
Te explicamos: precios medios de brackets metálicos, cerámicos, zafiro, linguales e Invisalign, factores que influyen, qué incluye el presupuesto y cómo financiar tu ortodoncia.

Descubre cómo la ortodoncia puede modificar tu perfil facial, mejorar tu sonrisa y armonizar tus rasgos de forma natural.
Hola, soy Yolanda Martin ortodoncista y he escuchado esta pregunta innumerables veces en mi consulta: «Doctor, ¿es cierto que los brackets te cambian la cara?». Sí, los brackets (frenillos) pueden producir cambios faciales. Pero, ¡tranquilo! Normalmente esos cambios son positivos, sutiles y orientados a lograr un rostro más armónico.
En este artículo te voy a contar todo lo que necesitas saber sobre cambios faciales con ortodoncia: por qué suceden, cómo es el proceso, qué transformaciones puedes esperar en tu sonrisa, labios y perfil, y también qué no hace la ortodoncia. Mi objetivo es que, al terminar de leer, te sientas informado y confiado, sabiendo exactamente cómo cambia la cara con brackets y por qué ese cambio suele ser para mejor.
Si alguna vez te miraste al espejo con dudas sobre tu tratamiento ortodóntico, este artículo es para ti. Vamos a despejar todas tus preguntas de forma clara y cercana.
Imagínate que tu cara es como una carpa de campaña, y los dientes junto con los huesos maxilares (mandíbula superior e inferior) son los postes que la sostienen. Si mueves la posición de esos postes, el «lienzo» (tus labios, mejillas, perfil facial) también se ajusta. En otras palabras, los dientes y huesos maxilares son el soporte de los tejidos faciales (labios, músculos, piel) que dan forma a tu rostro. Por eso, al alinear tus dientes y corregir tu mordida con brackets, es lógico que haya cambios en la estructura facial.
Ahora bien, cuando hablamos de cambiar la cara, no pienses en un cambio radical de tus rasgos. No vas a “volver a casa con otra cara” como si fuera cirugía plástica. Los cambios con ortodoncia suelen ser graduales y proporcionales: ocurren a lo largo de meses o años de tratamiento y buscan lograr un rostro equilibrado.
Entonces, sí o no: ¿los brackets te cambian la cara? – Sí, pero de manera positiva y generalmente sutil. Lo más común es que mejore la armonía facial: tu sonrisa se ensancha, el perfil se equilibra, y la posición de la mandíbula encaja mejor dando un aspecto más estético. Muchas veces, tras el tratamiento ortodóntico, el paciente se ve al espejo y nota algo distinto, como «más simétrico, más proporcionado» aunque no pueda precisar exactamente qué cambió. Es la magia de la ortodoncia, que corrige desde la raíz (nunca mejor dicho, ¡desde la raíz del diente!) problemas que afectaban tanto tu salud bucal como tu apariencia.
Veamos cómo cambia la cara con brackets desde un punto de vista sencillo. Cuando llevas brackets, aplicamos presión controlada sobre tus dientes para moverlos a la posición correcta. Esa presión se transmite al hueso que rodea al diente a través del ligamento periodontal (un tejido que actúa como amortiguador entre diente y hueso). El hueso, que es un tejido vivo, responde remodelándose: se reabsorbe donde el diente ejerce presión y se forma hueso nuevo donde hay espacio vacío conforme el diente avanza. Así es como, poco a poco, movemos dientes y en algunos casos también influimos en la posición de los maxilares.
¿Y esto qué tiene que ver con la cara? Mucho. Piensa que:
La ortodoncia considera no solo tus dientes, sino toda tu estructura orofacial al planificar el tratamiento. Yo, como ortodoncista, estudio fotografías, radiografías y modelos de tus dientes antes de empezar, precisamente para anticipar cómo impactarán los movimientos dentales en tu estética facial. Nuestro objetivo es mejorar tu sonrisa y tu perfil a la vez que corregimos la alineación dental y la mordida. Y te aseguro que, bien planificado, ese impacto suele ser mejorar lo que ya tienes, resaltando tus rasgos favorables y equilibrando los que estaban fuera de armonía.
Nota: en pacientes jóvenes (niños y adolescentes) los cambios faciales pueden ser más notables que en adultos, porque sus huesos aún están en crecimiento y la ortodoncia puede guiarlos en cierta dirección. En adultos, el hueso ya es más denso y las suturas están cerradas, así que la mayoría de cambios serán por movimiento dental y adaptaciones de tejidos blandos, más sutiles. Aun así, incluso a los 30, 40 o más, una ortodoncia bien llevada puede lograr mejoras estéticas apreciables en el rostro. No hay límite de edad para embellecer una sonrisa.
No todas las personas experimentarán los mismos cambios; todo depende de tu caso inicial. A continuación, veremos cómo cambia la cara con brackets según el tipo de problema de mordida o alineación que tengas. Si identificas tu caso, entenderás qué transformación facial por brackets es posible. ¡Vamos a ello!
¿Qué es? Una mordida abierta ocurre cuando al cerrar la boca, quedan espacios abiertos entre los dientes frontales (superiores e inferiores) porque no contactan. En otras palabras, los dientes de adelante no encajan y es como si siempre estuvieras dejando un huequito al morder. Esto suele venir acompañado de incompetencia labial, es decir, dificultad para cerrar los labios naturalmente, y a veces hábitos como interponer la lengua (deglución atípica).
¿Cómo afecta la cara? Las personas con mordida abierta a menudo tienen un aspecto de cara alargada, especialmente en la zona inferior del rostro. Al no poder cerrar bien los labios, la boca tiende a estar entreabierta en reposo, dando una apariencia de estar “boquiabierto” permanente. El mentón puede lucir más hacia abajo y la expresión facial cambia (a veces parece de asombro o cansancio debido a la postura labial). También es común que el perfil muestre el labio superior algo adelantado y el inferior hacia abajo, desequilibrando la armonía.
¿Qué hace la ortodoncia? Con brackets (y a veces apoyos extra como elásticos verticales o dispositivos especiales), podemos cerrar la mordida abierta haciendo que los dientes frontales superiores e inferiores entren en contacto adecuado. Esto conlleva un reposicionamiento de la mandíbula y un entrenamiento de los músculos faciales para que los labios puedan cerrarse cómodamente. El resultado tras el tratamiento es que el paciente puede juntar los labios sin esfuerzo y su tercio inferior facial se acorta ligeramente, eliminando esa apariencia de cara larga.
Cambio visible: El antes y después es notable: de un rostro donde los labios no cerraban y se veía alargado, se pasa a un rostro más corto y armonioso. Los labios descansan juntos, dando una expresión más relajada. Muchos pacientes con mordida abierta corregida comentan que “por fin puedo sonreír sin mostrar tanto la encía” o que su expresión parece más alegre y natural. En las fotos comparativas, el cambio es sutil pero muy beneficioso: adiós al aspecto de siempre sorprendido, hola a un perfil más equilibrado.
¿Qué es? Hablamos de mordida cruzada anterior cuando la mandíbula inferior muerde por delante de la superior. Es lo que coloquialmente muchos llaman “prognatismo” o tener la “mandíbula salida”. En estos casos, los dientes inferiores delanteros quedan por delante de los superiores al cerrar la boca.
¿Cómo afecta la cara? Este tipo de maloclusión hace que el mentón se vea muy prominente y la cara adquiera un perfil cóncavo (hundido a la altura de la boca pero con la barbilla marcada). De frente, puede notarse una mandíbula ancha o dominante. Muchos famosos con este rasgo lo muestran en un perfil estilo Jay Leno (mentón hacia afuera). En casos severos, el prognatismo da un aspecto más agresivo o simplemente desproporcionado en la parte baja de la cara.
¿Qué hace la ortodoncia? Con ortodoncia podemos corregir en parte el prognatismo, especialmente si se trata de un problema dental (y no solo óseo). Esto implica llevar los dientes inferiores hacia atrás y/o los superiores hacia adelante hasta que encajen correctamente. A veces, si la discrepancia es grande, se combinan brackets con tratamiento ortopédico en edad temprana (máscaras faciales, mentoneras) o con cirugía ortognática en adultos para ajustar la posición ósea. Pero enfoquémonos en lo que hacen los brackets por sí solos en casos leves-moderados: al lograr que los dientes superiores queden por delante de los inferiores (como debería ser una mordida normal), automáticamente la posición de la mandíbula inferior al morder se retrasa un poquito.
Cambio visible: Al finalizar, la zona del mentón se ve menos prominente. El perfil deja de ser tan cóncavo para volverse más recto o convexo suave (lo ideal). Básicamente, quitamos ese efecto de “bulldog” que tenía el perfil. La gente suele notar que el paciente “suavizó su expresión” o que “ya no tiene la barbilla tan salida”. El contorno mandibular se equilibra con el resto de la cara. De nuevo, es un cambio favorable: pasamos de un perfil duro o marcado a un rostro más dulce y armónico, manteniendo eso sí la esencia de la persona (no le vamos a borrar el hoyuelo de la barbilla si lo tenía, ¡y tampoco queremos! Solo armonizar proporciones).
¿Qué es? La sobremordida excesiva ocurre cuando los incisivos superiores cubren demasiado a los inferiores al morder. En casos extremos, los dientes de abajo prácticamente ni se ven porque quedan tapados por completo por los de arriba; incluso pueden morder el paladar. Esto suele ir unido a un overjet aumentado (los dientes de arriba están muy adelantados respecto a los de abajo).
¿Cómo afecta la cara? Las personas con sobremordida profunda tienden a tener el mentón retraído (mandíbula inferior pequeña o hacia atrás) y a veces un aspecto de cara más redonda o cuadrada con mejillas un poco hundidas. ¿Por qué hundidas? Porque la mordida profunda a menudo va con un colapso de la dimensión vertical (la altura de la mordida es menor de lo normal), entonces el tercio inferior de la cara es más corto y los tejidos de mejillas y labios pueden quedar con menos soporte, dando un aspecto algo envejecido o de papada incipiente. Imagina cerrar mucho la mandíbula, tu barbilla se va para atrás y la piel se pliega un poco en esa zona… eso pasa crónicamente en estas personas.
¿Qué hace la ortodoncia? Con brackets corregimos la sobremordida elevando los dientes inferiores y/o bajando los superiores (simplificando la explicación) hasta que haya una mordida ideal: los incisivos de arriba cubriendo solo ~2mm de los de abajo. También reducimos el overjet (distancia horizontal) si los de arriba estaban muy adelante, usualmente retrayéndolos un poco. Al hacer esto, damos espacio al mentón para expresarse. La mandíbula inferior puede ocupar una posición más adelantada al morder una vez liberada de estar tan atrapada tras los dientes superiores.
Cambio visible: El cambio estrella aquí es que el paciente, de tener un mentón poco definido o “metido”, pasa a lucir un perfil más recto, con el mentón más marcado. ¡Ojo! No es que mágicamente crezca el hueso del mentón, pero al corregir la posición relativa de los huesos, el mentón se nota más. También las mejillas se ven menos hundidas porque al mejorar la mordida, la altura del tercio inferior aumenta un poquito, “estirando” la cara en el buen sentido y permitiendo que los tejidos se reubiquen. Muchas personas parecen incluso más jóvenes tras corregir una sobremordida severa, porque desaparece ese gesto como de papada o de boca muy cerrada. En fotos de antes y después, la cara pasa de un aspecto más aplastado en la parte inferior a uno más esbelto y proporcionado. La sonrisa también gana: con menos sobremordida, al sonreír se ven más los dientes inferiores y la sonrisa es más amplia en vertical.
No todos los cambios faciales vienen de grandes maloclusiones. A veces, pequeñas desalineaciones también influyen en la estética del rostro:
Podríamos seguir con más ejemplos, pero en líneas generales, cualquier corrección dental que mejore tu mordida y alineación repercutirá en cierta medida en tu estética facial. A veces será muy ligero (solo tú o tu ortodoncista lo notarán en las fotos de perfil), y otras veces será lo suficientemente evidente para que amigos que tenías tiempo sin ver te digan: «¡Te veo diferente, como mejor, ¿te hiciste algo?». Y tú podrás sonreír y responder: «Sí, ¡me puse brackets y mira qué bien quedó mi sonrisa!».
Para resumir estos conceptos, aquí tienes una tabla comparativa de cómo algunas maloclusiones típicas impactan el rostro antes vs. después de la ortodoncia:
Cambios faciales según el tipo de maloclusión (antes y después de brackets)
Problema dental (Maloclusión) | Apariencia facial ANTES (sin tratar) | Apariencia facial DESPUÉS (tras ortodoncia) |
---|---|---|
Mordida abierta (espacio entre incisivos sup. e inf.) | • Labios que no cierran naturalmente • Aspecto alargado en la parte inferior (“cara larga”) • Frecuente sonrisa gingival (enseñar encías) | • Labios pueden cerrar completamente • Perfil más corto y equilibrado • Sonrisa armoniosa, sin mostrar encía excesiva |
Mordida cruzada anterior (mandíbula adelantada) | • Mentón prominente, mandíbula inferior muy marcada • Perfil cóncavo (hundido a nivel de boca, sobresaliente en barbilla) • Tercio inferior ancho | • Mentón menos sobresaliente, mandíbula en posición más atrás • Perfil recto o ligeramente convexo (armonioso) • Contorno facial inferior más suave |
Sobremordida profunda (overbite) | • Mentón retraído, barbilla poco definida (“hundida”) • Mejillas algo hundidas, posible papada leve • Perfil convexo (labios muy adelantados respecto al mentón) | • Mentón más definido y visible en el perfil • Mejillas con mayor soporte, perfil rejuvenecido • Perfil rectificado, proporción armoniosa entre labios y mentón |
Dientes muy protruidos hacia afuera (incisivos adelantados) | • Labio(s) sobresaliente(s), ángulo nasolabial cerrado • Dificultad para cerrar los labios en reposo • De perfil, rostro convexo (curvatura hacia fuera) | • Labios alineados con el contorno facial, perfil más plano • Boca relajada en reposo, labios cierran sin esfuerzo • Ángulo nasolabial adecuado, nariz y labios en equilibrio |
Arcada superior estrecha (paladar alto) | • Sonrisa “estrecha” (se ven pocos dientes al sonreír) • Pómulos menos pronunciados • A veces mordida cruzada posterior (una lado de la mandíbula más estrecho) | • Sonrisa más amplia, se ven más dientes (más “sonrisa Hollywood”) • Mejillas/pómulos ligeramente más llenos al sonreír • Línea mandibular simétrica tras corregir la mordida cruzada |
(Nota: cada caso es único; la tabla muestra tendencias generales. Los resultados individuales pueden variar.)
Como ves, en todos los casos el denominador común es que el cambio va en beneficio de la armonía facial. La ortodoncia bien realizada nunca busca desmejorar tu estética, al contrario: su objetivo es alinear la funcionalidad con la belleza natural de tu rostro. De hecho, un reciente estudio científico publicado en 2024 confirmó que los tratamientos ortodónticos mejoran la estética facial, especialmente en la vista de perfil, notando en promedio una ligera retracción de los labios y una mejor definición del mentón tras la ortodoncia. Es decir, ¡la ciencia respalda lo que vemos a diario en la clínica!
Esta es una pregunta curiosa pero frecuente. No, los brackets no cambian la forma de tu nariz: ni el tamaño, ni la anchura, ni la punta… Al fin y al cabo, la nariz es cartílago y hueso nasal, estructuras en las que la ortodoncia no interviene. ¿Por qué surge la duda entonces? Porque cuando modificamos la posición de los dientes y labios, la percepción de la nariz en el conjunto facial puede cambiar. Por ejemplo, si antes tenías un perfil muy convexo (labios adelantados) y la nariz parecía pequeña en proporción, tras ortodoncia tu perfil es más recto y tu nariz podría verse un poquito más prominente en comparación (simple ilusion óptica al cambiar el entorno). O al revés: alguien con mandíbula muy hacia atrás podía tener la nariz muy protagonista en su perfil; al adelantarse la mandíbula con el tratamiento, la nariz ya no resalta tanto.
En definitiva, tu nariz sigue siendo la misma, pero el marco facial alrededor cambia ligeramente y eso puede hacer que la veas diferente. Muchos pacientes me dicen: «Parece que mi nariz encaja mejor con mi cara ahora«. Eso es porque la armonía global mejora, no porque la nariz haya cambiado en sí. Ten la tranquilidad de que no te va a crecer ni achicar la nariz por llevar brackets.
Sí, tus labios pueden cambiar ligeramente con la ortodoncia, principalmente en perfil y grosor aparente, porque dependen mucho de la posición de los dientes. Ya hemos mencionado varios ejemplos: labios que estaban muy proyectados hacia adelante podrían aplanarse un poco, o labios que estaban hundidos pueden ganar soporte. También durante el tratamiento en sí, mientras llevas los aparatos, es posible que notes tus labios más llenos. ¿Por qué? Los brackets ocupan un pequeño espacio sobre tus dientes (son como 2-3 mm de grosor). Ese relieve extra hace que el labio superior (y el inferior, si tienes brackets abajo) esté un pelín más “hacia afuera” de lo normal. Muchos pacientes dicen que con brackets sienten el labio superior más voluminoso o que les cuesta juntarlos del todo al principio. Esto es temporal y no es un cambio estructural del labio, sino simplemente el efecto de tener un aparatito ahí. Piensa que es como si te pusieras un protector bucal finito: los labios se estiran sobre él.
Tras retirar los brackets, ese volumen artificial desaparece y tus labios quedan apoyados solo en tus dientes nuevamente. En ese momento apreciarás el cambio real dado por la nueva posición dental. Por lo general, lucen más proporcionados al rostro. Algo importante: la ortodoncia no aumenta ni disminuye el tamaño del labio como tal, no altera músculos ni hidrata (¡no esperes el efecto de un relleno estético de labios, porque no es eso!). Pero al recolocar los dientes, el labio adopta una nueva postura más favorecedora.
Un ejemplo típico: Paciente con incisivos hacia afuera y labios entreabiertos -> tras ortodoncia puede cerrar labios sin esfuerzo, resultado: labios descansan juntos y el perfil se ve más “plano”. ¿Se hicieron más delgados los labios? No exactamente, pero al estar ya no estirados sobre dientes salidos sino en posición natural, parecen menos gruesos de perfil. Caso contrario: Paciente con dientes inclinados hacia adentro -> labio se veía fino o caído -> tras ortodoncia los dientes empujan ligeramente hacia fuera donde deben, el labio se apoya mejor y parece más lleno. Son pequeños retoques naturales que embellecen tu sonrisa y expresión.
Algunos pacientes, al medio del tratamiento, se miran y dicen «Me veo rar@, ¿estaré empeorando?«. ¡Tranquilidad! Durante el proceso ortodóncico puede haber fases en las que te veas “peor” antes de verte mejor, y es totalmente normal. El cuerpo tarda en adaptarse a cada movimiento dental. Por ejemplo, las primeras semanas con brackets tus labios y mejillas aún no se acostumbran y puedes sentir la sonrisa extraña. O cuando empezamos a corregir la mordida, quizás por unos meses tu perfil luce diferente (la mandíbula en una postura inusual mientras ajustamos engranajes). No te asustes, forma parte del viaje. Piensa en cuando remodelan una casa: al principio hay polvo y paredes a medio romper, pero luego todo encaja en su lugar y queda preciosa.
Al final del tratamiento, todos esos cambios intermedios se consolidan de forma armónica. Si en algún momento te preocupa mucho tu aspecto durante el tratamiento, no dudes en comentárselo a tu ortodoncista. Podemos mostrarte las previsiones o incluso fotos de casos similares para que veas el resultado final proyectado. Recuerda: lo que ves a mitad del partido no es el marcador final. Ten paciencia y confía en el proceso, porque suele valer la pena.
Actualmente existen varias formas de mover dientes: los brackets tradicionales metálicos, brackets estéticos de zafiro o cerámica, los alineadores transparentes tipo Invisalign, ortodoncia lingual (brackets por detrás de los dientes), etc. Una duda lógica es si el tipo de aparato influye en los cambios faciales de los que hablamos.
La respuesta: No importa el método, sino el movimiento dental logrado. Si un alineador invisible corrige la misma maloclusión que unos brackets, el impacto en tu rostro será equivalente al final. La diferencia radica en la estética durante el tratamiento:
En cuanto a resultados, todos pueden lograr excelentes cambios faciales siempre y cuando corrijan la posición dental y la mordida. He llevado casos de pacientes con Invisalign con mejoras notables en su perfil y sonrisa iguales a las que lograría con brackets. Lo importante es un buen diagnóstico y planificación.
Así que si tu preocupación es estética durante el tratamiento, conversa con tu ortodoncista: hoy día tenemos opciones. Por ejemplo, podrías optar por alineadores y así no se te ve ningún aparato (ventaja social), sabiendo que el desenlace en tu rostro será tan bueno como con brackets. O combinar técnicas (a veces se empieza con brackets unos meses para cierto movimiento difícil y se termina con alineadores, etc.). Lo esencial es que no dejes de tratar tu sonrisa por miedo a “verme feo con aparatos”, porque hay soluciones muy discretas y, sobre todo, porque el beneficio final vale mucho más que un paréntesis con hierros en la boca.
(Como apunte personal: he tenido pacientes que al quitarse los brackets decían que extrañaban un poco sus labios más llenitos durante el tratamiento. ¡Paradójicamente, algunos se acostumbraron y les gustaba esa apariencia! Pero bueno, siempre hay opciones estéticas si uno quisiera ese efecto de forma cosmética, fuera de la ortodoncia.)
Permíteme compartirte algo: tras años de práctica, una de las cosas más gratificantes es el momento del debanding (cuando retiramos los brackets). El paciente se mira al espejo sin “frenillos” por primera vez en mucho tiempo. Su sonrisa es diferente: alineada, radiante. Pero lo que más nota es “¡mi cara se ve bien!”. Muchas veces ponemos juntas la foto inicial y la final, y hasta el paciente se sorprende: “Tenía la cara más chueca de lo que pensaba”, “Ahora mi perfil está recto”, “Merezco un selfie!”.
He visto casos donde la transformación fue sutil pero significativa en la autoestima. Recuerdo a una paciente, María, que tenía una mandibulita muy retraída y solía ocultar su sonrisa. Tras su ortodoncia (sin cirugía, solo con brackets y elásticos), su perfil mejoró; no, no cambió su esencia, pero su mentón se definió justo lo suficiente para darle seguridad. Un día regresó a la consulta con fotos de su boda: me dijo que gracias a que se sentía cómoda con su sonrisa y su rostro, en las fotos salió sonriendo plenamente, algo que antes evitaba. Momentos así confirman cómo un cambio físico relativamente pequeño puede tener un gran impacto emocional.
También he tenido pacientes varones, adolescentes tímidos con mordida abierta que casi no hablaban de frente por complejos. Al corregir esa mordida y ver su cara más proporcionada, levantaron la barbilla (literalmente y en sentido figurado). Comenzaron a sonreír más, a participar en clases, etc. No es la ortodoncia la que hace la personalidad, claro está, pero quita obstáculos que a veces nos ponemos por nuestra apariencia.
Por eso, cuando alguien me pregunta «¿Vale la pena arreglarme los dientes, si total me veo bien?«, yo respondo: vale la pena por salud (eso ante todo), pero también por estética y seguridad en uno mismo. Si tus dientes mal alineados te están restando confianza o afectarán tu rostro a largo plazo (sí, a la larga pueden acentuar desproporciones), la ortodoncia es un regalo que te haces para verte y sentirte mejor el resto de tu vida.
Sí, realmente la ortodoncia puede cambiar sutilmente la forma de tu cara, especialmente en el área de la boca (labios) y la mandíbula. Al mover los dientes y mejorar la mordida, el soporte de los tejidos faciales cambia. Pero tranquilo: estos cambios suelen ser positivos, buscando un rostro más proporcionado y una sonrisa armónica. No es un cambio radical de tus facciones, sino un ajuste para mejor. Piensa en ello como mejorar el “marco” de tu sonrisa para que tu cara luzca más equilibrada.
Los cambios ocurren gradualmente durante el tratamiento. Algunas personas notan pequeñas diferencias a los pocos meses (por ejemplo, labios más juntos, perfil un poquito distinto), pero lo habitual es que el cambio sea evidente al final, cuando comparas fotos del antes y después. Como la ortodoncia es un proceso lento, tu ojo se acostumbra a verte cada día y puede que ni notes la transformación hasta que terminas. Así que paciencia: generalmente a partir de la mitad o último tercio del tratamiento ya puedes apreciar mejoras en tu perfil o sonrisa, y al finalizar tendrás la foto final para comprobar el resultado global.
Sí, los cambios logrados en la estructura dental y mandibular son permanentes, siempre y cuando mantengas tus resultados usando los retenedores que tu ortodoncista te indique (esas férulas o alambres que se ponen post-tratamiento para que los dientes no se muevan de nuevo). Es decir, tu mordida corregida y la alineación dental se conservarán, y con ello la disposición de labios y mandíbula que alcanzaste. Ten en cuenta que, con la edad, todos experimentamos cambios faciales naturales (pérdida de volumen, arrugas, etc.), pero haber tenido ortodoncia no acelera eso, más bien ayuda a que tu estructura facial esté en la mejor posición posible para envejecer saludablemente. Por ejemplo, unos dientes bien posicionados previenen desgaste irregular y también ayudan a que no pierdas piezas (la pérdida de dientes sí causa colapso facial).
Cuando el tratamiento está bien planificado y llevado a cabo por un profesional, no debería empeorar tu apariencia en absoluto. Al contrario, siempre se busca mejorarla. Durante el proceso puede haber etapas en que te veas un poco extraño (como mencionamos, ajustes temporales), pero el resultado final debe ser positivo en estética. Solo en casos de tratamientos mal realizados o incompletos podría haber algún efecto indeseado (por ejemplo, si no se corrige bien la mordida podría quedar un perfil inestable). Pero esas situaciones se evitan acudiendo a un ortodoncista certificado y con experiencia. Recuerda que la ortodoncia moderna utiliza análisis digitales y predicciones de resultado, o sea, sabemos de antemano cómo quedará tu sonrisa y cara en gran medida. No es un salto al vacío. Si tienes miedo de verte peor, habla estas inquietudes en la consulta inicial: tu doctor te mostrará seguramente casos similares al tuyo y cómo acabaron. Esto te dará confianza. En mi experiencia, los pacientes que terminan insatisfechos estéticamente son muy pocos y suele ser porque quizás esperaban un cambio más grande (ej: querían perfilar la nariz o el mentón solo con ortodoncia, cuando quizá necesitaban cirugía). Por eso es vital la comunicación previa: saber qué esperar. Con expectativas realistas, la ortodoncia no te va a hacer ver mal, al contrario, suele darte un plus estético.
No, los brackets no modifican la forma ni el ancho de tu nariz. Este es un mito común. La nariz puede parecer ligeramente distinta después del tratamiento, pero no porque haya cambiado, sino porque la relación entre labios, nariz y mentón se equilibra. Por ejemplo, si antes tenías la mandíbula muy atrás, tu nariz podía notarse más; al adelantarse un poco la mandíbula con la ortodoncia, tu nariz luce más proporcionada (como más pequeña en contexto). Pero la nariz en sí no fue alterada. Del mismo modo, a veces al corregir un perfil muy convexo, la nariz resalta un pelín más (porque quitamos protagonismo a unos labios muy salidos). En cualquier caso, no hay movimiento óseo ni cartilaginoso de la nariz con brackets. Para cambios nasales, solo la rinoplastia. Así que puedes estar tranquilo: tu nariz seguirá siendo la misma.
Depende de qué llames “afinar”. Si tu rostro se veía anchísimo por una mala posición de mandíbula o dientes, al corregirla quizás tu cara se ve más estilizada y simétrica, lo que algunos llaman afinar. Por ejemplo, corregir una mordida abierta puede quitar ese aspecto de mentón alargado y hacer la cara más ovalada; corregir una mordida cruzada puede disminuir la apariencia de mandíbula ancha de un lado. Pero no es que ortodoncia te adelgace las mejillas o te marque los pómulos como maquillaje. Cuidado con esas ideas. Hay tratamientos estéticos (bichectomías, etc.) que sí “afinan” facciones removiendo grasa o así, pero la ortodoncia trabaja desde adentro, logrando que tus huesos dentales y mandíbula estén bien posicionados. El resultado suele ser un rostro más armonioso y proporcionado, que a veces la gente interpreta como más fino si antes había asimetrías. También ten en cuenta: durante la ortodoncia, con dieta más cuidadosa o molestias iniciales, hay quien pierde un par de kilos y eso sí afina temporariamente la cara, pero no es efecto del bracket per se.
Sí, en términos generales los pacientes jóvenes pueden experimentar cambios más notorios, porque todavía están en crecimiento. En un niño o adolescente, la ortodoncia puede modificar el patrón de crecimiento del hueso hasta cierto punto. Por ejemplo, si un niño tiene la mandíbula superior muy atrás, usar ciertos aparatos (como máscaras de tracción) junto con brackets puede estimular que esa parte crezca más hacia adelante, alterando el rostro de forma más significativa (y positiva) que si ese mismo tratamiento se hiciera en un adulto ya desarrollado. Los adolescentes también tienden a adaptarse más rápido y sus tejidos responden muy bien, así que la armonización facial ocurre de forma más natural. En adultos, los cambios existen, pero son más sutiles y limitados al movimiento dental y a adaptaciones dentoalveolares (el hueso alrededor del diente). ¡Ojo! Esto no significa que en adultos no valga la pena; muchos adultos logran perfiles muchísimo mejores (he tratado casos de 40 años con perfiles transformados). Pero en un adulto no vamos a hacer crecer un hueso que ya no creció. Si se requiere algo así, se recurre a la cirugía ortognática.
Depende de tu diagnóstico. La cirugía ortognática es un procedimiento para reposicionar quirúrgicamente los huesos de la mandíbula y/o maxilar cuando la discrepancia esquelética es muy grande. Si tu caso es severo (por ejemplo, mandíbula inferior extremadamente atrás adelante, o asimetrías faciales notorias), los brackets por sí solos quizás no logren el 100% de la corrección facial deseada. En esos casos, el ortodoncista trabaja en conjunto con un cirujano maxilofacial: primero se alínean los dientes con brackets, luego el cirujano mueve los huesos a su lugar (eso cambia la cara dramáticamente en horas), y luego se pulen detalles con ortodoncia de nuevo. Es un proceso más largo y complejo reservado para casos donde realmente la base ósea no encaja. Si tu ortodoncista no te ha mencionado la necesidad de cirugía, es porque seguramente tu problema puede resolverse solo con ortodoncia. En problemas leves a moderados, los brackets bien llevados logran grandes mejoras faciales sin cirugía. Solo aproximadamente un 5-10% de pacientes ortodóncicos adultos requieren cirugía ortognática. Así que, a menos que te lo hayan indicado, no, no necesitarás cirugía para verte bien; los brackets serán suficientes para corregir tu sonrisa y armonizar tu rostro. Y si estuvieras en ese pequeño porcentaje, créeme que te lo explicarían claramente desde el principio.
Parcialmente, sí, dependiendo de la causa de la asimetría. Si tu cara se ve asimétrica porque tienes una mordida cruzada unilateral (un lado muerde distinto al otro) o una desviación leve de la mandíbula por cómo encajan tus dientes, la ortodoncia puede alinear la mordida y centrar la línea media, lo que se traduce en un rostro más simétrico. Muchos casos de mentón desviado unos milímetros mejoran visiblemente cuando corriges la mordida que lo causaba. Ahora bien, si la asimetría es ósea muy marcada (por crecimiento desigual de la mandíbula derecha vs izquierda), podríamos mejorar la oclusión con ortodoncia, pero tal vez quede cierta desviación facial que solo se corrige con cirugía. También hay asimetrías debidas a hábitos (masticar siempre de un lado, dormir apoyado, etc.) que al cesar y con la ortodoncia tienden a equilibrarse. En resumen, la ortodoncia sí puede mejorar la simetría facial en muchos casos, sobre todo alineando la dentadura y la posición mandibular. He visto pacientes que al final del tratamiento tienen la comisura de los labios alineada con la nariz perfectamente, cuando al inicio estaba chueca. Esos detalles suman a la armonía. Si tu asimetría es leve a moderada, confía en que se puede mitigar. Si es severa, tu ortodoncista te lo dirá y te propondrá tal vez combinar con cirugía. Cada cara es un mundo, pero siempre apuntamos a la mayor simetría posible porque es sinónimo de estética.
Pregunta interesante: la voz en sí (timbre, tono) no cambiará por la ortodoncia, ya que depende de cuerdas vocales. La dicción o pronunciación podría verse temporalmente afectada cuando llevas aparatos, sobre todo si usas algún dispositivo extra (ej: un expansor de paladar, un bite block, etc.) que invada un poco la lengua. Con brackets convencionales la mayoría de pacientes no nota casi diferencia al hablar, quizás un ligero ceceo los primeros días hasta que la lengua se acostumbra a los nuevos “accesorios” en los dientes. Con alineadores, puede haber un leve ceceo al comienzo también, porque es como tener una funda plástica, pero igualmente la lengua se adapta rápido (en uno o dos días). Después del tratamiento, cuando ya no tienes nada en la boca salvo tus dientes bien colocados, probablemente hables mejor que antes si tenías alguna dificultad causada por mala mordida. Por ejemplo, personas con mordida abierta a veces ceceaban o les costaba pronunciar ciertos sonidos (la “s”, la “f”) y al corregirla, su articulación mejora. Lo mismo con quien tenía los dientes muy hacia adelante y filtraba aire al hablar. Así que no te preocupes, no vas a “sonar diferente” en términos de voz, y cualquier mini efecto en la pronunciación es transitorio y se normaliza completamente.
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