29 mayo 2025

Grietas en la lengua – Causas, tratamientos y cómo curarlas

Descubre por qué se agrieta la lengua, cómo aliviar una lengua fisurada y cuándo acudir al médico para mantener tu salud oral en óptimas condiciones.

¿Qué son las grietas en la lengua? ¿Debería preocuparme?

Las grietas en la lengua, conocidas médicamente como lengua fisurada o síndrome de lengua escrotal, son surcos o fisuras que aparecen en la superficie de la lengua, a veces extendiéndose hacia los lados. Estas fisuras pueden variar en profundidad (habitualmente de 2 a 6 mm) y en número: algunas personas tienen una sola hendidura central muy marcada, mientras otras presentan múltiples surcos entrecruzados que hacen ver la lengua como “partida” en secciones o con un aspecto de mosaico. A primera vista pueden resultar alarmantes o antiestéticas, pero en la mayoría de los casos no revisten gravedad ni son contagiosas. Es decir, tener la lengua agrietada no significa automáticamente que tengas una enfermedad seria, y desde luego no se “pega” a otras personas por compartir cubiertos o besos.

Por lo general, una lengua fisurada suele ser indolora y asintomática, más allá de la preocupación estética o curiosidad que despierta en quien la descubre. Muchas personas ni siquiera notan las grietas hasta que un dentista u otorrino las detecta durante un examen rutinario. En otros casos, sin embargo, las fisuras pueden asociarse a síntomas molestos: mal aliento (halitosis), leve ardor o escozor al consumir ciertos alimentos, acumulación de placa blanca en los surcos, o sensación de lengua seca si hay poca saliva. Más adelante profundizaremos en estos síntomas y en cómo aliviarlos.

Tener la lengua agrietada suele ser una condición benigna (una variación anatómica normal en alrededor del 5% de la población, según la Academia Americana de Medicina Oral) y no suele afectar tu vida cotidiana. ¡Pero ojo!: aunque no sea peligrosa por sí misma, es importante prestarle atención. Las grietas profundas pueden atrapar restos de comida y bacterias, aumentando el riesgo de infecciones como hongos (candidiasis) o caries, y ocasionalmente pueden ser señal de algún desequilibrio en tu organismo. Por eso, conviene entender por qué se agrieta la lengua, cómo cuidarla y cuándo conviene consultar a un especialista. Te lo explicaré a continuación, como odontólogo que soy, de manera cercana y profesional.

¿Por qué tengo la lengua agrietada?

Es probablemente lo primero que te preguntaste. La realidad es que en la mayoría de los casos no hay una causa única identificable. La lengua agrietada suele considerarse una condición congénita o hereditaria – es decir, muchas personas nacen con predisposición a tener estos surcos, o los desarrollan con el paso de los años de forma natural. De hecho, las fisuras linguales tienden a acentuarse con la edad: pueden aparecer desde la infancia o juventud, pero hacerse más pronunciadas en la adultez o vejez.

Dicho esto, los especialistas hemos identificado varios factores asociados que pueden favorecer la aparición de grietas o empeorar una lengua fisurada preexistente:

  • Genética y condiciones congénitas: La predisposición familiar es importante. Si tus padres o abuelos tenían lengua fisurada, es más probable que tú también. Asimismo, ciertas condiciones genéticas se asocian a la lengua agrietada, por ejemplo el síndrome de Down, donde es bastante común observar fisuras linguales marcadas. Otra asociación clásica es con el síndrome de Melkersson-Rosenthal, un trastorno neurológico raro que causa parálisis facial recurrente y labios hinchados, y en el cual la lengua fisurada es un hallazgo característico. Importante: tener la lengua agrietada no implica que tengas estas enfermedades, solo que en ciertos síndromes forma parte del cuadro.
  • Envejecimiento: Como mencioné, el paso del tiempo suele profundizar las fisuras. La lengua, al igual que la piel, puede reflejar los años: se estima que las grietas son más frecuentes y notorias en personas de edad avanzada, quizá por cambios en la mucosa lingual.
  • Déficit de vitaminas o minerales: En algunos pacientes, una lengua muy agrietada puede ser indicio de carencias nutricionales, en especial de vitaminas del grupo B (como B2, B3 o B12). La vitamina B es fundamental para la salud de las mucosas, y su déficit se ha relacionado con lengua fisurada o con inflamación de la lengua (glositis). También se consideran importantes el zinc y el hierro: niveles bajos podrían empeorar la salud de la lengua. Si tu dieta es pobre en frutas, verduras u otros alimentos ricos en vitaminas, es buena idea mejorarla; más adelante hablaremos de nutrición y suplementos.
  • Reacciones alérgicas o irritativas: ¿Has notado grietas después de comer cierto alimento? Algunas alergias alimentarias pueden manifestarse con inflamación y fisuras en la lengua, junto con picor, hinchazón de labios o garganta e incluso sabor metálico. Por ejemplo, personas con síndrome de alergia oral (típicamente alergia a frutas o frutos secos) refieren lengua áspera o resquebrajada al contacto con el alérgeno. Del mismo modo, ciertos medicamentos podrían ocasionar reacción adversa en la lengua (por toxicidad o efecto secundario), contribuyendo a fisuras o inflamación. Si sospechas de un alimento o fármaco, coméntalo con tu médico.
  • Alimentación irritante y hábitos bucales: Más allá de las vitaminas, lo que comes y bebes diariamente influye en tu lengua. Consumir habitualmente comidas muy picantes, muy ácidas, muy saladas o muy calientes puede irritar la superficie de la lengua y agravar las grietas existentes. Por ejemplo, abusar del chile, curries, vinagres fuertes o sopas hirviendo podría causar microlesiones repetidas en las papilas gustativas. Asimismo, morderse la lengua con frecuencia (ya sea por accidente o hábito nervioso) puede generar surcos o fisuras locales. Incluso el uso inapropiado de piercings linguales u objetos punzantes podría dañar la lengua con el tiempo. ¡Trata a tu lengua con suavidad!
  • Bruxismo: El bruxismo es apretar o rechinar los dientes inconscientemente, sobre todo durante la noche. Además de dañar dientes y mandíbula, muchos bruxistas presionan la lengua contra los dientes mientras duermen. Esta fricción y presión pueden dejar marcas o fisuras en la lengua, especialmente en los bordes, e incluso pequeñas indentaciones con la forma de los dientes. En clínica vemos que varios pacientes con lengua fisurada severa también usan férula de descarga por bruxismo. Si rechinas los dientes, es importante tratarlo – por tu lengua y por tu salud dental en general.
  • Estrés y ansiedad: Tu estado emocional se refleja en la boca. El estrés crónico o la ansiedad pueden contribuir a diversos problemas bucales (apretar dientes, síndrome de boca ardiente, úlceras aftosas etc.), y se cree que también favorecen las grietas linguales o las agravan. Los nervios alteran el equilibrio de tu cuerpo: disminuye la salivación, cambian hábitos (fumar más, por ejemplo) y pueden aparecer conductas como morderse la lengua. Si últimamente has estado muy estresado y notas tu lengua más agrietada o con parches blancos, considera el manejo del estrés como parte del tratamiento (ejercicio, meditación, infusiones relajantes que mencionaremos, etc.).
  • Tabaco y alcohol: Fumar y beber en exceso son dos de los peores enemigos de la salud bucal, y la lengua no es la excepción. El tabaco reseca e irrita la mucosa lingual, favoreciendo la acumulación de placa bacteriana y la aparición de lesiones y grietas. Los fumadores pesados a menudo presentan la “lengua del fumador” con papilas atrofiadas, de color blanquecino o amarillento, y surcos. El alcohol, por su parte, también causa sequedad bucal (efecto diurético) y puede inflamar los tejidos. Ambos hábitos combinados multiplican el riesgo de lengua agrietada, infecciones (hongos, periodontales) e incluso lesiones precancerosas. Nota: Evitar el tabaco y el alcohol no solo ayudará a tu lengua, ¡sino a todo tu organismo!
  • Otras enfermedades subyacentes: En algunos casos, las grietas en la lengua pueden ser un síntoma o consecuencia de otra condición médica. Ya mencionamos Down y Melkersson-Rosenthal, pero hay más ejemplos: la lengua geográfica (glositis migratoria benigna), un trastorno inflamatorio de la lengua con manchas rojizas irregulares, suele aparecer junto con fisuras en casos avanzados. ¿Sabías que podrías tener lengua geográfica y fisurada a la vez? No es raro; de hecho, se piensa que podrían compartir origen genético o inmunológico. La diabetes mal controlada es otro factor: los diabéticos tienden a sufrir boca seca y alteraciones vasculares, lo que aumenta infecciones y puede derivar en lengua agrietada crónica. Enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjögren (que seca todas las mucosas) o ciertas deficiencias inmunológicas pueden también reflejarse en una lengua muy reseca y surcada. Incluso el reflujo gastroesofágico crónico – por los ácidos del estómago subiendo a la boca – se ha citado como posible causante de fisuras linguales en algunos pacientes. En general, cualquier condición que altere la cantidad o composición de la saliva, produzca inflamación crónica en la boca o afecte la nutrición celular de la lengua podría relacionarse.

Como ves, las causas son variadas. En la mayoría de las personas, la lengua fisurada es simplemente una condición aislada y benigna, una peculiaridad anatómica sin mayor repercusión. Pero siempre es prudente observar el contexto: si además de las grietas notas otros síntomas (dolor, cambios de color, lesiones, resequedad intensa, etc.) podría haber algún factor desencadenante. En tal caso, conviene una evaluación médica para identificar posibles enfermedades asociadas y tratarlas. Más adelante hablaremos de cuándo es necesario acudir al médico o dentista.

La lengua se agrieta principalmente por predisposición genética/congénita y factores locales (edad, hábitos, higiene). Aspectos como nutrición deficiente, alergias, stress, tabaco, entre otros, pueden agravar las fisuras. Identificar y abordar estos factores te ayudará mucho en la curación y alivio de tu lengua agrietada.

Síntomas de la lengua agrietada y posibles complicaciones

Hemos dicho que usualmente las grietas en la lengua no duelen ni causan síntomas importantes. De hecho, muchas personas con lengua plicata (otro nombre técnico) ni se enteran de que la tienen hasta que alguien lo nota. No obstante, cuando las fisuras son muy profundas o hay factores irritantes, sí pueden presentarse algunas molestias. Estos son los síntomas y complicaciones más comunes asociados a la lengua agrietada:

  • Irritación o dolor al comer: si las grietas están inflamadas, ciertos alimentos pueden “escocer”. Especialmente las comidas muy calientes, picantes, saladas o ácidas provocan ardor o pinchazos en la lengua cuando entran en contacto con los surcos expuestos. Por ejemplo, el jugo de piña o un ají picante pueden hacer que una lengua agrietada duela momentáneamente. La buena noticia es que este dolor suele ser leve y pasajero (cede al retirar el estímulo). Si notas que te duele la lengua al comer, prueba a evitar esos alimentos irritantes hasta que sane la irritación (más adelante te doy consejos).
  • Sensación de quemazón o picor: algunas personas describen que la lengua les pica o arde ligeramente en las zonas de las fisuras, aun sin comer nada. Esto puede ocurrir cuando la lengua está muy seca o inflamada. El síndrome de boca ardiente (sensación de quemazón crónica en la boca) podría manifestarse más intensamente en lenguas fisuradas. Nuevamente, suele relacionarse con estrés, cambios hormonales o déficits nutricionales.
  • Lengua blanca o saburra lingual: las grietas profundas son un escondite perfecto para restos de comida, bacterias y células muertas. Si no se realiza una higiene adecuada, es común que la lengua adquiera un recubrimiento blanquecino o amarillento (llamado saburra) especialmente marcado en las fisuras. Esto no solo se ve antiestético, sino que puede causar mal sabor de boca. Además, una lengua muy saburral indica proliferación bacteriana.
  • Halitosis (mal aliento): derivado del punto anterior, la acumulación de placa bacteriana en las grietas suele llevar a mal olor bucal crónico. Las bacterias liberan compuestos sulfurados que huelen mal. Muchas veces, pacientes con halitosis persistente mejoran notablemente al implementar limpieza de la lengua, sobre todo si la tienen fisurada.
  • Infecciones secundarias: la complicación más frecuente de la lengua fisurada es la candidiasis oral (hongos en la boca) localizada en las fisuras. Cuando no hay una buena higiene, el hongo Candida albicans prolifera en la lengua causando placas blancas, ardor y mal sabor. Las grietas actúan como nichos donde el hongo se esconde de la saliva y los enjuagues, perpetuando la infección. Otras infecciones posibles incluyen glositis bacteriana (infección bacteriana de la lengua) si se acumula mucha placa. Si una fisura se ve rojiza, duele mucho o supura, podría haberse infectado – en cuyo caso hay que recibir tratamiento médico (antifúngicos o antibióticos según corresponda).
  • Hinchazón o inflamación lingual: por lo general la lengua fisurada no está hinchada; mantiene su tamaño normal. Pero si por alguna razón se inflama (por alergia, infección o trauma), las grietas se hacen más notorias y molestan más. Una lengua agrietada e inflamada puede sentirse tirante, con dificultad leve para moverse. Aquí es vital buscar qué está causando la inflamación (alergeno, infección, irritante) para resolverlo.
  • Dificultad con prótesis dentales: si usas dentadura postiza o placas de bruxismo, las fisuras muy pronunciadas podrían incomodarte, ya que la lengua “encaja” distinto con el aparato. No es común, pero en algunos casos se ajusta el diseño de la prótesis para acomodar una lengua muy surcada.

La lengua agrietada en sí misma no suele “enfermar” a la persona; las molestias vienen de la falta de higiene o de factores externos que irritan esas fisuras. La clave para prevenir síntomas es mantener la lengua limpia e hidratada, y evitar las sustancias que la irritan. Así podrás tener una lengua fisurada sin dolor ni complicaciones. Piensa que mucha gente convive con sus grietas linguales toda la vida sin mayor problema.

Por último, recuerda que cualquier cambio importante en tu lengua (sea color, textura o sensación) debe ser evaluado. Si tus grietas vienen acompañadas de manchas blancas que no se desprenden, llagas, sangrado, dolor intenso o dificultad para tragar, eso no es típico de la lengua fisurada y podría indicar otra condición. En la sección de consulta médica más adelante te detallo cuándo debes buscar ayuda profesional. Pero no te asustes: en la gran mayoría de casos, las grietas en la lengua son benignas y manejables con buenos hábitos. Veamos ahora justamente cómo curar o aliviar una lengua agrietada de la mejor forma.

¿Cómo curar las grietas en la lengua? – Tratamientos y cuidados efectivos

Llegamos a la pregunta del millón: “¿Cómo se curan las grietas de la lengua?” La respuesta honesta es que no existe una “cura mágica” inmediata, ya que la lengua fisurada, especialmente cuando es genética, no desaparece de la noche a la mañana ni con una pastilla. ¡Pero tranquilidad! “No curar” no significa “no hacer nada”. Aunque no podamos borrar las fisuras profundas de un día para otro, sí podemos aliviarlas, prevenir complicaciones y mejorar mucho la comodidad. Piensa en la lengua agrietada como tener la piel seca: tu objetivo será mantenerla humectada, limpia y protegida para que no moleste.

El tratamiento de la lengua agrietada se basa principalmente en hábitos de higiene y estilo de vida, más algunas medidas médicas en caso de problemas asociados. A continuación, te presento las mejores recomendaciones (como especialista) para curar y cuidar una lengua con fisuras:

Refuerza tu higiene oral (¡la lengua también se cepilla!)

Una buena higiene bucodental es la piedra angular del tratamiento. Muchas personas se cepillan los dientes a diario pero olvidan la lengua, y más aún si duele. Error: la lengua agrietada acumula restos fácilmente, por lo que limpiarla es fundamental. ¿Cómo higienizar una lengua fisurada? Sigue estos pasos:

  • Cepillado dental completo: Cepíllate los dientes al menos 2 veces al día con técnica adecuada y pasta con flúor. Un ambiente limpio en toda la boca reduce las bacterias disponibles para colonizar la lengua. No olvides pasar hilo dental diariamente para remover restos entre dientes; todo está conectado en la salud oral.
  • Limpieza de la lengua: Aquí está la clave. Cada vez que te laves los dientes, limpia suavemente tu lengua, preferiblemente con un raspador lingual (también llamado limpiador de lengua). Este instrumento de plástico o metal se pasa desde el fondo de la lengua hacia la punta, arrastrando la capa blanca y residuos de las fisuras. Haz varias pasadas enjuagando el raspador entre ellas. No tengas miedo, los raspadores están diseñados para no lastimar; aplica una presión ligera pero firme. Al terminar, enjuaga tu boca. Verás cómo mejora el aspecto y frescura. Si no tienes raspador, puedes usar tu cepillo dental (hay cepillos con cerdas o estrías para lengua). Importante: sé delicado, no “rasques” demasiado fuerte porque podrías irritar la lengua. La constancia es más efectiva que la fuerza. (Tip: Los raspadores linguales son muy económicos y se consiguen en farmacias. Vale la pena incorporarlos a tu rutina.)
  • Enjuague bucal adecuado: Completa la higiene con un colutorio o enjuague bucal sin alcohol. Los enjuagues ayudan a llegar dentro de las grietas donde el cepillo no alcanza. Escoge fórmulas antibacterianas suaves o con ingredientes naturales (por ejemplo, con clorhexidina al 0,05%-0,1% para uso diario suave, o enjuagues con aceite de coco o bicarbonato si prefieres algo natural). Evita los enjuagues que contengan mucho alcohol porque resecan la lengua y pueden empeorar las fisuras. Un buen enjuague mantendrá tu lengua desinfectada y fresca tras el cepillado.
  • Irrigador oral (opcional): Si tus grietas son extremadamente profundas y sientes que quedan residuos atrapados, puedes emplear un irrigador dental (waterpik) con la boquilla especial para lengua. Este dispositivo lanza un chorro de agua a presión que ayuda a remover partículas de las hendiduras. Úsalo en potencia baja-media para no lastimar, dirigiendo el chorro a lo largo de la lengua. Muchos dentistas (me incluyo) lo recomendamos a pacientes con lengua fisurada + ortodoncia o implantes, donde la higiene es aún más crítica.

Mantener esta rutina de higiene todos los días es la forma más eficaz de “curar” la lengua agrietada, en el sentido de evitar que te cause problemas. Con la lengua limpia:

  • Desaparecerá el mal aliento y el mal sabor.
  • Las fisuras tendrán menos inflamación (porque habrá menos bacterias irritando).
  • Disminuirá la lengua blanca y se verá un color rosado saludable.
  • Prevendrás infecciones como la candidiasis en un futuro.

De hecho, muchos pacientes me han dicho que tras unas semanas de limpiar bien su lengua, ya ni se acuerdan de las grietas porque no les dan lata. ¡La diferencia se siente! Incluso, con el tiempo, una buena higiene puede lograr que las fisuras se vean más pequeñas (no es que se “cierren” físicamente, pero al estar la lengua desinflamada y rosada, las grietas lucen menos profundas).

Hidrata tu boca y combate la sequedad

La sequedad bucal (xerostomía) suele agravar las grietas y causar molestias. Una lengua seca está menos protegida y más propensa a fisuras e infecciones. Por ello, parte de curar tu lengua es mantenerla hidratada:

  • Bebe suficiente agua: Parece simple, pero muchos olvidamos hidratarnos bien. Toma agua a sorbos durante el día; la saliva necesita buena hidratación para producirse. Si notas la boca seca, carga siempre una botellita contigo. Evita el exceso de café o té con cafeína, que pueden resecar.
  • Estimula tu saliva: Puedes masticar chicle sin azúcar o chupar caramelos sin azúcar con sabor a menta o cítricos. Esto estimula las glándulas salivales. Hay productos específicos llamados sustitutos salivales o saliva artificial (en spray o gel) que ayudan a humedecer la boca cuando la producción natural es baja. Útiles especialmente en personas mayores o con síndrome de Sjögren. Consulta a tu dentista si la sequedad es persistente; mantener la boca húmeda es clave para la salud de la lengua.
  • Humidifica el ambiente: Si duermes con la boca abierta o vives en un clima muy seco, usar un humidificador en tu habitación puede evitar que tu lengua amanezca como lija. La humedad ambiental adecuada mantiene las mucosas flexibles.

¿Por qué tanta insistencia en la hidratación? Porque la saliva es el mejor colutorio natural: lubrica las fisuras, arrastra restos de comida y contiene enzimas antimicrobianas que controlan hongos y bacterias. Una lengua bien hidratada es menos propensa a dolor y a rajarse más. Así que ¡a beber agüita! Tu lengua te lo agradecerá.

Alimentación y vitaminas: cuida lo que comes

Lo que comes influye directamente en la salud de tu lengua. Para curar las grietas y prevenir que empeoren, ten en cuenta estos consejos dietéticos:

  • Evita alimentos irritantes: Ya lo mencionamos, pero es vital recalcarlo. Mientras tu lengua esté sensible, reduce o elimina comidas muy picantes, muy ácidas, muy saladas y muy calientes. Por ejemplo, salsa picante, pimienta, vinagre, cítricos fuertes, café muy caliente, alcohol (que también es irritante químico), etc. Estos estímulos generan ardor en las fisuras y pueden inflamar las papilas. Opta por comida más neutra en temperatura y sazón hasta que mejores. Luego podrás reintroducir con moderación.
  • Modera el consumo de alcohol y tabaco: Ya lo discutimos en causas: tanto el cigarro como las bebidas alcohólicas resecan e irritan la lengua. Deja de fumar si es posible (tu lengua y todo tu cuerpo se curarán más rápido). Y si bebes, que sea con moderación; evita licores fuertes mientras sanas (prefiere agua, infusiones o jugos naturales no ácidos).
  • Dieta equilibrada y rica en vitaminas: Asegúrate de obtener suficientes vitaminas del grupo B, hierro y zinc en tu alimentación. Incorpora alimentos como: carnes magras, hígado (gran fuente de B12), pescados, huevos, lácteos, vegetales de hoja verde, frutos secos, cereales integrales, legumbres. Las frutas y verduras frescas aportan vitaminas y mantienen la mucosa en buen estado. Si llevas una dieta vegana o muy restrictiva, consulta si necesitas un suplemento de B12 o multivitamínico. Consejo: Muchas veces tras mejorar el aporte vitamínico, las grietas linguales lucen menos severas o dejan de avanzar, especialmente si el problema era un déficit nutricional.
  • Alimentos beneficiosos para la lengua: Algunos alimentos promueven la salud bucal. Por ejemplo, el yogur natural (sin azúcar) aporta probióticos beneficiosos que equilibran la flora oral. Otros fermentados como kéfir, kombucha o simplemente dieta rica en fibra ayudan a controlar la Candida en el cuerpo. También mantener un buen nivel de vitamina C (frutas cítricas suaves, kiwi) ayuda a la cicatrización de mucosas – solo cuida que la acidez no te irrite, puedes tomar vitamina C en suplemento si las frutas ácidas te molestan.

Esto no solo curará tus grietas más rápido, sino que mejora tu salud general (¡doble ganancia!). Recuerda el dicho: “somos lo que comemos”, y en el caso de la lengua, se refleja literalmente.

Remedios caseros para la lengua con grietas: ¿sirven de algo?

Buscando en internet, es posible que hayas encontrado diversos remedios caseros para la lengua agrietada: infusiones de hierbas, aplicaciones de ciertos alimentos, incluso enjuagues con ingredientes de botiquín. Como odontólogo, te daré mi opinión franca sobre algunos de los más populares, para que sepas qué esperar de ellos:

  • Enjuague con agua salada: Efectivo y seguro. Disolver 1/2 cucharadita de sal en un vaso de agua tibia y hacer buches 2-3 veces al día es un antiguo remedio para desinfectar la boca. La salmuera actúa como antiséptico suave y reduce la inflamación. Puede ayudar a mantener las grietas limpias y aliviar molestias leves. Solo no exageres con la sal (no hagas soluciones muy concentradas, podrían resecar). Este remedio sí lo recomiendo, complementario a tu higiene.
  • Miel de abejas: Posiblemente útil. La miel es antibacterial y calmante. Aplicar una capa fina de miel pura sobre la lengua limpia y dejarla unos minutos podría brindar alivio en caso de ardor o pequeñas fisuras irritadas. Muchas personas sienten mejoría porque la miel humecta y sus enzimas combaten microbios. Eso sí, después enjuaga o cepilla para no dejar azúcares en la boca (evitar caries). Este remedio es seguro siempre que no seas diabético (o uses una miel especial sin azúcar).
  • Infusiones de hierbas relajantes: Por ejemplo manzanilla, tila, valeriana, pasiflora o melisa. Beber infusiones tibias de estas hierbas puede ayudar a disminuir el estrés y la ansiedad, factores que recordemos pueden influir en la lengua fisurada. Además, la manzanilla tiene propiedades antiinflamatorias locales. Tomar una tacita antes de dormir puede ser parte de tu rutina de autocuidado. No esperes que cure las grietas directamente, pero contribuye a un entorno favorable para la curación.
  • Jengibre fresco: Muy mencionado en blogs naturistas. El jengibre tiene compuestos antiinflamatorios y antisépticos, se dice que alivia la lengua hinchada. Se suele sugerir masticar un pedacito de jengibre pelado o preparar té de jengibre. ¿Funciona? Podría dar sensación de frescor y reducir leves inflamaciones, pero ten en cuenta que el jengibre también es picante y a algunas personas les arde. Úsalo diluido (té suave) y con precaución. No es milagroso, pero mal no hace en dosis moderadas.
  • Ajo: Otro remedio popular “de la abuela”. El ajo es un antimicrobiano natural potente. Masticar un diente de ajo crudo al día se ha propuesto para combatir hongos o bacterias en la boca. Sin embargo, admito que es un método duro (¡pica y deja aliento fuerte!). Si toleras el ajo, podría ayudar algo con la carga microbiana, pero en mi experiencia, un colutorio medicado es más efectivo y agradable. No te hará daño probar, pero no esperes maravillas. Ojo: no apliques ajo directamente sobre la lengua por mucho tiempo porque podría irritar químicamente (el ajo es “quemante” si se deja sobre la piel mucosa mucho tiempo).
  • Enjuague con agua oxigenada (peróxido de hidrógeno): He visto por ahí gente recomendando diluir agua oxigenada en agua y hacer gárgaras o incluso aplicar directamente en la lengua agrietada. No lo recomiendo salvo indicación profesional. El agua oxigenada sí es antiséptica, pero también es muy irritante para los tejidos sanos. Puede dejarte la lengua adolorida, con sabor desagradable e incluso teñirla de marrón-negro con uso repetido (lengua negra pelosita). De hecho, los expertos advierten que estos remedios caseros “milagrosos” (ajo, jengibre, infusiones, agua oxigenada, etc.) no van a curar la lengua agrietada de raíz. Pueden, en el mejor de los casos, aliviar síntomas o mantener limpia la zona, pero no eliminan las fisuras. Así que tómalos solo como complemento y siempre con precaución.
  • Bicarbonato de sodio: Un enjuague con bicarbonato (1 cdta en un vaso de agua) puede neutralizar ácidos y actuar de leve antifúngico. Es relativamente seguro y puede ayudar a remover la saburra. Úsalo 2-3 veces por semana, no a diario (puede alterar mucho el pH si abusas). Es útil si tienes candida, por ejemplo.

En síntesis, los remedios caseros pueden brindar cierto alivio, pero ninguno “cierra” las grietas de la lengua ni sustituye la higiene. Úsalos como apoyo, pero no pongas todas tus esperanzas en ellos. Mi recomendación profesional es priorizar las medidas de higiene, dieta y tratamiento médico de causas, y si quieres probar algún remedio natural, elige los suaves (agua salada, miel, manzanilla) y consulta primero si tienes dudas. Y, por favor, nada de químicos fuertes sin supervisión: ni mercurocromo, ni aguarrás como he llegado a escuchar (¡wow!), ni otros inventos que puedan lastimarte más. Ante la duda, pregunta a tu dentista.

(Pequeño mito a desmentir: algunos pacientes me han preguntado si las grietas se pueden “pegar” con algún gel o si necesitan cirugía. No, no se pegan ni se suturan. La lengua fisurada no se trata con cirugía a menos que hubiera una lesión muy específica – lo cual es rarísimo. Así que olvida remedios drásticos; la solución es más conservadora y de paciencia.)

Tratamientos médicos y profesionales (cuando hace falta)

En la gran mayoría de casos, los pasos anteriores serán suficientes para curar o manejar tu lengua agrietada. Sin embargo, cuando las grietas se deben a una causa médica subyacente o presentan complicaciones, es necesario añadir tratamientos específicos indicados por un profesional de la salud. Algunas intervenciones médicas que podrían recomendarte incluyen:

  • Medicamentos para síntomas o infecciones: Si tu lengua presenta mucho dolor, inflamación o infección comprobada, el médico/odontólogo puede recetar fármacos como:
    • Antiinflamatorios (ej. ibuprofeno) o analgésicos para aliviar dolor e hinchazón. Rara vez se necesita, pero en casos agudos pueden ayudar unos días.
    • Antimicóticos tópicos (como nistatina en suspensión, miconazol gel) si se detecta candidiasis oral en las fisuras. Estos eliminan el hongo candida en 1-2 semanas.
    • Enjuagues antisépticos de prescripción (clorhexidina 0,2%, por ejemplo) si hay sobreinfección bacteriana.
    • Anestésicos tópicos (geles de lidocaína al 2% sin alcohol) para casos de dolor intenso al comer. Estos adormecen la lengua temporalmente y se usan con moderación.
    • Antihistamínicos si hay componente alérgico (por ejemplo, lengua fisurada + alergia alimentaria, para reducir reacción).
    • Nota: Los antibióticos sistémicos casi nunca se requieren a menos que hubiera una infección bacteriana severa, lo cual es raro en lengua fisurada simple. A veces, preventivamente, se podrían indicar tras descartar otras patologías para evitar infecciones, pero no es lo habitual.
  • Tratamiento de la condición subyacente: Esto es vital. Si tras evaluación se descubre que tus grietas en la lengua están relacionadas a otra patología, el enfoque principal será tratar esa patología:
    • Si es deficiencia de vitamina B o hierro: un suplemento vitamínico/mineral adecuado y corregir la dieta podría revertir cambios en la lengua en semanas.
    • Si es diabetes: mejorar el control glucémico (medicación, dieta) suele a su vez mejorar la salud bucal.
    • Si es síndrome de Sjögren u otra enfermedad autoinmune: posiblemente te indiquen medicamentos inmunomoduladores o saliva artificial para manejar la sequedad.
    • Si es reflujo ácido: tratamiento antiácido, cambios dietarios para reducir el ácido que llega a tu boca.
    • Si se sospecha lengua geográfica concurrente: normalmente no requiere más que cuidado de higiene y corticoides tópicos solo si hay mucho dolor, ya que es benigna también. Pero es útil el diagnóstico diferencial.
    • Para bruxismo: usar una férula de descarga (placa dental nocturna) protegerá no solo tus dientes, ¡también tu lengua! Evitará que la pellizques por la noche.
    • En alergias alimentarias: identificar el alimento causante mediante pruebas médicas y eliminarlo de tu dieta solucionará la irritación recurrente en lengua y boca.
  • Visitas de seguimiento y limpiezas profesionales: Tu odontólogo puede indicarte limpiezas dentales profesionales más frecuentes mientras la condición se controla, para mantener la carga bacteriana baja. En casos complejos, un especialista en Medicina Oral podría monitorear la evolución de tu lengua. Contar con apoyo profesional te dará tranquilidad y garantizará que no haya nada más oculto.

En pocas palabras, el médico u odontólogo adecuará el tratamiento según la causa de tus grietas. No existe una única medicina para “la lengua agrietada” porque, como hemos visto, es más un signo que una enfermedad en sí. Pero sí existen tratamientos eficaces para cada posible problema relacionado.

Mi consejo: No dudes en consultar a tu dentista o médico de confianza si sientes que las medidas caseras no son suficientes o si notas algo inusual. Ellos evaluarán tu caso de forma personalizada. A veces, basta una mirada experta para descartar cualquier patología seria y eso ya te tranquiliza. Y si encuentran algo, mejor tratarlo temprano. En la siguiente sección te detallo situaciones en las que definitivamente es recomendable buscar ayuda profesional.

Consejos finales de prevención y cuidados a largo plazo

Una vez que hayas logrado mejorar tu lengua agrietada, ¿cómo prevenir que vuelva a molestarte? Realmente, las mismas medidas que usamos para curarla son las que la previenen. Para hacer un resumen de prevención, ten siempre en práctica estos hábitos:

  • Higiene oral impecable todos los días, incluyendo la limpieza de la lengua (raspador diario).
  • Evitar irritantes crónicos: no fumes, limita el alcohol, modera condimentos fuertes.
  • Mantenerte bien hidratado; lleva agua contigo.
  • Alimentación balanceada, rica en vitaminas; suplementa B12/B complex si tu médico lo indica.
  • Visitas periódicas al odontólogo (cada 6 meses idealmente) para chequeos: él podrá detectar cambios en tu lengua u otras partes antes de que sean problema.
  • Maneja el estrés: tu lengua y tu salud general se benefician cuando controlas la ansiedad. Busca actividades relajantes (ejercicio, yoga, terapia, descanso adecuado).
  • No ignores nuevas molestias: si notas la lengua muy reseca, o si aparece una llaga, atiéndelo pronto para que no se agrave en las fisuras.
  • Apoyo profesional a tiempo: ante cualquier duda, consulta. Es mejor una visita “por las dudas” y quedarte tranquilo, que lamentar haber ignorado algo importante.

Con estos cuidados, tu lengua fisurada no debería darte mayores problemas. Convivirás con ella en armonía, sabiendo cómo mantenerla saludable. Piensa que, al final, cada persona tiene una lengua única (¡como una huella dactilar!). Las grietas son parte de ti, y siguiendo estos consejos lograrás que estén bajo control y sin afectar tu calidad de vida.

¿Cuándo consultar al médico o dentista?

Aunque la lengua agrietada suele manejarse en casa, hay situaciones en las que es importante buscar atención profesional sin dudar. Acude a tu odontólogo, médico general o un especialista en Medicina Oral/Otorrinolaringología si presentas alguno de estos casos:

  • Dolor intenso o persistente: Si tu lengua duele mucho, al punto de dificultar comer o hablar, y el dolor no mejora con las medidas de higiene y dieta, necesitas que un profesional la evalúe. Un dolor fuerte no es habitual solo por fisuras benignas; podría haber infección u otro problema concurrente que requiera medicación.
  • Signos de infección: Enrojecimiento marcado alrededor de las grietas, presencia de placas blancas gruesas, pus, mal olor severo y aumento del dolor sugieren una posible infección por hongos o bacterias. Esto requiere tratamiento específico (antifúngico o antibiótico) recetado. No lo dejes avanzar porque podría complicarse.
  • Inflamación notable o lesiones adicionales: Si tu lengua está muy inflamada (hinchada), o notas bultos, úlceras sangrantes, manchas rojas/blancas que no desaparecen en un par de semanas, debes consultar. Podría ser otra patología (desde una glositis, líquen plano oral, hasta lesiones pre-malignas en casos muy raros). Más vale descartar esas posibilidades pronto.
  • Dificultad para tragar o hablar: Las grietas simples no deberían impedir tragar ni articular palabras. Si experimentas dificultad al deglutir, sensación de masa en la garganta, o problemas de dicción nuevos, es obligatoria una evaluación. Puede no estar relacionado con la lengua fisurada en sí, pero hay que investigarlo.
  • Fiebre o malestar general: Una lengua muy dolorida acompañada de fiebre, ganglios inflamados en el cuello o decaimiento general, apunta a una infección sistémica o un problema mayor. Un médico debe revisarte para tratar la causa subyacente.
  • Cuando las grietas aparecen de repente: La lengua fisurada congénita se desarrolla gradualmente. Si tu lengua estaba siempre normal y en poco tiempo se agrietó mucho, conviene consultar. A veces deficiencias nutricionales severas o síndromes como Sjögren pueden manifestarse así de forma más abrupta. Un médico hará exámenes para encontrar la causa repentina.
  • Preocupación o duda persistente: Aún si no tienes síntomas fuertes, si te sientes intranquilo pensando en tus grietas (“¿y si es algo malo?”), una visita al odontólogo puede darte paz mental. Él confirmará si efectivamente es una lengua fisurada idiopática y te orientará. La tranquilidad no tiene precio, y los profesionales estamos acostumbrados a aclarar este tipo de dudas. No tengas pena en ir por “algo menor”: es mejor eso que vivir con miedo.

Recuerda: tu salud es lo primero. Los especialistas podemos diferenciar si las grietas son parte de una condición sin importancia o si requieren exámenes. Por ejemplo, en consulta solemos inspeccionar la lengua con luz, palpamos por si hay induraciones, revisamos toda la cavidad oral y la historia clínica. Muchas veces confirmamos que solo es la benigna lengua fisurada y con consejos el paciente se va aliviado. Y en el caso de encontrar otra cosa, estaremos ahí para indicarte el tratamiento adecuado.

En definitiva, consulta siempre que algo te preocupe o salga de lo común. Es preferible descartar y educarte (así aprendes a manejarlo) que ignorar señales. Mi lema profesional es: “Más vale prevenir que curar”, y en el tema de la lengua esto aplica perfectamente. Una consulta a tiempo puede ahorrarte complicaciones y te dará una guía personalizada.

Preguntas frecuentes sobre la lengua agrietada

¿Qué implicaciones tiene tener la lengua agrietada?

En la mayoría de los casos, tener la lengua agrietada (lengua fisurada) no implica nada grave. Es una condición generalmente benigna y asintomática. Muchas personas viven con su lengua fisurada sin complicaciones. Sin embargo, en algunos puede causar molestias leves: dolor o escozor con ciertos alimentos, sensación de lengua seca, halitosis (mal aliento) si no se limpia bien. También se ha relacionado con factores como el estrés, el consumo de alcohol y tabaco, y con ciertas patologías sistémicas (por ejemplo, diabetes, síndrome de Melkersson-Rosenthal o lengua geográfica concomitante).

¿Por qué se forman grietas en la lengua?

Las grietas pueden formarse por una combinación de factores. La causa principal suele ser genética o constitucional, es decir, algunas personas simplemente tienen esa tendencia en la lengua. Pero además intervienen factores como el estrés y la ansiedad, que pueden cambiar la salud de la boca; el consumo de alcohol y tabaco, que reseca la lengua; la mala higiene bucal, que favorece irritación; y otras patologías asociadas. Enfermedades como el síndrome de Melkersson-Rosenthal, el reflujo gastroesofágico, la lengua geográfica e incluso la diabetes se han vinculado a la aparición de una lengua muy fisurada. En pocas palabras, la etiología exacta es desconocida en muchos casos, pero suele ser multifactorial.

¿Cómo se puede aliviar o tratar la lengua agrietada?

El alivio de la lengua agrietada se logra con cuidados diarios e higiene. Se recomienda mantener una higiene bucal exhaustiva, prestando especial atención a la limpieza suave de la lengua. Usa un raspador lingual, cepillo de cerdas suaves, hilo dental y enjuague sin alcohol. Evita los alimentos irritantes, el tabaco y el alcohol para que las fisuras no se inflamen. Si hay mucha molestia, pueden utilizarse medicamentos: por ejemplo, antiinflamatorios o analgésicos de ser necesarios, e incluso antibióticos (tópicos o sistémicos) si se llega a presentar una infección. Siempre es importante consultar a un odontólogo o médico antes de usar medicamentos, para que indique los adecuados según tu caso. Pero generalmente, mejorando tus hábitos de higiene y dieta, la lengua fisurada mejora por sí sola en cuanto a síntomas.

¿Cuál es la causa principal de las grietas en la lengua?

No hay una causa única en todos los casos, pero si tuviésemos que señalar la más común, diríamos que es la predisposición individual sumada a hábitos de higiene deficientes. Muchas veces, la lengua agrietada es simplemente una variación de la normalidad que se hace evidente cuando descuidamos la limpieza oral. También una deficiencia de vitamina B se menciona a menudo como factor asociado – personas con déficit nutricional podrían desarrollar fisuras o empeorarlas. Junto a ello, factores emocionales como el estrés, hábitos como el tabaco/alcohol, y ciertas enfermedades contribuyen. Así que, en resumen: la causa principal suele ser benigna (genética), agravada por hábitos y condiciones modificables.

¿La lengua agrietada es contagiosa o se transmite?

No, para nada. Tener la lengua fisurada no es una infección ni algo que se pase a otras personas. Es similar a tener pecas en la piel: es algo propio de tu lengua. Puedes besar, compartir cubiertos o bebidas sin miedo, que las grietas no “contagian” nada. Lo único a tener en cuenta es que, si tienes hongos u otra infección sobre la lengua fisurada, esa infección sí podría ser contagiosa (como cualquier candidiasis oral). Pero las grietas en sí mismas no se transmiten; son una característica anatómica individual.

¿Debo preocuparme de que sea cáncer u otra enfermedad grave?

Entiendo la preocupación – ver cambios inusuales en la lengua asusta – pero la lengua fisurada por sí sola no es cáncer ni lesión precancerosa. Es una condición benigna. El cáncer de lengua suele manifestarse de otras formas (úlceras que no sanan, bultos duros, zonas rojo-blancas muy definidas, crecimiento de tejido, dolor fuerte constante). Nada de eso ocurre en la lengua fisurada típica. Así que, en ausencia de otras lesiones sospechosas, no tienes por qué pensar en cáncer. Dicho esto, siempre que veas algo que no estás seguro, consulta al médico/odontólogo para salir de dudas. Pero ten tranquilidad: las grietas crónicas no se transforman en cáncer ni nada por el estilo.

¿La lengua geográfica y la lengua fisurada son lo mismo?

No, pero pueden coexistir. Son dos condiciones diferentes: la lengua geográfica (glositis migratoria) se caracteriza por manchas irregulares rojizas con borde blanco en la lengua, que cambian de posición con el tiempo, asemejando un mapa. La lengua fisurada, en cambio, son surcos o grietas permanentes. Sin embargo, es relativamente común que una misma persona tenga ambas condiciones a la vez. Cuando la lengua geográfica está muy avanzada o de larga data, pueden aparecer fisuras junto con las manchas. Pero en esencia, geográfica y fisurada son distintas: una es inflamatoria migratoria, la otra anatómica fija. Ambas son benignas. Si tienes manchas y grietas, conviene que un especialista confirme el diagnóstico, pero generalmente se manejan igual con higiene y evitando irritantes. La geográfica tiende a mejorar y recaer, mientras la fisurada tiende a ser estable o progresar muy lentamente con la edad.

¿Existen tratamientos profesionales para “cerrar” las grietas definitivamente?

En la actualidad no existe un tratamiento médico o procedimiento quirúrgico para eliminar por completo las grietas de la lengua, sobre todo cuando son de origen congénito. El enfoque es mantener la lengua saludable y manejar síntomas. No se suelen hacer cirugías porque, al ser benigno, el riesgo superaría el beneficio (imagina tener que cauterizar o suturar la lengua – muy invasivo y no garantiza que no reaparezcan fisuras). Algunas terapias con láser se han experimentado en casos extremos, pero no son la norma. Así que la realidad es: las fisuras profundas probablemente permanecerán en cierto grado, pero siguiendo las recomendaciones lograrás que no te molesten ni progresen. Piensa que es similar a las arrugas en la piel: no podemos borrarlas totalmente de forma natural, ¡pero podemos mantener la piel sana, hidratada y que las arrugas no sean un problema! Lo mismo con tu lengua.

¿Sirve el agua oxigenada u otros remedios caseros para curar la lengua agrietada?

Ya abordé esto en la sección de remedios, pero resumiendo: No, el agua oxigenada no es una cura y puede ser contraproducente. Algunos remedios caseros populares (jengibre, ajo, infusiones, miel) pueden dar alivio sintomático o ayudar ligeramente con la higiene, pero ninguno va a cerrar las grietas ni “curar” la condición de fondo. El agua oxigenada en particular puede irritar y teñir la lengua, por lo que no la recomiendo a mis pacientes. Si quieres usar remedios caseros, opta por los seguros (agua salada, manzanilla, miel) y siempre complementando las medidas principales de higiene y evitando irritantes. Pero no hay atajo mágico casero: la mejoría real viene de la constancia en el cuidado diario.

Mantén una rutina de limpieza rigurosa, cuida tu cuerpo (porque la boca es el espejo de la salud general) y no te alarmes más de la cuenta: si tus grietas no duelen ni dan problemas, vive normalmente; y si alguna vez lo hacen, ya sabes cómo calmarlas y cuándo buscar ayuda. Tu lengua, al igual que tú, merece atención y cariño.

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Odontóloga General y Estética en Clínicas Cleardent
Con una sólida formación en odontología general, endodoncia y técnicas estéticas como el uso de ácido hialurónico, la Dra. Alicia Martín brinda atención completa y especializada en Clínicas Cleardent. Su pasión por la salud bucodental y su compromiso con el bienestar de sus pacientes se refleja en su participación en campañas educativas para promover hábitos de higiene oral. La Dra. Martín se asegura de que cada tratamiento esté adaptado a las necesidades de sus pacientes, ofreciendo siempre un enfoque profesional y actualizado.

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