
Descubre cómo las familias numerosas pueden cuidar la salud dental infantil con organización, prevención y ayudas disponibles. Consejos prácticos para mantener sonrisas sanas en todos los hijos

¿Tu hijo tiene dientes definitivos saliendo detrás de los de leche? Descubre qué son los dientes de tiburón, por qué ocurren y cómo tratarlos con éxito.

Los dientes de tiburón son una condición en la que los dientes permanentes erupcionan detrás de los de leche sin que estos se hayan caído. Es común entre los 5 y 7 años y, aunque suele resolverse solo, a veces requiere la extracción del diente de leche.

El 10% de los niños presenta el fenómeno conocido como dientes de tiburón, caracterizado por la aparición de una doble fila de dientes en edades tempranas. Como odontopediatra especialista de Cleardent con más de 20 años de experiencia clínica, durante los cuales he tratado a más de 10.000 pacientes, he desarrollado protocolos específicos que han ayudado a cientos de familias a resolver este problema sin complicaciones y a garantizar sonrisas bien alineadas en sus hijos. En este artículo, aprovecharé mi experiencia para brindarte la guía más completa y definitiva sobre los dientes de tiburón.
Como especialista en odontopediatría en Cleardent, he atendido innumerables casos de dientes en doble fila, por lo que puedo asegurar que la información que encontrarás aquí es resultado tanto de la evidencia científica actual como de la práctica clínica diaria. A lo largo de esta guía veremos qué son exactamente los dientes de tiburón, sus síntomas y señales (y cuándo deben preocuparnos), las causas y factores de riesgo implicados, el proceso completo de diagnóstico, las mejores opciones de tratamiento basadas en evidencia, consejos de prevención práctica y hasta casos clínicos reales de nuestra experiencia en Cleardent. Además, incluimos una sección de Preguntas Frecuentes donde respondo de forma clara a las dudas más comunes de los padres. ¡Empecemos!
Los dientes de tiburón se definen como la situación en la que un diente permanente (definitivo) erupciona por detrás (o delante) de un diente de leche que aún no se ha caído, generando la apariencia de una doble hilera de piezas dentales. Es un fenómeno relativamente común durante la dentición mixta infantil, especialmente entre los 5 y 7 años de edad cuando comienza el recambio dentario. El nombre coloquial “dientes de tiburón” proviene de la similitud con la dentadura de los tiburones, que presentan múltiples filas de dientes.
En términos médicos, este fenómeno se considera una forma de erupción ectópica dental, ya que el diente definitivo emerge fuera de su trayectoria habitual debido a la presencia persistente del diente temporario. Por lo general, la doble fila ocurre solo en alguna zona específica (típicamente en los incisivos inferiores), no en toda la dentadura. Los profesionales clasifican esta condición como una anomalía eruptiva transitoria que no suele implicar complicaciones graves ni enfermedad como tal. De hecho, en la mayoría de los casos es una situación temporal y autorresolutiva: el diente de leche terminará cayéndose y el permanente ocupará su lugar sin mayores inconvenientes.
¿Qué tan frecuente es?
Estudios clínicos indican que aproximadamente uno de cada diez niños experimenta este fenómeno durante su desarrollo dental. En nuestras clínicas Cleardent observamos que es una de las consultas odontopediátricas más habituales cuando inicia el cambio de dientes. Aunque puede alarmar a los padres por su apariencia, es importante saber que no es una emergencia. A continuación, definiremos cómo reconocer los signos de dientes de tiburón y en qué circunstancias requiere atención especializada.
El síntoma principal de los dientes de tiburón es visual: se aprecia un diente nuevo emergiendo en segunda fila, generalmente justo detrás de un diente de leche que todavía permanece en su sitio. Esta doble fila dental es fácilmente identificable al observar la boca del niño y suele ser indolora al inicio, ya que el diente permanente simplemente asoma en la encía. Sin embargo, pueden presentarse algunos signos y molestias asociados:
¿Cuándo debemos preocuparnos y acudir al odontopediatra? En la mayoría de los casos iniciales no hay que alarmarse. Lo habitual es que, tras unas semanas, el diente de leche comience a aflojarse y acabe cayendo por sí solo. Durante ese tiempo, animamos en Cleardent a nuestros pacientes infantiles a masticar alimentos firmes (manzana, zanahoria cruda, pan crujiente) con la zona afectada y a mover suavemente el diente de leche con la lengua o los dedos limpios, para estimular su caída. Esto forma parte del protocolo de evaluación que seguimos en Cleardent.
Sin embargo, debes consultar con el dentista en las siguientes situaciones de alertas:
En las primeras semanas, observa y ten paciencia. Si pasado un tiempo razonable el diente de leche sigue firme o hay molestias significativas, lo prudente es visitar al odontopediatra. El protocolo de evaluación que seguimos en Cleardent incluye revisar clínicamente la movilidad del diente de leche, tomar radiografías si es necesario y decidir si se espera más o se interviene. A continuación, entenderemos por qué ocurre este fenómeno en algunos niños y qué factores pueden influir.
No existe una única causa clara para los dientes de tiburón; en cambio, suele ser el resultado de varios factores combinados que influyen en el recambio dental. En mi experiencia en Cleardent, he identificado los siguientes factores principales y de riesgo que pueden propiciar la aparición de una doble fila dental:
En mi experiencia en Cleardent, suelo ver una combinación de causas en cada caso. Por ejemplo, un paciente puede tener ligera falta de espacio y además una raíz muy resistente, lo que junto desencadena la doble fila. En nuestras clínicas Cleardent hemos observado que fomentar hábitos de masticación adecuados y realizar revisiones periódicas durante la etapa de recambio dentario ayuda a identificar estos factores de riesgo a tiempo. A continuación, describimos cómo diagnosticamos y evaluamos completamente esta condición cuando un padre acude preocupado a nuestra consulta.
El diagnóstico de dientes de tiburón es básicamente clínico: suele confirmarse con la simple inspección visual de la boca del niño. No obstante, un odontopediatra entrenado seguirá un proceso exhaustivo para valorar el caso y descartar otros problemas. Estos son los pasos del diagnóstico completo que realizamos en Cleardent:
Tecnología diagnóstica de vanguardia
En Cleardent utilizamos tecnología de última generación para respaldar el diagnóstico. Además de radiografías digitales de baja radiación, disponemos de escáneres intraorales 3D que, sin necesidad de moldes, crean un modelo digital de la dentadura del niño. Esta herramienta nos ayuda a planificar posibles movimientos del diente y evaluar espacio con gran precisión. En casos complejos, incluso hemos recurrido a TCB (tomografía computarizada de haz cónico) para ver en 3D la posición radicular, aunque normalmente no es necesario en dientes de tiburón simples.
El diagnóstico diferencial es crucial: asegurarnos de que tratamos una simple discordancia en la exfoliación dental y no otro problema. Por suerte, en la mayoría de casos confirmamos que se trata efectivamente de un diente permanente normal esperando su turno. Con el diagnóstico en mano, podemos determinar el mejor algoritmo de tratamiento, que suele depender de la severidad y el tiempo de evolución. Veamos las opciones terapéuticas disponibles y qué protocolo seguimos en Cleardent.
El manejo de un diente de tiburón dependerá de cada caso, pero en la mayoría de situaciones no se requiere un tratamiento invasivo inmediato. El algoritmo terapéutico que seguimos en Cleardent se basa primero en la conservación (esperar y observar) y, solo si es necesario, se pasa a intervenciones activas. A continuación, detallamos las opciones de tratamiento de menos a más invasivo:
El protocolo que hemos desarrollado en Cleardent combina estos pasos de forma personalizada. Por ejemplo, tuvimos un caso en el que optamos inicialmente por observar 6 semanas; al no caer el diente, hicimos la extracción; luego colocamos un pequeño mantenedor de espacio removible temporal para guiar el diente definitivo. Todo depende de la situación particular. Con base en la evidencia, la mayoría de dientes de tiburón se resuelven con la caída natural o una extracción simple. La clave está en actuar en el momento justo: ni muy pronto (para no intervenir innecesariamente) ni demasiado tarde (para evitar complicaciones).
Después del tratamiento, la recuperación del niño suele ser inmediata en caso de enfoque conservador (no hay nada que curar) y de 1-2 días tras una extracción (solo leves molestias manejables con analgésicos comunes). Siempre planificamos una revisión de seguimiento a las pocas semanas: confirmamos que el diente permanente esté avanzando hacia su sitio. En controles posteriores, verificamos la alineación. En Cleardent, nuestro enfoque integral incluye documentar el resultado con fotos y radiografías para asegurarnos de que el desarrollo dental sigue su curso óptimo.
Dado que los dientes de tiburón ocurren durante un proceso natural (el cambio de dentición), no siempre es posible prevenirlos al 100%. Sin embargo, sí existen medidas preventivas que pueden reducir la probabilidad o al menos minimizar la duración de una doble fila dental. Basándonos en la evidencia y en la práctica diaria en Cleardent, estas son nuestras recomendaciones preventivas:
La prevención de los dientes de tiburón consiste en promover un recambio dentario saludable: buena alimentación, hábitos de masticación, vigilancia activa de los dientes flojos y chequeos dentales regulares. Con estas medidas, muchas veces conseguimos que, si un diente permanente empieza a asomar, el de leche ya esté lo suficientemente suelto para dejarle paso sin problemas. Y en caso de aparecer igualmente una doble fila, estaremos listos para actuar rápidamente evitando que se prolongue o cause inconvenientes mayores.
A continuación, compartiré brevemente 3 casos reales de pacientes con dientes de tiburón que hemos tratado en nuestras clínicas Cleardent. Estos ejemplos ilustran distintos escenarios y soluciones, demostrando que cada caso puede requerir un enfoque personalizado:
Caso 1: Resolución natural con espera vigilada
Paciente: Niño de 6 años, Madrid. Situación: La madre acude a Cleardent preocupada porque a su hijo “le salió un diente detrás del de leche” en el incisivo inferior central. Al examen, vimos el diente permanente erupcionando lingual al diente de leche, que aún no estaba nada flojo. Acción: Explicamos que era un caso típico de dientes de tiburón y optamos por observar y estimular. Se citó revisiones cada 3 semanas. Indicamos a la familia que el niño mordiera una manzana al día y moviera el diente frecuentemente. Evolución: A la 6.ª semana, en la revisión notamos que el diente de leche ya estaba muy móvil; pocos días después cayó espontáneamente durante la cena. En el control de 1 mes post-caída, el incisivo definitivo ya había avanzado hacia la posición correcta ayudado por la lengua. Resultado: El diente permanente se alineó por completo en los meses siguientes sin necesidad de ortodoncia. Lecciones aprendidas: Con paciencia y las pautas adecuadas, la naturaleza resolvió el caso. La madre estaba agradecida de haber evitado una extracción innecesaria. Este caso refuerza nuestra convicción de agotar primero la vía conservadora cuando las condiciones lo permiten.
Caso 2: Extracción oportuna y rápida alineación
Paciente: Niña de 7 años, Barcelona. Situación: Presentaba un diente “en doble fila” en un incisivo superior (palatino al incisivo de leche) desde hacía más de 2 meses. Los padres acudieron a Cleardent porque el diente de leche seguía muy firme y la niña comenzaba a morderse el labio con el diente nuevo por su posición. Acción: Tras radiografía, constatamos que la raíz del diente de leche apenas se había reabsorbido (persistía completa). Decidimos una extracción del diente de leche bajo anestesia local. El procedimiento fue sencillo; la pequeña paciente lo toleró muy bien con nuestro odontopediatra experto en técnicas de manejo infantil. Evolución: Una semana después, la encía estaba cicatrizada y el diente permanente había empezado a desplazarse hacia adelante. Tres meses más tarde, ese incisivo definitivo ocupó el lugar correcto prácticamente alineado con sus vecinos. Hicimos controles hasta los 9 años y la arcada superior quedó alineada sin necesidad de aparatos. Resultado: La intervención temprana evitó que el diente permanente permaneciera mal posicionado por mucho tiempo. Los padres expresaron alivio al ver que la solución fue rápida y efectiva, y la niña perdió el miedo al dentista al experimentar una extracción indolora en Cleardent. Lecciones aprendidas: Cuando la raíz no se reabsorbe, una extracción a tiempo resuelve el problema y la lengua se encarga del resto. Importante también manejar la psicología infantil para que la experiencia sea positiva.
Caso 3: Caso complejo con necesidad ortodóncica
Paciente: Niño de 11 años, Sevilla. Situación: Paciente referido a Cleardent por doble fila en colmillos (caninos) superiores. En este caso, los dientes de leche caninos no habían caído y los permanentes erupcionaron por el paladar, generando “colmillos de tiburón” internos. Además, presentaba apiñamiento general (poco espacio). Acción: Aquí estábamos fuera del rango típico de edad; los caninos permanentes suelen salir hacia los 11-12 años, pero los de leche debieron caer antes. Diagnóstico: dientes de leche retenidos por falta de espacio y erupción ectópica de caninos. Decidimos un plan integral: extracción de los caninos de leche en quirófano bajo sedación suave (porque eran varios dientes) y colocación de ortodoncia interceptiva. Se colocaron brackets parciales con resortes para guiar los caninos permanentes hacia su sitio una vez liberados. Evolución: En 8 meses de tratamiento ortodóntico, logramos mover gradualmente los colmillos definitivos a la arcada correcta. Al final, el niño quedó con todos los permanentes en su lugar, si bien tendrá más adelante ortodoncia completa para fine-tuning. Resultado: Evitamos complicaciones mayores (un colmillo incluido puede requerir cirugía más compleja si no se trata). La familia comprendió que, en casos con fuerte componente de apiñamiento, el diente de tiburón es señal de un problema de espacio que hay que abordar globalmente. Lecciones aprendidas: Este caso muestra que cuando hay múltiples dientes de tiburón y falta de espacio severa, es necesario un abordaje multidisciplinar: odontopediatría + ortodoncia. La coordinación del equipo de Cleardent (odontopediatras, cirujanos y ortodoncistas) permitió un tratamiento exitoso.
En conclusión de estos casos, podemos afirmar que cada niño puede presentar un escenario distinto. Desde Cleardent siempre evaluamos cuidadosamente y aplicamos el protocolo más indicado, ya sea esperar, extraer o complementar con ortodoncia. Lo común en todos los casos es que, con el manejo adecuado, los dientes definitivos terminaron en su lugar correcto y los pacientes mantienen sonrisas sanas. Nuestra prioridad es resolver el problema con el mínimo trauma y el máximo beneficio a largo plazo para la dentición del paciente.
Los dientes de tiburón en niños son cuando aparece una doble fila de dientes durante el cambio de dentición. Esto ocurre porque un diente permanente crece por detrás (o delante) de un diente de leche que todavía no se ha caído. El resultado es que por un tiempo el niño tiene dos dientes (el de leche y el definitivo) ocupando el espacio de uno, similar a las filas múltiples de dientes que tienen los tiburones. Es importante destacar que es una condición común y transitoria en la etapa de recambio dental. En términos médicos, corresponde a una erupción ectópica del diente permanente. Como odontopediatra en Cleardent, explico a los padres que visualmente puede impresionar, pero generalmente no es grave y suele resolverse cuando el diente de leche finalmente se cae y el permanente ocupa su lugar.
Los dientes de tiburón pueden aparecer por varias razones combinadas. La causa principal es un retraso en la caída del diente de leche: si la raíz del diente de leche no se ha reabsorbido lo bastante, el diente se queda en su sitio y el definitivo, al erupcionar, busca salida por otro lado. Otros factores comunes son la falta de espacio en la mandíbula (cuando la boca del niño es pequeña o los dientes de leche están muy juntos, el diente nuevo no encuentra sitio y sale en segunda fila), o una erupción desviada del diente permanente (a veces el diente definitivo viene con una angulación incorrecta). También la genética influye: algunos niños heredan mandíbulas pequeñas o tiempos de recambio más lentos. Incluso se cree que la dieta moderna blanda (pocos alimentos duros que masticar) puede contribuir, ya que masticar poco podría ralentizar la aflojamiento de los dientes de leche. En resumen, aparece cuando el “relevo” entre diente de leche y permanente no está bien sincronizado por alguna de estas causas.
Lo primero es no entrar en pánico, ya que es un evento frecuente y manejable. Si notas un diente permanente erupcionando en doble fila, observa si el diente de leche está flojo. Puedes ayudar pidiendo a tu hijo que lo mueva con la lengua y dándole alimentos algo más duros para masticar por ese lado (como manzana, zanahoria). Mantén la zona limpia, cepillando suavemente. Por lo general, espera unas semanas: en muchos casos el diente de leche se aflojará y caerá solo, resolviendo el problema. Como especialista de Cleardent, suelo citar al niño para evaluar la situación; es recomendable llevarlo al odontopediatra si el diente de leche no se mueve en absoluto o si el permanente está muy fuera de lugar. En consulta valoraremos si conviene seguir esperando o extraer el diente de leche. Pero de entrada, no intentes sacar el diente de leche bruscamente en casa (podrías causar dolor o susto). Mejor sigue estimulando suavemente y busca asesoramiento profesional en cuanto puedas para quedarte tranquilo.
En la mayoría de los casos, no es motivo de alarma grave, sino una variación normal del proceso de cambio dental. Los dientes de tiburón son bastante comunes entre los 5 y 7 años, y a menudo se resuelven solos sin consecuencias. Debes preocuparte en un sentido de estar atento, pero no asustado: observa la evolución. Es normal que al principio el diente de leche no se mueva nada, y con las semanas vaya aflojándose hasta caer. Lo que sí debe alertarte es si pasan uno o dos meses sin cambios, o si el niño siente dolor o incomodidad significativa. También, si la doble fila persiste mucho tiempo, podría llegar a afectar la posición final del diente. En Cleardent hemos visto muchísimos casos y siempre aconsejamos evaluación si no hay progreso en 2 meses. Resumiendo: es algo bastante normal y temporal, pero vigílalo. Mantén la calma, ya que con seguimiento odontopediátrico adecuado se resolverá bien. Y recuerda que siempre puedes consultar para quedarte más tranquilo si tienes dudas.
No, no siempre es necesario extraerlo. De hecho, la primera opción suele ser esperar y dar oportunidad a que el diente de leche se caiga solo. Muchos dentistas, entre ellos nuestro equipo en Cleardent, preferimos inicialmente un enfoque conservador: vigilar, estimular la zona y tener paciencia, porque en la mayoría de casos el diente temporal terminará cayendo por sí mismo y así evitamos una extracción innecesaria. La extracción del diente de leche se recomienda solo en ciertas circunstancias: por ejemplo, si después de varias semanas o pocos meses el diente de leche sigue totalmente firme sin señal de aflojarse, o si desde el primer momento vemos en la radiografía que su raíz está intacta y el permanente no podrá colocarse bien. También si el diente definitivo está provocando dolor o dañando otras estructuras, entonces sí conviene retirarlo. En Cleardent tomamos la decisión de extracción cuando realmente beneficia al niño, asegurándonos de hacerlo de forma indolora y tranquila. Pero insistimos: muchos dientes de tiburón no requieren extracción, se solucionan solos con el tiempo. Cada caso se evalúa individualmente para evitar intervenciones de más.
Por lo general, sí. Una vez que el diente de leche se cae o es retirado, el diente permanente que estaba en segunda fila suele desplazarse hacia la posición correcta en la arcada de forma natural. Esto ocurre gracias a la acción de la lengua, que es un músculo muy potente y en reposo empuja ligeramente los dientes hacia adelante, y al propio equilibrio de fuerzas de la mordida. En poco tiempo (semanas o pocos meses) ese diente que inicialmente estaba atrás suele avanzar hasta alinearse con los demás. De hecho, muchos padres se sorprenden de lo rápido que se acomoda una vez tiene espacio. Ahora bien, hay excepciones: si había muy poco espacio o el diente venía muy girado, podría no alinearse perfectamente solo. En esos casos, quizás quede un poco fuera de fila y más adelante un ortodoncista podría ajustarlo. Pero en ausencia de apiñamiento severo, el diente ocupará su lugar sin ayuda externa en la mayoría de los niños. En Cleardent hacemos seguimiento post-caída y solemos comprobar que efectivamente el diente definitivo logra posicionarse bien. Solo en situaciones especiales (p. ej., diente muy desplazado por falta de espacio) indicaríamos alguna intervención ortodóntica. Pero si todo lo demás es normal, puedes confiar en que la naturaleza y la lengua de tu hijo harán su trabajo.
Por lo general, no causan mucho dolor. La erupción del diente permanente en sí puede dar una sensación de presión o leve molestia en la encía, y a veces algo de sensibilidad si el niño muerde justo encima de la doble fila. Pero la mayoría de niños no reportan dolor intenso por un diente de tiburón, sobre todo comparado con otras molestias dentales. Eso sí, pueden surgir pequeñas incomodidades: por ejemplo, la encía puede estar un poco inflamada alrededor del diente que sale en mala posición, lo que causa molestia al comer. Otro posible inconveniente es que, al tener dos filas, puede resultar más difícil de limpiar esa zona y si se acumula placa podría irritar la encía (gingivitis leve) causando sangrado al cepillar. Además, algunos niños pueden morder accidentalmente con el diente fuera de lugar en su lengua o mejilla, provocando pequeñas llagas. Pero estos problemas suelen ser menores y temporales. Es importante mantener buena higiene para evitar infecciones alrededor del diente. Si un niño se queja de dolor fuerte, eso ya no es típico: en tal caso debe evaluarlo el dentista, porque podría haber otra causa (por ejemplo, caries en ese diente de leche, o inflamación seria). Nuestros pacientes en Cleardent raramente refieren dolor por dientes de tiburón; normalmente la preocupación viene más por la apariencia que por dolor. Con adecuada vigilancia, podemos manejar cualquier incomodidad con enjuagues suaves o geles si hiciera falta, pero generalmente no es necesario.
No hay una fórmula mágica para prevenirlos completamente, ya que dependen de factores naturales de crecimiento. Pero podemos tomar medidas para reducir las probabilidades o facilitar el proceso. En primer lugar, promover una buena masticación en los niños desde pequeños: dar alimentos algo duros (manzana entera, zanahorias crudas bajo supervisión, pan con corteza) ayuda a que los dientes de leche se vayan aflojando a su debido tiempo. También es fundamental acudir a revisiones dentales regulares. Un odontopediatra puede anticipar problemas –por ejemplo, detectando con radiografías si algún diente de leche tiene raíz que no se reabsorbe o si hay poco espacio– y tomar medidas preventivas (como extraer un diente de leche antes de que cause un diente de tiburón serio). Mantener una excelente higiene oral y hábitos saludables asegura que las encías estén sanas, lo cual facilita el recambio. Otra medida preventiva es estar pendiente cuando al niño le empiecen a bailar los dientes: anímalo a que los mueva; a veces los niños tienen miedo de tocar los dientes flojos y eso retrasa la caída. Finalmente, si sabes que tú o familiares tuvieron dientes de tiburón, coméntaselo al dentista, pues podría haber un componente hereditario en retrasos de exfoliación y él estará alerta. En resumen, no podemos cambiar la genética o el crecimiento, pero con buenos hábitos y controles en Cleardent podemos minimizar la duración y efecto de los dientes de tiburón en tu hijo.
El término dientes de tiburón se utiliza casi exclusivamente en odontopediatría, porque se refiere al período en que coexisten dientes de leche y permanentes (lo que solo ocurre en la niñez). En adultos sanos ya no hay dientes de leche, por tanto no pueden tener esta doble fila típica. Si un adulto presenta doble fila de dientes, sería por otras razones: o tiene un diente supernumerario (extra) o, más comúnmente, un problema de apiñamiento severo donde dientes permanentes quedaron montados unos sobre otros. También puede darse el caso de algún adulto joven que aún conserve un diente de leche (porque nunca tuvo permanente de reemplazo) y el diente extra que se ve no es un permanente sino un implante o una prótesis mal colocada; pero eso es distinto. Sin embargo, hay situaciones límite en adolescentes mayores: por ejemplo, conocemos casos en que un diente de leche no cayó hasta los 16-18 años y el diente permanente permaneció retenido hasta que finalmente erupcionó tardíamente, en cuyo momento durante unos meses convivieron ambos –podría decirse informalmente «diente de tiburón tardío»–. En todo caso, en adultos es extremadamente raro. Si un adulto notara algo parecido a una doble fila, debería acudir al dentista, pues seguro se trata de otra condición (como dientes apiñados que requieren ortodoncia). En Cleardent hemos tratado adultos con dientes retenidos (persistencia decidua), pero en ellos la solución pasa casi siempre por extraer el diente de leche restante y posiblemente alinear el permanente con ortodoncia. En resumen: en adultos la doble fila no es normal; el fenómeno típico de diente de tiburón es un asunto de niños en etapa de recambio.



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