5 junio 2025

Granos debajo de la lengua: causas, gravedad y cómo eliminarlos

¿Preocupado por bolitas bajo la lengua? Te explico por qué salen granos debajo de la lengua, si son graves o no, y cómo se quitan con tratamientos seguros.

He atendido a muchos pacientes que se alarman al descubrir granos debajo de la lengua. Entiendo perfectamente la preocupación: notar bolitas bajo la lengua o pequeñas protuberancias linguales inesperadas puede ser inquietante. Quiero que sepas que en la mayoría de los casos no se trata de nada grave. Aun así, es normal preguntarse “¿por qué tengo granos debajo de la lengua, es algo serio y cómo puedo quitarlos?”. En este artículo te hablaré en primera persona, de manera clara y empática, para explicarte todas las causas posibles, cuándo deberías preocuparte y qué tratamientos o remedios existen para estas molestias. ¡Vamos a ello!

¿Por qué salen granos debajo de la lengua? (Causas comunes)

Cuando hablamos de granos o bultos debajo de la lengua, nos referimos a pequeñas elevaciones o lesiones en el piso de la boca o en el frenillo lingual (el tejido que une la lengua al fondo de la boca). Estas protuberancias linguales pueden tener diversas causas, desde lesiones leves hasta infecciones. Por lo general, suelen ser benignas y temporales, aunque entender su origen te ayudará a manejarlas mejor. A continuación, te detallo las causas más frecuentes:

Llagas o aftas bucales

Las aftas bucales (llagas) son pequeñas ulceraciones redondas que pueden aparecer en cualquier parte de la boca, incluso debajo de la lengua. A veces comienzan luciendo como un “granito” blanco o amarillento rodeado de rojo. Suelen ser bastante dolorosas al contacto. Las aftas no son contagiosas y pueden desencadenarse por estrés, cambios hormonales, pequeñas lesiones, alergias o déficit de vitaminas. Por lo general, sanan por sí solas en una o dos semanas. Mientras tanto, es recomendable evitar comida muy picante o ácida, ya que puede intensificar el dolor. (En nuestro artículo sobre aftas bucales puedes leer más sobre cómo aliviar estas llaguitas.)

Irritación, heridas o trauma local

Muchas veces un mordisco accidental, un raspón con un alimento duro o una quemadura con bebida caliente puede dañar la delicada mucosa bajo la lengua. La zona lesionada se inflama, enrojece y puede tomar el aspecto de un pequeño bulto en la boca. Por ejemplo, morder el frenillo lingual (esa telita bajo la lengua) puede dejar un granito o área inflamada que molesta al mover la lengua. La buena noticia es que estos granitos traumáticos no requieren tratamiento específico: basta con mantener la zona limpia, tener paciencia y evitar seguir irritándola para que la hinchazón baje en pocos días. Si duele, puedes enjuagarte con agua tibia y sal para aliviar la molestia.

Glándulas salivales obstruidas (mucoceles o sialolitos)

Debajo de la lengua se encuentran las glándulas salivales sublinguales y los conductos de las glándulas submandibulares, que secretan saliva al piso de la boca. Si uno de estos conductos se obstruye por un cálculo salival (sialolito), la saliva no puede salir y se acumula, formando una especie de bulto o quiste bajo la lengua. Esto a veces ocurre por depósitos de minerales en la saliva que forman “piedritas” que tapan el conducto. La glándula puede inflamarse, causando hinchazón bajo la lengua, dolor e incluso infección si la obstrucción persiste.

Otra manifestación común es el mucocele, un quiste de mucosa resultante de una glándula salival menor dañada u obstruida. Cuando aparece en el piso de la boca se llama ránula: luce como una bolsa o burbuja transparente azulada. Estos bultos sublinguales suelen ser blandos y no duelen, aunque pueden ser molestos al comer o hablar. Muchas veces remiten solos al cabo de días o semanas al reabsorberse la acumulación de saliva. Si notas una bolsita de líquido bajo tu lengua que no desaparece o crece, conviene que tu dentista la evalúe; en casos rebeldes puede necesitar drenaje o extirpación menor.

Infecciones orales (bacterianas, fúngicas o virales)

Diversas infecciones en la boca pueden provocar protuberancias o “granitos” como reacción del organismo. Por ejemplo, la candidiasis oral (infección por hongos) forma placas blancas en la lengua y mucosas que pueden lucir como granitos blancos y causar ardor. Infecciones virales comunes, como un resfriado fuerte o la mononucleosis, pueden cursar con ganglios inflamados y pequeñas lesiones en la boca. Incluso existe una condición llamada papilitis lingual transitoria (conocida coloquialmente como “lie bumps”) donde algunas papilas gustativas se inflaman y forman granitos rojos dolorosos en la lengua. Aunque estas papilas inflamadas suelen aparecer más en la superficie de la lengua, también podrías notarlas en los bordes o debajo si la irritación es generalizada.

En cuanto a infecciones de transmisión sexual, ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH) pueden ocasionar verrugas orales – pequeños bultos indoloros – en la lengua o zona sublingual. Estas lesiones por VPH a veces pasan desapercibidas, pero en algunos casos generan escozor. Es importante evaluarlas, ya que el VPH oral poco frecuente podría derivar en lesiones precancerosas con los años. Otra infección viral a mencionar es el herpes simple, aunque el herpes oral típicamente causa ampollas en labios y encías, no granos debajo de la lengua; aun así, podría ocasionar úlceras en cualquier parte de la boca.

Hábitos y factores que favorecen su aparición

Hay ciertos hábitos diarios o condiciones que pueden predisponer a que salgan granitos debajo de la lengua con más frecuencia:

  • Poca higiene bucal: No cepillarse bien los dientes y lengua permite la acumulación de placa bacteriana y restos, aumentando riesgo de infecciones o irritaciones en la boca. Una mala higiene puede contribuir a llagas e inflamaciones en diversas zonas, incluida debajo de la lengua. (Recuerda practicar una correcta higiene bucal a diario, cepillando también la lengua).
  • Tabaquismo y alcohol: Fumar irrita crónicamente las mucosas orales y disminuye las defensas locales, al igual que consumir alcohol en exceso. Estos hábitos resecan la boca y favorecen la aparición de bultos linguales o retrasan su curación. Además, son factores de riesgo para lesiones orales más serias a largo plazo.
  • Alimentación y deficiencias: Una dieta muy ácida, picante o rica en azúcares puede desencadenar irritación en la boca y “granitos” en la lengua si se consume en exceso. Por otro lado, la falta de ciertas vitaminas (como las del complejo B o hierro) se ha asociado a la aparición de aftas recurrentes. Mantener una dieta equilibrada ayuda a prevenir estas molestias.
  • Estrés: El estrés y la ansiedad pueden manifestarse en la boca. Muchas personas tienen la manía de morderse los bordes de la lengua o el interior del labio cuando están ansiosas, provocando lesiones. Asimismo, el estrés se considera un disparador de aftas en personas predispuestas. Aprender técnicas de manejo del estrés (ej. meditación, ejercicio) puede reducir estos brotes.

Otras causas menos comunes

Aunque menos frecuentes, conviene mencionar otras posibles causas de bultos debajo de la lengua:

  • Fibromas y lesiones por trauma crónico: Si hay un borde filoso en un diente o prótesis que roza siempre la misma zona debajo de la lengua, con el tiempo puede formarse un fibroma – un tejido engrosado benigno – que se palpa como bolita dura.
  • Liquen plano oral: Es una condición inflamatoria autoinmune que produce lesiones blanquecinas o rojizas en la mucosa oral, a veces acompañadas de pequeñas úlceras o protuberancias. Suele causar ardor o quemazón.
  • Varices sublinguales: En personas mayores es común notar venitas moradas prominentes debajo de la lengua. A veces una vena varicosa forma un pequeño bulto oscuro (variz). Son benignas, aunque pueden verse como “bolitas”.
  • Torus mandibularis: Se trata de una exostosis ósea (crecimiento de hueso) en la cara interna de la mandíbula, cerca de la lengua. Si tienes “bolas duras” a ambos lados del piso de la boca, podrían ser simplemente tu anatomía ósea (torus). No requieren tratamiento a menos que molesten para prótesis.
  • Tumores orales: Es muy raro que un granito debajo de la lengua sea un tumor maligno. Sin embargo, conviene estar alerta a ciertas señales. Un carcinoma oral puede iniciar como un bulto o úlcera indolora que no cicatriza en varias semanas, que crece progresivamente y puede volverse firme. Los tumores de glándulas salivales mayores suelen manifestarse como crecimientos indoloros en la boca o mandíbula. Insisto en que esta es una posibilidad poco común, pero por seguridad cualquier lesión que no mejore en 2 semanas debe ser evaluada por un profesional.

Visita este artículo si necesitas saber los tipos de granos en la lengua que existen.

¿Es grave tener granos debajo de la lengua? ¿Cuándo debo preocuparme?

Después de conocer las causas, la siguiente duda lógica es si estos granitos son motivo de alarma. La mayoría de los granos debajo de la lengua no son graves; suelen corresponder a causas benignas como las ya mencionadas (aftas, pequeñas lesiones o quistes temporales). De hecho, muchas de estas protuberancias desaparecen espontáneamente al cabo de días o un par de semanas sin dejar secuelas.

Ahora bien, ¿cuándo hay que prestar más atención o consultar al médico/odontólogo? Te dejo algunas pautas importantes:

  • Persistencia: Si el bulto o llaga no sana en 14 días aproximadamente, merece una evaluación. Las aftas y lesiones comunes suelen curar en ese plazo. Una lesión que lleva varias semanas igual requiere descartar otra causa.
  • Tamaño o crecimiento: Un granito que va aumentando de tamaño rápidamente, o que desde el inicio es mayor de 1 cm, debe ser revisado. El crecimiento progresivo podría indicar infección encapsulada (como un absceso) u otra lesión que necesita tratamiento.
  • Dolor e interferencia: Si la molestia es tanta que dificulta comer, tragar o hablar, no esperes: busca ayuda profesional. Por ejemplo, un sialolito grande puede causar mucho dolor al comer, o una ránula grande puede interferir con la lengua. El dolor desproporcionado puede indicar infección activa.
  • Sangrado o ulceración persistente: Cualquier bulto que sangra al tocarlo o úlcera que no cicatriza debe ser examinado. Podría ser desde un trauma constante (morderte sin querer esa zona) hasta algo más serio que necesite biopsia.
  • Síntomas asociados: Presta atención a ganglios inflamados en el cuello, fiebre, mal aliento persistente, dificultad para mover la lengua o abrir la boca. Estos signos acompañantes pueden apuntar a una infección más severa que requiera medicación (por ejemplo, una infección de glándula salival obstruida puede causar fiebre y mal sabor). Si notas entumecimiento en la lengua, zonas blancas rojizas que se extienden, o dolor referido al oído, también es motivo de consulta.
  • Factores de riesgo: Si eres fumador, consumes mucho alcohol o tienes antecedente de VPH oral, no está de más tener un control odontológico anual. Y por supuesto, si eres paciente inmunosuprimido (VIH positivo, diabetes descontrolada, o en tratamiento inmunosupresor), cualquier lesión oral debe valorarse prontamente, ya que en estos casos las infecciones pueden ser más agresivas o inusualesv.

No entres en pánico al notar un granito bajo tu lengua. Observa su evolución unos días, mejora tu higiene y evita irritantes. Si ves que mejora día a día, probablemente no era nada de cuidado. En cambio, si persiste o empeora, acude al dentista o médico estomatólogo para un diagnóstico certero. Ellos podrán determinar si es algo como un mucocele inofensivo, un simple afta o alguna lesión que requiera tratamiento específico. Siempre es mejor salir de dudas con un profesional que quedarse con la preocupación.

¿Cómo se quitan los granos debajo de la lengua? (Tratamientos y consejos)

El tratamiento dependerá totalmente de la causa del granito debajo de la lengua. Muchas veces, como has visto, ni siquiera hace falta un tratamiento agresivo porque el problema se resuelve solo. Veamos qué se puede hacer en cada caso:

  • Para aftas y llagas bucales: Al ser autolimitadas, generalmente basta con cuidar la higiene y manejar el dolor. Puedes hacer enjuagues con agua tibia salada (media cucharadita de sal en un vaso de agua) un par de veces al día para ayudar a desinfectar y desinflamar. Existen en farmacia geles o enjuagues específicos para aftas con ingredientes como lidocaína o corticosteroides suaves que alivian el dolor y aceleran la curación. Aplicar un poco de miel o gel de aloe vera natural sobre la llaga también puede calmar (remedio casero conocido). Importante: evita alimentos picantes, ácidos o muy calientes mientras tengas la afta, para no empeorar la irritación. Si la úlcera es muy grande, dolorosa o recurrente, el médico puede recetar enjuagues especiales (por ejemplo, con dexametasona) o pastillas de corticoides para casos severos.
  • Para lesiones por irritación o trauma: Aquí la clave es eliminar el factor irritante. Si te mordiste, pues tratar de no volver a hacerlo (¡lo sé, a veces es involuntario!). Si sospechas que un diente filoso causa el roce, visita al dentista para pulirlo un poco. Mientras la zona sana, mantén una buena higiene oral para evitar infección en la herida: cepilla con suavidad después de cada comida y puedes usar un colutorio antiséptico suave sin alcohol. Un truco sencillo es disolver media cucharadita de bicarbonato en agua y usarlo de enjuague; el bicarbonato ayuda a neutralizar ácidos y promueve la cicatrización. En general, estas lesiones mejoran en pocos días por sí solas. Aplica compresas frías (hielo envuelto en un paño) bajo la mandíbula si sientes mucha inflamación, eso puede aliviar.
  • Para mucoceles o “burbujas” de saliva: Lo usual es observarlas por un tiempo, ya que muchas se drenan o reabsorben espontáneamente. Evita estar tocando o mordiendo la bolita, por más tentador que sea, porque podrías empeorarla. Si pasadas 1-2 semanas el quiste sigue ahí del mismo tamaño, conviene que un profesional lo evalúe. Un dentista o cirujano oral puede drenar el mucocele si está muy molesto o extirparlo mediante una pequeña cirugía bajo anestesia local en caso necesario. Los cálculos salivales (sialolitos) pequeños a veces salen solos estimulando el flujo salival: puedes chupar caramelos sin azúcar o rodajas de limón para intentar “empujarlos”. También es vital mantenerte bien hidratado (beber agua) para diluir la saliva. Si hay infección en la glándula (te duele mucho, hay pus o fiebre), el médico recetará antibióticos apropiados y quizá antiinflamatorios. Los sialolitos grandes que no se desplazan pueden requerir extracción manual o incluso quirúrgica por un especialista.
  • Para infecciones orales: Aquí el tratamiento es más específico según el tipo de infección. Si se confirma candidiasis oral (hongos), se indicarán antifúngicos tópicos (enjuague o gel de nistatina, por ejemplo) por 1-2 semanas, además de mejorar la higiene y disminuir el consumo de azúcares. En caso de sospecha de infección viral, como un herpes intraoral, se pueden usar antivirales sistémicos (aciclovir) si se diagnostica tempranamente, aunque muchas infecciones virales solo requieren cuidados paliativos (analgésicos, líquidos fríos, reposo) y el tiempo las resuelve. Las verruguitas por VPH en la lengua a veces se eliminan con procedimientos menores (crioterapia, láser) dependiendo del tamaño y molestia, o simplemente se mantienen en observación. Importante: nunca te automediques antibióticos o antifúngicos sin certeza del diagnóstico; siempre consulta al profesional para que identifique la causa antes de tomar medicamentos.
  • Para factores locales o hábitos: Si tus granitos debajo de la lengua se relacionan con hábitos, la “solución” obvia es cambiar esos hábitos. Por ejemplo, si fumas, considero crucial aconsejarte que reduzcas y ojalá dejes el cigarrillo, no solo por este episodio sino por tu salud bucal general (fumar retrasa la curación de cualquier lesión en la boca). Igualmente, mantén a raya el consumo de alcohol. Mejora tu rutina de higiene: cepilla dientes y lengua mínimo dos veces al día, usa hilo dental y un buen enjuague bucal diariamente. Añadir un raspador lingual a tu rutina puede ayudar a remover bacterias acumuladas en la superficie de la lengua y prevenir problemas. Intenta llevar una dieta equilibrada – tus papilas gustativas y tejidos orales estarán más saludables con nutrientes adecuados. Y como mencioné, maneja el estrés: tu boca muchas veces refleja tu estado de ánimo, y un cuerpo relajado tiende a tener menos brotes de aftas u otras alteraciones.

En general, muchos de estos consejos de tratamiento son sencillos de realizar en casa y ayudan a que esos granitos incómodos desaparezcan más rápido. No obstante, ante cualquier duda o si notas algo fuera de lo común, busca orientación profesional. A veces, un rápido examen con el odontólogo despeja tus miedos y él/ella te dará las indicaciones precisas (ya sea un enjuague medicinal, una crema, remover un cálculo, etc.).

Cómo prevenir los granitos debajo de la lengua (prevención)

Aunque no siempre se pueden evitar al 100%, sí es posible reducir la probabilidad de que aparezcan estos molestos bultitos siguiendo algunas recomendaciones:

  • Higiene oral impecable: Lo repito porque es fundamental. Cepíllate dientes, encías y lengua después de cada comida o al menos dos veces al día. Usa hilo dental diariamente. Un enjuague bucal sin alcohol puede ayudar a mantener la boca libre de bacterias adicionales. Piensa que una boca limpia sana más rápido pequeñas lesiones y es menos propensa a infecciones.
  • Evita irritantes frecuentes: Si notas que cada vez que comes cierta golosina muy ácida (ej. piña, tamarindo, dulces cítricos) te sale una llaga bajo la lengua, modera su consumo. Igual con comida extremadamente picante o caliente que puedan quemar la mucosa. No se trata de eliminar todo lo sabroso, sino de ser consciente y consumir con moderación aquello que te irrita.
  • Mantente hidratado: Bebe suficiente agua a lo largo del día. Una boca seca favorece la acumulación de placa y puede propiciar cálculos salivales. La saliva es la protección natural de tu boca; tener buena hidratación mantiene el flujo salival adecuado y las glándulas funcionando bien.
  • No fumes y limita el alcohol: Ya te comenté el impacto negativo del tabaco y alcohol. Dejar de fumar y beber menos alcohol reducirá la irritación crónica de tu boca y permitirá que cualquier pequeña lesión sane mejor. Además, disminuirás el riesgo de lesiones serias a futuro, incluyendo cáncer oral.
  • Dieta balanceada: Incorpora frutas, verduras y alimentos ricos en vitaminas. Las vitaminas del grupo B, hierro y zinc son importantes para la salud de la mucosa oral. Si sueles tener aftas, consulta si podrías requerir un suplemento vitamínico. Y evita excesos de azúcar, ya que promueven infecciones (más caries, más hongos).
  • Cuidado con el estrés y los hábitos orales: Intenta técnicas de relajación si vives con mucha ansiedad. Si tienes la costumbre de morderte la lengua o labios cuando estás nervioso, trata de sustituirlo por algo menos dañino (por ejemplo, masticar chicle sin azúcar puede mantener tu boca ocupada y protegida a la vez). El descanso adecuado y el ejercicio también ayudan a bajar el estrés.

Siguiendo estos consejos, mantendrás un ambiente oral saludable menos propenso a desarrollar granitos, llagas o bultos. Y no olvides visitar a tu dentista periódicamente (cada 6-12 meses) para chequeos: muchas veces ellos detectan y tratan temprano cualquier pequeña alteración antes de que se vuelva molestia para ti.

Preguntas Frecuentes sobre granos debajo de la lengua

¿Es normal tener bolitas debajo de la lengua?

Encontrar bolitas debajo de la lengua es relativamente común y, en la mayoría de casos, es algo normal y temporal. Estas protuberancias suelen deberse a causas benignas como pequeñas lesiones por mordedura, aftas o quistes de las glándulas salivales que se resuelven solos. Por ejemplo, mucha gente tiene glándulas sublinguales visibles que se notan como dos bolitas a cada lado del frenillo, las cuales son estructuras normales. Mientras la bolita no duela mucho, no crezca ni esté presente por más de dos semanas, generalmente no es motivo de alarma. De todos modos, ante cualquier duda, conviene que un odontólogo la revise para confirmar que todo está bien.

¿Cómo puedo eliminar un granito debajo de la lengua en casa?

Depende de la causa, pero hay remedios caseros que ayudan en muchos casos. Si es un afta o irritación, puedes hacer enjuagues de agua tibia con sal varias veces al día para desinfectar y desinflamar. Aplicar hielo (envuelto en tela) debajo de la mandíbula puede reducir la hinchazón y aliviar el dolor localmente. También el bicarbonato sódico diluido en agua, usado como colutorio, ayuda a neutralizar la acidez y favorecer la curación de llagas. Mantener una buena higiene oral es indispensable: cepilla muy suavemente la zona, incluso la lengua, para que no acumule placa. Si el granito molesta, en la farmacia venden geles con anestésico tópico (como benzocaína) que adormecen la zona temporalmente y alivian el dolor. Eso sí, no intentes reventar ni cortar el granito por tu cuenta – podrías empeorar la lesión o causar una infección. Ten paciencia y observa; muchos granitos desaparecerán con estos cuidados en unos días.

¿Cuándo debo acudir al médico por un grano debajo de la lengua?

Debes considerar acudir al médico o dentista si notas que el grano no mejora en 10-14 días, o si presenta características fuera de lo común. Por ejemplo: si aumenta de tamaño, cambia de color, sangra al tocarlo o el dolor empeora con el tiempo en lugar de mejorar. También busca atención si viene acompañado de síntomas como fiebre, ganglios inflamados en el cuello, dificultad para tragar o abrir la boca, ya que esto puede indicar una infección que requiere tratamiento (como un antibiótico). Otro motivo de consulta es si tienes muchos granitos recurrentes; es decir, se te quitan pero vuelven a salir frecuentemente, porque habría que investigar la causa subyacente (déficit vitamínico, alergias, etc.). En resumen, ante cualquier duda persistente o signo de alarma, es mejor que un profesional evalué la lesión. La tranquilidad que te dará saber exactamente qué es y cómo tratarlo no tiene precio.

¿Los granos debajo de la lengua pueden ser cáncer?

Entiendo la preocupación: todos hemos leído cosas en internet y asusta pensar en cáncer. Lo cierto es que es muy poco probable que un granito debajo de la lengua sea cáncer. La mayoría de los cánceres orales se manifiestan como úlceras que no sanan, lesiones endurecidas o manchas rojas/blancas persistentes más que como “granitos” pequeños. Dicho esto, no es imposible: un tumor en etapa inicial a veces puede confundirse con una llaga o bulto benigno. Las claves para diferenciarlo son el tiempo de evolución y otros signos asociados. Un cáncer oral no desaparece espontáneamente (dura más de 3 semanas), suele ir creciendo, puede ser indoloro al inicio y a veces viene acompañado de pérdida de peso o ganglios duros en el cuello. Si eres fumador fuerte o portador de VPH y presentas una lesión sospechosa que cumple estas características, sí es importante que te evalúe un especialista. Pero insisto: siempre agota primero las causas comunes benignas, pues estadísticamente tu granito será algo tratable y no una patología maligna. Ante la duda, un odontólogo puede realizar una pequeña biopsia para descartar cáncer y quedarte tranquilo.

¿Qué son esas dos bolitas simétricas debajo de mi lengua, a cada lado del frenillo?

¡Buena noticia! Si notas dos bolitas igualitas debajo de la lengua, una a la izquierda y otra a la derecha del frenillo, y no te duelen, lo más probable es que sean simplemente tus glándulas salivales submandibulares (o mejor dicho, los conductos de salida de dichas glándulas). Todos las tenemos, aunque en algunas personas están más prominentes. Se llaman carúnculas sublinguales, y por esos orificios sale saliva de manera constante para ayudar a digerir alimentos. A veces, si estimulas la zona, incluso verás salir un chorrito de saliva de cada conducto – totalmente normal. Estas estructuras pueden confundirse con “granitos” pero en realidad son parte de tu anatomía oral. Solo tendrían importancia si se inflaman o obstruyen (por ejemplo, por un cálculo), en cuyo caso se pondrían muy hinchadas y adoloridas. Mientras se vean rosadas y no duelan, no hay de qué preocuparse.

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José Bartolomé cleardent
Odontólogo
El Dr. José Bartolomé Lechuga, odontólogo especializado en prostodoncia y cirugía bucal, se dedica a la odontología general y estética desde 2021. Su compromiso con la formación continua y su habilidad en tratamientos personalizados le permiten entender y satisfacer las necesidades estéticas y funcionales de sus pacientes. Como profesor colaborador en la Universidad CEU San Pablo y reconocido por importantes sociedades científicas, el Dr. Lechuga se esfuerza por devolver la confianza a sus pacientes, destacándose por su excelencia clínica y su pasión por mejorar cada sonrisa.

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