Las personas con diabetes, especialmente aquellas con un control deficiente o de larga evolución, son propensas a problemas bucales como la gingivitis y la enfermedad periodontal, que incluyen inflamación de encías, ligamentos periodontales y destrucción del hueso alveolar. La xerostomía, o sequedad bucal, es otra complicación común que causa irritación de las mucosas, disfunción del gusto, y aumento del riesgo de infecciones e impide la cicatrización normal. Además, la diabetes incrementa la prevalencia de caries dental y candidiasis oral, debido a la alta concentración de glucosa en la saliva y las alteraciones en la flora bucal.
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica (de larga duración) que afecta en la forma en que el cuerpo convierte los alimentos en energía. La mayoría de los alimentos que comemos, se convierten en azúcar (glucosa) que es liberado en la sangre. El páncreas produce una hormona llamada insulina, que actúa como llave para que la azúcar entre en las células del cuerpo y estas la usen como energía.
Si una persona tiene diabetes, su cuerpo no produce una cantidad suficiente de insulina o no puede usarla correctamente, por lo que queda demasiada azúcar en sangre. Debido a esto, pueden producirse graves problemas de salud para el paciente.
Síntomas de la diabetes
Entre los síntomas más comunes para poder detectar la diabetes se encuentran:
Mucha sed (polidipsia).
Sensación de mucha hambre (polifagia).
Necesidad de orinar continuamente, incluso de noche (poliuria).
Pérdida de peso, a pesar de comer mucho.
Cansancio.
Visión borrosa.
Llagas que tardan en cicatrizar.
Infecciones frecuentes, tanto en la piel, encía o vaginales.
Hormigueo o entumecimiento de manos y pies.
Náuseas/vómitos
Aunque la diabetes tipo 1 puede aparecer a cualquier edad, suele aparecer en la infancia o en la adolescencia. La diabetes tipo 2 (el tipo más frecuente) puede aparecer a cualquier edad, aunque es más común en personas mayores de 40 años.
Paciente diabético: tratamiento
Cuando a un paciente se le diagnostica diabetes, el tratamiento más rápido es normalizar en la medida de lo posible los valores de glucosa en sangre, para así evitar posibles problemas agudos (hipoglucemia, hiperglucemia) y crónicos lesiones en los vasos sanguíneos de ojos, riñón, corazón, nervios, pies)
El equilibro entre alimentación, ejercicio físico, control de malos hábitos (tabaquismo) y tratamiento farmacológico (antidiabéticos orales, inyectables o insulina) será la base del tratamiento.
Tipos de diabetes
Tipo de Diabetes
Descripción
Prevalencia
Características Clave
Tratamiento
Diabetes Tipo I
Se inicia usualmente en la infancia o adolescencia, pero puede presentarse a cualquier edad.
5-10% de todos los casos
El cuerpo no produce o produce muy poca insulina, insuficiente para un correcto metabolismo de los azúcares.
Administración de insulina siempre necesaria desde el inicio de la enfermedad.
Diabetes Tipo II
Generalmente inicia en la edad adulta, especialmente en personas con obesidad.
90-95% de todos los casos
Combinación de escasa producción de insulina y resistencia del organismo a su acción.
Tratamiento basado en dieta y ejercicio físico.
Diabetes gestacional
Aparece durante el embarazo y generalmente se corrige tras el parto, aunque incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.
Minoría de casos
Dieta como principal tratamiento durante el embarazo. Riesgo incrementado de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.
Mayormente controlada con dieta; en algunos casos, puede requerir medicación o insulina adicional.
Diabetes Tipo I
La diabetes tipo I, suele iniciarse en la infancia o la adolescencia, aunque puede presentarse a cualquier edad. Representa del 5 al 10 % de todos los casos de diabetes. En este tipo, el cuerpo no es capaz de producir insulina, o solo puede fabricar una cantidad muy pequeña, que resulta insuficiente para mantener un correcto metabolismo de los azúcares.
De este modo, será imprescindible SIEMPRE la administración de insulina desde el inicio de la enfermedad.
Diabetes Tipo II
La diabetes tipo II, es la forma más frecuente de diabetes, entre el 90-95 % de todos los casos. Generalmente se inicia en la edad adulta, especialmente en personas con obesidad. Este tipo de diabetes se combina con la escasa producción de insulina, además de una resistencia del organismo a su acción. Suele ser la más común y el tratamiento se basa fundamentalmente en la dieta y en ejercicio físico.
Diabetes gestacional
La diabetes gestacional(adquirida durante el embarazo), representan la minoría de casos de esta enfermedad.
El tratamiento es con dieta en la mayoría de los casos. Tras el parto generalmente se corrige, aunque con los años hay más riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2.
Consecuencias de la diabetes en la salud oral
Hay una serie de manifestaciones orales que son bastante comunes a las personas con diabetes, aunque hay variaciones de un enfermo a otro. Sobre todo, suelen aparecer en diabéticos mal controlados o de larga evolución.
Las más comunes son:
La gingivitis y la enfermedad periodontal. La gingivitis es la inflamación de las encías y la enfermedad periodontal es la inflamación e infección de los tejidos de soporte de los dientes, que puede llegar a destruirlos. Esto incluye las encías, los ligamentos periodontales y los alvéolos dentales (hueso alveolar). A su vez, la periodontitis es un factor de riesgo en la aparición de complicaciones médicas en estos enfermos, es una especie de círculo vicioso, que hace que sea una necesidad el control y tratamiento bucodental en estos pacientes.
Xerostomía Es la ausencia de una cantidad suficiente de saliva, por lo que provoca irritación de las mucosas bucales y a consecuencia de esta hiposalivación, se presenta una disfunción del sentido del gusto (pues la saliva es donde se disuelven las sustancias que nos hacen percibir los sabores) glosodinia o síndrome de la boca ardiente, mayor tendencia a las infecciones orales y cicatrización retardada.
Incremento de la prevalencia de caries dental (sobre todo en cuellos dentarios), como consecuencia de esa escasa producción de saliva y a su mayor contenido en glucosa.
Candidiasis. La aparición de los hongos (cándidas) se encuentran en el exceso de glucosa existente en la cavidad bucal. Esta patología se manifiesta, por lo general, como placas blancas en el interior de las mejillas o en la lengua, pudiendo llegar a afectar la parte superior de la boca y alcanzar las encías, las amígdalas o la parte posterior de la garganta.
Diabetes y salud bucodental están estrechamente ligadas y es preciso atender a ambas para poder mantener una boca sana y una vida saludable.
Consulta dental del paciente diabético, ¿qué tener en cuenta?
Cuando el dentista se enfrenta a un paciente diabético, necesita saber desde cuándo presenta la enfermedad, el tipo de diabetes y cómo la controla, también debe saber las posibles complicaciones que ha sufrido el paciente y cuánto tiempo hace de la última.
Paciente diabético no controlado
Si a la clínica dental acude un paciente diabético no controlado, entonces no se recomienda que se le preste tratamiento odontológico hasta que su condición sea estable. Y si se trata de una urgencia, que precise tratamiento con cirugía periodontal u otro tipo de intervención que pueda provocar “herida”, es necesaria una profilaxis antibiótica para reducir el riesgo de infecciones postoperatorias y compensar el retardo en la cicatrización.
Paciente diabético controlado
Cuando acude a clínica un paciente diabético controlado, este podrá ser tratado como cualquier otro paciente. De todas formas, incluso en el más favorable de los casos, con una diabetes mellitus de corta duración o perfectamente controlada, se han de seguir unas pautas de actuación muy recomendables, para evitar complicaciones médicas o urgencias debidas al tratamiento dental.
Recomendaciones ante una cita con el odontólogo
Programar citas de corta duración y a primeras horas de la mañana, que es cuando hay menor riesgo de reacciones hipoglucémicas.
Mantener las condiciones de asepsia y esterilización, porque no hay que olvidar que los procesos reparativos e inmunes están alterados. Se recomiendan usar enjuagues con clorhexidina u otros antisépticos antes de realizar intervenciones invasivas, con el fin de reducir el riesgo de infección postoperatoria y otras complicaciones derivadas del tratamiento dental.
Actuaciones atraumáticas y en lo posible libres de estrés (el nerviosismo, miedo y estrés hacen que aumenten los niveles de glucosa en sangre)
Asegurarse de que el efecto anestésico es el adecuado, por la misma razón anteriormente expuesta, es decir, evitar el estrés y dolor, que hacen que se dispare la glucosa en sangre por una disminución de la secreción de insulina entre otras cosas.
Es recomendable la instauración de cobertura antibiótica preoperatoria y, sobre todo postoperatoria, debido a la mayor susceptibilidad a las infecciones y a la lenta cicatrización de las heridas. Todo dependerá del tipo de intervención que precise. Sin embargo, en pacientes con diabetes bien controlada, la profilaxis antibiótica puede ser contraproducente, pues favorece la colonización por hongos.
¿Cuándo posponer el tratamiento con el odontólogo?
En los casos donde la diabetes no está bien controlada, es mejor posponer el tratamiento, pues existe mucho riesgo de complicaciones posteriores o incluso de que se produzca alguna urgencia médica.
Incluso si se precisan realizar tratamientos quirúrgicos extensos, incluyendo cirugía periodontal, puede ser necesaria la hospitalización, ya que ésta permite un monitoreo médico constante y poder ajustar los niveles de insulina requeridos antes, durante y después del tratamiento odontológico.
Los pacientes diabéticos que presentan complicaciones sistémicas asociadas, como hipertensión, accidente vascular encefálico, ateroesclerosis de las coronarias, retinopatías, etc., necesitan ciertas precauciones apropiadas para su estado de salud. Para estas personas, los tratamientos odontológicos deben ser paliativos, hasta recibir las atenciones médicas adecuadas.
Consejos Bucodentales para diabéticos
Consejo Bucodental
Descripción y Recomendaciones
Mantenimiento de niveles adecuados de glucemia en sangre
Disminuir el riesgo de enfermedad periodontal y complicaciones orales, las cuales pueden afectar el control de la glucemia.
Revisiones periódicas con el dentista
Realizar revisiones cada 3-6 meses para prevenir problemas bucales y mantener una correcta higiene bucodental.
Uso de cepillo con pasta de dientes con flúor
Lavarse los dientes frecuentemente, preferentemente con un cepillo suave, utilizar enjuague con flúor y hilo dental diariamente para una completa higiene bucal.
Evitar el tabaco
El tabaco agrava la enfermedad periodontal, por lo que se recomienda dejar el hábito si se fuma.
Ingesta de líquidos para evitar sequedad bucal
Beber mucho líquido ayuda a evitar la sequedad bucal y promueve la producción de saliva.
Cuidado con prótesis removibles
Observar cualquier roce por prótesis removibles y acudir al dentista para solucionarlo, evitando heridas debido a la lenta cicatrización y mayor riesgo de infecciones.
Informar al dentista sobre la condición de diabetes
Es importante que el dentista esté informado sobre la condición de diabetes del paciente.
Autoexploración bucal
Realizar autoexploraciones para detectar cualquier anomalía y acudir a la clínica dental lo antes posible.
Mantener un estilo de vida saludable
Adoptar una buena alimentación y realizar ejercicio físico regularmente.
Información adicional sobre salud dental en casa
Buscar información adicional y consejos para llevar a cabo una adecuada higiene dental en casa.
Dr. José Bartolomé Lechuga
Odontólogo
Soy José Bartolomé, Odontólogo General, especialista en Prostodoncia, Cirugía Bucal e Implantología en Clínicas Cleardent.