Remedios caseros para reventar un absceso (forúnculo) de forma segura en casa
Alivia y drena un absceso (forúnculo) en casa de forma segura con remedios caseros efectivos. Consejos paso a paso, cuándo acudir al médico y cómo acelerar la curación naturalmente.
Como profesional de la salud, he visto lo molestos que pueden ser los abscesos en la piel – esos bultos rojos, hinchados y llenos de pus que muchos llaman forúnculos, nacidos o diviesos. Sé por experiencia que la tentación de reventar un absceso en casa es grande, buscando un alivio rápido. Sin embargo, ¡mucho cuidado! Explotarlo a la fuerza puede empeorar la infección. En este artículo te contaré cómo drenar un absceso de forma segura en casa con remedios caseros comprobados, aliviar el dolor y acelerar su curación natural. Todo en un tono cercano, con consejos prácticos y advertencias sobre cuándo acudir al médico. ¡Vamos a ello!
¿Qué es un absceso (forúnculo) y por qué no debes exprimirlo?
Un absceso cutáneo es una acumulación de pus bajo la piel producto de una infección. Suele iniciar como un granito infectado o una protuberancia roja dolorosa, a veces con una punta amarillenta de pus en el centro. Tu cuerpo lo forma para “encapsular” la infección: los glóbulos blancos combaten a las bacterias y en el proceso se crea el pus dentro de la hinchazón. Por eso duele y late, hay presión interna.
Nunca debes exprimir, pinchar ni “reventar” un absceso a la fuerza con las manos. Hacerlo sin medidas higiénicas puede empujar la infección más profundamente en la piel o dispersarla a tejidos cercanos. Imagina que al apretarlo, el pus se va hacia áreas alrededor en lugar de salir por el poro: podrías causar más inflamación e incluso infecciones secundarias. Además, la zona alrededor se puede poner más roja y sensible, o formarse más abscesos alrededor.
Lo ideal es ayudar a que el absceso drene por sí solo, de forma controlada y limpia. Los abscesos pequeños (forúnculos aislados) a menudo drenan espontáneamente en unos días con los cuidados adecuados. En cambio, los grandes (a veces del tamaño de una pelota de ping-pong) o profundos pueden necesitar drenaje médico. A continuación, te explico los remedios caseros para tratar un absceso en casa de manera segura, favoreciendo su drenaje natural y aliviando la infección cutánea sin riesgos.
Remedios caseros para drenar un absceso en casa
En mi práctica, siempre recomiendo un enfoque paso a paso para tratar un absceso en casa. Estos son los remedios caseros y cuidados más efectivos y seguros:
Limpieza e higiene de la zona
Antes de cualquier remedio, lava suavemente el área del absceso y la piel alrededor con agua tibia y jabón neutro o antiséptico. Una buena higiene es fundamental para tratar un absceso en casa:
Lávate bien las manos antes y después de tocar el absceso, para no introducir más gérmenes ni propagar la infección.
Si el absceso está en una zona con vello, recorta con cuidado los pelitos alrededor (sin rasurar sobre la protuberancia) para facilitar la limpieza.
No apliques alcohol puro ni yodo directamente sobre piel inflamada cerrada, ya que podrían irritar más. Es mejor usar antisépticos suaves o simplemente jabón. Si el absceso llegara a reventar y drenar, entonces sí puedes limpiar alrededor con una gasa estéril y un desinfectante suave (como suero fisiológico o agua oxigenada diluida) para retirar el pus.
Mantener la zona limpia ayuda a aliviar la infección cutánea y prepara la piel para aplicar los siguientes remedios caseros.
Aplicar compresas tibias (calor local)
Tu mejor aliado para “madurar” un absceso y lograr que drene es el calor húmedo. Las compresas tibias aumentan la circulación sanguínea local, llevando más glóbulos blancos a la zona para combatir la infección y facilitando que el absceso se abra y drene. Es el remedio casero número uno que suelo indicar:
¿Cómo hacerlo? Toma un paño limpio o gasa y empápalo en agua caliente (no hirviendo). Escurre el exceso de agua y coloca la compresa tibia sobre el absceso. Déjala actuar unos 10 a 20 minutos, manteniéndola caliente (puedes rehumedecerla cuando se enfríe). Repite esto 3 a 4 veces al día, todos los días.
Sé constante: Al principio puede que el forúnculo no ceda, pero con cada aplicación de calor ayudarás a que “madure” (reblandezca la piel superficial) y el pus vaya acercándose a la salida. Tras unos días de compresas, notarás que el absceso “revienta” por sí solo y empieza a drenar pus. Cuando eso ocurra, limpia el pus cuidadosamente con una gasa estéril, sin aplastar, y continúa con las compresas para seguir extrayendo el material.
Tip: Puedes potenciar la compresa añadiendo algo al agua tibia. Muchas personas usan sal gruesa o sales de Epsom (sulfato de magnesio) en el agua. Disuelve 1-2 cucharadas de sales de Epsom en medio litro de agua caliente y usa esa solución para la compresa. Las sales de Epsom ayudan a “secar” el pus más rápido y reducen la inflamación. Incluso un puñado de sal de mesa común en la compresa puede servir de alternativa casera si no tienes Epsom; la idea es crear un ambiente osmótico que ayude a drenar el absceso.
Cataplasmas naturales (ajo, cebolla y otros)
Varios remedios caseros naturales pueden ayudar a combatir la bacteria del absceso y reducir la hinchazón. Entre los más populares para tratar un absceso en casa están el ajo, la cebolla, la cúrcuma, el aloe vera y algunos aceites medicinales. Te resumo cómo usarlos:
Cebolla: Es un antiséptico natural. Una rodaja de cebolla cruda puede ayudar a extraer el pus. Corta una rodaja gruesa de cebolla y colócala directamente sobre el absceso. Luego cúbrela con una gasa o paño para mantenerla en su lugar. Déjala actuar 1-2 horas y cámbiala un par de veces al día. La cebolla irá “atrayendo” el pus hacia la superficie. Otra forma es rallar la cebolla para liberar más jugo, poner esa pulpa sobre una gasa y aplicarla 30-60 minutos. Ojo: si sientes irritación excesiva, retira la cebolla y enjuaga; cada piel reacciona distinto.
Ajo: El ajo fresco contiene alicina, un compuesto con potente efecto antibacteriano y antiinflamatorio. Machaca 2-3 dientes de ajo hasta formar una pasta. Aplícala cuidadosamente sobre el absceso y cubre con una gasa. Déjalo actuar unos 10-15 minutos (puede arder un poquito) y luego enjuaga con agua tibia. Haz esto 1-2 veces al día. El ajo ayuda a combatir la infección y a que el absceso se reduzca. No lo dejes demasiado tiempo porque puede irritar la piel; si notas enrojecimiento alrededor, suspende el ajo. Importante: No uses este remedio en abscesos cerca de mucosas sensibles (ojos, labios, genitales) porque podría ser muy irritante allí.
Cúrcuma: La cúrcuma en polvo es famosa por sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias. Esta especia dorada puede ayudar a que un forúnculo sane más rápido. Puedes usarla de dos formas:
Vía oral: Prepara una infusión de cúrcuma (“leche dorada” casera) hirviendo 1 cucharadita de cúrcuma en polvo en una taza de agua o leche. Deja enfriar y bébela 2-3 veces al día. Esto actúa desde adentro como antiinflamatorio.
Tópica: Mezcla cúrcuma en polvo con un poquito de agua (y opcional unas gotas de miel o jengibre) hasta formar una pasta espesa. Aplica la pasta de cúrcuma directamente sobre el absceso, tapa con gasa y déjala 15-20 minutos. Luego enjuaga. Repite 2 veces al día. Ayudará a “secar” el absceso y desinfectar la piel. Cuidado: la cúrcuma mancha de amarillo, usa ropa vieja o proteje las sábanas.
Aloe vera: El gel de sábila (aloe) es un gran calmante y cicatrizante. Si tienes una planta de aloe, corta una hoja y extrae el gel transparente. Aplica una capa generosa de aloe vera gel sobre el absceso y la piel circundante, cubriendo luego con una gasa limpia. Déjalo actuar al menos 20-30 minutos (incluso puede quedar toda la noche cubierto). Repite esto 3 veces al día. El aloe reducirá el enrojecimiento, hidratará la piel inflamada y podría ayudar a combatir algunas bacterias. Es especialmente útil después de que el absceso ha drenado, para favorecer una curación rápida de la herida residual.
Aceite de árbol de té (melaleuca): Este aceite esencial es un potente antiséptico natural. Se ha demostrado que combate Staphylococcus aureus, la bacteria común de los forúnculos. No apliques aceite de árbol de té puro directamente, ya que puede quemar la piel. Diluye 3-5 gotas de aceite de árbol de té en una cucharadita de un aceite portador (por ejemplo, aceite de coco, de almendras o de oliva). Con un hisopo de algodón, unta un poco de ese aceite diluido sobre el absceso 2-3 veces al día. Déjalo absorber (no hace falta enjuagar). Esto ayudará a desinfectar la zona y reducir la infección. Antes de usar: haz una prueba de alergia: aplica una gotita diluida en la piel del antebrazo; si en unas horas no hay reacción, es seguro usarlo.
Aceite de ricino: El aceite de ricino contiene ácido ricinoleico, un antiinflamatorio natural muy eficaz. Además es antimicrobiano. Aplica una gota de aceite de ricino directamente sobre el absceso y masajea suave la zona. Haz esto 3 veces al día. Este aceite ayudará a reducir la hinchazón y el dolor, y puede estimular el drenaje. Es un remedio tradicional popular en algunos países para “madurar” forúnculos. Asegúrate de usar aceite de ricino puro y prensado en frío (lo consigues en farmacias o herbolarios). Si notas irritación (poco común), suspende su uso.
Estos remedios caseros naturales pueden usarse combinados: por ejemplo, durante el día compresas tibias y por la noche aloe vera; o alternar ajo en la mañana y cúrcuma en la tarde. Siempre observa cómo reacciona tu piel y suspende cualquier remedio si empeoran los síntomas o notas irritación. Cada organismo es distinto, ¡escucha al tuyo!
Pomadas antibióticas de venta libre (farmacia)
Además de los remedios caseros, en casa puedes ayudarte con pomadas tópicas antibióticas o antisépticas que venden sin receta. Por ejemplo, ungüentos con bacitracina, neomicina o ácido fusídico, e incluso la clásica pomada de ictiol (ichthyol) utilizada para forúnculos. Estas pomadas ayudan a eliminar las bacterias en la superficie de la piel y a que el absceso se vacíe más rápido al “suavizar” la piel. Aplícalas 2-3 veces al día siguiendo las instrucciones del prospecto.
Otra opción muy práctica es usar pañuelos o apósitos medicados específicos para forúnculos (en algunas farmacias venden apósitos con gel antibacteriano). Colocarlos sobre el absceso tras la compresa caliente puede absorber el pus y mantener la zona desinfectada.
⚠️ Nota: Si vas a usar alguna pomada o producto farmacéutico, asegúrate de no ser alérgico a sus componentes. Y siempre que uses cualquier remedio (casero o pomada), mantén los hábitos de higiene mencionados (lavado de manos, etc.) para no contaminar la zona.
Cuidados durante el tratamiento (lo que sí y no debes hacer)
Además de aplicar los remedios, hay ciertos cuidados clave al tratar un absceso en casa. Estos “dos and don’ts” harán la diferencia en tu recuperación y en evitar contagiar a otros:
✅ Qué SÍ hacer:
Mantener una higiene estricta: lávate las manos antes y después de tocar el absceso o cambiar una compresa. Usa toallas limpias. Baña a diario para mantener tu piel libre de gérmenes.
Cubrir el absceso si drena: cuando el absceso reviente y empiece a salir pus, cubre la herida con una gasa estéril o apósito limpio. Cámbialo a diario (o si se humedece con pus) y desecha las gasas usadas en una bolsa cerrada. Esto evita que el pus infecte otras áreas o a otras personas.
Lavar ropa y sábanas frecuentemente: la ropa, toallas o ropa de cama que haya estado en contacto con el absceso/pus lávalas por separado con agua caliente. Así eliminas la bacteria y evitas que alguien más en casa se contagie.
Aliviar el dolor de forma segura: si el dolor es intenso, puedes tomar un analgésico de venta libre como paracetamol o ibuprofeno según indicaciones, para estar más cómodo. El calor de las compresas también calma el dolor, aprovéchalo antes de acostarte.
Ten paciencia: un absceso pequeño suele mejorar en 5 a 7 días con cuidados constantes. Sigue con el ritual de compresas y remedios caseros aunque parezca lento; la constancia es clave para curar un forúnculo más rápido.
🚫 Qué NO hacer:
No aprietes, pinches ni cortes el absceso por tu cuenta: ya lo mencionamos pero vale repetirlo. Forzar la salida del pus con las uñas, agujas no estériles o presión excesiva puede agravar la infección y llevar las bacterias más adentro. Déjalo drenar solo con las técnicas seguras.
No compartas artículos personales: evita compartir toallas, paños, ropa u otros objetos que hayan tocado el absceso hasta que sane por completo. Tampoco uses la misma hoja de afeitar en esa zona si es que rasuras alrededor (y desecha la hoja tras usarla ahí). Esto previene contagios.
No te metas a piscinas o jacuzzis con un absceso activo: si tienes un absceso abierto o en proceso, evita piscinas, bañeras públicas o gimnasios. El agua compartida podría propagar la infección a otros, y a ti podría entrarte más suciedad o gérmenes en la herida. Espera a que sane.
No apliques remedios agresivos sin orientación: por ejemplo, lejía, ácido o sustancias irritantes. Suena obvio, pero en la desesperación algunos aplican cualquier “mejunje”. Limítate a remedios probados (como los que te listé) y medicamentos seguros. Tu piel inflamada está sensible; cuídala con delicadeza.
Siguiendo estos cuidados, ayudarás a que la infección sane más rápido y evitarás que el absceso se propague o vuelva a aparecer.
¿Cuándo acudir al médico?
Aunque la mayoría de los forúnculos y abscesos pequeños se pueden manejar en casa, hay situaciones en las que debes buscar ayuda médica sin dudar. Debes acudir al médico (preferiblemente a un dermatólogo o a tu médico de cabecera) si:
El absceso sigue creciendo o empeora a pesar de varios días de tratamiento casero.
Pasada una semana de cuidados, no disminuye el tamaño o sigue igual de duro y lleno.
Es muy grande (más de ~2-3 cm de diámetro, como una pelota de ping-pong)o muy doloroso al tacto.
Notas que la piel alrededor está muy roja, caliente o con vetas rojas que se extienden desde el absceso. Esto puede indicar que la infección se está diseminando (posible celulitis).
Tienes fiebre, escalofríos o malestar general. La fiebre es señal de que la infección puede haberse vuelto más sistémica y requiere atención.
El absceso está en la cara (especialmente cerca de ojos o nariz), dentro de la boca (absceso dental), o en el ano/recto. Abscesos en áreas delicadas como cara, boca o región anal deben ser evaluados por un médico siempre, debido a su cercanía a estructuras sensibles y riesgo de complicaciones.
Ves que se forman varios abscesos juntos o muy seguidos uno de otro (forúnculos recurrentes). A veces infecciones como éstas pueden requerir antibióticos orales o investigar causas subyacentes.
Tienes enfermedades crónicas como diabetes o problemas de inmunidad y desarrollas un absceso. En diabéticos, por ejemplo, las infecciones de piel requieren vigilancia especial.
El médico posiblemente insensibilizará la zona y realizará una incisión y drenaje del absceso (un pequeño corte estéril para extraer todo el pus). También podría enviarte el material a analizar para identificar la bacteria y recetar el antibiótico adecuado si es necesario. Si vas al médico a tiempo, este procedimiento es rápido y suele aliviar el dolor de inmediato al liberar la presión interna. ¡No temas buscar ayuda profesional cuando corresponda! Más vale tratar un absceso de forma oportuna que arriesgar complicaciones mayores.
Preguntas frecuentes sobre abscesos y su cuidado
¿Es recomendable reventar o explotar un absceso en casa?
No. Nunca revientes un absceso apretándolo con los dedos ni con objetos caseros. Esto puede esparcir la infección a capas más profundas de la piel y agravar el cuadro. La forma segura de “reventarlo” es facilitar que drene solo, aplicando compresas tibias y tratamientos adecuados hasta que el pus salga de manera natural por el poro. Si el absceso es muy grande o no drena con remedios caseros, mejor acude al médico para que lo drene con instrumental estéril.
¿Cuánto tiempo tarda en curarse un forúnculo con remedios caseros?
Depende del tamaño y tu organismo, pero un forúnculo pequeño suele drenar y curar en 1 a 2 semanas con cuidados caseros constantes. Los primeros días hay que ablandarlo con calor; tras “reventar”, tarda unos días más en cicatrizar la herida. Si en 7 días no ves mejora, consulta al médico. Los abscesos más grandes pueden requerir drenaje profesional y tomar más tiempo en sanar (2-3 semanas). Sé paciente y consistente con el tratamiento en casa, incluso después de que salga el pus, continúa limpiando y aplicando aloe u otras ayudas hasta que cierre bien.
El absceso ya reventó y salió pus, ¿qué hago ahora?
¡Buen trabajo! Cuando un absceso drena, gran parte del alivio llega. Ahora debes ayudar a que termine de vaciarse y cicatrice:
Sigue aplicando compresas tibias un par de veces al día para que los restos de pus salgan y el flujo de sangre limpie la zona.
Lava delicadamente alrededor del orificio de salida con agua y jabón. Si ves costras de pus seco, puedes limpiarlas con una gasa empapada en agua oxigenada diluida.
Aplica una capa de ungüento antibiótico tópico (por ejemplo, con bacitracina) y cubre con una gasa estéril. Cambia la gasa diariamente o si se ensucia de exudado.
Observa si sigue saliendo pus; es normal que drene un poquito por 1-2 días. Mantén la zona cubierta mientras supura.
No sigas exprimiendo la lesión; si el pus ya salió, deja que sane. Presionar podría abrir más la herida.
Cuando ya no salga líquido, deja el área al aire libre algunos ratos para que se seque, y continúa usando aloe vera u otra crema cicatrizante hasta que cierre por completo.
¿Puedo usar antibióticos orales para curar un absceso más rápido?
En general no se recomiendan antibióticos orales para abscesos pequeños no complicados, a menos que un médico los recete. La primera línea de tratamiento es drenarlo (ya sea de forma natural o con intervención médica). Los antibióticos sistémicos se reservan para casos con infección extensa, fiebre, celulitis alrededor o abscesos muy grandes/múltiples. Tomar antibiótico sin drenaje muchas veces no elimina completamente el absceso, porque el medicamento puede no penetrar bien en todo el pus encapsulado. En cambio, las pomadas antibióticas tópicas sí son útiles como apoyo local y puedes usarlas como mencionamos. Siempre consulta al médico antes de tomar cualquier antibiótico por tu cuenta.
¿Cómo prevenir que me salgan más abscesos o forúnculos?
Si has sufrido abscesos con frecuencia, es importante tomar medidas preventivas:
Higiene personal rigurosa: dúchate diariamente y lava bien tu piel, especialmente zonas propensas a sudor o roce (axilas, ingles, cuello). Usa un jabón antibacteriano suave si tu piel lo tolera.
Evita compartir objetos de aseo personal: toallas, rastrillos de afeitar, ropa sin lavar, todo esto puede transferir bacterias de una persona a otra. Mantén tus artículos limpios y exclusivos.
Cuida las pequeñas heridas o granos: cualquier cortecito, raspón o espinilla infectada puede convertirse en absceso si las bacterias entran. Desinfecta rápidamente las heridas y cúbrelas si es necesario para que sanen sin infectarse.
Ropa holgada y transpirable: la ropa muy apretada que produce fricción puede irritar folículos (por ejemplo, en muslos o axilas) predisponiendo a forúnculos. Usa prendas limpias y de tela fresca, sobre todo si ya tienes alguna lesión en piel.
Fortalece tus defensas: un sistema inmunológico fuerte combate mejor las infecciones. Lleva una dieta equilibrada, mantente hidratado, duerme lo suficiente y controla condiciones como diabetes con el tratamiento adecuado. En personas con diabetes mal controlada o inmunodeprimidas, los abscesos pueden ser más frecuentes; mantener esas condiciones estables ayuda a prevenirlos.
Con estas medidas reducirás notablemente la probabilidad de que aparezcan nuevos abscesos. Aun así, si notas signos tempranos de uno (una zona enrojecida y dolorosa que empieza a indurar), comienza con las compresas tibias de inmediato. A veces, un forúnculo incipiente puede abortarse antes de que se forme mucho pus si se toman medidas rápidas.
En conclusión, lidiar con un absceso en casa requiere paciencia y cuidado. Aplica estos remedios caseros de manera constante y segura, y tu absceso debería drenar y sanar sin complicaciones. La clave está en no manipular agresivamente, sino acompañar al cuerpo en su proceso de curación. Hablo en primera persona cuando digo que entiendo lo incómodo que es pasar por esto, pero con estos consejos prácticos podrás aliviar el dolor, evitar que la infección empeore y recuperarte lo antes posible.
Si ves que pese a todo el absceso no mejora o tu salud se resiente, no dudes en buscar ayuda médica profesional. Un pequeño procedimiento a tiempo te puede ahorrar muchos problemas. Espero que esta guía te haya sido útil – la hice con la intención de que sea el mejor recurso en la web sobre cómo tratar un absceso en casa de forma natural y segura. ¡Mucho ánimo y pronto estarás mejor!
Dr. Francisco Villoslada
Odontólogo
El Dr. Villoslada es un odontólogo con una sólida formación en endodoncia, prostodoncia y estética dental, áreas que le permiten ofrecer un enfoque integral en cada tratamiento. Desde 2013, su trayectoria se ha caracterizado por una atención personalizada y una planificación detallada que prioriza tanto la estética como la funcionalidad. Con experiencia en grupos odontológicos de prestigio, el Dr. Villoslada es reconocido por su habilidad en tratamientos restauradores, siempre enfocado en brindar resultados de alta calidad para sus pacientes.