4 abril 2025

¿La alveolitis se cura sola? Síntomas, tratamiento y prevención

La alveolitis dental (alveolo seco) es una complicación dolorosa tras una extracción. Te explico si se cura sola, sus síntomas, tratamiento y cómo prevenirla.

He visto a muchos pacientes preocupados tras una extracción dental por un dolor intenso que aparece días después. Si te estás preguntando si la alveolitis seca se cura sola o necesitas tratamiento, entiendo tu inquietud. La alveolitis dental (también conocida como alveolo seco u osteítis alveolar) es una de las complicaciones postextracción más dolorosas, pero afortunadamente tiene solución. En este artículo te hablaré en primera persona, de manera profesional pero cercana, para aclarar todas tus dudas: qué es la alveolitis, por qué ocurre, si puede curarse por sí misma, cuáles son sus síntomas, qué hacer en casa, cómo la tratamos los dentistas y cómo prevenirla. Mi objetivo es que, al terminar de leer, tengas información clara, útil y tranquilizadora para afrontar esta situación. ¡Vamos a ello!

¿Qué es la alveolitis y por qué se produce?

La alveolitis dental es una inflamación dolorosa del alvéolo (el hueco óseo que queda tras la extracción de un diente) porque el coágulo de sangre que debería proteger y ayudar a cicatrizar ese espacio no se forma o se desprende prematuramente.​

En otras palabras, tras la extracción, lo normal es que se forme un coágulo que cubra el hueso y permita la curación; si ese coágulo falta, el hueso y los nervios del alvéolo quedan expuestos al aire, la comida y las bacterias, causando dolor intenso y retrasando la cicatrización​. A esta complicación postoperatoria se la conoce comúnmente como alveolitis seca o dry socket. En algunos casos, además, puede haber una infección en el alvéolo: hablamos entonces de alveolitis húmeda (o alveolitis supurada), donde además del dolor hay supuración de pus, encía inflamada y mal olor​.

¿Por qué ocurre la alveolitis? Hay varios factores que pueden predisponer a que el coágulo no se forme o se pierda:

  • Técnica de extracción y trauma quirúrgico: las extracciones complicadas (por ejemplo, muelas del juicio incluidas) conllevan más manipulación y pueden aumentar el riesgo de alveolitis​. Un trauma mayor en el área de la extracción dificulta la cicatrización normal.
  • Mala higiene o infección previa: una boca con infección o higiene deficiente en la zona de la extracción puede interferir en la formación del coágulo o contaminar la herida.
  • Hábito de fumar: es la causa más común de alveolitis seca. Fumar en los días siguientes a la extracción prácticamente duplica el riesgo de alveolitis, porque la succión y las toxinas del tabaco impiden la correcta coagulación y cicatrización​. Por eso insistimos tanto en no fumar tras una exodoncia.
  • Enjuagados o escupir con fuerza pronto: si el paciente enjuaga vigorosamente la boca o escupe con fuerza en las primeras 24 horas, puede desalojar el coágulo recién formado.
  • Uso de anticonceptivos orales: Curiosamente, las mujeres que toman píldoras anticonceptivas tienen ligeramente mayor incidencia de alveolitis. Se cree que los niveles de estrógeno pueden interferir en la coagulación normal​. Si tomas anticonceptivos, coméntaselo a tu dentista; a veces programamos la cirugía dental en fases del ciclo con menor nivel hormonal para minimizar riesgos.
  • Antecedentes de alveolitis: si ya has sufrido alveolitis seca en el pasado, existe más probabilidad de que ocurra de nuevo​.

La alveolitis es una complicación local postextracción en la que la falta del coágulo protector provoca dolor intenso y posible infección en el alvéolo. No es muy frecuente (ocurre en un porcentaje pequeño de extracciones, especialmente en molares inferiores), pero cuando sucede se manifiesta de forma muy notoria. A continuación, abordaremos la gran pregunta.

¿La alveolitis se cura sola?

Esta es la duda principal de muchos pacientes con alveolo seco: “¿Se me curará solo o tengo que hacer algo?”. La realidad es que la alveolitis sí acaba curando por sí sola en último término, porque eventualmente el tejido de tu encía terminará creciendo y cubriendo el hueso expuesto​. El proceso natural de cicatrización del alvéolo, incluso cuando hay alveolitis, suele tomar alrededor de 10 a 15 días hasta completar la recuperación​, decir, el organismo finalmente reparará la zona por sí mismo.

Pero ojo: que “se cure sola” no significa que debamos quedarnos de brazos cruzados. No es recomendable esperar pasivamente a que la alveolitis sane sin más.​ ¿Por qué? Porque durante esos días de curación natural vas a sufrir un dolor intenso innecesariamente y además aumenta el riesgo de complicaciones. De hecho, en la mayoría de los casos la alveolitis no desaparece por sí misma rápidamente ni de forma sencilla​. Sin el tratamiento adecuado, el dolor puede prolongarse e incluso agravarse, y la herida abierta podría infectarse más​.

En mi experiencia, lo más sensato es tratar la alveolitis activamente. Con la intervención de un dentista, el alivio del dolor suele ser rápido (en 1-2 días) y favorecemos una curación correcta. En cambio, si no hacemos nada, el organismo tardará cerca de dos semanas en cerrar el alvéolo y ese periodo puede ser muy molesto​. Piensa que el tratamiento de la alveolitis seca se enfoca en reducir síntomas, especialmente el dolor, mientras el cuerpo realiza la curación​.

La alveolitis eventualmente se cura sola en muchos casos, pero no conviene dejarla sin atender. Es preferible acudir al dentista para recibir las medidas paliativas y preventivas necesarias​. De ese modo, te evitarás días de dolor incapacitante y reducirás la posibilidad de infección u otras complicaciones. Como dentista, te aseguro que tratar una alveolitis a tiempo marca una gran diferencia en la comodidad y en la recuperación.

Síntomas y señales de alarma

¿Cómo saber si lo que tienes es una alveolitis seca y no simplemente las molestias normales tras una extracción? Los síntomas típicos de la alveolitis son bastante característicos:

  • Dolor intenso que aparece 48-72 horas después de la extracción: suele comenzar a los 2 o 3 días post-extracción y va en aumento. Es un dolor profundo, punzante o palpitante, que puede irradiarse hacia el oído, la sien, el ojo o el cuello del lado afectado​. A diferencia del dolor postoperatorio normal (que suele ir a menos cada día), el de la alveolitis va a más pasados esos días.
  • Alvéolo vacío y seco: si miras con cuidado (o el dentista al explorarte) se ve la cavidad sin coágulo, es decir, un agujero vacío donde se removió el diente, con el hueso expuesto o cubierto solo por una capa grisácea​. No se observa el coágulo sanguíneo oscuro que normalmente cubriría la zona.
  • Mal sabor de boca y mal aliento: es frecuente percibir un sabor desagradable y olor fétido en la boca​. Esto se debe a la descomposición de restos en el alvéolo y posible presencia bacteriana.
  • Inflamación de encía y ligera hinchazón facial: en alveolitis seca pura, la encía alrededor puede estar algo enrojecida o sensible. Si es alveolitis húmeda (infectada), suele haber encía muy inflamada, enrojecida y con supuración (pus). Puede aparecer hinchazón en la cara cercana a la zona afectada en casos infecciosos.
  • Dolor al tacto y al comer: cualquier contacto con el hueco del diente duele mucho; masticar del lado afectado es casi imposible por el dolor.
  • Posible fiebre o adenopatías: en algunos casos con infección, puede haber febrícula (décimas de fiebre) y ganglios inflamados en la mandíbula o cuello​. Esto ya indica que el organismo está respondiendo a una infección localizada.

Señales de alarma: Si tras una extracción notas que el dolor se intensifica pasados 2-3 días en lugar de mejorar, sospecha alveolitis. También si el dolor no cede con analgésicos normales, o percibes mal olor/sabor persistente. La presencia de pus, inflamación importante, o fiebre son señales claras de que hay infección activa – en ese caso es urgente acudir al dentista. En general, cualquier dolor muy fuerte o anormal después de una extracción dental es motivo de consulta; no esperes a que “se pase solo” cuando los síntomas apuntan a alveolitis u otra complicación.

Qué hacer si sospechas que tienes alveolitis

Si crees que estás sufriendo una alveolitis, lo primero es mantener la calma pero actuar con diligencia. Te recomiendo tomar estos pasos:

  • Contacta a tu dentista lo antes posible: No dudes en llamar a tu odontólogo o clínica en cuanto identifiques los síntomas. La alveolitis requiere atención profesional y entre más pronto te vea el dentista, antes te podrá aliviar el dolor y evitar que el problema empeore. Explícales tus síntomas; generalmente darán cita preferente dado lo doloroso del cuadro. Si el dolor es muy intenso, fuera de horario, muchos dentistas tenemos números de urgencia – no temas usar ese recurso si es necesario.
  • Mantén el área lo más limpia posible: Hasta que te atiendan, procura no introducir alimentos en ese lado de la boca. Tras comer, puedes enjuagar muy suavemente con agua tibia salada (media cucharadita de sal en un vaso de agua) para limpiar el alvéolo​. Ojo: enjuaga dejando que el agua salga sola de tu boca, ¡no hagas gárgaras fuertes ni succión!. También puedes usar un enjuague bucal antiséptico suave (por ejemplo, clorhexidina diluida) si tu dentista te lo indicó, pero sin movimientos bruscos.
  • Alivia el dolor con analgésicos de venta libre: Toma un analgésico común que toleres (ibuprofeno, paracetamol o el que uses normalmente para dolor) respetando la dosis recomendada. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor a corto plazo mientras esperas el tratamiento definitivo. En muchos casos, el ibuprofeno 600 mg cada 8 horas (si no hay contraindicación médica) resulta eficaz para moderar el dolor y la inflamación.
  • No toques ni rasques la herida: Aunque sientas algo extraño en el hueco del diente, no intentes limpiarlo metiendo palillos, hisopos, ni tus dedos. Tampoco trates de “raspar” el alveolo por tu cuenta. Entiendo la tentación de querer quitar lo que duele, pero manipular la zona puede eliminar cualquier inicio de cicatrización o agravar la lesión. Deja que sea el dentista quien intervenga con instrumental estéril.
  • Remedios caseros provisionales: Algunos pacientes encuentran alivio con remedios naturales mientras acuden al odontólogo. Por ejemplo, aplicar aceite de clavo de olor (que contiene eugenol, un analgésico natural) en una gasa estéril y colocarla suavemente sobre el alveolo puede mitigar el dolor temporalmente​. Otra opción es poner una bolsita de té negro húmeda y fría sobre la zona; el té tiene taninos que ayudan a reducir el dolor y formar coágulos. Estos remedios pueden servir de apoyo, pero no sustituyen el tratamiento profesional. Úsalos solo como alivio momentáneo.
  • Aplicar frío local (primeras 24h) o calor húmedo (después): Si además notas la zona inflamada, coloca una bolsa de hielo envuelta en un paño sobre la mejilla, en intervalos de 10 minutos, durante las primeras 24 horas. El frío reduce la inflamación y adormece un poco el dolor. Pasado el fase aguda inicial, puede aliviarte más una compresa tibia en el exterior de la cara, que mejora la circulación en la zona y calma la molestia.
  • No fumes ni bebas alcohol: Ya mencionamos que el tabaco es factor de riesgo; si estás con alveolitis, absolutamente prohibido fumar hasta que sane. Cada cigarrillo que fumes en este estado empeora la situación y contamina la herida. El alcohol tampoco es aconsejable, ya que irrita los tejidos y puede interferir si estás tomando medicamentos.
  • Mantén la cabeza elevada al descansar: Dormir con la cabeza ligeramente incorporada (usa un par de almohadas) puede ayudar a disminuir el flujo sanguíneo a la zona y pulsaciones dolorosas. Evita acostarte completamente plano, para no empeorar el latido en la herida.

    Todas estas medidas son paliativas mientras llegas al consultorio dental. El paso más importante es el primero: acudir al dentista. En la siguiente sección te cuento en detalle cómo tratamos profesionalmente la alveolitis y qué remedios caseros adicionales pueden apoyar la recuperación.

    Tratamientos disponibles: profesionales y caseros

    Tratamiento profesional (en el consultorio dental): Como dentista, cuando recibo un paciente con alveolitis lo primero que hago es confirmar el diagnóstico examinando la zona. Una vez seguro, procedemos a aliviar el dolor y limpiar el alveolo:

    • Anestesia local: Dado que el área está muy sensible, suelo aplicar anestesia local para poder trabajar sin dolor. Esto adormece la zona mientras realizamos el procedimiento.
    • Limpieza del alvéolo: Se irriga y limpia cuidadosamente el hueco donde estaba el diente. Uso suero fisiológico estéril para eliminar residuos de comida o bacterias que se hayan acumulado en el interior​. También removemos cualquier fragmento suelto de hueso o de coágulo disgregado que pueda haber. Esta limpieza reduce la carga irritante y ayuda a que la curación empiece de nuevo en un lecho limpio.
    • Curetaje y estimulación de sangrado (en casos secos): Si veo el alveolo completamente seco, a veces realizo un curetaje suave de las paredes óseas para estimular un nuevo sangrado. Esto busca formar un nuevo coágulo que recubra el hueso. No todos los casos lo requieren; depende del criterio clínico y del estado del alvéolo​. Algunos estudios sugieren levantar un pequeño colgajo de encía en alveolitis muy avanzadas para volver a cubrir el hueso expuesto​, pero esto se reserva a situaciones poco comunes.
    • Apósito medicado (clavo/eugenol u otros): Esta es la piedra angular del alivio. Tras la limpieza, suelo colocar un apósito intraalveolar impregnado en medicamento​. Los más usados liberan eugenol (derivado del clavo de olor) u otros anestésicos/antisépticos, que calman el dolor casi de inmediato y protegen el alveolo. Coloco esa gasa o esponjita medicada dentro del alveolo seco y la dejo en el sitio. El paciente suele notar alivio del dolor en cuestión de minutos una vez puesto el apósito. Este vendaje especial actúa como un falso coágulo que tapa el hueso y libera medicación localmente.
    • Medicación sistémica: Dependiendo del caso, receto analgésicos y/o antiinflamatorios para continuar tomando en casa (ibuprofeno, metamizol, etc., según cada paciente). Si hay infección o alveolitis húmeda, añadiré un antibiótico por vía oral para controlar la infección (por ejemplo, amoxicilina o metronidazol, según el caso)​. En alveolitis seca sin signos de infección no siempre es necesario el antibiótico, pero evaluamos cada situación individualmente.
    • Instrucciones post-tratamiento: Explico al paciente que deberá volver en 48 horas aproximadamente para re-evaluar y posiblemente cambiar el apósito. A veces es necesario renovar la gasa medicada cada 2 días hasta que el dolor disminuya definitivamente. También doy indicaciones de enjuagues suaves con suero o agua salada en casa, y por supuesto, de no fumar ni descuidar la higiene.
    • Seguimiento: Programamos una o varias visitas de control. Generalmente, tras 3-5 días, la mejora es notable: el tejido de granulación comienza a cubrir el alveolo y el dolor disminuye drásticamente. Si todo va bien, retiramos el apósito una vez ya no sea necesario.

    Con este tratamiento profesional, el dolor de la alveolitis suele empezar a ceder en cuanto limpiamos y colocamos la medicación local. En los días siguientes, el alivio mejora progresivamente hasta desaparecer en aproximadamente una semana​. La herida terminará de cicatrizar por completo en unos 10-14 días en total. En casos atendidos a tiempo, la alveolitis se resuelve sin secuelas relevantes, más allá del recuerdo desagradable.

    Tratamientos caseros (remedios para aliviar en casa): Además de las medidas profesionales, existen algunos remedios caseros o cuidados domiciliarios que recomiendo a mis pacientes para complementar la recuperación o sobrellevar mejor las molestias. Ya mencionamos algunos, pero los resumo y amplío:

    • Aceite de clavo (eugenol): Es un analgésico y antiséptico natural. Puedes empapar una bolita de algodón o gasa estéril con aceite de clavo (se compra en farmacias) y aplicarla suavemente sobre el alveolo durante 5-10 minutos, un par de veces al día. El eugenol ayuda a adormecer la zona y a combatir bacterias​. Muchos apósitos dentales profesionales contienen eugenol, así que usar clavo es una versión casera similar (aunque menos potente).
    • Enjuagues de agua con sal: Los lavados bucales con agua tibia salada son simples y efectivos. Mezcla media cucharadita de sal en un vaso de agua tibia y haz buches suaves, dejándolo remojar la zona de la extracción​. La salmuera tiene efecto antiinflamatorio y desinfectante ligero. Hazlo 2-3 veces al día, especialmente después de comer, para mantener el alveolo limpio. Recuerda: muy suave, sin hacer gárgaras violentas.
    • Compresas de té negro: El té negro contiene taninos con propiedades analgésicas y coagulantes. Toma una bolsita de té húmeda y fría (después de mojarla en agua caliente, déjala enfriar) y colócala mordiendo suavemente sobre la zona afectada por unos minutos. Esto puede ayudar a disminuir el dolor y también a fomentar la formación de un coágulo. Es un remedio tradicional que, sorprendentemente, da alivio en algunos casos.
    • Analgésicos de uso tópico: En la farmacia existen geles o pomadas bucales con ingredientes anestésicos (como benzocaína al 20%) que se usan para llagas o dolor de muelas. Aplicar un poco en la zona de la alveolitis puede brindar alivio temporal local. Úsalo según las indicaciones del prospecto.
    • Buena higiene oral: Aunque duela, es importante seguir limpiando el resto de dientes para que la boca esté lo más libre de bacterias posible. Cepilla con cuidado los dientes cercanos (con un cepillo suave) sin tocar directamente la herida, y puedes usar un enjuague antiséptico suave. Una boca limpia ayuda a que el alveolo cicatrice más rápido.
    • Dieta adecuada y descanso: En casa, come alimentos blandos y nutritivos, evitando cosas muy calientes o picantes que irriten. Mantente bien hidratado. Descansa lo suficiente, pues el cuerpo sana mejor en reposo.

    Insisto: estos remedios caseros son complementarios, no reemplazan la visita al dentista. Son útiles para aliviar síntomas y contribuir a la curación, pero la limpieza profesional y el apósito medicado suelen ser necesarios para resolver la alveolitis. Combinar ambas cosas (tratamiento odontológico + cuidados caseros) dará el mejor resultado.

    ¿Cuándo acudir al dentista?

    Ante la sospecha de alveolitis, debes acudir al dentista cuanto antes, idealmente en cuanto notes los síntomas característicos. No esperes “a ver si mejora mañana” cuando el dolor va en aumento al segundo o tercer día post-extracción; lo más probable es que sin tratamiento empeore.

    En concreto, acude de inmediato si:

    • Han pasado 2-4 días de la extracción y el dolor va a peor en vez de mejorar, especialmente si es muy intenso o late constantemente. Este patrón es casi diagnóstico de alveolitis seca.
    • El dolor no se calma con analgésicos normales o solo se alivia por muy poco tiempo.
    • Notas sabor amargo, mal aliento constante y ves el agujero vacío donde debería haber un coágulo.
    • Tienes inflamación significativa, supuración de pus o fiebre. Estos son signos de infección seria; no solo necesitas limpieza local sino probablemente antibióticos. Es urgente que te valore un odontólogo.
    • Te cuesta abrir la boca (trismo) o hay inflamación del ganglio mandibular. Podría indicar que la infección se está extendiendo a tejidos vecinos.

    En definitiva, ante cualquier signo de alveolitis o complicación postoperatoria, busca atención dental profesional sin demora. Las alveolitis se resuelven de forma relativamente sencilla en la clínica, pero pueden volverse un problema mayor si se dejan estar. Recuerda que el dentista no solo aliviará tu dolor, sino que limpiará la herida para prevenir infecciones. Además, puede recetarte medicamentos adecuados que tú no obtendrías por tu cuenta.

    Si por alguna razón no puedes contactar con tu dentista (por ejemplo, sucede en fin de semana o estás de viaje), valora acudir a un servicio de urgencias odontológicas. La mayoría de ciudades cuentan con clínicas de guardia. El dolor de alveolitis merece ser atendido pronto; no es algo por lo que debas avergonzarte de “molestar” a un profesional fuera de hora. Créeme, aliviar una alveolitis puede cambiar radicalmente cómo te sientes y evitar complicaciones serias.

    Por último, incluso después de recibir tratamiento para la alveolitis, vuelve a la consulta para los controles pautados o antes si el dolor reaparece tras haber cedido. Aunque es raro, en ocasiones hace falta aplicar el apósito medicado más de una vez o hacer un ajuste del tratamiento. No dudes en volver si no estás mejorando según lo esperado.

    Prevención: cómo evitar la alveolitis tras una extracción

    La buena noticia es que la alveolitis se puede prevenir en la mayoría de casos con medidas muy sencillas. Como siempre digo, es mejor prevenir que curar (¡y mucho mejor que sufrir!). Aquí van mis recomendaciones para evitar la alveolitis después de una extracción dental:

    • Sigue al pie de la letra las indicaciones de tu dentista: Es la regla de oro. Tras la exodoncia, tu dentista te habrá dado unas instrucciones precisas de cuidados (postoperatorio). Cúmplelas estrictamente: eso incluye mantener la gasa mordida el tiempo indicado, no enjuagar inmediatamente, tomar la medicación prescrita, etc. Estas instrucciones existen justamente para favorecer la formación del coágulo y la correcta cicatrización​.
    • No enjuagues ni escupas durante las primeras 24 horas: Este punto es crucial. En el día de la extracción, no enjuagues tu boca con ningún líquido (ni agua, ni enjuagues) y tampoco escupas saliva con fuerza. Si tienes exceso de saliva o sangre, déjala salir inclinando la cabeza o retírala suavemente con un pañuelo, sin hacer vacío en la boca. Enjuagarte demasiado pronto puede deshacer el coágulo inicial. Espera al menos 24 horas antes de hacer enjuagues muy suaves.
    • No uses sorbetes ni hagas succión: Beber con pajita, fumar, o succionar caramelos crea una presión negativa en la boca que puede desprender el coágulo recién formado. Evita completamente el uso de pajitas (popotes) los primeros días, y tampoco “sorbetees” sopas o líquidos. Bebe directamente del vaso con cuidado.
    • Evita el cigarrillo y el tabaco: Ya lo hemos mencionado pero lo repito por su importancia. No fumes durante al menos 3 días tras la extracción, y si puedes más tiempo, mejor​. La mayoría de alveolitis que veo ocurren en fumadores impacientes. Si necesitas motivación: fumar en este contexto no solo puede causarte alveolitis, sino que si te da alveolitis ¡te dolerá tanto que no querrás fumar de todas formas! Así que mejor abstente desde el principio. Lo mismo aplica a tabaco de mascar, vapeadores de nicotina e incluso shishas. Cualquier forma de tabaco es nociva para la cicatrización.
    • No toques la herida con la lengua o dedos: Es tentador pasar la lengua por el hueco donde estaba el diente, pero hacerlo insistentemente puede desalojar el coágulo. Intenta no “jugar” con el hueco. Tampoco introduzcas objetos pensando en limpiarlo; confía en el proceso de coagulación natural.
    • Alimentación adecuada: Las primeras 24-48 horas, consume alimentos blandos y fríos o tibios. Por ejemplo: yogur, helado, batidos (sin pajita), purés fríos, gelatina, etc. Evita cosas muy calientes que dilatan los vasos (podrían reactivar sangrado y desplazar el coágulo). También evita alimentos duros o con semillas que puedan meterse en la herida. Según pasen los días, ve introduciendo alimentos más sólidos progresivamente, siempre masticando por el lado opuesto a la extracción.
    • Reposo relativo y evita ejercicio físico intenso: El día de la extracción y al siguiente, descansa. No hagas ejercicio fuerte ni actividades que te hagan esforzar o agacharte, porque eso puede aumentar la presión sanguínea y la probabilidad de sangrado/alveolitis. Si tu trabajo implica esfuerzo físico, tómate un par de días libres si es posible. Darle al cuerpo un descanso ayuda a que forme el coágulo estable.
    • Mantén una higiene escrupulosa (pero suave): La higiene es un equilibrio delicado en estos casos: quieres la boca limpia para no infectar la herida, pero no quieres perturbar el coágulo. Mi consejo: cepilla tus dientes normalmente excepto el área de la extracción, que la evitarás el primer día. Al segundo día, puedes cepillar muy suavemente los dientes vecinos sin tocar directamente la herida. Comienza con enjuagues de agua tibia con sal después de 24 horas (como comentamos antes). Algunos dentistas recetan enjuague con clorhexidina 0.12% a partir del día siguiente a la extracción, usándolo con suave movimiento para desinfectar la zona sin dañar el coágulo. Si te lo han indicado, úsalo según instrucciones. En definitiva, boca limpia pero sin maltratar el alveolo.
    • Acude a tus citas de revisión: Muchas veces pautamos una revisión una semana después de la extracción para verificar que todo va bien. No la omitas, aunque te sientas bien. El dentista confirmará que la herida está sanando correctamente. Y si notaste algo raro antes de esa cita (dolor creciente, etc.), acude antes como ya dijimos. Detectar un inicio de alveolitis y tratarlo precozmente evita mayores complicaciones.
    • Comunica tus factores de riesgo al dentista: Si eres fumador, si tomas anticonceptivos, si tuviste alveolitis antes, díselo al odontólogo. Yo, por ejemplo, en pacientes con factores de riesgo suelo tomar precauciones extras: aplico gel de medicamentos dentro del alveolo tras la extracción, o coloco suturas hemostáticas, o les veo en consulta 48h después para comprobar que todo esté en orden. Hay también pastas antisepticas que podemos poner preventivamente en la herida al terminar la extracción (como una especie de “sellador” temporal). Estas medidas no se usan rutinariamente en todos, pero si sé que tienes alto riesgo las puedo emplear. Por eso es importante que confíes en tu dentista y le cuentes tu caso.
    • Evita las infecciones de encías o dientes adyacentes: Asegúrate de tratar y tener controladas enfermedades periodontales (encías) o infecciones en dientes cercanos antes de una extracción planificada. Una encía sana alrededor reduce la probabilidad de que se contamine el alveolo. Si sufrías infección de encías alrededor del diente extraído, sigue con tus limpiezas y cuidados después para que la zona sane bien (podemos enlazar a artículo sobre infección de encías para más información).

    La prevención de la alveolitis se basa en favorecer la formación y mantenimiento del coágulo en los primeros días y en evitar hábitos que interfieran en la curación. Si sigues estos consejos y los de tu dentista, es muy probable que nunca tengas que pasar por la experiencia de una alveolitis seca. Y si a pesar de todo ocurre (a veces pasa incluso haciendo todo bien, por mala suerte biológica), al menos sabrás reconocerla pronto y actuar en consecuencia.

    Preguntas frecuentes (FAQ) sobre la alveolitis

    ¿Cuánto tiempo tarda en curarse una alveolitis dental?

    La curación completa de una alveolitis suele tomar alrededor de 10 a 15 días en la mayoría de los casos. Esto es el tiempo que tarda el tejido de la encía en rellenar y cicatrizar el alveolo que quedó abierto. Sin embargo, el dolor debería empezar a mejorar mucho antes. Con el tratamiento adecuado del dentista (limpieza y apósito), el dolor agudo normalmente desaparece en unos pocos días​, a veces incluso en 24-48 horas se nota un gran alivio. Si no se realiza tratamiento y se deja “a su aire”, el dolor puede persistir varios días (5-7 días fuertes) e ir cediendo gradualmente hasta las dos semanas aproximadamente, pero es un camino más largo y molesto. Por eso siempre aconsejo tratarla: acorta significativamente el periodo sintomático. En alveolitis complicadas o infectadas, la recuperación completa puede alargarse a 2 o 3 semanas, pero no es lo habitual. En todos los casos, es importante hacer seguimiento con el odontólogo hasta confirmar que la zona ha cicatrizado correctamente.

    ¿Cómo saber si tengo alveolitis seca y no un dolor normal post extracción?

    El momento y la intensidad del dolor son la clave. En un postoperatorio normal de extracción, el dolor es máximo las primeras 24-48h y luego mejora cada día. En la alveolitis seca, en cambio, el dolor aparece o se intensifica al cabo de 2-3 días de la extracción​, cuando justamente ya deberías estar mejor. Es un dolor mucho más fuerte de lo esperado, a veces insoportable, que no calma con analgésicos habituales. Además, en la alveolitis suele haber ausencia del coágulo (si miras, ves el hueco vacío o con hueso expuesto) y mal sabor/olor en la boca, cosas que no suceden en una extracción que cicatriza bien. Otro signo: el dolor de alveolitis irradia a oído, cabeza u otras zonas, mientras que el dolor normal se localiza más en la encía de la extracción. Si notas estos síntomas fuera de lo común, probablemente estés ante una alveolitis. Ante la duda, siempre es mejor que te revise el dentista; él podrá ver claramente el alveolo seco y confirmar el diagnóstico. Recuerda que un ligero dolorcito controlable es normal tras extraer una muela, pero un dolor intenso que va en aumento pasados días no lo es.

    ¿En qué se diferencia la alveolitis seca de la alveolitis húmeda?

    La diferencia está en la presencia de infección y supuración. Hablamos de alveolitis seca cuando el alveolo está seco, sin coágulo y duele mucho, pero no hay infección activa evidente (no hay pus). En cambio, la alveolitis húmeda (a veces llamada alveolitis supurada) ocurre cuando, además de la pérdida del coágulo, se ha producido una infección en el alveolo. En la alveolitis húmeda veremos pus en el sitio de la extracción o un exudado de aspecto amarillento, la zona estará más inflamada y enrojecida, el dolor suele ser persistente y puede venir acompañado de mal sabor si el pus drena, fiebre o malestar general​. Es básicamente una alveolitis con infección añadida. En la práctica, ambas se tratan de forma similar en el consultorio (limpieza, apósito, etc.), pero en la alveolitis húmeda siempre recetaremos un antibiótico para controlar la infección, cosa que en la seca no siempre hace falta. La alveolitis seca es más común que la húmeda. Piensa que toda alveolitis empieza siendo seca; si se deja evolucionar y se contamina, entonces pasa a húmeda. Por eso insistimos en tratarla pronto, para que no llegue a la fase infectada.

    ¿Puedo aliviar o tratar la alveolitis en casa por mi cuenta?

    Aliviar sí; tratar definitivamente, no del todo. En casa puedes hacer algunas cosas para sentirte mejor temporalmente, pero la curación real necesita intervención profesional. Como remedios caseros para aliviar el dolor, puedes: enjuagarte suavemente con agua tibia y sal, aplicar aceite de clavo en el alveolo con cuidado, usar una bolsa de té húmeda sobre la herida, tomar analgésicos de venta libre, y mantener la zona limpia (como detallamos en secciones anteriores)​. Estas medidas ayudan a disminuir los síntomas y a mantener a raya la infección mientras llegas al dentista. Pero en casa no puedes limpiar profundamente el alveolo ni colocar un apósito medicinal interno, que es lo que realmente acelera la resolución. Tampoco es recomendable que intentes ningún procedimiento invasivo (raspar, cortar) por tu cuenta – podrías hacerte daño. Así que, en resumen: puedes manejar el dolor en casa provisionalmente, pero debes acudir al dentista para un tratamiento completo. Considera estos remedios como un “primeros auxilios” para la alveolitis, nunca como la solución definitiva. Si por alguna razón extrema no pudieras ver a un dentista en unos días (por ejemplo, si estás en un lugar muy remoto), entonces los cuidados caseros e higiene rigurosa serían lo único, pero tendrías que armarte de paciencia porque la curación será lenta y siempre con riesgo de complicarse.

    ¿Qué pasa si no se trata la alveolitis? ¿Puede empeorar o ser peligrosa?

    Si no se trata, la alveolitis prolongará innecesariamente tu malestar y puede empeorar. En muchos casos, el organismo eventualmente cerrará la herida solo, sí, pero en el camino puede haber complicaciones. La más común es que la infección se extienda: una alveolitis no atendida puede evolucionar a una infección del hueso (osteomielitis) o de los tejidos vecinos. Por ejemplo, bacterias del alveolo podrían afectar el hueso mandibular adyacente o propagarse a la encía y provocar un absceso. En situaciones avanzadas, podría requerir procedimientos más invasivos para limpiar la infección extendida e incluso pérdida de hueso en la zona​.

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    Andrés Rubio cleardent
    Odontólogo
    Con una sólida formación en odontología general y especialización en estética dental y prótesis sobre implantes, el Dr. Andrés Rubio Palomino brinda un cuidado dental integral y estético en Clínicas Cleardent. Desde 2019, destaca por su enfoque en la mejora continua y su dedicación al aprendizaje, ofreciendo tratamientos que realzan la sonrisa de sus pacientes. Con un estilo de trabajo cercano y responsable, el Dr. Rubio acompaña a cada paciente desde la consulta inicial hasta el final de su tratamiento, asegurando una experiencia de calidad y confianza.

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