
Desde la medicina integrativa, cada diente forma parte de un sistema interconectado: una infección dental crónica puede afectar órganos distantes, y una disfunción en un órgano puede reflejarse en un diente concreto.

Descubre los tipos de granos o protuberancias que pueden aparecer en la lengua, cómo reconocerlos, sus causas y tratamientos para mantener la boca sana.

Hola soy Alicia Moreno, odontóloga general en Cleardent. Hoy hablaremos de la aparición de granos en la lengua que puede resultar desconcertante y molesta. Como especialista en salud bucodental, a menudo me encuentro con pacientes preocupados al notar protuberancias, puntos blancos o “bultos” en su lengua. Quiero que, al terminar de leer este artículo, tengas claro qué tipos de “granos” pueden salir en la lengua, cómo diferenciarlos y qué hacer en cada caso. Hablaremos de las causas detrás de estas lesiones, qué síntomas provocan, cuándo debes preocuparte y acudir al médico y qué tratamientos o remedios existen para aliviarlos. Mi objetivo es explicártelo de forma cercana y comprensible, con el rigor médico necesario para que cuides tu salud bucodental con tranquilidad.
Antes de identificar los tipos de granitos, es importante entender por qué pueden aparecer. La lengua está cubierta de papilas gustativas (esas pequeñas protuberancias normales de la superficie lingual) y revestida de mucosa. Diversos factores pueden inflamar o irritar estas estructuras, dando lugar a bultitos o lesiones. En muchos casos, los “granos” en la lengua son una respuesta inflamatoria del organismo ante algún estímulo (como alimentos irritantes, estrés, heridas o infecciones). De hecho, los odontólogos llamamos papilitis lingual transitoria a la inflamación temporal de las papilas de la lengua, que suele manifestarse como pequeños granos rojos o blancos en la punta o laterales. Este término técnico abarca buena parte de las causas benignas de granitos linguales.
Sin embargo, no todos los bultos en la lengua entran en esa categoría. Algunas lesiones pueden ser aftas (llagas), infecciones por hongos como candidiasis, verrugas por virus del papiloma humano (VPH) u otras causas menos comunes. Enseguida veremos cada tipo en detalle. Lo importante es que la mayoría de estas protuberancias no son graves y tienden a sanar con el cuidado adecuado. Aun así, conviene estar atentos a ciertos signos de alarma que comentaremos más adelante.
A continuación, repasamos los tipos más comunes de “granos” o lesiones que pueden aparecer en la lengua, con sus características, causas y síntomas. Así podrás diferenciar qué tipo de lesión podrías tener:
Las aftas son úlceras abiertas, pequeñas y muy dolorosas que pueden formarse en la boca, incluida la lengua. Suelen iniciar como una manchita o protuberancia roja dolorosa que pronto se ulcera dejando el centro blanco o amarillento con un borde rojo inflamado. Si te has mordido la lengua, es posible que te salga un afta en ese sitio días después. No son contagiosas ni cancerosas, pero pueden hacer que comer o hablar resulte molesto.
¿Por qué salen? No hay una causa única. Pueden desencadenarse por pequeñas lesiones (morderse, una limpieza dental agresiva, aparatos que rozan), por estrés, cambios hormonales o falta de ciertas vitaminas y minerales (hierro, ácido fólico, B12). Incluso se ha asociado a alergias alimentarias o a un sistema inmunitario debilitado. Muchas veces no se encuentra una causa clara y aparecen de forma esporádica.
Síntomas: Dolor intenso y punzante en la zona de la llaga (especialmente al rozarla con alimentos, dientes o al ingerir algo ácido/salado). Las aftas en la lengua suelen medir menos de 5 mm, aunque el área enrojecida alrededor puede hacer que sientas gran parte de la lengua adolorida. Pueden tardar 7-14 días en sanar por completo. Mientras tanto, es normal la sensibilidad al comer.
Tratamiento: Las aftas sanan solas, pero puedes aliviar el dolor con enjuagues de agua con sal o bicarbonato, aplicando geles tópicos con anestésico o tomando analgésicos de venta libre si el dolor es muy molesto. Mantener una buena higiene bucal es clave para evitar infecciones secundarias en la úlcera. En casos de aftas muy grandes o recurrentes, un odontólogo puede recetar enjuagues especiales con corticoides o anestésicos. No explotes ni “cauterices” la llaga por tu cuenta, déjala sanar naturalmente. Si una llaga no cicatriza tras 2-3 semanas, coméntalo con el especialista (más abajo hablamos de señales de alarma).
Este es probablemente el tipo de “grano” lingual más común y benigno. Popularmente se les llama “granitos de la lengua” o incluso “lie bumps” (granos de la mentira, en inglés) porque existe la vieja creencia de que salen por decir mentiras – un mito, claro está. Médicamente, se conoce como papilitis lingual transitoria, que significa inflamación temporal de las papilas fungiformes de la lengua.
¿Qué aspecto tienen? Suelen ser bultitos pequeños, rojos o blancos, que aparecen repentinamente en la superficie de la lengua (a menudo en la punta o los bordes). Pueden ser únicos o varios separados. Su tamaño es pequeño, pero al inflamarse la papila se nota como un granito sobresaliente que duele al tacto o al comer. A veces producen ardor, picor u hormigueo en la zona.
¿Qué los causa? Diferentes factores pueden desencadenar esta inflamación de las papilas: consumir alimentos muy picantes, ácidos o calientes (que irritan las papilas), morderse accidentalmente la lengua, cambios hormonales (algunas personas los notan durante el ciclo menstrual), e incluso situaciones de estrés o defensas bajas. La predisposición genética también influye: hay gente que es sencillamente más propensa a que se le inflamen las papilas con ciertos estímulos. Una higiene deficiente, acumulación de sarro u otros problemas bucales (como caries o gingivitis) pueden favorecer su aparición al mantener un ambiente oral irritativo. En niños, existe una variante llamada papilitis lingual eruptiva que aparece durante cuadros virales con fiebre, causando múltiples papilas inflamadas (es contagiosa y de origen viral), pero en adultos normalmente no es por infección sino por irritación local.
Evolución: La buena noticia es que estos granitos son temporales. Suelen desaparecer solos en pocos días, típicamente entre 1 y 7 días, sin dejar rastro. Mientras están presentes pueden ser molestos, pero por lo general no se agravan ni producen otros síntomas sistémicos. Si te fijas, es posible que alguna vez lo tuviste y sin hacer nada al par de días ya había desaparecido.
Tratamiento: Dado que remiten espontáneamente, basta con mantener la zona limpia y evitar lo que pueda empeorarlos. Mis recomendaciones son: no manipularlos ni morderlos, enjuagar la boca con un colutorio suave (o agua con sal) para mantener la lengua limpia, evitar comidas muy picantes, ácidas o calientes hasta que sanen, y beber suficiente agua. Si duelen mucho, puedes aplicar un gel anestésico tópico o chupar un cubito de hielo para aliviar (el frío ayuda a adormecer la zona). Cepilla tu lengua con suavidad al hacer tu higiene oral, sin restregar en exceso. Por lo general no requieren medicación. Si notas que te salen con mucha frecuencia, coméntalo en tu próxima revisión dental porque podría haber algún factor predisponente que podamos mejorar (por ejemplo, ajustar tu dieta o tu higiene bucal).
Una lengua con una capa blanca y grumosa, que al raspar deja zonas enrojecidas, puede indicar una infección por hongos llamada candidiasis oral o muguet. En este caso no son “granos” aislados, sino más bien manchas blanquecinas o amarillentas que pueden parecer pequeñas placas elevadas. A veces, en etapas iniciales, pueden notarse como puntitos o granitos blancos aquí y allá en la lengua y el paladar, que luego confluyen en placas.
Causa: La candidiasis es provocada por el hongo Candida albicans, que todos tenemos en baja cantidad en la boca. Si nuestras defensas bajan o se altera el equilibrio normal de la flora oral (por uso de antibióticos, diabetes mal controlada, uso de corticoides inhalados, prótesis mal ajustadas, etc.), el hongo prolifera excesivamente. Es más común en bebés, ancianos o personas inmunodeprimidas, pero también aparece ocasionalmente tras un periodo de estrés intenso o enfermedad. En adultos sanos, no es tan habitual, pero puede darse tras un tratamiento antibiótico prolongado o si hay muy mala higiene oral.
Síntomas: Se observa lengua blanca o con parches cremosos. Las lesiones de candidiasis tienen un aspecto aterciopelado; si intentas limpiarlas, pueden sangrar un poco y dejar la superficie rojiza y dolorida. Suele haber mal sabor o sabor extraño metálico, y a veces ardor al tragar si la infección está extendida. En casos leves puede que la persona solo note una leve molestia o sequedad. Si progresa, puede causar fisuras en las comisuras de los labios y mucha incomodidad al comer.
Tratamiento: Es importante tratar la candidiasis con antifúngicos. Un dentista o médico te recetará antifúngicos tópicos (enjuagues o geles con nistatina, por ejemplo) o, en infecciones más severas, medicamentos antifúngicos vía oral. Además, se debe corregir la causa subyacente: si es por antibióticos, estos quizá ya terminaron; si es por inhalador de corticoides, enjuagarse siempre la boca tras usarlo; si es por prótesis dental, ajustarla; si hay diabetes, controlar la glucemia, etc. En casa, mantener una higiene impecable: cepillar dientes y lengua suavemente, usar enjuague bucal antifúngico si lo indican, y evitar azúcar y levaduras en la dieta durante el tratamiento (ya que alimentan a la candida). Con tratamiento, la candidiasis suele resolverse en 1 a 2 semanas. No ignores una candidiasis persistente, ya que podría ser signo de inmunidad baja; si tras tratamiento vuelve rápidamente, consulta con tu médico.
El VPH es un virus común que puede causar verrugas en mucosas, incluida la cavidad oral. Si notas bultos pequeños, indoloros, de superficie irregular o rugosa en la lengua (a veces con aspecto de coliflor miniatura), especialmente en los bordes o debajo de la lengua, podría tratarse de una verruga oral por VPH. Suelen ser de color similar al de la mucosa oral (blanquecino o rosado). A diferencia de las aftas o de la papilitis, no suelen doler ni desaparecer por sí solos en pocos días; tienden a persistir o crecer lentamente.
Causa: La infección por papilomavirus humano en la boca se transmite principalmente por contacto sexual oral. Existen muchas cepas de VPH; las llamadas de “bajo riesgo” son las que causan verrugas benignas. De hecho, el VPH de bajo riesgo puede ocasionar verrugas en la boca o garganta además de en genitales. No todas las personas expuestas desarrollan lesiones, eso depende del sistema inmune.
Síntomas: Por lo general, una verruga oral no duele. Puede pasar desapercibida y descubrirse en un chequeo dental rutinario. Si crece en un sitio donde roza con los dientes, podría causar ligera molestia o sangrado al morderse. A veces hay una sola verruga; otras veces aparecen varias diseminadas. Tienen un aspecto distinto a un granito inflamatorio: suelen ser más planas o con superficie grumosa, e incluso pediculadas (unidas por una base más estrecha).
Tratamiento: Si sospechas tener una verruga por VPH en la lengua, debes acudir al odontólogo o dermatólogo. Se confirma el diagnóstico y, generalmente, se recomienda eliminarla: puede hacerse mediante crioterapia, láser o cirugía menor con anestesia local, según el tamaño y ubicación. El profesional decidirá la mejor técnica para extirpar la lesión completamente. También evaluará toda tu boca para ver si hay más lesiones. No intentes cortarla o removerla en casa, podrías lesionarte e infectarte. Tras quitarla, es importante mantener controles: el VPH puede permanecer en el tejido, y ocasionalmente las verrugas orales reaparecen y requieren nuevos tratamientos. Recuerda que la vacuna contra el VPH puede prevenir las cepas más peligrosas – coméntalo con tu médico si no la has recibido.
(Nota: Las cepas de VPH de alto riesgo no causan verrugas visibles, pero sí pueden provocar lesiones precancerosas. Por eso, cualquier bulto anormal que no desaparece debe ser evaluado. Hablaremos más adelante de la relación entre VPH y cáncer oral.)
El virus del herpes simple (VHS) tipo 1 suele causar las famosas ampollas o “calenturas” en los labios. Sin embargo, en algunas personas el herpes bucal también puede afectar la lengua y otras áreas dentro de la boca, sobre todo durante la primoinfección (el primer contagio) o en reactivaciones intensas. Las lesiones herpéticas en la lengua comienzan como ampollitas llenas de líquido, que rápidamente revientan y forman pequeñas úlceras dolorosas agrupadas.
Características: A diferencia de un afta aislada, el herpes suele presentar múltiples vesículas o llaguitas juntas. Pueden estar en la punta, bordes de la lengua e incluso extenderse a encías y garganta. Al inicio dan sensación de ardor o hormigueo en la zona; luego aparecen las ampollas y úlceras. Suelen doler bastante y pueden acompañarse de inflamación de encías (gingivoestomatitis herpética).
Síntomas asociados: En una infección de herpes activa es común tener malestar general, fiebre baja y ganglios inflamados en el cuello. Las lesiones en la lengua por herpes pueden tardar una o dos semanas en curar. Durante ese tiempo, comer alimentos ácidos o muy condimentados resultará muy doloroso. Ten en cuenta que tras la primera infección, el virus permanece latente en el cuerpo y puede reactivarse en episodios futuros (a veces por estrés, sol, defensas bajas), aunque generalmente las recurrencias salen más en el labio que en la lengua.
Tratamiento: El herpes no tiene cura definitiva, pero medicación antiviral (como aciclovir) ayuda a acortar el brote y aliviar síntomas. Si acudes al médico al inicio (cuando sientes el hormigueo), puede recetarte antivirales orales o tópicos. De lo contrario, toca manejar el dolor y esperar a que las úlceras cicatricen. Para el dolor, se indican enjuagues anestésicos, analgésicos sistémicos y mucha hidratación (chupar hielo también puede aliviar). Mantén una excelente higiene bucal para prevenir sobreinfecciones bacterianas en las llagas. Importante: durante un brote de herpes oral, evita el contacto boca a boca con otras personas (besos) o practicar sexo oral, pues las lesiones son contagiosas hasta que curan completamente.
No todos los “granos” tienen un nombre de enfermedad. La lengua puede reaccionar con inflamación o pequeñas ampollas simplemente por irritación mecánica o química. Por ejemplo, si te quemas la lengua con comida muy caliente, es posible que luego aparezca una ampolla o zona abultada dolorosa que sanará en unos días. Del mismo modo, una mordedura fuerte en la lengua puede dejar un bulto o hematoma sensible al tacto. Estas lesiones traumáticas suelen mejorar solas; la ampolla por quemadura se revienta o reabsorbe y el tejido se regenera. Solo hay que vigilar que no se infecten: realizar enjuagues con agua salada y mantener la boca limpia ayuda a que cicatricen más rápido
Otra situación: reacciones alérgicas o de contacto. Hay personas que, al comer cierto alimento muy ácido o al que tienen leve alergia, experimentan una lengua inflamada con sensación de picor e incluso pequeños granitos transitorios. Un ejemplo típico es con la piña o kiwi (por las enzimas), que pueden irritar las papilas causando bultitos rojos y escozor que desaparecen al poco tiempo. Mientras esa reacción ocurre, se puede sentir la lengua ardorosa o con picor. Si la reacción alérgica es más intensa, podría haber hinchazón significativa de la lengua – en casos severos de alergia (anafilaxia) la lengua puede hincharse peligrosamente. Pero ojo: eso es poco común; la mayoría de alergias alimentarias leves solo provocan irritación pasajera. Aun así, si notas inflamación general de la lengua, labios o garganta y dificultad para respirar, busca atención inmediata, pues podría ser anafilaxia(una situación de emergencia).
Finalmente, mencionar que deficiencias nutricionales (como falta de B12, hierro, folatos) pueden llevar a glositis atrófica, donde la lengua se ve roja, lisa y adolorida, más que con granos. No es exactamente “granitos”, pero a veces el paciente refiere sensación de aspereza o protuberancias que en realidad son inflamación difusa. La solución en ese caso es suplementar las vitaminas/minerales faltantes según indiquen los análisis médicos.
La mayoría de los granos o lesiones en la lengua son benignos y temporales, como hemos visto. No obstante, debes prestar atención a ciertas señales de alarma que podrían indicar que no se trata de algo tan inocente. Acude al dentista o médico para una evaluación si notas alguno de estos aspectos:
Si el aspecto del grano te genera sospecha o viene con síntomas añadidos, es mejor consultar. El odontólogo podrá inspeccionar con instrumental, y si ve algo fuera de lo común, realizar pruebas (como un análisis, cultivo o biopsia). Más vale descartar algo serio que lamentarse por haberlo dejado pasar.
El manejo de los granos o lesiones linguales dependerá del tipo de lesión que sea, pero hay medidas generales que siempre ayudan a sanar más rápido y prevenir empeoramientos:
No siempre se pueden prevenir al 100%, pero sí reducir el riesgo de que aparezcan o reaparezcan siguiendo estos consejos:
En definitiva, se trata de mantener una buena salud bucodental integral. Muchas de las causas de granitos en la lengua (infecciones, inflamaciones) florecen cuando algo anda desequilibrado en nuestra boca. Con buenos hábitos y visitas regulares al dentista, es menos probable que tengas que lidiar con ellos, y si aparecen, serán leves y esporádicos.
Por lo general, un granito en la lengua desaparecerá sin dejar huella. Pero conviene saber qué complicaciones podrían surgir en ciertos casos, para estar prevenido:
Las complicaciones serias no son la norma, pero conocerlas nos ayuda a ser responsables con nuestra salud oral. La gran mayoría de granos en la lengua se resuelven sin problema, especialmente si sigues las recomendaciones dadas. Ante cualquier evolución inusual, estamos para ayudarte en Cleardent.
Sí, en general es bastante común. Muchas personas presentan pequeños granitos transitorios en la lengua en algún momento de su vida, por ejemplo por papilas gustativas inflamadas (papilitis lingual) o alguna afta esporádica. Mientras sean ocasionales, pequeños y desaparezcan en pocos días, podemos considerarlos normales y benignos. La lengua, al estar expuesta a comidas, mordeduras accidentales e irritantes, puede reaccionar formando estas protuberancias. No debes alarmarte si te sale alguno de vez en cuando. Simplemente obsérvalo y cuida tu higiene oral. Si notas que aparecen con mucha frecuencia o siempre en la misma zona, coméntalo en tu próxima revisión dental para buscar la causa.
Las aftas en la lengua suelen comenzar como una protuberancia roja dolorosa que rápidamente se ulcera, formando un círculo o área blanca-amarillenta con borde rojo. Duelen mucho al rozarlas y no suelen venir en grupo (puedes tener una o dos separadas). En cambio, los granitos por papilitis se mantienen como bultitos llenos (no se ulceran), de color rojo o blanquecino, más pequeños, y suelen aparecer aislados en la punta o lateral sin formar una llaga abierta. Las lesiones por herpes suelen ser varias llaguitas agrupadas acompañadas de malestar general. Las verruguitas por VPH no duelen y tienen aspecto verrugoso o alargado. Y la candidiasis parece más bien placas o puntitos blancos múltiples con sensación de ardor más difuso. En resumen: si es una única lesión con centro blanquecino amarillento y duele mucho, piensas en afta; si son bultitos pequeños que no ulceran, papilitis; muchos puntitos blancos, quizá hongos; varias úlceras juntitas + fiebre, herpes. Ante la duda, un profesional lo podrá distinguir con un examen visual.
Lo principal es mantener la zona limpia y evitar irritarla más. Algunos consejos rápidos: realiza enjuagues con agua y sal un par de veces al día (efecto antiséptico y antiinflamatorio suave) evita comidas picantes/ácidas, no estés tocando el granito con los dientes o los dedos, y bebe bastante agua. Si duele, puedes aplicar un gel oral con ácido hialurónico o incluso una pizca de miel para aliviar y favorecer la cicatrización (en aftas funciona bien). Un antiinflamatorio tomado (como ibuprofeno) puede reducir la inflamación y dolor si es muy molesto. Generalmente, no hace falta pinchar ni medicar agresivamente: el tejido de la lengua se regenera rápido, así que en cuestión de días debería mejorar. Si pasan más de 7-10 días y sigue igual, busca evaluación profesional.
Depende del tipo de lesión. Un granito por papilitis (papila inflamada) no es contagioso en absoluto, ni las aftas tampoco (no se transmiten de persona a persona). Por otro lado, si el “grano” es en realidad parte de un herpes oral activo, sí podrías contagiar el virus del herpes a otra persona mediante besos o contacto directo con la saliva mientras tengas las lesiones. Igualmente, las verrugas por VPH en la lengua implican presencia del virus del papiloma, que puede transmitirse por contacto íntimo oral. La candidiasis oral podría pasar a un bebé lactante o a una pareja inmunodeprimida, aunque en adultos sanos no es fácil “contagiar” hongos salvo que existan las condiciones propicias. En resumen: lesiones de origen viral (herpes, papiloma), cuidado porque sí son contagiosas; lesiones inflamatorias o aftas, no te preocupes que no “se pegan”. Cuando no estés seguro del origen de un grano, mejor evita compartir cepillos de dientes, cubiertos o besos profundos hasta confirmar de qué se trata.
Si el granito no desaparece en una semana o dos, aumenta de tamaño, presenta un aspecto extraño (muy duro, bordes irregulares, color muy oscuro) o viene acompañado de otros síntomas preocupantes como dolor intenso, fiebre, dificultad al tragar, entonces deberías acudir al dentista para evaluación
En cambio, por un granito pequeño que duele poquito y se va reduciendo día a día, puedes esperar y manejarlo en casa. También es buena idea aprovechar tu próxima limpieza o revisión para comentarle al odontólogo si has tenido lesiones recurrentes, aunque ya no las tengas, para que examine por si queda algún signo. Y por supuesto, si te sientes intranquilo, aunque no cumplas “criterios” de gravedad, vale la pena consultar por tu tranquilidad mental.
Los granos en la lengua pueden ser molestos y, en algunos casos, indicar problemas de salud bucal o infecciones. Aunque muchos desaparecen por sí solos, es fundamental identificar su causa para recibir el tratamiento adecuado. En Clínicas Cleardent, nuestros profesionales realizan un diagnóstico preciso para determinar el origen de estos granos y te ofrecen el tratamiento más efectivo, garantizando tu bienestar bucal y tranquilidad.
Si tienes granos en la lengua o cualquier otra molestia oral, no lo dejes pasar. Pide tu cita en Clínicas Cleardent y recibe la mejor atención para cuidar tu salud bucal. ¡Estamos aquí para ayudarte a sonreír sin preocupaciones!



Desde la medicina integrativa, cada diente forma parte de un sistema interconectado: una infección dental crónica puede afectar órganos distantes, y una disfunción en un órgano puede reflejarse en un diente concreto.


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