16 mayo 2025

Cómo quitar un dolor de muelas por la noche: Descubre cómo aliviarlo rápido

¿El dolor de muelas no te deja dormir? Odontóloga te explica cómo aliviar el dolor de muelas por la noche con remedios caseros y medicamentos seguros.

¡Te entiendo! Como odontóloga con años de experiencia, sé lo desesperante que puede ser un dolor de muelas intenso nocturno que no te deja dormir. En plena noche, cuando todo está en silencio, esa punzada en el diente parece aumentar de intensidad y cada minuto sin descanso se hace eterno. Muchas veces he recibido pacientes a primera hora de la mañana, o incluso en urgencias odontológicas, agotados por no poder dormir debido al dolor. Por eso, quiero ayudarte con consejos prácticos para aliviar el dolor de muelas al dormir, basados en mi experiencia clínica y en remedios seguros.

Antes de entrar en los remedios, es importante entender la intención de esta búsqueda: probablemente estás aquí buscando información práctica para aliviar urgentemente un dolor de muela por la noche. No puedes ir al dentista ahora mismo (quizá son las 3 a.m. mientras lees esto), así que necesitas soluciones caseras o de primeros auxilios que te permitan sobrellevar la noche y conciliar el sueño. Además, quieres saber qué analgésicos puedes tomar de forma segura, qué trucos funcionan de verdad, y también cuándo sería necesario acudir a urgencias dentales. Tranquilo/a, en este artículo te lo explico todo paso a paso, como dentista y también como alguien que ha sufrido dolores de muela y comprende tu situación. Vamos a ello.

¿Por qué el dolor de muelas empeora por la noche? (Causas del dolor nocturno)

Lo primero que suele preguntarme un paciente con este problema es: “Doctor(a), ¿por qué me duele más la muela por la noche que durante el día?” La realidad es que muchos dolores dentales se intensifican de noche por varios motivos:

  • Menos distracciones y más conciencia del dolor: Durante el día estás ocupado/a con trabajo, estudios o actividades, y aunque el diente moleste, quizás lo ignoras sin querer. Pero al llegar la noche, en la quietud de la cama, toda tu atención se dirige al dolor de muela, lo que hace que lo percibas con más intensidad. Esa falta de distracción amplifica la sensación dolorosa.
  • Flujo sanguíneo al acostarse: Cuando te acuestas, la posición horizontal aumenta el flujo de sangre hacia la cabeza. Esta mayor irrigación en la zona inflamada puede incrementar la presión dentro del diente o la encía afectada, haciendo que late más y duela con mayor fuerza. Es un fenómeno físico: la sangre adicional en la zona de la muela incrementa la inflamación y la sensibilidad, por eso sientes latidos o punzadas más fuertes al estar tumbado/a.
  • Bruxismo nocturno: En muchos casos, el hábito involuntario de rechinar los dientes por la noche (bruxismo) contribuye al dolor. Si aprietas o rechinas los dientes mientras duermes, estás ejerciendo una presión extra sobre las piezas dentales y la mandíbula. Esto puede causar dolor de muelas al despertar o agravar un dolor preexistente. Incluso puede desencadenar dolor en dientes sanos por la sobrecarga. (Si este es tu caso, es importante abordar el bruxismo con un protector nocturno, pero eso lo resolverá tu dentista en consulta).
  • Restos de comida o infecciones latentes: A veces, el dolor nocturno aparece porque quedaron restos de alimentos atrapados entre los dientes o encías y durante el día no lo notaste. Al estar quieto, esa presión o inflamación local se hace más evidente. También, infecciones dentales (como una caries profunda o un absceso) pueden doler todo el tiempo, pero suelen dar más guerra por la noche por los motivos anteriores (posición y atención). Algunas infecciones, como la sinusitis, incluso irradian dolor hacia los dientes y se sienten más al acostarse.

No es que las muelas “sepan” qué hora es 😅, sino que las condiciones de la noche (posición, silencio, hábitos nocturnos) favorecen que el dolor de muelas sea peor al dormir. Saber esto nos da pistas para aliviarlo: por ejemplo, usar una almohada extra para elevar la cabeza (contrarrestando el flujo sanguíneo) o técnicas de relajación para distraer la mente. Hablemos ahora de cómo calmar el dolor dental por la noche con medidas prácticas. Si no aguantas más y tienes un dolor muy muy grande visita este artículo: «Cómo aliviar un dolor de muelas insoportable».

Remedios inmediatos para aliviar el dolor de muela en la noche

Ahora sí, vamos al meollo: ¿cómo quitar un dolor de muelas por la noche, de forma rápida y segura? Aquí te presento remedios urgentes que recomiendo a mis pacientes cuando llaman desesperados fuera del horario de consulta. Son soluciones temporales (recuerda: el alivio casero es solo temporal), pero te ayudarán a pasar la noche con menos dolor. Incluyo remedios caseros comprobados, así como medidas farmacológicas seguras que puedes tomar en casa.

Importante: Aunque estos consejos te den alivio, no sustituyen la evaluación profesional. En cuanto amanezca (o cuando sea posible), programa una cita con tu dentista para tratar la causa real de ese dolor (ya sea una caries, infección, fractura, etc.). Ignorar un dolor de muelas por días puede empeorar el problema. Dicho esto, ¡vamos con los remedios para esta noche!

Analgésicos orales de venta libre (ibuprofeno, paracetamol, etc.)

Cuando el dolor es fuerte, los medicamentos analgésicos son tu primer aliado. En mi práctica, siempre recomiendo tener en casa algún analgésico básico por si las moscas, y esta es una de esas ocasiones. Los más comunes y seguros (en dosis adecuadas) son:

  • Ibuprofeno: es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE). Ideal si hay inflamación de por medio (encía hinchada, flemón) porque además de aliviar el dolor, baja la inflamación. Dosis típica adulta: 400-600 mg cada 6-8 horas, pero ojo, siempre respetando lo que indique el prospecto y tus condiciones de salud. Tómalo con algo de alimento para proteger el estómago.
  • Paracetamol (acetaminofén): analgésico y antipirético. Bueno para el dolor moderado y suele ser suave con el estómago. Dosis usual adulta: 500-1000 mg cada 6-8 horas (máximo 3-4 g al día). Se puede alternar con ibuprofeno si el dolor es muy intenso (por ejemplo, ibuprofeno y, a las 3 horas, paracetamol, luego a las 3 horas ibuprofeno de nuevo, etc.), pero consulta antes si no estás seguro de las dosis.
  • Metamizol sódico (Nolotil): en algunos países (como aquí en España) se usa metamizol bajo receta para dolores intensos. Es un analgésico muy eficaz, más potente que el ibuprofeno o paracetamol, pero debe ser indicado por un médico u odontólogo debido a posibles efectos secundarios. Si lo tienes indicado y en casa, puede ser útil para un dolor de muelas fuerte nocturno (suele venir en comprimidos de 575 mg). Tarda unos 30-60 minutos en hacer efecto. Si no lo has tomado antes, no lo improvises sin consulta médica, ya que aunque es efectivo, conlleva ciertos riesgos en personas susceptibles.
  • Otros AINEs: Naproxeno, ketoprofeno, etc., también alivian el dolor dental. Pero, al igual que con cualquier fármaco, no los combines entre sí (no tomes dos AINEs a la vez) y no excedas la dosis recomendada. Más no es mejor y podrías hacerte daño en el estómago, hígado o riñones.

Siempre que tomes medicamentos, lee el prospecto. Y si tienes alguna condición médica (gastritis, hipertensión, asma, problemas renales, etc.) o estás embarazada, consulta qué analgésico te conviene más. Por ejemplo, en embarazadas suele preferirse paracetamol; en personas con úlceras se evita ibuprofeno; en alérgicos a AINEs, pues ninguno de esos.

Precaución: No apliques aspirina (ácido acetilsalicílico) directamente sobre la muela o encía. Es un mito casero eso de poner la pastilla contra el diente: la aspirina no funciona por contacto tópico y te puede quemar la encía provocando una úlcera química. Solo toma la medicación vía oral, tragada con agua.

Y finalmente, no tomes antibióticos por tu cuenta. Muchas personas piensan “me sobró amoxicilina de otra vez, me la tomo”. Error: los antibióticos solo sirven si hay infección bacteriana y deben ser recetados por el dentista tras evaluarte. Tomar uno innecesariamente puede causar resistencias y efectos adversos, y no calmará el dolor en el momento (tardan días en actuar sobre la infección, si es que la hay). Así que deja los antibióticos para cuando el profesional los indique. Esta noche concéntrate en analgesia (calmar el dolor).

Geles y pomadas anestésicas tópicas (cuidado con niños)

En la farmacia existen geles o ungüentos para uso bucal con anestésico local (por ejemplo, con benzocaína al 10-20%) que adormecen la zona temporalmente. Si tienes a mano un gel de estos (tipo Orajel u otras marcas, incluso geles para la salida de dientes en bebés pero formulados para adultos), puedes aplicarlo en la encía alrededor del diente que duele. Notarás en minutos la zona entumecida, lo que disminuye la sensación de dolor.

Estos geles pueden ser útiles para aliviar el dolor de muelas al instante, por ejemplo, si el dolor viene de la encía o de un diente con caries expuesta. Pero ojo: la benzocaína no se debe usar en menores de 2 años, y en niños mayores con muchísima moderación, porque puede causar un efecto adverso raro (metahemoglobinemia, un problema en la oxigenación de la sangre). En adultos sanos es bastante segura si se usa según indicación, pero no abuses de la cantidad ni de la frecuencia. Aplica una pequeña cantidad con un hisopo de algodón directamente en la zona dolorida.

Si eres alérgico a la benzocaína o a los anestésicos tópicos, no uses estas pomadas. En su lugar puedes probar remedios caseros que te damos más abajo. Y recuerda: aunque sea de venta libre, consulta con un dentista o médico si tienes dudas de usar estos productos.

Enjuague bucal de agua con sal (remedio casero sencillo y eficaz)

El enjuague con agua tibia salada es el remedio casero por excelencia, y no por nada: realmente ayuda. Prepararlo es facilísimo en casa incluso a las 3 de la mañana:

  • Calienta un vaso de agua (que esté tibia, no hirviendo para no irritar más).
  • Disuelve en el agua aproximadamente una cucharadita de sal (sal común o sal marina, la que tengas).
  • Haz buches o gárgaras suaves con esa solución salina durante 30 segundos y expúlsala. Repite unas cuantas veces.

¿Por qué funciona? La salmuera es un antiséptico natural suave. Ayuda a reducir la carga de bacterias en la boca, disminuyendo la posibilidad de infección o inflamación. Además, el agua tibia con sal promueve la circulación en la zona y puede reducir la hinchazón. Si hay alguna pequeña herida en la encía o absceso que está drenando, el enjuague salino también favorece la limpieza.

Este enjuague es especialmente útil si sospechas que el dolor viene de una encía inflamada o absceso. Por ejemplo, pacientes con un flemón (infección periodontal) encuentran alivio parcial al enjuagar con sal porque limpia y desinfecta. También si acabas de sacar una muela recientemente y duele, la sal ayuda a la cicatrización.

Puedes realizar enjuagues de agua salada varias veces durante la noche (cada 1-2 horas si lo ves necesario, no hay problema) para mantener la zona limpia y calmada. Solo recuerda no tragar el agua (escúpela) y luego enjuagar con agua normal si te queda sabor salado desagradable.

Hilo dental y limpieza suave (por si el dolor viene de comida atrapada)

Parece obvio, pero te sorprendería cuántas veces un dolor de muela punzante se debe a un trozo de comida atascado entre los dientes o debajo de la encía. Esto ocurre sobre todo en muelas con caries donde quedan huecos, o entre dientes muy juntos donde se clavan restos (palomitas, carne, semillas…). Si notas que el dolor es más como presión en un punto o molestia al morder, intenta lo siguiente:

  • Usa hilo dental suavemente alrededor de la muela dolorida. Haz un par de pasadas para remover cualquier resto de comida. Hazlo con delicadeza, sin “serrar” la encía para no lastimarte más.
  • Si tienes a mano, usa un cepillo interdental o irrigador bucal para limpiar bien esa zona.
  • Enjuaga luego con agua tibia (o el agua con sal del punto anterior) para arrastrar lo que salga.

He tenido pacientes que, tras usar el hilo dental, el dolor desapareció casi por completo, porque resultó que era un simple trozo de carne incrustado causando inflamación. Así que nunca subestimes el poder de una buena higiene incluso en mitad de la noche. Eso sí, no te hurgues con palillos o elementos punzantes duros, podrías empeorar la lesión. Usa solo el hilo o cepillitos adecuados.

Compresas frías en la cara (hielo para adormecer el dolor)

Aplicar frío externo es uno de los mejores trucos para aliviar el dolor de muela por la noche, especialmente si sientes la mejilla caliente o inflamación. El frío produce vasoconstricción (los vasos sanguíneos se contraen) lo cual reduce la inflamación, entumece la zona y calma el dolor temporalmente. Cómo hacerlo correctamente:

  • Consigue hielo picado o en cubos y una bolsa (o usa una bolsa de gel frío, si tienes en el botiquín).
  • Envuelve el hielo en un paño o toalla fina – nunca apliques hielo directo sobre la piel, podrías quemarte por congelación.
  • Coloca la compresa fría sobre la cara, en la zona externa cerca de la muela que duele. Por ejemplo, si es la muela de arriba a la derecha, pon el hielo en la mejilla derecha, a la altura correspondiente.
  • Mantenla unos 15 minutos cada vez, y luego retírala. Puedes repetir este proceso varias veces en la noche (15 min ON, 15-20 min OFF para que la piel descanse, y vuelta a empezar).

Verás que el frío “adormece” el dolor; muchos pacientes sienten alivio suficiente como para dormirse con la compresa puesta un rato (¡cuidado de no dormirte profundamente con el hielo en la cara para no quemarte, mejor haz las aplicaciones controladas!). También reduce cualquier hinchazón que haya en la encía o mejilla por infección.

Personalmente, cuando tuve un dolor pulpar (de nervio) en una muela, recuerdo que abrazaba una bolsa de hielo contra mi cara y eso me calmó lo suficiente hasta la mañana siguiente. Es mano de santo momentáneo. Solo asegúrate de envolverlo bien y no exceder los 15-20 min continuos.

(Nota: Te dejo por aquí este artículo con 7 remedios para el dolor de muelas

Eleva la cabeza al dormir (posición para reducir el pulso doloroso)

Relacionada con la primera sección de causas: si al acostarte te aumenta el latido en la muela, la mejor posición para dormir con dolor de muela es con la cabeza elevada. Esta es una recomendación sencilla pero muy eficaz para aliviar el dolor de muelas al dormir:

  • Coloca una o dos almohadas adicionales bajo tu cabeza o espalda alta, de modo que duermas semi-reclinad@, con el torso un poco incorporado.
  • Al estar más incorporado/a, la gravedad ayuda a que baje un poco la presión sanguínea en la zona de la muela. No llegará tanta sangre a la cabeza como cuando estás completamente horizontal, así se reduce la inflamación y el latido.
  • Además, esta postura puede facilitar un mejor drenaje si hay infección (por ejemplo, si hay pus, tiende a drenar hacia abajo en lugar de acumularse por la presión).

Muchos pacientes me han contado que descubrieron que dormir casi sentados en un sofá o cama les permitió conciliar algo de sueño cuando el dolor era insoportable tumbados. No es cómodo del todo, lo sé, pero es cuestión de esa noche salir del paso. Apila almohadas en tu cama o recuéstate en un sillón, lo importante es que intentes mantener la cabeza por encima del nivel del corazón mientras duermes. Verás que al menos no sientes tanto latido punzante en la muela.

Remedios caseros naturales: clavo de olor, ajo, té y más

Además de la sal y el hielo, la sabiduría popular (y algunas evidencias científicas) nos brindan otros remedios caseros para calmar el dolor dental por la noche. Te comento los más conocidos que sí funcionan en cierto grado, cómo usarlos correctamente, y qué precauciones tener:

  • Clavo de olor (aceite de clavo): Este es el clásico remedio de la abuela para el dolor de muelas, ¡y resulta que tiene base real! El clavo de olor contiene eugenol, un compuesto que es potente analgésico y antiséptico. De hecho, en odontología lo usamos en algunos medicamentos temporales. Para usarlo en casa: puedes tomar un clavo de especia entero, masticarlo suavemente con la muela afectada y dejarlo reposar ahí unos minutos; sentirás cómo libera un aceite de sabor fuerte que poco a poco adormece la zona. Otra forma es empapar un algodón con aceite esencial de clavo (se vende en herbolarios o farmacias) diluido en un poco de agua, y aplicarlo sobre la muela o la encía. Ojo: el sabor es muy picante y puede arder un poco, úsalo de a pocos. No tragues el aceite esencial y no uses en niños pequeños (podrían tragarlo). En adultos, el clavo suele brindar un alivio temporal significativo. Estudios han mostrado que el eugenol del clavo puede reducir el dolor y la inflamación de forma parecida a la benzocaína en algunos casos.
  • Ajo: El ajo crudo tiene compuestos con propiedades antibacterianas y ligeramente analgésicas. Es un remedio casero que algunos pacientes han probado con éxito variable. ¿Cómo usarlo? Toma un diente de ajo pelado y májalo hasta formar una pasta (al machacar se libera alicina, con efecto antimicrobiano). Coloca esa pasta de ajo directamente sobre la muela o encía que duele. Otra opción menos intensa: corta una lámina de ajo y frota con ella la zona dolorida, o incluso mastica un pedacito de ajo con el diente afectado si lo toleras. Advertencia: el ajo crudo puede quemar o irritar la encía si lo dejas mucho tiempo, así que úsalo unos minutos y luego enjuaga con agua. Muchas personas reportan que les calmó el dolor (quizás por distraer con el ardor, pero funciona a ratos). En cualquier caso, mal no hará: desinfecta un poco y puede reducir la intensidad del dolor momentáneamente.
  • Té de menta o té negro (bolsitas de té): Una bolsita de té húmeda y calentita también puede ser un aliado. El té negro contiene ácido tánico, un astringente con propiedades antiinflamatorias; la menta contiene mentol, que es calmante y ligeramente anestésico. Prepara una taza de té negro o té de menta (incluso manzanilla podría servir por su efecto calmante general). Cuando la bolsita esté tibia (no hirviendo), escúrrela un poco y colócala sobre la encía o diente dolorido. Puedes morderla suavemente para que los taninos actúen alrededor. Esto puede reducir la hinchazón y calmar temporalmente el dolor. Si lo prefieres frío, también se puede usar la bolsita de té fría (tras enfriarla en la nevera unos minutos) como una mini compresa directamente en la muela. Prueba qué te alivia más, calorcito o frescor de la menta; cada persona es distinta en este aspecto.
  • Enjuague de tomillo o salvia: Son hierbas con propiedades antibacterianas probadas. Si tienes tomillo seco en casa (el de cocina) o hojas de salvia, puedes hacer una infusión: hierves una taza de agua, echas una cucharada de tomillo o unas hojas de salvia, dejas reposar hasta que entibie y cuelas. Usa esa infusión como colutorio para enjuagar la boca varias veces. Tanto el tomillo como la salvia actúan como antisépticos naturales y pueden ayudar a disminuir la inflamación de las encías, al tiempo que dejan un aliento fresco. No van a anestesiar el nervio como tal, pero sí mejoran el entorno bucal, lo que puede dar algo de alivio especialmente si hay encía irritada o infección.
  • Bicarbonato de sodio (¿sí o no?): Un enjuague suave con bicarbonato (media cucharadita disuelta en agua tibia) puede neutralizar ácidos y también tiene un efecto antibacteriano ligero. Algunas personas lo usan como apaño si no tienen sal a mano, por ejemplo. Pero: ten cuidado, el bicarbonato en contacto directo puede ser abrasivo para el esmalte o irritante para la encía. Úsalo bien disuelto y no te cepilles con bicarbonato en la zona dolorida, solo enjuague. Realmente entre sal y bicarbonato, me quedo con la sal. El bicarbonato puede servir si el dolor viene por úlcera o llaga, porque neutraliza la acidez y calma la llaga; pero para dolor de muela interno no hace gran cosa.

Como ves, hay varios remedios caseros para dolor de muelas que puedes intentar. Ninguno hace milagros permanentes, pero combinados (por ejemplo, enjuague de sal + clavo de olor + frío + analgesia oral) seguro que te darán un respiro. Cada organismo responde distinto: en la clínica, a algunos pacientes les funciona de maravilla el clavo, a otros el hielo es lo único que les calma, otros juran por el agua con sal. Mi consejo es prueba de forma ordenada y con precaución hasta dar con lo que te alivie esa noche.

Ah, casi lo olvido: evita consumir cosas muy dulces o muy calientes esa noche. El azúcar puede empeorar el dolor (alimenta bacterias en una caries abierta causando más irritación). Y lo caliente, como dijimos, a veces exacerba la sensación pulsátil. Mejor toma agua fresca, alimenta con cosas suaves si necesitas (y tibias/frías), nada de postres azucarados tarde en la noche.

Técnicas de relajación y distracción del dolor

El dolor de muelas es físico, sí, pero hay un componente nervioso y emocional importante. Cuando nos duele algo de forma intensa, tendemos a ponernos ansiosos, tensos, y eso puede aumentar la percepción del dolor. Por eso, en medio de todos estos remedios “físicos”, te recomiendo también técnicas de relajación que te ayuden a sobrellevar el momento:

  • Respiración profunda y mindfulness: Intenta dedicar unos minutos a respirar lenta y profundamente. Inhala por la nariz contando 4 segundos, sostiene 2, exhala por la boca 6 segundos… este tipo de respiración reduce el estrés y puede liberar endorfinas, que son analgésicos naturales del cuerpo. A veces el simple hecho de cerrar los ojos, respirar y tratar de “enviar” el aire hacia donde duele ayuda a disminuir la percepción del dolor.
  • Relajación muscular progresiva: Acuéstate con tu cabeza elevada (como dijimos) y ve concentrándote en relajar cada parte del cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. Cuando llegues a la mandíbula y la cara, concéntrate en soltar esa tensión. Muchas veces, sin darnos cuenta, con el dolor estamos apretando la mandíbula y eso empeora todo (especialmente en casos de bruxismo). Afloja la mordida, deja la boca ligeramente entreabierta si eso no te molesta, y permite que la musculatura descanse.
  • Distracción leve: Pon música relajante, un podcast, o la TV bajito de fondo. Algo que te aleje la mente de la punzada. Algunas personas se duermen poniendo alguna meditación guiada o simplemente ruido blanco. La idea es que al no enfocarte 100% en el dolor, puedas conciliar el sueño más fácilmente. Esto no quita el dolor en sí, pero ayuda a “engañar” a tu cerebro un rato.
  • Acupresión (presión en un punto de la mano): Te cuento un truco curioso: hay un punto de acupresión en la mano, llamado punto IG4 (entre el pulgar e índice), que tradicionalmente se asocia con alivio del dolor en general, incluyendo dolor dental. Consiste en presionar firme pero cómodamente con el pulgar y dedo índice de una mano la zona carnosa entre el pulgar e índice de la otra mano. Mantén la presión unos minutos, respira… Muchos dicen que al estimular ese punto, el dolor de muelas baja un poco. ¿Verdad o efecto placebo? Bueno, no hay mucha evidencia científica sólida, pero es seguro de intentar y a veces, al enfocar tu atención en la presión de la mano, disminuye la percepción del dolor de la boca. Yo mismo lo he intentado alguna vez con pacientes en consulta mientras les anestesiaba y me decían que les calmaba la ansiedad. Así que, en una de esas, te funciona.

En definitiva, mantén la calma. Sé que es difícil cuando duele, pero piensa que en unas horas podrás ver al dentista y solucionar el problema de raíz. Por ahora, con estas medidas, buscamos que puedas pasar la noche lo mejor posible. Toma un analgésico, aplica un remedio casero, relájate y ten paciencia: el dolor irá cediendo.

¿Cuándo acudir a urgencias por un dolor de muelas?

Hemos hablado de aliviarlo en casa durante la noche, pero no quiero que ignores señales de alarma. La mayoría de los dolores de muelas tienen origen en problemas dentales que requieren tratamiento (una caries que posiblemente necesite empaste o endodoncia, una infección que necesite drenaje o antibióticos, etc.). Por lo tanto, debes acudir al odontólogo tan pronto como te sea posible, idealmente al día siguiente si el dolor fue muy fuerte. No esperes muchos días “a ver si se pasa”, porque si te dejó sin dormir es señal de que algo anda mal en ese diente.

Señales de alarma o motivos para buscar atención inmediata (urgencias):

  • Dolor insoportable que no cede a pesar de analgésicos máximos. Si ni con ibuprofeno+paracetamol logras mitigar el dolor, y estás literalmente desesperado, considera una urgencia dental nocturna si hay servicio en tu ciudad, o ve en cuanto abran. Nadie merece aguantar un dolor así sin atención.
  • Hinchazón significativa de cara o encía: Si notas la cara muy hinchada, la encía inflamada con pus, o dificultad para tragar o respirar, acude de inmediato a urgencias. Un absceso dental grave puede ser peligroso si se extiende (infección facial, incluso riesgo de complicaciones serias). No lo dejes pasar. La presencia de fiebre alta >38ºC también es signo de que la infección puede estarse propagando.
  • Dolor que dura más de 1-2 días: Un dolor de muela que continúa fuerte por más de un par de días, aunque se haga soportable con medicación, requiere evaluación. No es normal que dure tanto si fuera algo menor; el cuerpo te está indicando que necesita ayuda profesional.
  • Fractura o diente roto reciente: Si el dolor empezó tras que se te rompiera una muela (por caries o golpe), hay que ver ese diente pronto. Los fragmentos dentarios expuestos pueden infectarse o el nervio puede estar al descubierto. Pon los remedios temporales pero ve al dentista en cuanto puedas para salvar la pieza.
  • Dolor de muelas postoperatorio muy fuerte: Si te sacaron una muela o te hicieron un tratamiento recientemente y el dolor empeora en lugar de mejorar, o viene acompañado de mal sabor (posible alveolitis), también conviene que el dentista te revise cuanto antes.

Recuerda: los remedios caseros son solo paliativos temporales. No “curan” la causa del dolor. Si tienes una caries, necesitará tratamiento (empaste, corona o lo que corresponda). Si es una infección, tal vez necesites apertura y drenaje, o una endodoncia (tratamiento de conducto). Si es el cordal (muela del juicio) dando guerra, quizá haya que extraerla. Todo eso lo determinará el dentista. Mi función aquí es que sepas qué puedes hacer mientras tanto para no sufrir de más, pero enfatizo: no ignores el problema tras la noche difícil. He visto pacientes que por temor o por estar ocupados dejan pasar las semanas automedicándose, y luego vienen con un absceso tremendo o el doble de complicaciones.

Así que, tan pronto amanezca, llama a tu clínica dental. Incluso muchas clínicas guardan unos huecos para emergencias o pueden acomodarte si explicas que llevas una noche terrible. Y si notas alguna de las situaciones graves descritas (fiebre, inflamación grande, dificultad al tragar), no dudes en ir a un servicio de urgencias médicas, pues podrías necesitar antibióticos IV o atención más especializada de inmediato.

Prevención: cómo evitar futuros dolores de muela nocturnos

Después de pasar por una experiencia así, seguro que no quieres repetirla. La mejor forma de no tener que buscar “cómo calmar dolor de muelas al dormir” a medianoche es mantener tus dientes y encías sanos para que no duelan en primer lugar. Algunos consejos de prevención y cuidado a largo plazo:

  • Buena higiene bucal diaria: cepíllate los dientes al menos 2 veces al día (por la mañana y, muy importante, antes de acostarte por la noche). Usa un cepillo suave y pasta fluorada. Complementa con hilo dental cada noche para eliminar restos entre dientes (así evitarás esos dolores por comida atorada e impedirás caries interdentales). Un enjuague bucal con antiséptico puede ser útil si tu dentista lo recomienda, pero el hilo y cepillo son insustituibles. La placa bacteriana y el sarro son los enemigos que producen caries y gingivitis, así que a mantenerlos a raya.
  • Visitas regulares al dentista: No lo digo solo porque sea dentista, pero de verdad, una revisión cada 6 meses o al menos una vez al año puede salvarte de sorpresas desagradables. En esas visitas hacemos limpiezas profesionales y detectamos caries incipientes o problemas antes de que duelan. Más vale tratar una pequeña caries con un empaste sencillo, que dejar que avance hasta el nervio y te dé una noche de terror (y termine en una endodoncia, que es más costosa y compleja). La odontología preventiva es tu amiga: te ahorra dolor y dinero a largo plazo.
  • Alimentación y hábitos saludables: Reduce el consumo frecuente de azúcares y comidas muy pegajosas (caramelos, refrescos azucarados, bollería) especialmente por la noche. Si vas a darte un capricho dulce, procura cepillarte antes de dormir. Una dieta equilibrada rica en calcio, vitaminas y baja en azúcar mantendrá tus dientes fuertes. Evita también morder cosas muy duras (huesos, hielo, cáscaras) que puedan fracturar una muela. Y, por supuesto, no fumes: el tabaco afecta encías, retrasa la curación y propicia enfermedades periodontales que pueden causar dolor dental y pérdida de piezas.
  • Protección contra el bruxismo: Si sospechas que rechinas los dientes por las noches (te levantas con dolor de mandíbula, los dientes desgastados, o tu pareja dice que haces ruidos al dormir), consulta al dentista. El bruxismo mantenido en el tiempo no solo causa dolor, también puede fisurar muelas. El dentista puede indicarte una férula de descarga a medida para proteger tus dientes al dormir. Es una inversión en que no se te fracturen piezas ni sufras esos dolores mandibulares.

En resumen, mantener una buena salud bucodental es la mejor forma de no volver a verte en la penosa situación de un dolor de muela nocturno. Sé constante con la limpieza, visita al odontólogo regularmente y atiende pequeños síntomas antes de que se vuelvan grandes problemas. Así, dormirás tranquilo/a y sin dolor cada noche.

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Odontóloga
La Dra. Lucía Tejada Martín combina su experiencia en odontología integral con un enfoque cariñoso y atento, creando un ambiente de confianza para pacientes de todas las edades. Con especialización en odontología mínimamente invasiva, su prioridad es ofrecer tratamientos que aseguren comodidad y resultados duraderos. Desde 2014, su dedicación a la odontopediatría y a la atención estética y restauradora en adultos la ha convertido en una profesional valorada, reconocida por su cercanía y precisión en cada consulta.

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