tiempo. Te resumo qué puede pasar cuando existe ese espacio:
Ese hueco es una puerta de entrada para bacterias y un foco de problemas: caries, infecciones, dolor e incluso la pérdida de la corona o del diente. No es algo que debas ignorar. Si lo detectas, conviene actuar pronto para evitar complicaciones mayores.
Quizás te preguntes, “¿cómo confirmo si realmente hay un problema con mi corona?”. A veces el hueco es evidente a la vista o al tacto con la lengua, pero otras veces puede ser sutil. Como odontólogo, así es cómo abordo el diagnóstico de una posible corona dental mal ajustada:
Con todo esto, podemos diagnosticar la causa exacta del hueco. A veces descubrimos que hay una caries escondida causando el problema; otras, que simplemente la corona nunca ajustó bien y siempre hubo un leve espacio. En cualquier caso, identificar la causa nos permite planificar la solución adecuada. Mi recomendación: no esperes a que duela mucho. Si notas un hueco o cualquier síntoma anormal en tu corona, acude al dentista para una revisión. Con un examen rápido y quizás una radiografía, saldrás de dudas. Más vale prevenir que curar, especialmente con coronas costosas que protegen dientes importantes.
La buena noticia es que este problema tiene solución. El tratamiento exacto dependerá de la causa, pero en todos los casos el objetivo es eliminar el espacio entre la corona y la encía y restaurar un ajuste perfecto, tanto para proteger el diente como para tu comodidad. Te cuento las soluciones más habituales que aplico en la clínica:
En definitiva, la solución existe y suele ser efectiva: o bien ajustar lo que tienes (siempre que sea viable) o rehacer la corona corrigiendo la causa del problema. No te resignes a “vivir con el hueco”, porque como vimos, puede traer complicaciones. Con la ayuda de tu dentista lograrás eliminar ese espacio, mantener tu diente protegido y lucir una encía saludable, sin líneas negras ni molestias. Tu sonrisa y tu tranquilidad lo valen.
No, lo normal es que una corona bien ajustada no presente ningún hueco visible entre el borde de la corona y la encía. Si notas un espacio, generalmente indica un problema: puede ser que la corona esté mal adaptada, que el cemento se haya lavado, o que la encía se haya retraído. La única excepción es en ciertos implantes dentales, donde un pequeño espacio puede ser intencional para facilitar la higiene, pero nunca debe ser un hueco grande ni problemático. En un diente natural, no debe haber huecos. Por lo tanto, ante cualquier separación visible, conviene consultar al dentista para evaluarlo.
Ese espacio puede actuar como un imán para los problemas. Las consecuencias más comunes son la acumulación de comida y placa, lo que deriva en caries debajo de la corona, mal olor o sabor en la zona, e inflamación de las encías (gingivitis). Si no se trata, la infección puede progresar afectando al diente (incluso al nervio, causando necesidad de endodoncia) o al hueso de soporte. También existe riesgo de que la corona se afloje y caiga por falta de retención. Y en implantes, un hueco mal gestionado podría favorecer periimplantitis (infección alrededor del implante). En resumen, puede causar desde una simple molestia hasta la pérdida del diente o implante si se descuida.
Algunos indicios de filtración dental bajo la corona son: sabor extraño (metálico o a podrido) al presionar la corona, mal olor al usar el hilo dental alrededor, encía inflamada que sangra fácilmente al cepillar, o dolor al morder cosas duras sobre esa corona. También, si la corona se ha oscurecido en el borde o ves una línea negra donde antes no la había, podría indicar caries debajo o recesión con exposición del margen. Sin embargo, a veces no notarás nada evidente hasta que la caries esté avanzada. La forma más segura de saberlo es acudiendo al dentista: una radiografía puede revelar caries ocultas bajo la corona, y con un examen clínico el odontólogo detectará si hay filtraciones en el sellado. Ante la duda, mejor que lo revisen; más vale detectar una caries incipiente bajo la corona (y solucionarla) que esperar a un dolor fuerte.
Depende de la causa y del estado de tu corona actual. En algunos casos sí es posible solucionarlo sin hacer una corona nueva. Por ejemplo, si la corona simplemente se había despegado un poco, se puede quitar y cementarla de nuevo eliminando el hueco. También si había exceso de encía cubriendo la corona, una pequeña cirugía de encía (gingivectomía) podría exponer el margen correcto de la corona. Incluso he visto casos donde una radiografía confirmaba que la corona estaba bien hecha y el problema era solo encía inflamada: con una limpieza profunda y cuidados de higiene mejoró la encía y el “huequito” desapareció al desinflamarse. Pero si la corona está mal ajustada de fábrica o hay caries debajo, lo más seguro es que haya que reemplazarla. Cada situación es distinta. Mi consejo es que confíes en la evaluación de tu dentista: si puede salvar la corona actual, lo hará; si no, te propondrá una nueva para garantizar el éxito a largo plazo.
Una corona de calidad, bien cimentada y con buena higiene por parte del paciente, puede durar muchos años (10-15 años o incluso más) en buen estado sin dar problemas. He visto coronas que llevan 20 años funcionando perfectamente. Claro que su longevidad depende de varios factores: tu higiene oral, tus hábitos (bruxismo, alimentación), la salud de tus encías y hueso, y también el material de la corona. Con el tiempo es posible que la encía se retraiga un poquito, o que el cemento envejezca, pero en condiciones ideales eso ocurrirá muy lentamente. Para alargar la vida de tu corona: cuida tu limpieza bucal (cepilla bien el borde de la corona, usa seda dental a diario), acude a tus revisiones anuales para detectar cualquier inicio de filtración, y evita morder cosas muy duras que puedan desestabilizarla. Si haces todo eso, es probable que tu corona te dure muchos años sin que aparezca ningún hueco ni complicación. Y cuando llegue el momento de recambiarla (por desgaste natural), tu dentista te lo indicará en una revisión rutinaria antes de que sea una urgencia.
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