16 mayo 2025

Tengo un agujero en la muela pero no me duele: causas, riesgos y soluciones

¿Tienes un agujero en una muela pero no te duele? Te explico por qué ocurre, qué riesgos tiene ignorarlo y qué hacer al respecto para cuidar tu sonrisa.

Soy odontólogo y a lo largo de mi carrera he escuchado a muchos pacientes decir en consulta: «Tengo un agujero en la muela pero no me duele». Entiendo perfectamente la confusión y la tentación de restarle importancia – al fin y al cabo, si no hay dolor, podría parecer que no es grave. Quiero compartirte, desde mi experiencia, por qué una muela picada (es decir, con caries) puede no doler inicialmente, qué riesgos corremos al ignorarla y qué debemos hacer para solucionarla a tiempo.

¿Por qué tengo un agujero en la muela pero no me duele? (Causas principales)

Un agujero en la muela suele ser señal de caries dental, que es básicamente la destrucción del tejido del diente causada por bacterias. Ahora bien, te preguntarás por qué no sientes dolor si hay un daño en el diente. Las razones pueden ser principalmente dos:

  • Caries incipiente o moderada (no ha alcanzado el nervio): En las etapas iniciales, la caries afecta solo el esmalte o la capa superficial de la muela, donde no hay terminaciones nerviosas. Incluso cuando avanza a la dentina (la capa interna), el dolor puede ser imperceptible o manifestarse solo como una leve sensibilidad con lo frío, caliente o dulce. Por eso, muchas caries no duelen hasta que ya están bastante avanzadas. En otras palabras, es posible tener un agujero visible en el diente sin dolor porque la infección aún no ha llegado al nervio dental.
  • Caries avanzada con nervio dañado o muerto: Paradójicamente, una caries muy profunda tampoco duele en ciertos casos, y eso no es una buena señal. Puede suceder que la infección haya alcanzado la pulpa (la parte viva del diente donde está el nervio) y la haya necrosado (matado). Si el nervio muere, deja de haber sensibilidad en esa pieza dental, por lo que dejas de sentir dolor. El agujero sigue ahí (incluso puede ser grande) pero tú no notas nada porque el diente ha perdido vitalidad. Es importante entender que, aunque no duela, la infección puede estar activa debajo: el nervio muerto se puede infectar y formar un absceso en el hueso o provocar molestias posteriormente. En mi experiencia, he visto pacientes sorprendidos porque “dejó de doler por un tiempo” y luego desarrollaron dolor fuerte o hinchazón; esto ocurre cuando la infección provoca un absceso dental (acumulación de pus) en la raíz.
  • Otras posibles causas de un hueco sin dolor: En casos menos comunes, el “agujero” podría deberse a una pequeña fractura o desgaste del diente (por ejemplo, por bruxismo – rechinar los dientes – o morder algo duro). Si la fractura es superficial, puede que no duela al no alcanzar zonas sensibles. Asimismo, a veces un empaste antiguo caído deja un hueco; si ese diente tenía tratamiento de nervio (endodoncia) previamente, no dolerá porque ya no tiene sensibilidad. No obstante, incluso en estos escenarios, conviene que un dentista evalúe para reparar el defecto, ya que una fisura o un empaste perdido pueden acumular bacterias y derivar en caries o molestias con el tiempo.

La ausencia de dolor no significa que no haya problema. Puede ser que la caries esté en una fase temprana o que el diente esté seriamente dañado internamente. En ambos casos, el agujero indica que la muela está picada y necesita atención. De hecho, se considera que las caries generalmente no duelen a menos que ya estén muy avanzadas y afecten al nervio o causen fractura. Por eso, es fácil que pasen desapercibidas hasta que el daño es considerable. No te preocupes, a continuación te explico qué riesgos hay en ignorar esta situación y qué pasos seguir.

Consecuencias de no tratar un agujero en la muela (aunque no duela)

Aunque por ahora no sientas molestia, ignorar un agujero en el diente es arriesgado. Las caries son procesos activos: el ácido de la placa bacteriana sigue “comiéndose” tu diente día tras día. Si no la detenemos a tiempo, pueden ocurrir varias complicaciones:

  • Avance de la caries hacia capas profundas: La caries continuará extendiéndose desde el esmalte hacia la dentina y finalmente llegará a la pulpa (donde está el nervio). Cuando esto ocurre, aparecerá dolor intenso (especialmente con estímulos térmicos o al morder) y posiblemente infección. Es posible que en este punto el dolor sea espontáneo, punzante, dificultando comer o dormir.
  • Infección y absceso dental: Si las bacterias invaden la pulpa, pueden generar un absceso (infección en la raíz y el hueso). Un absceso causa dolor muy fuerte, inflamación de la encía o cara, e incluso fiebre. Es una situación seria que requiere atención urgente; a veces hay que drenar la infección y administrar antibióticos, además del tratamiento dental de fondo.
  • Destrucción extensa del diente: Cuanto más tiempo pase, más parte de la muela será destruida por la caries. Un agujero que era pequeño puede convertirse en una cavidad grande que debilita la estructura del diente. Eventualmente, partes de la corona dental pueden romperse (quedas con la muela fracturada o medio diente). He visto pacientes llegar con la muela literalmente «hueca» o con solo paredes delgadas remanentes.
  • Pérdida de la pieza dental: Si la destrucción es muy severa, puede que no se pueda salvar la muela y haya que extraerla. Perder un diente molar es algo que queremos evitar, porque luego necesitarás sustituirlo (por ejemplo, con un implante o puente) para no comprometer tu mordida. Además, la extracción siempre es el último recurso cuando el diente está irreparable.
  • Problemas en dientes vecinos o generales: Una caries no tratada puede afectar indirectamente a otros dientes. Por ejemplo, un foco de infección crónica en una muela puede eventualmente impactar la encía o el hueso circundante. Además, los restos de comida que se acumulan en el agujero causan mal aliento y mal sabor de boca persistente. También, al no poder masticar bien por la molestia (cuando llegue el dolor), podrías empezar a sobrecargar el lado opuesto, desgastando más esos dientes o tener dificultad para comer ciertos alimentos.

No tratar una caries a tiempo siempre complica la solución. Pasar de un simple empaste a una endodoncia o a una extracción con implante supone más invasión, más costo y más molestias para ti. Por eso insistimos tanto los dentistas: cuando notes un agujero, no esperes a que aparezca el dolor para actuar. En el siguiente apartado te explico cuándo y por qué debes acudir al odontólogo.

¿Cuándo acudir al dentista si tengo un agujero en la muela sin dolor?

La respuesta corta es: lo antes posible. Si ya has detectado un agujero en tu muela, aunque no te duela, no debes esperar a que duela para pedir cita con tu dentista. Te detallo las razones y situaciones:

  • Al primer indicio de caries visible: En cuanto notes una cavidad, hueco o mancha oscura inusual en un diente, programa una revisión. Ten en cuenta que cuando tú logras ver un agujero a simple vista, suele significar que la caries ya tiene un tamaño considerable (aunque aún no duela). Cuanto antes se trate, más sencilla será la solución. Recuerda que las caries en fases iniciales requieren empastes pequeños, pero si avanzan pueden requerir tratamientos más complejos.
  • Si empiezas a notar cualquier síntoma leve: No ignores señales tempranas. ¿Sientes quizás alguna sensibilidad ocasional al tomar algo frío o muy dulce en esa muela? ¿Notas mal sabor en esa zona o se te queda comida atascada en el hueco? Esos son indicios de que la lesión está activa. No esperes a que sea un dolor fuerte constante. En el momento que notes “algo raro” en ese diente, es el momento de ir al dentista. Un diente nunca debe tener un agujero; si lo tiene, es porque necesita atención.
  • Control dental periódico si no estás seguro: A veces el paciente no nota el agujero pero el dentista sí, mediante revisión o radiografías. Por ello, es fundamental acudir a tus revisiones periódicas (al menos una vez al año, idealmente cada 6 meses). Los dentistas podemos detectar caries incipientes antes de que tú las notes y actuar preventivamente. Si ha pasado mucho tiempo desde tu última revisión y ahora descubriste un agujero, definitivamente es hora de volver a la consulta.

¿Y si realmente no puedo ir de inmediato? Sabemos que a veces por temas de agenda o económicos no se acude al instante. Si por alguna razón debes posponer unos días tu visita, toma precauciones: mantén una higiene rigurosa en esa zona (cepillado suave pero minucioso después de cada comida, uso de hilo dental con cuidado de no romper la frágil estructura, y enjuague bucal con flúor para ayudar a remineralizar). Evita masticar cosas duras o pegajosas con esa muela para que el agujero no se fracture más o se impacten restos. Pero considera esto solo un paliativo temporal — no es solución definitiva. La única forma de “curar” el agujero es con tratamiento odontológico.

No hay que esperar a tener dolor para tratar una muela picada. Muchas veces me preguntan: “Doctor, ¿y si espero a ver si duele?”. Mi respuesta es que eso sería un error: si esperas al dolor, ya la caries estará en etapa avanzada y el tratamiento será más complicado. Acude cuando no te duele, y así podremos arreglarlo de forma más sencilla y prevenir el dolor por completo.

¿Cómo se arregla un agujero en la muela? – Tratamientos recomendados

El tratamiento dependerá del tamaño y profundidad de la caries. Tras evaluar tu diente (con exploración visual y a veces radiografía para ver el alcance bajo el esmalte), el odontólogo te propondrá una solución. Las opciones habituales son:

  • Empaste dental (obturación): Es la solución para caries pequeñas o moderadas. Consiste en limpiar toda la caries, eliminando el tejido dañado, y luego rellenar el agujero con un material de obturación, normalmente resina compuesta (un tipo de composite del color del diente). Un empaste dental devuelve la forma y función a tu muela y detiene el avance de la caries. Este procedimiento es rápido, generalmente indoloro con anestesia local, y te permite conservar la pieza sin mayor complicación. Por ejemplo: si el agujero no ha llegado al nervio, con un empaste es suficiente y saldrás con tu muela como nueva en una sola cita.
  • Endodoncia (tratamiento de conducto): Si la caries es profunda y ha afectado la pulpa (nervio), será necesario realizar una endodoncia. Esto coloquialmente se conoce como “matar el nervio”. En este tratamiento el dentista elimina el tejido pulpar infectado, limpia los conductos radiculares y luego los sella. Después de una endodoncia, la muela queda sin nervio (sin sensibilidad), pero podemos salvar la estructura del diente. Normalmente, tras endodonciar, reconstruimos la muela; a veces se aconseja colocar una corona (funda) sobre esa muela tratada para reforzarla, especialmente si perdió mucha estructura. No temas a la palabra endodoncia: se realiza con anestesia y alivia definitivamente el dolor de una caries avanzada, aunque el proceso es más largo que un empaste. Es preferible a la última opción (extraer) porque conserva tu diente en boca.
  • Extracción dental: Es el último recurso y solo se recomienda si la muela está muy destruida o la infección es tan severa que no es posible recuperarla. Significa remover la pieza por completo. Tras la extracción, se valora cómo reponer ese diente faltante, ya que dejar el espacio vacío puede ocasionar movimientos indeseados de los demás dientes o problemas masticatorios. La reposición puede ser con un implante dental, un puente fijo, etc., pero idealmente tratamos de evitar llegar a este punto. La extracción generalmente se considera cuando ni un empaste ni una endodoncia pueden solucionar el problema (por ejemplo, caries extrema que ha devastado la corona o fracturas radiculares irreparables).

En tu caso específico de «agujero en muela sin dolor», lo más probable es que estemos en la primera situación (caries aún empastable). Cuanto antes hagamos el empaste, mejor será el pronóstico. Si por desgracia la evaluación revela que el nervio ya está dañado o muerto, tocará la segunda opción (endodoncia) para limpiar la infección interna. En cualquier caso, el objetivo es salvar tu diente. Ten la tranquilidad de que el dentista escogerá el tratamiento más conservador posible.

Nota: A veces me preguntan si existe una forma de “remineralizar” o curar la caries en casa sin taladrar. Lamentablemente, una vez que hay un agujero visible, significa que la estructura dental ya está perdida en esa zona; no hay enjuague ni pasta que la regenere por completo. Los productos con flúor pueden ayudar en caries muy iniciales (manchas blancas sin cavitación), pero si ya tienes un hueco, necesitamos intervenir clínicamente. La buena noticia es que los empastes actuales son estéticos, seguros y permiten que sigas usando tu diente por muchos años más.

Consejos prácticos según tu caso: sin dolor vs con dolor

Cada persona y cada diente son únicos, pero puedo darte algunos consejos prácticos dependiendo de si tu muela picada te duele o no:

Si tienes un agujero en la muela y NO te duele:

  • No te confíes: como hemos insistido, que no haya dolor no significa que esté todo bien. Usa este periodo sin molestias como una ventana de oportunidad para tratar el problema antes de que se agrave.
  • Mantén una excelente higiene bucal: cepilla suavemente esa zona después de cada comida para que no queden restos en el agujero. Usa hilo dental para limpiar bien entre esa muela y las adyacentes, ya que la comida atrapada puede acelerar la caries y causar inflamación en la encía. Un enjuague con flúor por las noches puede aportar un extra de protección en lo que esperas tu cita.
  • Evita ciertos alimentos: mientras esperas la consulta, procura no masticar cosas muy duras o crujientes con ese lado, ya que el diente está más frágil y podría astillarse. También limita los azúcares y carbohidratos fermentables (golosinas, refrescos, pan blanco) especialmente entre comidas – así das menos “combustible” a las bacterias que causan la caries.
  • Revisa cambios: presta atención a cualquier cambio: si de pronto comienzas a sentir ligeras punzadas, sensibilidad o notas el agujero más grande, no lo dudes y adelanta tu visita al dentista. Mejor solucionarlo cuanto antes.

Si tienes un agujero en la muela y SÍ te duele (o comienza a doler):

  • No aguantes el dolor innecesariamente: el dolor dental suele indicar que la caries ya avanzó bastante o hay infección. Programa una visita de urgencia. Si el dolor es intenso, no esperes días a ver si “se quita solo”, porque suele empeorar.
  • Alivio temporal del dolor: mientras acudes al odontólogo, puedes tomar un analgésico de venta libre (como ibuprofeno o paracetamol) siguiendo la dosis indicada, para manejar el dolor. Aplicar frío externo suave en la mejilla puede calmar una inflamación, pero no apliques calor porque podría extender una infección. Algunos enjuagues con agua tibia y sal pueden ayudar a desinflamar ligeramente la encía si está irritada.
  • No introduzcas nada en el agujero: hay quien se pone aspirina machacada, alcohol u otros remedios caseros directamente en la muela cariada – no lo hagas, podrías irritar aún más el tejido o quemar la encía. Tampoco trates de “limpiar” el agujero con objetos puntiagudos, podrías lastimarte o empujar la infección más adentro.
  • Mantén la cabeza elevada al dormir si el dolor empeora acostado (a veces pasa, por el aumento de presión sanguínea en la zona al estar horizontal). Esto puede aliviar ligeramente las molestias nocturnas hasta recibir tratamiento.

En cualquier caso, con dolor o sin él, la solución definitiva es tratar la caries dental profesionalmente. Mis recomendaciones de arriba son paliativas; no resuelven la causa, solo te ayudan a sobrellevar la situación de la mejor forma posible hasta que estés en el sillón dental.

Cómo prevenir futuras caries y mantener tus muelas sanas

Después de resolver este contratiempo, lo ideal es prevenir que vuelva a suceder. La prevención de caries es fundamental, dado que la caries dental es una de las enfermedades más comunes del mundo (afecta a prácticamente toda la población en algún momento). Aquí te dejo consejos clave para evitar “agujeros” en tus dientes:

  • Higiene oral estricta: Cepíllate los dientes al menos 2-3 veces al día (sobre todo antes de dormir, ya que por la noche la placa bacteriana puede hacer más daño si no eliminas los restos de comida). Usa pasta dentífrica con fluoruro para reforzar el esmalte. Completa la limpieza con hilo dental o cepillos interdentales una vez al día, para remover la placa entre los dientes donde el cepillo no llega. Un enjuague bucal con flúor puede añadirse si tu dentista lo recomienda, así ayudas a remineralizar y proteger zonas propensas.
  • Alimentación saludable y baja en azúcares: Reduce el consumo de azúcar y dulces pegajosos, ya que son el principal combustible de las bacterias que causan caries. Intenta reservar los dulces solo para momentos puntuales (postres, celebraciones) en lugar de picar todo el día. Evita beber refrescos azucarados de forma habitual; opta por agua o infusiones sin azúcar. Llevar una dieta equilibrada, rica en verduras, frutas, proteínas y lácteos, ayuda a tus dientes a estar más fuertes (por los minerales y vitaminas). Recuerda: menos azúcar y menos ácidos, más sonrisas sanas.
  • Visitas regulares al dentista: No esperes a que algo duela para ir. Hazte revisiones periódicas cada 6 meses o al menos 1 vez al año. Tu odontólogo puede detectar caries incipientes y aplicar tratamientos preventivos (por ejemplo, selladores de fosas y fisuras en muelas, o aplicaciones tópicas de flúor) para evitar que se formen agujeros. Además, en las limpiezas profesionales eliminarás el sarro acumulado, reduciendo el riesgo de caries y de problemas en las encías.
  • Uso de sellantes y flúor (según recomendación profesional): Los sellantes dentales son una capa protectora que se coloca en las superficies masticatorias de las muelas (especialmente en niños o adultos con alto riesgo de caries) para prevenir que se acumulen bacterias en las fosas naturales. El flúor es tu aliado: asegúrate de usar pasta dental fluorada; en niños o en personas con propensión a caries, el dentista puede recetar geles, barnices o enjuagues de flúor para fortalecer aún más el esmalte.
  • Evita el tabaco y controla la sequedad bucal: Fumar contribuye a enfermedades bucales y puede agravar problemas dentales (además de manchar tus dientes). Por otro lado, tener boca seca (falta de saliva) aumenta el riesgo de caries, porque la saliva ayuda a neutralizar ácidos. Bebe suficiente agua, y si tomas medicamentos que te resecan la boca o padeces alguna condición médica que disminuye la saliva, coméntaselo a tu dentista; hay medidas para paliarlo (desde chicles sin azúcar hasta sustitutos de saliva).

Estos hábitos no solo previenen caries, también cuidan tus encías y salud general. Tu sonrisa te lo agradecerá. Recuerda que prevenir es mejor (y más barato) que curar.

Para cerrar, quiero enfatizar una idea: escucha a tus dientes incluso cuando no griten. Ese pequeño agujero en tu muela es la forma en que tu cuerpo te dice que algo no marcha bien, aunque por ahora no duela. Mi consejo como odontólogo es que actúes proactivamente: acude a una revisión, aclara tus dudas con un profesional y trata esa muela antes de que el problema crezca. Con un tratamiento a tiempo, podrás conservar tu diente y evitar dolores mayores.

Espero que esta explicación te haya sido útil. Quise abordarlo de forma humana y cercana, porque sé que las visitas al dentista pueden generar ansiedad, pero también con el rigor profesional que mereces para cuidar tu salud bucal. No estás solo en esto, cuentas con la experiencia de quienes hemos visto y resuelto muchos casos como el tuyo.

¡Anímate a darle a tus dientes la atención que necesitan! Verás que, con los cuidados adecuados, podrás seguir sonriendo y disfrutando de tus muelas sanas por muchos años.

Preguntas frecuentes

¿Es normal tener una caries sin dolor?

Sí, es bastante común. Las caries dentales pueden desarrollarse sin causar dolor en sus etapas iniciales. Solo cuando la lesión se acerca al nervio o provoca daño mayor comienzan las molestias intensas. Por eso, muchas personas no se dan cuenta de que tienen caries hasta que la situación está avanzada. No sentir dolor no significa que la caries no esté activa; por ello, ante la sospecha (manchas, agujeros, o sensibilidad leve) conviene visitar al dentista para evaluarlo.

¿Por qué tengo un agujero en la muela que no me duele al masticar?

Si tienes un agujero visible pero no sientes dolor ni al morder, probablemente la caries no ha alcanzado el nervio o zona sensible del diente. El esmalte y la dentina externa no tienen receptores de dolor como la pulpa. Otra posibilidad es que el diente esté ya desvitalizado (nervio muerto) por una infección antigua, en cuyo caso no duele al masticar pero la muela está en riesgo de infección. En ambos casos, es fundamental que un odontólogo lo evalúe. Ten en cuenta que podrías empezar a sentir dolor más adelante si la caries sigue avanzando o si se fractura un trozo del diente.

¿Debo empastarme una muela picada aunque no me duela?

¡Definitivamente sí! Un empaste dental (obturación) es la forma de detener la caries y rellenar el agujero. Si esperas a que duela, es señal de que la caries empeoró. Los empastes hechos a tiempo evitan tratamientos mayores. No es recomendable “dejarla así” solo porque no molesta; las bacterias siguen activas y tarde o temprano provocarían dolor o infección. Empastar una muela picada sin dolor te ahorrará futuros inconvenientes, preservará más estructura de tu diente y suele ser un procedimiento sencillo.

¿Qué pasa si no trato una caries que no duele?

Si no la tratas, la caries va a avanzar. Puede que en unas semanas o meses comiences con dolor al comer, luego dolor espontáneo más fuerte, hasta que el nervio se infecte. Finalmente podrías necesitar un tratamiento de endodoncia o incluso perder la muela. Además, una caries sin tratar puede causar mal aliento crónico, inflamación en la encía cercana y poner en riesgo los dientes adyacentes. En resumen: una caries no desaparece sola, sin tratamiento siempre va a peor. Lo mejor es atajarla temprano con un empaste.

¿Cada cuánto debo ir al dentista para prevenir caries como esta?

La recomendación general es acudir al dentista cada 6 meses para una revisión y limpieza profesional. En esas visitas regulares, el odontólogo puede detectar caries incipientes (antes de que notes agujeros o dolor) y tratarlas de inmediato. También te aplicará flúor y selladores si lo ve necesario. Si no puedes cada 6 meses, asegúrate de al menos 1 visita anual. Y, por supuesto, si notas antes algún problema (dolor, rotura, agujero, sangrado de encías, etc.), no esperes a la revisión rutinaria: pide cita lo antes posible. La prevención y la detección precoz son tus mejores aliadas contra la caries.

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Odontólogo
El Dr. Samuel Recamán Núñez es un experto en implantología y cirugía oral, comprometido con la excelencia clínica y el bienestar de sus pacientes. Desde 2017, su dedicación exclusiva en cirugía e implantología en Cleardent lo ha convertido en un referente en tratamientos avanzados y personalizados. Su sólida formación en regeneración ósea y rehabilitación implantosoportada, junto con una trayectoria en odontología general y estética, aseguran resultados excepcionales y de alta precisión en cada tratamiento.

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