
Una muela picada por el lateral puede causar dolor e incertidumbre. Descubre sus causas, síntomas y cómo tratar esta caries lateral con soluciones efectivas.

¿Preocupado por bolitas bajo la lengua? Te explico por qué salen granos debajo de la lengua, si son graves o no, y cómo se quitan con tratamientos seguros.
He atendido a muchos pacientes que se alarman al descubrir granos debajo de la lengua. Entiendo perfectamente la preocupación: notar bolitas bajo la lengua o pequeñas protuberancias linguales inesperadas puede ser inquietante. Quiero que sepas que en la mayoría de los casos no se trata de nada grave. Aun así, es normal preguntarse “¿por qué tengo granos debajo de la lengua, es algo serio y cómo puedo quitarlos?”. En este artículo te hablaré en primera persona, de manera clara y empática, para explicarte todas las causas posibles, cuándo deberías preocuparte y qué tratamientos o remedios existen para estas molestias. ¡Vamos a ello!
Cuando hablamos de granos o bultos debajo de la lengua, nos referimos a pequeñas elevaciones o lesiones en el piso de la boca o en el frenillo lingual (el tejido que une la lengua al fondo de la boca). Estas protuberancias linguales pueden tener diversas causas, desde lesiones leves hasta infecciones. Por lo general, suelen ser benignas y temporales, aunque entender su origen te ayudará a manejarlas mejor. A continuación, te detallo las causas más frecuentes:
Las aftas bucales (llagas) son pequeñas ulceraciones redondas que pueden aparecer en cualquier parte de la boca, incluso debajo de la lengua. A veces comienzan luciendo como un “granito” blanco o amarillento rodeado de rojo. Suelen ser bastante dolorosas al contacto. Las aftas no son contagiosas y pueden desencadenarse por estrés, cambios hormonales, pequeñas lesiones, alergias o déficit de vitaminas. Por lo general, sanan por sí solas en una o dos semanas. Mientras tanto, es recomendable evitar comida muy picante o ácida, ya que puede intensificar el dolor. (En nuestro artículo sobre aftas bucales puedes leer más sobre cómo aliviar estas llaguitas.)
Muchas veces un mordisco accidental, un raspón con un alimento duro o una quemadura con bebida caliente puede dañar la delicada mucosa bajo la lengua. La zona lesionada se inflama, enrojece y puede tomar el aspecto de un pequeño bulto en la boca. Por ejemplo, morder el frenillo lingual (esa telita bajo la lengua) puede dejar un granito o área inflamada que molesta al mover la lengua. La buena noticia es que estos granitos traumáticos no requieren tratamiento específico: basta con mantener la zona limpia, tener paciencia y evitar seguir irritándola para que la hinchazón baje en pocos días. Si duele, puedes enjuagarte con agua tibia y sal para aliviar la molestia.
Debajo de la lengua se encuentran las glándulas salivales sublinguales y los conductos de las glándulas submandibulares, que secretan saliva al piso de la boca. Si uno de estos conductos se obstruye por un cálculo salival (sialolito), la saliva no puede salir y se acumula, formando una especie de bulto o quiste bajo la lengua. Esto a veces ocurre por depósitos de minerales en la saliva que forman “piedritas” que tapan el conducto. La glándula puede inflamarse, causando hinchazón bajo la lengua, dolor e incluso infección si la obstrucción persiste.
Otra manifestación común es el mucocele, un quiste de mucosa resultante de una glándula salival menor dañada u obstruida. Cuando aparece en el piso de la boca se llama ránula: luce como una bolsa o burbuja transparente azulada. Estos bultos sublinguales suelen ser blandos y no duelen, aunque pueden ser molestos al comer o hablar. Muchas veces remiten solos al cabo de días o semanas al reabsorberse la acumulación de saliva. Si notas una bolsita de líquido bajo tu lengua que no desaparece o crece, conviene que tu dentista la evalúe; en casos rebeldes puede necesitar drenaje o extirpación menor.
Diversas infecciones en la boca pueden provocar protuberancias o “granitos” como reacción del organismo. Por ejemplo, la candidiasis oral (infección por hongos) forma placas blancas en la lengua y mucosas que pueden lucir como granitos blancos y causar ardor. Infecciones virales comunes, como un resfriado fuerte o la mononucleosis, pueden cursar con ganglios inflamados y pequeñas lesiones en la boca. Incluso existe una condición llamada papilitis lingual transitoria (conocida coloquialmente como “lie bumps”) donde algunas papilas gustativas se inflaman y forman granitos rojos dolorosos en la lengua. Aunque estas papilas inflamadas suelen aparecer más en la superficie de la lengua, también podrías notarlas en los bordes o debajo si la irritación es generalizada.
En cuanto a infecciones de transmisión sexual, ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH) pueden ocasionar verrugas orales – pequeños bultos indoloros – en la lengua o zona sublingual. Estas lesiones por VPH a veces pasan desapercibidas, pero en algunos casos generan escozor. Es importante evaluarlas, ya que el VPH oral poco frecuente podría derivar en lesiones precancerosas con los años. Otra infección viral a mencionar es el herpes simple, aunque el herpes oral típicamente causa ampollas en labios y encías, no granos debajo de la lengua; aun así, podría ocasionar úlceras en cualquier parte de la boca.
Hay ciertos hábitos diarios o condiciones que pueden predisponer a que salgan granitos debajo de la lengua con más frecuencia:
Aunque menos frecuentes, conviene mencionar otras posibles causas de bultos debajo de la lengua:
Visita este artículo si necesitas saber los tipos de granos en la lengua que existen.
Después de conocer las causas, la siguiente duda lógica es si estos granitos son motivo de alarma. La mayoría de los granos debajo de la lengua no son graves; suelen corresponder a causas benignas como las ya mencionadas (aftas, pequeñas lesiones o quistes temporales). De hecho, muchas de estas protuberancias desaparecen espontáneamente al cabo de días o un par de semanas sin dejar secuelas.
Ahora bien, ¿cuándo hay que prestar más atención o consultar al médico/odontólogo? Te dejo algunas pautas importantes:
No entres en pánico al notar un granito bajo tu lengua. Observa su evolución unos días, mejora tu higiene y evita irritantes. Si ves que mejora día a día, probablemente no era nada de cuidado. En cambio, si persiste o empeora, acude al dentista o médico estomatólogo para un diagnóstico certero. Ellos podrán determinar si es algo como un mucocele inofensivo, un simple afta o alguna lesión que requiera tratamiento específico. Siempre es mejor salir de dudas con un profesional que quedarse con la preocupación.
El tratamiento dependerá totalmente de la causa del granito debajo de la lengua. Muchas veces, como has visto, ni siquiera hace falta un tratamiento agresivo porque el problema se resuelve solo. Veamos qué se puede hacer en cada caso:
En general, muchos de estos consejos de tratamiento son sencillos de realizar en casa y ayudan a que esos granitos incómodos desaparezcan más rápido. No obstante, ante cualquier duda o si notas algo fuera de lo común, busca orientación profesional. A veces, un rápido examen con el odontólogo despeja tus miedos y él/ella te dará las indicaciones precisas (ya sea un enjuague medicinal, una crema, remover un cálculo, etc.).
Aunque no siempre se pueden evitar al 100%, sí es posible reducir la probabilidad de que aparezcan estos molestos bultitos siguiendo algunas recomendaciones:
Siguiendo estos consejos, mantendrás un ambiente oral saludable menos propenso a desarrollar granitos, llagas o bultos. Y no olvides visitar a tu dentista periódicamente (cada 6-12 meses) para chequeos: muchas veces ellos detectan y tratan temprano cualquier pequeña alteración antes de que se vuelva molestia para ti.
Encontrar bolitas debajo de la lengua es relativamente común y, en la mayoría de casos, es algo normal y temporal. Estas protuberancias suelen deberse a causas benignas como pequeñas lesiones por mordedura, aftas o quistes de las glándulas salivales que se resuelven solos. Por ejemplo, mucha gente tiene glándulas sublinguales visibles que se notan como dos bolitas a cada lado del frenillo, las cuales son estructuras normales. Mientras la bolita no duela mucho, no crezca ni esté presente por más de dos semanas, generalmente no es motivo de alarma. De todos modos, ante cualquier duda, conviene que un odontólogo la revise para confirmar que todo está bien.
Depende de la causa, pero hay remedios caseros que ayudan en muchos casos. Si es un afta o irritación, puedes hacer enjuagues de agua tibia con sal varias veces al día para desinfectar y desinflamar. Aplicar hielo (envuelto en tela) debajo de la mandíbula puede reducir la hinchazón y aliviar el dolor localmente. También el bicarbonato sódico diluido en agua, usado como colutorio, ayuda a neutralizar la acidez y favorecer la curación de llagas. Mantener una buena higiene oral es indispensable: cepilla muy suavemente la zona, incluso la lengua, para que no acumule placa. Si el granito molesta, en la farmacia venden geles con anestésico tópico (como benzocaína) que adormecen la zona temporalmente y alivian el dolor. Eso sí, no intentes reventar ni cortar el granito por tu cuenta – podrías empeorar la lesión o causar una infección. Ten paciencia y observa; muchos granitos desaparecerán con estos cuidados en unos días.
Debes considerar acudir al médico o dentista si notas que el grano no mejora en 10-14 días, o si presenta características fuera de lo común. Por ejemplo: si aumenta de tamaño, cambia de color, sangra al tocarlo o el dolor empeora con el tiempo en lugar de mejorar. También busca atención si viene acompañado de síntomas como fiebre, ganglios inflamados en el cuello, dificultad para tragar o abrir la boca, ya que esto puede indicar una infección que requiere tratamiento (como un antibiótico). Otro motivo de consulta es si tienes muchos granitos recurrentes; es decir, se te quitan pero vuelven a salir frecuentemente, porque habría que investigar la causa subyacente (déficit vitamínico, alergias, etc.). En resumen, ante cualquier duda persistente o signo de alarma, es mejor que un profesional evalué la lesión. La tranquilidad que te dará saber exactamente qué es y cómo tratarlo no tiene precio.
Entiendo la preocupación: todos hemos leído cosas en internet y asusta pensar en cáncer. Lo cierto es que es muy poco probable que un granito debajo de la lengua sea cáncer. La mayoría de los cánceres orales se manifiestan como úlceras que no sanan, lesiones endurecidas o manchas rojas/blancas persistentes más que como “granitos” pequeños. Dicho esto, no es imposible: un tumor en etapa inicial a veces puede confundirse con una llaga o bulto benigno. Las claves para diferenciarlo son el tiempo de evolución y otros signos asociados. Un cáncer oral no desaparece espontáneamente (dura más de 3 semanas), suele ir creciendo, puede ser indoloro al inicio y a veces viene acompañado de pérdida de peso o ganglios duros en el cuello. Si eres fumador fuerte o portador de VPH y presentas una lesión sospechosa que cumple estas características, sí es importante que te evalúe un especialista. Pero insisto: siempre agota primero las causas comunes benignas, pues estadísticamente tu granito será algo tratable y no una patología maligna. Ante la duda, un odontólogo puede realizar una pequeña biopsia para descartar cáncer y quedarte tranquilo.
¡Buena noticia! Si notas dos bolitas igualitas debajo de la lengua, una a la izquierda y otra a la derecha del frenillo, y no te duelen, lo más probable es que sean simplemente tus glándulas salivales submandibulares (o mejor dicho, los conductos de salida de dichas glándulas). Todos las tenemos, aunque en algunas personas están más prominentes. Se llaman carúnculas sublinguales, y por esos orificios sale saliva de manera constante para ayudar a digerir alimentos. A veces, si estimulas la zona, incluso verás salir un chorrito de saliva de cada conducto – totalmente normal. Estas estructuras pueden confundirse con “granitos” pero en realidad son parte de tu anatomía oral. Solo tendrían importancia si se inflaman o obstruyen (por ejemplo, por un cálculo), en cuyo caso se pondrían muy hinchadas y adoloridas. Mientras se vean rosadas y no duelan, no hay de qué preocuparse.
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