30 mayo 2025

Dónde salen las muelas del juicio: síntomas, ubicación y qué hacer si duelen

Descubre dónde salen exactamente las muelas del juicio, qué síntomas causan y cómo aliviar el dolor si están erupcionando en la parte superior o inferior.

Las muelas del juicio suelen salir al final de la encía, justo detrás de los segundos molares. Pueden erupcionar en la parte superior o inferior de la boca y causar dolor, inflamación o presión. Es común que aparezcan entre los 17 y 25 años. Si duelen o salen torcidas, es importante acudir al dentista.

Como odontólogo con años de experiencia, a menudo me preguntan dónde salen las muelas del juicio y cómo saber si están erupcionando. En este artículo te hablaré sobre la ubicación de las muelas del juicio, los síntomas y el dolor que pueden provocar al salir, y qué hacer durante su erupción. Compartiré consejos prácticos y mi experiencia profesional para que entiendas mejor el proceso de las muelas del juicio, con un tono cercano y didáctico. ¡Vamos a ello!

¿Qué son las muelas del juicio y por qué aparecen?

Las muelas del juicio (también llamadas cordales o terceros molares) son los últimos dientes permanentes que se desarrollan en la boca. Usualmente tenemos cuatro muelas del juicio, una en cada esquina al fondo de la mandíbula superior e inferior. Evolutivamente, estos molares cumplían la función de ayudar a masticar alimentos duros (raíces, carne cruda, etc.), cuando nuestros antepasados tenían mandíbulas más grandes y robustas. Sin embargo, con la dieta moderna más blanda y con mandíbulas más pequeñas, estas muelas han perdido gran parte de su utilidad.

¿Por qué salen tan tarde? Se les llama “del juicio” porque típicamente erupcionan en la edad adulta joven, aproximadamente entre los 17 y 25 años, cuando se supone que la persona ha adquirido mayor madurez o “juicio”. En mi práctica, he visto pacientes a los que les aparecieron un poco antes de los 17 o bastante después de los 25, e incluso algunos a quienes no les han salido nunca. Y es que no todos desarrollamos estas muelas: factores genéticos y evolutivos influyen en su aparición. De hecho, estudios indican que hasta un 25% de la población mundial no desarrolla al menos una muela del juicio, e incluso alrededor del 10% de las personas no tiene ninguna de estas muelas. Es decir, es completamente normal que a algunas personas no les salgan las muelas del juicio.

Ahora bien, si eres del porcentaje mayoritario que las tiene, veamos dónde se ubican exactamente estas muelas y cómo reconocerlas.

Ubicación de las muelas del juicio (¿dónde salen?)

Las muelas del juicio salen en la parte más posterior de la boca, justo detrás de los segundos molares o muelas grandes que ya tenemos desde la adolescencia. En cada lado de la mandíbula hay una muela del juicio arriba (en el maxilar superior) y otra abajo (en la mandíbula inferior). Son, por así decirlo, las “últimas de la fila” en la arcada dentaria. Si abres grande la boca y tocas con la lengua la zona más al fondo, ahí es donde deberían aparecer estas muelas (si es que se desarrollan).

En mi experiencia, muchos pacientes no se dan cuenta de la erupción hasta que la muela del juicio ya está presionando la encía o al diente vecino. Esto se debe a que suelen estar “escondidas” bajo la encía durante buena parte de su desarrollo. Algunas muelas del juicio logran erupcionar completamente (es decir, salir del todo a través de la encía) y alinearse correctamente con el resto de los dientes. Cuando eso ocurre, la muela queda ubicada en su posición final al fondo de la fila, sin contactar directamente con ningún diente detrás (porque no hay más dientes posteriores).

Sin embargo, es muy común que no tengan suficiente espacio para salir del todo. Nuestras mandíbulas actuales suelen ser más pequeñas, así que el “hueco” al fondo no siempre alcanza. Por eso, muchas muelas del juicio quedan parcialmente erupcionadas (asomando solo una parte) o retenidas debajo de la encía o contra el hueso. Más adelante explicaré los problemas que esto puede acarrear. Antes, repasemos algo importante: ¿hay diferencia entre las muelas del juicio de arriba y las de abajo?

Muelas del juicio superiores vs inferiores

Como mencioné, en total podemos tener dos cordales superiores (una por cada lado arriba) y dos inferiores (una por cada lado abajo). ¿Existen diferencias en cómo erupcionan o duelen las de arriba frente a las de abajo? En general, las muelas del juicio inferiores tienden a causar más molestias en la mayoría de pacientes. Esto se debe a varios motivos:

  • La mandíbula inferior suele tener menos espacio disponible hacia atrás, por lo que es más frecuente que las cordales inferiores queden impactadas (atoradas contra el segundo molar o debajo del hueso). Una muela inferior impactada típicamente provoca dolor en la mandíbula y en ocasiones ese dolor puede irradiarse hacia el oído del mismo lado. Además, si la muela inferior sale torcida, puede empujar los otros dientes inferiores provocando apiñamiento.
  • Las muelas del juicio superiores a veces tienen un poco más de espacio en el maxilar (depende de la anatomía de cada persona). Sin embargo, también pueden generar problemas. Con frecuencia, he visto cordales superiores que erupcionan inclinadas hacia la mejilla; en esos casos pueden rozar la cara interna de la mejilla y causar irritación o llagas. Las superiores también pueden quedar parcialmente cubiertas por encía, ocasionando infecciones similares (pericoronitis) a las de las inferiores. La ventaja es que, por lo general, las muelas superiores son algo más fáciles de extraer que las inferiores, pues el hueso maxilar es menos denso que el mandibular y su raíz suele ser más recta.

Tanto las superiores como las inferiores pueden doler y dar guerra, pero las de abajo son las campeonas en causar molestias intensas. No obstante, cada caso es único: hay pacientes con cordales inferiores asintomáticas y otros con superiores problemáticas. Por eso, siempre evaluamos con radiografías la posición de cada una de las muelas del juicio.

Síntomas de la erupción de las muelas del juicio

¿Cómo saber si te está saliendo una muela del juicio? Tu cuerpo suele darte señales claras. En mi experiencia clínica, estos son los síntomas más comunes cuando una muela del juicio está erupcionando:

  • Dolor o presión en la encía posterior: Al fondo de la boca, detrás del último molar existente, puedes sentir molestia, presión o dolor sordo. A veces se vuelve un dolor agudo si la muela empuja contra el hueso o un diente vecino.
  • Encías inflamadas o enrojecidas: La encía que recubre la muela del juicio puede hincharse y enrojecerse. Incluso puede haber un pequeño colgajo de encía cubriendo parcialmente la muela en erupción. Esa zona puede doler al tacto y sangrar ligeramente al cepillarte.
  • Sensibilidad al masticar en la zona: Mientras la muela abre espacio, morder puede resultar molesto. Muchos pacientes me dicen que masticar hacia atrás les duele o sienten presión extra. También puede haber sensibilidad en los dientes vecinos debido a la presión que la muela del juicio ejerce.
  • Dolor referido a otras zonas: Curiosamente, el dolor de la muela del juicio puede sentirse más allá de la encía. Es común que cause dolor en la mandíbula e incluso en el oído del lado afectado, debido a la irradiación del nervio mandibular. Algunas personas también refieren dolor de cabeza o molestia general en esa mitad de la cara cuando la muela está emergiendo.
  • Dificultad para abrir la boca (trismo): Si la inflamación es considerable o hay infección, puedes notar que te cuesta abrir la boca completamente, como si la mandíbula estuviera “tiesa”. Esto se debe a la irritación de los músculos cercanos o al dolor articular reflejo.
  • Inflamación visible en la cara: En casos más agudos, una infección alrededor de la muela del juicio puede provocar que se hinche la mejilla o la zona mandibular externa. Sería un signo de alarma que requiere atención profesional inmediata.
  • Mal aliento o mal sabor de boca: Cuando la muela del juicio está parcialmente afuera, es frecuente que se acumulen restos de comida y bacterias bajo el colgajo de encía que la cubre. Esto puede causar un sabor desagradable al fondo de la boca y halitosis (mal aliento). Si notas pus o un sabor amargo persistente, podría indicar infección de la encía en esa área.

Estos síntomas pueden presentarse en conjunto o solo algunos. Por ejemplo, es posible tener inflamación sin mucho dolor, o dolor de mandíbula sin inflamación visible. Cada persona es un mundo. He tenido pacientes que apenas notaron la erupción de sus cordales y otros a quienes les ha dolido muchísimo.

Consejo profesional: Mantente atento a cualquier molestia detrás del último molar que ya tienes. Si notas inflamación, dolor o cambios en esa zona posterior, podría ser señal de que una muela del juicio quiere salir. Como recomienda la Clínica Mayo, ante síntomas persistentes en la parte posterior de la encía es importante consultar al dentista para evaluar si una muela del juicio está causando el problema.

¿Por qué duelen las muelas del juicio? (Causas del dolor)

No todas las muelas del juicio duelen al salir, pero cuando hay dolor, suele haber una causa definida. Las razones más habituales por las que estas muelas generan dolor, según mi experiencia, son:

  • Falta de espacio e impactación: Es la causa número uno. Si el diente no tiene suficiente sitio, choca contra el segundo molar o contra el hueso y queda atrapado (impactado). La presión de la muela intentando emerger puede causar dolor intenso y constante, inflamación alrededor y hasta infecciones. Imagina intentar meter un pie en un zapato dos tallas más pequeño: algo va a doler seguro.
  • Pericoronitis (infección de la encía): Cuando la muela solo ha salido parcialmente, suele quedar una encía formando un colgajo sobre la parte que asoma. Bajo ese colgajo se meten fácilmente restos de comida y bacterias, desencadenando una infección llamada pericoronitis. Esta infección provoca dolor punzante, encía muy inflamada, enrojecida, a veces con pus, mal sabor de boca y hasta fiebre ligera. La pericoronitis es bastante común en cordales inferiores que erupcionan a medias.
  • Irritación mecánica: Si la muela del juicio erupciona en un ángulo incorrecto, puede rozar tejidos sensibles. Por ejemplo, una cordal superior inclinada puede estar irritando la mejilla por dentro, o una inferior que salga hacia el costado puede presionar la lengua. Esto causa dolor e irritación locales constantes (como un zapato rozando la piel).
  • Caries en la muela del juicio: Por su posición tan atrás, estas muelas son difíciles de limpiar correctamente con el cepillo y la seda dental. Como resultado, son propensas a desarrollar caries si no se extrema la higiene. Una caries profunda en una muela del juicio puede doler igual o más que en cualquier otro diente. De hecho, he visto cordales picadas pocos años después de salir, por higiene deficiente en esa zona.
  • Quistes o daños en la raíz de otro diente: En casos más raros, una muela del juicio retenida puede formar a su alrededor un quiste (una bolsa llena de líquido) que erosiona el hueso y raíces cercanas, causando molestias vagas o dolor cuando se infecta. También una cordal impactada directamente contra la raíz del segundo molar puede ir reabsorbiendo esa raíz y causando dolor en el segundo molar.
  • Otros factores: A veces el dolor es referido (no originado 100% en la muela). Por ejemplo, una infección fuerte de cordal inferior puede inflamar tanto la zona que duela al tragar y se confunda con dolor de garganta. O un paciente con la mandíbula muy tensa por el malestar puede desarrollar dolor de cabeza. En cualquier caso, el origen primario sigue siendo la muela del juicio y hay que tratar ese foco.

Conocer la causa exacta del dolor es importante para decidir el tratamiento. Por eso, ante un dolor persistente de muela del juicio, siempre evalúo con radiografías y exploración clínica qué lo está provocando (espacio, caries, infección, etc.) y así puedo dar la mejor solución.

¿Qué hacer cuando están saliendo las muelas del juicio?

Cuando notas que una muela del juicio está en pleno proceso de salida, seguramente te surjan muchas dudas y molestias. ¿Cómo aliviar el dolor? ¿Debo acudir al dentista ya? ¿Me la tendrán que quitar? Te cuento mis recomendaciones como dentista para sobrellevar esta etapa:

  • Mantén una higiene exquisita: Aunque duela la zona, es fundamental seguir cepillando bien los dientes y encías del fondo. Usa un cepillo de cerdas suaves para no irritar y limpia delicadamente alrededor de donde está saliendo la muela. Complementa con enjuagues de agua tibia con sal o colutorios antisépticos suaves (por ejemplo, con clorhexidina) para ayudar a reducir las bacterias. Esto previene que se infecte la encía sobre la muela.
  • Alivio del dolor casero: Para molestias leves a moderadas, puedes tomar un analgésico de venta libre como ibuprofeno o paracetamol, siguiendo la dosis indicada. Estos antiinflamatorios ayudan con el dolor y la inflamación. Aplicar frío externo (una bolsa de hielo envuelta en un paño sobre la mejilla) también puede calmar la hinchazón y el dolor en episodios agudos. Algunos pacientes también refieren alivio chupando un cubito de hielo o aplicando gel tópico de benzocaína en la encía (aunque esto último con precaución y solo por cortos periodos).
  • No forzar la mordida: Si duele al masticar, evita por unos días alimentos muy duros o crujientes que requieran moler con esas muelas traseras. Opta por una dieta más blanda y corta la comida en trozos pequeños para no sobrecargar la zona. También evita abrir mucho la boca (por ejemplo, bostezar muy fuerte) si sientes tensión, para no agravar el trismo.
  • Observa la evolución: Si con estas medidas el dolor es llevadero y los síntomas son suaves, puedes vigilar unos días. A veces el malestar cede cuando la muela termina de abrirse camino en la encía. Pero atención: si el dolor empeora, la inflamación es grande, hay pus, fiebre o dificultad notable para abrir la boca, no esperes más.
  • Acude al dentista para una evaluación: En cuanto notes síntomas persistentes o fuertes, lo mejor que puedes hacer es visitar a tu odontólogo. Con una simple radiografía panorámica podremos ver la posición de la muela del juicio y determinar si hay espacio suficiente o no, si está torcida, si hay infección, etc. Personalmente, cuando recibo pacientes con dolor de cordales, lo primero que hago es esa evaluación radiográfica. Así decido si manejar la situación con medicamentos, limpieza de la zona, o si es necesario planear una extracción.

Recuerda que no siempre hay que extraer una muela del juicio en cuanto da molestias; a veces se puede solventar la inflamación y la muela termina de salir bien. Otras veces, en cambio, la extracción es la solución más adecuada para evitar problemas mayores. En la siguiente sección te explico cuándo es necesaria la extracción de una muela del juicio.

¿Cuándo hay que extraer una muela del juicio?

Esta es la pregunta del millón. La realidad, desde mi punto de vista profesional, es que depende de cada caso. No, no siempre hay que sacar las muelas del juicio porque sí. Si la muela ha salido correctamente, está sana, bien posicionada y no causa problemas de espacio ni de higiene, podemos convivir con ella sin extraerla. De hecho, tengo pacientes con sus cuatro cordales sanas a los que solo hacemos controles periódicos y limpiezas.

Ahora bien, muchas veces sí recomendamos la extracción por motivos de salud. ¿Cuándo suelo aconsejar quitar una muela del juicio?:

  • Cordal retenida sin espacio: Si la radiografía muestra claramente que la muela no tiene espacio para salir o está chocando con el diente de al lado, es candidato seguro a extracción. En estos casos suele haber dolor recurrente y riesgo de dañar al segundo molar contiguo.
  • Infecciones repetitivas (pericoronitis crónica): Cuando el paciente ha sufrido varios episodios de infección en la encía de esa muela (con dolor, hinchazón, pus), lo más sensato es extraerla. Esto elimina el foco del problema definitivamente.
  • Caries o daño irreparable: Si la muela del juicio tiene caries extensa que compromete su estructura o incluso está afectando al molar vecino, conviene extraer antes de que cause más estragos. Por su posición, las cordales son difíciles de tratar con empastes si la caries es grande.
  • Apiñamiento dental u ortodoncia: En algunos jóvenes, la presión de las muelas del juicio en erupción empieza a mover los otros dientes, causando apiñamiento (dientes montados o torcidos al frente). También, si vas a comenzar un tratamiento de ortodoncia, es frecuente que el ortodoncista pida quitar las cordales para liberar espacio y evitar que estorben en la alineación.
  • Quistes u otras patologías: Como mencioné, rara vez se forman quistes alrededor de una cordal retenida. Si en una radiografía se aprecia una lesión quística asociada a la muela, la extracción junto con la limpieza de ese quiste es necesaria. Igual si hay un absceso que no drena bien, etc.
  • Dificultad de acceso e higiene: A veces, aunque la muela del juicio esté alineada, queda tan atrás que al paciente le resulta imposible limpiarla bien. Si con el tiempo eso está derivando en caries recurrentes o gingivitis alrededor de esa pieza, puede valorarse retirarla preventivamente para evitar males mayores (especialmente si la muela opuesta no existe y por tanto esa muela no tiene función masticatoria efectiva).

Extraemos las muelas del juicio cuando su permanencia supone un riesgo o un daño para la salud bucodental del paciente. Si no, podemos dejarlas con seguimiento. Es importante tomar la decisión con base en radiografías y la historia clínica. Te aconsejo hablarlo con tu dentista de confianza; él o ella te explicará los pros y contras en tu situación específica (yo siempre procuro que el paciente entienda por qué recomiendo la extracción, si lo hago).

Y si finalmente te toca pasar por una extracción, no te preocupes: es un procedimiento muy común en odontología. Se realiza con anestesia local (o sedación si es necesario) y, en manos expertas, suele ser rápido y seguro. Tras la cirugía, eso sí, tendrás un postoperatorio con sus cuidados.

Preguntas frecuentes sobre las muelas del juicio

A continuación, responderé algunas preguntas frecuentes que suelen aparecer sobre las muelas del juicio, recopiladas de las dudas habituales de pacientes y búsquedas comunes en Internet:

¿Cómo saber si me está saliendo una muela del juicio?

Lo más típico es sentir molestias al fondo de la boca: dolor o presión en la encía tras el último molar, encías hinchadas o rojas y quizá algo de sensibilidad al masticar. También puedes intentar mirar con una linterna; si ves una punta blanca asomando en la encía del fondo, es muy probable que la muela del juicio esté erupcionando. Otros indicios son dolor que se irradia a la mandíbula o el oído en ese lado, o dificultad para abrir la boca del todo. Ante la duda, un dentista, mediante revisión y radiografía, confirmará si la muela del juicio está saliendo.

¿Cuánto tarda en salir una muela del juicio?

El tiempo de erupción varía mucho según la persona y la posición de la muela. Algunas muelas del juicio salen en pocas semanas hasta su posición final, mientras que otras tardan meses o incluso años en erupcionar completamente. Hay casos en que salen parcialmente y se quedan “a medias” (retenidas) indefinidamente. En general, si una muela tiene espacio suficiente y viene recta, en unos meses debería erupcionar. Pero si notas que han pasado muchos meses con la muela asomando solo un poco, es posible que ya no avance más sin ayuda (podría estar bloqueada). Cada cordal tiene su propio ritmo; por eso es importante el seguimiento con el dentista, para valorar si esperar o intervenir.

¿Qué pasa si no me salen las muelas del juicio?

¡No pasa absolutamente nada malo! Como comenté antes, un porcentaje de la población nunca desarrolla o erupciona las muelas del juicio. Si llegas a los 25-30 años y ninguna muela del juicio ha dado señales, es probable que no tengas alguna o ninguna, o que estén retenidas sin síntomas. Esto no supone un problema en sí mismo. De hecho, muchas personas viven toda la vida sin cordales y no les afecta en nada su función dental. Solo recomendamos vigilar con radiografías panorámicas ocasionales: en algunos casos las muelas del juicio pueden estar dentro del hueso retenidas. Si no molestan ni dañan otros dientes, simplemente las dejamos allí. Y si ni siquiera existen, mejor aún, una preocupación menos. La ausencia de muelas del juicio es un rasgo evolutivo cada vez más común y no requiere tratamiento.

¿Siempre hay que extraer las muelas del juicio?

No, solo se extraen si causan problemas o van a causarlos. Si tus muelas del juicio han salido bien, tienen espacio, están sanas y no perjudican a los dientes vecinos, puedes conservarlas. Las extraemos, por ejemplo, cuando no hay espacio y están impactando otros dientes, cuando hay dolor recurrente, infecciones, caries grandes, quistes, o por requisitos de un tratamiento (como ortodoncia). En ausencia de complicaciones, muchos dentistas optamos por la conducta de “vigilar y mantener”. Es decir, controles periódicos para asegurarnos de que siguen sin dar problema. En resumen: no se sacan porque sí; se sacan por indicación médica. Cada caso lo evaluamos individualmente.

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Odontólogo
El Dr. Samuel Recamán Núñez es un experto en implantología y cirugía oral, comprometido con la excelencia clínica y el bienestar de sus pacientes. Desde 2017, su dedicación exclusiva en cirugía e implantología en Cleardent lo ha convertido en un referente en tratamientos avanzados y personalizados. Su sólida formación en regeneración ósea y rehabilitación implantosoportada, junto con una trayectoria en odontología general y estética, aseguran resultados excepcionales y de alta precisión en cada tratamiento.

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