
¿Se puede empastar una muela embarazada? Te explicamos por qué es seguro empastar una muela durante el embarazo, cuándo hacerlo y qué precauciones tomar para cuidar de ti y tu bebé.

La resina dental se ha convertido en uno de los materiales más versátiles y utilizados en odontología moderna. Este compuesto biocompatible ofrece una excelente alternativa estética a las amalgamas tradicionales, permitiendo restauraciones prácticamente invisibles que se integran perfectamente con el color natural de los dientes. Desde empastes hasta carillas y reconstrucciones complejas, la resina dental combina funcionalidad, durabilidad y estética, adaptándose a las necesidades específicas de cada paciente y tratamiento.

Hola, soy odontólogo y a muchos pacientes les surge la duda de qué es exactamente la resina dental. Te lo explicaré de forma clara y cercana: la resina dental (también conocida como resina compuesta, composite o empaste de resina) es un material sintético del color del diente que utilizamos para restaurar dientes dañados. Básicamente, reemplaza la parte del diente que ha sido destruida por caries, fracturas u otras lesiones, devolviéndole su forma, función y aspecto natural. A diferencia de los empastes antiguos de amalgama de plata, la resina no contiene metales pesados como mercurio y es prácticamente invisible a la vista, mimetizándose con el diente. Por eso, desde hace décadas se ha convertido en el material de elección para rellenos dentales estéticos (empastes blancos).
La resina compuesta está hecha de una matriz plástica reforzada con partículas minerales (por ejemplo, sílice o vidrio) que le otorgan resistencia y brillo similar al del esmalte. Según la Asociación Dental Americana (ADA), las resinas modernas son un tratamiento seguro y efectivo que se utiliza ampliamente desde hace más de 30 años. En resumen, un empaste de resina es la solución actual para obturar una cavidad tras quitar una caries, reparar un pedacito de diente roto o incluso mejorar la estética de una sonrisa, todo ello de forma mínimamente invasiva y biocompatible.
Existen varios tipos de resina dental en odontología, dependiendo del tamaño de sus partículas y de su composición. Sin entrar en demasiados tecnicismos, las resinas actuales suelen clasificarse en: microrelleno, híbridas, nanocompuestas, etc. En la práctica, el dentista selecciona el tipo de composite más adecuado según el caso – si se requiere máxima estética en un diente frontal, se usa una resina de partículas muy finas (que logra un pulido y brillo excelentes); si se necesita restaurar un molar que soporta mucha fuerza al masticar, se prefiere una resina híbrida de mayor resistencia mecánica. Hoy en día la mayoría de resinas son nanohíbridas, combinando lo mejor de ambos mundos (estética y durabilidad). En cualquier caso, todas vienen en múltiples tonos para imitar el color de tus dientes a la perfección.
La resina dental tiene usos muy variados en odontología conservadora y estética. En mi experiencia diaria, estas son las situaciones más comunes donde recomendamos resina:
En definitiva, la resina dental se utiliza siempre que queramos restaurar o mejorar un diente conservando al máximo su estructura y logrando un resultado estético. Si el daño del diente es moderado o pequeño, o si buscamos una solución cosmética mínimamente invasiva, el composite es normalmente la primera opción. En cambio, cuando la destrucción del diente es muy grande (por ejemplo, una muela muy quebrada) quizá debamos pensar en otros tratamientos como incrustaciones o coronas en lugar de resina – más adelante hablaremos de estas limitaciones de la resina.
Como odontólogo que ha trabajado tanto con amalgamas metálicas como con composites, puedo asegurarte que las ventajas de la resina dental son numerosas:
¿Y qué pasa con la amalgama de plata de toda la vida? Es cierto que las amalgamas son muy duraderas en ciertas situaciones y más económicas, pero su gran desventaja es estética (son de color metálico oscuro) y el tema del mercurio. Por ello, en las últimas décadas casi todas las obturaciones se hacen con resina en lugar de amalgama. En mi clínica, prácticamente solo usamos amalgama en casos muy puntuales. La resina dental ha reemplazado a la amalgama en la mayoría de tratamientos conservadores por las razones mencionadas: estética, seguridad y mínima invasividad. Eso sí, debo señalar que en cavidades extremadamente grandes la amalgama u otros materiales todavía podrían ofrecer mayor longevidad que la resina. Algunos estudios indican que las resinas en restauraciones muy extensas pueden desgastarse o filtrarse antes que un empaste metálico equivalente. En cualquier caso, la elección del material la tomaremos entre dentista y paciente, evaluando tamaño de la lesión, fuerzas de mordida, alergias y tus prioridades (estética vs. durabilidad, por ejemplo).
Resumen de ventajas del composite: es estético, conserva más tu diente, no tiene metales tóxicos, se adhiere firmemente, se puede usar en múltiples situaciones, y es suficientemente resistente para la mayoría de casos. Sus únicas desventajas relativas serían que requiere un campo seco (la zona debe mantenerse aislada de saliva durante su colocación) y que es algo técnica para el odontólogo (hay que colocarla por capas y polimerizar correctamente). Pero de eso último nos encargamos nosotros. Tú solo tendrás que disfrutar de tu diente restaurado sin que se note.
Una de las grandes ventajas de la resina es que su colocación es rápida y prácticamente indolora. Te explico paso a paso qué puedes esperar cuando vienes a la clínica a hacerte un empaste de resina (también llamado “obturación dental de composite”):
¿Cuánto tarda este procedimiento? Por lo general, un empaste sencillo puede tomar entre 20 y 60 minutos. Depende del tamaño de la caries y de cuántas superficies del diente estén involucradas. En casos de restauraciones muy grandes, a veces dividimos el trabajo en dos sesiones, pero no es lo usual. La gran mayoría de obturaciones con resina se hacen en una sola visita.
¿Va a doler? Esta es la pregunta del millón. La respuesta es: no debería doler nada gracias a la anestesia. Sentirás pinchazos solo al principio (cuando inyectamos el anestésico local) y después probablemente solo notarás vibración y presión mientras trabajamos. Tras pasar el efecto de la anestesia, puede haber una ligera sensibilidad en el diente tratado, sobre todo si la caries era profunda. Esto es normal y suele desaparecer en unas horas o días. Si el dolor después del empaste fuese intenso o dura más de 2-3 días, entonces debes regresar a la clínica para evaluar qué ocurre. En ocasiones aisladas, el empaste puede haber quedado un poco alto o cerca del nervio y eso podría requerir un ajuste o un tratamiento adicional. Pero en la mayoría de casos, saldrás de la consulta sin dolor y listo/a para continuar tu vida normalmente.
¿Y después de colocar la resina, qué precauciones debo tener? Te aconsejamos no comer hasta que pase el efecto de la anestesia, para no morderte la lengua o el labio sin querer. Una vez que la anestesia desaparece, ya puedes usar tu diente restaurado con normalidad, recordando algunos cuidados que te detallo a continuación.
Esta es otra gran duda de los pacientes: “Doctor, ¿cuánto me va a durar el empaste de resina?”. La durabilidad de una resina dental depende de varios factores, incluyendo tus hábitos y la calidad de la resina utilizada, pero en general suele durar entre 5 y 7 años en buen estado. Esto no significa que al cumplir ese tiempo se caiga mágicamente; he visto resinas en boca de pacientes que llevan 10-15 años funcionando. Sin embargo, las estadísticas y las asociaciones odontológicas indican que 5-7 años es un promedio razonable de vida antes de que la resina pueda necesitar reparación o cambio.
¿Por qué las resinas no duran para siempre? Piensa que están sometidas a un ambiente muy hostil: fuerzas de masticación todos los días, cambios de temperatura (bebidas frías/calientes), ácidos de los alimentos, bacterias intentando infiltrarse… Con el tiempo, el borde de unión entre la resina y el diente puede pigmentar o microfiltrarse, o el material puede desgastarse un poco. Además, nuestros propios dientes tampoco son eternos, todo sufre desgaste. Por eso, ningún empaste –sea del material que sea– es definitivo de por vida.
La buena noticia es que podemos alargar la vida de una resina si seguimos ciertos cuidados:
Siguiendo estos cuidados, te aseguro que tus empastes de resina tendrán una larga vida útil y mantendrán tu sonrisa sana y bonita por mucho tiempo. Y cuando eventualmente toque reemplazarlos (sea en 5, 8 o 10 años), no te preocupes: el procedimiento normalmente es sencillo, se retira el composite viejo y se coloca uno nuevo, preservando el diente.
El precio de una resina dental (empaste de composite) puede variar dependiendo de la clínica, la ciudad y la complejidad del caso. Para darte una idea general, en España el costo de un empaste de resina sencillo suele oscilar entre 50 y 100 euros por diente en 2025. Por ejemplo, Vitaldent (una reconocida red de clínicas) estima un precio promedio de ~77 € para una reconstrucción dental con composite en España. En mi clínica, un empaste básico entra dentro de esos rangos, mientras que una reconstrucción más grande (digamos, reconstruir la mitad de un diente) podría costar un poco más, alrededor de 120 €.
En otros países, los precios pueden ser distintos. En Latinoamérica, el costo por una resina puede ser más accesible en moneda local, y en Estados Unidos los precios son más elevados (según Colgate, entre $300 y $600 dólares por diente en procedimientos estéticos simples). Todo depende de la economía local y los materiales empleados.
¿Por qué varía el precio? Principalmente por el tamaño de la lesión (no es lo mismo tapar una caries pequeña que reconstruir medio diente), el tiempo y material que requerirá, y también la tecnología usada (algunas resinas de última generación, sistemas de adhesión especiales, uso de luz láser para polimerizar, etc., pueden incrementar el costo). También influye la experiencia del profesional y si el tratamiento se combina con otros (por ejemplo, con una endodoncia previa).
Aunque entiendo que el precio es importante, te aconsejo no elegir una clínica solo por ser la más barata. Busca profesionales de confianza, colegiados, con buenas referencias. Un empaste mal hecho por ahorrar unos euros puede salir caro a la larga si se filtra o causa problemas. Dicho esto, la resina dental suele estar cubierta (al menos parcialmente) por seguros dentales privados en tratamientos de caries. Conviene preguntar a tu seguro si tienes cobertura para empastes estéticos. En la seguridad social (en países que la incluyen), a veces solo cubren amalgamas en piezas posteriores, pero cada sistema de salud es diferente.
El precio aproximado de un empaste de resina en clínica privada ronda entre 50€ y 100€ en España en la mayoría de situaciones comunes. Lo mejor es acudir a una valoración – tu dentista te podrá dar un presupuesto exacto tras evaluar tu caso, sin compromiso. ¡Y piensa que es una inversión en tu salud bucal y tu estética!
Aunque la resina dental es un material muy versátil, no siempre es la solución ideal para todos los casos. Hay ciertas limitaciones y contraindicaciones relativas que debemos considerar:
En conclusión, la resina dental es ideal para restauraciones pequeñas y medianas, y para mejorar estética en casos moderados, pero cuando nos encontramos ante destrucciones masivas o condiciones poco favorables (humedad, poco diente, altísimo desgaste), debemos valorar otros tratamientos. Siempre te explicaré honestamente cuál es la mejor opción en tu caso: si la resina es conveniente, la usaremos; y si no, buscaremos alternativas (incrustaciones, coronas, etc.) que te brinden un resultado duradero. Nuestro objetivo es garantizar la salud y longevidad de tu diente, y eso a veces implica elegir un método distinto al composite cuando este se quedaría corto.
Quiero finalizar con algunos consejos personales como dentista:
Personalmente, la resina dental me ha permitido salvar muchos dientes que antes quizás hubiéramos tenido que extraer o dejar con reparaciones metálicas poco estéticas. Es gratificante ver la sonrisa de un paciente al mostrarle con un espejo que su diente quedó como nuevo y del mismo color que los demás. Como odontólogo, recomiendo ampliamente este material siempre que esté indicado, y por supuesto estoy atento a las innovaciones que continuamente aparecen para mejorar su calidad.
Si tienes más preguntas sobre la resina dental u otros tratamientos, a continuación te dejo una sección de preguntas frecuentes que suelo escuchar en la consulta, que quizá resuelvan tus dudas. Y recuerda: ante cualquier problema dental, lo mejor es acudir a una valoración. Estoy a tu disposición en nuestra clínica – ¡no dudes en contactarnos! Estaré encantado de ayudarte a mantener tu sonrisa saludable y estética.
No, la colocación de una resina dental no debería doler. El procedimiento se realiza con anestesia local, de modo que la zona del diente queda adormecida y no sientes dolor mientras trabajamos. Solo percibirás vibración y el sonido de la fresa, nada más. En caries muy superficiales a veces ni siquiera hace falta anestesia porque apenas se toca dentina. Después de colocar la resina, podrías notar el diente algo sensible al frío o calor por un par de días, pero cualquier molestia suele ser leve y temporal. Si un empaste bien hecho doliera intensamente, no es normal – en tal caso consulta con tu dentista para revisar la situación. Por lo general, es un tratamiento cómodo y rápido para el paciente.
La resina se endurece instantáneamente con la luz ultra-violeta, así que en teoría podrías comer justo al salir de la clínica. El material ya estará rígido y listo para funcionar. Sin embargo, recomendamos esperar a que pase por completo el efecto de la anestesia (puede tardar 1-2 horas) antes de masticar, para evitar morderte la lengua o mejilla accidentalmente. Pasado ese rato prudencial, puedes comer con normalidad. Eso sí, ese mismo día mejor elige alimentos más blandos y a temperatura moderada. Evita morder cosas muy duras, extremadamente calientes o muy frías en las primeras 24 horas, para darle un margen de asentamiento a la restauración y porque el diente podría estar un poco sensible. Después de ese primer día, ya no hay restricciones especiales – ¡disfruta de tu diente arreglado!
La resina dental y la amalgama son materiales distintos con sus pros y contras. Ninguno es “mejor” en todo sentido, depende del caso. La resina ofrece mejor estética (es del color del diente, la amalgama es gris metálico) y no contiene mercurio, lo cual la hace más segura y hoy en día preferible en la mayoría de tratamientos. Además, se adhiere al diente, permitiendo preparaciones más conservadoras. En cambio, la amalgama de plata puede tener la ventaja de una mayor longevidad en restauraciones muy grandes o en zonas donde es difícil mantener seco al diente durante el empaste. Es muy resistente al desgaste y menos técnica en su colocación. Actualmente, dado que la estética es importante y existen preocupaciones por el mercurio, la resina ha reemplazado casi por completo a la amalgama en nuevas obturaciones. En mi práctica solo reservo la amalgama para casos puntuales (por ejemplo, en pacientes con humedad imposible de controlar y caries extensas en molares, o cuando un paciente específico lo prefiere). En resumen: para caries pequeñas o medianas, o visibles, prefiero resina; para una cavidad gigante en un molar donde la durabilidad prime sobre la estética, podría considerar amalgama, aunque hoy en día hay soluciones libres de metal (resinas reforzadas, incrustaciones) que también funcionan muy bien. Siempre conversaremos contigo la mejor opción para tu caso.
Las carillas de resina (composite) y las carillas de porcelana son dos formas de lograr sonrisas más bonitas, pero difieren en material y técnica. Las carillas de resina se realizan directamente en clínica: el odontólogo aplica capas de resina compuesta sobre tu diente, dándole la forma y el color deseados en una sola sesión. Son más económicas que las de porcelana y conservan mayor parte del diente (a veces ni se talla o solo un ligero desgaste). Por otro lado, las carillas de porcelana (cerámica) se fabrican en laboratorio a partir de una impresión o escaneo de tus dientes. Requieren al menos dos citas: en la primera se prepara el diente (se suele pulir una fina capa de esmalte para hacer espacio a la carilla) y se toma el molde, y en la segunda se cementa la carilla de porcelana ya fabricada. Las carillas de porcelana suelen ser más resistentes a las manchas y a la abrasión que las de resina, y tienen una estética excepcional (la cerámica puede imitar con gran naturalidad al esmalte). Además, su duración típica es mayor, en torno a 10-15 años con buenos cuidados, mientras que las de composite quizás necesiten ser reemplazadas o repasadas cada 5-7 años en promedio. En contra, las de porcelana son más costosas. Resumiendo: carillas de resina = solución rápida y económica para retoques estéticos moderados; carillas de porcelana = solución de alta estética y durabilidad para cambios más dramáticos, pero con mayor inversión de tiempo y dinero. En nuestra clínica ofrecemos ambos tipos, y te orientaremos sobre cuál conviene según tus expectativas, presupuesto y situación dental. (Más info en nuestra página de Estética dental).
Si una resina dental (empaste) se llega a caer, fisurar o partir, mantén la calma pero acude al dentista lo antes posible. Cuando un empaste se pierde, la cavidad del diente queda expuesta a la saliva, restos de comida y bacterias, lo que puede derivar rápidamente en caries o sensibilidad. Mientras esperas tu cita (que idealmente debería ser de urgencia en pocos días), sigue estos consejos: 1) Mantén limpia la zona: cepilla suavemente el diente afectado después de comer, haz enjuagues con un colutorio antibacteriano para reducir la carga de gérmenes. 2) Evita masticar por el lado del diente que perdió la resina, pues estará más frágil y sensible. 3) Si ves que quedó algún fragmento suelto de resina en el diente, puedes intentar retirarlo con cuidado para que no interfiera (a veces quedan trocitos colgando). Pero no trates de arreglarlo por tu cuenta ni apliques pegamentos caseros. Una vez en la consulta, evaluaremos el diente: muchas veces simplemente se puede volver a colocar resina nueva sin problema, limpiando antes la zona. Si la resina se cayó porque había caries recurrente debajo, trataremos esa caries y pondremos el empaste nuevo. No demores la visita, porque un diente que ha perdido su empaste es vulnerable – he visto casos en que por esperar meses, esa pieza terminó necesitando una endodoncia o incluso extracciones por caries avanzadas. Así que ante cualquier fractura o desprendimiento de tu empaste, agenda una revisión lo antes posible. Tu odontólogo resolverá el contratiempo y dejará tu diente otra vez en orden.



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