Tipos de Coronas Dentales y Precios en España: Guía Completa 2025
Descubre los tipos de coronas dentales y sus precios en España. Coronas de porcelana, zirconio, metal, etc. Qué opción te conviene según tu caso, cuánto duran y cómo cuidarlas.
¡Hola! Soy el Dr. Francisco Villoslada, especialista en odontología restauradora. En este artículo te voy a explicar los diferentes tipos de coronas dentales (fundas dentales) que existen y sus precios aproximados en España. Si necesitas una corona dental para proteger o restaurar un diente, es normal que te surjan dudas sobre qué tipo de corona te conviene más y cuánto cuesta. A continuación, encontrarás una guía completa, clara y actualizada, basada en mi experiencia profesional y en datos reales, para que puedas tomar una decisión informada y con confianza.
¿Qué es una corona dental y cuándo se necesita?
Una corona dental (también llamada funda dental o prótesis fija) es una cubierta con forma de diente que se coloca sobre una pieza dental dañada o debilitada, restaurando su forma, tamaño, función y apariencia. En otras palabras, actúa como un “casquete” que protege al diente natural, devolviéndole su fuerza para masticar y su estética. Las coronas se hacen a medida, imitando el color y la forma de tus dientes, por lo que una vez colocadas se ven y se sienten como un diente más.
¿Tienes un diente debilitado, fracturado o con endodoncia? Podemos valorar si necesitas una corona.
¿Cuándo recomendamos poner una corona? Principalmente en estos casos:
Cuando un diente está muy debilitado o fracturado y corre riesgo de romperse más. Por ejemplo, tras un traumatismo o si el diente se ha desgastado severamente por bruxismo (rechinar dientes).
Para proteger un diente que ha recibido una endodoncia (tratamiento de conducto). Después de una endodoncia el diente suele quedar frágil, y cubrirlo con una corona lo refuerza y evita fracturas.
Para restaurar un diente con una caries muy extensa que no puede reconstruirse solo con un empaste (relleno). La corona aporta la resistencia que la estructura remanente del diente ya no tiene.
Como parte de un tratamiento de prótesis sobre implantes. Si has perdido una pieza dental, primero se coloca un implante de titanio en el hueso y, una vez integrado, se atornilla o cementa una corona sobre el implante para sustituir al diente perdido.
Por estética dental: para cubrir dientes muy descoloridos, deformados o con malformaciones cuando otros tratamientos (como carillas dentales) no son viables. La corona puede mejorar la forma y el color de un diente anterior con problemas estéticos severos.
En todos estos supuestos, la corona (funda) ayuda a salvar el diente o a reemplazarlo de forma fija, evitando tener que extraer la pieza o recurriendo a prótesis removibles. Es una solución común en odontología conservadora y estética para mantener tu propia dentición el mayor tiempo posible.
Tipos de coronas dentales según el material
Existen diferentes tipos de coronas dentales en función del material con el que están fabricadas. Cada material ofrece distintas ventajas en cuanto a estética, durabilidad y precio. Como profesional, siempre evalúo el caso individual para recomendar el tipo de corona más adecuado. Hoy en día, las más utilizadas son:
Corona de porcelana (cerámica pura)
Las coronas de porcelana están hechas completamente de material cerámico (porcelana dental de alta calidad, como el disilicato de litio e.max). Son las coronas más estéticas, ya que imitan muy bien el color, el brillo y la translucidez de un diente natural. Por eso suelen emplearse en los dientes anteriores (incisivos y caninos) que se ven al sonreír. Permiten lograr un resultado muy armónico y natural en la sonrisa.
Como desventaja, la porcelana pura es algo menos resistente a la fractura comparada con otros materiales más duros. No se recomienda usar solo porcelana en zonas de carga extrema (por ejemplo, en muelas muy comprometidas) porque podría llegar a fracturarse ante fuerzas masticatorias intensas. En esos casos, a veces es preferible reforzarla con una base de otro material o elegir otro tipo de corona más resistente. Aun así, bien cuidadas, ofrecen una durabilidad muy buena.
Ejemplo: Un paciente joven con un incisivo oscuro por un golpe eligió una corona totalmente cerámica. El resultado estético fue excelente: la corona de porcelana se mimetizó con sus otros dientes y devolvió la apariencia natural a su sonrisa.
Corona de zirconio (cerámica de óxido de zirconio)
Las coronas de zirconio están fabricadas con dióxido de zirconio, un material cerámico extra duro. Son una tecnología más moderna que combina lo mejor de ambos mundos: por un lado, el zirconio es muy resistente y soporta perfectamente la masticación en zonas posteriores; por otro, es de color blanco translúcido, lo que le da una estética muy buena (aunque ligeramente menos translúcida que la porcelana pura).
Estas coronas se pueden usar tanto en dientes frontales como en muelas, ya que su resistencia a la fractura es de las más altas. De hecho, el zirconio ha reemplazado en muchos casos a las antiguas coronas totalmente metálicas, permitiendo tener fuerza y estética a la vez. Además, el zirconio es biocompatible – el cuerpo lo tolera muy bien – y no produce alergias (ventaja frente a algunas aleaciones metálicas).
En mi experiencia, las coronas de zirconio son una excelente opción para molares o premolares que requieren mucha resistencia, o para pacientes que aprietan los dientes, ya que aguantan muy bien el desgaste. También las empleo en dientes anteriores cuando el paciente quiere la máxima durabilidad junto con estética. Su única desventaja notable podría ser el precio un poco más elevado en comparación con otras coronas, debido al precio del material y la tecnología de fabricación, pero ofrecen un rendimiento excepcional a largo plazo.
Corona de metal-porcelana (porcelana fundida sobre metal)
Las coronas metal-porcelana (también llamadas de porcelana fundida sobre metal) han sido durante décadas las más utilizadas. Consisten en un núcleo interno metálico (una aleación de metales, por ejemplo cromo-cobalto o níquel) recubierto externamente por porcelana del color del diente. De este modo, combinan la resistencia del metal con la estética de la porcelana.
Son muy fuertes y duraderas. Toleran muy bien la presión de la mordida al masticar, por lo que resultan ideales para reemplazar dientes posteriores (muelas y premolares). Al estar detrás, la leve diferencia estética no se nota y se aprovecha su robustez. Además, suelen tener un coste más bajo que las coronas de zirconio o de porcelana pura, lo que las hace una opción económica y fiable para muchas personas.
El punto débil de las metal-porcelana está en la estética a largo plazo: con los años, si las encías se retraen un poco, puede asomarse una fina línea oscura del metal en la base de la encía, resultando algo antiestético en la sonrisa. Por eso, hoy en día en los dientes delanteros (sonrisa) preferimos evitar el metal subyacente, usando coronas totalmente cerámicas o de zirconio. Pero para muelas, o cuando el presupuesto es limitado, siguen siendo una muy buena opción.
Corona metálica (aleación metálica o corona de oro)
Las coronas metálicas están hechas enteramente de metal. Pueden ser de aleaciones no preciosas (por ejemplo acero inoxidable, cromo-cobalto, níquel-cromo) o de metales preciosos (oro o platino, usualmente en aleación con otros metales).
Las coronas metálicas de acero u otros metales base se usan poco en adultos actualmente, porque su apariencia plateada u oscura no es estética. Antiguamente eran comunes por su extrema durabilidad – prácticamente no se fracturan nunca y pueden durar décadas – pero hoy se reservan sobre todo para dientes temporales (molares de leche) en niños o como provisionales. Su ventaja es el bajo precio del material y la resistencia. Sin embargo, visualmente son muy llamativas (color metálico) y pueden generar problemas estéticos y hasta leves sensibilidades galvánicas. En España ya casi no colocamos coronas totalmente metálicas en dientes permanentes, salvo casos muy puntuales.
Las coronas de oro merecen mención aparte. El oro es un material excelente en odontología: muy biocompatible, no provoca alergias, altamente resistente al desgaste y se adapta con precisión. Algunas personas aún solicitan coronas de oro en molares por su durabilidad y porque el oro sufre menos desgaste contra dientes opuestos. Sin embargo, son muy caras(debido al precio del oro) y estéticamente llamativas por su color dorado. Por eso, su uso es minoritario hoy en día. Quedan más como una curiosidad o para quien específicamente las prefiere.
En resumen, una corona metálica simple puede ser la opción más barata y duradera, pero menos estética. Actualmente, con los materiales cerámicos disponibles, casi siempre podemos lograr un resultado resistente y estético sin necesidad de exponer metal.
Corona de resina (provisional o temporaria)
Las coronas de resina están hechas de resina acrílica o composite. Son coronas temporales que utilizamos de forma provisional mientras se fabrica la corona definitiva de mejor material. También pueden servir como solución temporal cuando el paciente necesita una corona rápida y no quiere gastar mucho en ese momento.
Sus ventajas son el precio muy bajo y la rapidez de fabricación (incluso se pueden hacer directamente en clínica). Sin embargo, no son muy resistentes ni duraderas: la resina puede fracturarse o desgastarse en pocos meses y con el tiempo tiende a decolorarse o mancharse. Por eso no se usan como coronas permanentes, salvo en casos muy puntuales en los que el pronóstico del diente es muy pobre y se opta por algo temporal.
En mi práctica, siempre coloco una corona de resina provisional tras tallar el diente, para protegerlo mientras el laboratorio hace la corona definitiva de porcelana, zirconio, etc. Así el paciente lleva esa funda provisional (que cumple su función unas semanas) y luego la sustituimos por la corona final, mucho más resistente y estética.
Ahora que conoces los tipos principales de coronas dentales – porcelana, zirconio, metal-porcelana, metálicas y de resina – vamos a ver la comparativa de precios y qué factores influyen en el precio.
Comparativa de tipos de coronas dentales y precios en España
El precio de una corona dental puede variar ampliamente según varios factores. Principalmente depende del material del que esté hecha, pero también influyen la técnica empleada, la ciudad y clínica donde te atiendas, y la complejidad de tu caso. Por ejemplo, coronas realizadas con materiales avanzados suelen ser más caras, y en grandes ciudades los honorarios pueden ser algo mayores. A continuación presento una tabla comparativa con los tipos de coronas más comunes y sus rangos de precios aproximados en España (por pieza dental):
Tipo de corona
Material
Precio aprox. en España
Corona de porcelana (cerámica pura)
Cerámica de alta estética (porcelana feldespática, disilicato de litio)
400 – 850 € por diente
Corona de zirconio
Óxido de zirconio (cerámica extra resistente)
350 – 600 € por diente
Corona de metal-porcelana
Aleación metálica interna + recubrimiento de porcelana
300 – 500 € por diente
Corona metálica (no preciosa)
Aleación metálica (acero, cromo, etc.) sin recubrimiento
70 – 150 € por diente (muy poco usadas en adultos)
Corona de oro (metálica preciosa)
Aleación de oro (alta pureza)
700 – 1.000 € por diente (opción poco común)
Corona de resina (provisional)
Resina acrílica o composite de uso temporal
40 € por diente (temporal, incluye en muchos casos en el tratamiento)
Nota: Estos precios son orientativos por unidad (por cada corona sobre un diente natural). Pueden variar según la clínica y la ubicación geográfica, pero reflejan los rangos habituales en España en 2024-2025. En general, las coronas de porcelana y zirconio son las más caras, seguidas por las de metal-porcelana; las coronas metálicas básicas y de resina son las más económicas.
Además, debes tener en cuenta ciertos costes adicionales potenciales:
Tratamientos previos: Si el diente requiere una reconstrucción, una endodoncia (desvitalizar el nervio) o cirugía de implante antes de colocar la corona, estos procedimientos se cobran aparte del precio de la corona. Por ejemplo, una corona sobre implante suele ser más cara porque implica el coste del implante en sí, el pilar (abutment) y la cirugía de colocación del implante. Asegúrate de que el presupuesto que te den incluya todos los pasos necesarios de tu tratamiento, para no llevarte sorpresas.
Pruebas diagnósticas: Radiografías, escáner intraoral o modelos 3D pueden tener un coste, aunque muchas clínicas los incluyen “de cortesía” si sigues adelante con el tratamiento.
Tipo de clínica o seguro dental: En clínicas de alto prestigio o especialistas muy experimentados, el precio puede ser algo mayor (aunque a cambio ofrecen gran calidad y garantías). Por otro lado, algunas aseguradoras dentales o franquicias ofrecen coronas a precios más reducidos para sus socios. Por ejemplo, según un estudio de 2025, el precio medio de una corona de zirconio en clínicas privadas de Madrid era 401 € y en seguros dentales oscila entre 330€ y 372€. Conviene consultar si cuentas con seguro dental, ya que podría cubrir parte del coste de la corona o aplicarte tarifas especiales.
Como ves, la diferencia de precio entre una corona básica y una de gama alta puede ser importante. No obstante, elegir bien el material de la corona es vital: una corona de calidad te durará muchos años más, evitando retratamientos. Mi consejo profesional es priorizar la calidad y la biocompatibilidad del material en la medida de tu presupuesto. Muchas clínicas ofrecemos facilidades de pago o financiación para que el paciente pueda optar al tratamiento más adecuado sin comprometer su economía.
¿Cuánto costaría en tu caso?
El precio final depende del material, el estado del diente y si necesitas tratamientos previos.
¿Cómo se coloca una corona dental? (Proceso paso a paso)
El procedimiento para colocar una corona dental suele requerir dos visitas al dentista (salvo que se utilice tecnología CAD/CAM para hacer la corona en el día). De forma general, el proceso es así:
Preparación del diente: En la primera cita, se anestesia localmente la zona (para que no sientas nada durante el tratamiento). El dentista talla el diente reduciendo su tamaño alrededor, de modo que haya espacio suficiente para alojar la corona encima. Si había caries o empastes antiguos, se eliminan. Quedará un “pilar” de diente sano preparado para ser cubierto. En caso de que falte mucha estructura dental, a veces es necesario reconstruir el diente con material de resina o un perno, antes de tallarlo.
Impresiones o escaneo: Se toma el registro de la forma del diente preparado y de la mordida. Esto puede hacerse con una impresión de silicona o mediante un escáner intraoral 3D, dependiendo de la clínica. Esa información se envía al laboratorio protésico, donde fabricarán la corona definitiva a medida (puede tardar unos días).
Colocación de corona provisional: Antes de terminar la primera visita, normalmente te colocamos una corona provisional de resina sobre el diente tallado. Esta funda temporal protege el diente y te permite hacer vida normal (masticar con cuidado) durante el intervalo. Se ajusta con un cemento provisional, de manera que se pueda retirar fácilmente después.
Cementado de la corona definitiva: En la segunda visita (una vez la corona final está lista), se retira la provisional y se prueba la corona definitiva. El dentista comprueba que el ajuste, el contacto con los dientes vecinos y la oclusión (mordida) sean perfectos. Si todo es correcto y estéticamente te ves bien, se fija la corona permanente con un cemento dental especial. Este adhesivo asegura la corona firmemente al diente tallado. Finalmente, se limpian los excesos de cemento y ¡listo! Ya tienes tu nueva corona funcionando.
En la mayoría de los casos, poner una corona es un procedimiento indoloro porque se realiza con anestesia. Tras el cementado, puedes notar el diente un poco «extraño» o con leve sensibilidad al frío los primeros días, pero esto desaparece rápido. Es importante que la corona no quede alta ni incómoda; si sientes que “chocas” prematuramente al morder, avisa a tu dentista para que la ajuste ligeramente. Un buen ajuste garantiza confort y evita molestias en la articulación mandibular.
(Como detalle, algunas clínicas con sistemas CAD/CAM pueden hacer todo en una sola visita: escanean el diente tallado y fresan la corona en el momento, eliminando la necesidad de provisionales. Pero lo más común en España es el proceso en dos citas descrito arriba.)
Cuidados y duración de las coronas dentales
Una corona dental, una vez colocada, se comporta como un diente más en tu boca. Por ello, su duración dependerá en buena medida de cómo la cuides y de la salud del diente o implante subyacente.
En términos generales, la vida útil de una corona bien hecha es de 10 a 15 años de media, pudiendo durar incluso 20 años o más con buenos cuidados. Hay casos documentados de coronas que siguen en boca después de 25-30 años, especialmente las de oro o las de porcelana/zirconio en pacientes muy cuidadosos. No obstante, para alcanzar esas longevidades es fundamental mantener un entorno oral sano.
¿Cómo cuidar tus coronas dentales para que duren más? Muy sencillo: igual que cuidas tus dientes naturales. Algunas recomendaciones clave:
Higiene oral escrupulosa: Cepilla tus dientes (y coronas) al menos 2-3 veces al día con una pasta fluorada, llegando hasta la unión de la corona con la encía. Usa hilo dental o cepillos interdentales diariamente para limpiar los bordes de la corona donde puede acumularse placa. Aunque la corona en sí no puede tener caries, el diente debajo sí; si la placa se filtra entre la corona y el diente, podría provocar caries en el diente pilar o inflamación de encías.
Evita hábitos perjudiciales: No uses tus dientes (con corona o sin ella) para abrir envases, morder objetos duros (huesos, hielo, cáscaras) o cortar cosas que no sean comida. Tampoco mastiques alimentos extremadamente duros en el lado de una corona nueva. Si padeces bruxismo (rechinas o aprietas dientes), coméntaselo a tu dentista: quizás necesites una férula de descarga para proteger tanto las coronas como tus dientes naturales del desgaste excesivo.
Visitas periódicas al dentista: Programa revisiones e higienes dentales profesionales al menos una vez al año. En la limpieza profesional eliminaremos el sarro acumulado alrededor de tus coronas y dientes (lo que previene la gingivitis y la periodontitis). En las revisiones, el odontólogo controlará el estado de la corona, de la encía y del diente soporte. Si detectamos a tiempo un pequeño problema (como filtración marginal o una caries incipiente en el diente bajo la corona), podremos solucionarlo antes de que comprometa la corona. Piensa que, aunque la corona no se carie, el diente debajo sí puede enfermar si no se cuida; por ejemplo, una caries debajo de la corona podría aflojarla o hacer que se desprenda. La mejor estrategia es la prevención.
Siguiendo estos consejos, tus coronas se mantendrán en perfecto estado por muchos años. En caso de que notes algo fuera de lo común – por ejemplo, sensibilidad persistente, movilidad en la corona, inflamación en la encía circundante o mal olor – acude a consulta. Puede ser señal de que hay que reajustar la corona o tratar el diente subyacente.
Por último, ten la tranquilidad de que las coronas no se manchan fácilmente con café, té o tabaco (especialmente las de porcelana y zirconio, que son muy lisas). Mantendrán su color en el tiempo mejor que un diente natural. Aun así, evita el exceso de sustancias que pigmentan y mantén la higiene para que el borde de la encía esté sano y sin oscurecimiento.
Corona dental vs carilla dental: ¿qué diferencias hay?
A muchos pacientes les surge la duda entre coronas dentales y carillas dentales. Aunque ambos tratamientos mejoran la estética de la sonrisa, no son lo mismo ni se usan en las mismas situaciones:
La corona dental (funda) cubre todo el contorno del diente (360 grados). Requiere tallar el diente por todos sus lados y la corona actúa como un casquete que aporta estructura y protección. Está indicada cuando el diente está dañado estructuralmente: grandes reconstrucciones, fracturas, debilidad general del diente o cambios drásticos de forma.
La carilla dental es una lámina fina de porcelana o composite que solo cubre la cara frontal del diente. Se usa principalmente con fines estéticos, por ejemplo para camuflar el color, forma o posición levemente irregular de un diente anterior. Requiere pulir mínimamente la parte frontal del diente, pero no refuerza el diente de la misma forma que una corona.
Si el diente está sano y solo buscas mejorar su apariencia (color, forma leve), probablemente con carillas logres el objetivo de forma más conservadora. Pero si el diente está muy restaurado o debilitado, una carilla no sería suficiente (podría despegarse o el diente podría fracturarse por detrás); en ese caso necesitas una corona que lo recubra completamente y le devuelva la resistencia. De hecho, tras una endodoncia en un diente anterior, a veces pacientes preguntan por carillas por estética, pero la respuesta es que se requiere corona porque el diente necesita protección integral.
Ambos tratamientos pueden lograr una sonrisa hermosa, pero la decisión corona vs. carilla depende del estado del diente. Tu odontólogo evaluará si el diente tiene soporte suficiente para una carilla o si es más seguro colocar una funda. En mi práctica, siempre priorizo salvar la máxima cantidad de diente sano: si una carilla es viable, genial; si no, explico al paciente por qué es más seguro optar por la corona.
(Nota: También existe el término “funda dental”, que como ya comentamos, es sinónimo de corona. A veces se habla de fundas de composite temporales, pero generalmente carilla se refiere a una lámina parcial y funda o corona a la cubierta total.)
En Cleardent te asesoramos sobre la mejor opción para tu diente: corona, carilla o implante.
Corona dental vs implante dental: ¿qué conviene en cada caso?
Esta comparación en realidad es un poco engañosa, porque corona e implante no son tratamientos excluyentes, sino complementarios. Un implante dental es un tornillo de titanio que sustituye la raíz de un diente perdido, y sobre él siempre se coloca una corona (artificial) como parte visible. Por tanto, cuando faltan dientes la solución suele ser implante + corona (o un puente, etc.), no es que uno reemplace al otro en la misma situación.
La verdadera disyuntiva se da cuando tenemos un diente propio dañado: ¿es mejor intentar salvarlo con una corona o extraerlo y poner un implante?. La respuesta debe individualizarse, pero en términos generales:
Si el diente es recuperable, aunque esté muy dañado, solemos preferir conservar el diente natural y protegerlo con una corona. Nada supera a tu propio diente en cuanto a la integración con tu organismo (tiene ligamento periodontal, mantiene el hueso alrededor, etc.). Mientras el radicular esté sano (no tenga fracturas radiculares ni enfermedad periodontal severa), se intenta salvar con endodoncia, perno, corona, etc. Con la corona adecuada, ese diente puede servirte muchos años más.
Si el diente no es viable (por ejemplo, raíz fracturada irreparable, caries muy profunda bajo encía, o infección que no puede solucionarse), entonces la extracción seguida de un implante es lo indicado. El implante osteointegrará en el hueso y luego colocaremos una corona sobre implante que reemplace al diente. En estos casos no tendría sentido colocar una corona sobre un diente condenado, sería malgastar recursos.
Si tienes el diente, primero evaluamos salvarlo con una corona; si ya no hay diente (o hubo que extraerlo), la corona irá sobre un implante. Desde el punto de vista del paciente, una vez terminado el tratamiento, funcional y estéticamente una corona sobre diente natural y una corona sobre implante se ven igual. La diferencia estuvo en el proceso. Ten en cuenta que una corona sobre implante suele llevar más tiempo (por la espera de integración del implante) y coste global mayor, pero es la única solución cuando no queda diente. Por eso, siempre que podamos evitar la extracción mediante una buena corona, lo hacemos.
Para aclarar: a veces la gente confunde los términos y dice «me van a poner un implante en este diente» cuando en realidad se refiere a una corona. Recuerda, el implante es solo la raíz artificial; la parte visible siempre será una corona, ya sea sobre tu diente o sobre el implante.
Ahora, resolvamos algunas preguntas frecuentes que suelen tener mis pacientes sobre las coronas dentales:
Preguntas frecuentes sobre coronas dentales
¿Cuánto cuesta una corona dental en 2025?
El precio de una corona dental en España en 2025 varía según el material y el caso, pero por término medio oscila entre unos 300 y 800 € por diente. Las coronas de metal-porcelana suelen estar en la franja baja de ese rango (incluso desde 200€ en algunas clínicas), mientras que las de zirconio o porcelana completa están en la parte alta (500–800 € o más, dependiendo de la complejidad). Las coronas totalmente metálicas son más económicas (150 €) pero casi no se usan salvo casos especiales, y las coronas provisionales de resina son muy baratas (40–60 €) pero son temporales. Lo importante es pedir un presupuesto personalizado: tu dentista evaluará qué tipo de corona necesitas y te dará el coste cerrado antes de iniciar el tratamiento. Recuerda: a veces un precio muy bajo puede implicar materiales de menor calidad; conviene asegurarse de la garantía y experiencia de la clínica.
¿Duele ponerse una corona dental?
¡No te preocupes! El procedimiento de colocar una corona dental no duele porque se realiza con anestesia local en el diente tratado. Durante el tallado del diente y la toma de impresiones estarás anestesiado y no sentirás dolor, quizás solo un poco de presión o vibración de las herramientas. Tras la primera sesión, cuando pase el efecto de la anestesia, el diente puede quedar ligeramente sensible o molesto (especialmente si no tenía endodoncia y se ha irritado un poco el nervio). Estas molestias suelen ser leves y temporales, desapareciendo en uno o dos días. Al colocar la corona definitiva, normalmente no hace falta volver a anestesiar (salvo pequeños ajustes) y el proceso es rápido e indoloro. En raras ocasiones, si la corona queda alta o ajustada incorrectamente, podría generar dolor al morder – pero eso se soluciona fácil con un reajuste. En resumen, ponerse una corona es un tratamiento bastante gentil comparado con otros; la mayoría de pacientes solo refieren molestias mínimas.
¿Cuánto tiempo dura una corona dental?
Como hemos comentado, la durabilidad de una corona dental es habitualmente de 10 a 15 años, e incluso más si se cuida correctamente. Muchos pacientes llevan coronas por 20 años sin problemas. La longevidad depende del material (las coronas de zirconio y metal-porcelana tienden a ser muy longevas, las de porcelana pura también si no hay factores de riesgo, mientras que las de resina solo duran meses/años al ser temporales) y de los hábitos de cuidado. Si mantienes buena higiene y visitas de control, evitarás caries en el diente pilar o problemas en las encías que puedan comprometer la corona. También influye la calidad con que se haya hecho: una corona bien ajustada y cementada tiene menos riesgo de filtraciones o desprendimientos con el tiempo. En caso de que se deteriore (por ejemplo, si se fractura la porcelana después de muchos años), siempre se puede reemplazar por una nueva. Pero en condiciones ideales, puedes considerar que es una solución a largo plazo (más de una década). De hecho, para efectos de garantía, muchas clínicas dan entre 2 y 5 años de garantía en coronas, pero eso es muy inferior a su vida útil esperada. ¡Con buenos cuidados, tu corona te acompañará por mucho tiempo!
¿Cómo debo cuidar mi corona dental en casa?
Debes cuidar tu corona igual que un diente natural, con una higiene oral rigurosa. Cepíllate los dientes al menos dos veces al día (idealmente después de cada comida principal) poniendo especial atención en el borde de la encía donde asienta la corona. Usa hilo dental o cepillos interproximales para limpiar los espacios entre la corona y los dientes vecinos, evitando que se acumule placa en esa zona. Un enjuague bucal con flúor puede ayudar a proteger el diente remanente bajo la corona. Además, te recomiendo hacerte una limpieza dental profesional cada 6-12 meses; así eliminamos el sarro y pulimos la superficie de la corona para que se mantenga lisa y libre de manchas. Por lo demás, evita morder objetos duros (huesos, hielo, etc.) con ese diente y si notas que rechinas de noche, considera usar una férula nocturna para proteger tus coronas y dientes. Con estos cuidados sencillos, tu corona se mantendrá limpia, las encías sanas y no tendrás problemas. Recuerda que la corona no puede tener caries, pero el diente debajo sí, así que la limpieza y el flúor siguen siendo tus aliados.
¿Cubren las coronas dentales la Seguridad Social o el seguro?
La Seguridad Social en España, por lo general, no cubre las coronas dentales en adultos. La odontología conservadora (empastes, coronas, etc.) suele quedar en el ámbito privado, salvo casos extremos o programas especiales. En niños, la sanidad pública cubre tratamientos básicos hasta cierta edad, pero no suele incluir coronas definitivas (a veces colocan coronas de acero en dientes de leche en ciertas comunidades, pero es limitado). Por ello, la mayoría de adultos que requieren una funda deben acudir a clínicas dentales privadas. Ahora bien, muchos tienen seguros dentales privados: estos seguros sí pueden cubrir parcialmente el coste de una corona. Dependiendo de tu póliza, quizá tengas derecho a una corona metálica o de metal-porcelana gratuita o a precio reducido, y pagar un extra si quieres zirconio u otro material premium. Cada seguro es distinto; lo mejor es consultar con tu compañía qué cobertura tienes para prótesis. También existen planes de financiación en las clínicas para facilitar el pago de tratamientos con alto coste. En mi clínica, por ejemplo, ofrecemos pago fraccionado sin intereses en varios meses para coronas e implantes. En resumen: la Seguridad Social no lo paga, pero un seguro dental privado podría ahorrarte dinero, y las clínicas suelen dar facilidades de pago para que el factor económico no te impida acceder al tratamiento que necesitas.
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Dr. Francisco Villoslada
Odontólogo
El Dr. Villoslada es un odontólogo con una sólida formación en endodoncia, prostodoncia y estética dental, áreas que le permiten ofrecer un enfoque integral en cada tratamiento. Desde 2013, su trayectoria se ha caracterizado por una atención personalizada y una planificación detallada que prioriza tanto la estética como la funcionalidad. Con experiencia en grupos odontológicos de prestigio, el Dr. Villoslada es reconocido por su habilidad en tratamientos restauradores, siempre enfocado en brindar resultados de alta calidad para sus pacientes.