14 julio 2025

¿Es malo tragar saliva constantemente? Causas, ansiedad y cuándo preocuparse

Tragar saliva frecuentemente puede ser normal o un síntoma de ansiedad, reflujo o problemas neurológicos. Descubre las causas y cuándo debes consultar a un especialista.

Tragar saliva constantemente no siempre es malo; puede deberse a ansiedad, reflujo gástrico o simplemente a un aumento en la producción de saliva. Sin embargo, si se acompaña de otros síntomas, conviene acudir al médico o dentista.

Tragar saliva constantemente es malo… ¿o no tanto? Hola, soy odontóloga y a lo largo de mi carrera muchos pacientes me han preguntado con ansiedad si tragar saliva de forma repetitiva puede ser perjudicial para la salud. En esta introducción quiero despejar tus primeras dudas: ingerir saliva frecuentemente no te enfermará por sí mismo, ya que la saliva es un fluido natural que producimos continuamente y tragamos sin darnos cuenta a lo largo del día. Sin embargo, la preocupación surge cuando esa necesidad de deglutir saliva se vuelve constante o molesta, al punto de generarte incomodidad, irritación en la garganta o ansiedad sobre qué la está causando.

Como profesional de la salud, entiendo perfectamente lo angustiante que puede ser sentir que tienes que tragar saliva todo el tiempo. A veces, este hábito o síntoma aparece sin una causa aparente, y otras veces está ligado a situaciones específicas (por ejemplo, nervios, reflujo ácido después de comer, sequedad en la boca, etc.). La intención de búsqueda del usuario detrás de la pregunta “tragar saliva constantemente es malo” suele ser averiguar si este síntoma es señal de algo preocupante: ¿Es un tic nervioso por ansiedad? ¿Un exceso de saliva por un problema médico? ¿O simplemente una costumbre inofensiva?

¿Es malo tragar saliva constantemente?

Antes de profundizar en las causas, respondamos la pregunta central de forma clara: No, tragar saliva constantemente no es “malo” ni dañino en sí mismo para tu organismo. La saliva es un aliado de tu salud bucal: humedece la boca, inicia la digestión de los alimentos, neutraliza ácidos y limpia los dientes. De hecho, todos tragamos saliva automáticamente cientos de veces al día sin notarlo. Entonces, ¿por qué nos preocupa cuando nos damos cuenta de que lo hacemos “a cada rato”?

El problema no es la saliva, sino la sensación constante de tener que tragar. Esto puede deberse a varias situaciones: a veces nuestro cuerpo produce más saliva de lo normal (lo que nos obliga a ingerirla frecuentemente), o bien nuestra garganta está irritada o seca (lo que nos induce a tragar para aliviar la molestia). Otras veces, está relacionado con factores psicológicos: el simple hecho de pensar en la saliva puede crear un círculo vicioso en el que uno se vuelve hipersensible y no puede dejar de tragar.

En resumen, tragar saliva seguido no te hará daño físico por sí solo, pero sí puede ser un síntoma o reflejo de algo más. Puede irritar ligeramente tu garganta si lo haces obsesivamente, pero sobre todo puede afectar tu calidad de vida y tranquilidad mental si estás todo el día preocupado por ello. Por eso, es importante entender qué está detrás de este hábito. En los siguientes apartados, veremos todas las causas posibles de la necesidad excesiva de deglutir saliva, para que identifiques la tuya y sepas cómo actuar.

Posibles causas de tragar saliva constantemente

Existen múltiples causas por las que una persona puede sentir la necesidad de tragar saliva constantemente. Algunas son físicas o médicas, y otras son emocionales o psicológicas. A continuación, detallo las causas principales y cómo reconocer cada una:

Ansiedad, estrés y factores psicológicos

Uno de los detonantes más comunes de la deglución repetitiva de saliva es la ansiedad. Cuando estamos ansiosos o estresados, nuestro cuerpo puede manifestar esa tensión de formas curiosas. En consulta he visto casos de pacientes que, al atravesar períodos de estrés, se vuelven hipersensibles a procesos automáticos del cuerpo, como respirar, parpadear… ¡o tragar saliva! Esto se conoce como hiperconciencia o focalización excesiva en un acto involuntario. La persona toma consciencia de que traga saliva, se preocupa por ello, y esa misma preocupación hace que trague aún más seguido. Es un ciclo psicológico: cuanto más piensas en tu saliva, más sientes que “estorba” en la boca y quieres tragar.

En estados de ansiedad aguda, además, el sistema nervioso autónomo entra en juego. La ansiedad activa la respuesta de lucha o huida, lo cual puede producir sensaciones físicas como nudo en la garganta o cambios en la salivación. Curiosamente, algunos experimentan boca seca por ansiedad (debido a que el cuerpo redirige fluidos y reduce la saliva momentáneamente), lo que hace incómodo tragar y les obliga a intentar hacerlo repetidamente. Otros, en cambio, pueden tener hipersalivación por estrés. Cada organismo reacciona distinto.

En primera persona te confieso que yo misma, en momentos de nervios antes de una conferencia, he sentido mi boca seca y he tenido que tragar saliva más de lo normal para humedecerla. Muchos pacientes describen “tengo que tragar saliva a cada rato y cuanto más me preocupa, peor se pone”. La buena noticia es que si la causa es psicológica, no hay nada físicamente mal en tu garganta ni en tus glándulas. No es una enfermedad grave, es un hábito nervioso. Con técnicas adecuadas, se puede superar. Más adelante en este artículo te daré consejos para manejar esta ansiedad y romper el círculo vicioso.

Exceso de producción de saliva (hipersalivación)

Pasemos a una causa física: la hipersalivación. Aquí el escenario es distinto: tu boca realmente está produciendo saliva de más, y por eso sientes que debes tragarla constantemente o incluso escupir. A este exceso de saliva se le llama también sialorrea o ptialismo. ¿Por qué ocurriría esto? Hay diversas razones:

  • Situaciones temporales y benignas: Por ejemplo, durante el embarazo muchas mujeres notan más saliva de lo habitual (esto suele ser pasajero). También pensar o ver comida apetitosa (“hacerse agua la boca”) genera salivación, pero eso es momentáneo.
  • Uso de prótesis dentales nuevas: Pacientes con dentaduras postizas o aparatos dentales recientes a veces presentan hipersalivación los primeros días, mientras la boca se adapta a ese “objeto extraño”. Es una respuesta normal que suele disminuir con el tiempo.
  • Inflamaciones o infecciones bucales: Una amigdalitis, una faringitis o incluso aftas (llagas) en la boca pueden estimular la producción de saliva como mecanismo de defensa (la saliva contiene enzimas y sustancias que ayudan a curar y limpiar).
  • Reflujo gastroesofágico: Lo menciono aquí porque el reflujo de ácido desde el estómago puede activar un reflejo llamado hipersalivación refleja (o water brash), donde de pronto las glándulas salivales secretan mucho líquido para contrarrestar el ácido que sube a la garganta. (Más detalles sobre reflujo, en la sección siguiente).
  • Medicamentos y tóxicos: Ciertos fármacos pueden tener como efecto secundario la salivación excesiva. Por ejemplo, algunos tranquilizantes, antipsicóticos o anticonvulsivos se asocian con babeo. La intoxicación por plaguicidas o la exposición a toxinas también puede provocar sialorrea, pero esto último es muy poco común en el día a día.
  • Enfermedades neurológicas: Trastornos que afectan el control muscular de la cara y la deglución, como la parálisis cerebral, el Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o un accidente cerebrovascular (derrame), a menudo cursan con babeo o incapacidad de manejar bien la saliva. En estos casos, el problema es más complejo: no es que se produzca demasiada saliva, sino que la persona no la traga con normalidad. Hablaremos de este escenario más adelante.

¿Cómo saber si realmente tienes exceso de saliva? Normalmente, cuando es así, además de tragar mucho puedes notar babeo (sobre todo al agacharte o dormir, se te sale saliva involuntariamente) y otros síntomas: hablar se vuelve incómodo, puedes tener que escupir a menudo, o sientes la saliva muy líquida y abundante. Si este es tu caso, lo recomendable es investigar la causa médica subyacente. La saliva en exceso no es una enfermedad en sí, pero puede ser un síntoma de otra condición que necesite tratamiento (por ejemplo, controlar el reflujo, ajustar una medicación, tratar una infección, etc.).

En casos crónicos de sialorrea, existen tratamientos médicos: desde medicamentos anticolinérgicos que reducen la producción salival, hasta terapias de rehabilitación con logopedas (para mejorar la deglución) e incluso, en situaciones severas, inyecciones de toxina botulínica en las glándulas salivales o cirugías. Pero estos son casos extremos. La mayoría de las veces, identificando y abordando la causa (por ejemplo, curar una amigdalitis o reemplazar un fármaco) la salivación vuelve a la normalidad.

Boca seca, deshidratación e hipersensibilidad oral

Curiosamente, en el lado opuesto del espectro tenemos la boca seca (xerostomía) y la sensación de garganta pegajosa, que también pueden llevarte a tragar saliva repetidamente. ¿Por qué? Cuando la boca está seca o la saliva es muy espesa, aparece una incomodidad constante: notas la lengua pastosa, la garganta áspera, como un moco o flema que no baja. Entonces intentas tragar para humedecer y despejar esa sensación. Es decir, aunque paradójico, tener poca saliva puede hacerte tragar a cada rato los pequeños restos espesos de saliva o mucosidad.

Las causas de sequedad bucal son varias: deshidratación por no beber suficiente agua, el consumo excesivo de cafeína o alcohol (que son diuréticos y secantes), ambientes secos, respirar mucho por la boca (p. ej. si tienes congestión nasal), o efectos secundarios de medicamentos (muchos fármacos producen sequedad oral, como antidepresivos, antihistamínicos para alergia, diuréticos, etc.). La edad avanzada también suele traer menor producción salival.

Si sospechas que tragas constantemente porque tu boca está seca, fíjate en estos signos: ¿Tienes dificultad para tragar alimentos secos? ¿Necesitas agua para pasar la comida? ¿Sientes ardor en la lengua, mal aliento o labios secos? Estos son síntomas típicos de xerostomía. La solución principal aquí es sencilla: hidrátate más. Bebe sorbos de agua a lo largo del día, usa enjuagues humectantes o saliva artificial si tu médico lo indica, mastica chicle sin azúcar para estimular tus glándulas salivales. Verás que al mejorar la lubricación bucal, esa constante necesidad de deglutir disminuye.

Un punto importante: a veces las personas confunden la sensación de un nudo o algo atorado en la garganta con saliva acumulada. Esto puede ocurrir en casos de faringitis crónica, alergias o reflujo laríngeo, donde hay mucosidad y pequeña inflamación que da la sensación de “bolita” en la garganta (lo que médicamente se llama globus faríngeo). Muchos pacientes con ansiedad experimentan globus (esa sensación de “no puedo tragar bien, tengo que estar tragando saliva para despejar la garganta”). Si este síntoma es prominente, conviene evaluar con un otorrino o gastroenterólogo, pues podría tratarse de reflujo faringolaríngeo (ácido irritando la garganta) o simplemente tensión muscular por estrés. En cualquier caso, no es grave, y tiene tratamiento específico según la causa (antiácidos, ejercicios de relajación, etc.).

Efectos secundarios de medicamentos

Como mencioné brevemente, tanto el exceso como la falta de saliva pueden venir de la mano de ciertos medicamentos. Vale la pena destacarlo como causa independiente:

  • Algunos fármacos producen sialorrea (mucha saliva): por ejemplo, la clozapina (un antipsicótico) es conocida por causar babeo; los fármacos para Alzheimer (inhibidores de colinesterasa) también pueden aumentarla. Igualmente, medicamentos sedantes a veces relajan tanto los músculos al dormir que se facilita el babeo nocturno.
  • Muchos otros medicamentos causan sequedad bucal: los antidepresivos tricíclicos, algunos ISRS, los antihistamínicos para alergia, medicamentos para hipertensión como diuréticos o incluso opiáceos analgésicos tienden a reducir la saliva.

En cualquiera de los dos casos, si empezaste un tratamiento farmacológico nuevo y notaste cambios en tu salivación o en tu necesidad de tragar, coméntaselo a tu médico. No suspendas un medicamento por tu cuenta, pero pregunta si puede estar causando ese efecto molesto. Muchas veces hay alternativas o ajustes de dosis que solucionan el problema. También el médico puede recomendar medidas para contrarrestar la sequedad (como saliva artificial, spray humidificante) o, si fuera el caso de sialorrea, quizá recetar algo para controlarla mientras sigues con el tratamiento necesario.

Como ejemplo personal: recuerdo a un paciente al que derivé al médico porque tras comenzar un antidepresivo no podía ni hablar de la boca seca que le dejó, y estaba tan incómodo que se lamía los labios y tragaba cada pocos segundos. El psiquiatra le ajustó la medicación y mejoró mucho. Escucha siempre a tu cuerpo y no temas comunicar estos síntomas “raros” a los profesionales, estamos para ayudarte a encontrar soluciones.

Otras causas médicas (neurológicas y esofágicas)

Finalmente, englobemos otras causas menos frecuentes pero importantes de la necesidad de tragar saliva constantemente:

  • Trastornos neurológicos: ya mencionamos Parkinson, ELA, secuelas de un ictus, parálisis cerebral… En estas condiciones, el control neuromuscular de la deglución está comprometido. Las personas pueden acumular saliva en la boca porque no tragan con eficacia, o perder sensibilidad y no darse cuenta del babeo. Si tú o un familiar tienen una condición de este tipo y presentan sialorrea, es importante trabajarlo con un logopeda (terapeuta del habla) que enseñe técnicas para mejorar la coordinación al tragar. También, bajo supervisión médica, se usan medicamentos para reducir saliva o incluso procedimientos como radioterapia de glándulas salivales en casos severos.
  • Problemas en la garganta o esófago: Cualquier dificultad para tragar (lo que llamamos disfagia) hará que estés tragando saliva constantemente para “pasar” esa sensación de atasco. Puede ocurrir por una esofagitis (inflamación del esófago, a menudo por reflujo crónico), por estrecheces esofágicas (estenosis, por ejemplo en personas con larga historia de reflujo que causa cicatrices) e incluso por trastornos de motilidad esofágica como la acalasia. Estas condiciones suelen dar otros síntomas claros: dificultad con alimentos sólidos, dolor o ardor, pérdida de peso, etc. Si sospechas que lo tuyo va más por “siento que todo se me pega en la garganta” y no solo saliva, definitivamente consulta al médico. Un especialista puede hacer pruebas (como endoscopia) para descartar estas causas.
  • Allergias y sinusitis: congestión nasal crónica o sinusitis producen moco postnasal que gotea hacia la garganta. Esto hace que estés tragando moco y saliva con frecuencia, y además respirar por la boca seca la cavidad oral. El manejo adecuado de la alergia o sinusitis (con antihistamínicos, lavados nasales, etc.) mejorará este síntoma.

Existen causas médicas específicas donde la deglución constante de saliva es un síntoma más de un cuadro mayor. En esos casos, tratar la condición principal (ya sea neurológica, digestiva o respiratoria) es la prioridad, y suele aliviarse el problema de la saliva al controlar la enfermedad de base.

¿Cuándo es benigno y cuándo acudir al médico?

Muchas personas me preguntan: “Doctora, ¿cómo sé si esto de tragar saliva seguido es algo por lo que deba preocuparme en serio?” La respuesta depende de la constelación de síntomas y la duración. A continuación te doy una guía práctica:

  • 📌 Si tu necesidad de tragar saliva aparece solo en situaciones de nervios o cuando piensas en ello, y no tienes ningún otro síntoma físico notable, es muy probable que se trate de algo benigno relacionado con ansiedad o hábito. Por ejemplo, si durante el día estás distraído y ni lo notas, pero en la noche al pensar en ello empieza la molestia, eso apunta a la psicología jugando una mala pasada. En estos casos, suele mejorar con técnicas de relajación y no es urgente ver a un médico, aunque una consulta con un psicólogo puede ser muy útil si la ansiedad es difícil de controlar.
  • 📌 Si notas otros síntomas asociados, presta atención. ¿Qué va acompañado de tu deglución constante? Si hay dolor al tragar, sensación de bola persistente en la garganta incluso sin ansiedad, ardor fuerte estomacal, ronquera, tos crónica, pérdida de peso, o dificultad real para tragar alimentos, entonces sí conviene una evaluación médica. Estos signos pueden indicar un problema fisiológico (reflujo severo, esofagitis, trastorno esofágico o neurológico) que necesita tratamiento específico. A continuación listo algunas señales de alarma:
    • Dificultad para tragar alimentos sólidos o líquidos (sensación de que “se atoran”).
    • Dolor o ardor en el pecho/garganta frecuente (posible reflujo).
    • Babeo involuntario constante, incluso durante el día sin darte cuenta.
    • Voz ronca, tos o carraspeo crónico.
    • Pérdida de peso sin causa aparente.
    • Náuseas o sensación de ahogo al tragar.
    • Antecedente de trastorno neurológico con dificultad para manejar saliva.
    Si presentas uno o más de estos síntomas asociados, no dudes en acudir al médico (ya sea médico de cabecera, otorrino o gastroenterólogo según el caso) para un diagnóstico. En la mayoría de los casos no será nada grave, pero es importante descartar condiciones como reflujo avanzado, ulceraciones, etc., y recibir el tratamiento adecuado lo antes posible para evitar complicaciones.
  • Considera la duración y el impacto en tu vida. Si llevas semanas o meses tragando saliva compulsivamente y esto te genera ansiedad, interferencia en tu trabajo, tu habla o tu descanso, ya es razón suficiente para buscar ayuda profesional. No tienes por qué “aguantar” esta situación incómoda solo porque no te pone en riesgo inmediato. Un médico o dentista comprensivo evaluará tus síntomas, quizás realice un examen de tu boca y garganta, y podrá tranquilizarte descartando problemas mayores o indicándote estudios si hicieran falta.

En mi práctica, he visto que muchas personas tardan en consultar por vergüenza o pensando que el doctor no les tomará en serio algo así. ¡No te preocupes! Tu paz mental y comodidad son importantes. Incluso si al final resulta ser solo ansiedad, el médico puede orientarte o derivarte a terapia, lo cual marcará una gran diferencia en tu bienestar diario.

Consejos para manejar la deglución repetitiva de saliva

Para cerrar, quiero compartirte algunos consejos prácticos que pueden ayudarte a reducir este molesto hábito o síntoma, según su causa:

  • Técnicas de relajación y atención psicológica: Si sospechas que la ansiedad es el desencadenante, prueba ejercicios de relajación. La respiración profunda abdominal, la meditación mindfulness o el yoga pueden romper el ciclo de hiperconciencia. Por ejemplo, cuando notes que entras en el pensamiento obsesivo de “estoy tragando saliva”, practica la respiración 4-7-8 (inhala contando 4, retén 7, exhala 8) para calmar tu sistema nervioso. También mantenerte distraído con alguna actividad (hablar con alguien, cantar, masticar chicle) puede evitar que te enfoques en la saliva. Si la situación te supera, buscar terapia cognitivo-conductual (TCC) es muy efectivo: un psicólogo te enseñará estrategias para desviar la atención y manejar la ansiedad. No dudes en pedir ayuda; no estás “loc@”, es un problema común y tratable.
  • Mantén una buena hidratación: Tanto para casos de boca seca como para aliviar irritación, bebe agua frecuentemente a sorbos. Tener la garganta bien hidratada reduce la sensación de sequedad o pegajosidad que provoca deglutir. Evita bebidas muy azucaradas, con cafeína o alcohol que empeoran la sequedad. Puedes también chupar caramelos sin azúcar o masticar chicle sin azúcar; esto mantiene la boca húmeda pero controlas mejor la deglución porque sucede de forma refleja al ritmo de la masticación.
  • Revisa tu postura y hábitos al dormir: Si babeas mucho por la noche, intenta dormir de costado o boca abajo en vez de boca arriba (para que la saliva no se acumule hacia atrás). Coloca una toalla si es un problema; saber que no mojarás la almohada puede aliviar la ansiedad que a veces despierta a las personas. Durante el día, una postura erguida con cabeza ligeramente elevada puede ayudar a tragar con más facilidad que si estás encorvado comprimiendo el cuello.
  • Cuidado con irritantes gástricos: Si tienes reflujo o sospechas que el ácido puede estar jugando un rol, modera tu dieta. Evita comidas muy picantes, grasosas o ácidas, especialmente en la cena. No te acuestes inmediatamente después de comer. Elevar el cabecero de la cama unos centímetros puede evitar el reflujo nocturno. Puedes consultar con un médico sobre tomar un antiácido o protector gástrico si notas mejoría en la salivación cuando controlas la acidez.
  • Consulta dental: Si hace mucho que no visitas al dentista, programa una revisión. A veces caries extensas, infecciones en encías o mal ajuste de prótesis podrían estar causando inflamación y salivación refleja. O al contrario, medicamentos dentales pueden secar la boca. Un odontólogo puede detectar signos orales de síndrome de boca seca o de reflujo (como erosiones en dientes) y darte recomendaciones.
  • No te obsesiones con “tragar perfectamente”: Recuerda que tragar saliva es un acto automático. Cuanto más intentes “controlarlo manualmente”, más raro se sentirá. Es como si te enfocaras en tu respiración: se vuelve torpe al hacerlo consciente. Ten paciencia; si quitas importancia al síntoma, poco a poco tu mente lo irá relegando de nuevo al piloto automático. Una frase que le digo a mis pacientes ansiosos es: “Confía en tu cuerpo, él sabe tragar saliva solo. Tú ocúpate de vivir, no de controlar cada trago.” Puede sonar simple, pero con el tiempo es liberador.

Preguntas frecuentes

¿Tragar saliva constantemente es malo para la salud o el estómago?

No, tragar saliva frecuente en sí no hace daño ni al estómago ni a la salud general. La saliva es un líquido natural que producimos a diario (entre 0.75 y 1.5 litros) y tragamos de forma involuntaria. No es perjudicial porque está compuesta de agua, enzimas y mucina que incluso ayudan a la digestión. Lo que puede ser “malo” es la causa subyacente de por qué la persona siente que debe tragar todo el tiempo (por ejemplo, reflujo ácido no tratado, ansiedad elevada, etc.). En resumen: ingerir saliva repetidamente no te enferma, pero si lo haces por algún problema, ese problema es el que debe atenderse.

¿La ansiedad puede provocar la sensación de tragar saliva constantemente?

¡Sí, definitivamente! La ansiedad y el estrés son causas comunes de este síntoma. Cuando estamos ansiosos, podemos volvernos hipersensibles a procesos automáticos del cuerpo, generando un foco obsesivo en la saliva. Además, la respuesta de ansiedad puede secar la boca o tensar los músculos de la garganta, causando una sensación incómoda al tragar. Muchas personas con ansiedad refieren un “nudo en la garganta” y creen que tienen que tragar para deshacerlo. Es importante manejar la ansiedad de fondo con técnicas de relajación o terapia psicológica; al mejorar el estado nervioso, suele desaparecer esa necesidad continua de deglutir.

¿Qué enfermedades causan exceso de saliva en la boca?

El exceso de saliva (hipersalivación) puede presentarse en varias condiciones médicas. Algunas enfermedades neurológicas como el Parkinson, la ELA (esclerosis lateral amiotrófica), la parálisis cerebral o tras un accidente cerebrovascular pueden dificultar la deglución normal y llevar a babeo. También infecciones de garganta (amigdalitis, mononucleosis) o sinusitis/alergias pueden aumentar la saliva reflejamente. La acidez gástrica (reflujo gastroesofágico) es otra causa: al subir ácido, el cuerpo crea saliva extra para proteger la garganta (lo que se llama sialorrea por reflujo). Incluso el embarazo puede provocar hipersalivación en algunas mujeres. Por lo general, estas enfermedades vienen con otros signos claros (por ejemplo, en Parkinson hay temblores, en reflujo hay ardor, etc.). El exceso de saliva en sí suele ser un síntoma más dentro de un cuadro mayor.

¿Es normal tragar saliva durante todo el día?

Es normal tragar saliva frecuentemente sin notarlo. De hecho, una persona sana traga saliva unas veces por minuto de forma inconsciente. Ahora bien, no es “normal” que seas consciente de que estás tragando a cada rato y que esto te moleste. Si te pasa durante todo el día y lo percibes, habría que buscar la causa. Puede ser algo tan simple como que tienes la boca seca (y por eso tragas para humedecer), o que estás ansioso y enfocándote en ello, o quizá un leve reflujo. Pero en condiciones ideales, nuestro cerebro maneja la deglución de saliva en automático y no deberíamos estar pensando en ello todo el día. Así que, aunque no es peligroso, si lo notas todo el tiempo conviene investigar la razón para solucionarlo y que vuelvas a la normalidad (¡o sea, a tragar sin darte cuenta!).

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Alicia Blog 300px
Odontóloga General y Estética en Clínicas Cleardent
Con una sólida formación en odontología general, endodoncia y técnicas estéticas como el uso de ácido hialurónico, la Dra. Alicia Martín brinda atención completa y especializada en Clínicas Cleardent. Su pasión por la salud bucodental y su compromiso con el bienestar de sus pacientes se refleja en su participación en campañas educativas para promover hábitos de higiene oral. La Dra. Martín se asegura de que cada tratamiento esté adaptado a las necesidades de sus pacientes, ofreciendo siempre un enfoque profesional y actualizado.

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