5 junio 2025

Bolsa periodontal de 7 mm: ¿Qué significa y cómo tratarla? Guía completa

Una bolsa periodontal de 7 mm indica periodontitis avanzada. Te explicamos qué significa, su gravedad, tratamientos (limpieza profunda, cirugía, regeneración) y cómo prevenir más daño.

¡Hola! Soy odontólogo especialista en periodoncia y quiero hablarte de un tema serio pero que tiene solución con el enfoque adecuado. Hoy te hablo, como profesional que ha tratado muchos casos de periodontitis avanzada, para explicarte qué es una bolsa periodontal de 7 mm, por qué aparece, cómo podemos tratarla e incluso prevenir que vaya a más. Si te han dicho que tienes una bolsa periodontal de 7 mm, seguramente te preocupe qué tan grave es, si se puede revertir o si podrías perder tu diente. Voy a resolver todas esas dudas basándome en mi experiencia clínica y en la evidencia científica actual, de la forma más clara y cercana posible.

Antes que nada, quiero que sepas que no estás solo: muchos pacientes llegan a mi consulta con esta misma inquietud, asustados al escuchar “7 milímetros”. Es normal sentirse alarmado, pero mantén la calma. En las siguientes secciones te explicaré todo lo que necesitas saber sobre las bolsas periodontales profundas y qué podemos hacer para mejorar la salud de tus encías.

¿Qué es una bolsa periodontal de 7 mm y por qué es tan importante?

Una bolsa periodontal es un espacio o surco patológico que se forma entre la encía y el diente cuando sufrimos enfermedad periodontal (la conocida piorrea o periodontitis). En encías sanas, el surco natural mide apenas 1 a 3 mm de profundidad. Pero en la periodontitis avanzada, ese espacio se profundiza debido a la destrucción de los tejidos de soporte (encía y hueso) alrededor del diente. Una bolsa periodontal de 7 mm significa, precisamente, que hay un bolsillo de 7 milímetros de profundidad alrededor del diente, lo cual indica un estadio avanzado de la enfermedad periodontal.

Para que te hagas una idea: cuando medimos con la sonda periodontal (un pequeño instrumento milimetrado) la profundidad del surco, un valor de 7 mm nos enciende las alarmas. Yo mismo, al realizar un periodontograma (el mapa de las encías que registramos en la historia clínica), marco con un color especial las medidas de 6–7 mm o más, porque nos señalan un pronóstico delicado para ese diente. ¿Por qué? Porque normalmente a esa profundidad ya ha ocurrido una pérdida significativa del hueso que sostiene el diente (más del 50% del soporte óseo, aproximadamente). En otras palabras, el diente ha perdido más de la mitad de su “sujeción” dentro del hueso, volviéndolo más vulnerable.

¿Es muy grave tener una bolsa de 7 mm?

En términos simples, sí, es grave, pero no es una sentencia de pérdida inmediata del diente si actuamos a tiempo. Se trata de una señal clara de que la periodontitis está en fase avanzada y activa, lo que conlleva riesgos importantes. Sin tratamiento, el proceso puede seguir avanzando: la bolsa puede profundizarse aún más, acumular más bacterias agresivas y eventualmente llevar a la movilidad y pérdida del diente afectado. De hecho, los estudios señalan que alrededor de la mitad de las bolsas periodontales de ≥7 mm tienden a empeorar si no se controlan, mostrando progresión de la enfermedad periodontal. Por eso, identificar una bolsa de este tamaño es importante y urgente: nos indica que debemos intervenir cuanto antes para frenar el daño y, en la medida de lo posible, salvar el diente.

¿Cómo se forma una bolsa periodontal tan profunda? (Del enrojecimiento a los 7 mm)

Quizás te preguntes ¿cómo llegué a tener una bolsa de 7 mm?. Permíteme explicarlo paso a paso, porque esto no ocurre de la noche a la mañana. Todo comienza con la acumulación de placa bacteriana en nuestros dientes y encías. Si la higiene oral no es la adecuada, la placa se endurece formando sarro (cálculo) que se adhiere debajo de la encía. Estas bacterias en la placa y el sarro irritan e infectan las encías, provocando gingivitis – encías enrojecidas, inflamadas y sangrantes. La gingivitis es una fase inicial reversible con limpieza dental y buenos hábitos; sin embargo, si no se trata a tiempo, evoluciona hacia periodontitis.

En la periodontitis, la inflamación y la infección avanzan más profundamente. Las encías empiezan a despegarse del diente, rompiendo la unión que las mantenía adheridas a la superficie dental. Es entonces cuando se forman las bolsas periodontales: pequeños espacios donde antes la encía estaba firme contra el diente, ahora quedan huecos donde las bacterias se meten. Es un círculo vicioso: la placa y las toxinas bacterianas destruyen el tejido de la encía y el hueso subyacente, lo que hace que la bolsa se haga cada vez más ancha y profunda, y esa bolsa profunda a su vez acumula más bacterias que empeoran la infección. Con el tiempo, la bolsa de unos pocos milímetros (que aún podía ser moderada) puede convertirse en una bolsa de 6–7 mm o más, señal de que la enfermedad periodontal ha alcanzado un estado avanzado y agresivo.

En mi experiencia, muchos pacientes no se dan cuenta de la gravedad hasta que la periodontitis está muy avanzada. ¿Por qué? Porque la periodontitis suele avanzar sin dolor agudo la mayor parte del tiempo. Puede haber signos sutiles al inicio: sangrado al cepillarse, mal aliento crónico (halitosis), encías retraídas (los dientes se ven “más largos”) o algo de sensibilidad. Lamentablemente, si esos signos se ignoran, las bacterias siguen haciendo de las suyas debajo de la encía. Cuando finalmente el paciente nota algo más alarmante —por ejemplo, un diente ligeramente móvil o un absceso en la encía— la bolsa periodontal ya puede ser muy profunda, como esos 7 mm que mencionamos.

Debo destacar que existen factores de riesgo que aceleran y agravan este proceso. Por ejemplo, el tabaco es uno de los peores enemigos de las encías: los fumadores tienen mayor predisposición a sufrir periodontitis severa y a desarrollar bolsas más profundas, ya que el tabaco altera la respuesta inmune de la encía y enmascara el sangrado. Otros factores incluyen predisposición genética (hay personas más susceptibles a la enfermedad periodontal), enfermedades sistémicas como la diabetes (mal controlada, la diabetes favorece las infecciones en encías), cambios hormonales (embarazo, menopausia) y una higiene deficiente mantenida en el tiempo. En resumen, una bolsa periodontal de 7 mm suele ser el resultado de una combinación de placa bacteriana no eliminada a tiempo + factores agravantes + falta de tratamientos previos.

La buena noticia es que, aunque no podemos retroceder el tiempo, sí podemos actuar en el presente para detener esta progresión. Entender cómo se formó la bolsa nos ayuda a abordarla correctamente: eliminando la causa principal (las bacterias acumuladas) y modificando esos factores de riesgo cuando sea posible (mejorar la higiene, dejar de fumar, controlar la diabetes, etc.). En la siguiente sección veremos cómo diagnostico y evalúo una bolsa periodontal profunda, y enseguida pasaremos a las soluciones de tratamiento que han demostrado ser efectivas.

¿Cómo saber si tengo una bolsa periodontal de 7 mm? – Síntomas y diagnóstico

Una duda frecuente que escucho es: “Doctor, ¿cómo puedo darme cuenta si tengo bolsas en las encías? ¿Se ven a simple vista?” Por desgracia, no puedes medir por tu cuenta la profundidad de las bolsas –eso solo lo hacemos los dentistas con instrumentos especiales–, pero sí hay señales de alerta que pueden indicar que algo pasa debajo de tus encías.

Síntomas comunes de bolsas periodontales (encías enfermas):

  • Sangrado de encías: es quizás el síntoma más frecuente. Si tus encías sangran al cepillarte o espontáneamente, puede ser señal de gingivitis o periodontitis. El sangrado indica inflamación y posible infección.
  • Encías hinchadas o enrojecidas: una encía sana es rosada y firme. La encía inflamada por infección se ve roja, abultada y sensible al tacto.
  • Retracción gingival: con la periodontitis, la encía puede ir “encogiéndose” dejando expuesta parte de la raíz del diente. Notar dientes más largos o espacios negros triangulares entre dientes (por pérdida de papila) es un signo de enfermedad periodontal crónica.
  • Mal aliento persistente: el mal olor o sabor desagradable en la boca que no desaparece con higiene puede deberse a la acumulación de bacterias en bolsas profundas.
  • Movilidad dental o separación de dientes: si un diente empieza a moverse ligeramente o ves que tus dientes se están separando, puede ser porque la pérdida de hueso de soporte es importante.
  • Dolor o molestia al masticar: en fases avanzadas, puede haber molestias, infecciones (abscesos periodontales) o dolor difuso al morder, debido a la inflamación profunda.

Ahora bien, con solo los síntomas no podemos precisar si la bolsa mide 5, 7 o 9 mm. El diagnóstico exacto lo hacemos los dentistas con un examen periodontal completo. En mi consulta, cuando sospecho enfermedad periodontal, realizo un periodontograma: voy diente por diente midiendo con la sonda periodontal la profundidad del surco en seis puntos alrededor de cada pieza. Esta sonda tiene marcas milimétricas, así que cuando la introduzco suavemente entre la encía y el diente, puedo leer cuántos milímetros de profundidad hay hasta el fondo de la bolsa. Un valor de 1–3 mm es normal; 4–5 mm ya sugiere periodontitis inicial o moderada; y al encontrar 6, 7 mm o más, confirmamos que es una bolsa periodontal profunda. Suelo mostrarle al paciente estas mediciones anotadas o incluso fotografías o radiografías. En una radiografía, por ejemplo, se observará la pérdida de hueso alrededor del diente correspondiente a esa bolsa de 7 mm, corroborando el diagnóstico.

Además del sondaje, verifico otros signos durante el examen periodontal:

  • Sangrado al sondaje: si al medir la bolsa, la encía sangra fácilmente, indica infección activa.
  • Supuración (pus): a veces, de las bolsas avanzadas puede salir pus al presionar, señal de una infección periodontal localizada.
  • Radiografías periapicales o panorámicas: confirman la cantidad de hueso perdido. En un diente con bolsa de 7 mm seguramente veremos el nivel óseo muy reabsorbido en comparación con dientes sanos.

Una vez evaluada la situación, tomo nota de todas estas condiciones para clasificar la severidad de la periodontitis y planificar el tratamiento. Aquí, la clave es: mientras antes se diagnostique, mejor pronóstico tendremos. Por eso insisto a mis pacientes en la importancia de las revisiones periódicas (al menos 1 vez al año si tus encías están sanas, o cada 3–6 meses si ya has tenido enfermedad periodontal). Un diagnóstico temprano puede evitar que llegues a tener bolsas de 7 mm; y si ya las tienes, nos permite actuar de inmediato para evitar consecuencias mayores.

Tratamiento de una bolsa periodontal de 7 mm: ¿Cómo la tratamos en la clínica?

Llegamos al punto crucial: ¿Cómo se puede tratar y reducir una bolsa periodontal profunda?. Como periodoncista, mi objetivo es eliminar la infección, detener la destrucción del hueso y lograr que esa bolsa de 7 mm se reduzca lo máximo posible. Te adelanto que no existe una pastilla mágica que haga desaparecer la bolsa; el tratamiento requiere procedimientos dentales profesionales. Voy a explicarte los pasos habituales que seguimos, hablando desde mi experiencia con pacientes reales y los protocolos estándar en periodoncia.

Estudio y planificación periodontal

Antes de “meter mano”, realizamos un estudio detallado. Ya hicimos el sondaje periodontal para medir las bolsas. Si sospecho que hay infección bacteriana muy activa, a veces indico un análisis microbiológico de la bolsa periodontal. Esto significa tomar una muestra de placa bacteriana de debajo de la encía y enviarla al laboratorio para identificar las bacterias presentes. ¿Por qué hacemos esto? Porque algunas periodontitis avanzadas están asociadas a ciertas bacterias muy agresivas, y con el resultado podemos seleccionar un antibiótico específico que ayude a eliminarlas. No en todos los casos es necesario el cultivo, pero en bolsas de 7 mm con supuración, por ejemplo, puede ser muy útil.

Con la información del periodontograma y, si aplica, del cultivo bacteriano, trazamos un plan de tratamiento periodontal personalizado. Le explico al paciente la situación (muchas veces les enseño las imágenes y mediciones para que comprendan la gravedad) y pactamos la estrategia a seguir.

Raspado y alisado radicular (curetaje profundo)

Este es el tratamiento base para cualquier periodontitis. Consiste en realizar una limpieza dental profunda por debajo de la encía. Te lo detallo: bajo anestesia local (para que no sientas molestias), utilizo instrumentos llamados curetas y también aparatos ultrasónicos para raspar todo el sarro y la placa bacteriana que está adherida en la raíz del diente dentro de esa bolsa de 7 mm. Es posible que hagamos este raspado en cuadrantes (dividiendo la boca en 4 secciones) a lo largo de varias citas, dependiendo de cuántas bolsas profundas haya y de la tolerancia del paciente en cada sesión. Tras eliminar el sarro, alisamos la raíz para dejarla lo más lisa posible, ya que una superficie rugosa favorece que las bacterias se vuelvan a pegar. El raspado y alisado radicular permite que eliminemos la mayor cantidad de bacterias subgingivales, logrando que la inflamación de las encías se reduzca. Muchas veces, tras unas semanas de haber hecho el raspado, la encía desinflamada vuelve a adherirse un poco al diente y la bolsa periodontal puede pasar de 7 mm a, digamos, 4 mm. Es una mejora significativa, aunque esa zona seguirá requiriendo vigilancia.

En algunos casos de periodontitis avanzada, complemento el raspado con terapia adicional: enjuagues o geles de antisépticos (como la clorhexidina) durante un par de semanas para desinfectar mejor, y si el cultivo indicó bacterias muy agresivas, receto el antibiótico sistémico adecuado. Todo este abordaje inicial se denomina terapia periodontal no quirúrgica o fase higiénica. Es el primer paso indispensable.

Reevaluación post-raspado

Unas 4–6 semanas después del raspado profundo, vuelvo a citar al paciente para revaluar las encías. Vuelvo a medir las bolsas periodontalmente en los sitios tratados. Aquí cruzamos los dedos esperando buenas noticias: muchas bolsas moderadas reducen su profundidad notablemente tras la fase higiénica. Sin embargo, cuando una bolsa era muy profunda (como de 7 mm o más), a veces no es suficiente con el raspado y persiste una profundidad considerable (por ejemplo, puede que de 7 mm solo haya bajado a 6 mm, o quizá se mantenga igual si el acceso con las curetas fue difícil). Si tras la reevaluación vemos que persisten bolsas profundas activas, pasamos al siguiente paso: el tratamiento quirúrgico.

Cirugía periodontal (cirugía de acceso o reducción de bolsa)

Cuando la bolsa periodontal es muy profunda y no ha desaparecido tras la limpieza inicial, recomiendo una cirugía periodontal. No te asustes con la palabra cirugía; te explico en qué consiste porque es más sencilla de lo que imaginas. Bajo anestesia local, realizamos un pequeño colgajo en la encía: es decir, despego quirúrgicamente la encía alrededor del diente afectado para tener acceso visual a la raíz y al hueso infectado. De este modo, puedo limpiar directamente a fondo toda la zona infectada que con las curetas a ciegas no siempre se logra al 100%. Se eliminan los depósitos de sarro remanentes, se raspa el hueso si tiene bordes irregulares afectados (procedimiento llamado osteoplastia u osteotomía si hay que recortar un poco el hueso para darle una forma adecuada) y luego se recoloca la encía en su sitio ajustándola para reducir la profundidad de la bolsa. Con puntos de sutura, la encía sana vuelve a pegarse más abajo en el diente, cerrando gran parte de aquel bolsillo. Esta cirugía de reducción de bolsa permite que, tras la cicatrización, esa zona quizás pase de 7 mm a tener 3 mm, por ejemplo, lo cual ya es manejable con higiene diaria. La cirugía periodontal es un tratamiento común y altamente efectivo en bolsas profundas que no responden solo con raspado. En mi experiencia, los pacientes se recuperan bien: pueden sentir alguna molestia leve después, pero con analgesia y enjuagues cicatrizantes se controlan los síntomas. Lo importante es que esta intervención frena la progresión y facilita el mantenimiento.

Técnicas de regeneración periodontal (cuando es posible)

Además de la cirugía básica descrita, si la destrucción ósea ha creado defectos específicos, a veces tenemos la opción de intentar regenerar el periodonto perdido. Me refiero a utilizar procedimientos avanzados durante la cirugía, como injertos de hueso o regeneración tisular guiada. ¿Qué es esto? Por ejemplo, si el diente con bolsa de 7 mm ha perdido una pared de hueso, podemos colocar un material de injerto óseo (partículas sintéticas o de origen humano) y cubrirlo con una membrana especial para guiar al organismo a formar nuevo hueso en esa zona. También existe el uso de factores de crecimiento o proteínas regenerativas (como la amelogenina, presente en productos tipo Emdogain) que se aplican en la raíz para estimular que la encía y ligamento periodontal se reinsertan. Estos tratamientos de regeneración no siempre son factibles –dependen de la morfología del defecto óseo y de factores del paciente–, pero cuando lo son, nos dan la posibilidad de recuperar parte del soporte perdido y disminuir aún más la profundidad de la bolsa. Quiero ser honesto: no siempre se logra “dejar todo como nuevo”, pero he tenido casos donde una bolsa severa disminuyó 3-4 mm tras la regeneración y radiográficamente vimos formarse algo de hueso donde antes no había. ¡Eso es fantástico! Representa avances de la periodoncia moderna.

(Como dato interesante, hay investigaciones recientes probando técnicas novedosas: por ejemplo, el uso de hidrogeles de colágeno con antimicrobianos aplicados dentro de bolsas tras el raspado. Un estudio clínico con pacientes que tenían bolsas de ~7 mm mostró que al colocar un hidrogel especial después del desbridamiento, la profundidad se redujo en unos 4 mm en 3 meses. Estos resultados son prometedores, aunque todavía experimentales. Pero quién sabe, en un futuro podríamos sellar bolsas profundas con estos métodos sin cirugía tradicional.)

Fase de mantenimiento periodontal

Ninguno de los pasos anteriores serviría de mucho si luego nos olvidamos del paciente. La enfermedad periodontal es crónica, lo que quiere decir que podemos controlarla, pero no “curarla” definitivamente como si nada hubiera pasado. Tras haber reducido o eliminado la bolsa periodontal de 7 mm, el cuidado a largo plazo es imprescindible. En mi consulta, los pacientes con historial de periodontitis entran en un programa de mantenimiento periodontal: esto implica una limpieza profesional periódica (cada 3, 4 o 6 meses, según el caso) y revisión de las encías para asegurarnos de que no se formen nuevamente bolsas profundas. Además, refuerzo mucho la educación en higiene oral: cepillado correcto, uso diario de hilo dental o cepillos interproximales, enjuagues indicados si es necesario, etc. El paciente se convierte en mi “aliado”: ambos vigilamos esas encías para que no vuelvan a la situación de riesgo. Piensa que, aunque hayamos detenido la periodontitis, si se abandona la higiene o las visitas de control, las bacterias podrían otra vez ganar terreno.

Como ves, el tratamiento de una bolsa periodontal de 7 mm puede involucrar varias fases y procedimientos. Cada caso es diferente, y por eso individualizo el plan según la condición de tus encías y tu salud general. Lo fundamental es actuar cuanto antes. Cuanto más tiempo permanece una bolsa periodontal profunda sin tratar, más difícil será recuperar el terreno perdido y mayor el riesgo de perder el diente. En cambio, he visto muchos casos en que con un tratamiento periodontal completo y buen mantenimiento, logramos salvar dientes que tenían pronóstico reservado. En la siguiente sección te cuento precisamente un ejemplo real de lo que se puede conseguir con el tratamiento adecuado.

Caso real: así salvamos un diente con bolsa periodontal de 7 mm (experiencia en consulta)

Quiero compartirte un caso real de mi práctica que ilustra todo lo anterior. (Por confidencialidad cambiaré el nombre del paciente, pero la historia es verídica.)

Luis, 55 años, fumador, acudió a la consulta muy preocupado porque otro dentista le había dicho que tenía una bolsa de 7 mm en una muela superior y que probablemente perdería ese diente. Luis presentaba encías inflamadas y sangrantes, y en la radiografía se apreciaba una gran pérdida de hueso alrededor de esa muela (más de 50%). Al sondar, confirmamos bolsas de 6–7 mm en varios molares. La movilidad del diente era leve, así que aún teníamos oportunidad de salvarlo, pero el pronóstico era reservado.

Le expliqué a Luis que su caso era una periodontitis avanzada y necesitábamos actuar rápido. Iniciamos el tratamiento con un raspado y alisado radicular en toda el área afectada, dividendo el trabajo en dos citas largas. Luis fue muy colaborador: siguió al pie de la letra las indicaciones de higiene en casa, mejoró su técnica de cepillado y, aunque le costó, redujo drásticamente el cigarrillo (factor clave para que las encías pudieran sanar). También le recetamos antibióticos específicos porque detectamos Actinobacillus (una bacteria agresiva) en el cultivo de la bolsa profunda.

Un mes después, en la reevaluación, ¡tuvimos buenas noticias!: la bolsa de 7 mm en la muela de Luis se había reducido a 4 mm gracias a la desinflamación de las encías. Aun así, quedaban algunas bolsas de 5–6 mm en otras zonas. Decidimos hacer una cirugía periodontal en la muela más afectada para limpiar directamente el área profunda y realizar un pequeño injerto óseo donde el hueso se había perdido. La cirugía fue un éxito sin complicaciones.

Transcurridos 6 meses desde el inicio, las encías de Luis estaban rosadas, sin sangrado, y la bolsa periodontal ya no superaba los 3–4 mm en ningún punto. El diente que originalmente tenía 7 mm de bolsa se salvó y recuperó estabilidad (sin movilidad). Luis estaba muy contento y, desde entonces, acude fielmente a sus mantenimientos cada 4 meses. Cada vez que lo veo le recuerdo que, así como entre todos logramos controlar la enfermedad, la constancia es lo que mantendrá ese diente en su sitio.

Este caso (y muchos otros similares) demuestra que una bolsa periodontal de 7 mm no siempre implica perder el diente. Con un tratamiento adecuado, compromiso del paciente y seguimiento, es posible detener la periodontitis y conservar la dentición. Por supuesto, cada caso tiene sus matices: hay situaciones extremadamente avanzadas donde, pese a nuestros esfuerzos, el daño es irreparable y hay que considerar extracciones. Pero, siempre que haya una opción de salvar, la intentaremos.

Consejos para prevenir bolsas periodontales profundas

Después de todo lo explicado, la lección más importante es esta: prevenir es más fácil que curar. Aquí te dejo algunos consejos prácticos para evitar (o al menos minimizar) la aparición de bolsas periodontales profundas:

  • Higiene oral rigurosa: Cepíllate los dientes al menos dos veces al día con una buena técnica de cepillado (asegurándote de llegar al margen de las encías). Usa hilo dental o cepillos interdentales diariamente para limpiar entre los dientes, ya que la placa se acumula donde el cepillo no llega. Una boca libre de placa difícilmente desarrollará bolsas. (Recuerda: una seda dental bien usada puede limpiar varios milímetros bajo la encía.)
  • Limpiezas dentales profesionales periódicas: Aunque seas muy dedicado con tu cepillado, siempre habrá rincones donde solo el dentista o higienista pueda limpiar. Realiza una limpieza dental profesional al menos cada 6 meses, o con la frecuencia que tu dentista recomiende según tu caso. En esas citas, además de eliminar sarro, el especialista evaluará tus encías y detectará a tiempo cualquier bolsita incipiente.
  • No fumes (o reduce el tabaco): Si eres fumador, este es quizás el favor más grande que puedes hacerle a tus encías. El tabaco no solo favorece la enfermedad periodontal, sino que enmascara sus síntomas (las encías de fumadores sangran menos, dando una falsa sensación de salud). Dejar de fumar mejora dramáticamente la respuesta de las encías al tratamiento periodonta.
  • Alimentación equilibrada y salud general: Una dieta rica en vitaminas y minerales (frutas, verduras, etc.) ayuda a tener encías más resistentes. Controla condiciones sistémicas como la diabetes: pacientes diabéticos bien controlados tienen menos complicaciones periodontales que aquellos con glucosa descontrolada.
  • Visitas de revisión con el periodoncista: Si ya has sufrido periodontitis, sigue el plan de mantenimiento periodontal que te indique tu odontólogo. Y aunque nunca hayas tenido problemas serios, una revisión anual puede detectar gingivitis o bolsas pequeñas antes de que se vuelvan un problema grande. Piensa que tu dentista es tu aliado en la prevención.

Siguiendo estos consejos, aumentarás muchísimo las probabilidades de conservar encías sanas y de que no se formen bolsas profundas. En caso de notar cualquier signo de alarma (sangrado, inflamación, movilidad), no lo dejes pasar y acude a consulta. Más vale una visita preventiva que un tratamiento complejo más adelante.

Preguntas frecuentes sobre las bolsas periodontales de 7 mm

¿Se puede curar o revertir completamente una bolsa periodontal de 7 mm sin cirugía?

Una bolsa periodontal de 7 mm no se puede “curar” al 100% solo con remedios caseros o enjuagues: es necesaria la intervención profesional. Con un tratamiento periodontal adecuado (raspado y alisado radicular, y posiblemente cirugía periodontal) se logra reducir la bolsa significativamente, a veces de 7 mm a 3–4 mm. Esto significa que la encía vuelve a adherirse en parte al diente y la inflamación desaparece. Pero el hueso perdido no se regenera por sí solo, por lo que la “cicatriz” de lo ocurrido queda. En resumen: revertir completamente una bolsa profunda no es posible, pero sí controlarla y mejorarla al punto de que ya no represente un problema activo.

¿Qué tan grave es una bolsa periodontal de 7 mm?

Es un indicador de periodontitis avanzada. En términos de gravedad, es serio, ya que implica que más del 50% del soporte del diente (hueso y ligamento) puede estar destruido. Sin tratamiento, una bolsa de 7 mm conlleva un alto riesgo de progresión de la enfermedad y eventual pérdida del diente. La buena noticia es que, con tratamiento, podemos frenar la destrucción y mejorar la salud de esas encías. Muchos pacientes con bolsas profundas han logrado estabilizar su condición y conservar sus dientes gracias a la terapia periodontal.

¿Voy a perder mi diente si tengo una bolsa periodontal profunda?

No necesariamente. Una bolsa profunda aumenta el riesgo de perder el diente si no se realiza tratamiento. De hecho, sin tratar, es muy probable que con el tiempo ese diente termine perdiéndose por falta de soporte. Pero si acudes a un periodoncista y sigues un buen plan de tratamiento, hay muchas posibilidades de salvar el diente. En la clínica vemos a diario casos de dientes que estaban en peligro y que, tras el raspado, la cirugía y el mantenimiento, siguen funcionando perfectamente. Cada caso es distinto, y en situaciones extremas (por ejemplo, movilidad muy severa o infección incontrolable) a veces hay que extraer; pero mientras el diente sea salvable, el dentista hará todo lo posible por conservarlo.

¿El tratamiento de las bolsas periodontales (curetaje y cirugía) duele?

No te preocupes, generalmente no duele. Tanto el raspado y alisado radicular como la cirugía periodontal se realizan con anestesia local, así que no sentirás dolor durante el procedimiento. Podrías notar algo de presión o molestia leve, pero nada de dolor agudo. Después del tratamiento, es normal cierta sensibilidad o incomodidad cuando pasa la anestesia, pero suele controlarse bien con analgésicos habituales (ibuprofeno, paracetamol) que tu dentista te recomendará. Muchos pacientes se sorprenden de lo molesto que no es el tratamiento, porque se lo imaginaban peor. Lo importante es seguir las indicaciones post-operatorias (por ejemplo, dieta blanda, buena higiene suave, enjuagues si se prescriben) para que la curación sea rápida y cómoda. En mi experiencia, el miedo al dolor no debe ser un impedimento para tratar las bolsas periodontales – ¡es mucho más doloroso perder un diente por no haberse tratado a tiempo!

¿Hay remedios caseros o naturales para las bolsas periodontales?

Desafortunadamente, no existe un remedio casero que elimine una bolsa periodontal profunda. Una vez que la bolsa se ha formado por la pérdida de inserción, solo el tratamiento profesional puede limpiarla correctamente y ayudar a que la encía vuelva a pegarse. Esto no quita que los cuidados en casa sean importantísimos: una excelente higiene oral (cepillado, hilo dental, etc.) y enjuagues recomendados por tu dentista ayudan a controlar la inflamación y evitan que la situación empeore. Pero por sí solos, los métodos caseros no pueden remover el sarro subgingival ni regenerar el hueso perdido. Desconfía de productos “milagrosos” que se anuncian para curar la piorrea de la noche a la mañana. Lo más efectivo y seguro es acudir al especialista para un buen tratamiento de limpieza profunda y seguir sus consejos de cuidado diario.

¿Cómo prevenir que vuelvan a aparecer las bolsas periodontales de 7 mm?

La prevención se basa en mantener a raya la placa bacteriana y acudir a controles periódicos. Después de un tratamiento periodontal, tu dentista seguramente te habrá puesto en un programa de mantenimiento: respétalo rigurosamente (por ejemplo, limpieza y chequeo cada 4–6 meses). En casa, continúa con excelentes hábitos de higiene: cepillado 2–3 veces al día, limpieza interdental diaria y quizás el uso de algún enjuague o gel especial si te lo han recomendado. Evita el tabaco completamente, ya que fumar aumenta mucho el riesgo de recaída. Controla enfermedades como la diabetes y lleva una dieta equilibrada. Y presta atención a tus encías: si notas cualquier signo (sangrado, inflamación) entre visitas, acude de inmediato. Con constancia, es totalmente posible mantener las encías sanas y que no se formen nuevamente bolsas profundas alrededor de tus dientes.

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Dr samuel recaman cleardent 300×300
Odontólogo
El Dr. Samuel Recamán Núñez es un experto en implantología y cirugía oral, comprometido con la excelencia clínica y el bienestar de sus pacientes. Desde 2017, su dedicación exclusiva en cirugía e implantología en Cleardent lo ha convertido en un referente en tratamientos avanzados y personalizados. Su sólida formación en regeneración ósea y rehabilitación implantosoportada, junto con una trayectoria en odontología general y estética, aseguran resultados excepcionales y de alta precisión en cada tratamiento.

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