¡Hola! SoyFrancisco Villosladadentista especializado en periodoncia, la rama de la odontología que se encarga de la salud de las encías y del resto de tejidos que soportan tus dientes. En mi día a día veo a muchas personas preocupadas por el sangrado de encías, la gingivitis o la temida periodontitis (a veces llamada piorrea). Por eso, quiero hablarte de forma clara y cercana sobre qué es la periodoncia, cuándo puedes necesitar un tratamiento periodontal, cuáles son los síntomas a los que debes prestar atención, en qué consisten los tratamientos actuales (desde una simple limpieza hasta cirugías avanzadas), cómo prevenir las enfermedades de las encías y también orientarte sobre los precios de estos procedimientos. Mi objetivo es que, al terminar de leer, tengas todas tus dudas resueltas y sepas cómo mantener una sonrisa sana y libre de enfermedad periodontal.
¿Qué es la periodoncia?
La periodoncia es la especialidad odontológica que se dedica al cuidado y tratamiento de las encías y de los tejidos de soporte de los dientes (hueso alveolar, ligamento periodontal y cemento radicular). Dicho de forma sencilla: un periodoncista (dentista especializado en periodoncia) se encarga de prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades periodontales, es decir, las enfermedades de las encías y estructuras cercanas. Estas enfermedades son fundamentalmente la gingivitis y la periodontitis, de las cuales te hablaré en detalle en seguida.
Como especialista en encías, mi prioridad es conseguir que tus encías estén sanas, sin infecciones ni inflamación, ya que unas encías enfermas no sólo ponen en riesgo tus dientes (pueden acabar provocando su pérdida) sino que también pueden afectar a tu salud general. La periodoncia, por tanto, juega un papel vital en la salud bucodental y en la calidad de vida: unas encías sanas significan dientes más fuertes y una sonrisa más duradera.
¿Cuándo se necesita un tratamiento de periodoncia?
Puede que te preguntes cuándo es el momento de acudir a un periodoncista o de someterte a un tratamiento periodontal. En general, cualquier señal de enfermedad en las encías es un motivo para consultar. Aquí te menciono las situaciones más comunes en las que se necesita la ayuda de la periodoncia:
Encías que sangran: El sangrado de encías al cepillarte o espontáneamente es la señal de alarma más temprana. Indica inflamación e infección (gingivitis). Muchas personas lo ignoran pensando que es «normal», pero no lo es. Si tus encías sangran, necesitas mejorar la higiene y probablemente una limpieza profesional; si el sangrado persiste, debes consultar.
Encías rojas, inflamadas o doloridas: Una encía sana es rosada y firme. Si notas tus encías enrojecidas, hinchadas o sensibles, es señal de gingivitis. La inflamación puede hacer que las encías se vean más grandes de lo normal o abarquen más superficie del diente. Estos síntomas tempranos requieren atención antes de que empeoren.
Mal aliento crónico o mal sabor de boca: La halitosis persistente o un sabor desagradable pueden deberse a acumulación de placa bacteriana bajo las encías. Si el mal aliento no se resuelve con higiene dental normal, podría indicar enfermedad periodontal en progreso.
Retracción de encías: Si ves que tus dientes lucen más largos de lo habitual o que las encías se están «echando hacia atrás», dejando expuesta la raíz del diente, es un signo de periodontitis avanzada. La retracción gingival ocurre cuando el hueso y la encía se destruyen por la infección, y es irreversible. Aquí la periodoncia es absolutamente necesaria para frenar el proceso.
Dientes flojos o movilidad dental: En etapas avanzadas de periodontitis, los dientes pueden empezar a aflojarse. Notar que algún diente tiene movilidad (aunque sea leve) es motivo de urgencia periodontal, porque indica destrucción significativa del soporte. Sin tratamiento, el diente podría caerse.
Dolor o molestias en las encías: La gingivitis inicial suele no doler, pero según avanza la enfermedad periodontal puede haber molestias, dolor al masticar o al cepillar. Cualquier dolor gingival recurrente debería ser evaluado.
Antecedentes familiares o condiciones médicas: Si en tu familia hay historial de periodontitis agresiva (por ejemplo, tus padres perdieron dientes por esta causa) o si padeces enfermedades como diabetes que incrementan el riesgo periodontal, conviene hacer revisiones periódicas con el especialista aunque aún no veas síntomas graves. La prevención es la mejor arma.
Necesitas un tratamiento de periodoncia cuando hay signos de infección o deterioro en las encías. No esperes a tener dolor intenso o dientes sueltos. Ante el más mínimo indicio (sangrado, inflamación, etc.), acude a tu dentista para una evaluación. Muchas veces podemos detener una gingivitis a tiempo con medidas sencillas, pero si la dejas avanzar hasta periodontitis, el tratamiento será más complejo.
Tipos de enfermedades periodontales: gingivitis vs periodontitis
Hablemos ahora de las dos grandes enfermedades que trata la periodoncia, ya que comprender su diferencia es:
Gingivitis (enfermedad periodontal inicial)
La gingivitis es la etapa inicial de la enfermedad periodontal. Es una inflamación de las encías causada por la acumulación de placa bacteriana en la superficie de los dientes y encía. Las bacterias de la placa liberan toxinas que irritan la encía, provocando enrojecimiento, hinchazón y sangrado. La buena noticia es que la gingivitis sí es reversible: no daña el hueso ni los tejidos profundos permanentemente. Si se elimina la placa y el sarro a tiempo y se mejora la higiene, la encía puede volver a estar sana.
Síntomas de gingivitis: encías enrojecidas, inflamadas, que sangran fácilmente al cepillar o usar hilo dental. En general no suele doler mucho, quizá algo de sensibilidad al cepillado. Muchas personas no se dan cuenta porque el sangrado puede ser leve.
Causa principal: la falta de higiene adecuada. Si no cepillas bien tus dientes y no usas hilo dental regularmente, la placa bacteriana se acumula. En pocos días, esa placa se puede endurecer formando sarro (cálculo) que ya no se quita con el cepillo normal. El sarro suele concentrarse en la línea de las encías irritándolas constantemente. Además, otros factores como el tabaquismo, cambios hormonales (p. ej. encías sensibles en el embarazo), diabetes u otras enfermedades sistémicas, ciertos medicamentos que reducen la saliva, o predisposición genética pueden hacer a una persona más propensa a desarrollar gingivitis. Pero el desencadenante directo siempre es la placa bacteriana.
Tratamiento de la gingivitis: es relativamente sencillo: una limpieza dental profesional (limpieza dental) realizada por el odontólogo o higienista para eliminar toda la placa y sarro acumulado, acompañada de instrucciones de higiene oral para casa. Con eso suele ser suficiente para que la encía se desinflame en unos días. Además, podrían recomendarte un colutorio antibacteriano temporal o alguna pasta dental especial para encías.
Periodontitis (enfermedad periodontal avanzada)
La periodontitis es una evolución de la gingivitis no tratada. En la periodontitis, la infección bacteriana ya ha dañado el periodonto más profundo: el hueso que sostiene el diente y las fibras que lo unen a la encía. Se forman bolsas periodontales, que son espacios anormales entre el diente y la encía donde se acumulan más bacterias y sarro, agravando la infección. La periodontitis provoca destrucción progresiva del hueso de soporte; si no se detiene, los dientes empiezan a aflojarse y pueden terminar cayéndose por falta de soporte.
La periodontitis no es reversible por completo: una vez que se pierde hueso o encía, no se recupera fácilmente. Sin embargo, sí es controlable: podemos detener su progresión con tratamiento adecuado y evitar que sigan los daños.
Síntomas de periodontitis: inicialmente son similares a la gingivitis (sangrado, encías muy rojas o inflamadas), pero luego aparecen encías retraídas (el diente se ve más largo), sensibilidad dental por la raíz expuesta, supuración (a veces sale pus de la encía infectada), movilidad dental (dientes que se mueven al tocarlos) y dolor al masticar. También es frecuente el mal aliento crónico. En casos avanzados, los dientes pueden cambiar de posición o separarse.
Tratamiento de la periodontitis: requiere intervenciones más profundas que una limpieza normal. Es necesario realizar un raspado y alisado radicular (conocido coloquialmente como curetaje dental): el dentista limpia cuidadosamente, con instrumentos manuales llamados curetas o con ultrasonidos, toda la placa y sarro que está adherido por debajo de la encía, en la raíz del diente. Este procedimiento suele hacerse por partes (por cuadrantes de la boca, por ejemplo dos cuadrantes en una cita y los otros dos en otra) y bajo anestesia local para mayor comodidad. Además, en ocasiones se indica un tratamiento antibiótico para eliminar las bacterias agresivas que causan la infección – a veces se hace un análisis microbiológico de la encía para elegir el antibiótico más adecuado.
Tras el raspado, se reevalúa la encía semanas después. Si la infección se ha controlado, se pasa a la fase de mantenimiento. Si quedan bolsas periodontales profundas que no han remitido, podría ser necesaria una cirugía periodontal. En la cirugía periodontal, el especialista levanta la encía con mucho cuidado bajo anestesia para acceder directamente a las bolsas infecciosas y limpiar a fondo el sarro adherido muy profundo. Luego reposiciona la encía y la sutura. En algunos casos avanzados también realizamos regeneraciones o injertos de hueso y encía: por ejemplo, colocar materiales biocompatibles o injertos óseos donde se perdió hueso, para estimular que el propio organismo regenere algo de soporte. O injertos de encía si hay mucha retracción que cubrir. Estas técnicas pueden ayudar a recuperar parte de lo perdido, aunque los resultados varían según el caso.
La periodontitis se trata con una combinación de terapia mecánica (raspados, cirugías) y, cuando hace falta, terapia farmacológica y regenerativa. Es un tratamiento más complejo y de mayor duración que el de la gingivitis. Pero es crucial hacerlo, porque si se deja avanzar, la pérdida de dientes será cuestión de tiempo.
Causas y factores de riesgo de la enfermedad periodontal
Ya hemos mencionado que la causa inmediata de la gingivitis y periodontitis es la placa bacteriana que no se elimina correctamente. Pero vale la pena profundizar en algunos factores de riesgo que pueden predisponer o acelerar estas enfermedades:
Higiene oral deficiente: Este es el factor número uno. Una técnica de cepillado inadecuada, no usar hilo dental, saltarse las limpiezas profesionales, etc., llevan a la acumulación de placa y sarro. Sin placa no hay enfermedad periodontal, así de simple. Por eso, una buena rutina de higiene es la principal defensa.
Tabaco: Fumar daña seriamente las encías. Los fumadores tienen hasta 2-5 veces más riesgo de sufrir periodontitis severa. El tabaco no solo favorece la acumulación de más placa, sino que también reduce la vascularización de la encía (por eso los fumadores a veces no ven sangrado aunque haya enfermedad, porque el tabaco enmascara la inflamación). Además, fumar empeora la respuesta al tratamiento periodontal: las encías de fumadores cicatrizan peor. Dejar el tabaco es de lo mejor que puedes hacer por la salud de tu boca (y de todo tu cuerpo).
Cambios hormonales: En etapas como la pubertad, el embarazo o la menopausia, las hormonas alteran la respuesta de las encías, volviéndolas más susceptibles a la placa. Por ejemplo, durante el embarazo es común la «gingivitis gravídica». Esto no significa que el embarazo cause periodontitis por sí mismo, pero sí puede agravar una encía mal cuidada. Una mujer embarazada con encías inflamadas debe acudir al dentista; tratar la encía es seguro en el embarazo y beneficioso tanto para la madre como para el bebé.
Diabetes mal controlada: La relación entre diabetes y periodontitis es muy estrecha. La diabetes disminuye la capacidad de defensa frente a infecciones y favorece la inflamación. Los pacientes diabéticos tienen mayor riesgo de enfermedad periodontal, y a la vez tener periodontitis activa puede dificultar el control de los niveles de azúcar en sangre. Si eres diabético, es fundamental que cuides tus encías como parte de tu control de salud general.
Estrés: El estrés crónico puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar la inflamación en el cuerpo, incluyendo las encías. Además, personas con mucho estrés pueden descuidar su higiene o hábitos saludables, indirectamente afectando su salud bucal.
Genética: Hay personas que, aun con higiene aceptable, desarrollan periodontitis de forma agresiva, a veces desde jóvenes. Esto se debe a cepas bacterianas muy virulentas o a una predisposición genética a montar una respuesta inflamatoria exagerada. Si tus padres perdieron dientes por piorrea, ten mucha alerta y acude a revisiones periódicas.
Medicamentos y enfermedades sistémicas: Ciertas enfermedades como la infección por VIH/SIDA o tratamientos como la quimioterapia comprometen las defensas y pueden empeorar las enfermedades de las encías. Algunos medicamentos comunes también tienen impacto: por ejemplo, los que causan boca seca (xerostomía) como algunos antidepresivos, favorecen la enfermedad periodontal, ya que la saliva ayuda a retirar los restos de placa. Otros fármacos (como anticonvulsivos, inmunosupresores o bloqueadores de calcio) pueden inducir crecimiento gingival exagerado, que dificulta la higiene. Si estás bajo medicación crónica, consulta con tu dentista para ver cómo puede afectar a tus encías.
La placa es la causa necesaria, pero factores como fumar, diabetes o factores hormonales pueden hacer que dos personas con la misma higiene tengan evoluciones distintas. Conocer tus factores de riesgo te permite tomar precauciones adicionales.
¿Cómo es un tratamiento de periodoncia? (Fases y procedimientos)
Vamos a describir cómo se lleva a cabo en la práctica el tratamiento periodontal, ya sea para gingivitis o periodontitis. Cada paciente es diferente, pero en líneas generales un tratamiento de periodoncia consta de varias fases:
Diagnóstico inicial: El primer paso es una evaluación completa de tus encías. Esto incluye revisar visualmente el estado de las encías (color, textura, si hay sangrado), hacer mediciones con una sonda periodontal (un instrumento milimetrado) para determinar si hay bolsas periodontales y de qué profundidad, y normalmente tomar radiografías dentales para ver la cantidad de hueso que rodea a cada diente. A veces también se piden pruebas microbiológicas (tomando una muestra de la encía) si sospechamos bacterias especialmente agresivas. Con toda esta información, el periodoncista establece el diagnóstico (gingivitis o periodontitis, leve o avanzada) y planifica el tratamiento adecuado.
Tratamiento etiológico (fase inicial): También llamado fase higiénica. Consiste en eliminar la causa de la enfermedad: la placa y el sarro. Aquí se realizan las limpiezas y raspados necesarios. Si es gingivitis incipiente, puede bastar una limpieza bucodental profesional simple. Si hay periodontitis, se hará el raspado y alisado radicular en las zonas afectadas. Esta fase puede requerir de 1 a varias sesiones clínicas según la extensión del problema (por ejemplo, una boca con periodontitis generalizada suele tratarse en 2 o 4 sesiones de raspado). Durante esta etapa, también te iremos dando instrucciones personalizadas de higiene oral: técnica de cepillado adecuada (muchas veces recomendamos cepillarse después de cada comida, durante 2 minutos, inclinando el cepillo 45° hacia la encía), uso diario de hilo dental o cepillos interdentales, etc., porque tu cooperación es clave para el éxito. Si tus encías están muy inflamadas o con infección aguda, podría recetarse un colutorio antibacteriano (como clorhexidina) por unas semanas, o antibióticos sistémicos si el dentista lo considera necesario.
Reevaluación: Unas semanas después de finalizada la fase inicial de tratamiento, se revisan nuevamente las encías. Se vuelve a sondar para medir las bolsas y se comprueba si hay sangrado. Aquí veremos qué tanto mejoró la encía con el raspado y la higiene mejorada. En muchos casos de periodontitis leve-moderada, esta fase inicial resuelve la mayoría del problema: las bolsas periodontales se reducen (la encía se «pega» de nuevo al diente al desinflamarse) y el sangrado desaparece. Si ese es tu caso, pasaremos directamente a mantenimiento. Si quedan bolsas profundas (por ejemplo >5 mm de profundidad) o zonas que siguen sangrando, entonces planificaremos un tratamiento adicional, generalmente quirúrgico.
Tratamiento correctivo (fase quirúrgica, si es necesaria): En periodontitis avanzadas, las bolsas periodontales persistentes pueden requerir cirugía para limpiarlas correctamente. Como mencionamos antes, la cirugía periodontal implica despegar cuidadosamente la encía de la superficie del diente en esa zona para tener acceso visual y limpiar directamente el sarro adherido en la raíz y eliminar el tejido dañado. Tras la limpieza, a veces aplicamos materiales de regeneración (membranas, injertos de hueso) si las lesiones óseas pueden mejorar con ello. Luego se sutura la encía de nuevo en su sitio. Este procedimiento se realiza con anestesia local y es bastante bien tolerado. Después tendrás que seguir unos cuidados post-operatorios (dieta blanda, muy buena higiene delicada, enjuagues especiales) y retirar puntos en ~7-14 días.
Mantenimiento periodontal (fase preventiva continua): Una vez controlada la enfermedad (ya sea tras raspajes o cirugías), entramos en la fase más importante a largo plazo: el mantenimiento. La periodontitis es una enfermedad crónica: podemos detenerla, pero la persona seguirá siendo susceptible toda su vida. Esto significa que deberás cuidarte siempre las encías con mucha dedicación y acudir a revisiones periódicas con tu periodoncista. En estas visitas de mantenimiento, que suelen programarse cada 3-6 meses según la gravedad del caso, se hará una limpieza de mantenimiento (eliminando placa y sarro nuevo, especialmente en zonas difíciles) y se volverá a evaluar si hay algun signo de reactivación de la enfermedad. Piensa que es similar a cuando alguien con hipertensión va controlando su tensión regularmente: aquí controlamos la salud de tus encías para que no haya recaídas fuertes. Los estudios muestran que el mantenimiento periodontal regular es clave para conservar los dientes a largo plazo en pacientes que tuvieron periodontitis.
En definitiva, un tratamiento de periodoncia es un proceso integral: diagnosticar, eliminar la causa, verificar resultados, corregir defectos persistentes y luego mantener. Puede sonar a mucho, pero se hace de forma escalonada y siempre buscando tu comodidad en cada paso (usamos anestesia local cuando es necesario, y podemos ofrecer sedación consciente si tienes mucha ansiedad). Mi prioridad como profesional es salvar tus dientes y devolverte unas encías sanas, y luego acompañarte para que sigan sanas en el futuro.
¿Se pueden prevenir las enfermedades de las encías?
¡Sí, en gran medida la gingivitis y la periodontitis son prevenibles! Como has visto, el origen principal es la acumulación de placa bacteriana. Por tanto, si mantenemos una buena higiene y buenos hábitos, podemos evitar o minimizar el riesgo. Aquí van mis recomendaciones clave para mantener unas encías sanas:
Cepillado dental correcto y constante: Cepíllate los dientes después de cada comida, al menos 2 veces al día (idealmente 3, pero sobre todo nunca olvides la noche). Dedícale unos 2 minutos a cada cepillado, usando una técnica suave y efectiva. Coloca el cepillo en un ángulo de 45° hacia la línea de la encía y realiza movimientos cortos, vibratorios o circulares, limpiando bien la unión entre diente y encía donde se acumula la placa. Limpia todas las superficies del diente (externa, interna y zona de masticación). Usa un cepillo de cerdas suaves para no dañar las encías. Cambia tu cepillo cada 3 meses aprox. Un buen cepillado es la base de la prevención.
Higiene interdental diaria: El cepillo por sí solo no llega entre los dientes. Por eso es vital usar hilo dental o cepillos interdentales una vez al día (por ejemplo, cada noche antes de dormir). Limpiar esos espacios evita que se acumulen restos de comida y placa que acabarán irritando la encía. Si nunca has usado hilo dental, pídele a tu higienista que te enseñe la técnica adecuada, es sencillo una vez le tomas el truco. También existen irrigadores de agua a presión que pueden ayudar como complemento, sobre todo si tienes puentes, implantes u otras condiciones.
Visitas periódicas al dentista: No esperes a tener dolor para ir. Lo recomendable es hacerse una revisión dental cada 6 meses, o al menos una vez al año. En esas revisiones, el dentista puede detectar signos tempranos de gingivitis o periodontitis que tú aún no has notado. Además, es importante realizar una limpieza dental profesional regular (la frecuencia ideal depende de tu caso: personas sanas quizá 1 vez al año, personas con historial de problemas de encías cada 4-6 meses). En estas limpiezas, eliminamos el sarro que no pudiste quitar con el cepillado. Recuerda: el sarro es el enemigo número uno de tus encías, y solo el profesional puede removerlo una vez formado.
Dieta equilibrada y baja en azúcar: Tus encías también se benefician de una buena nutrición. Llevar una dieta rica en frutas, verduras y alimentos integrales te aporta vitaminas (como la vitamina C) que son importantes para la salud de los tejidos de las encías. Evita por el contrario el consumo excesivo de azúcares y de bebidas carbonatadas muy azucaradas; una dieta muy azucarada favorece más placa bacteriana y también empeora la salud general. Beber agua suficiente y llevar una dieta balanceada ayuda a tu salud bucodental en general.
No fumar (y moderar el alcohol): Ya hablamos del impacto negativo del tabaco. Dejar de fumar puede marcar una gran diferencia en la salud de tus encías: mejor circulación, mejor respuesta al tratamiento, menos riesgo de recaída. El alcohol en exceso también puede afectar la salud oral (y suele asociarse a descuido en higiene), así que consídéralo con moderación.
Controlar otras enfermedades sistémicas: Si tienes condiciones como diabetes, mantenerlas bien controladas ayudará a que tu cuerpo lidie mejor con cualquier infección, incluyendo la periodontal. Igualmente, reducir el estrés y dormir bien favorece tu sistema inmune para combatir las bacterias orales. La salud de la boca está conectada con la salud del resto del cuerpo, y viceversa, así que adopta un enfoque integral de autocuidado.
Siguiendo estos consejos, es muy probable que puedas evitar la gingivitis o detectarla muy temprano y, por tanto, prevenir que evolucione a algo más serio. La clave es la constancia: pequeños hábitos diarios marcan la diferencia a largo plazo.
Precios de un tratamiento de periodoncia
Una duda frecuente de los pacientes es cuánto cuesta tratar la periodontitis o la gingivitis. Los precios pueden variar mucho según el país, la clínica y la gravedad del caso, pero intentaré darte orientaciones generales (ten en cuenta que son cifras aproximadas):
Consulta de diagnóstico periodontal: muchas clínicas ofrecen la primera evaluación gratuita o por un costo mínimo. En otros lugares podría costar entre 20€ y 50€. Incluye la revisión y, a veces, radiografías.
Limpieza dental profesional (profilaxis): si solo tienes gingivitis, seguramente se tratará con una o dos sesiones de limpieza. El precio puede rondar los 40€ a 80€ por sesión, dependiendo de la ciudad y la clínica. En algunos seguros dentales anuales está incluida sin coste adicional.
Raspado y alisado radicular (curetaje): suele cobrarse por cuadrante (cada cuadrante es aproximadamente un cuarto de la boca). El coste por cuadrante podría estar alrededor de 80€ a 120€ en clínicas privadas. Si necesitas los 4 cuadrantes, haz cuentas de multiplicar por 4 (muchas veces te hacen un precio paquete por toda la boca, por ejemplo ~300€ – 400€ en total). Algunos seguros dentales cubren parcialmente este tratamiento, por lo que si tienes seguro conviene preguntar.
Cirugía periodontal (por cuadrante): cuando se requieren cirugías, el precio sube porque implican más tiempo quirúrgico, material y posiblemente pruebas adicionales. Aproximadamente una cirugía periodontal por cuadrante puede costar entre 250€ y 400€. Es decir, si necesitaras cirugía en toda la boca, podría ir de 1000€ a 1600€ el tratamiento completo. Nuevamente, esto depende del caso; a veces solo se opera un sector puntual.
Injertos o regeneración: si se realizan procedimientos de regeneración ósea o injertos gingivales, suelen tener un coste adicional (por el material de injerto, membranas, etc.). Un injerto de encía localizado puede costar unos 200€ a 300€. La regeneración ósea con membrana puede estar en 300€ a 600€ según el defecto a tratar.
Mantenimiento periodontal: tras el tratamiento inicial, las limpiezas de mantenimiento (3-4 al año por ejemplo) suelen costar parecido a una limpieza normal (50-80€ cada una), aunque algunas clínicas ofrecen bonos o descuentos a pacientes periodontales para facilitar que acudan frecuentemente. Algunos seguros dentales también cubren una o dos limpiezas de mantenimiento al año.
Recuerda que estos precios son orientativos en 2025 y pueden variar. Lo más aconsejable es acudir a una clínica de confianza para que te hagan un presupuesto personalizado tras evaluarte. Cada boca es distinta: no es lo mismo tratar una gingivitis simple que una periodontitis severa en toda la boca. También influye si necesitarás antibióticos, cuántas revisiones, etc.
Algo positivo es que invertir en tu salud periodontal vale la pena a largo plazo. Es mejor gastar en salvar tus dientes ahora, que afrontar el coste (y las molestias) de perder piezas y tener que reponerlas con prótesis o implantes. Por ejemplo, un implante dental para sustituir un diente perdido puede costar tanto o más que todo un tratamiento periodontal completo. Así que, desde el punto de vista económico y de salud, cuidar tus encías es una decisión inteligente.
Muchos pacientes me dicen que lo que más les cuesta no es el dinero, sino el cambio de hábitos. Pero aquí estoy para ayudarte: un buen profesional periodontal te guiará en cómo cepillarte mejor, qué herramientas usar y te hará seguimiento. La periodoncia moderna busca que conserves tus propios dientes toda la vida. Y si llegas tarde y has perdido alguno, también te asesoraremos en opciones para rehabilitar (como implantes dentales) una vez que tus encías estén sanas.
Conclusión
Espero que esta guía te haya sido útil para entender qué es la periodoncia y por qué es tan importante para tu salud bucal. Te he hablado desde mi experiencia personal como dentista, intentando resolver las dudas más comunes: desde qué es una gingivitis y cómo se cura hasta qué pasa si se vuelve periodontitis, pasando por los cuidados diarios para prevenirlo y qué coste puede tener el tratamiento. Si recuerdas algo, que sea esto: no descuides tus encías. Son la base de tu sonrisa. Una encía que sangra es un aviso que debes atender, y cuanto antes lo hagas, más sencillo será solucionarlo.
Como profesional, estoy aquí para ayudarte. Si tienes dudas o notas algún síntoma, no dudes en consultar. La periodoncia moderna cuenta con muchas herramientas para salvar dientes que hace años se habrían perdido irremediablemente. Así que pon en práctica los consejos de higiene, mantén tus revisiones al día y, ante cualquier problema, acude a tu dentista de confianza. ¡Tu salud bucodental y tu futuro yo (con todos sus dientes) te lo agradecerán!
Preguntas Frecuentes sobre Periodoncia
¿Qué es la periodoncia y por qué es importante?
La periodoncia es la especialidad de la odontología que se ocupa de la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades que afectan a los tejidos de soporte de los dientes: principalmente las encías y el hueso alveolar. Es vital para mantener una buena salud oral, ya que las enfermedades periodontales pueden llevar a la pérdida de dientes y afectar la salud general.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad periodontal?
Los síntomas pueden incluir encías rojas e inflamadas, sangrado al cepillarse o usar hilo dental, retracción de las encías, mal aliento persistente, dientes flojos y cambios en la mordida. La detección temprana y el tratamiento son clave para prevenir daños permanentes.
¿Cuál es el tratamiento para la enfermedad periodontal?
El tratamiento puede variar según la gravedad de la enfermedad. En etapas tempranas, puede incluir limpiezas profesionales y una mejor higiene oral en casa. En casos más avanzados, suele incluir el raspado y alisado radicular para eliminar la placa y el sarro por debajo de la línea de las encías, e incluso cirugía periodontal en las situaciones más severas.
Dr. Francisco Villoslada
Odontólogo
El Dr. Villoslada es un odontólogo con una sólida formación en endodoncia, prostodoncia y estética dental, áreas que le permiten ofrecer un enfoque integral en cada tratamiento. Desde 2013, su trayectoria se ha caracterizado por una atención personalizada y una planificación detallada que prioriza tanto la estética como la funcionalidad. Con experiencia en grupos odontológicos de prestigio, el Dr. Villoslada es reconocido por su habilidad en tratamientos restauradores, siempre enfocado en brindar resultados de alta calidad para sus pacientes.