
En esta guía descubrirás todo lo que necesitas saber: qué son los chewies, cómo ayudan al tratamiento, cuándo y cómo usarlos correctamente, sus beneficios e incluso alternativas.

Descubre cuánto tiempo debes usar los retenedores dentales por la noche tras terminar la ortodoncia y por qué es clave para mantener tu sonrisa alineada.

Hola, soy ortodoncista y sé por experiencia que al terminar tu tratamiento de brackets o alineadores surgen muchas dudas. Una de las preguntas más comunes que escucho en mi consulta es: “¿Cuánto tiempo tengo que llevar los retenedores para dormir?”. Si te estás haciendo esta pregunta, no estás solo. Es normal sentir cierta incertidumbre después de la ortodoncia: te entusiasma tu nueva sonrisa alineada, pero ahora te enfrentas a la fase de retención. Aquí te explicaré de forma clara, humana y basada en evidencia cuánto tiempo debes usar los retenedores por la noche, por qué son tan importantes y cómo asegurarte de mantener tu sonrisa perfecta a largo plazo. Te hablaré en primera persona, como tu ortodoncista de confianza, para que entiendas qué son los retenedores dentales, por qué debes usarlos, cuánto tiempo usarlos (especialmente durante la noche) y qué pasa si no lo haces.
Después de finalizar un tratamiento de ortodoncia (ya sea con brackets tradicionales o alineadores invisibles), entramos en la fase de retención. Los retenedores dentales son aparatos diseñados a medida para mantener tus dientes en la posición correcta una vez que se han alineado. Durante el tratamiento ortodóntico, tus dientes se movieron gradualmente a una nueva posición; pero los dientes tienen “memoria” y una tendencia natural a querer moverse de nuevo a su posición original con el tiempo. Factores naturales como la masticación, la presión de la lengua, la edad, e incluso hábitos como apretar o rechinar los dientes al dormir (bruxismo) influyen en que tus dientes intenten desplazarse de nuevo. Aquí es donde entran en juego los retenedores: su función es evitar que los dientes se desplacen y conservar la alineación lograda. En pocas palabras, el retenedor es el “seguro” que protege tu nueva sonrisa.
Existen dos tipos principales de retenedores dentales: los retenedores fijos y los retenedores removibles. Un retenedor fijo es un fino alambre metálico que el ortodoncista cementa en la cara interna de tus dientes (generalmente de colmillo a colmillo en la arcada inferior). Queda permanente en la boca por años, sin que tengas que acordarte de ponértelo, y mantiene continuamente la posición dental. Su principal inconveniente es que puede dificultar un poco la higiene (debes limpiar cuidadosamente alrededor del alambre). Por otro lado, un retenedor removible es una férula de plástico transparente (tipo Essix) o una placa de acrílico con alambres (tipo Hawley) que puedes quitar y poner tú mismo. Los retenedores removibles suelen indicarse, tras la fase inicial, para usarlos sobre todo al dormir, ya que durante el día puedes tenerlos fuera para comer y cepillarte. En muchos casos, combinamos ambos tipos: por ejemplo, es común colocar un retenedor fijo en los dientes inferiores y un retenedor removible transparente para la parte superior. De este modo, se tiene una retención doble y más efectiva: la fija protege constantemente la arcada inferior, mientras que la removible se usa principalmente de noche en la superior.
Los retenedores dentales son esenciales tras la ortodoncia porque evitan la recidiva (que tus dientes se vuelvan a torcer). A continuación, profundizaremos en cuánto tiempo debes llevar estos retenedores, especialmente durante la noche, que es la duda que probablemente más te interese resolver.
Esta es la gran pregunta. Y te adelanto la respuesta con honestidad profesional: en la mayoría de los casos, tendrás que usar los retenedores por la noche durante muchísimo tiempo, potencialmente de por vida. Sé que puede sonar un poco abrumador al principio, pero déjame explicarte las razones y cómo suele ser el proceso por fases.
Justo al terminar tu ortodoncia, el retenedor no es solo para dormir: se usa prácticamente todo el día al inicio. La fase de retención comienza inmediatamente después de retirarte los brackets o de finalizar tus alineadores. Durante los primeros meses, tu ortodoncista te indicará que uses el retenedor removible a tiempo completo, es decir, día y noche (unas 22 horas diarias), retirándolo solo para comer, beber algo distinto al agua y para la higiene bucal. Esta recomendación típica suele abarcar aproximadamente entre 4 y 6 meses iniciales, dependiendo de cada caso. Por ejemplo, algunos especialistas aconsejan usar el retenedor todo el día durante los primeros 4 meses tras el tratamiento y luego continuar solo por las noches. Otros pueden extender este período intensivo a 6 meses o más de uso 22 horas al día antes de pasar a la siguiente fase. ¿Por qué tanto tiempo? Porque los primeros meses tras retirar los aparatos tus dientes son muy susceptibles a moverse de nuevo, ya que el hueso y el ligamento periodontal necesitan tiempo para consolidarse en la nueva posición. Usar el retenedor de forma constante en esta etapa asegura que las correcciones se estabilicen.
Tras esa fase inicial intensiva, el uso del retenedor normalmente se reduce a solo por las noches. Una vez que tu ortodoncista comprueba que los dientes se mantienen estables, podrás usar el retenedor únicamente al dormir cada noche. Esto suele ocurrir alrededor de los 3-6 meses posteriores a la ortodoncia (nuevamente, varía según el caso y las indicaciones profesionales). Por ejemplo, en nuestra clínica a muchos pacientes les recomiendo: “Usa el retenedor todos los días todo el día el primer trimestre, y a partir del cuarto mes, póntelo solo para dormir”. De hecho, es un protocolo común: los primeros meses uso diario completo, luego se pasa a uso nocturno. Durante el primer año o dos después del tratamiento, ese uso nocturno debe ser disciplinado, todas las noches sin falta, para que los dientes “reaprendan” su nueva posición y no intenten moverse durante tus horas de sueño.
¿Y después del primer par de años?
Aquí es donde muchos pacientes se sorprenden: los retenedores (especialmente los removibles) idealmente deben seguir utilizándose de forma indefinida en las noches, aunque con el tiempo la frecuencia puede volverse un poco más flexible. Te explico: tus dientes nunca dejan de ejercer micro-movimientos a lo largo de la vida – incluso en la edad adulta hay pequeñas modificaciones en la dentadura debido a la masticación, al envejecimiento o a cambios en encías y hueso. Por eso, la recomendación más conservadora y segura es usar algún tipo de retenedor “para siempre”. Esto no significa necesariamente todas las noches de tu vida, pero sí mantener un régimen de uso nocturno regular de por vida para evitar que, con los años, tus dientes se desalineen. En la práctica, muchos ortodoncistas sugieren, tras los primeros 1-2 años de uso constante por las noches, seguir usando el retenedor algunas noches por semana de por vida (por ejemplo, 3-4 noches a la semana). Otros esquemas, según la estabilidad de tu caso, podrían recomendar usar el retenedor solo una noche por semana después de cierto tiempo. Esto último suele aplicarse pasados varios años sin movimiento dental y siempre bajo la supervisión de tu ortodoncista.
Quiero ser muy sincero contigo: Si deseas mantener tu sonrisa perfectamente alineada, deberás tener el retenedor como compañero nocturno por muchos años, idealmente de por vida. En palabras simples, “el retenedor es para siempre”. Sé que quizá esperabas oír que solo era cosa de unos meses y ya; pero como profesional debo informarte correctamente. ¡No te desanimes! Usar el retenedor por la noche realmente no es tan molesto una vez que te acostumbras: los modelos transparentes son cómodos e invisibles, no interfieren con tu descanso, y el hábito se vuelve parte de tu rutina como lavarte los dientes. Piensa que es un pequeño precio a pagar por conservar para siempre la sonrisa espectacular que lograste. Además, más adelante hablaré de trucos y consejos para llevarlo sin problemas.
Resumen de las fases de uso del retenedor: Para que quede claro, recapitulemos a modo de esquema los tiempos típicos de uso de los retenedores tras la ortodoncia:
Como ves, la respuesta a “¿cuánto tiempo tengo que llevar el retenedor por las noches?” es muy a largo plazo. La intención no es asustarte, sino que comprendas que la retención es una parte fundamental del tratamiento ortodóncico. Una frase que suelo decirle a mis pacientes es: “Los brackets te enderezan los dientes, pero los retenedores mantienen los dientes derechos para siempre.” Y es la verdad.
Quizá pienses: “¿Tan grave es si me salto algunas noches?”. Entiendo la tentación de descuidarse; después de años con ortodoncia, uno quiere “liberarse” de cualquier aparato. Pero cuidado: no usar los retenedores según las indicaciones puede hacer que tus dientes comiencen a moverse de nuevo más rápido de lo que crees.
Los dientes, tras la ortodoncia, tienen cierta inestabilidad inicial. Investigaciones clínicas han demostrado que, al dejar de usar el retenedor, los dientes pueden empezar a desviarse en cuestión de días. De hecho, se ha observado movimiento dental tan pronto como a los 2-3 días de no llevarlo. Yo mismo he visto pacientes que, por descuido de un par de semanas, notan que su retenedor removible les aprieta más de lo normal al volver a usarlo, señal de que los dientes se movieron ligeramente. Si dejas pasar aún más tiempo sin retenedor, los desplazamientos serán mayores y podrían arruinar parte de lo conseguido con la ortodoncia. Una doctora lo expresaba muy claramente: “Los dientes sufren movimientos desde las primeras 24 horas [sin retenedor]… no dejes de usarlos porque sí pueden sufrir movimientos aún más graves”.
¿Qué significa esto en la práctica? Que si una noche te olvidas del retenedor, no va a ocurrir una catástrofe instantánea – no te alarmes, por una sola noche probablemente no pase nada significativo. Pero si omites su uso de forma recurrente, especialmente en los primeros meses, los dientes empezarán a desplazarse poco a poco hacia su antigua posición. Al principio tal vez ni lo notes, pero con el tiempo podrías ver separación entre algunos dientes o leves giros. Y si continúas sin retenedor, la recidiva puede empeorar. En casos prolongados sin usarlo, corres el riesgo de perder por completo los resultados de tu tratamiento – y lamentablemente, la única forma de corregir un desalineamiento importante sería volver a usar ortodoncia activa (brackets o alineadores) para enderezar de nuevo.
Por eso insistimos tanto los ortodoncistas en la fase de retención: sabemos que una mala adherencia al retenedor tira por la borda el esfuerzo, tiempo y dinero invertido en tu sonrisa. Créeme, no quieres repetir el tratamiento porque los dientes se movieron por no usar el retenedor. Es fundamental que te mentalices: el uso del retenedor es tan importante como lo fueron los brackets, solo que ahora te toca a ti en casa ser constante.
Algunos consejos prácticos para no “olvidar” tus retenedores:
Usar mal o no usar tus retenedores conlleva el riesgo de que tus dientes se desalineen de nuevo, en mayor o menor medida. Mientras más tiempo estés sin retenedor, más difícil será corregir la recidiva y posiblemente necesites re-tratamiento. Así que aunque suene pesado, ¡sigue con tu retenedor tal como te indicaron! Tu futura sonrisa te lo va a agradecer.
Ahora que sabes que tus retenedores van a ser compañeros de largo plazo, es importante saber cuidarlos correctamente. Un retenedor en buen estado no solo hará mejor su trabajo de mantener tus dientes alineados, sino que también te resultará más cómodo y saludable (un retenedor sucio puede acumular bacterias, ¡puaj!). Aquí te brindo varios consejos prácticos de cuidado e higiene, tal como se los doy a mis pacientes:
Siguiendo estos consejos, tus retenedores se mantendrán en óptimas condiciones y cumplirán su función a la perfección. Recuerda: el retenedor es ahora tu aliado, trátalo bien y él mantendrá tu sonrisa alineada.
Al finalizar un tratamiento de ortodoncia, surgen muchas inquietudes acerca de los retenedores. A continuación, respondo en formato de preguntas y respuestas breves algunas de las dudas más frecuentes que suelen tener mis pacientes sobre el uso de retenedores dentales y su cuidado, especialmente en cuanto al uso nocturno.
En la mayoría de los casos, sí debes usar algún tipo de retenedor de por vida si quieres asegurar que tus dientes no se desplacen con los años. Sin embargo, no significa usarlo todas las noches eternamente con la misma frecuencia estricta. Como hemos visto, tras los primeros años de uso constante, muchos pacientes pueden reducir su uso a solo algunas noches por semana de por vida. Piensa en el retenedor como en usar el cinturón de seguridad: puede que a veces no pase nada si no lo usas, pero por seguridad es mejor llevarlo puesto siempre que puedas. La recomendación profesional general es toda la vida (¡los dientes se mueven toda la vida!), aunque sea de forma intermitente. Si notas que han pasado muchos años y tus dientes no se mueven ni un ápice, habla con tu ortodoncista; bajo su supervisión podrían ajustar la frecuencia. Nunca decidas por tu cuenta abandonar el retenedor definitivamente sin consultarlo con un profesional.
Por una noche que olvides usar el retenedor, probablemente no pase nada grave. Como mencioné antes, en 24-48 horas tus dientes no van a desalinearse por completo. El problema está cuando ese olvido se vuelve frecuente. Si te saltas uno o dos días, ponte el retenedor cuanto antes y continúalo usando normalmente; no necesitas usarlo horas extra al día siguiente, simplemente retoma tu rutina nocturna. Pero si, por ejemplo, olvidaste llevarlo durante toda una semana (digamos que te fuiste de viaje y lo dejaste), es posible que notes el retenedor más apretado al volver a usarlo – señal de que hubo cierto movimiento. En ese caso, úsalo de inmediato todas las noches y si la presión no cede en un par de días, visita a tu ortodoncista para evaluar. Conclusión: una vez es perdonable, hábitos repetidos de no usarlo no lo son. Trata de ser disciplinado especialmente los primeros meses. Y si vas de viaje, no olvides empacar tu estuche con el retenedor!
Los retenedores removibles (tipo férula transparente) suelen durar en buen estado varios años, pero no son eternos. Con el uso nocturno diario, el material plástico puede grietas, deformaciones o simplemente aflojarse con el tiempo. Muchos pacientes usan la misma férula 2, 3 o hasta 5 años, dependiendo de la calidad del material y de los cuidados. Se recomienda evaluar el retenedor en cada visita anual: cuando el ortodoncista vea que ya no ajusta bien o está desgastado, indicará fabricar uno nuevo. No esperes a que se rompa por completo; si notas fisuras o que ya no “sujeta” igual, coméntaselo al especialista. En cuanto a retenedores fijos, pueden durar muchísimos años si se cuidan. He visto pacientes con la barrita fija intacta después de 10-15 años. No obstante, el pegamento podría despegarse con los años o el alambre fracturarse por el uso. En cada revisión el dentista comprobará el estado del retenedor fijo, y si está suelto o dañado lo reparará o sustituirá. Como orientación: algunos ortodoncistas prevenimos y cambiamos los alambres fijos pasados unos 5-6 años para asegurar que sigan firmes, pero esto varía. En resumen: no hay un plazo exacto universal, se reemplazan “cuando haga falta”, evaluando desgaste y ajuste.
La limpieza adecuada ya la detallamos antes, pero resumamos los puntos clave: Si es removible, siempre límpialo al quitarlo cada mañana con agua fría y jabón neutro, frotando suavemente con un cepillo (designa un cepillo exclusivamente para tu retenedor). Enjuágalo muy bien antes de guardarlo. Nunca uses agua caliente ni pasta dental abrasiva para que no se deteriore. Un par de veces por semana, déjalo en remojo en un recipiente con agua y una tableta limpiadora para prótesis dentales (o en su defecto, con vinagre blanco diluido al 50% en agua) durante 15-20 minutos, luego enjuaga. Si es retenedor fijo, cepilla cuidadosamente alrededor del alambre cada vez que te laves los dientes y utiliza hilo dental con enhebrador o un irrigador de agua para remover la placa en esa zona difícil. También puedes usar enjuague bucal diariamente para mantener a raya las bacterias. Truco: algunos pacientes con retenedor fijo usan esos cepillitos interdentales pequeños para limpiar entre los dientes y el alambre. Mantener los retenedores limpios no solo alarga su vida útil, también mantiene tu boca sana, evitando mal olor, caries o inflamación de encías asociadas a aparatos sucios.
En general, los retenedores no deberían doler. Al principio, cuando te colocas el retenedor removible por primera vez (justo al acabar la ortodoncia), puedes sentir una ligera presión en los dientes durante unos minutos, pero debería desaparecer rápido. Esto es normal: el retenedor está manteniendo la posición, no ejerciendo fuerza para mover dientes como lo hacían los brackets, así que la presión es mínima. No debería haber un dolor intenso ni llagas; si las hubiera, algo anda mal (quizá el retenedor necesite ajuste). Lo que sí puede suceder es que si llevas varios días sin ponértelo, la próxima vez que lo uses notes más presión de lo habitual o pequeños “cliques” al asentarlo – eso indica que tus dientes se movieron un poquito en tu ausencia. Puede haber una leve molestia temporal en ese caso, pero usando el retenedor consistentemente debería cesar. Al dormir, la mayoría de las personas se adapta muy rápido: los retenedores transparentes son delgados y hechos a tu medida, no te impiden cerrar bien la boca ni respirar. Después de unos días, ni notarás que lo llevas puesto al conciliar sueño. En cuanto al retenedor fijo, ese ni se siente después de las primeras horas; es muy discreto. Así que no, no debería doler ni quitarte el sueño. Si sientes dolor o no puedes dormir por la incomodidad, consulta con tu ortodoncista para revisar el aparato.
¡Enhorabuena por haber llegado al final de esta guía! Ahora sabes que el uso de retenedores por la noche es una parte crucial y a largo plazo de tu tratamiento de ortodoncia. Como tu ortodoncista virtual, te animo a que veas esta fase no como una carga, sino como una inversión mínima para disfrutar toda la vida de esa sonrisa alineada que tanto deseabas. Cualquier duda adicional que tengas, no dudes en consultarla con tu especialista de confianza en persona.
Recuerda: una sonrisa bonita es para siempre… si la retienes. ¡Tú puedes lograrlo con constancia cada noche!
Gracias por leer y mucha suerte con tu nueva sonrisa perfecta.



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