Hola, soy Jose Bartolomé odontólogo en Clínicas Cleardent y a lo largo de mi carrera he ayudado a muchos pacientes con la “boca irritada por dentro”. Sé lo molesto que puede ser tener la parte interna de la boca adolorida, con llagas o enrojecida, dificultando comer y hablar con normalidad. En este artículo te explicaré de manera clara por qué ocurre esta irritación bucal interna, qué remedios caseros y tratamientos existen para curar la boca dolorida, y cómo prevenir que vuelva a aparecer. ¡Vamos a ello!
¿Qué es la irritación bucal interna y por qué ocurre?
La irritación bucal interna se refiere a cualquier molestia, ardor o lesión en la mucosa dentro de la boca – puede ser en la cara interna de las mejillas, la lengua, el paladar o las encías. Por lo general, cuando hablamos de “boca irritada por dentro” nos referimos a pequeñasllagas bucales o zonas enrojecidas que duelen. Estas lesiones también se conocen como aftas cuando son ulceritas redondeadas de color blanquecino rodeadas de rojo. Sus síntomas típicos incluyen: dolor o ardor al rozar esa zona, sensibilidad al comer alimentos condimentados o ácidos, y a veces ligera inflamación local.
¿Por qué aparece esta irritación? Las causas pueden ser variadas:
Morderse o lesionarse accidentalmente: Una de las causas más comunes que veo en la consulta es morderse la mejilla o la lengua sin querer, por ejemplo al masticar rápido. También cualquier golpe o roce continuo (como el de un diente astillado o un bracket de ortodoncia mal ajustado) puede provocar una llaga e irritar la zona. Del mismo modo, quemarse la boca con alimentos o bebidas muy calientes deja el tejido sensible y dolorido.
Aftas o úlceras por estrés o defensas bajas: Muchas veces estas llaguitas surgen sin una lesión evidente. El estrés, la falta de sueño o incluso cambios hormonales pueden desencadenar aftas en algunas personas. También se asocian a un sistema inmunológico débil o deficiencias nutricionales (como baja vitamina B12, ácido fólico o hierro).
Alimentos y sustancias irritantes: Comer algo muy picante, ácido o salado puede irritar la mucosa. Por ejemplo, salsas muy condimentadas, cítricos en exceso o piña ácida pueden causar ardor en una boca sensible. Asimismo, el consumo de alcohol o el uso de enjuagues bucales con alcohol puede resecar e irritar los tejidos. El tabaco es otro gran irritante de la mucosa oral.
Alergias o sensibilidad a productos de higiene: Algunas personas presentan irritación crónica por alergia a ciertos ingredientes de pastas de dientes o enjuagues. Un culpable común es el lauril sulfato de sodio (SLS), un detergente presente en muchas cremas dentales, que en gente susceptible favorece las aftas.
Infecciones o enfermedades: Aunque es menos común asociarlas con “boca irritada por dentro”, hay casos en que una infección está detrás. Por ejemplo, la candidiasis oral (hongos) puede provocar parches enrojecidos y dolorosos en la boca. Infecciones virales como el herpes simple causan ampollas y úlceras (aunque típicamente el herpes labial aparece más en los labios o borde de la boca, no tanto en la mucosa interna). Otras condiciones médicas más complejas, como enfermedades autoinmunes (p.ej. el lupus, el liquen plano oral) o la estomatitis aftosa recurrente, pueden manifestarse con irritaciones frecuentes. Si las llagas son muy recurrentes o vienen con otros síntomas (fiebre, malestar general), conviene investigarlo más a fondo.
Nota: La buena noticia es que la mayoría de las veces una boca dolorida e irritada se debe a causas benignas y temporales – como una llaga por morderte o por estrés – y suele curarse sola en 1 o 2 semanas. Sin embargo, podemos tomar medidas para aliviar el dolor y acelerar la curación. En la siguiente sección te comparto remedios caseros comprobados que suelo recomendar a mis pacientes para curar esas llaguitas lo antes posible.
Remedios caseros para aliviar una boca irritada (llagas, aftas)
Cuando tienes una llaga o irritación leve, los remedios caseros pueden ser de gran ayuda para aliviar el dolor y ayudar a sanar la boca más rápido. Como odontólogo, prefiero empezar con soluciones naturales y sencillas antes de pasar a medicamentos más fuertes, siempre y cuando la situación no sea grave. Aquí te presento remedios caseros y naturales que realmente funcionan, fáciles de hacer con ingredientes que generalmente tienes en casa:
Enjuague de agua tibia con sal: Este es el clásico remedio de la abuela ¡porque funciona! 🙌 Diluye media cucharadita de sal en medio vaso de agua * tibia. Haz buches (gárgaras suaves) con esta solución salina durante 30 segundos y luego escúpela. La sal ayuda a desinfectar la zona y reduce la inflamación. Puedes repetirlo 3–4 veces al día. (Consejo: si la herida arde mucho con el agua salada, prueba con sal marina o sal del Himalaya, que son un poco menos refinadas, o reduce la concentración a una pizca de sal).
Bicarbonato de sodio: El bicarbonato es otro aliado excelente para llagas (aftas). Puedes usarlo de dos formas: hacer un enjuague diluyendo 1 cucharadita de bicarbonato en un vaso de agua, o preparar una pasta espesa con unas gotas de agua y aplicarla directamente sobre la llaga durante unos minutos. El bicarbonato neutraliza la acidez y ayuda a reducir la irritación, además de combatir bacterias. Úsalo 2–3 veces al día. Notarás que al principio escuece un poquito, pero luego aliviana la molestia.
Miel natural aplicada directamente: Un remedio dulce y efectivo. La miel pura tiene propiedades antimicrobianas y regenerativas. Aplica una gotita de miel sobre la llaga o zona irritada con el dedo limpio o un hisopo de algodón. Déjala actuar (evita comer o beber inmediatamente para que no se lave). Repite esto unas 3–4 veces al día. En mi experiencia, muchos pacientes sienten alivio y han notado que sus aftas sanan más rápido con este truco casero. (Importante: no dar miel a bebés menores de 1 año).
Gel de aloe vera: Si tienes una planta de sábila (aloe vera) en casa, aprovecha su gel calmante. Corta un trocito de penca, extrae el gel transparente y aplícalo suavemente sobre la zona irritada. El aloe vera reduce la inflamación, hidrata el tejido y promueve la curación. Puedes hacerlo varias veces al día; es muy seguro y refrescante. Si no tienes planta, algunos geles comerciales de aloe (comestibles, grado alimenticio) también sirven.
Manzanilla o salvia en enjuague: Las infusiones de hierbas antiinflamatorias son un gran alivio para una boca dolorida. Prepara una infusión de manzanilla (camomila) o de hojas de salvia y déjala enfriar hasta que esté tibia. Luego úsala como enjuague bucal, moviéndola por la boca durante medio minuto antes de escupir. Tanto la manzanilla como la salvia tienen propiedades calmantes, ayudan a desinflamar y a aliviar el dolor. Úsalo un par de veces al día. Tip: Añade una pizca de sal a la infusión para potenciar el efecto desinfectante.
Yogur natural (con probióticos): Puede sonar extraño, pero comer yogur natural sin azúcar o incluso sostener una cucharadita de yogur sobre la llaga por unos momentos puede ayudar. El yogur contiene probióticos (bacterias «buenas») que pueden equilibrar el ambiente en la boca y contrarrestar organismos que irritan. Además, su textura fresca alivia la sensación de ardor. Es especialmente útil si la irritación pudiera estar relacionada a un desequilibrio de la flora bucal, por ejemplo después de haber tomado antibióticos o si hay candidiasis leve.
Leche de magnesia (hidróxido de magnesio): Es un antiácido líquido que se encuentra en farmacias. Un truco que usamos los dentistas es aplicar con un hisopo un poquito de leche de magnesia directamente sobre la llaga. ¿Por qué? Crea una capa protectora y neutraliza el pH ácido, proporcionando alivio y ayudando a que sane. Se puede hacer después de enjuagarse con sal o bicarbonato, unas 3 veces al día.
Hielo o algo frío: Para un alivio inmediato del dolor, nada más simple que un cubito de hielo. Envuelve un cubito pequeño en un paño limpio o una gasa y colócalo sobre la parte adolorida dentro de la boca. El frío adormece la zona y baja la inflamación. No lo sostengas demasiado tiempo seguido para evitar molestia por el frío, con unos 1–2 minutos basta, varias veces al día. También puedes chupar un hielo picado o un helado tipo paleta de agua (sin cítricos) para calmar el ardor general en la boca.
Enjuague con agua oxigenada diluida (con precaución): Si buscas desinfectar más profundamente, puedes mezclar agua oxigenada (peróxido de hidrógeno al 3%) con agua a partes iguales, y aplicar suavemente esa solución sobre la llaga con un hisopo de algodón. Esto limpiará la herida y puede acelerar la curación. Ojo: ¡No te tragues el líquido! Después de aplicar, escupe y enjuaga la boca con agua normal. Este remedio úsalo máximo 2 veces al día y con mucho cuidado, ya que el peróxido en exceso puede irritar los tejidos sanos circundantes. Personalmente, solo lo indico en casos puntuales donde sospecho riesgo de infección en la llaga.
Productos de venta libre: Aunque no son “naturales” del todo, vale la pena mencionar algunos remedios de farmacia que puedes tener en casa. Existen geles o ungüentos bucales con anestésico local (benzocaína) que se aplican sobre la llaga para adormecerla y calmar el dolor al comer. También hay enjuagues bucales antisépticos con ingredientes como clorhexidina que ayudan a mantener la herida limpia (ojo, la clorhexidina usarla solo por unos días, según indicaciones, ya que mancha los dientes con uso prolongado). Lee siempre las instrucciones del producto. Estos productos pueden conseguirse sin receta y usados correctamente complementan bien los remedios caseros anteriores.
Con estos remedios caseros, en la mayoría de los casos una irritación bucal leve empieza a mejorar en pocos días. Lo más importante es ser constante: por ejemplo, hacer los enjuagues salinos varias veces al día y mantener la zona limpia. También intenta identificar si algo desencadenó tu irritación (algún alimento, estrés, una mordedura accidental) para tenerlo en cuenta en el futuro.
Si el dolor es muy fuerte o notas que la lesión empeora pese a los cuidados caseros, no te preocupes, en la siguiente sección te cuento qué tratamientos médicos hay disponibles y cuándo conviene usarlos.
Tratamientos médicos para una boca muy irritada (cuando los remedios caseros no bastan)
Por lo general, las llagas e irritaciones comunes sanan con las medidas caseras ya mencionadas. Sin embargo, como odontólogo sé que hay casos más rebeldes o dolores intensos donde necesitamos echar mano de tratamientos médicos. Si tu boca sigue muy dolorida o la lesión es grande/persistente, estas son algunas opciones de tratamiento profesional:
Geles o enjuagues con corticosteroides: Para aftas grandes o recurrentes, a veces recetamos corticoides tópicos (por ejemplo, gel de triamcinolona acetonida en orabase) que se aplica directamente sobre la llaga para reducir la inflamación y acelerar la curación. También existen enjuagues con dexametasona que el paciente se enjuaga y escupe; son efectivos para múltiples llagas pequeñas distribuidas en la boca.
Enjuagues anestésicos (lidocaína viscosa): Si el dolor te impide comer o hablar, un enjuague con lidocaína viscosa puede aliviarte. Este es un anestésico local líquido; haces buches con él y escupes, lo que deja la boca adormecida por un rato. Se suele usar bajo indicación médica en casos de mucositis (por ejemplo, en pacientes oncológicos), pero para una llaga muy dolorosa también puede prescribirse. Hay que usarlo con precaución y solo antes de comidas para poder alimentarte sin dolor, ya que adormece temporalmente la lengua y mucosa.
Tratamiento de infecciones subyacentes: Si la irritación se debe a una infección específica, se tratará en consecuencia. Por ejemplo, si el odontólogo ve placas blancas de hongos (candidiasis), te recetará un antifúngico tópico como nistatina en suspensión para hacer gárgaras y tragada (o miconazol gel oral). Si sospecha de un herpes intraoral, podría indicarse un antiviral (como aciclovir oral) aunque las aftas no herpéticas no se tratan con antivirales. En casos raros de infección bacteriana grave en la boca, se darían antibióticos específicos.
Suplementos o tratamiento sistémico: Cuando las aftas son muy recurrentes y se detecta que te falta algún nutriente (B12, hierro, ácido fólico), el médico te recomendará suplementos vitamínicos o dietarios para corregir esa deficiencia y así prevenir nuevas lesiones. Igualmente, si hay alguna enfermedad autoinmune o gastrointestinal de fondo (como enfermedad celíaca, de Behçet, etc.), al tratar esa condición mejora la salud de tu boca.
Eliminación de factores locales irritantes: Como dentista, algo práctico que hago en consulta es revisar si hay algún elemento en tu boca que esté perpetuando la lesión. Por ejemplo, alisar el borde de un diente astillado que corta la mejilla, ajustar un alambre suelto de la ortodoncia, o pulir una prótesis dental mal ajustada. Estas pequeñas correcciones eliminan la causa mecánica de la irritación para que pueda sanar.
Cauterización química: En casos de aftas muy grandes (aftas mayores) o cuando alguien quiere aliviarla rapidísimo, existe la opción de cauterizar la llaga con un químico como el nitrato de plata. Esto lo realiza un profesional: se aplica la substancia sobre la úlcera para quemarla superficialmente; duele un instante pero luego la lesión suele curar más rápido y con menos dolor. No es un procedimiento de rutina, se usa solo en situaciones especiales.
Analgésicos sistémicos: Además de lo tópico, si el dolor es generalizado (por ejemplo, si tienes la boca muy irritada tras un tratamiento médico agresivo, como quimioterapia) el doctor te puede indicar analgésicos o antiinflamatorios por vía oral (ibuprofeno, paracetamol) para manejar el dolor mientras sanan las mucosas. Siempre siguiendo la dosis recomendada.
En pocas palabras, hay soluciones médicas desde geles y enjuagues recetados hasta procedimientos menores que podemos usar cuando un simple remedio casero no basta. Mi consejo profesional: prueba primero los remedios caseros si la situación es llevadera, pero si pasan más de 7-10 días sin mejoría o el dolor es muy fuerte, busca ayuda de tu dentista o médico para evaluar estos tratamientos. ¡No vale la pena sufrir innecesariamente teniendo opciones disponibles!
¿Cuándo acudir al médico o al dentista?
Una pregunta que me hacen mucho es: «Doctor, ¿esto requiere que vaya a consulta, o espero en casa?». ¿Cuándo deberías preocuparte por una irritación en la boca y buscar atención profesional? Aquí te doy algunas pautas claras desde mi experiencia:
Si la lesión no mejora en 1 a 2 semanas: Una llaga común suele sanar en torno a una semana (hasta dos a lo sumo). Si ya pasaron ~14 días y sigue igual o peor, es hora de que te evalúe un profesional. Podría ser un afta muy persistente que necesite medicamento, o quizá no era un afta sino otra condición que requiere diagnóstico.
Dolor intenso o que dificulta tus actividades: Si el dolor en la boca es tan fuerte que no puedes comer bien, ni beber líquidos, o te duele incluso al hablar, no esperes. Un médico puede recetarte algo para controlar ese dolor fuerte (por ejemplo la lidocaína viscosa que mencioné antes, u otros analgésicos) y evitar que te deshidrates o desnutras. El propósito es que puedas seguir alimentándote mientras la boca sana.
Aparición de muchos puntos o úlceras a la vez: Tener una sola llaga es común, pero si de repente notas múltiples llagas o áreas irritadas por toda la boca, eso no es tan normal. A veces ocurre en infecciones virales o por alguna reacción alérgica. Mejor consulta, sobre todo si van acompañadas de fiebre o malestar general.
Síntomas de infección o alarma: Presta atención a señales de alarma: si la zona irritada supura pus, si alrededor se ve muy rojo e hinchado, si tienes fiebre, ganglios inflamados en el cuello, o dificultad para abrir la boca. Esto podría indicar una infección más seria (como un absceso, aunque estos suelen ser más de origen dental) o una estomatitis severa, que sí o sí requieren tratamiento médico inmediato.
Irritación crónica o recurrente: Si notas que siempre tienes la boca irritada o que las llagas se repiten continuamente (por ejemplo, casi todos los meses te sale alguna), conviene ir al dentista para buscar la causa subyacente. Como mencioné, podría ser desde un diente que te lastima, hasta un déficit vitamínico o estrés crónico. Un profesional te ayudará a descubrirlo y prevenirlo.
Dificultad para tragar o sentir la boca muy seca: A veces pacientes mayores me consultan por sensación de boca ardiente y resequedad (síndrome de boca ardiente o xerostomía). Si además de la irritación sientes la boca seca, ardor generalizado y alteraciones del gusto, coméntaselo al médico. Podría ser otra condición (como síndrome de Sjögren u otra cosa) y hay tratamientos especiales para ello.
Sospecha de algo más serio: Muy raramente, una llaga que no cura podría ser un signo temprano de una lesión pre-maligna. No es común, pero los dentistas estamos entrenados para distinguirlas. Por eso, ante cualquier úlcera que no cicatriza con el tiempo o que incluso crece, es indispensable evaluarla. No te asustes, la mayoría de llagas no son nada de eso, pero es nuestra responsabilidad descartar problemas mayores.
En resumen, ve al médico/odontólogo si: el dolor o el número de llagas es más de lo que puedes manejar por tu cuenta, si pasan más de 2 semanas sin mejoría, o si notas síntomas adicionales preocupantes. Nadie mejor que un profesional para tranquilizarte, identificar la causa y darte el tratamiento adecuado en esos casos.
Consejos para prevenir la irritación de la boca (¡que no vuelva a pasar!)
Ahora que has logrado aliviar tu boca irritada, seguramente estarás pensando: ¿cómo evitar que me salga otra vez? Aquí van mis consejos de prevención para mantener una salud oral óptima y minimizar la posibilidad de futuras llagas o irritaciones:
Mantén una buena higiene oral, pero suave: Cepilla tus dientes todos los días 2-3 veces con un cepillo de cerdas suaves, sin presionar demasiado. Una boca limpia sana más rápido y es menos propensa a infecciones, pero ojo: si te cepillas muy fuerte puedes lastimar las encías o mucosa. Usa hilo dental a diario con cuidado. Una buena higiene previene montones de problemas bucales.
Usa productos de higiene oral adecuados: Si sufres de aftas frecuentes, prueba cambiar a una pasta dental sin Lauril Sulfato de Sodio (SLS), como mencioné antes, ya que este ingrediente puede ser desencadenante en personas sensibles. También evita enjuagues con alcohol si notas que te resecan mucho; opta por colutorios más suaves o naturales.
Evita alimentos irritantes para la boca: Mientras descubres qué te afecta, ten precaución con comidas y bebidas que típicamente irritan la boca. Por ejemplo: cítricos (naranja, limón) en exceso, piña, comidas muy picantes o con mucho chile, nueces duras o tostadas (que pueden raspar), alimentos demasiado calientes, y bebidas alcohólicas o muy cafeinadas que resecan. No es que debas eliminarlos por completo, pero consúmelos con moderación y observa si algún alimento en particular se asocia a tus brotes de llagas.
No fumes y limita el alcohol: El tabaco irrita las mucosas y retrasa la cicatrización de cualquier heridita en la boca, además de todos los demás daños que causa (cáncer oral, enfermedades de encías, etc.). El alcohol también puede empeorar la irritación y dolor. Dejar de fumar y beber con moderación le dará un respiro a tus pobres tejidos bucales.
Gestiona el estrés y duerme bien: El estrés y la falta de descanso bajan tus defensas y son desencadenantes conocidos de aftas recurrentes. Intenta practicar técnicas de relajación (meditación, ejercicio, yoga, paseos) y asegúrate de dormir lo suficiente cada noche. Tus pacientes y tu boca te lo agradecerán. Yo mismo he visto cómo pacientes que reducen su estrés ven disminuida la aparición de llaguitas.
Mantén una dieta equilibrada y toma suficientes vitaminas: Una alimentación rica en vitaminas (A, C, complejo B) y minerales (hierro, zinc) ayuda a tener tejidos sanos. Incorpora frutas, verduras de hoja, proteínas magras y cereales integrales. Si tu médico ha detectado que te falta alguna vitamina, sigue sus indicaciones con suplementos. Por ejemplo, la deficiencia de B12 a veces provoca llagas, y se corrige con pastillas o inyecciones de esa vitamina.
Protege tu boca de traumas: Si usas brackets o aparatos ortodóncicos y te suelen causar rozaduras, pide a tu ortodoncista una cera especial para cubrir las partes que pinchan. Igualmente, si aprietas los dientes por la noche (bruxismo) podrías estar mordiéndote sin querer; un protector nocturno hecho a medida puede evitar lesiones. Y claro, si notas un borde filoso en un diente roto, no lo dejes: ve al dentista a pulirlo antes de que cause una llaga.
Consulta para ajustes de prótesis o restauraciones: Si tienes una prótesis dental (dentadura postiza), corona o empaste que sientes que roza o no encaja bien, acude a que la ajusten. Un borde mal ajustado puede ser un irritante constante. He tenido pacientes que sufrían siempre de la misma llaga hasta que ajustamos su prótesis y santo remedio, desapareció la úlcera crónica.
Mantén tu boca hidratada: Bebe suficiente agua durante el día. La saliva es la protectora natural de la boca; una boca seca se irrita con facilidad. Si notas sequedad (por medicamentos u otras causas), masca chicle sin azúcar o usa sustitutos de saliva/gel hidratante bucal para mantener la mucosa húmeda.
Revisiones periódicas con tu odontólogo: Por último, aunque suene a consejo estándar, hacerte una limpieza y chequeo dental cada 6-12 meses ayuda a prevenir problemas. En esas visitas, podemos detectar cualquier pequeña úlcera, factor irritante o síntoma inusual en tu boca y darle atención temprana. Además, mantener las encías sanas y libres de placa reduce la inflamación general en la boca.
Siguiendo estos consejos, tendrás muchas menos papeletas de sufrir otra vez esa incómoda boca irritada. La prevención es tu mejor aliada para una boca sana y libre de llagas.
Preguntas frecuentes sobre la irritación en la boca
¿Es lo mismo una afta (llaga bucal) que un herpes labial?
No, aftas y herpes labial son cosas distintas. Las aftas bucales (llagas) son úlceras que aparecen dentro de la boca (en la mucosa de mejillas, encías, lengua) y no son contagiosas. Su causa exacta es desconocida, pero se asocian a factores como estrés, lesiones, cambios hormonales o déficits nutricionales. En cambio, el herpes labial es causado por el virus del herpes simple; suele manifestarse como ampollitas en el labio o borde externo de la boca. El herpes sí es contagioso y a menudo comienza con hormigueo seguido de ampollas que forman costra. Además, las aftas suelen ser redondas con centro blanquecino, mientras el herpes son vesículas agrupadas que al romperse duelen y forman costra. En resumen: la llaga (afta) típica dentro de la boca no es por virus y no se contagia; el herpes labial es por virus, aparece fuera (o en el borde) y se contagia por contacto directo.
¿Las llagas bucales son contagiosas?
Las llagas bucales comunes (aftas)no son contagiosas. No las vas a “pegar” a otros al besar ni al compartir cubiertos, así que puedes estar tranquilo en ese sentido. Estas ulceritas vienen de causas internas (sistema inmune, estrés, etc.) y no por una infección que se transmita. Sin embargo, ten cuidado de no confundirlas con lesiones de otras causas: por ejemplo, si tienes una llaga causada por herpes (como expliqué arriba), esa sí sería contagiosa porque contiene virus activo. O si la irritación es por una infección por hongos (candidiasis), técnicamente podría pasarle hongos a otra persona (aunque no es tan común por simple beso). Pero insistimos, las típicas aftas que salen por dentro de la boca no se transmiten de persona a persona. Puedes convivir normalmente, solo cuida tu propia higiene para que la herida no se infecte con bacterias (por ti, no por otros).
¿Cuánto tarda en sanar una irritación o llaga en la boca?
La mayoría de las aftas o irritaciones leves sanan en aproximadamente 7 a 14 días (1 a 2 semanas). Los primeros 2–3 días suelen ser los más molestos (con más dolor), luego poco a poco va disminuyendo el enrojecimiento y la úlcera va encogiendo hasta desaparecer. Si has estado usando remedios caseros, probablemente notes mejoría más rápida, quizás en cuestión de 3–5 días ya el dolor bajó mucho. Ahora bien, el tiempo exacto puede variar: las llagas pequeñas (menores de 1 cm) casi siempre están curadas en una semana; las llagas grandes o profundas pueden tardar hasta 2 semanas o incluso un poquito más. Importante: si pasan más de 2 semanas y la lesión sigue ahí, no es normal — en ese caso debes acudir al dentista para que la revise. También ten en cuenta que mientras sana es mejor no irritarla más (evita alimentos picantes/ácidos, etc., como vimos). Con los cuidados adecuados, ¡pronto será cosa del pasado!
¿Qué puedo comer si tengo la boca irritada o llagas?
Cuando tienes la boca irritada, lo ideal es optar por alimentos suaves, blandos y neutros que no lastimen ni piquen. Por ejemplo, comidas tibias o frías (no calientes), de textura suave: purés, sopas crema tibias, yogur, pudines, papillas de avena enfriada, batidos o smoothies fríos, quesos suaves, helado de crema (no cítrico). También puedes comer proteínas blandas como pollo guisado desmenuzado, pescado al vapor, tofu, huevo revuelto – nada muy condimentado. Evita temporalmente lo muy salado, picante o ácido: esto incluye salsas con chile, pimienta, curry, alimentos con vinagre, cítricos (naranja, limón, piña), tomate crudo, etc., porque al tocar la llaga arden mucho. Tampoco cosas crocantes o duras (pan tostado, papas fritas, frutos secos) ya que raspan la zona sensible. Prefiere pan suave, tortilla, arroz bien cocido, pasta suave. Y beber agua fresca o infusiones frías/templadas es mejor que café caliente o sodas ácidas. En resumen: dieta blanda, no irritante. Así te nutres sin agravar el dolor mientras sanas. ¡Ah! y come despacio, en trozos pequeños, para evitar morderte justo donde te duele.
¿Qué medicamento o pomada puedo usar para las llagas en la boca?
Para aliviar las llagas en la boca existen medicamentos tópicos de farmacia muy útiles. Pomadas o geles con anestésico como la benzocaína son de venta libre y se aplican directamente sobre la llaga; proporcionan alivio del dolor por un rato (por ejemplo, antes de las comidas). Algunas marcas vienen etiquetadas para «aftas» o «úlceras bucales». Otra opción son los enjuagues bucales medicados: los hay con antisépticos (como clorhexidina al 0,12%) que ayudan a que la llaga no se infecte y sane más rápido, o incluso enjuagues con corticosteroide suave si te lo receta el médico para llagas muy inflamadas. También, si tienes frecuentes aftas, el odontólogo podría recetarte una pomada con corticoide (como triamcinolona) para aplicar en cuanto sientas que viene la llaga, esto reduce mucho su duración. Y como mencionamos, en casos de dolor intenso se puede usar un enjuague de lidocaína viscosa bajo indicación médica. Recuerda siempre leer las instrucciones de estos productos y usarlos según lo recomendado. Si la llaga no mejora con estos tratamientos tópicos en unos días, consulta de nuevo con el dentista.
Espero que esta guía te haya sido de ayuda. Como odontólogo, mi objetivo es que entiendas qué pasa cuando se te irrita la boca por dentro y que tengas a mano todas las herramientas (caseras y médicas) para aliviar una boca dolorida. Lo importante es actuar con cuidado, dar tiempo a que sane y no dudar en buscar ayuda profesional si algo no va bien. ¡Ánimo! La próxima vez que sientas una molestia en tu boca, ya sabrás exactamente qué hacer y cómo prevenirla. ¡Que tengas una sonrisa saludable!
Dr. José Bartolomé Lechuga
Odontólogo
El Dr. José Bartolomé Lechuga, odontólogo especializado en prostodoncia y cirugía bucal, se dedica a la odontología general y estética desde 2021. Su compromiso con la formación continua y su habilidad en tratamientos personalizados le permiten entender y satisfacer las necesidades estéticas y funcionales de sus pacientes. Como profesor colaborador en la Universidad CEU San Pablo y reconocido por importantes sociedades científicas, el Dr. Lechuga se esfuerza por devolver la confianza a sus pacientes, destacándose por su excelencia clínica y su pasión por mejorar cada sonrisa.