
Desde la medicina integrativa, cada diente forma parte de un sistema interconectado: una infección dental crónica puede afectar órganos distantes, y una disfunción en un órgano puede reflejarse en un diente concreto.

Descubre dónde salen exactamente las muelas del juicio, qué síntomas causan y cómo aliviar el dolor si están erupcionando en la parte superior o inferior.

Las muelas del juicio suelen salir al final de la encía, justo detrás de los segundos molares. Pueden erupcionar en la parte superior o inferior de la boca y causar dolor, inflamación o presión. Es común que aparezcan entre los 17 y 25 años. Si duelen o salen torcidas, es importante acudir al dentista.
Como odontólogo con años de experiencia, a menudo me preguntan dónde salen las muelas del juicio y cómo saber si están erupcionando. En este artículo te hablaré sobre la ubicación de las muelas del juicio, los síntomas y el dolor que pueden provocar al salir, y qué hacer durante su erupción. Compartiré consejos prácticos y mi experiencia profesional para que entiendas mejor el proceso de las muelas del juicio, con un tono cercano y didáctico. ¡Vamos a ello!
Las muelas del juicio (también llamadas cordales o terceros molares) son los últimos dientes permanentes que se desarrollan en la boca. Usualmente tenemos cuatro muelas del juicio, una en cada esquina al fondo de la mandíbula superior e inferior. Evolutivamente, estos molares cumplían la función de ayudar a masticar alimentos duros (raíces, carne cruda, etc.), cuando nuestros antepasados tenían mandíbulas más grandes y robustas. Sin embargo, con la dieta moderna más blanda y con mandíbulas más pequeñas, estas muelas han perdido gran parte de su utilidad.
¿Por qué salen tan tarde? Se les llama “del juicio” porque típicamente erupcionan en la edad adulta joven, aproximadamente entre los 17 y 25 años, cuando se supone que la persona ha adquirido mayor madurez o “juicio”. En mi práctica, he visto pacientes a los que les aparecieron un poco antes de los 17 o bastante después de los 25, e incluso algunos a quienes no les han salido nunca. Y es que no todos desarrollamos estas muelas: factores genéticos y evolutivos influyen en su aparición. De hecho, estudios indican que hasta un 25% de la población mundial no desarrolla al menos una muela del juicio, e incluso alrededor del 10% de las personas no tiene ninguna de estas muelas. Es decir, es completamente normal que a algunas personas no les salgan las muelas del juicio.
Ahora bien, si eres del porcentaje mayoritario que sí las tiene, veamos dónde se ubican exactamente estas muelas y cómo reconocerlas.
Las muelas del juicio salen en la parte más posterior de la boca, justo detrás de los segundos molares o muelas grandes que ya tenemos desde la adolescencia. En cada lado de la mandíbula hay una muela del juicio arriba (en el maxilar superior) y otra abajo (en la mandíbula inferior). Son, por así decirlo, las “últimas de la fila” en la arcada dentaria. Si abres grande la boca y tocas con la lengua la zona más al fondo, ahí es donde deberían aparecer estas muelas (si es que se desarrollan).
En mi experiencia, muchos pacientes no se dan cuenta de la erupción hasta que la muela del juicio ya está presionando la encía o al diente vecino. Esto se debe a que suelen estar “escondidas” bajo la encía durante buena parte de su desarrollo. Algunas muelas del juicio logran erupcionar completamente (es decir, salir del todo a través de la encía) y alinearse correctamente con el resto de los dientes. Cuando eso ocurre, la muela queda ubicada en su posición final al fondo de la fila, sin contactar directamente con ningún diente detrás (porque no hay más dientes posteriores).
Sin embargo, es muy común que no tengan suficiente espacio para salir del todo. Nuestras mandíbulas actuales suelen ser más pequeñas, así que el “hueco” al fondo no siempre alcanza. Por eso, muchas muelas del juicio quedan parcialmente erupcionadas (asomando solo una parte) o retenidas debajo de la encía o contra el hueso. Más adelante explicaré los problemas que esto puede acarrear. Antes, repasemos algo importante: ¿hay diferencia entre las muelas del juicio de arriba y las de abajo?
Como mencioné, en total podemos tener dos cordales superiores (una por cada lado arriba) y dos inferiores (una por cada lado abajo). ¿Existen diferencias en cómo erupcionan o duelen las de arriba frente a las de abajo? En general, las muelas del juicio inferiores tienden a causar más molestias en la mayoría de pacientes. Esto se debe a varios motivos:
Tanto las superiores como las inferiores pueden doler y dar guerra, pero las de abajo son las campeonas en causar molestias intensas. No obstante, cada caso es único: hay pacientes con cordales inferiores asintomáticas y otros con superiores problemáticas. Por eso, siempre evaluamos con radiografías la posición de cada una de las muelas del juicio.
¿Cómo saber si te está saliendo una muela del juicio? Tu cuerpo suele darte señales claras. En mi experiencia clínica, estos son los síntomas más comunes cuando una muela del juicio está erupcionando:
Estos síntomas pueden presentarse en conjunto o solo algunos. Por ejemplo, es posible tener inflamación sin mucho dolor, o dolor de mandíbula sin inflamación visible. Cada persona es un mundo. He tenido pacientes que apenas notaron la erupción de sus cordales y otros a quienes les ha dolido muchísimo.
Consejo profesional: Mantente atento a cualquier molestia detrás del último molar que ya tienes. Si notas inflamación, dolor o cambios en esa zona posterior, podría ser señal de que una muela del juicio quiere salir. Como recomienda la Clínica Mayo, ante síntomas persistentes en la parte posterior de la encía es importante consultar al dentista para evaluar si una muela del juicio está causando el problema.
No todas las muelas del juicio duelen al salir, pero cuando hay dolor, suele haber una causa definida. Las razones más habituales por las que estas muelas generan dolor, según mi experiencia, son:
Conocer la causa exacta del dolor es importante para decidir el tratamiento. Por eso, ante un dolor persistente de muela del juicio, siempre evalúo con radiografías y exploración clínica qué lo está provocando (espacio, caries, infección, etc.) y así puedo dar la mejor solución.
Cuando notas que una muela del juicio está en pleno proceso de salida, seguramente te surjan muchas dudas y molestias. ¿Cómo aliviar el dolor? ¿Debo acudir al dentista ya? ¿Me la tendrán que quitar? Te cuento mis recomendaciones como dentista para sobrellevar esta etapa:
Recuerda que no siempre hay que extraer una muela del juicio en cuanto da molestias; a veces se puede solventar la inflamación y la muela termina de salir bien. Otras veces, en cambio, la extracción es la solución más adecuada para evitar problemas mayores. En la siguiente sección te explico cuándo es necesaria la extracción de una muela del juicio.
Esta es la pregunta del millón. La realidad, desde mi punto de vista profesional, es que depende de cada caso. No, no siempre hay que sacar las muelas del juicio porque sí. Si la muela ha salido correctamente, está sana, bien posicionada y no causa problemas de espacio ni de higiene, podemos convivir con ella sin extraerla. De hecho, tengo pacientes con sus cuatro cordales sanas a los que solo hacemos controles periódicos y limpiezas.
Ahora bien, muchas veces sí recomendamos la extracción por motivos de salud. ¿Cuándo suelo aconsejar quitar una muela del juicio?:
Extraemos las muelas del juicio cuando su permanencia supone un riesgo o un daño para la salud bucodental del paciente. Si no, podemos dejarlas con seguimiento. Es importante tomar la decisión con base en radiografías y la historia clínica. Te aconsejo hablarlo con tu dentista de confianza; él o ella te explicará los pros y contras en tu situación específica (yo siempre procuro que el paciente entienda por qué recomiendo la extracción, si lo hago).
Y si finalmente te toca pasar por una extracción, no te preocupes: es un procedimiento muy común en odontología. Se realiza con anestesia local (o sedación si es necesario) y, en manos expertas, suele ser rápido y seguro. Tras la cirugía, eso sí, tendrás un postoperatorio con sus cuidados.
A continuación, responderé algunas preguntas frecuentes que suelen aparecer sobre las muelas del juicio, recopiladas de las dudas habituales de pacientes y búsquedas comunes en Internet:
Lo más típico es sentir molestias al fondo de la boca: dolor o presión en la encía tras el último molar, encías hinchadas o rojas y quizá algo de sensibilidad al masticar. También puedes intentar mirar con una linterna; si ves una punta blanca asomando en la encía del fondo, es muy probable que la muela del juicio esté erupcionando. Otros indicios son dolor que se irradia a la mandíbula o el oído en ese lado, o dificultad para abrir la boca del todo. Ante la duda, un dentista, mediante revisión y radiografía, confirmará si la muela del juicio está saliendo.
El tiempo de erupción varía mucho según la persona y la posición de la muela. Algunas muelas del juicio salen en pocas semanas hasta su posición final, mientras que otras tardan meses o incluso años en erupcionar completamente. Hay casos en que salen parcialmente y se quedan “a medias” (retenidas) indefinidamente. En general, si una muela tiene espacio suficiente y viene recta, en unos meses debería erupcionar. Pero si notas que han pasado muchos meses con la muela asomando solo un poco, es posible que ya no avance más sin ayuda (podría estar bloqueada). Cada cordal tiene su propio ritmo; por eso es importante el seguimiento con el dentista, para valorar si esperar o intervenir.
¡No pasa absolutamente nada malo! Como comenté antes, un porcentaje de la población nunca desarrolla o erupciona las muelas del juicio. Si llegas a los 25-30 años y ninguna muela del juicio ha dado señales, es probable que no tengas alguna o ninguna, o que estén retenidas sin síntomas. Esto no supone un problema en sí mismo. De hecho, muchas personas viven toda la vida sin cordales y no les afecta en nada su función dental. Solo recomendamos vigilar con radiografías panorámicas ocasionales: en algunos casos las muelas del juicio pueden estar dentro del hueso retenidas. Si no molestan ni dañan otros dientes, simplemente las dejamos allí. Y si ni siquiera existen, mejor aún, una preocupación menos. La ausencia de muelas del juicio es un rasgo evolutivo cada vez más común y no requiere tratamiento.
No, solo se extraen si causan problemas o van a causarlos. Si tus muelas del juicio han salido bien, tienen espacio, están sanas y no perjudican a los dientes vecinos, puedes conservarlas. Las extraemos, por ejemplo, cuando no hay espacio y están impactando otros dientes, cuando hay dolor recurrente, infecciones, caries grandes, quistes, o por requisitos de un tratamiento (como ortodoncia). En ausencia de complicaciones, muchos dentistas optamos por la conducta de “vigilar y mantener”. Es decir, controles periódicos para asegurarnos de que siguen sin dar problema. En resumen: no se sacan porque sí; se sacan por indicación médica. Cada caso lo evaluamos individualmente.



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