
¿Dolor o sensibilidad después de un empaste profundo? Descubre cuánto dura el dolor, cuándo preocuparse y cómo aliviarlo adecuadamente.

¿Te preocupa si duele poner una funda dental? Una odontóloga te explica el proceso, cuándo puede doler y cómo aliviar las molestias, paso a paso.
Hola, soy Marta Cerezo, odontóloga y sé que una de las preguntas más comunes de mis pacientes es: “¿duele poner una funda dental?”. Entiendo perfectamente esta preocupación; a nadie le gusta sentir dolor en el dentista, y es normal tener cierto miedo antes de someterse a un tratamiento nuevo. Quiero que sepas que no estás solo/a: he colocado muchísimas fundas dentales (también llamadas coronas dentales) a lo largo de mi carrera, y en este artículo te hablaré , sobre cómo es el proceso, si duele o no duele realmente, y qué puedes hacer para estar más tranquilo/a.
Mi objetivo es que, al terminar de leer, tengas toda la información y la confianza para afrontar este tratamiento sin temores. Te contaré paso a paso cómo colocamos una funda dental, qué molestias pueden surgir (diferenciando entre una simple sensibilidad y un dolor real), así como consejos prácticos para minimizar cualquier malestar antes, durante y después del procedimiento. Además, compararé esta experiencia con otros tratamientos odontológicos para que tengas un contexto claro (por ejemplo, si duele más o menos que una extracción, un empaste, una endodoncia o un implante), y te indicaré qué señales de alarma vigilar tras colocar la funda, para saber cuándo conviene acudir al dentista.
Antes de entrar de lleno en si duele o no, dejemos claro qué es exactamente una funda dental. Una funda dental (o corona dental) es básicamente una “capa” o cubierta a medida con forma de diente que se coloca sobre una pieza natural para restaurarla. Imagina un “casquito” hecho a la medida de tu diente: puede ser de porcelana, cerámica, resina u otros materiales, y sirve para devolverle al diente dañado su forma, tamaño y fuerza originales. Colocamos fundas cuando un diente está muy deteriorado (por caries extensa, fracturas, desgastes) o después de una endodoncia, para proteger lo que queda del diente. También se usan sobre implantes (atornilladas o cementadas al implante) cuando has perdido un diente y necesitas reemplazarlo.
Existen diferentes tipos de fundas dentales según el material del que estén hechas, y tu dentista te recomendará la mejor opción según tu caso. Las más habituales hoy en día son:
Cada material tiene sus pros y contras. En la consulta siempre te explicaremos las opciones y elegiremos juntos la funda adecuada según la posición del diente, tus preferencias estéticas y tu presupuesto.
Te describo el proceso completo de colocación de una funda dental, para que sepas qué ocurre en cada etapa. Normalmente requiere dos visitas principales (a veces más, dependiendo del caso o si usamos tecnología de coronas en el día). Los pasos típicos son:
Este es el proceso general. Cada caso puede tener variaciones, pero en esencia así es cómo se pone una funda dental. Como ves, la mayor parte del trabajo recae en el dentista y el protésico, mientras que tú estarás la mayoría del tiempo anestesiado/a y cómodo/a.
Ahora, con este contexto claro, vayamos al meollo de la cuestión: ¿duele o no duele ponerse una funda dental?
Esta es la gran pregunta. Te responderé de manera directa: poner una funda dental no debería doler. Durante el procedimiento, se utiliza anestesia local para adormecer el diente y la encía, por lo que no sentirás dolor mientras trabajamos. Tallar un diente para una funda se siente muy parecido a hacer un empaste, gracias a la anestesia. Notarás vibraciones de la fresa (el instrumento que lima) y el sonido, pero no habrá dolor. Algunos pacientes me dicen que la peor parte es el ruido o tener la boca abierta un rato, pero en términos de dolor, con la anestesia adecuada no debes sentir nada agudo.
Quiero ser totalmente transparente: lo normal es únicamente sentir algo de presión y vibración, pero sin dolor. Si en algún momento, mientras te preparamos el diente, llegases a sentir molestia, siempre puedes avisarme (levantando la mano, por ejemplo) y aplicamos más anestesia. Tu comodidad es la prioridad.
Después de colocar la funda, cuando pasa el efecto de la anestesia, podrías experimentar algunas molestias leves, esto es completamente normal. Piensa que hemos trabajado en la zona: el diente y encía pueden estar algo irritados por el tallado y la cementación. Las sensaciones típicas las describen mis pacientes así: “una molestiacilla al morder”, “cierta sensibilidad con cosas muy frías o calientes”, o un ligero dolor de encía si esta fue retraída durante el procedimiento. Estas molestias suelen ser temporales y desaparecen en unos pocos días. En la mayoría de los casos, cada día sentirás menos sensibilidad a medida que el diente se va recuperando y te acostumbras a la nueva corona.
Déjame diferenciar claramente entre molestia normal y dolor anormal:
En resumen, hablando claro: poner una funda dental en sí no duele gracias a la anestesia. Tras el procedimiento, la mayoría de las personas tienen solo leves molestias, similares a cuando te hacen un empaste profundo, y en pocos días están totalmente normal. Tu dentista puede ayudarte con recomendaciones o medicamentos para que esos días estés confortable. Ahora, veamos cómo minimizar aún más esas posibles molestias.
A lo largo de los años, he aprendido algunos trucos y consejos que le doy a mis pacientes más aprensivos o sensibles, para hacer de la experiencia de la funda dental algo mucho más llevadero. Aquí te comparto paso a paso qué puedes hacer tú (y qué hago yo) antes, durante y después de la colocación de la corona, para evitar el dolor o las molestias en la medida de lo posible:
Con estos consejos, la gran mayoría de mis pacientes pasan el proceso sin apenas dolor. Muchos me dicen en la revisión: “¡Al final no fue para tanto, doctora!”. Y es que, en serio, una funda dental bien hecha no tiene por qué doler más allá de unas ligeras molestias manejables.
Para darte más tranquilidad, te pondré en contexto comparando la experiencia de ponerse una funda dental con otros tratamientos comunes. Así puedes hacerte una idea de “en la escala del dolor del dentista” dónde se ubica una corona. Recuerda que cada experiencia es subjetiva, pero hablando en general de procedimientos con anestesia:
– Empaste vs. Funda dental: Colocar una funda implica un proceso similar a un empaste grande. En ambos, se elimina parte del diente con fresa bajo anestesia, por lo que durante el procedimiento ninguno debería doler. La diferencia es que en la funda tallamos más cantidad de diente que en un empaste común, pues necesitamos espacio para cubrir todo el diente. Aun así, desde tu perspectiva, notarás casi lo mismo: vibración, agua, ruido, pero sin dolor. Después, un empaste profundo también puede dejarte el diente algo sensible un par de días, al igual que la funda. Diría que el nivel de molestias post-tratamiento es parecido en un empaste grande y en una corona. En ambos casos, si todo va bien, las molestias remiten rápido.
– Endodoncia (tratamiento de nervio) vs. Funda: Una endodoncia tiene peor fama en cuanto a dolor, pero en realidad se realiza con anestesia local igual que la funda, así que tampoco debe doler durante el procedimiento. La diferencia es que una endodoncia suele durar más tiempo en el sillón (es más larga y meticulosa, porque se limpia el interior del diente). Muchos pacientes se cansan más con una endodoncia por tener la boca abierta mucho rato. Tras la endodoncia, a veces hay molestias por unos días (el diente tratado puede quedar sensible por la limpieza interna). Cuando a un paciente le hacemos endodoncia + corona (que es frecuente en dientes muy dañados), normalmente primero se recupera del todo del tratamiento de nervio antes de colocar la funda. ¿Dolerá más la endodoncia o la funda? Probablemente la endodoncia genere más sensibilidad después, porque hubo infección previa y manipulación del nervio, mientras que la funda suele ser más suave en el post. Pero todo depende del caso.
– Extracción dental vs. Funda: Si te han sacado una muela, sabrás que la extracción puede dejar dolor e hinchazón después durante varios días, porque es una pequeña cirugía (queda una herida en la encía/hueso). Colocar una funda es muchísimo menos agresivo que una extracción. No estamos quitando el diente, solo limándolo. Por tanto, el postoperatorio de la funda es mucho más llevadero: no tendrás puntos, ni herida abierta. Tras una extracción es común necesitar analgesia varios días; tras una funda, como vimos, quizá con un solo analgésico o ninguno ya estés bien. Así que en comparación, ponerse una funda duele mucho menos que una extracción dental (¡qué alivio, verdad?).
– Implante dental vs. Funda: Aquí hay que distinguir: a veces la gente pregunta «¿duele más el implante o la funda?». Un implante dental implica una cirugía para colocar un tornillo de titanio en el hueso, eso sí puede conllevar inflamación y molestias varios días (aunque también se hace con anestesia local, el proceso invasivo es mayor). En cambio, la colocación de la funda en sí (ya sea sobre tu diente o sobre un implante integrado) es indolora y simple. De hecho, poner la corona sobre un implante no duele nada, porque el implante no tiene nervio y la encía alrededor suele estar cicatrizada; solo sientes presión cuando la ajustan. Por tanto, en el contexto de implantes, lo “duro” es la cirugía de implante, no la funda protésica. Y comparado con un implante, una funda sobre diente natural es mucho más sencilla también.
– Funda vs. Carilla dental: Aquí hablemos de estética. Una carilla dental es como una “fundita” pero solo cubre la cara frontal del diente (se usa para mejorar la forma o color, generalmente en frontales) y requiere tallar mucho menos diente que una corona completa. Por ello, colocar carillas es mínimamente invasivo: a veces ni hace falta anestesia si el desgaste es superficial, y las molestias post-tratamiento son prácticamente nulas. ¿Por qué menciono esto? Porque algunas personas confunden carillas con fundas o quieren alternativas. La diferencia entre funda y carilla es que la funda cubre y refuerza todo el diente (indicada cuando el diente está dañado), mientras que la carilla solo cubre el frente para fines estéticos. El tallado para una carilla es menor, por ende, suele ser más llevadero aún. Pero ojo, no siempre se puede elegir: si tu diente está roto o tratado de nervio, necesitas una funda, no una carilla. (Aquí es donde enlazaríamos a un artículo sobre diferencias entre funda y carilla, por si te interesa profundizar).
En conclusión, ponerse una funda dental es un procedimiento bastante benigno en cuanto a dolor comparado con otros. Yo lo situaría a la par de un empaste extenso y mucho más suave que una extracción o un implante. Esto debería darte algo de tranquilidad sobre lo que vas a sentir.
Aunque, como he dicho, lo habitual es que todo vaya bien y solo tengas molestias leves que desaparecen pronto, es importante que sepas identificar si algo no marcha del todo bien tras la colocación de tu funda. ¿Qué signos deben hacerte llamar o visitar a tu dentista sin esperar demasiado? Aquí te los detallo:
Escucha a tu cuerpo. Si algo te parece fuera de lo normal tras tu tratamiento de funda dental, más vale pecar de precavido/a y que tu dentista lo revise. Estamos acostumbrados a hacer pequeños ajustes o tratamientos complementarios cuando hace falta. No tengas miedo ni vergüenza de llamarnos; tu salud bucodental es lo primero.
Por mi parte, siempre le digo a mis pacientes que, tras poner una funda, me avisen cómo van en unos días. El 99% van genial, pero para ese 1% en que hay alguna molestia persistente, actuamos rápido. Y, por lo general, se resuelve el problema (ajustando la corona, haciendo una endodoncia si fuera necesaria, etc.) y el paciente acaba libre de dolor y disfrutando de su diente arreglado.
Lo habitual es que las molestias post-colocación duren de 2 a 3 días, disminuyendo cada día. Muchas personas incluso no llegan a sentir dolor, solo pequeñas sensaciones raras el primer día. Si a la semana de haberte puesto la funda aún sientes dolor notable, es recomendable que consultes con tu odontólogo para descartar problemas. Pero en un caso normal, en menos de una semana ya ni recordarás que te pusiste la funda porque el diente se siente bien.
Sí, siempre se utiliza anestesia local para preparar el diente y cementar la corona. Gracias a la anestesia, no sientes dolor durante todo el proceso de tallado y ajuste de la funda. Puede que en el momento de la anestesia notes el pinchacito inicial (como cualquier inyección), pero es cuestión de segundos. Después, la zona queda dormida y el procedimiento es cómodo. En casos de dientes que ya no tienen nervio (por ejemplo, un diente endodonciado) a veces el dentista podría decidir no poner anestesia para probar la funda, ya que ese diente no duele; aun así, por precaución muchos preferimos aplicar un poco porque la encía alrededor sí tiene sensibilidad. En resumen: no te preocupes, estarás anestesiado/a y cómodo/a durante la colocación de la funda.
Un leve molestar al morder en los primeros días es normal, porque el diente puede estar sensible. Sin embargo, no debería ser un dolor agudo ni prolongado. Si notas que al masticar algo sientes un dolor fuerte o un “tope” extraño, puede que la corona necesite un ajuste de altura (oclusión). Comprueba también que no haya nada atrapado entre la funda y el diente de al lado. Si la molestia es leve, dale unos días; pero si el dolor al morder persiste o te impide comer bien, acude a revisión para ajustarla.
Por lo general, puedes tomar los mismos analgésicos que usarías para un dolor de cabeza o muela común, siempre que no tengas contraindicaciones. Ibuprofeno (400 mg) o Paracetamol (500-650 mg) cada 6-8 horas suelen ser suficientes para manejar las molestias tras poner una funda. Tómalos solo si sientes dolor o molestia que lo amerite. Muchos pacientes con molestias leves ni siquiera necesitan medicación. Eso sí, si el dolor no cede con estos analgésicos normales o debes tomarlos muchos días seguidos, no sigas automedicándote: mejor consulta al dentista para revisar qué sucede.
En términos de procedimiento, colocar una carilla dental suele doler menos o nada, porque implica un desgaste menor del diente. De hecho, a veces ni se usa anestesia para carillas si el desgaste es superficial. La funda dental requiere anestesia y tallar más estructura dental, pero igualmente no duele por la anestesia. Después del tratamiento, la carilla prácticamente no genera molestias, mientras que con la funda puedes tener alguna sensibilidad unos días. Pero hay que comparar casos equivalentes: normalmente uno se pone carillas por estética en dientes sanos (poco o ningún dolor involucrado) y fundas en dientes más comprometidos.
Como ya mencioné en el apartado de señales de alerta, debes preocuparte (y ocuparte) si el dolor es muy intenso, prolongado o viene acompañado de otros síntomas como inflamación notable, fiebre, o molestias que van a peor en lugar de mejorar. Un ligero dolorcito o sensibilidad que mejora cada día no debe alarmarte. En cambio, si pasaron 4-7 días y el dolor sigue igual o peor, o te despiertas por la noche del dolor, o necesitas analgésicos fuertes para sobrellevarlo, entonces contacta con tu dentista. Puede ser necesario ajustar la funda o tratar el nervio del diente si se ha irritado.
Espero que con toda esta información te sientas mucho más tranquilo/a y bien informado/a sobre la experiencia de ponerse una funda dental. Mi intención como odontóloga al escribir esto ha sido quitarte ese miedo a lo desconocido, explicándote cada detalle de forma cercana pero completa. Recuerda que cada paciente es único, y en tu caso particular tu dentista podrá darte indicaciones personalizadas. No dudes en hacerle todas las preguntas que necesites; créeme, preferimos aclarar tus dudas antes que verte con miedo.
Al final del día, una funda dental es un procedimiento rutinario y muy agradecido: en poco tiempo pasas de tener un diente debilitado a uno protegido y funcional, normalmente sin dolor. Así que, si lo necesitas, no dejes que el temor al dolor te detenga de mejorar tu salud dental.
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