6 mayo 2025

Diente partido por la mitad: causas, qué hacer y tratamiento

¿Se te partió un diente por la mitad? Te explico qué hacer de inmediato, causas, consecuencias y tratamientos para salvar tu diente roto.

¡Hola! Si estás leyendo esto, es probable que tú (o alguien cercano) tenga un diente partido por la mitad y estés preocupado. Como odontólogo con años de experiencia, sé lo alarmante que puede ser este momento. He visto muchos casos de dientes rotos, y la buena noticia es que casi siempre hay solución. En este artículo te explicaré de forma clara qué hacer si se te parte un diente, cuáles son las causas y consecuencias más comunes, y qué tratamientos existen para salvarlo (o reemplazarlo si no queda otra opción). Vamos paso a paso, mantén la calma y acompáñame en esta guía para resolver tu urgencia dental.

¿Qué significa tener un diente partido por la mitad?

Tener un diente partido por la mitad es, básicamente, sufrir una fractura dental severa. Puede ocurrir en cualquier pieza (un incisivo frontal, un colmillo o una muela) y suele implicar que una parte notable del diente se ha quebrado o desprendido. A veces es una fisura visible que divide el diente en dos secciones; otras veces, el diente puede seguir en su sitio pero con una grieta que lo atraviesa verticalmente. Permíteme explicarlo con ejemplos sencillos:

  • Diente astillado o fisurado: Es la forma más leve. Solo una pequeña porción del esmalte se ha rajado o saltado. Podrías notar el borde del diente áspero o cortante, pero no ves un trozo grande separado. Aún así, atención: una astilla no tratada puede agrandarse con el tiempo hasta romper el diente por completo.
  • Fractura parcial de la corona: Aquí sí se ha caído un trozo del diente. Por ejemplo, se desprende una esquina o una parte de la cara visible. Notarás que “falta un pedazo” y podrías encontrar el fragmento. Sueles sentir sensibilidad al frío o calor porque la fractura puede exponer la dentina (la capa interna bajo el esmalte). Si la rotura es solo de esmalte y dentina, es dolorosa al masticar pero el nervio puede que siga intacto.
  • Diente partido por la mitad (fractura grave): Es cuando al menos la mitad del diente se ha fracturado. Puede abarcar la corona entera e incluso extenderse hacia la raíz. A veces, el diente queda dividido en dos partes claramente separadas. Los síntomas típicos de un diente roto de esta magnitud incluyen dolor agudo (especialmente al morder), sensibilidad extrema si la fractura llega cerca del nervio, sangrado de encía alrededor del diente y a veces movilidad de la parte fracturada. También es posible que el diente cambie de color con los días (un tono gris o marrón) si la pulpa se ve afectada.
  • Fractura radicular o “diente partido por dentro”: Aquí la grieta nace en la raíz debajo de la encía y sube hacia la corona. Es engañosa porque quizá no veas gran cosa externamente. Podrías tener dolor intermitente al masticar o sensibilidad, pero cuesta identificar cuál diente duele. Si la fractura de raíz alcanza la corona, en algún momento el diente puede partirse completamente. Cuando la fisura interna llega por debajo de la línea de la encía, suele ser una situación muy complicada.
  • Avulsión (diente fuera de su sitio): Lo menciono por claridad. No es exactamente “partido por la mitad”, sino que el diente entero salió de su alveolo por el golpe. En estos casos, el diente ya no está en la boca. Es la urgencia máxima, pero tiene su propio protocolo (reimplantar rápidamente).

En resumen, un diente fracturado puede ir desde una pequeña grieta hasta partirse en dos mitades. Cuanto más profunda y extensa la fractura, más grave es la situación. Pero incluso un diente partido en dos muchas veces se puede arreglar si actuamos a tiempo. En las próximas secciones te contaré por qué pasan estas fracturas, qué debes hacer en casa inmediatamente, y cómo las tratamos los dentistas según el caso.

Causas: ¿Por qué se puede partir un diente?

Un diente es fuerte (el esmalte es el tejido más duro del cuerpo humano), pero no indestructible. Estas son las causas más frecuentes por las que un diente puede romperse, astillarse o partirse por la mitad:

  • Traumatismos o golpes: La razón número uno. Un accidente de coche, una caída, un balonazo jugando fútbol o básquet, o incluso una pelea, pueden causar un impacto directo en la boca. Los traumatismos deportivos son especialmente comunes; de hecho, el Consejo General de Dentistas de España advierte que muchos traumatismos dentales ocurren practicando deporte de contacto, y recomienda usar protector bucal. Un golpe fuerte puede fracturar el diente o incluso sacarlo completo. Siempre después de un golpe se debe revisar porque puede haber fisuras aunque no se vean de inmediato.
  • Morder objetos duros: ¿Te suena eso de partir nueces con los dientes? ¿O masticar hielo, huesos, caramelos muy duros o abrir cosas con la boca? Son hábitos muy arriesgados. Una presión excesiva al morder algo duro puede ocasionar desde un diente astillado hasta partirlo en dos. He recibido pacientes que se partieron una muela por intentar masticar un hueso de aceituna ¡sin darse cuenta!.
  • Caries profundas no tratadas: Una caries grande debilita la estructura del diente desde adentro. Cuando la caries destruye mucha dentina, el esmalte queda como una cáscara frágil. Un diente con una gran caries o infección podría fracturarse incluso con una mordida normal de algo blando, simplemente porque ya estaba muy débil. Por eso insisto tanto en prevenir y tratar las caries a tiempo (¡las caries no solo causan dolor de muela, también parten dientes si avanzan demasiado!). Mantener tus dientes libres de caries es clave para que no se rompan.
  • Bruxismo (rechinar o apretar los dientes): El hábito de rechinar los dientes por la noche o apretar la mandíbula constantemente desgasta y fisura las piezas dentales. Con el tiempo, el bruxismo genera pequeñas grietas en el esmalte y microfracturas. Si no se usa una férula de descarga y el hábito continúa, esas fisuras pueden propagarse. Muchos casos de fractura vertical (diente partido por dentro) los vemos en pacientes bruxistas que han sometido sus dientes a estrés excesivo por años.
  • Empastes antiguos o endodoncias sin protector: Irónicamente, dientes que ya tuvieron tratamientos también pueden romperse más fácil. Si tienes una restauración muy grande (un empaste amplio) en una muela, esa pieza es más propensa a fracturarse por el tamaño de la cavidad. Lo mismo va para dientes endodonciados (con el nervio tratado): después de una endodoncia el diente queda más frágil y casi siempre recomendamos cubrirlo con una corona. Si no se coloca la corona, con el tiempo ese diente puede partirse por la mitad ante una mordida fuerte, porque la estructura remanente era débil.
  • Mordida desalineada (maloclusión): Cuando la mordida no encaja bien, ciertos dientes reciben más carga de la debida. Esa distribución desigual de fuerzas al masticar puede ir fisurando piezas puntualmente. No es la causa más común, pero influye. Por ejemplo, un diente que choca antes que los demás en cada mordida puede terminar trizándose.
  • Desgaste y edad: Con los años, nuestros dientes pasan por mucho. El esmalte puede tener pequeñas grietas por cambios térmicos (tomar cosas muy calientes y luego muy frías) o por el simple desgaste diario. Personas mayores o con esmalte debilitado por hábitos (ácidos, fumar, etc.) pueden tener dientes más quebradizos.

En mi experiencia, la combinación de factores es común. Por ejemplo: una muela con un gran empaste y además el paciente aprieta los dientes – ese combo tarde o temprano puede acabar en fractura. La buena noticia es que con buenos hábitos (protector bucal, evitar morder hielo, tratar caries) se pueden prevenir muchas fracturas. Pero si ya ha ocurrido, veamos cómo actuar.

¿Qué hacer inmediatamente si se rompe un diente?

Lo primero que te voy a pedir es calma. Sé que ver un diente roto asusta (¡y duele!), pero mantener la cabeza fría te ayudará a salvar esa pieza. Como profesional, estas son las indicaciones de primeros auxilios dentales que doy siempre a mis pacientes ante un diente fracturado:

  1. Conserva cualquier fragmento del diente: Si se te ha caído un trozo, búscalo y recupéralo. Ese pedazo podría ser pegado de nuevo por el odontólogo si se maneja adecuadamente. ¿Cómo guardarlo? Lo ideal es mantenerlo húmedo para que las células no se sequen. Lo mejor es sumergir el fragmento en un vasito de leche fría (la leche entera preserva bien las células del diente). Si no tienes leche a mano, puedes mantenerlo en tu propia saliva: por ejemplo, coloca el fragmento dentro de tu boca, entre la mejilla y las encías (¡cuidado de no tragarlo!). Otra opción es usar suero fisiológico si tienes un botiquín cerca. Evita el agua del grifo como medio, úsala solo de último recurso – el cloro y otras sustancias del agua corriente pueden dañar el tejido dental. No frotes ni limpies en seco el fragmento, ni le apliques alcohol o desinfectantes; solo ponlo en el líquido indicado y déjalo así.
  2. Enjuaga tu boca cuidadosamente: Enjuágate con agua tibia para limpiar la zona. Esto elimina restos de sangre, fragmentos sueltos o suciedad del accidente. Si puedes, haz un enjuague suave con agua salada (una cucharadita de sal en un vaso de agua tibia) para ayudar a desinfectar. No uses enjuagues fuertes con alcohol en este momento, podría irritar más. Y cepilla muy suavemente alrededor del área si hay suciedad, pero mejor evita cepillar directamente sobre la fractura.
  3. Controla el sangrado (si lo hay): Es común que un diente roto sangre por la encía cercana. Toma una gasa estéril o un pañuelo limpio, colócalo sobre la zona que sangra y haz presión suave pero firme durante unos minutos. Eso suele detener el sangrado de encías menores. Si la hemorragia es abundante o no se detiene tras 10 minutos de presión, mantén la presión y busca atención inmediata.
  4. Aplica frío en la cara: Pon una compresa fría o bolsa de hielo envuelta en paño sobre la mejilla, justo afuera de la zona afectada. El frío reduce la inflamación y adormece un poco el área para disminuir el dolor. No muerdas directamente el hielo con el diente dañado; solo úsalo por fuera de la boca.
  5. Evita masticar o tocar el diente: Trata ese diente con mucha delicadeza. No lo toquetees con la lengua o los dedos, eso puede moverlo más si está inestable o causar más dolor. Por supuesto, no trates de “pegar” el trozo por tu cuenta con pegamentos caseros (he visto pacientes intentar pegar un diente con superglue – ¡por favor no hagas eso!). También evita morder alimentos duros; si necesitas comer algo, que sea blando y del lado opuesto de la boca.
  6. Si el nervio quedó expuesto, protégelo: A veces al partirse el diente, ves un puntito rojo en el centro de la cavidad: es la pulpa (el nervio) expuesto. Esto duele mucho y es una puerta abierta a infección. Si sospechas que la fractura dejó al nervio al aire (por el dolor intenso o porque lo ves), cúbrelo temporalmente hasta que te atienda el dentista. Puedes usar un material de obturación temporal que venden en farmacias (son unos cementos dentales provisionales) siguiendo las instrucciones. Si no consigues, coloca un poco de cera dental (por ejemplo, cera de ortodoncia) encima de la zona rota a modo de parche protector. Incluso mascar un chicle sin azúcar y pegar el chicle sobre el diente roto sirve de emergencia para tapar el agujero y proteger la pulpa unas horas. Esto alivia algo la sensibilidad y evita que entre aire o bacterias directamente.
  7. Toma un analgésico si el dolor es muy fuerte: Medicamentos de venta libre como ibuprofeno o paracetamol pueden ayudar a controlar el dolor y la inflamación ligera. Siempre que no tengas alergias y siguiendo las dosis recomendadas en el prospecto, un analgésico te dará alivio camino al dentista. No apliques aspirina directamente sobre la encía o diente, es un remedio casero antiguo ineficaz y puede quemar la mucosa.
  8. Llama a tu dentista de inmediato (urgencia dental): No dejes pasar el tiempo. Contacta cuanto antes una clínica dental de urgencias y explícales lo ocurrido: “Se me partió un diente por la mitad, tengo el fragmento conmigo (o no lo tengo), fue por un golpe/hace X horas”. Este paso es crucial. Un diente fracturado no es algo que deba esperar días, porque existe riesgo de infección en la pulpa que puede extenderse a la encía y hueso. Idealmente, deberías ver al odontólogo en las primeras 24 horas (o inmediatamente si es posible). Cuanto más pronto llegues, mayores son las chances de salvar el diente y menor el dolor o complicación. En cleardent todas nuestras clínicas atienden Urgencias Dentales, pide cita si te encuentras en esta situación incómoda de inmediato.
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La actuación inmediata ante un diente roto marca la diferencia. Mantén la calma, rescata el fragmento, limpia y protege la zona, y acude al dentista lo antes posible. Estos primeros auxilios ayudarán a que el posterior tratamiento sea más sencillo y exitoso. Recuerda que un diente no se regenera solo, así que los cuidados temporales son solo eso: temporales, hasta que el profesional pueda arreglarlo adecuadamente.

Tratamientos: ¿Cómo se repara un diente partido por la mitad?

Cuando llegues al consultorio dental, lo primero que haré (o hará cualquier odontólogo) es evaluar la gravedad de la fractura con examen clínico y, normalmente, una radiografía. Esto nos permite ver si la raíz está afectada y hasta dónde llega la rotura. La meta principal será siempre salvar tu diente natural si existe posibilidad. Te explico las opciones de tratamiento más comunes según el tipo de fractura que tengas:

Fractura leve (diente astillado o pequeña esquina rota)

Si solo se ha astillado una parte del esmalte o se desprendió un fragmento pequeño, la solución suele ser sencilla y mínimamente invasiva. En estos casos no hace falta anestesia muchas veces. ¿Qué hacemos?

  • Si todavía tienes el trozo de diente y está en buen estado, a veces podemos pegarlo de nuevo. Se limpia el fragmento y el diente, y con un material adhesivo especial (resinas compuestas) se adhiere el pedazo en su sitio original. Esto solo se logra si la fractura encaja perfectamente y el fragmento no está contaminado ni han pasado muchas horas; por eso insistimos en conservarlo en leche o saliva. Cuando funciona, es ideal porque recuperas tu propio esmalte.
  • Si no se puede reinsertar el pedazo (porque se perdió, se astilló en micro pedazos, o simplemente la unión no “pega”), entonces reconstruimos la parte faltante con un material de resina composite. El composite es una especie de “empaste blanco” del color del diente que moldeo para reponer la forma original de la zona rota. Primero preparo la superficie, aplico un adhesivo, y luego voy colocando capas de resina hasta darle la anatomía correcta. Finalmente se pule para que quede liso. En dientes frontales, este procedimiento es muy estético; en muelas, restaura la forma para que puedas masticar bien.
  • En algunos casos de fisuras muy finas en el esmalte sin pérdida de estructura, basta con un limado y pulido de la zona. Pasar una fresa para alisar el borde quebrado y quitar la grieta superficial. Esto elimina filos cortantes y previene que la fisura se profundice. Además, podemos aplicar un gel de flúor o desensibilizante para minimizar cualquier sensibilidad residual.

Este tipo de tratamiento es rápido. En una sola cita saldrás con tu diente reparado. No duele (o las molestias son mínimas) y la pieza recupera su estética y función casi al 100%. Es importante, eso sí, hacer un seguimiento: tu dentista querrá revisarlo en unas semanas para asegurarse de que el nervio sigue sano y que no hay complicaciones ocultas.

Fractura moderada (trozo grande roto, pero sin exponer pulpa)

Aquí hablamos de un diente que perdió una porción considerable, pero el nervio dental no quedó al descubierto. Puede doler por la cercanía a la pulpa y por la fractura en dentina, pero el pronóstico de salvar el diente es bueno. Las soluciones habituales son:

  • Adhesión del fragmento: Al igual que en las fracturas leves, si el paciente trae el pedazo de diente y encaja bien, la primera opción es intentar recolocar el fragmento con técnicas adhesivas. He logrado reponer mitades de dientes frontales con resultados sorprendentes, prácticamente como si no hubiera pasado nada, siempre que la unión esté limpia. Se usa resina fluida y cementos especiales para “colar” el fragmento y fijarlo.
  • Reconstrucción con composite: Si no hay fragmento disponible o no es viable pegarlo, entonces hacemos una reconstrucción directa. Con resina composite se restaura la zona faltante. En dientes anteriores, esto es similar a poner un empaste estético. En muelas, depende del tamaño: si es un trozo mediano, se puede reconstruir directamente con resina en una sesión; si es un trozo muy grande, a veces preferimos hacer una incrustación.
  • Incrustación (inlay/onlay): Las incrustaciones son restauraciones a medida (de porcelana o composite hecho en laboratorio) que encajan en la parte faltante del diente. Piensa en ello como un “puzzle”: tomamos un molde o escaneo del diente roto y en laboratorio fabrican la pieza que falta. Luego la cementamos en tu diente. Es una solución intermedia entre un empaste y una corona. Se utiliza cuando la fractura es amplia pero queda suficiente diente sano alrededor. Las incrustaciones de porcelana/disilicato son muy resistentes y precisas, excelentes para muelas fracturadas donde no quieres cubrir todo el diente con una corona. Si por presupuesto se prefiere, existen incrustaciones de composite también, aunque duran menos.
  • Corona parcial o completa: Si la fractura abarca más de 1/2 de la corona, probablemente se necesite una corona dental. Una corona es una cubierta en forma de diente (puede ser de porcelana, cerámica, zirconio, metal-porcelana, etc.) que se coloca cubriendo lo que queda de tu diente natural, fortaleciéndolo. Para eso, primero reconstruimos cualquier base faltante y tallamos el diente, luego tomamos molde y en la siguiente cita cementamos la corona definitiva. Las coronas protegen contra futuras fracturas y devuelven la anatomía al 100%. Suelo indicarlas cuando la estructura remanente está débil o cuando un empaste grande no sería suficiente. Piensa que es como un casco que abraza lo que queda de tu diente para que no se parta de nuevo.

Un diente con fractura moderada sí tiene solución en prácticamente todos los casos mediante estos métodos. El diente queda funcional y estético. Es posible que necesites 1 o 2 visitas dependiendo si hacemos algo directo (una sola cita) o una corona/incrustación (dos citas normalmente). Lo importante: el nervio sigue vivo, así que si logramos sellar bien el diente y protegerlo, debería seguir sano. Te pediremos venir a control en unos meses para confirmar que no desarrolló problemas de endodoncia (a veces un traumatismo fuerte puede causar daños al nervio a posteriori, aunque inicialmente no estuviera expuesto).

Fractura grave con afectación pulpar (el nervio está dañado)

Si la línea de fractura alcanza la pulpa dental (es decir, el nervio del diente), el escenario cambia un poco. Sueles saber que este es el caso cuando el dolor es intenso y constante después del golpe, o si ves directamente el tejido rojizo del nervio en la fractura. Aquí, para salvar el diente, casi siempre necesitaremos hacer un tratamiento de conducto (endodoncia) antes de reconstruirlo:

  • Endodoncia: Consiste en remover la pulpa dañada del interior del diente. Es decir, limpiamos el espacio interno (los conductos radiculares) para eliminar el nervio que se expuso o se lesionó con la fractura. Se hace bajo anestesia local, así que no sentirás dolor durante el procedimiento. Con pequeñas limas y soluciones, se desinfectan bien los conductos y luego se sellan con un material de relleno. La Asociación Americana de Endodoncistas (AAE) explica que tratar un diente fracturado con un conducto radicular es similar a hacer un empaste profundo, y alivia el dolor al retirar el nervio afectado. Después de la endodoncia, tu diente ya no tendrá sensibilidad (porque ya no tiene nervio), pero seguirá en tu boca cumpliendo su función, solo que ahora está “desvitalizado”.
  • Reconstrucción y corona: Tras la endodoncia, el diente queda hueco y frágil. Por ello, se rellena el interior con un material y a menudo se coloca un pequeño poste o perno para dar refuerzo, y luego se reconstruye la parte que falta con composite o un material de núcleo. Finalmente, casi siempre cubrimos el diente con una corona completa para protegerlo. Esta corona en un diente endodonciado es obligatoria cuando la fractura inicial fue por la mitad, porque esa pieza ha perdido mucha estructura y sin corona podría fracturarse de nuevo.
  • Pronóstico: Con una endodoncia bien realizada y la posterior protección (corona), muchas veces logramos salvar dientes que inicialmente estaban muy mal. Es increíble, pero incluso dientes partidos en dos que llegan con el trozo en la mano pueden recuperarse: hacemos la endodoncia, unimos las piezas o reconstruimos, y coronamos. Eso sí, si la fractura llegó muy abajo, el pronóstico empeora (lo explicaré en el siguiente punto). En caso de fisuras verticales profundas, a veces la endodoncia no basta porque la fractura continúa propagándose incluso después.

Nota: Después de un trauma con daño pulpar, existe riesgo de que, incluso con tratamiento, el diente pueda desarrollar en el futuro una fisura oculta o algún problema. Pero en la mayoría de casos, un diente endodonciado y restaurado correctamente dura muchos años. La clave es el seguimiento: controles periódicos y, si es posterior, usar férula de descarga si es bruxista para no sobrecargarlo.

Fractura irrecuperable (diente partido hasta la raíz)

Llegamos al escenario más temido: cuando el diente está tan fracturado que no se puede salvar. ¿Cuándo pasa esto? Generalmente cuando la grieta o fractura se extiende por debajo de la línea de la encía e incluso por dentro de la raíz. En otras palabras, el diente está partido en dos de forma vertical (o en múltiples fragmentos) incluyendo la raíz. Lamentablemente, no se puede tratar un diente fracturado una vez que la fisura alcanza la raíz o va muy subgingival, de acuerdo con la AAE. En estas situaciones, la única opción es la extracción de la pieza dañada.

Sé que suena drástico, pero a veces es lo más seguro para tu salud bucal. Un diente partido a nivel de raíz, aunque esté todavía en su sitio, es como una pared con cimientos rotos: incluso si intentáramos “pegarla”, no volvería a ser estable y las bacterias entrarían por la grieta causando infección en hueso.

¿Cómo manejamos una extracción y reemplazo? Así:

  • Extracción dental: Te anestesiamos y removemos cuidadosamente los restos del diente fracturado. Puede ser un procedimiento sencillo o quirúrgico según cuánto diente quede sujeto al hueso. Si la corona estaba partida pero las raíces firmes, a veces cuesta extraer porque las raíces se pueden fracturar más en el proceso; pero tranquillo, usamos técnicas especiales para retirarlo por completo. Tras la extracción, limpiamos bien el alveolo (el hueco en el hueso) para quitar cualquier fragmento suelto y tejido dañado.
  • Implante dental como solución permanente: Que te saquen el diente no significa que te quedarás “mellado”. Hoy día, el reemplazo ideal de una pieza perdida es un implante dental. Consiste en colocar un tornillo de titanio en el hueso donde estaba la raíz del diente, que al cicatrizar se integra en el hueso, y luego sobre ese implante se coloca una corona protésica. En otras palabras, se “fabrica” un diente nuevo en ese espacio. Muchas clínicas (incluyendo la nuestra) pueden colocar implantes inmediatos tras la extracción en ciertos casos, para acortar tiempos. Si el hueso y la encía están sanos, es posible salir en unos meses con un diente nuevo fijo que ni notarás que es artificial. Mientras se integra el implante, se te puede poner un diente provisional para que no tengas hueco visible.
  • Otras opciones de reemplazo: Si por alguna razón un implante no es viable para ti (sea salud o presupuesto), existen alternativas como un puente dental (una prótesis fija apoyada en los dientes vecinos) o una prótesis removible parcial. No es lo ideal comparado al implante, pero restauran la función y estética. Tu dentista te orientará sobre esto. Sin embargo, en la gran mayoría de casos recomendamos el implante por su durabilidad y porque mantiene el hueso maxilar estimulado.

Perder un diente es algo que siempre tratamos de evitar, pero quiero que sepas que incluso en el peor escenario (extracción) hay maneras de reconstruir tu sonrisa. La odontología moderna tiene soluciones para todo problema, desde pegar un trocito hasta reponer un diente entero con implantes.

En resumen: Un diente partido por la mitad sí tiene solución en muchos casos. Ya sea con una reconstrucción, una endodoncia, una corona o, si no hay más remedio, con un implante que reemplace al diente. Lo importante es que no ignores la fractura: incluso una pequeña fisura puede empeorar si no la tratas. Siempre es mejor arreglar un diente a tiempo que tener que extraerlo por descuido.

Consejos finales y prevención

Tras el tratamiento (sea reconstrucción o implante), te daré algunas recomendaciones para tu recuperación y para evitar que esto vuelva a pasar:

  • Sigue las instrucciones de tu dentista al pie de la letra. Si te recetaron antibiótico (por ejemplo, si había infección) o analgésicos, completa los medicamentos como indican. Acude a las citas de control para verificar que todo va bien.
  • Los primeros días, lleva una dieta blanda. Evita morder cosas duras o pegajosas con el diente tratado. Incluso con la corona nueva, dale un poco de tiempo de adaptación. Prefiere sopas, purés, pastas, pescado, alimentos suaves mientras haya alguna molestia.
  • Mantén buena higiene oral pero con suavidad. Cepilla con cepillo de cerdas suaves alrededor de la zona tratada, sin brusquedad, especialmente si hay encía sensible o puntos de sutura (en caso de extracción/implante). Enjuaga con agua tibia con sal para ayudar a sanar (salvo que te hayan indicado un colutorio específico).
  • Si notas dolor intenso, hinchazón que aumenta o algún síntoma inusual después del tratamiento, contacta a tu dentista. Puede ser normal un poco de molestia al morder si fue reciente, pero no debe empeorar con los días. Ante la duda, siempre es mejor revisar.

Para prevenir fracturas en el futuro:

  • Evita los hábitos dañinos: no uses tus dientes como herramientas (para abrir bolsas, botellas, cortar cinta, etc.), no mastiques hielo, huesos ni nada extremadamente duro. Tu dentadura no es un cascanueces.
  • Usa protección si la necesitas: si practicas deportes de contacto o riesgo, utiliza un protector bucal deportivo. Si sufres de bruxismo, una férula de descarga nocturna te protegerá de grietas por apretar. Estas medidas pueden ser la diferencia entre conservar tus dientes intactos o partirlos en un mal movimiento.
  • Visita al dentista regularmente. En las revisiones podemos detectar caries incipientes antes de que debiliten el diente, o ver fisuras pequeñas a tiempo para tratarlas. También revisamos tus empastes y coronas: si alguno está filtrado o dañado, conviene arreglarlo antes de que colapse y cause una fractura mayor.
  • Mantén una dieta equilibrada, rica en calcio y vitaminas, y una buena hidratación. Un esmalte fuerte se logra también desde adentro, con buena nutrición. Y cuidado con los cambios bruscos de temperatura en lo que comes/bebes, el estrés térmico puede microfisurar dientes (por ejemplo, no muerdas hielo justo después de tomar café caliente).

Como ves, un diente partido no es el fin del mundo. Con acción rápida y el tratamiento adecuado, se puede recuperar la salud de tu boca. He tratado casos muy dramáticos que terminaron con un final feliz, así que ten esperanza. Lo más importante: ante cualquier fractura dental, busca atención profesional cuanto antes.

Espero que esta guía te haya servido. Mi intención como dentista es que te sientas orientado, tranquilo y con conocimiento de qué hacer. Cuenta con nosotros para ayudarte a resolver tu urgencia dental y recuerda que tu sonrisa tiene solución incluso en momentos difíciles como este.

[Si tienes más dudas, a continuación respondo algunas preguntas frecuentes sobre dientes rotos.]

Preguntas frecuentes sobre dientes rotos

¿Un diente partido por la mitad tiene solución sin tener que extraerlo?

En muchos casos sí tiene solución sin llegar a la extracción. Si la fractura no compromete la raíz, el diente se puede reparar con resina, endodoncia o corona según la gravedad. Por ejemplo, si solo se rompió la corona y el nervio, hacemos endodoncia y corona, y el diente queda funcional. Solo cuando la fisura es muy profunda (bajo la encía o partiendo la raíz) hay que extraer. Los odontólogos siempre intentaremos salvar tu diente natural mientras sea seguro hacerlo.

¿Duele arreglar un diente roto?

Por lo general, no sentirás dolor durante el tratamiento porque utilizamos anestesia local. Arreglar un diente astillado con composite es indoloro y rápido. Una endodoncia se hace con anestesia y al contrario, suele aliviar el dolor intenso que traías. Tras los procedimientos puede haber unas molestias leves o sensibilidad al morder mientras todo cicatriza, pero se controlan con analgésicos comunes.

¿Qué pasa si no me doy cuenta y tengo una fisura en el diente?

A veces un diente puede tener una pequeña fisura sin síntomas claros. Si no se trata, esa fisura puede ampliarse con el tiempo, sobre todo si sigues mordiendo fuerte o tienes bruxismo. Eventualmente podría causar sensibilidad, dolor al masticar o derivar en que el diente se parta por completo. Además, una grieta profunda es puerta de entrada a bacterias, pudiendo causar una infección en la pulpa (un absceso dental). Por eso, si sospechas que tienes un diente agrietado (por dolor al morder ciertas cosas, por ejemplo) acude al dentista para evaluarlo. Más vale una revisión preventiva que una urgencia después. Recuerda: una fisura que solo está en el esmalte a veces no requiere tratamiento inmediato más que vigilar, pero si llega a dentina o pulpa hay que actuar.

¿Qué hago si me tragué el pedazo de diente roto?

¡Tranquilo/a!, suele pasar. Si te tragaste el fragmento, no te preocupes demasiado por ese trozo (en principio se eliminará naturalmente por el tracto digestivo). Lo importante es atender el diente que quedó en la boca. Aunque no tengas el fragmento para reponer, tu dentista podrá reconstruir el diente con materiales artificiales. El resultado estético puede ser igual de bueno. Así que enfócate en seguir los pasos de higiene, proteger el diente y acudir a la clínica. Menciona al dentista que el fragmento se perdió o lo tragaste; así él/ella sabe que tendrá que hacer una reconstrucción sin ese pedazo.

¿Puedo esperar unos días antes de ir al dentista si el diente roto no me duele?

No es recomendable esperar. Aunque no duela, un diente partido es una bomba de tiempo. Puede que en este momento no te moleste mucho, pero las bacterias podrían infiltrar la fractura y causar infección, o el diente podría terminar de romperse al comer cualquier cosa. La Asociación Dental Americana (ADA) aconseja evaluar incluso las pequeñas astillas, ya que bordes filosos pueden lastimar tejidos y una fractura interna a veces no da dolor hasta que empeora. Mi consejo profesional: busca cita lo antes posible, ideal en 24-48 horas tras la fractura. Si absolutamente no puedes ir de inmediato, extremar la higiene y no masticar con ese diente te puede ganar un poco de tiempo, pero siempre es mejor atenderlo pronto para salvarlo con un procedimiento más simple.

¿Un diente roto se pega solo o se regenera?
No, los dientes no se regeneran por sí solos. Una vez que un fragmento de diente se rompe, no vuelve a unirse naturalmente ni el cuerpo produce “nuevo diente” para rellenar. Cualquier reparación requiere intervención dental. En niños, los dientes de leche que se rompen serán eventualmente reemplazados por los permanentes, pero en un adulto un diente roto es permanente hasta que lo arreglamos. Existen investigaciones sobre regeneración dental, pero de momento, la solución es repararlo con adhesivos, composites, coronas o tratamientos odontológicos. Por eso es crucial acudir al dentista; esperando no se solucionará, y podría empeorar.

Espero haber resuelto tus dudas más comunes. Si tienes alguna otra pregunta, no dudes en contactarnos directamente a la clínica. ¡Estoy para ayudarte en lo que necesites para mantener tu sonrisa sana y completa!

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Odontólogo
El Dr. Samuel Recamán Núñez es un experto en implantología y cirugía oral, comprometido con la excelencia clínica y el bienestar de sus pacientes. Desde 2017, su dedicación exclusiva en cirugía e implantología en Cleardent lo ha convertido en un referente en tratamientos avanzados y personalizados. Su sólida formación en regeneración ósea y rehabilitación implantosoportada, junto con una trayectoria en odontología general y estética, aseguran resultados excepcionales y de alta precisión en cada tratamiento.

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