16 junio 2025

¿Qué es la resina dental? Usos, ventajas y precios 2025

La resina dental se ha convertido en uno de los materiales más versátiles y utilizados en odontología moderna. Este compuesto biocompatible ofrece una excelente alternativa estética a las amalgamas tradicionales, permitiendo restauraciones prácticamente invisibles que se integran perfectamente con el color natural de los dientes. Desde empastes hasta carillas y reconstrucciones complejas, la resina dental combina funcionalidad, durabilidad y estética, adaptándose a las necesidades específicas de cada paciente y tratamiento.

¿Qué es la resina dental?

Hola, soy odontólogo y a muchos pacientes les surge la duda de qué es exactamente la resina dental. Te lo explicaré de forma clara y cercana: la resina dental (también conocida como resina compuesta, composite o empaste de resina) es un material sintético del color del diente que utilizamos para restaurar dientes dañados. Básicamente, reemplaza la parte del diente que ha sido destruida por caries, fracturas u otras lesiones, devolviéndole su forma, función y aspecto natural. A diferencia de los empastes antiguos de amalgama de plata, la resina no contiene metales pesados como mercurio y es prácticamente invisible a la vista, mimetizándose con el diente. Por eso, desde hace décadas se ha convertido en el material de elección para rellenos dentales estéticos (empastes blancos).

La resina compuesta está hecha de una matriz plástica reforzada con partículas minerales (por ejemplo, sílice o vidrio) que le otorgan resistencia y brillo similar al del esmalte. Según la Asociación Dental Americana (ADA), las resinas modernas son un tratamiento seguro y efectivo que se utiliza ampliamente desde hace más de 30 años. En resumen, un empaste de resina es la solución actual para obturar una cavidad tras quitar una caries, reparar un pedacito de diente roto o incluso mejorar la estética de una sonrisa, todo ello de forma mínimamente invasiva y biocompatible.

Tipos de resinas dentales

Existen varios tipos de resina dental en odontología, dependiendo del tamaño de sus partículas y de su composición. Sin entrar en demasiados tecnicismos, las resinas actuales suelen clasificarse en: microrelleno, híbridas, nanocompuestas, etc. En la práctica, el dentista selecciona el tipo de composite más adecuado según el caso – si se requiere máxima estética en un diente frontal, se usa una resina de partículas muy finas (que logra un pulido y brillo excelentes); si se necesita restaurar un molar que soporta mucha fuerza al masticar, se prefiere una resina híbrida de mayor resistencia mecánica. Hoy en día la mayoría de resinas son nanohíbridas, combinando lo mejor de ambos mundos (estética y durabilidad). En cualquier caso, todas vienen en múltiples tonos para imitar el color de tus dientes a la perfección.

¿Cuándo y para qué se utiliza la resina dental?

La resina dental tiene usos muy variados en odontología conservadora y estética. En mi experiencia diaria, estas son las situaciones más comunes donde recomendamos resina:

  • Tratamiento de caries (empaste dental): es la aplicación más frecuente. Tras eliminar una caries dental, rellenamos la cavidad resultante con resina del color del diente para sellarla. El resultado es un empaste estético prácticamente imperceptible, que devuelve al diente su forma original y evita que la caries progrese o que entren bacterias.
  • Fracturas, fisuras o dientes astillados: si tienes un diente partido, con una esquina rota o fisuras en el esmalte, la resina nos permite reconstruir la parte perdida. Por ejemplo, es ideal para reparar pequeños traumatismos en incisivos o cerrar grietas y evitar que se agrandenmymoons.mx. En casos de fisuras muy finas en el esmalte, podemos sellarlas con una resina fluida para prevenir sensibilidad y deterioro.
  • Problemas estéticos menores: la resina también se emplea para mejoras cosméticas rápidas. Un ejemplo son las carillas de resina compuesta, que son capas de composite aplicadas sobre el frente de los dientes anteriores para corregir su forma, color o tamaño. Si tienes leves separaciones entre dientes, bordes desgastados o manchas en el esmalte, una carilla de resina puede mejorar tu sonrisa en una sola visita. (Las carillas dentales de porcelana son otra opción más duradera, pero requieren más tiempo y presupuesto).
  • Reconstrucciones tras endodoncia: cuando un diente ha sufrido un daño extenso por caries y se le ha realizado una endodoncia (tratamiento de nervio), a veces reconstruimos la estructura faltante con resina para luego reforzarla con una corona. El composite ayuda a devolver al diente endodonciado su forma antes de colocar la funda.
  • Selladores de surcos: en odontopediatría y prevención, usamos resinas fluidas para sellar los surcos profundos de molares sanos en niños y así evitar caries. Estos selladores son resinas especiales que protegen las zonas donde el cepillo no alcanza bien.

En definitiva, la resina dental se utiliza siempre que queramos restaurar o mejorar un diente conservando al máximo su estructura y logrando un resultado estético. Si el daño del diente es moderado o pequeño, o si buscamos una solución cosmética mínimamente invasiva, el composite es normalmente la primera opción. En cambio, cuando la destrucción del diente es muy grande (por ejemplo, una muela muy quebrada) quizá debamos pensar en otros tratamientos como incrustaciones o coronas en lugar de resina – más adelante hablaremos de estas limitaciones de la resina.

Beneficios de la resina dental frente a otros materiales

Como odontólogo que ha trabajado tanto con amalgamas metálicas como con composites, puedo asegurarte que las ventajas de la resina dental son numerosas:

  • Estética impecable: Al ser del color del diente, una restauración de resina es prácticamente invisible. El composite imita el tono y la translucidez del esmalte, logrando que el diente restaurado luzca natural. Ya no tendrás “parches” oscuros o metálicos en tu boca – ¡nadie notará que llevas un empaste!
  • Preserva el diente sano: La resina se adhiere químicamente al esmalte y la dentina, por lo que no necesitamos remover tanta estructura dental como con los empastes de amalgama (que dependían de hacer retenciones mecánicas). En otras palabras, con composite podemos hacer reparaciones más pequeñas y conservadoras, manteniendo más tejido sano.
  • Biocompatible y segura: A diferencia de las amalgamas antiguas con mercurio, la resina no desprende sustancias tóxicas. Es un material seguro para el organismo y no es conductor de calor o frío en la misma medida que el metal, lo cual reduce las sensibilidades post-empaste. Además, es apta para cualquier edad; se usa tanto en niños (odontología infantil) como en adultos sin problema.
  • Versatilidad: Las resinas compuestas sirven para restaurar prácticamente cualquier diente, ya sea dientes frontales (incisivos, caninos) donde prima la estética, o dientes posteriores (molares, premolares) donde se requiere resistencia. También se utilizan en diferentes técnicas (obturaciones, reconstrucciones, carillas, selladores), lo que las convierte en un material muy polivalente.
  • Buena durabilidad: Aunque ninguna restauración dental dura para siempre, las resinas actuales son bastante resistentes al desgaste, fractura y tensión. Con los cuidados adecuados, un empaste de resina te puede durar varios años funcionando bien (típicamente entre 5 y 10 años antes de considerar reemplazarlo, según mis observaciones clínicas y publicaciones especializadas). Incluso he visto casos que superan ese rango cuando el paciente cuida muy bien su boca.

¿Y qué pasa con la amalgama de plata de toda la vida? Es cierto que las amalgamas son muy duraderas en ciertas situaciones y más económicas, pero su gran desventaja es estética (son de color metálico oscuro) y el tema del mercurio. Por ello, en las últimas décadas casi todas las obturaciones se hacen con resina en lugar de amalgama. En mi clínica, prácticamente solo usamos amalgama en casos muy puntuales. La resina dental ha reemplazado a la amalgama en la mayoría de tratamientos conservadores por las razones mencionadas: estética, seguridad y mínima invasividad. Eso sí, debo señalar que en cavidades extremadamente grandes la amalgama u otros materiales todavía podrían ofrecer mayor longevidad que la resina. Algunos estudios indican que las resinas en restauraciones muy extensas pueden desgastarse o filtrarse antes que un empaste metálico equivalente. En cualquier caso, la elección del material la tomaremos entre dentista y paciente, evaluando tamaño de la lesión, fuerzas de mordida, alergias y tus prioridades (estética vs. durabilidad, por ejemplo).

Resumen de ventajas del composite: es estético, conserva más tu diente, no tiene metales tóxicos, se adhiere firmemente, se puede usar en múltiples situaciones, y es suficientemente resistente para la mayoría de casos. Sus únicas desventajas relativas serían que requiere un campo seco (la zona debe mantenerse aislada de saliva durante su colocación) y que es algo técnica para el odontólogo (hay que colocarla por capas y polimerizar correctamente). Pero de eso último nos encargamos nosotros. Tú solo tendrás que disfrutar de tu diente restaurado sin que se note.

¿Cómo es el procedimiento de un empaste de resina? ¿Duele?

Una de las grandes ventajas de la resina es que su colocación es rápida y prácticamente indolora. Te explico paso a paso qué puedes esperar cuando vienes a la clínica a hacerte un empaste de resina (también llamado “obturación dental de composite”):

  1. Examen y preparación: Primero evaluamos tu diente con cuidado. Si la caries es muy pequeña, a veces ni siquiera hace falta anestesia; pero en la mayoría de casos aplicaremos anestesia local para que no sientas ninguna molestia. Te aseguramos que estarás cómodo/a durante todo el procedimiento. También escogeremos el tono de resina que mejor combine con el color de tu diente. Hay muchas tonalidades disponibles y podemos mezclar resinas para lograr un match perfecto.
  2. Aislamiento: Antes de comenzar, mantendremos el diente seco y aislado del resto de la boca. Podemos colocar un dique de goma (un protector de látex) o utilizar rollitos de algodón y succionador para que la saliva no moje el área de trabajo. Este paso es importante porque, como te comenté, el composite necesita un entorno libre de humedad para adherirse correctamente.
  3. Limpieza de la caries: Ahora procedemos a remover la parte dañada. Con la fresa (el “taladrito”) eliminamos el tejido cariado del diente. Gracias a la anestesia, no sientes dolor, solo oyes el ruido y la vibración de nuestros instrumentos. En caso de un pequeño arreglito estético (como cerrar un espacio o reparar una esquinita), puede que ni siquiera usemos fresa, a veces basta con un ligero grabado ácido en el esmalte.
  4. Colocación de la resina: Una vez que la cavidad está limpia y preparada, aplicamos un gel acondicionador (ácido) y un adhesivo especial en el diente para lograr la mejor unión del composite. Luego vamos colocando la resina en capas. La vamos esculpiendo con cuidado para que recupere la forma anatómica del diente (cúspides, bordes, superficie lisa, etc.). Cada capa de resina la endurecemos con una luz ultravioleta (fotopolimerización) antes de añadir la siguiente. Este proceso por capas asegura una polimerización completa y minimiza la contracción del material.
  5. Revisión de la mordida y pulido final: Al terminar de rellenar, la resina queda sólida inmediatamente gracias a la luz. Retiramos el aislamiento y verificamos que al morder todo encaja bien. Te pediremos que muerdas una lámina de papel de articular (un papelito de color) para marcar los puntos de contacto. Si sientes el empaste “alto” o notas que choca antes que tus otros dientes, lo ajustaremos desgastando un poquito hasta que la mordida sea cómoda. Finalmente, pulimos la superficie de la resina para que quede suave y con un brillo similar al del diente natural. ¡Trabajo terminado!

¿Cuánto tarda este procedimiento? Por lo general, un empaste sencillo puede tomar entre 20 y 60 minutos. Depende del tamaño de la caries y de cuántas superficies del diente estén involucradas. En casos de restauraciones muy grandes, a veces dividimos el trabajo en dos sesiones, pero no es lo usual. La gran mayoría de obturaciones con resina se hacen en una sola visita.

¿Va a doler? Esta es la pregunta del millón. La respuesta es: no debería doler nada gracias a la anestesia. Sentirás pinchazos solo al principio (cuando inyectamos el anestésico local) y después probablemente solo notarás vibración y presión mientras trabajamos. Tras pasar el efecto de la anestesia, puede haber una ligera sensibilidad en el diente tratado, sobre todo si la caries era profunda. Esto es normal y suele desaparecer en unas horas o días. Si el dolor después del empaste fuese intenso o dura más de 2-3 días, entonces debes regresar a la clínica para evaluar qué ocurre. En ocasiones aisladas, el empaste puede haber quedado un poco alto o cerca del nervio y eso podría requerir un ajuste o un tratamiento adicional. Pero en la mayoría de casos, saldrás de la consulta sin dolor y listo/a para continuar tu vida normalmente.

¿Y después de colocar la resina, qué precauciones debo tener? Te aconsejamos no comer hasta que pase el efecto de la anestesia, para no morderte la lengua o el labio sin querer. Una vez que la anestesia desaparece, ya puedes usar tu diente restaurado con normalidad, recordando algunos cuidados que te detallo a continuación.

¿Cuánto dura una resina dental?

Esta es otra gran duda de los pacientes: “Doctor, ¿cuánto me va a durar el empaste de resina?”. La durabilidad de una resina dental depende de varios factores, incluyendo tus hábitos y la calidad de la resina utilizada, pero en general suele durar entre 5 y 7 años en buen estado. Esto no significa que al cumplir ese tiempo se caiga mágicamente; he visto resinas en boca de pacientes que llevan 10-15 años funcionando. Sin embargo, las estadísticas y las asociaciones odontológicas indican que 5-7 años es un promedio razonable de vida antes de que la resina pueda necesitar reparación o cambio.

¿Por qué las resinas no duran para siempre? Piensa que están sometidas a un ambiente muy hostil: fuerzas de masticación todos los días, cambios de temperatura (bebidas frías/calientes), ácidos de los alimentos, bacterias intentando infiltrarse… Con el tiempo, el borde de unión entre la resina y el diente puede pigmentar o microfiltrarse, o el material puede desgastarse un poco. Además, nuestros propios dientes tampoco son eternos, todo sufre desgaste. Por eso, ningún empaste –sea del material que sea– es definitivo de por vida.

La buena noticia es que podemos alargar la vida de una resina si seguimos ciertos cuidados:

Cuidados para que tu empaste de resina dure más

  • No morder cosas muy duras: Evita usar los dientes como “herramienta”. No abras botellas, envoltorios de plástico ni quiebres cáscaras con tus dientes restaurados. Tampoco mastiques hielo, huesos, caramelos duros u otros objetos que puedan astillar la resina o incluso el propio diente.
  • Modera alimentos muy pigmentados: Café, té, vino tinto, curry, refrescos de cola… todas estas bebidas y alimentos con colorantes pueden con el tiempo manchar la resina y hacerla menos estética. No digo que los elimines, pero consúmelos con moderación y enjuaga tu boca con agua después de tomarlos para reducir su efecto pigmentante.
  • Evita el cigarrillo: El tabaco es enemigo de tus dientes y también de las resinas. La nicotina y otros químicos del humo pueden amarillear el composite y además debilitar su estructura con los años. Si fumas, trata de reducirlo o dejarlo; tu salud bucal (y general) te lo agradecerá.
  • Buena higiene oral: Parece obvio, pero es crucial. Cepíllate los dientes al menos dos veces al día (idealmente después de cada comida) con pasta fluorada, usa hilo dental diariamente y complementa con un colutorio antiséptico si tu dentista lo recomienda. Una boca limpia reduce el riesgo de caries alrededor de la resina y evita inflamación de encías. Recuerda que la caries puede reaparecer en los bordes del empaste si la higiene es deficiente.
  • Si sufres bruxismo, protégete: El bruxismo es ese hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes (muchas veces mientras dormimos). Si tú rechinas, comenta a tu odontólogo – probablemente te indicará usar una férula de descarga (un protector nocturno) para que no desgastes tus dientes ni tus resinas. Los pacientes bruxistas sin protección tienden a fracturar o desgastar más rápido sus restauraciones, así que este consejo es vital para prolongar la vida de cualquier tratamiento dental, incluidas las resinas.
  • Visitas regulares al dentista: No esperes a que algo moleste para volver. Haz tus revisiones y limpiezas profesionales cada 6-12 meses. En estas visitas, evaluaremos el estado de tus empastes de resina, puliremos rugosidades si es necesario e identificaremos a tiempo si alguna resina presenta filtraciones o desgaste excesivo. Muchas veces se puede reparar o reforzar una pequeña filtración antes de que se convierta en un problema mayor. Además, las limpiezas ayudan a remover manchas superficiales en las resinas manteniéndolas estéticas.

Siguiendo estos cuidados, te aseguro que tus empastes de resina tendrán una larga vida útil y mantendrán tu sonrisa sana y bonita por mucho tiempo. Y cuando eventualmente toque reemplazarlos (sea en 5, 8 o 10 años), no te preocupes: el procedimiento normalmente es sencillo, se retira el composite viejo y se coloca uno nuevo, preservando el diente.

¿Cuánto cuesta una resina dental?

El precio de una resina dental (empaste de composite) puede variar dependiendo de la clínica, la ciudad y la complejidad del caso. Para darte una idea general, en España el costo de un empaste de resina sencillo suele oscilar entre 50 y 100 euros por diente en 2025. Por ejemplo, Vitaldent (una reconocida red de clínicas) estima un precio promedio de ~77 € para una reconstrucción dental con composite en España. En mi clínica, un empaste básico entra dentro de esos rangos, mientras que una reconstrucción más grande (digamos, reconstruir la mitad de un diente) podría costar un poco más, alrededor de 120 €.

En otros países, los precios pueden ser distintos. En Latinoamérica, el costo por una resina puede ser más accesible en moneda local, y en Estados Unidos los precios son más elevados (según Colgate, entre $300 y $600 dólares por diente en procedimientos estéticos simples). Todo depende de la economía local y los materiales empleados.

¿Por qué varía el precio? Principalmente por el tamaño de la lesión (no es lo mismo tapar una caries pequeña que reconstruir medio diente), el tiempo y material que requerirá, y también la tecnología usada (algunas resinas de última generación, sistemas de adhesión especiales, uso de luz láser para polimerizar, etc., pueden incrementar el costo). También influye la experiencia del profesional y si el tratamiento se combina con otros (por ejemplo, con una endodoncia previa).

Aunque entiendo que el precio es importante, te aconsejo no elegir una clínica solo por ser la más barata. Busca profesionales de confianza, colegiados, con buenas referencias. Un empaste mal hecho por ahorrar unos euros puede salir caro a la larga si se filtra o causa problemas. Dicho esto, la resina dental suele estar cubierta (al menos parcialmente) por seguros dentales privados en tratamientos de caries. Conviene preguntar a tu seguro si tienes cobertura para empastes estéticos. En la seguridad social (en países que la incluyen), a veces solo cubren amalgamas en piezas posteriores, pero cada sistema de salud es diferente.

El precio aproximado de un empaste de resina en clínica privada ronda entre 50€ y 100€ en España en la mayoría de situaciones comunes. Lo mejor es acudir a una valoración – tu dentista te podrá dar un presupuesto exacto tras evaluar tu caso, sin compromiso. ¡Y piensa que es una inversión en tu salud bucal y tu estética!

Contraindicaciones o limitaciones de la resina dental

Aunque la resina dental es un material muy versátil, no siempre es la solución ideal para todos los casos. Hay ciertas limitaciones y contraindicaciones relativas que debemos considerar:

  • Cavidades muy extensas en muelas: Si un molar tiene una destrucción masiva, por ejemplo varias cúspides rotas o una caries que abarca gran parte del diente, es posible que una resina no sea lo suficientemente resistente a largo plazo. En restauraciones posteriores muy grandes, donde habría que cubrir cúspides completas, normalmente optamos por alternativas como incrustaciones de porcelana/cerómero o coronas, que brindan más solidez. La resina en un empaste enorme podría fracturarse o deformarse con la masticación constante.
  • Falta de estructura dental: Si el diente está muy desgastado o dañado y queda poca estructura a la cual adherir la resina, tampoco es aconsejable usar composite. Un ejemplo: un diente endodonciado que ha perdido gran parte de su corona dental. En esos casos es preferible colocar un perno o reconstrucción con poste y luego una corona que envuelva el diente. La resina necesita que haya suficiente diente remanente para agarrarse; si no lo hay, fallará.
  • Imposibilidad de aislar el diente: Como mencioné antes, el composite es muy sensible a la humedad. Si no podemos mantener el área seca durante el procedimiento (sea porque la cavidad queda debajo de la encía, o el paciente no puede colaborar lo suficiente para controlar la saliva), el pronóstico de la resina es malo. En esos casos, a veces es mejor usar un material temporal y luego pensar en otra solución, o incluso recurrir a amalgama si fuera una situación indicada (pues la amalgama tolera más la humedad durante su colocación). Pero una resina puesta en un campo contaminado por saliva casi seguro fracasará – se despegará o filtrará. Esta es una contraindicación absoluta para la resina: no hay aislamiento, no hay composite.
  • Pacientes con caries muy activas: Si la persona tiene caries múltiples sin controlar (lo que llamamos caries rampante) o pobre higiene, poner resinas puede ser como “poner parches en un barco que se hunde”. Primero debemos mejorar hábitos, eliminar la enfermedad de caries activa con un plan integral, antes de confiar en que una restauración de resina vaya a durar. En ambientes de alta actividad de caries, las resinas sufren porque alrededor de ellas aparecen nuevas lesiones rápidamente. En tales casos, temporizamos algunos tratamientos y enfocamos en educación e higiene antes de restaurar definitivamente.
  • Bruxismo severo o fuerzas excesivas: Si bien mencioné que las resinas pueden usarse en prácticamente todos los dientes, en pacientes con un bruxismo muy fuerte o ciertas maloclusiones graves, las restauraciones de composite en las zonas de alta carga podrían tener una vida más corta. Las fuerzas constantes pueden causar desgaste acelerado o fractura del material. No es que esté totalmente contraindicado el uso de resina, pero hay que tomar precauciones (como proteger con férulas nocturnas) o plantear restauraciones indirectas de mayor resistencia en casos muy extremos.
  • Necesidades estéticas muy exigentes en largo plazo: Para pequeñas correcciones estéticas las resinas van muy bien, pero si alguien desea un cambio estético mayor y duradero (p. ej. cambiar forma y color de varios dientes anteriores por 15 años), quizás las carillas de porcelana sean más aconsejables que las de composite. Las carillas de resina tienden a mancharse y desgastarse con los años más que las de cerámica, de modo que en pacientes que buscan máxima estética a largo plazo, se les informa de esta diferencia. Aun así, las carillas de composite son una alternativa válida, solo que pueden requerir retoques o pulidos periódicos para mantenerse óptimas.

En conclusión, la resina dental es ideal para restauraciones pequeñas y medianas, y para mejorar estética en casos moderados, pero cuando nos encontramos ante destrucciones masivas o condiciones poco favorables (humedad, poco diente, altísimo desgaste), debemos valorar otros tratamientos. Siempre te explicaré honestamente cuál es la mejor opción en tu caso: si la resina es conveniente, la usaremos; y si no, buscaremos alternativas (incrustaciones, coronas, etc.) que te brinden un resultado duradero. Nuestro objetivo es garantizar la salud y longevidad de tu diente, y eso a veces implica elegir un método distinto al composite cuando este se quedaría corto.

Consejos finales y experiencia personal

Quiero finalizar con algunos consejos personales como dentista:

  • No le tengas miedo al empaste de resina. Es un procedimiento sencillo, rutinario y con altas tasas de éxito. Muchos pacientes llegan nerviosos y luego se sorprenden de lo rápido y cómodo que fue todo. ¡Y salen contentos de poder volver a masticar bien con ese diente sin dolor y con un aspecto genial!
  • No esperes a último momento. Si notas una caries (manchita oscura, sensibilidad) o se te rompió un trocito de diente, atiéndelo pronto. Cuanto más pequeña es la lesión, más fácil, económico y conservador será repararla con resina. Si dejas pasar el tiempo, la caries crecerá y quizá después necesites tratamientos más complejos (como una endodoncia o una corona) que podríamos haber evitado.
  • Confía en tu odontólogo y pregunta todo. En nuestra clínica siempre explicamos las opciones. No dudes en preguntar “¿Doctor, podría ser de resina este arreglo?” o cualquier inquietud. Te explicaremos los pros y contras honestamente. Mi prioridad es que entiendas cada decisión y te sientas cómodo/a con el plan de tratamiento. Si algo no te queda claro, aquí estaré para aclararlo.
  • Cuida tus restauraciones. Ya lo vimos en detalle: higiene, nada de morder cosas duras, controles periódicos… Este cuidado es una alianza entre tú y yo para que tu tratamiento dure. Yo pondré todo mi empeño en hacer una resina bien hecha, con buenos materiales y técnica; y tú pon de tu parte cuidándola día a día. Así, tu diente restaurado te seguirá dando alegrías durante mucho tiempo.

Personalmente, la resina dental me ha permitido salvar muchos dientes que antes quizás hubiéramos tenido que extraer o dejar con reparaciones metálicas poco estéticas. Es gratificante ver la sonrisa de un paciente al mostrarle con un espejo que su diente quedó como nuevo y del mismo color que los demás. Como odontólogo, recomiendo ampliamente este material siempre que esté indicado, y por supuesto estoy atento a las innovaciones que continuamente aparecen para mejorar su calidad.

Si tienes más preguntas sobre la resina dental u otros tratamientos, a continuación te dejo una sección de preguntas frecuentes que suelo escuchar en la consulta, que quizá resuelvan tus dudas. Y recuerda: ante cualquier problema dental, lo mejor es acudir a una valoración. Estoy a tu disposición en nuestra clínica – ¡no dudes en contactarnos! Estaré encantado de ayudarte a mantener tu sonrisa saludable y estética.

Preguntas frecuentes sobre la resina dental

¿Duele la colocación de una resina dental?

No, la colocación de una resina dental no debería doler. El procedimiento se realiza con anestesia local, de modo que la zona del diente queda adormecida y no sientes dolor mientras trabajamos. Solo percibirás vibración y el sonido de la fresa, nada más. En caries muy superficiales a veces ni siquiera hace falta anestesia porque apenas se toca dentina. Después de colocar la resina, podrías notar el diente algo sensible al frío o calor por un par de días, pero cualquier molestia suele ser leve y temporal. Si un empaste bien hecho doliera intensamente, no es normal – en tal caso consulta con tu dentista para revisar la situación. Por lo general, es un tratamiento cómodo y rápido para el paciente.

¿Puedo comer después de un empaste de resina?

La resina se endurece instantáneamente con la luz ultra-violeta, así que en teoría podrías comer justo al salir de la clínica. El material ya estará rígido y listo para funcionar. Sin embargo, recomendamos esperar a que pase por completo el efecto de la anestesia (puede tardar 1-2 horas) antes de masticar, para evitar morderte la lengua o mejilla accidentalmente. Pasado ese rato prudencial, puedes comer con normalidad. Eso sí, ese mismo día mejor elige alimentos más blandos y a temperatura moderada. Evita morder cosas muy duras, extremadamente calientes o muy frías en las primeras 24 horas, para darle un margen de asentamiento a la restauración y porque el diente podría estar un poco sensible. Después de ese primer día, ya no hay restricciones especiales – ¡disfruta de tu diente arreglado!

¿Qué es mejor, la resina dental o la amalgama de plata?

La resina dental y la amalgama son materiales distintos con sus pros y contras. Ninguno es “mejor” en todo sentido, depende del caso. La resina ofrece mejor estética (es del color del diente, la amalgama es gris metálico) y no contiene mercurio, lo cual la hace más segura y hoy en día preferible en la mayoría de tratamientos. Además, se adhiere al diente, permitiendo preparaciones más conservadoras. En cambio, la amalgama de plata puede tener la ventaja de una mayor longevidad en restauraciones muy grandes o en zonas donde es difícil mantener seco al diente durante el empaste. Es muy resistente al desgaste y menos técnica en su colocación. Actualmente, dado que la estética es importante y existen preocupaciones por el mercurio, la resina ha reemplazado casi por completo a la amalgama en nuevas obturaciones. En mi práctica solo reservo la amalgama para casos puntuales (por ejemplo, en pacientes con humedad imposible de controlar y caries extensas en molares, o cuando un paciente específico lo prefiere). En resumen: para caries pequeñas o medianas, o visibles, prefiero resina; para una cavidad gigante en un molar donde la durabilidad prime sobre la estética, podría considerar amalgama, aunque hoy en día hay soluciones libres de metal (resinas reforzadas, incrustaciones) que también funcionan muy bien. Siempre conversaremos contigo la mejor opción para tu caso.

¿Qué diferencia hay entre las carillas de resina y las carillas de porcelana?

Las carillas de resina (composite) y las carillas de porcelana son dos formas de lograr sonrisas más bonitas, pero difieren en material y técnica. Las carillas de resina se realizan directamente en clínica: el odontólogo aplica capas de resina compuesta sobre tu diente, dándole la forma y el color deseados en una sola sesión. Son más económicas que las de porcelana y conservan mayor parte del diente (a veces ni se talla o solo un ligero desgaste). Por otro lado, las carillas de porcelana (cerámica) se fabrican en laboratorio a partir de una impresión o escaneo de tus dientes. Requieren al menos dos citas: en la primera se prepara el diente (se suele pulir una fina capa de esmalte para hacer espacio a la carilla) y se toma el molde, y en la segunda se cementa la carilla de porcelana ya fabricada. Las carillas de porcelana suelen ser más resistentes a las manchas y a la abrasión que las de resina, y tienen una estética excepcional (la cerámica puede imitar con gran naturalidad al esmalte). Además, su duración típica es mayor, en torno a 10-15 años con buenos cuidados, mientras que las de composite quizás necesiten ser reemplazadas o repasadas cada 5-7 años en promedio. En contra, las de porcelana son más costosas. Resumiendo: carillas de resina = solución rápida y económica para retoques estéticos moderados; carillas de porcelana = solución de alta estética y durabilidad para cambios más dramáticos, pero con mayor inversión de tiempo y dinero. En nuestra clínica ofrecemos ambos tipos, y te orientaremos sobre cuál conviene según tus expectativas, presupuesto y situación dental. (Más info en nuestra página de Estética dental).

¿Qué hago si se me cae o rompe una resina dental?

Si una resina dental (empaste) se llega a caer, fisurar o partir, mantén la calma pero acude al dentista lo antes posible. Cuando un empaste se pierde, la cavidad del diente queda expuesta a la saliva, restos de comida y bacterias, lo que puede derivar rápidamente en caries o sensibilidad. Mientras esperas tu cita (que idealmente debería ser de urgencia en pocos días), sigue estos consejos: 1) Mantén limpia la zona: cepilla suavemente el diente afectado después de comer, haz enjuagues con un colutorio antibacteriano para reducir la carga de gérmenes. 2) Evita masticar por el lado del diente que perdió la resina, pues estará más frágil y sensible. 3) Si ves que quedó algún fragmento suelto de resina en el diente, puedes intentar retirarlo con cuidado para que no interfiera (a veces quedan trocitos colgando). Pero no trates de arreglarlo por tu cuenta ni apliques pegamentos caseros. Una vez en la consulta, evaluaremos el diente: muchas veces simplemente se puede volver a colocar resina nueva sin problema, limpiando antes la zona. Si la resina se cayó porque había caries recurrente debajo, trataremos esa caries y pondremos el empaste nuevo. No demores la visita, porque un diente que ha perdido su empaste es vulnerable – he visto casos en que por esperar meses, esa pieza terminó necesitando una endodoncia o incluso extracciones por caries avanzadas. Así que ante cualquier fractura o desprendimiento de tu empaste, agenda una revisión lo antes posible. Tu odontólogo resolverá el contratiempo y dejará tu diente otra vez en orden.

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José Bartolomé cleardent
Odontólogo
El Dr. José Bartolomé Lechuga, odontólogo especializado en prostodoncia y cirugía bucal, se dedica a la odontología general y estética desde 2021. Su compromiso con la formación continua y su habilidad en tratamientos personalizados le permiten entender y satisfacer las necesidades estéticas y funcionales de sus pacientes. Como profesor colaborador en la Universidad CEU San Pablo y reconocido por importantes sociedades científicas, el Dr. Lechuga se esfuerza por devolver la confianza a sus pacientes, destacándose por su excelencia clínica y su pasión por mejorar cada sonrisa.

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