22 mayo 2025

¿Son peligrosos los quistes en la boca? Causas, síntomas y tratamientos

Te explico qué son los quistes bucales, por qué aparecen, si pueden ser malignos o no, y cómo tratarlos correctamente.

Como dentista con años de experiencia, he atendido a muchos pacientes preocupados al encontrar un bulto o quiste en su boca. Es normal preguntarse: ¿son peligrosos los quistes en la boca? Quiero que sepas que la mayoría de los quistes bucales no representan un peligro grave, pero es importante entender qué son, por qué aparecen y cómo manejarlos adecuadamente. En este artículo te explicaré todo lo que necesitas saber sobre estas lesiones, para que puedas estar tranquilo y tomar las mejores decisiones para tu salud bucal.

Puntos clave:

  • Un quiste bucal es una cavidad o bolsita llena de líquido, aire o material semisólido que puede formarse en la encía, la mucosa oral, cerca de un diente o incluso dentro del hueso maxilar.
  • La mayoría de los quistes en la boca son benignos (no cancerosos) y no suelen ser peligrosos, aunque pueden causar molestias o complicaciones si crecen demasiado o se infectan.
  • Existen distintos tipos, como el quiste mucoso en la boca (mucocele), el quiste dentígero (asociado a muelas del juicio), el quiste radicular (relacionado con caries avanzadas) o el épulis (quiste en la encía), entre otros.
  • Muchos quistes bucales pequeños desaparecen por sí solos, pero otros pueden requerir tratamiento odontológico sencillo (drenaje o extirpación). Siempre es recomendable que un dentista evalúe cualquier bulto o tumoración en la cavidad oral para descartar problemas mayores y tratarlo correctamente a tiempo.

¿Qué es un quiste bucal?

Un quiste bucal es una especie de saco o cavidad patológica que se forma en los tejidos de la boca. Está revestido por una membrana interna y contiene líquido, aire o material semisólido en su interior. A diferencia de las llagas o úlceras (que son heridas abiertas dolorosas), los quistes bucales suelen estar cerrados, son indoloros y permanecen como un bultito bajo la superficie de la mucosa. Por eso, no debemos confundirlos con las típicas aftas o llagas.

Estos quistes en la boca pueden aparecer en distintas zonas: en la parte interna de los labios, en la lengua, el paladar, el suelo de la boca, la cara interna de las mejillas e incluso en las encías o en el hueso alrededor de los dientes. Por ejemplo, un quiste en la encía recibe el nombre de épulis, mientras que uno formado en el suelo de la boca se conoce como ránula. Si el quiste se origina por la obstrucción de una glándula salival menor (por un mordisco o golpe en el labio), se le denomina quiste mucoso en la boca o mucocele, que es uno de los tipos más comunes de quiste bucal.

En la mayoría de los casos, los quistes bucales son lesiones benignas. Esto quiere decir que, por sí mismos, no son cancerosos ni ponen en peligro tu vida. De hecho, según la enciclopedia médica MedlinePlus, los mucoceles suelen ser inofensivos y no causan dolor. Sin embargo, su presencia puede resultar molesta: uno siente la protuberancia al hablar, al comer o simplemente al pasar la lengua, lo que genera incomodidad.

¿Por qué aparecen los quistes en la boca? (Causas comunes)

Existen varias causas por las que puede formarse un quiste en la boca, y a menudo están relacionadas con algún tipo de irritación, infección o cambio en los tejidos bucales. Las principales causas (y los tipos de quistes asociados a ellas) son:

  • Infecciones dentales: La causa más frecuente de quistes odontogénicos es una infección crónica en un diente o en la encía. Por ejemplo, una caries profunda no tratada puede alcanzar la raíz del diente y producir una infección que el cuerpo encierra en un quiste, llamado quiste radicular. Otras infecciones, como enfermedades periodontales avanzadas, pueden dar lugar a quistes laterales en la encía, y a veces tras una extracción dental quedan quistes residuales en el hueso. En todos estos casos, el organismo forma el quiste para aislar la infección.
  • Dientes retenidos o en erupción: Cuando un diente (muy comúnmente una muela del juicio) no logra salir correctamente y queda retenido dentro del hueso, se puede formar un quiste dentígero alrededor de su corona. Este tipo de quiste se desarrolla por acumulación de líquido durante el desarrollo del diente. Es frecuente alrededor de terceros molares (muelas del juicio) o colmillos incluidos.
  • Traumatismos y obstrucción de glándulas salivales: Un golpe, mordedura accidental o la presencia de un piercing oral pueden dañar o bloquear las glándulas salivales menores, causando la acumulación de mucosidad. Esto origina los llamados quistes mucosos o mucoceles, típicamente en el labio, la lengua o el interior de las mejillas. Succionar constantemente el labio o la mejilla es otro hábito que puede provocar este tipo de quiste por repetida irritación.
  • Otras causas: En ocasiones, ciertos quistes pueden tener origen congénito o formarse por desarrollo anormal de tejidos. Por ejemplo, existen quistes asociados a restos embrionarios o a glándulas (como los quistes de las glándulas salivales mayores). Sin embargo, estos casos son menos comunes. Lo importante es que cualquier bulto inusual en la cavidad oral sea evaluado. Recuerda que no todas las tumoraciones en la cavidad oral son quistes benignos; algunas lesiones podrían ser de otra naturaleza (por ejemplo, lesiones blancas en la lengua por hongos o células alteradas). Por eso es fundamental el diagnóstico profesional.

Síntomas de un quiste bucal: ¿cómo identificarlo?

En muchos casos, los quistes bucales cursan sin síntomas evidentes de dolor. De hecho, suelen descubrirse porque la persona nota al tacto una protuberancia o bulto inusual en alguna parte de la boca. Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo y la ubicación del quiste, pero algunos signos y manifestaciones frecuentes son:

  • Bulto visible o palpable: Es el signo principal. Puedes notar una pequeña pelota o abultamiento bajo la mucosa. Por ejemplo, un mucocele en el labio se ve como un bultito blando de color transparente azulado o rosado. Un quiste más profundo en la encía o el paladar puede palparse como una zona ligeramente abultada.
  • Ausencia de dolor: La mayoría de quistes bucales no duelen. Puedes tener un quiste bastante grande sin sentir dolor, a menos que esté infectado. Como indica MedlinePlus, normalmente no causan dolor, solo molestia por notar el bulto. Por eso es posible que un quiste dental interno pase desapercibido hasta que se ve en una radiografía de rutina.
  • Molestia, presión o sensibilidad: Aunque no haya dolor agudo, algunos pacientes refieren cierta molestia o presión en la zona del quiste, especialmente al masticar cerca de él o al rozarlo con la lengua. Si el quiste crece mucho, puede interferir en la masticación, el habla o la deglución (tragar). En el caso de quistes en el piso de la boca (ránulas) de gran tamaño, incluso pueden dificultar el movimiento de la lengua.
  • Inflamación o hinchazón: Cuando un quiste crece dentro del hueso maxilar (como un quiste dentígero o radicular grande), puede provocar una inflamación visible en la encía o incluso una leve hinchazón facial en la zona. La encía sobre el quiste puede notarse abultada.
  • Otros posibles efectos: En quistes dentales muy avanzados, puede haber desplazamiento de dientes vecinos (si el quiste erosiona hueso y expande su espacio). También podría presentarse mal aliento o sabor extraño si hay infección asociada. En casos de quistes relacionados con dientes, el diente involucrado podría cambiar de color (volverse más oscuro) o mostrar cierta movilidad si el quiste ha comprometido el soporte óseo.

Ten en cuenta que muchos de estos síntomas también pueden ser causados por otras patologías. Por ejemplo, un absceso dental (infección aguda) también produce un bulto en la encía con dolor intenso y pus. Esa bolita en la encía no es un quiste, sino una infección activa que requiere tratamiento urgente (puedes leer más sobre este tema en nuestro artículo ¿Qué hacer si tengo una bolita en la encía?). Si notas un bulto en la boca, lo mejor es consultar al dentista para un diagnóstico certero.

¿Son peligrosos los quistes en la boca?

Llegamos a la gran pregunta: ¿un quiste bucal representa un peligro para tu salud? En términos generales, la mayoría de los quistes en la boca no son peligrosos en el sentido de que no suponen una amenaza grave o inmediata. Como hemos comentado, suelen ser lesiones benignas que no hacen metástasis ni ponen en riesgo la vida. Por ejemplo, la Clínica Mayo señala que la mayoría de tumores y quistes mandibulares son benignos y no están relacionados con cáncer. Así que, en principio, tener un quiste bucal no es sinónimo de tener cáncer ni una enfermedad mortal.

Ahora bien, “benigno” no es lo mismo que “no problemático”. Incluso un quiste benigno puede ocasionar complicaciones si se deja sin tratar. Estos son algunos riesgos o peligros potenciales de los quistes bucales:

  • Crecimiento y daño local: Un quiste puede crecer lentamente con el tiempo. Si alcanza un tamaño grande, empezará a invadir o presionar los tejidos circundantes. Por ejemplo, un quiste odontogénico grande en la mandíbula puede erosionar el hueso maxilar, provocando pérdida de soporte en los dientes vecinos. También puede desplazar la posición de los dientes al “hacerles espacio” para expandirse. Mientras más crezca el quiste, más compleja podría ser su eventual cirugía para quitarlo.
  • Infección secundaria: Aunque el quiste inicialmente se forme para contener una infección, ese saco puede infectarse nuevamente o favorecer que se acumule pus. Si un quiste benigno se sobreinfecta, podría transformarse en un absceso con dolor e hinchazón aguda. Incluso podrían formarse fístulas (canalitos de drenaje de pus) hacia la encía, indicando que la infección quiere salir. Una infección no controlada en la boca sí puede ser peligrosa si progresa, pues podría propagarse a otras áreas.
  • Malestar crónico: Un quiste sin tratar puede seguir ahí por meses o años. Aunque no duela, puede ser una fuente constante de molestia o preocupación. Algunos pacientes sienten ansiedad sabiendo que tienen “algo ahí”. Además, ciertos quistes mucosos pueden romperse y volver a formarse repetidamente, lo cual es frustrante si no se realiza un tratamiento definitivo.
  • Potencial de malignización (muy raro): Aquí es donde entra la duda de si un quiste podría volverse canceroso. La transformación maligna de un quiste bucal es extremadamente infrecuente, pero no imposible. En casos muy raros, un quiste de larga evolución podría degenerar en una neoplasia (por ejemplo, un carcinoma) o, más comúnmente, ser en realidad un quiste que ya era parte de un tumor desde el inicio. Por eso, si un quiste muestra un crecimiento muy rápido, cambios de color en la zona, sangrado, dolor persistente u otros signos inusuales, el dentista probablemente recomendará una biopsia o análisis patológico tras extirparlo. Estas señales de alarma podrían indicar que no estamos ante un quiste benigno convencional.

Un quiste bucal típico no es peligroso ni maligno, pero ignorar por completo su presencia tampoco es buena idea. Mi recomendación profesional es siempre examinar y seguir de cerca cualquier quiste. Al remover quirúrgicamente un quiste, solemos enviar la muestra al laboratorio para confirmar al 100% que es benigno. De este modo, el paciente puede quedarse tranquilo. Y si llegara a ser un caso excepcional de quiste maligno, podremos actuar a tiempo con el tratamiento adecuado.

Tratamiento: ¿qué hacer si tienes un quiste en la boca?

Si has notado un quiste en tu boca, lo primero es mantener la calma. En la mayoría de los casos, no es una urgencia médica grave. Sin embargo, no debes ignorarlo por completo. Aquí te indico los pasos y opciones de tratamiento más habituales para los quistes bucales:

  • Revisión y diagnóstico profesional: Agenda una visita con tu dentista para que evalúe el bulto. El odontólogo examinará la lesión; muchas veces con solo verla y palparla puede identificar de qué se trata. En otros casos solicitará radiografías (por ejemplo, una ortopantomografía) para ver quistes dentro del hueso o asociados a raíces dentales que no son visibles externamente. Un diagnóstico certero es clave para decidir el tratamiento apropiado.
  • Observación (vigilancia activa): Si el quiste es pequeño, no duele y no molesta en absoluto, a veces se opta por simplemente observarlo durante un tiempo. Algunos quistes mucosos superficiales pueden romperse o reabsorberse solos con el paso de los días. Durante este periodo, es importante mantener una buena higiene oral y evitar manipular o morder la lesión. ¡No intentes pinchar ni reventar el quiste en casa! Hacerlo podría causar una infección o daño en el tejido. Mejor déjale esa tarea al profesional si hiciera falta.
  • Drenaje o aspiración: Para quistes blandos llenos de líquido (como mucoceles molestos), el dentista puede realizar un drenaje simple. Consiste en pinchar la parte superior del quiste con una aguja estéril para vaciar su contenido. Esto suele hacerse con anestesia tópica o local mínima y es rápido. Muchas veces, tras drenar el líquido el quiste “desinflará” y la mucosa cicatrizará en unos días. Sin embargo, algunos quistes mucosos tienden a reproducirse, por lo que si reaparecen habrá que considerar su extirpación completa.
  • Extirpación quirúrgica: Es el tratamiento definitivo para la mayoría de quistes bucales persistentes o de gran tamaño. No te asustes con la palabra “quirúrgico”: se trata de un procedimiento menor, que se realiza con anestesia local en el gabinete dental o por un cirujano oral. El especialista elimina el saco quístico por completo; suele tardar entre 20 y 40 minutos dependiendo del tamaño. Tras la cirugía, puede haber un leve edema (hinchazón) o molestia por unos días, controlable con analgésicos comunes y siguiendo las indicaciones de cuidado (higiene suave, enjuagues, etc.). Si el quiste estaba dentro del hueso, a veces es necesario hacer una pequeña apertura en el hueso para extraerlo; en casos complejos un cirujano maxilofacial podría intervenir. Lo positivo es que, una vez extirpado el quiste, el problema suele resolverse definitivamente. La muestra extraída se enviará a analizar para confirmar que no haya células malignas, aunque esto es solo una precaución rutinaria.
  • Tratamiento de la causa subyacente: Además de quitar el quiste, el dentista atenderá la causa original. Si el quiste se originó por una infección dental, probablemente será necesario hacer una endodoncia (tratamiento de conducto) o extraer el diente afectado para eliminar la infección de fondo. Si el quiste estaba asociado a una muela del juicio retenida, seguramente se aprovechará para extraer esa muela problemática junto con el quiste. De este modo se reduce la probabilidad de que el quiste vuelva a aparecer. En el caso de quistes por traumatismo, se aconsejará evitar el hábito causante (por ejemplo, morderse el labio o usar protectores si el piercing causó problemas).

En general, el pronóstico es muy bueno. La mayoría de quistes bucales se pueden resolver con procedimientos sencillos y tienen baja tasa de complicaciones. Eso sí, es importante seguir las recomendaciones postoperatorias: mantener la zona limpia, tomar los medicamentos recetados (como antibióticos si hubiese infección) y acudir a los controles. Con un buen tratamiento, tu boca quedará libre de quistes y de molestias.

¿Se pueden prevenir los quistes bucales?

No siempre es posible prevenir al 100% la aparición de un quiste bucal, pero sí podemos reducir el riesgo siguiendo buenos hábitos de salud oral. Mis recomendaciones como dentista son:

  • Mantén una higiene bucal rigurosa: Un boca limpia es menos propensa a infecciones. Cepíllate los dientes después de cada comida, usa hilo dental diariamente y complementa con colutorios (enjuagues) antibacterianos. Así evitarás caries profundas y periodontitis que puedan derivar en quistes dentales.
  • Acude a revisiones odontológicas periódicas: Visita a tu dentista al menos una vez al año para un chequeo completo. Muchas lesiones quísticas se detectan en etapas tempranas mediante radiografías de control, antes de que causen molestias. Si el dentista encuentra un quiste pequeño, podrá monitorizarlo o tratarlo oportunamente.
  • Trata los problemas dentales a tiempo: No dejes que una caries avance ni que una infección de encía empeore. Acudir al dentista ante las primeras señales (dolor, inflamación, “granitos” de pus) previene que se formen quistes más adelante. Recuerda que un simple empaste o una limpieza profunda a tiempo pueden evitar complicaciones mayores.
  • Evita lesiones por hábitos orales: Si tienes la costumbre de morderte los labios o las mejillas, trata de controlarla porque ese traumatismo repetitivo favorece los quistes mucosos. Del mismo modo, sé cuidadoso con los piercings orales: mantenlos limpios y desinféctalos, y ante cualquier signo de irritación o bulto cerca del piercing, consulta al especialista.
  • Extracción de piezas retenidas cuando sea necesario: Como medida preventiva, tu dentista podría sugerir extraer las muelas del juicio que vienen mal posicionadas o incluidas en el hueso. Esto no solo reduce la posibilidad de quistes dentígeros, sino que previene otros problemas (infecciones recurrentes, daño a dientes adyacentes, etc.). Sigue el consejo profesional sobre extraer o no un diente retenido.

Con estas medidas, mantenemos la salud bucodental en buen estado y minimizamos las condiciones que pueden dar lugar a quistes. Aun así, si aparece un quiste, ya sabes que lo importante es evaluarlo y tratarlo adecuadamente, más que preocuparse en exceso.

Preguntas frecuentes sobre los quistes en la boca

¿Un quiste en la boca puede ser maligno o canceroso?

No, en la gran mayoría de casos los quistes bucales son benignos y no corresponden a cáncer. Un quiste es básicamente una lesión encapsulada con líquido o material blando, mientras que un cáncer implica crecimiento descontrolado de células malignas. Dicho esto, muy raramente un quiste podría estar asociado a un tumor. Por ello, los dentistas suelen analizar cualquier tejido quístico removido para descartar células cancerosas. Si notas que tu quiste crece muy rápido, duele mucho o presenta ulceraciones/sangrado, acude al especialista prontamente para evaluarlo. Pero de entrada, lo más probable es que no sea maligno.

¿Un quiste bucal duele?

Por lo general no duele. Los quistes en la boca suelen ser indoloros, especialmente los mucosos. Muchas personas ni se enteran de que tienen uno hasta que lo tocan con la lengua o el dentista lo encuentra en un examen. Si hay dolor intenso, puede ser señal de que no se trata de un quiste sino de un absceso u otra afección. Ocasionalmente un quiste infectado o muy grande puede causar alguna molestia o sensibilidad, pero el dolor punzante fuerte no es lo típico en un quiste benigno.

¿Puede desaparecer por sí solo un quiste en la boca?

Algunos quistes bucales pequeños sí pueden reabsorberse o romperse espontáneamente. Por ejemplo, es común que un mucocele en el labio se reviente solo luego de unas semanas y desaparezca. Sin embargo, no todos los quistes se van solos. Los quistes ligados a dientes (como un quiste radicular en el hueso) generalmente no desaparecerán sin tratamiento, ya que la causa (por ejemplo una infección dental) sigue presente. Mi consejo es: si notas que en 2 semanas el bulto sigue igual, acude al dentista para que lo evalúe. Si desaparece solo, de todas formas coméntaselo en tu próxima visita para asegurarnos de que todo esté bien.

¿Puedo reventar o drenar un quiste bucal en casa?

No es recomendable. Nunca debes pinchar, cortar ni exprimir un quiste por tu cuenta. Hacerlo con elementos no estériles y sin conocimiento puede causarte una infección peor o una lesión en el tejido. Hemos visto casos de pacientes que, al intentar explotar un quiste en casa, terminaron con una infección dolorosa o agravaron el problema. Si el quiste realmente te molesta y crees que necesita drenaje, deja que sea un profesional quien lo haga con las debidas condiciones de asepsia. Es un procedimiento sencillo para el dentista, pero no intentes improvisarlo en casa.

¿En qué se diferencia un quiste de un absceso dental?

Aunque puedan parecer similares a simple vista (ambos pueden manifestarse como un bulto en la encía o zona de la boca), quiste y absceso son cosas distintas. Un quiste dental es una cavidad crónica generalmente sin dolor, llena de líquido claro, que se forma alrededor de un foco irritativo o infeccioso encapsulado. En cambio, un absceso dental es una infección aguda con acumulación de pus, que provoca dolor intenso, inflamación notable, enrojecimiento y a veces fiebre. Un absceso es una urgencia que suele requerir drenaje inmediato y antibióticos, mientras que un quiste es menos urgente. En resumen: el absceso duele mucho y supura pus; el quiste suele ser indoloro y está limitado por una membrana. Si tienes dudas, lo mejor es que un dentista te evalúe para determinar qué lesión es y tratarla correctamente.

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José Bartolomé cleardent
Odontólogo
El Dr. José Bartolomé Lechuga, odontólogo especializado en prostodoncia y cirugía bucal, se dedica a la odontología general y estética desde 2021. Su compromiso con la formación continua y su habilidad en tratamientos personalizados le permiten entender y satisfacer las necesidades estéticas y funcionales de sus pacientes. Como profesor colaborador en la Universidad CEU San Pablo y reconocido por importantes sociedades científicas, el Dr. Lechuga se esfuerza por devolver la confianza a sus pacientes, destacándose por su excelencia clínica y su pasión por mejorar cada sonrisa.

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