
Descubre cómo la ortodoncia puede modificar tu perfil facial, mejorar tu sonrisa y armonizar tus rasgos de forma natural.

Tipos de ortodoncia y precios en España: brackets metálicos, cerámicos, zafiro, linguales, Invisalign. Ventajas, desventajas y costes. ¡Elige la mejor opción para ti!
Hola soy Janet Guijarro, como ortodoncista con varios años de experiencia, sé que decidir qué tratamiento de ortodoncia elegir puede resultar abrumador. Existen múltiples opciones de aparatos dentales para alinear tu sonrisa, cada una con sus ventajas, desventajas y costes. Mi objetivo con este artículo es ayudarte a entender los tipos de ortodoncia disponibles y sus precios en España, para que puedas tomar una decisión informada y adecuada a tus necesidades. Hablaremos de brackets metálicos tradicionales, brackets estéticos de cerámica y zafiro, ortodoncia lingual, alineadores invisibles (como Invisalign o Suresmile) e incluso ortodoncia infantil. Además, te daré consejos prácticos y actualizados sobre cada opción, incluyendo costes aproximados en euros, ventajas, inconvenientes y para quién está indicada cada alternativa.
Antes de entrar en materia, ten en cuenta que el precio de un tratamiento de ortodoncia depende de varios factores: la complejidad de tu caso, la duración del tratamiento, y el tipo de aparato que elijas. Por lo general, los tratamientos más estéticos y avanzados tienden a ser más costosos, mientras que las opciones tradicionales suelen ser más asequibles. Dicho esto, todas las ortodoncias bien realizadas pueden lograr excelentes resultados; la clave está en encontrar la que mejor se adapta a ti. ¡Vamos a ver cada opción en detalle!
Los brackets metálicos son el sistema de ortodoncia clásico y más conocido. Seguramente los has visto: pequeñas piezas metálicas adheridas a la parte frontal de cada diente, conectadas por un arco metálico. Este tipo de ortodoncia fija utiliza alambres y ligaduras elásticas para ejercer presión continua y corregir la posición de los dientes.
Ventajas: Los brackets metálicos destacan por su eficacia y porque permiten corregir prácticamente cualquier maloclusión, desde dientes apiñados hasta problemas de mordida severos. Otra gran ventaja es su precio: la ortodoncia metálica suele ser la opción más económica. En mi experiencia, es el tratamiento con mejor relación coste-beneficio para muchos pacientes jóvenes. Además, los niños y adolescentes suelen llevarlos con orgullo, eligiendo ligaduras de colores en cada revisión.
Desventajas: El principal inconveniente es la estética. Al ser de metal plateado, estos aparatos son visibles a simple vista, lo que puede generar inseguridad en algunos pacientes adultos. También requieren hábitos rigurosos de higiene: con brackets es fundamental extremar la limpieza dental y moderar ciertos alimentos (duros, pegajosos o muy pigmentados) para evitar caries o manchas. (Te recomiendo seguir nuestros cuidados tras la colocación de brackets para mantener tu boca sana durante el tratamiento.) Por último, pueden provocar pequeñas llagas o rozaduras al inicio, hasta que uno se acostumbra.
Indicaciones: Suelo recomendar brackets metálicos a pacientes que buscan un tratamiento de ortodoncia efectivo y económico, y que no les importe lucir aparatos visibles durante uno o dos años. Son muy comunes en ortodoncia infantil y adolescente, pero también muchos adultos los eligen por su eficiencia. Si priorizas el resultado y el coste de los brackets frente a la estética, esta es probablemente tu mejor opción.
Precio: En España, un tratamiento completo con brackets metálicos tradicionales suele costar entre 2.500 € y 3.500 € aproximadamente para una duración típica de 18 a 24 meses. Este rango puede variar según la clínica y la dificultad del caso; por ejemplo, casos más sencillos de ~12 meses pueden rondar la parte baja del rango, mientras que tratamientos más largos o complejos se acercan al tope. Aún así, sigue siendo la alternativa más asequible de todas las ortodoncias fijas.
Si te atrae la eficacia de los brackets pero te preocupa la estética, los brackets cerámicos pueden ser la solución. Este tipo de brackets estéticos está fabricado de material cerámico (porcelana) de color blanco o translúcido, diseñados para mimetizarse con el diente. A primera vista son mucho menos visibles que los metálicos, ya que se camuflan con el tono de tu esmalte.
Ventajas: El principal punto a favor es la discreción. A medio metro de distancia, mucha gente ni notará que llevas ortodoncia porque los brackets cerámicos se confunden con los dientes. Ofrecen la misma efectividad en el movimiento dental que los de metal, por lo que obtienes resultados equivalentes pero con un impacto visual muy reducido. Son una gran opción para adultos que quieren corregir su sonrisa de forma más estética sin llegar al coste de tratamientos invisibles. Además, los materiales cerámicos modernos son bastante resistentes y no se tiñen fácilmente con el tiempo (a diferencia de antiguos brackets de resina). En mi consulta, pacientes que trabajan de cara al público suelen decantarse por esta opción.
Desventajas: El precio es más alto que el de los brackets metálicos convencionales, debido al material y a que su fabricación es más compleja. También pueden ser ligeramente más voluminosos, haciendo que la adaptación inicial sea un pelín menos cómoda (aunque la mayoría de pacientes se acostumbra rápido). Si bien los brackets en sí no se manchan, las ligaduras elásticas que los sujetan sí pueden teñirse con alimentos como café, té o curry; por suerte esas ligaduras se renuevan en cada visita mensual. En cuanto al tratamiento, a veces puede prolongarse unas semanas más que con metálicos, porque la fricción es algo mayor. Finalmente, igual que con cualquier ortodoncia fija, requieren excelente higiene y cuidado para evitar problemas en encías y dientes.
Indicaciones: Indicado para quien desea un tratamiento discreto pero efectivo. Muchos adultos eligen brackets cerámicos para alinear sus dientes sin que se note demasiado en su vida diaria. También es común combinarlos: por ejemplo, cerámicos en los dientes superiores frontales (más visibles) y metálicos detrás o en arcada inferior, para ahorrar coste. Te los recomiendo si buscas una opción estética a un precio moderado, entendiendo que invertirás un poco más que con brackets metálicos a cambio de una apariencia mucho más sutil.
Precio: En España, el coste de un tratamiento con brackets cerámicos suele oscilar entre 3.000 € y 4.500 €
Este precio promedio incluye normalmente todo el proceso (estudio, colocación, revisiones y retirada). Es aproximadamente un 20-30% más caro que el equivalente en metálico. Por ejemplo, un caso estándar de 18 meses con cerámicos podría rondar los 3.500-4.000 €. Cada clínica tiene sus tarifas, pero en general prepárate para una inversión algo mayor por la mejora estética que obtienes.
Los brackets de zafiro son en realidad un tipo especial de bracket cerámico, hechos de un cristal de zafiro monocristalino. Merecen mención aparte porque son considerados los brackets transparentes por excelencia. A diferencia del bracket cerámico tradicional (que es blanco mate), el zafiro es totalmente translúcido: deja ver el color natural de tu diente a través de él. Esto les da una apariencia aún más discreta y limpia; mucha gente ni nota que llevas brackets, pensando que quizás es un alineador transparente.
Ventajas: Ofrecen la máxima estética dentro de los aparatos fijos. Al ser translúcidos, no se tiñen ni cambian de color con alimentos o bebidas, y mantienen su transparencia durante todo el tratamiento. Tienen bordes muy pulidos, lo que los hace cómodos para mejillas y labios. En cuanto a resultados, logran la misma efectividad que otros brackets en mover dientes. En resumen, proporcionan la ortodoncia fija más invisible posible (solo superada por la ortodoncia lingual, de la que hablaremos luego). Son ideales si quieres la eficacia de los brackets, pero prácticamente que no se vean.
Desventajas: Son la opción de brackets más costosa. Al estar hechos de un cristal artificial muy puro, su fabricación eleva el precio. Aproximadamente cuestan un poco más que los de cerámica convencional. Por otro lado, aunque son bastante resistentes, pueden llegar a fracturarse si muerdes algo muy duro (al igual que un bracket cerámico), por lo que conviene ser cuidadoso. También, al igual que otros brackets estéticos, el tiempo de tratamiento podría ser ligeramente mayor que con metálicos puros debido a la fricción con el arco (aunque con arcos modernos de baja fricción, esta diferencia es mínima). En cuanto a higiene, los brackets de zafiro no manchan pero, de nuevo, las gomas pueden amarillear hasta la siguiente visita de ajuste, así que conviene evitar alimentos que tiñen en exceso o al menos enjuagar después de consumirlos.
Indicaciones: Recomendados para pacientes adultos que buscan la ortodoncia fija más estética posible. Si trabajas de cara al público o simplemente quieres sentirte cómodo/a con tu sonrisa durante el tratamiento, los de zafiro cumplen con creces en discreción. Son una gran opción para quienes valoran la estética pero por razones médicas o personales prefieren brackets en lugar de alineadores removibles. En mi práctica, quienes prueban los brackets de zafiro quedan gratamente sorprendidos de lo poco que se notan en fotos o conversaciones cotidianas.
Precio: El precio medio de un tratamiento con brackets de zafiro en España ronda los 3.500 € a 5.000 €. Es ligeramente superior al de los brackets de cerámica tradicionales. Por ejemplo, un tratamiento de 18-24 meses con zafiro podría situarse en torno a 4.000-4.500 € en total. Aunque es la alternativa más cara dentro de los brackets externos, sigue siendo generalmente más económica que la ortodoncia lingual o que algunos sistemas de alineadores avanzados. Muchos pacientes consideran que vale la pena la inversión extra por la comodidad estética que aporta.
Los brackets autoligables no constituyen un material diferente, sino un diseño especial disponible tanto en versión metálica como estética. He querido dedicarles su propia sección porque en los últimos años se han popularizado mucho. ¿Qué los hace distintos? Básicamente, no necesitan ligaduras elásticas para sujetar el arco. En su lugar, cada bracket incorpora un pequeño clip o pestaña metálica que cierra sobre el arco y lo mantiene en su lugar.
Ventajas: Al no usar gomitas, se reduce la fricción entre el arco y el bracket, lo que permite que el diente se mueva más libremente. Esto puede traducirse en movimientos un poco más rápidos y, según el caso, en un tiempo total de tratamiento ligeramente menor. También suele requerir menos ajustes o citas más cortas, ya que no hay que cambiar ligaduras en cada visita. Otra ventaja es la higiene: al no tener elastómeros que acumulen placa o se tiñan, la limpieza es más sencilla y se reduce la acumulación de bacterias. Muchos pacientes encuentran además que el periodo de adaptación inicial es más cómodo, ya que ejercen fuerzas más suaves de manera continua. En resumen, los brackets autoligables ofrecen la eficacia de los sistemas tradicionales, pero optimizando algunos aspectos mecánicos.
Desventajas: El costo tiende a ser mayor que el de los brackets convencionales. Piensa que estás pagando por una tecnología de clip más avanzada. En números, pueden suponer unos pocos cientos de euros adicionales respecto a brackets normales (metálicos o cerámicos). Por ejemplo, en nuestra clínica un tratamiento metálico autoligable suele costar algo más que el metálico con ligaduras. Otro detalle: no todos los casos se benefician por igual de esta tecnología. Si la ventaja principal es reducir fricción, en casos sencillos la diferencia en tiempo es mínima, así que el beneficio puede no justificar el costo extra. Además, no todos los ortodoncistas trabajan con autoligado; algunos prefieren brackets convencionales porque tienen más familiaridad o control con esos sistemas. En lo estético, existen versiones autoligables estéticas (de porcelana o zafiro con clip transparente), pero incluso la versión metálica autoligable suele ser un poco más pequeña y discreta que la metálica convencional (ya que no tiene ligaduras de colores).
Indicaciones: Son una gran opción si buscas mayor comodidad y eficiencia en tu tratamiento y no te importa invertir un poco más. Suelo proponer brackets autoligables a pacientes adultos con casos moderados, donde podemos ganar algo de tiempo y confort. También a adolescentes especialmente preocupados por la higiene, ya que este sistema facilita limpiar alrededor de los brackets. Si has leído sobre los brackets Damon u otras marcas, sabrás de lo que hablamos: es este tipo de ortodoncia. En definitiva, están indicados para quienes quieren aprovechar las últimas innovaciones en brackets para mejorar su experiencia, dentro de que seguirán siendo aparatos fijos visibles.
Precio: Un tratamiento con brackets autoligables en España puede costar alrededor de 2.800 € a 4.500 €, dependiendo de si son metálicos o estéticos. En nuestra experiencia, los brackets metálicos autoligables suelen situarse en la parte baja-media de ese rango (ligeramente más caros que la ortodoncia metálica normal), mientras que los autoligables estéticos se acercan o superan los 4.000 € (similar al coste de brackets de zafiro). Aunque el precio es mayor que el de brackets con ligaduras, muchos pacientes valoran positivamente la comodidad añadida. Como siempre, es importante que un ortodoncista evalúe tu caso para ver si realmente el autoligado aportará ventajas significativas en tu tratamiento.
Pasamos ahora a la modalidad más exclusiva e invisible de todas: la ortodoncia lingual. En este sistema se utilizan brackets metálicos especiales que, en vez de colocarse en la cara frontal del diente, se pegan en la cara interna (la que da hacia la lengua, de ahí “lingual”). Esto significa que los aparatos no se ven en absoluto desde fuera. A simple vista, pareciera que no llevas ortodoncia, lo cual es un gran atractivo para muchos adultos.
Ventajas: Es 100% invisible. Ningún otro método aparte de los alineadores removibles ofrece este nivel de discreción, y la ortodoncia lingual tiene la ventaja de ser fija (no depende de la colaboración del paciente para usarla todo el día). Ofrece efectividad similar a la de los brackets tradicionales, pudiendo corregir incluso maloclusiones complejas que a veces con alineadores son más difíciles. Al estar diseñados a medida para cada paciente (mediante moldes o escaneados digitales), suelen ser muy precisos en el ajuste a la forma de tus dientes. Para profesionales que dominamos la técnica, los resultados pueden ser tan excelentes como con brackets externos. En resumen, obtienes la eficacia de los brackets con la estética más alta posible, ideal para pacientes que por motivos laborales o personales no quieren que su ortodoncia se note en absoluto.
Desventajas: El precio es, con diferencia, el más elevado de entre los tipos de ortodoncia convencionales. Los brackets linguales son fabricados individualmente para cada diente (por ejemplo, sistemas como Incognito™ utilizan oro u otros metales personalizados), lo que incrementa mucho el coste del laboratorio. Además, no todos los ortodoncistas ofrecen ortodoncia lingual, ya que requiere formación especializada; esto hace que los pocos expertos en técnica lingual puedan tener honorarios más altos. Otro aspecto es la comodidad: al ir por dentro, al principio rozan la lengua y pueden afectar al habla temporalmente (los primeros días es común un ligero ceceo hasta que la lengua se adapta). Las llagas en la lengua las primeras semanas también pueden ocurrir, aunque existen ceras y protectores para aliviarlas mientras te acostumbras. Las visitas de ajuste suelen ser más largas y algo más incómodas, ya que trabajar por la cara interna del diente es más laborioso. Por último, la higiene requiere aún más dedicación: es un área menos visible y accesible, por lo que hay que esmerarse con cepillos interdentales e irrigadores para limpiar bien. Muchos de mis pacientes linguales confiesan que los alineadores invisibles les parecían más sencillos en ese aspecto, pero que valoran la lingual por no tener que quitárselos para comer ni llevar algo extraíble.
Indicaciones: Recomiendo la ortodoncia lingual principalmente a adultos que exigen una estética total y están dispuestos a asumir el coste y la adaptación necesaria. Es frecuente en profesionales de imagen pública, actores, modelos, o simplemente personas muy cohibidas por la idea de llevar brackets visibles. También puede indicarse en pacientes que, por la naturaleza de su maloclusión, no son candidatos a alineadores invisibles pero sí podrían corregirse con brackets (por ejemplo, ciertos movimientos complejos), entonces la opción lingual ofrece una alternativa estética. Hay que tener en cuenta que no todas las clínicas la ofrecen; si te interesa, busca un ortodoncista especializado en técnica lingual. Cuando está bien planificada, la mayoría de pacientes se adaptan tras el primer mes y llevan el tratamiento satisfactoriamente.
Precio: La ortodoncia lingual es la más cara: en España supera los 6.000 € en la mayoría de los casos. Para dar un rango, suele situarse aproximadamente entre 5.000 € y 8.000 € dependiendo de la duración y la complejidad. Por ejemplo, un caso moderado de 18 meses podría costar alrededor de 6.000 €, mientras que tratamientos de más de 24 meses o muy complejos pueden acercarse a 8.000 € (o incluso más en casos excepcionales). Es, por tanto, una inversión considerable. Es importante confirmar en cada presupuesto qué incluye exactamente el precio (estudio, citas, emergencias, retenedores, etc.), ya que con una inversión así querrás tener toda la cobertura necesaria. Pese al coste, para cierto perfil de paciente la confianza de llevar una ortodoncia invisible compensa el precio. Muchos lo describen como “vale, es caro, ¡pero nadie nota que la llevo!”.
Llegamos a uno de los tratamientos estrella de la última década: la ortodoncia invisible removible, comúnmente representada por Invisalign (aunque hoy día hay otras marcas de alineadores transparentes). Consiste en una serie de férulas de plástico transparente, a medida de tus dientes, que van ejerciendo movimientos progresivos. Cada alineador se cambia aproximadamente cada 1-2 semanas, y entre todos van corrigiendo la posición de tus dientes. Al ser removibles, te los quitas para comer y cepillarte, ofreciendo una gran comodidad en tu día a día.
Ventajas: Estéticamente, son prácticamente invisibles. Puestos, pasan desapercibidos salvo que alguien se fije muy de cerca. Son muy cómodos: no hay brackets ni alambres que rocen, por lo que suele haber menos llagas o molestias en tejidos blandos. La higiene oral es mucho más sencilla, ya que te cepillas sin aparatos puestos (lo que reduce el riesgo de caries o gingivitis durante el tratamiento). La alimentación apenas se ve afectada: puedes comer de todo tras quitarte los alineadores (solo recordando ponértelos de nuevo después de lavar tus dientes). Otra ventaja es que con los alineadores digitales podemos planificar virtualmente el caso y hasta visualizar un resultado aproximado antes de empezar, lo cual motiva mucho a los pacientes. En cuanto a resultados, los alineadores corrigen de forma efectiva la mayoría de maloclusiones leves a moderadas, y con adjuntos especiales (attachments) pueden solventar también muchos casos complejos. Para adultos que buscan tratamientos de ortodoncia discretos y cómodos, sin duda los alineadores son la opción preferida hoy en día.
Desventajas: El éxito de este tratamiento depende en gran medida del compromiso del paciente. Al ser removibles, debes usarlos al menos 22 horas al día; si no los llevas puestos el tiempo indicado, el diente no se mueve como debería y el tratamiento se alarga. Esto requiere disciplina (por ejemplo, ponértelos de inmediato tras cada comida y dormir siempre con ellos). Otro punto es el precio: la ortodoncia con alineadores invisibles suele tener un coste superior al de los brackets metálicos y similar o ligeramente mayor al de los brackets estéticos.
Además, en casos muy complejos (por ejemplo, grandes discrepancias de tamaño óseo o maloclusiones severas), los alineadores pueden no ser tan eficientes y a veces es preferible un tratamiento con brackets. Tu ortodoncista evaluará si Invisalign u otro alineador puede lograr todos los movimientos necesarios; si hay limitaciones, te las explicará (por ejemplo, ciertas rotaciones muy grandes o correcciones verticales pueden ser más difíciles con férulas). Por último, aunque son cómodos, no están exentos de pequeñas molestias: cada vez que estrenas alineador notas presión en los dientes durante uno o dos días (signo de que está trabajando), y a algunas personas les cuesta un poco acostumbrarse a quitarlos y ponerlos, o a hablar fluidamente el primer par de días (puede haber un leve ceceo inicial).
Indicaciones: Los alineadores transparentes son ideales para adultos y adolescentes responsables que buscan alinear sus dientes de forma estética y confortable. En mi consulta, prácticamente el 100% de los pacientes adultos pregunta por Invisalign al valorar opciones. Es excelente para quienes priorizan la estética pero no quieren brackets linguales (por precio o por evitar algo fijo en boca). También para pacientes que ya llevaron brackets en el pasado y sufrieron una pequeña recaída: con alineadores suelen corregirla fácil. Incluso en adolescentes se usan mucho, siempre que tanto el joven como los padres se comprometan a un buen uso (hay alineadores con indicadores de uso para controlar el cumplimiento). Siempre recalco que, aunque sean removibles, deben ser prescritos y supervisados por un ortodoncista. La Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO) advierte que cualquier tratamiento con alineadores comprado por Internet sin supervisión profesional puede ser perjudicial para la salud. Así que, si eliges ortodoncia invisible, asegúrate de hacerlo mediante una clínica dental con especialistas que planifiquen correctamente tu caso.
Precio: El precio de la ortodoncia invisible varía según la complejidad del caso y la cantidad de alineadores necesarios. En España, un tratamiento Invisalign sencillo (casos de poca corrección) puede partir de unos 2.500-3.000 €, mientras que tratamientos más completos suelen estar entre 4.000 € y 6.000 €.
Por ejemplo, un caso moderado de 12 a 18 meses podría costar 3.500-5.000 €. A veces las clínicas ofrecen financiación sin intereses dada la elevada suma, o planes de pago por fases del tratamiento. Es importante saber exactamente qué incluye el presupuesto: normalmente abarca el estudio 3D, todos los alineadores secuenciales, revisiones hasta finalizar y a veces un set de refinamiento (alineadores extra en caso de ajustes finales). Pregunta también si incluye retenedores post-tratamiento. En cualquier caso, aunque la inversión es mayor que con brackets metálicos, muchos pacientes consideran que el beneficio en comodidad y estética justifica el coste. Y como comentábamos, sigue siendo más barato que la ortodoncia lingual.
No podemos olvidar mencionar la ortodoncia infantil, también llamada ortodoncia interceptiva u ortopedia dentofacial, que se realiza en niños generalmente entre los 6 y 11 años. A esa edad, más que “estética de la sonrisa”, buscamos guiar el correcto desarrollo de los maxilares y corregir hábitos o problemas tempranos (chuparse el dedo, paladares estrechos, falta de espacio, etc.). Los tratamientos infantiles incluyen aparatos removibles, expansores de paladar, máscaras faciales, brackets tempranos en dentición mixta, etc., según la necesidad.
Diferencias con la ortodoncia de adultos: En niños, muchas veces utilizamos aparatos removibles o funcionales durante una fase corta (6-12 meses) para corregir problemas óseos o de espacio mientras están creciendo. Estos aparatos suelen ser más económicos que una ortodoncia completa, pero a veces el niño necesitará una segunda fase de brackets en la adolescencia para alinear los dientes definitivos. Por eso, el coste total de la ortodoncia en niños puede variar mucho. Si solo requieren una fase interceptiva, suele ser bastante asequible; si luego se añade una fase con brackets, habrá que sumar ese costo más adelante. En general, el precio de tratamientos infantiles interceptivos en España puede ir desde unos 500-1.500 € (para aparatos sencillos) hasta 2.000-4.000 € en casos que incluyan ya brackets infantiles u otros dispositivos más complejos. Aun sumando fases, muchas veces la ortodoncia en niños es más corta y enfocada que en adultos, y al prevenir problemas graves, a la larga puede ahorrar tiempo y dinero.
Consejo: La Sociedad Española de Ortodoncia recomienda llevar a los niños a una primera revisión de ortodoncia alrededor de los 6-7 años. Si tu hij@ necesita tratamiento interceptivo, te explicaremos las opciones y costes en detalle. Disponemos de páginas específicas donde hablamos de ortodoncia infantil y de cómo estos tratamientos tempranos pueden evitar complicaciones futuras. Recuerda que en la mayoría de casos, la ortodoncia infantil no persigue una sonrisa perfecta inmediata, sino sentar las bases para que cuando llegue la adolescencia, un tratamiento con brackets (o alineadores) sea más sencillo, corto y efectivo.
En cuanto a la comparativa de precio niños vs adultos, normalmente la ortodoncia en adultos es más costosa que en niños. Esto se debe a que los adultos suelen requerir tratamientos completos con aparatos fijos o alineadores (3.500-6.000 € de media en total), mientras que muchos niños solo necesitan tratamientos parciales o aparatos removibles más baratos (unos 1.000-3.000 € según el caso). Además, los adultos a menudo eligen opciones estéticas (brackets de cerámica, alineadores) que encarecen el presupuesto, mientras que con los peques casi siempre usamos brackets metálicos convencionales cuando llega el momento, que son más económicos. En cualquier caso, cada niño es un mundo: algunos necesitarán dos fases de tratamiento ortodóntico y otros ninguno. Consulta con tu ortodoncista infantil de confianza para saber qué conviene en el caso de tu hijo.
(Por cierto, después de cualquier tratamiento de ortodoncia, infantil o adulto, será imprescindible el uso de retenedores para mantener los resultados. Asegúrate de seguir las instrucciones sobre retenedores que te dé tu especialista.)
Sin duda, los brackets metálicos convencionales son la opción más barata en la mayoría de casos. Al ser el sistema más básico (material de acero inoxidable y sin personalización estética), su coste es menor que el de otros aparatos. En España, un tratamiento completo con brackets metálicos puede costar en torno a 2.500-3.000 €, mientras que otras opciones arrancan desde precios más altos. Por ejemplo, los brackets estéticos de cerámica o zafiro cuestan un poco más, los alineadores invisibles parten de alrededor de 3.000 € en casos leves, y la ortodoncia lingual es la más cara con diferencia (>6.000 € generalmente). Si el presupuesto es tu mayor preocupación, la ortodoncia metálica tradicional suele ser la de menor coste y aun así proporciona excelentes resultados.
En muchos casos, sí lo es. Los alineadores invisibles tipo Invisalign pueden corregir la mayoría de problemas de alineación dental (apiñamientos leves a moderados, separaciones, ciertas maloclusiones) con la misma eficacia que los brackets, siempre y cuando el paciente use las férulas según las indicaciones. Para casos complejos, a veces combinamos alineadores con apoyos especiales o incluso con una fase corta de brackets para lograr ciertos movimientos difíciles. En general, para un paciente adulto disciplinado, la ortodoncia invisible ofrece resultados comparables a los brackets tradicionales. No obstante, la elección depende de la situación individual: por ejemplo, para corregir grandes discrepancias jaw-esqueléticas, la ortodoncia fija puede ser más adecuada, mientras que para movimientos dentales menores, Invisalign funciona de maravilla. Lo importante es realizar un buen diagnóstico; tu ortodoncista te dirá si en tu caso concreto un alineador podrá alcanzar el mismo resultado que los brackets. En mi experiencia, ambos métodos bien indicados alinean los dientes de forma efectiva, con la ventaja de que los alineadores ofrecen mayor comodidad y estética durante el proceso.
La duración del tratamiento de ortodoncia varía según la complejidad del caso y el tipo de aparato. En promedio, la mayoría de tratamientos duran entre 12 y 24 meses. Un caso sencillo (por ejemplo, ligeras separaciones o apiñamiento leve) podría resolverse en ~6-12 meses, especialmente con técnicas aceleradas o alineadores en casos leves. Por otro lado, una maloclusión severa puede requerir 2 a 3 años de aparatos. Con brackets tradicionales, solemos citar ~18-24 meses como estándar para alineaciones completas. Los alineadores Invisalign a veces pueden ser ligeramente más rápidos en casos moderados (porque podemos mover varios dientes a la vez de forma controlada), pero en general también rondan 12-18 meses de uso para casos típicos. Casos interceptivos en niños pueden ser más cortos, ~6-12 meses por fase. Recuerda que la constancia en asistir a tus revisiones y, en el caso de alineadores, usarlos el tiempo prescrito, influye mucho en la duración total. Tu ortodoncista te dará una estimación de tiempo al planificar el caso; a medida que avances, iremos confirmando si ese plazo se cumple. ¡Y ánimo, que el tiempo con ortodoncia pasa más rápido de lo que parece cuando comienzas a ver tu nueva sonrisa!
La ortodoncia no produce un “dolor” intenso constante, pero sí conlleva molestias y presión en ciertos momentos. Cuando te colocan los brackets o el primer alineador, es normal sentir los dientes sensibles y cierta tensión durante unos días, ya que están empezando a moverse (la sensación suele ser de “dientes flojos” o presión, más que un dolor agudo). Lo mismo ocurre tras cada ajuste mensual de los brackets o al cambiar a un alineador nuevo: las primeras 24-48 horas notas los dientes resentidos, pero luego se reduce. Estas molestias se alivian con analgésicos suaves (ibuprofeno, paracetamol) si hiciera falta, aunque muchos pacientes lo llevan bien sin medicación. Con brackets, además, puede haber rozaduras en la cara interna de labios o mejillas al principio; para eso usamos cera de ortodoncia que protege hasta que esas zonas se acostumbren. Los alineadores evitan casi todas las llagas, aunque a veces pueden rozar un poco en la lengua o encías si hay un borde afilado (se puede limar). En resumen, ponerse ortodoncia no duele durante el procedimiento, y las molestias posteriores son temporales y manejables. La gran mayoría se adapta tras las primeras semanas y lleva el resto del tratamiento con normalidad. Como ortodoncista, monitoreo tu comodidad en cada cita y podemos ajustar fuerzas si algo resulta muy incómodo. ¡Tu sonrisa vale la pequeña incomodidad inicial!
Es fundamental aclarar con tu clínica qué está incluido en el presupuesto de ortodoncia para evitar sorpresas. Por lo general, un tratamiento completo incluye:
En definitiva, el precio típico cubre el estudio, el aparato y las citas hasta terminar, pero pueden haber gastos adicionales según el caso: radiografías extra, aparatología auxiliar (ej. microtornillos, expansores), retenedores, etc.
Mi consejo es solicitar siempre un presupuesto por escrito donde se detallen estos puntos. Así sabrás exactamente qué estás pagando. Y si tienes seguro dental, infórmate de si te reembolsa una parte del tratamiento ortodóntico. En nuestras clínicas ofrecemos financiación y primera visita gratis para comentar todas estas cuestiones con tranquilidad.
Espero que esta guía te haya sido útil. Como profesional de la ortodoncia, mi prioridad es que estés bien informado/a y cómodo/a con la opción que elijas. Cada sonrisa es única, y por suerte hoy contamos con múltiples alternativas de tratamiento para adaptarnos a cada persona, tanto en necesidad clínica como en presupuesto y estilo de vida. No dudes en consultarnos para una valoración personalizada: te orientaremos sobre el tipo de ortodoncia más conveniente y elaboraremos un plan de tratamiento a tu medida. ¡El primer paso es animarte, tu sonrisa ideal te está esperando!
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