
Descubre por qué aparecen manchas blancas en los labios, sus causas más comunes, cómo tratarlas y cuándo debes consultar a un especialista.

La úvula (campanilla) inflamada suele ser incómoda, pero rara vez peligrosa. Descubre sus causas, síntomas, cuándo preocuparse, cómo aliviarla y prevenirla.
¿Te has mirado la garganta y tienes la úvula inflamada? Tranquilo, no eres el único. Yo también me he preocupado al notar la campanilla hinchada, esa bolita que cuelga en el fondo de la garganta. Aquí te voy a explicar de forma cercana si es peligroso tener la úvula inflamada, por qué ocurre, cuáles son los síntomas, y qué puedes hacer al respecto. Adelanto que, en la mayoría de los casos, no suele ser algo grave ni peligroso, pero sí hay situaciones en las que conviene acudir al médico cuanto antes. Empecemos por el principio, conociendo mejor qué es exactamente la úvula (o campanilla) y para qué sirve.
La úvula, comúnmente llamada campanilla, es ese pequeño tejido blando con forma de gota que cuelga del paladar blando en la parte posterior de la boca. Si abres la boca y dices “¡ahh!”, la verás asomando en el centro de la garganta. Aunque pueda parecer un simple “adorno” de la boca, lo cierto es que cumple funciones importantes: La úvula trabaja coordinadamente con el velo del paladar para separar la cavidad bucal de la nasal, especialmente al tragar o al vomitar, evitando que los alimentos o líquidos suban hacia la nariz. Gracias a este movimiento, cuando comemos o bebemos, la campanilla bloquea la entrada hacia la nariz, protegiéndonos de posibles atragantamientos por la nariz. Además, la úvula contribuye a la producción del habla: interviene en ciertos sonidos y en la resonancia de la voz humana. También participa en el reflejo nauseoso (esas arcadas que ocurren si algo toca el fondo de la garganta). En resumen, es un pequeño gran órgano que normalmente pasa desapercibido… hasta que se inflama.
Cuando la úvula se inflama, a esta condición se le llama uvulitis en términos médicos. Una úvula inflamada puede verse más roja, hinchada e incluso alargada de lo normal. A veces puede rozar la lengua o las amígdalas, causando muchas molestias. En las siguientes secciones te explicaré por qué puede inflamarse la úvula, cuáles son los síntomas que notarás, cuándo puede ser peligroso y cómo puedes aliviarlo.
Tener la úvula inflamada significa que hay una irritación o hinchazón en ese tejido. Las causas pueden ser muy variadas, desde infecciones comunes hasta alergias. Aquí te cuento las principales causas (o “uvulitis”) y factores relacionados:
La causa más frecuente de úvula inflamada son las infecciones en la zona de la garganta o la boca. Al fin y al cabo, la campanilla está rodeada de las amígdalas y la faringe, que pueden infectarse fácilmente. Algunas infecciones típicas que pueden inflamar la úvula son:
En resumen, cualquier infección en la zona orofaríngea puede causar uvulitis. Si notas la campanilla inflamada con dolor de garganta, fiebre o placas, una infección es la causa probable.
Otra gran categoría de causas son los traumatismos o irritaciones físicas/químicas en la garganta:
¿Te suenan las reacciones alérgicas que hinchan la cara o la garganta? Pues la úvula es uno de los lugares que puede hincharse por una alergia. Cuando la inflamación de la campanilla se debe a una reacción alérgica, en medicina se considera un tipo de angioedema (hinchazón rápida de tejidos blandos). Algunas situaciones:
Una condición particular es el angioedema hereditario, un trastorno genético raro que provoca episodios de hinchazón en distintas partes del cuerpo. En una crisis de angioedema hereditario, la úvula puede inflamarse mucho sin causa alérgica externa. Por fortuna es poco frecuente, pero está descrito.
¿Sabías que los ronquidos fuertes pueden irritar la úvula? Cuando roncamos, los tejidos blandos de la garganta vibran intensamente. Esa vibración continua, sumada a que muchas veces se duerme con la boca abierta (respiración bucal), genera sequedad e inflamación en la campanilla. Es típico de personas con apnea del sueño u ronquido habitual despertarse con la úvula algo inflamada por la mañana. El paso turbulento de aire durante el ronquido “sacude” la úvula y reseca la garganta, lo que contribuye a su hinchazón. Curiosamente, también a la inversa: una úvula naturalmente muy alargada puede empeorar los ronquidos, ya que obstruye más el paso del aire y vibra más. Por eso, en algunos tratamientos contra la apnea del sueño se incluye la cirugía de úvula (uvulectomía) para reducir su tamaño.
Si notas que tu campanilla está inflamada sobre todo al levantarte y además roncas mucho, puede que esa sea la explicación. En estos casos, abordar el problema del ronquido ayudará a prevenir la uvulitis. Existen dispositivos odontológicos especiales para dormir que reducen los ronquidos (por ejemplo, férulas de avance mandibular). En Clínicas Cleardent contamos con varios aparatos para no roncar que podrían ayudarte a dormir mejor y a evitar estas irritaciones en la garganta.
Las causas de la úvula inflamada van desde infecciones (lo más común) hasta traumatismos, reacciones alérgicas o incluso el hábito de fumar y los ronquidos. Determinar la causa exacta dependerá de tus otros síntomas y contexto. A continuación, veamos qué síntomas provoca tener la úvula inflamada, para que sepas reconocerlo bien.
Los signos de una úvula inflamada son bastante característicos. Algunos son visibles al examinar la garganta y otros son sensaciones que notarás. Estos son los síntomas comunes de la uvulitis:
Ten en cuenta que la uvulitis suele venir acompañada de otros síntomas de la causa subyacente. Por ejemplo, si es por un resfriado, tendrás congestión nasal; si es por alergia, posiblemente picor o habones en la piel; si es por reflujo, quizás acidez o sabor amargo en la boca, etc.
La buena noticia es que en la mayoría de casos estos síntomas, aunque molestos, remiten en pocos días y sin dejar secuelas. Pero seguro te preguntas: “¿y no es peligroso? ¿No me voy a ahogar con la úvula así?”. Hablemos de cuándo realmente hay riesgo o cuándo debes buscar ayuda médica.
Por lo general, tener la úvula inflamada no es peligroso de por sí. Muchas veces es un problema leve y transitorio. Sin embargo, hay situaciones en las que la uvulitis puede volverse seria y requerir atención médica urgente. Debes preocuparte o acudir al médico en estos casos:
Acude al médico inmediatamente si presentas dificultad respiratoria, inflamación rápida de varias partes, o síntomas de infección severa. En casos así, la úvula inflamada sí puede ser peligrosa porque forma parte de un cuadro mayor que compromete tu respiración o tu salud general.
Si solo está molesta pero estás respirando bien y sin datos alarmantes, puedes manejarlo inicialmente en casa (como te indicaré en el siguiente apartado). Aun así, no dudes en consultar a tu médico o dentista si tienes cualquier preocupación. Más vale una revisión innecesaria que pasar por alto un signo de alarma.
Nota: Si sientes que literalmente “te estás ahogando” con tu úvula o la ves tan inflamada que casi toca la epiglotis, no conduzcas ni esperes a que “se pase”: llama a emergencias (112 en España) o ve al servicio de urgencias más cercano. Allí podrán asegurarse de mantener tu vía aérea abierta (incluso podrían colocarte un tubo o darte medicación intravenosa para desinflamar de inmediato, si hiciera falta).
Si tu caso no es de gravedad y solo notas las molestias típicas, puedes seguir algunos cuidados en casa para aliviar la inflamación de la úvula. A continuación te cuento qué hacer y qué tratamientos existen:
Descansa y mantente hidratado: Es fundamental darle un respiro a tu garganta. Descansar lo suficiente ayuda a tu cuerpo a combatir cualquier infección. Bebe mucha agua y líquidos (infusiones tibias, caldos no muy calientes, bebidas frías si te alivian). La hidratación mantiene la garganta lubricada y favorece la curación. Evita bebidas muy azucaradas o ácidas que puedan irritar más.
Haz gárgaras con agua salada tibia: Es un remedio casero clásico y efectivo para desinflamar la garganta. Disuelve media cucharadita de sal en un vaso de agua templada y haz gárgaras (haciendo “glu glu”) durante 30 segundos, luego escupe. Repite varias veces al día. La salmuera ayuda a reducir la hinchazón y a arrastrar mucosidad. Ojo: no tragues el agua con sal para no deshidratarte; enjuaga con agua normal después si el sabor salado te molesta.
Alivia el dolor y la irritación: Si sientes dolor de garganta, puedes tomar un analgésico de venta libre como paracetamol (acetaminofén) o ibuprofeno, siguiendo la dosis recomendada. Estas medicinas reducen el dolor y también un poco la inflamación. Otra ayuda son las pastillas para la garganta (los típicos caramelos mentolados o con anestésico suave) y los sprays anestésicos para garganta. Estos productos, disponibles en farmacia, adormecen la zona y calman la irritación de la úvula por unas horas. Úsalos según instrucciones (no exceder dosis). También puedes chupar trocitos de hielo o helados tipo polo: el frío actúa como antiinflamatorio local y da alivio.
Evita irritantes y malas costumbres: Mientras te recuperas, no fumes y aléjate de ambientes con humo. El tabaco solo empeorará la inflamación de tu campanilla. Evita el alcohol, pues reseca y congestiona más la garganta. No comas alimentos muy picantes, muy condimentados o muy calientes que puedan irritar. Prefiere comidas suaves, frías o tibias. Habla lo justo y necesario; si fuerzas la voz o gritas, la vibración podría irritar más la úvula (similar a lo que pasa al roncar). También es útil dormir con la cabeza ligeramente incorporada (usa una almohada extra) para reducir la congestión en la zona de la garganta durante la noche.
Tratamiento médico según la causa: Dependiendo de qué originó la uvulitis, el médico o dentista puede recetarte medicamentos específicos. Por ejemplo:
Seguimiento y cirugía (si fuera necesaria): En la enorme mayoría de situaciones, la úvula vuelve a su tamaño normal con las medidas anteriores. Sin embargo, si pese a todo la inflamación no cede o tiendes a tener la úvula crónicamente alargada que te causa problemas (por ejemplo, ronquidos intensos), existe la opción de la cirugía de úvula. Esta cirugía suele ser ambulatoria y consiste en recortar un fragmento de la úvula para que quede más pequeña. Es muy poco frecuente que alguien la necesite solo por uvulitis recurrente, pero es relativamente común como parte de cirugías anti-ronquido. Insisto: esto es el último recurso. La uvulitis en sí casi nunca requiere cirugía y usualmente se cura en 1 o 2 días ya sea por sí misma o con tratamiento médico
Consulta con profesionales de la salud: Si tienes dudas sobre tu úvula inflamada, acude a tu dentista de confianza o a tu médico. A veces no estamos seguros de si ir al dentista o al médico de cabecera. Mi consejo: si sospechas que la causa es principalmente bucodental (por ejemplo, una infección en una muela, irritación por una prótesis dental, ronquidos que puede tratar el dentista), empieza visitando al dentista. El dentista podrá evaluar tu salud oral, tratar infecciones dentales si las hay, y si ve que el problema es de garganta o alérgico, te derivará al médico adecuado (otorrino o médico general). Por otro lado, si los síntomas apuntan más a una faringitis o alergia sistémica, ve primero al médico de cabecera; luego, una vez resuelta la fase aguda, programa una revisión dental. En Clínicas Cleardent, durante cualquier revisión oral también examinamos tu garganta de forma rutinaria, así que podemos detectar enrojecimiento de la úvula u otros problemas y aconsejarte. No dudes en pedir cita si notas algo anormal en tu boca o garganta – más vale evaluar y quedarnos tranquilos.
Tratar una úvula inflamada implica aliviar los síntomas con cuidados básicos, eliminar o tratar la causa subyacente (infección, alergia, irritante) y estar atento a la evolución. Con estas medidas, lo habitual es que la inflamación baje rápidamente y todo vuelva a la normalidad.
Aunque no podemos tener control total (por ejemplo, no podemos evitar al 100% enfermarnos de la garganta alguna vez), sí hay hábitos preventivos que reducen las probabilidades de sufrir uvulitis o que, si ocurre, sea más leve. Aquí van algunos consejos de prevención y cuidado bucodental:
En conclusión, llevar un estilo de vida saludable, mantener tus defensas altas (dieta equilibrada, descanso suficiente), cuidar tu higiene oral y evitar los irritantes principales son las mejores estrategias para que esa pequeña campanilla que tienes al fondo de la boca no dé problemas. Y recuerda, ante cualquier síntoma inusual o persistente, cuenta con profesionales (médicos y dentistas) para ayudarte.
Por lo general dura poco. En muchos casos la uvulitis mejora en 1 o 2 días ya sea espontáneamente o con tratamiento. Algunas personas pueden tardar hasta cerca de una semana en recuperarse del todo si la causa fue una infección viral más persistente. Si pasados 7 días sigues con la campanilla hinchada o empeorando, es recomendable consultar al médico.
Hidratarse bien y hacer gárgaras con agua tibia salada es de lo más eficaz para bajar la inflamación local. También ayuda chupar caramelos balsámicos o miel para suavizar la garganta, beber infusiones (manzanilla, jengibre) tibias, y aplicar frío (hielo picado, helado tipo polo) para reducir la hinchazón. Descansar la voz y evitar irritantes (como el tabaco o comidas picantes) son igualmente remedios caseros importantes. Estos cuidados simples suelen aliviar mucho las molestias en 1-2 días.
Debes buscar atención médica si notas síntomas de alarma: por ejemplo, si te cuesta respirar o sientes falta de aire, si además de la úvula se te hinchan la lengua o labios, si tienes fiebre alta o ves pus en la garganta, o si el dolor es insoportable. También si la inflamación no mejora tras unos 3-4 días de cuidados en casa. En niños pequeños, acudir al médico ante cualquier dificultad para tragar o respirar. En general, ante la duda o cualquier síntoma que te preocupe (ahogo, voz muy cambiada, etc.), mejor que un profesional evalúe tu garganta.
Depende de la causa. La uvulitis en sí misma (la inflamación) no “se pega” a otros. Pero si la inflamación es por una infección contagiosa, como una faringitis estreptocócica o un virus de resfriado, esa infección sí puede contagiarse por saliva o gotitas al toser. En cambio, si tu úvula está inflamada por una alergia o por haber fumado, no hay ningún riesgo de contagio a los demás. Como norma, mientras tengas síntomas infecciosos (fiebre, dolor de garganta agudo), extremar la higiene (lavado de manos, no compartir cubiertos) evitará transmitir la causa subyacente.
En casos típicos, no. Una úvula ligeramente hinchada puede darte sensación de “bulto” en la garganta y provocar náuseas, pero no suele bloquear la vía aérea. Sin embargo, en una inflamación grave (por ejemplo, por alergia intensa o angioedema), la úvula puede llegar a hincharse lo suficiente –junto con otros tejidos– para dificultar la respiración. Esto es una emergencia médica. Afortunadamente es poco común. Si alguna vez sientes que no puedes respirar bien por la inflamación de la garganta, busca ayuda inmediata. En la mayoría de los cuadros leves de uvulitis, podrás respirar con normalidad a pesar de las molestias.
Si tienes la úvula inflamada, es importante no ignorar los síntomas, ya que puede deberse a infecciones, irritaciones o problemas más serios. En Clínicas Cleardent contamos con especialistas que pueden valorar tu caso y ofrecerte un tratamiento rápido y eficaz.
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