23 abril 2025

¿Puedo hacerme un blanqueamiento dental embarazada? Todo lo que debes saber

¿Es seguro blanquear tus dientes durante el embarazo? Descubre qué recomiendan los dentistas, mis consejos personales y cómo cuidar tu sonrisa sin riesgos.

Cuando quedé embarazada por primera vez, confieso que una de mis preocupaciones más inesperadas fue mi sonrisa. Siempre me ha encantado lucir dientes blancos y cuidados, así que me pregunté: ¿Puedo hacerme un blanqueamiento dental estando embarazada? Tenía una boda familiar en puerta y deseaba verme radiante, pero también sabía que el embarazo es un momento para ser muy precavida con cualquier tratamiento.

¿Es seguro el blanqueamiento dental durante el embarazo?

La respuesta corta es no, no se recomienda blanquear los dientes durante el embarazo. Tanto dentistas como organizaciones profesionales aconsejan posponer cualquier tratamiento de blanqueamiento dental hasta después de la gestación (incluso, muchos sugieren esperar también a que termine la lactancia)​. Esto no es porque se haya demostrado un efecto negativo directo, sino porque no existen estudios científicos concluyentes que garanticen al 100% que sea seguro o que, por el contrario, demuestren un riesgo. Ante esa incertidumbre, más vale prevenir que curar.

La Asociación Dental Americana (ADA), por ejemplo, recomienda diferir el blanqueamiento hasta después del embarazo. Muchos dentistas seguimos esta pauta por precaución. Piensa que el blanqueamiento es un procedimiento electivo y estético, no urgente. Puede esperar unos meses sin problema, a diferencia de otros cuidados dentales necesarios (como tratar una caries o una limpieza, que sí debes realizar incluso embarazada).

En conclusión: durante el embarazo es mejor evitar el blanqueamiento dental. A continuación te explico por qué se desaconseja, qué riesgos potenciales se han considerado y qué alternativas tienes para mantener tu sonrisa linda en esta etapa.

¿Por qué se desaconseja blanquear los dientes en el embarazo?

Puede que te preguntes: “Si no hay pruebas de que haga daño, ¿por qué no hacerlo igual?”. El hecho es que, aunque no haya evidencia de peligro, tampoco la hay de seguridad absoluta. Aquí te presento los motivos principales por los que los expertos prefieren pecar de cautos y recomendarte esperar:

  • Falta de investigación concluyente: Como mencioné, no se han realizado estudios sólidos en mujeres embarazadas sobre los efectos de los agentes blanqueadores en el feto​. Éticamente es complicado hacer este tipo de investigaciones con futuras mamás, así que las dudas persisten. Sin datos claros, los dentistas preferimos no arriesgarnos con tu bebé en desarrollo​.
  • Posible absorción de químicos: Los productos de blanqueamiento (ya sea las geles usados en clínica o las tiras/kit caseros) contienen químicos como peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida. Durante el blanqueamiento, una parte del gel puede entrar en contacto con tus encías y mucosas, y una mínima cantidad podría ser absorbida por tu organismo. ¿Cuánto podría pasar al torrente sanguíneo o atravesar la placenta? No lo sabemos con certeza​. Tampoco está claro si esos químicos podrían llegar a la circulación del bebé a través de la placenta o, más adelante, a la leche materna. Ante la duda, la recomendación es evitar exponer al feto a cualquier sustancia química no esencial.
  • Irritación de las encías (gingivitis del embarazo): El embarazo en sí provoca cambios hormonales que vuelven a las encías más sensibles y propensas a inflamarse (lo que se conoce como gingivitis gestacional). Muchas embarazadas notan sus encías más rojas, hinchadas o que sangran al cepillarse – a mí me pasó en el segundo trimestre y me asusté hasta que supe que es bastante común. Ahora bien, los geles blanqueadores, incluso en circunstancias normales, pueden causar irritación o ardor en las encías mientras actúan​. Si ya de por sí tus encías están delicadas por el embarazo, el blanqueamiento podría empeorar esa molestia o agudizar la inflamación​. No es un daño permanente, pero ¿para qué añadir incomodidad extra en esta etapa?
  • Mayor sensibilidad dental: Muchas personas experimentan dientes sensibles durante o después de un blanqueamiento (esa sensación de escalofrío al tomar algo frío o caliente). En el embarazo, algunas mujeres también reportan dientes más sensibles, posiblemente por cambios en la saliva o en la dieta. Combinar embarazo + blanqueamiento podría convertir beber un vaso de agua fría en una tortura. Vale la pena evitar ese malestar adicional, porque estar embarazada ya trae suficiente incomodidad por sí sola (¡te lo digo yo, que vivía con el vasito de agua tibia a todas partes!).
  • Incomodidad del procedimiento: Un detalle práctico que casi nadie menciona pero que yo agradecí saber: un blanqueamiento profesional en clínica implica estar acostada en el sillón dental por bastante rato (una hora o más), quieta, a veces con un aparato manteniendo la boca abierta. En el tercer trimestre, permanecer mucho tiempo tumbada boca arriba puede ser muy incómodo – el peso de la barriga puede comprimir la vena cava y hacerte sentir mareada o con falta de aire. Incluso en segundo trimestre, es común sentir cierta incomodidad si estás mucho tiempo en la misma posición. Además, algunas embarazadas tenemos náuseas o reflejo de arcada más fácil; imaginarme con la boca llena de gel y con sabor extraño me producía ansiedad. Por tu propia comodidad física, posponer el blanqueamiento es buena idea (¡ya tendremos tiempo de darnos ese gustito después, sin barriga de por medio!).
  • No es una necesidad médica, puede esperar: A diferencia de un empaste por caries o de una limpieza para tratar la gingivitis, el blanqueamiento es un tratamiento puramente estético. Lucir dientes más blancos es genial para la autoestima, sí, pero no es urgente ni necesario para tu salud. En cambio, el embarazo sí es una prioridad de salud: durante estos meses, tu cuerpo está trabajando horas extra por crear una vida. Cualquier cosa que introduzcamos (medicamentos, procedimientos, químicos) hay que sopesarla con cuidado. Como dice el refrán que me repetía mi abuela, «mujer precavida vale por dos«. En unos párrafos te cuento cuándo será el momento ideal para ese blanqueamiento tan deseado – y verás que realmente no es tanto tiempo de espera.

En síntesis, no se trata de que blanquearse los dientes embarazada sea peligrosísimo comprobado, sino de que no tenemos certeza de que sea 100% inocuo. Y dado que tampoco es vital hacerlo ahora, la balanza riesgo/beneficio se inclina claramente hacia esperar un poco.

¿Y durante la lactancia, se puede blanquear?

Aquí la recomendación se vuelve un poco más flexible, pero con matices. Algunos dentistas, y la propia ADA, sugieren extender la precaución durante toda la lactancia. Es decir, esperar a haber terminado el período de amamantamiento para realizar el blanqueamiento dental. La lógica es similar: aunque es muy poco probable que los componentes del blanqueador pasen a la leche materna en cantidades significativas, no hay suficientes estudios en madres lactantes que lo confirmen.

Dicho esto, también es cierto que muchos profesionales consideran que blanquear los dientes mientras amamantas sí es aceptable. ¿Por qué esta discrepancia? Pues porque, químicamente hablando, el principal ingrediente (el peróxido) se degrada en agua y oxígeno al contacto con los tejidos – en teoría, casi nada llegaría a la sangre o la leche​. Incluso el cuerpo humano produce peróxido de manera natural en pequeñas cantidades. Por eso, varios odontólogos afirman que blanquear durante la lactancia es seguro, especialmente si se toman precauciones como limpiar bien los geles y evitar tragarlos. De hecho, mi dentista me comentó que él no ve inconveniente en un blanqueamiento durante la lactancia, pero siempre recomienda avisar al obstetra por si acaso y hacerlo bajo supervisión profesional, no con remedios caseros.

  • ¿Cuál es mi postura personal tras investigar ambas posiciones? Si puedes esperar hasta después de la lactancia, ¡perfecto! Menos cosas de qué preocuparse. Pero si por alguna razón importante deseas blanquear tus dientes mientras amamantas (por ejemplo, un evento especial, o simplemente porque te hace sentir bien recuperar tu sonrisa blanca), consulta antes con tu odontólogo y tu médico. Probablemente te dirán que es preferible esperar, pero evaluarán tu caso. En última instancia, la lactancia es un poco “territorio gris”, con opiniones variadas. Yo opté por esperar unos meses más hasta destetar a mi bebé, por tranquilidad mental. Lo principal es nunca usar productos fuertes por tu cuenta sin orientación, y si decides proceder, asegúrate de que sea con un dentista de confianza y siguiendo todas las indicaciones de seguridad.

¿Cuándo puedo blanquear mis dientes de forma segura?

La buena noticia es que podrás lucir tus dientes blancos de nuevo, solo es cuestión de elegir el momento adecuado. Entonces, ¿cuándo es el mejor momento para un blanqueamiento si estás embarazada o planeando estarlo?

  • Antes del embarazo: Si estás buscando bebé o crees que podrías quedarte embarazada pronto y deseas blanquearte los dientes, lo ideal es hacerlo antes de concebir. Un tratamiento de blanqueamiento profesional suele durar pocas semanas en total, así que si calculas tiempos, podrías lograr esa sonrisa más blanca previo al embarazo. Eso sí, asegúrate de cumplir con los requisitos previos (mayor de 18 años, sin caries ni problemas de encías activos, etc.)​. Piensa en ello como parte de la planificación pre-embarazo, al igual que te tomas ácido fólico o haces un chequeo médico, ¡pues un chequeo dental y los retoques estéticos que quieras también cuentan!
  • Durante el embarazo: Mejor no. Ya lo hemos discutido a fondo: en estos nueve meses, nada de blanqueamientos. Ni en clínica dental ni con kits caseros. Cero. Es la postura más prudente. Dedica este tiempo a mantener tu salud bucal, no a tratamientos estéticos.
  • Durante la lactancia: Como vimos, es un debate abierto. Si puedes, espera hasta que termines de amamantar para mayor tranquilidad​. Si decides no esperar, al menos hazlo después de los primeros meses de vida del bebé, cuando ya estés más estable y siempre con visto bueno profesional. En cualquier caso, durante la lactancia o después, es imprescindible que tu boca esté sana (libre de caries, encías sanas) antes de blanquear​. Así que toca visitar al dentista igual.
  • Después del embarazo (y lactancia): ¡Este será tu momento para brillar (literalmente)! En cuanto hayas dado a luz y, si corresponde, concluido la etapa de lactancia, ya puedes agendar tu blanqueamiento dental sin problema. De hecho, muchas mamás recientes aprovechan su visita postparto al dentista para una limpieza y preguntan por el blanqueamiento. Asegúrate de que tu dentista confirme que todo está en orden (a veces el esmalte puede estar un pelín más débil por meses de náuseas o cambios hormonales, pero nada que impida un blanqueamiento bien llevado). Con la luz verde profesional, adelante: en pocas sesiones tendrás esa sonrisa espectacular que has estado esperando mostrar. Personalmente, yo sentí que cuidarme con ese detalle después de meses de vómitos, encías hinchadas y noches sin dormir, ¡fue casi terapéutico!

Recuerda: no hay prisa, tus dientes no van a “caducar”. Mientras tanto, enfócate en lo que sí puedes hacer ahora para tu salud bucal, que es mucho y lo veremos enseguida.

Cómo cuidar tu sonrisa durante el embarazo (alternativas seguras)

Que no puedas blanquearte los dientes estos meses no significa que debas resignarte a una sonrisa descuidada. Al contrario, el embarazo es época de mimar especialmente tus dientes y encías, por tu bienestar y el de tu bebé. Además, hay alternativas seguras para mantener tus dientes lo más blancos y sanos posible sin recurrir a químicos fuertes. Aquí van mis mejores consejos (combinando lo que me funcionó y las recomendaciones profesionales):

  • Extrema tu higiene oral diaria: Suena obvio, pero es clave. Cepíllate los dientes al menos dos veces al día con una pasta fluorada y pasa el hilo dental diariamente. Una buena higiene previene la acumulación de placa que mancha y causa problemas. Tómate tu tiempo al cepillar, usa un cepillo de cerdas suaves (si tus encías están sensibles) y no te olvides de cepillar suavemente la lengua. Un tip: si los sabores de menta te dan náuseas (a algunas embarazadas nos pasa), prueba pastas con sabores más suaves o neutros, pero que contengan flúor. Mantener la boca limpia no solo mantendrá tus dientes con su blanco natural, también te protege de la gingivitis del embarazo y las caries.
  • Cuidado con los alimentos y bebidas que manchan: Durante el embarazo es posible que tengas antojos raros… ¡Pero ojalá no sean de café fuerte todos los días! Bebidas como el café, té negro, refrescos de cola, vino tinto o alimentos como salsas de soja, curry, frutos rojos tienden a manchar el esmalte con el tiempo. No es que tengas que eliminarlos por completo (bueno, el vino sí toca eliminarlo por otras razones), pero modera su consumo si puedes. Y cuando los tomes, un truco es enjuagarte la boca con agua después para no dejar tanto residuo colorante en los dientes. En mi caso, sustituí bastante el té negro por infusiones claras o leche dorada, y tomaba mi cafecito con leche para atenuar el color.
  • Usa pasta de dientes blanqueadora (segura): Las pastas dentales blanqueadoras comerciales no blanquean como tal (no cambian el color interno del diente) pero sí ayudan a pulir manchas superficiales. Son seguras durante el embarazo, porque su acción es principalmente abrasiva suave o con algunos ingredientes químicos leves. Eso sí, elige una de marca confiable, a ser posible con el sello de calidad ADA, ya que garantizan que son seguras y efectivas dentro de lo que una pasta puede hacer​. No esperes dientes de Hollywood solo con pasta, pero en estas circunstancias cualquier ayudita suma para mantenerlos brillantes. Yo usé una pasta blanqueadora toda mi gestación y noté que, al menos, no se me oscurecieron más.
  • Limpieza dental profesional: ¡Tu aliada número uno! Las limpiezas en el dentista (profilaxis) son completamente seguras y recomendables durante el embarazo​. De hecho, algunos estudios sugieren que hacerse una limpieza en el segundo trimestre puede ayudar a reducir la carga bacteriana y el riesgo de parto prematuro asociado a enfermedad periodontal​. En una limpieza, la higienista te quitará todo el sarro y las manchitas superficiales de café, té, etc., dejando tus dientes más limpios y algo más brillantes (no es un blanqueamiento en sí, pero te sorprendería la diferencia que hace eliminar ese amarillito del sarro). A mí me hicieron una limpieza alrededor de la semana 20 y fue mano de santo para mis encías sangrantes. Salí con la boca fresca, los dientes más luminosos y la tranquilidad de estar cuidando mi salud oral y la del bebé. No lo dudes, agenda una limpieza (o las que tu dentista vea necesarias).
  • Mantén una dieta amiga de tus dientes: Sabemos que la dieta en el embarazo influye mucho en la salud del bebé… ¡y también en tus dientes! Prioriza alimentos ricos en calcio (lácteos pasteurizados, almendras, brócoli) para mantener fuerte el esmalte. Limita el picoteo constante de cosas dulces o ácidas; por ejemplo, los antojos de limón con sal (sí, existen) o de dulces pueden erosionar o manchar tus dientes si son frecuentes. Bebe mucha agua, que ayuda a limpiar la boca naturalmente. Y aprovecha que quizás ya tomas algún suplemento prenatal con calcio y vitamina D, que indirectamente beneficia a tus dientes y huesos también (aunque eso es más preventivo que estético).
  • Enjuagues bucales adecuados: Puedes usar un colutorio sin alcohol diariamente para ayudar a combatir placa y mantener el aliento fresco. Algunos enjuagues formulados para encías (con antibacterianos suaves como CPC) te pueden ayudar a minimizar la gingivitis del embarazo. Incluso si tu dentista lo indica, es seguro usar enjuagues con clorhexidina por periodos cortos si tus encías están muy inflamadas (la clorhexidina ayuda a desinflamar, aunque mancha un pelín los dientes con uso prolongado; consulta siempre antes de usarla). Lo importante: evita enjuagues con alcohol fuerte, por precaución y porque resecan la boca. Muchas marcas tienen versiones “Zero” alcohol aptas para embarazadas.
  • Controla la acidez en tu boca: Si sufres de náuseas y vómitos, primero te mando un abrazo solidario (¡yo también pasé por eso cada mañana!). El ácido del vómito puede erosionar el esmalte dental y dejarlo más opaco o amarillento. Un consejo de mi dentista fue no cepillar justo después de vomitar, para no raspar el esmalte debilitado por el ácido. En su lugar, enjuaga la boca con agua con bicarbonato (un vaso de agua tibia con una cucharadita de bicarbonato sódico)​cigna.com. Esto neutraliza el ácido del estómago. Pasados 30 minutos, ya puedes cepillar normalmente. Siguiendo este tip, logré que mis dientes no sufrieran estragos pese a los vómitos del primer trimestre. Otra cosa: si la acidez estomacal (reflujo) te molesta más de noche, hablarlo con tu médico para controlarlo es doblemente beneficioso, por tu esófago y por tus dientes.
  • Trucos cosméticos temporales: Te comparto este truco de abuela modernizado: usar un labial de tono adecuado puede hacer que tus dientes se vean más blancos visualmente. Los pintalabios con subtonos azules/rojos fríos (como fucsias, rojos cereza, ciruelas) crean un contraste que disimula el amarillento dental. En cambio, los labiales anaranjados o marrones acentúan las tonalidades amarillas de los dientes. Yo adopté un labial rojo bonito en eventos y oye, mis dientes se veían bastante decentes en las fotos, aunque no los hubiera blanqueado. Por supuesto, es solo un efecto óptico, pero en algo ayuda para sentirte más segura.
  • Nada de remedios caseros agresivos: En Internet circulan montones de “trucos” para blanquear dientes de forma natural: que si frotar con bicarbonato y limón, con carbón activado, con aceite de coco… Durante el embarazo (y siempre, en realidad) ten mucho cuidado con estos remedios DIY. El bicarbonato con limón, por ejemplo, es altamente ácido y abrasivo: quita manchas, pero a costa de erosionar el esmalte (pan para hoy, hambre para mañana, porque tus dientes quedarán más sensibles y propensos a manchas luego). El carbón activado es demasiado abrasivo también. Mi consejo honesto: no te pongas nada en la boca que no recomiende un profesional en esta etapa. Si tienes curiosidad por un método “natural”, coméntaselo a tu dentista primero. La prioridad ahora es mantener tus dientes sanos; ya habrá tiempo de blanqueamientos profesionales seguros después.

Haz click si quieres saber más sobre blanqueamiento dental en casa.

Como ves, hay bastante que podemos hacer para cuidar la sonrisa durante el embarazo sin recurrir al blanqueamiento químico. Yo seguí todos estos pasos y logré pasar mis dos embarazos sin ni una caries y con los dientes en buen estado (¡y eso que el segundo bebé me antojó chocolate todos los días, jaja!). Lo importante es la constancia: higiene, dieta equilibrada y visitas al dentista. Así no solo mantendrás a raya el aspecto de tus dientes, sino que estarás protegiendo tu salud bucal y, por extensión, la salud de tu bebé.

Conclusión: Una sonrisa saludable vale la espera

Sé que tener que esperar para blanquearte los dientes puede ser un poco frustrante cuando uno quiere sentirse bien consigo misma, especialmente en un momento donde el cuerpo cambia tanto como en el embarazo. Yo también me miraba al espejo deseando ese brillo extra en mi sonrisa. Pero después de todo lo investigado y vivido, te puedo asegurar que vale la pena esperar.

Ten en mente esto: el embarazo son unos meses, pero las posibles consecuencias de una decisión imprudente podrían durar mucho más. Afortunadamente, en este caso no estamos renunciando a un tratamiento necesario, solo lo estamos posponiendo. Y mientras pospones el blanqueamiento, puedes ganar muchísimo en salud bucal: fortalecer tus encías, mantener tus dientes libres de caries y minimizar manchas con métodos seguros. Así, cuando llegue el momento de hacerte el blanqueamiento, tus dientes estarán en condiciones ideales y el resultado será incluso mejor.

En mi experiencia personal, una vez nació mi bebé y pasé la etapa inicial de adaptarme a la maternidad, disfruté más el regalarme ese tratamiento estético. Me senté en el sillón del dentista sin preocupaciones, con OK de mi médico, y pensando «me lo gané, mis dientes sobrevivieron al embarazo, ahora les toca premio«. Te aseguro que luego apreciarás tu sonrisa blanca con la tranquilidad de que no comprometiste ni un ápice la seguridad de tu hijo o tu bienestar durante el embarazo.

Así que, respira hondo y sonríe: tu sonrisa saludable de mamá ya es hermosa de por sí. Cuídala con los consejos que te di, presume esas encías sanas y esos dientes bien aseaditos. El glamour del blanqueamiento profesional puede esperar un poquito, y cuando llegue, lo lucirás doblemente orgullosa. ¡Tú y tu bebé lo valen!

Preguntas frecuentes

¿Puedo usar pastas o tiras blanqueadoras caseras estando embarazada?

Lo más prudente es no usar ningún producto blanqueador “activo” durante el embarazo, ni aunque sea de venta libre. Algunas pastas dentales blanqueadoras son seguras (porque su acción es leve, como explicamos antes), pero productos más potentes como tiras blanqueadoras, geles de peróxido para uso casero o kits con luz LED deben evitarse. Estos productos contienen químicos similares a los de un blanqueamiento profesional (aunque en dosis menores) y no tenemos estudios de su seguridad en embarazadas​. Además, los propios fabricantes suelen advertir que no se usen en el embarazo. Por lo tanto, mejor abstente por ahora. Si quieres probar algo para sentir que haces “algo” por el color de tus dientes, opta por las pastas blanqueadoras suaves o simplemente por una pasta con bicarbonato (de marca reconocida) que ayuda a pulir manchas superficiales sin ser agresiva. Y siempre consulta con tu dentista antes de usar cualquier producto nuevo.

Ya me hice un blanqueamiento sin saber que estaba embarazada, ¿puede haberle afectado a mi bebé?

Tranquila, lo más probable es que no haya pasado nada grave. Si te realizaste un blanqueamiento (en clínica o en casa) y luego descubriste que estabas embarazada, ten en cuenta que la cantidad de sustancia que pudo haber entrado a tu organismo es muy baja. Hasta la fecha no hay evidencia de que un blanqueamiento cause malformaciones o complicaciones​. Así que no te culpabilices; simplemente informa a tu dentista y a tu obstetra de que realizaste el procedimiento, por si quieren hacer un seguimiento especial (lo más seguro es que te digan que no te preocupes). Eso sí, ya no repitas más sesiones hasta después del parto, y enfócate en cuidar mucho tu salud bucal el resto del embarazo. Piensa que muchas mujeres han pasado por lo mismo (a veces uno blanquea dientes antes de un evento y no sabía que estaba embarazada de pocas semanas) y han tenido bebés sanos. Observa tu cuerpo: si notaste irritación en encías o dientes muy sensibles a raíz del blanqueamiento, coméntalo en tus citas médicas, pero en principio no hay razón para alarmarse.

¿Puedo blanquear mis dientes durante la lactancia materna?

Como mencionamos en el artículo, durante la lactancia la recomendación oficial sigue siendo de precaución, pero con un poco más de margen que en el embarazo. La ADA sugiere esperar hasta terminar la lactancia para mayor seguridad​, pero muchos odontólogos indican que no hay problema en realizar un blanqueamiento moderado mientras amamantas, siempre que tengas la boca sana y tomes ciertas precauciones. ¿Qué precauciones? Por ejemplo, alimentar al bebé justo antes de la sesión de blanqueamiento (para tener varias horas antes de la próxima toma), no tragar nada de gel blanqueador, enjuagarte muy bien después del procedimiento, y observar si tu bebé presenta alguna reacción (lo cual es altamente improbable).

Espero que estas preguntas frecuentes te hayan aclarado aún más el panorama. Siempre consulta a tus profesionales de salud ante cualquier duda específica sobre tu caso, pero confío en que, con la información de esta guía, podrás tomar una decisión informada y cuidar de tu sonrisa sin comprometer esta hermosa etapa de ser mamá. ¡Felicidades por tu embarazo y mucho ánimo, futura mami!

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Alicia Moreno Cleardent
Odontóloga
La Dra. Alicia Moreno Martínez es una odontóloga apasionada por la salud bucal infantil y la estética dental, con formación en prostodoncia restauradora y odontopediatría. Su reciente especialización en odontología estética le permite ofrecer un cuidado dental integral que no solo mejora la salud, sino también la confianza de sus pacientes. Con experiencia en odontología general desde 2018, la Dra. Moreno es muy valorada en nuestros centros, donde aplica sus conocimientos con un enfoque personalizado y una dedicación constante al bienestar de cada paciente.

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