3 abril 2025

Todo sobre la resina dental: guía completa

¿Qué es la resina dental y para qué sirve? Te lo cuento en primera persona: usos en caries y estética, tipos, duración, precio, procedimiento, cuidados y más.

Hola, soy Andrés Rubio dentista en Cleardent y a lo largo de mis años de práctica he utilizado la resina dental en infinidad de tratamientos. He notado que muchos artículos en internet se quedan cortos al explicar este tema, dejando dudas en mis pacientes. Por eso, aquí quiero contarte todo sobre la resina dental de forma clara y cercana, como si estuviéramos conversando en mi consulta. Te explicaré qué es la resina dental, para qué sirve, sus ventajas, posibles riesgos, cuánto dura, cómo es el procedimiento, qué cuidados posteriores necesita, su precio aproximado y cómo se compara con otras opciones. ¡Vamos allá!

¿Qué es la resina dental?

La resina dental, también conocida como resina compuesta o composite dental, es un material sintético utilizado para restaurar dientes dañados y mejorar su apariencia​. Básicamente, es el “empaste blanco” del que habrás oído hablar, ese que imita el color del diente para que la restauración pase desapercibida.

Como dentista, me gusta explicarlo así a mis pacientes: la resina es una especie de plastilina dental especial. Está formada por una matriz de resina plástica mezclada con partículas inorgánicas de vidrio o cuarzo​. Al combinar estos componentes logramos un material lo suficientemente duro y resistente como para masticar con normalidad, y con una apariencia muy similar al diente natural. Además, se endurece con una luz especial (luz ultravioleta), mediante un proceso llamado fotopolimerización, convirtiéndose de una masa moldeable a una estructura sólida unida al diente.

La resina dental es un material de relleno del color del diente, versátil y adhesivo, que usamos los odontólogos para reparar dientes con caries, fracturas o para hacer arreglos estéticos de manera prácticamente invisible.

¿Para qué sirve la resina dental? (Usos principales)

La resina dental tiene múltiples usos en odontología restauradora y estética gracias a su capacidad de adherirse al diente y mimetizarse con él. ¿En qué casos la utilizo en consulta? Principalmente en estos:

  • Empastes de caries (obturaciones): Es el uso más común. Si tienes una caries dental, quitaré la parte dañada del diente y rellenaré la cavidad con resina compuesta​. De este modo se detiene el avance de la caries y se recupera la forma del diente. La resina reemplaza a los antiguos empastes metálicos (amalgamas) en la mayoría de situaciones, porque se ve del mismo color que el diente.
  • Reconstrucciones dentales: Cuando un diente ha perdido un fragmento grande por una fractura o tras una endodoncia (tratamiento de nervio), la resina nos permite reconstruir la parte faltante. Devuelve la forma y función del diente de manera directa en la misma cita. Por ejemplo, he reconstruido muelas quebradas por trauma usando capas de composite hasta recrear su anatomía original.
  • Estética dental (carillas y retoques): La resina es una gran aliada en tratamientos estéticos. Podemos usarla a modo de carilla directa para cambiar la forma, tamaño o color de un diente​. ¿Tienes un diente delantero astillado, separado (diastema) o con una mancha? Con resina puedo rellenar el borde roto, cerrar el espacio entre dientes o cubrir esa manchita alterando el color, todo en una sola sesión y sin tallar mucho el diente. El resultado son dientes más alineados y blancos sin necesidad de carillas de porcelana (más adelante te cuento diferencias).
  • Selladores de fosas y fisuras: En odontopediatría y prevención, utilizamos resinas fluidas como selladores. Se colocan en los surcos profundos de las muelas sanas de niños (y adultos con riesgo de caries) para evitar que allí se acumulen bacterias. Es un procedimiento rápido y preventivo: la resina fluida sella esos surquitos y ayuda a prevenir caries en zonas propensas.
  • Reparaciones de prótesis o retenedores: Te cuento un uso menos conocido: a veces, si una prótesis dental (dentadura o “placa”) sufre una pequeña fractura, podemos utilizar resina para repararla provisionalmente. Del mismo modo, en tratamientos de ortodoncia usamos resina para pegar pequeños accesorios o reparar retenedores. Son aplicaciones más específicas, pero muestran lo versátil que es este material.

Como ves, la resina dental sirve tanto para restaurar la salud de un diente (curando caries, devolviendo estructura perdida) como para mejorar la estética de tu sonrisa (cambiar forma o color de dientes). Es muy probable que tú mismo ya tengas alguna resina en tu boca, pues es uno de los materiales más utilizados hoy en día en cualquier clínica dental​.

Tipos de resina dental

No todas las resinas son iguales; existen diferentes tipos de resina compuesta que el odontólogo elige según el caso​. Te hablaré de los principales, para que sepas que hasta en esto podemos personalizar el tratamiento:

  • Resina de microrrelleno: Tiene partículas de relleno muy pequeñas (0,01 a 0,05 µm). Por su fineza, logra un acabado estético excelente, pulido muy brillante. La usamos sobre todo en cavidades pequeñas o superficiales, o en retoques estéticos de color y forma en dientes frontales​.
  • Resina de nanorrelleno: Incorpora partículas aún más diminutas (<0,01 µm). Combina alta estética con una buena resistencia al desgaste, similar a las híbridas. Es ideal cuando buscamos lo mejor de dos mundos: fortaleza y belleza, por ejemplo en carillas directas de resina.
  • Resina híbrida: Se llama así porque mezcla partículas de distintos tamaños. Soporta muy bien la presión de la mordida​, por eso la empleamos mucho en empastes de muelas (dientes posteriores) y reconstrucciones que requieren aguantar fuerza. Es la “todoterreno” en restauraciones por caries moderadas.
  • Resina híbrida moderna (nanohíbrida): Evolución de la anterior, con mejoras mecánicas. Tiene alta resistencia al desgaste y un brillo inicial muy bueno, aunque ese brillo puede perderse más rápido con el tiempo​. Se utiliza buscando durabilidad, por ejemplo en zonas de carga, sabiendo que quizás requiera pulidos de mantenimiento para mantenerla lustrosa.
  • Resina de macrorrelleno (convencional): Fue de las primeras en desarrollarse, con partículas grandes (10-50 µm). Ya casi no la usamos, porque estéticamente es la peor (esas partículas grandes no permiten pulirla bien, se ve opaca) y tiende a desgastarse más y despegarse. Ha quedado obsoleta frente a las opciones modernas.

Como profesional, suelo explicarle al paciente que no tiene que preocuparse de elegir el tipo de resina: esa es nuestra labor técnica. Yo evaluaré el tamaño de tu cavidad, la diente que vamos a tratar y el objetivo (si es más estético o más funcional) y con eso seleccionaré la resina compuesta adecuada para que el resultado sea óptimo. En pocas palabras, todas son resinas, pero las hay más refinadas para estética, más resistentes para muelas, etc. Lo importante es que en buenas manos, cualquiera de ellas dará un excelente resultado.

Ventajas de la resina dental

Personalmente, me encanta trabajar con resina dental porque ofrece muchos beneficios para el paciente y para nosotros los dentistas. Te resumo las principales ventajas de la resina compuesta frente a otros materiales de restauración​.

  • Estética impecable: El composite tiene un color y translucidez muy similares a las del diente natural. Una vez colocado y pulido, el empaste es prácticamente imperceptible​. Esto da mucha tranquilidad a quienes no quieren que se note que llevan un “relleno” en el diente.
  • Adhesión al diente: La resina se adhiere químicamente al esmalte y la dentina mediante un sistema de grabado ácido y adhesivo. Esto permite que se fije fuerte y duradera al diente, reduciendo la necesidad de tallar demasiado. A diferencia de los empastes antiguos, donde había que hacer retenciones mecánicas, con la resina conservamos más estructura sana del diente.
  • Versatilidad de uso: Como vimos, el composite sirve para cavidades pequeñas, grandes, dientes frontales, muelas, caries, cosmética, etc.​ Pocos materiales dentales son tan polivalentes. Por eso es indispensable en cualquier clínica moderna: lo mismo nos vale para un pequeño chipped tooth que para reconstruir medio molar.
  • Tratamiento mínimamente invasivo: Relacionado con la adhesión: al no requerir grandes retenciones, podemos ser muy conservadores. Basta eliminar la caries o la parte defectuosa y podemos rellenar, preservando el máximo de diente sano. Esto es una filosofía importante: siempre es mejor salvar tejido dental, y con la resina se logra.
  • Reparabilidad: Una gran ventaja es que si en el futuro la restauración de resina se desgasta o se fractura un poco, podemos repararla fácilmente añadiendo más composite en esa zona​. Con una corona de porcelana o un empaste metálico, normalmente tocaría reemplazarlo entero; con resina muchas veces se puede parchar la zona dañada sin rehacer todo.
  • Procedimiento rápido (una sola cita): Hacer un empaste de resina suele tomar unos 20-40 minutos dependiendo del tamaño. Te vas con el diente arreglado el mismo día. No hay que mandar nada al laboratorio ni llevar provisionales, a diferencia de otras restauraciones (incrustaciones, carillas cerámicas) que requieren más visitas. Esto ahorra tiempo y molestias.
  • Compatible con todas las edades: La resina es adecuada tanto para niños, jóvenes o adultos. En mi práctica la uso desde empastes en dientes de leche de un niño de 5 años hasta reconstrucciones en dientes definitivos de personas mayores. No presenta inconvenientes particulares según la edad del paciente.
  • Biocompatibilidad y seguridad: A diferencia de la amalgama de plata, la resina no contiene metales pesados como el mercurio. Es un material libre de BPA en la mayoría de presentaciones actuales, y no hay evidencias de toxicidad en uso odontológico normal. Las partículas que la componen son biocompatibles con el organismo​. En general, es muy segura para la salud. (Las alergias son rarísimas, pero las comentaré en la sección de riesgos).
  • Coste moderado y accesible: Aunque el precio puede variar, los empastes de resina suelen tener un precio accesible comparado con alternativas más sofisticadas (por ejemplo, más económico que una incrustación de porcelana o que una carilla cerámica). Esto la convierte en una opción al alcance de la mayoría de pacientes para solucionar sus problemas dentales. Más adelante profundizaré en precios, pero adelanto que reparar un diente con resina cuesta bastante menos que hacerlo con porcelana u oro, por ejemplo.

Podría seguir alabando las ventajas (porque realmente revolucionaron la odontología restauradora), pero con estas ya te das una idea de por qué hoy en día las resinas compuestas son el material de elección para la gran mayoría de tratamientos: combinan estética, adhesión, conservación dental y comodidad. Como dentista, me dan la tranquilidad de que puedo arreglar tu diente dejándolo bonito, funcional y sin afectar partes sanas.

Desventajas y posibles riesgos de la resina dental

Ningún material es perfecto. Si bien la resina tiene muchísimos pros, también es justo que conozcas sus limitaciones o inconvenientes en comparación a otras opciones. Te comparto las desventajas o riesgos de la resina dental que explico a mis pacientes:

  • Menor durabilidad que algunos materiales: Aunque bien cuidada puede durar muchos años, la resina no es tan duradera como, por ejemplo, una amalgama metálica o una incrustación cerámica​. Estudios (y mi experiencia clínica) muestran que los empastes de composite suelen necesitar reemplazo o retoques cada 5 a 10 años en promedio​. En cambio, una amalgama bien hecha a veces supera los 15 años. Esto se debe a que la resina puede desgastarse o microfiltrarse con el tiempo, especialmente en empastes muy grandes. Es importante tener esto en mente: no duran para siempre.
  • Sensibilidad o dolor posoperatorio leve: Un empaste de resina correctamente colocado no debería doler. Sin embargo, a veces el diente puede quedar algo sensible los primeros días, especialmente si la cavidad era profunda (cercana al nervio). También, si la resina no se ajusta bien a la mordida y queda “alta”, puede provocar molestia hasta que se pula adecuadamente​. La buena noticia es que estas molestias suelen ser temporales y manejables con un ajuste o con desensibilizantes. En casos contados donde la caries era muy profunda, podría requerir un tratamiento adicional (ej: una endodoncia) si el dolor persiste. En mi práctica, siempre reviso la oclusión con papel de articular y pregunto al paciente cómo siente el diente, para minimizar este riesgo​.
  • Posible pigmentación con el tiempo: La resina compuesta puede mancharse superficialmente debido a alimentos y hábitos. Por ejemplo, si consumes mucho café, té, vino tinto, curry o si fumas, es posible que la resina vaya oscureciéndose o amarilleando ligeramente con los años​. No es que se pudra ni nada, simplemente absorbe pigmentos en su superficie. La solución es sencilla: en tus limpiezas dentales de rutina, se puede pulir la resina y recuperar su tono original en gran medida. De hecho, yo incluyo el pulido de las resinas existentes en las limpiezas de mis pacientes que son grandes consumidores de café o tabaco.
  • Técnica sensible a la humedad: Este punto es más un reto para el dentista que un “riesgo” para ti, pero vale mencionarlo. Para que la resina se adhiera bien, el campo debe estar limpio y seco durante el procedimiento​. La presencia de saliva o humedad puede interferir y hacer que el empaste falle (se despegue o se filtre) al cabo de poco tiempo. Por eso, en procedimientos con resina utilizamos aislamiento (campo de goma o dispositivos) para mantener el diente seco. En casos de cavidades bajo la encía o en pacientes con mucha saliva, colocar resina es más complejo. ¿Cómo te afecta esto? Puede implicar que el dentista necesite más tiempo o recursos para lograr un buen aislamiento, o en raros casos optar por otro material (por ejemplo, un ionómero de vidrio) si no es posible aislar. Un empaste de resina mal adherido por humedad puede filtrar y provocar caries recurrente, así que este es un factor crítico técnico.
  • No indicado para cavidades extremadamente grandes: Cuando falta gran parte del diente (por caries gigantes o fracturas muy extensas), la resina tiene sus límites. Si pretendemos reconstruir con composite una estructura mayor a cierto tamaño, el riesgo de fractura o desajuste aumenta. En estos casos, suelo recomendar alternativas más resistentes como incrustaciones de cerámica o coronas completas, que ofrecen mejor estabilidad a largo plazo. La regla que manejo es: si la destrucción abarca más de 2/3 del diente, probablemente una resina directa no sea la opción ideal, porque podría romperse al morder fuerte. Para todo lo demás más pequeño, la resina va genial.
  • Riesgo de caries recurrente por contracción marginal: Este es un detalle técnico: al polimerizar (endurecer) bajo la luz, la resina sufre una ligera contracción. Si no se manipula correctamente, pueden quedar microranuras en la unión entre resina y diente, por donde con el tiempo ingresen bacterias y se forme caries debajo del empaste (caries recurrente). Para evitarlo, los dentistas colocamos la resina en capas pequeñas y usamos técnicas adhesivas cuidadosas. Aún así, estadísticamente, la caries secundaria es una de las causas de reemplazo de resinas con los años. Esto no debería preocuparte si mantienes tus revisiones: en cada control verifico que no haya oscurecimientos en los bordes de la resina que indiquen filtración​. Si los hay, se reemplaza a tiempo.
  • Posible alergia (muy poco frecuente): En casos excepcionales, algunas personas pueden presentar reacción alérgica a componentes de la resina dental​. Los síntomas suelen ser irritación en la mucosa, enrojecimiento, hinchazón o picor en la zona de contacto. Honestamente, en más de una década nunca he visto una alergia a composite en mis pacientes, pero está documentado que existe. Si alguien sospecha alergia (por ejemplo, notan molestias atípicas tras un empaste nuevo), lo indicado es acudir al dentista: podemos evaluar y en caso necesario reemplazar la resina por otro material hipoalergénico. Insisto, es rarísimo, pero debo mencionarlo por completitud. La gran mayoría de personas toleran perfectamente la resina compuesta en su boca sin ningún problema.

A pesar de esta lista de “contras”, quiero aclarar algo: las ventajas de la resina normalmente superan a sus desventajas en la mayoría de situaciones clínicas. Cuando un caso presenta alguna de estas limitaciones (por ejemplo, un diente muy destruido, o dificultad para aislamiento), como profesional te lo haré saber y buscaremos la alternativa adecuada. Pero para una caries promedio o una reparación estética sencilla, las resinas funcionan de maravilla. Con buen mantenimiento, sus inconvenientes se minimizan muchísimo.

¿Cómo es el procedimiento para colocar resina dental?

Mucha gente le teme a la palabra empaste pensando en el torno y el dolor. Quiero tranquilizarte: colocar una resina dental suele ser rápido y prácticamente indoloro. Te describo de forma sencilla cómo es el procedimiento paso a paso, tal como lo hago en la clínica:

  • Preparación del diente: Primero, examino la zona y aplico anestesia local si es necesario. Para una pequeña caries superficial a veces ni hace falta anestesia; para caries más profundas sí la coloco para que no sientas nada. Luego, con la fresa (la “pulidora” o torno dental) elimino la caries o el tejido dañado del diente. Limpio muy bien la cavidad resultante, dejándola libre de bacterias y detritos. En esta etapa también selecciono el color de la resina que vamos a usar, comparando con una guía de tonos contra tu diente​, para que quede del color exacto.
  • Adhesión (grabado y bonding): Este es el secreto de la resina. Aíslo el diente (con rollitos de algodón o dique de goma) para mantenerlo seco. Aplico un gel ácido suave en el esmalte por unos segundos y enjuago; esto abre microporos en la superficie. Luego coloco un adhesivo dental líquido que penetra en esos microporos y, al fotopolimerizarlo con la luz, queda como una “capita pegajosa” unida al diente. Este adhesivo es el que permitirá que la resina se agarre fuertemente. Piensa que es como aplicar primer y pegamento antes del material principal.
  • Colocación y moldeado de la resina: Ahora sí, tomo la resina compuesta del tono adecuado y la voy colocando en la cavidad del diente. Su consistencia inicial es como de masilla manejable. La moldeo con cuidado con instrumentos finos, reconstruyendo la forma original del diente. Si la restauración es grande, coloco la resina en capas incrementales, endureciendo cada capa con la luz antes de añadir la siguiente; así evitamos contracción excesiva y logramos una adaptación perfecta. Me aseguro de dar la forma anatómica correcta: por ejemplo, si es una muela, esculpo los surcos y cúspides; si es un diente frontal, perfilo bien el borde o la superficie para que quede natural.
  • Fotopolimerización (endurecimiento): Durante el moldeado, uso la luz ultravioleta (lampara de fotocurado) varias veces. Esta luz azul especial endurece la resina en unos 20-40 segundos por capa​. La magia ocurre gracias a unos fotoiniciadores en el composite que reaccionan con la luz y hacen que el material pase de blando a rígido. Tras aplicar la última capa y darle forma, aplico la luz final para asegurar que toda la resina quede bien dura y adherida. En este punto, la restauración ya es estructuralmente funcional.
  • Acabado y pulido: Por último, retiro cualquier exceso de material y procedo a pulir la superficie de la resina​. Paso por varias fresas y discos de pulido de grano fino hasta dejarla suave y brillante, como el esmalte natural. Verifico la mordida con un papel especial: le pido que muerdas y movimientos, para checar que no quedó alta ni incómoda​. Si hace falta, ajusto con cuidado. Al final, muchas veces ni el paciente mismo distingue dónde está la resina al mirarse en el espejo, de lo integrada que queda con el diente.

Tiempo total: un empaste simple puede tomar apenas 20 minutos; uno grande quizá 40 minutos o algo más. Pero en una sola sesión sales con el diente arreglado. Además, desde que se termina, la resina ya está endurecida al 100%, así que puedes comer con ese diente inmediatamente (aunque por seguridad recomendamos esperar a que pase bien el efecto de anestesia para no morderte la lengua sin querer). No requiere “secarse” con el tiempo ni nada por el estilo, el proceso es instantáneo con la luz​.

El procedimiento es mínimamente invasivo y rápido. Suelo bromear que “lo más molesto suele ser el ruidito de la fresa al inicio”, pero con música de fondo y anestesia ni te enteras. Muchos pacientes se sorprenden de lo sencillo que fue todo cuando les muestro el resultado en el espejo.

(Tip: Si alguna vez te hacen un empaste y al irte notas que al morder choca primero ese diente, vuelve y díselo a tu dentista. Un simple ajuste de 2 minutos lijando un poco la resina solucionará esa altura y evitará que el diente quede sensible)​.

¿Cuánto tiempo dura la resina en los dientes?

Esta es una de las preguntas del millón cuando explico tratamientos. Y, como en muchas cosas, la respuesta es “depende”. Depende de tus hábitos, del tamaño de la restauración, de la calidad del material y colocación… Pero te daré promedios:

En mi experiencia y según literatura, una resina dental bien cuidada puede durar entre 5 y 10 años en buen estado​. ¿Por qué ese rango tan amplio? Porque he visto resinas chiquitas en dientes frontales durar más de 10 años impecables (sin cambios de color ni filtraciones), y también he visto empastes grandes en muelas necesitar cambio a los 4-5 años por desgaste en los bordes.

Los estudios muestran una vida media ~7 años para empastes de composite en molares medianos​, pero esto no significa que a los 7 años se caigan: muchos siguen ahí a los 10 años, solo que quizá con pequeños retoques o cierto oscurecimiento.

Lo importante: una resina no es para toda la vida. Conviene revisarla en cada visita de control. Si vemos en consulta que los márgenes no sellan bien o hay caries debajo, te recomendaré reemplazarla aunque no hayan pasado muchos años. En cambio, si a los 10 años sigue sellada y funcional, ¡no hay motivo para cambiarla!

También influyen tus hábitos: un paciente con bruxismo intenso que aprieta los dientes puede fracturar o desgastar su resina más pronto, mientras que otro con cuidado normal la tendrá intacta muchos años. Más abajo te hablo de cuidados para que alcance la mejor longevidad posible.

En cualquier caso, la ventaja es que reemplazar una resina es simple: se retira la antigua y se pone nueva, sin mayor complejidad. No es como un implante o algo muy caro de mantener. Piensa en la resina como en los neumáticos de un coche: vienen a cumplir su función por varios años, y cuando ya están gastados, se cambian por otros nuevos y el coche sigue funcionando. Con buenos hábitos, tardarás bastante en “gastar” tu empaste.

¿Cómo cuidar una restauración de resina dental?

Aunque la resina es resistente, tus hábitos marcarán la diferencia en cuánto se mantendrá en perfecto estado. Siempre le doy estos consejos a mis pacientes después de un empaste o reconstrucción con composite:

  • Mantén una excelente higiene bucal: Esto es clave. Cepíllate los dientes al menos dos veces al día con pasta fluorada y usa hilo dental diariamente​. Una resina bien pulida tiene una superficie lisa donde la placa bacteriana se adhiere menos, pero igual se adhiere si no la retiras. Si descuidas la higiene, puede acumularse placa en los bordes de la resina y propiciar caries alrededor. En cambio, con buena higiene evitas la caries recurrente y la resina se mantiene limpia y bonita.
  • Evita morder objetos duros: Los materiales dentales (¡y tus dientes naturales!) tienen un límite ante fuerzas extremas. No uses los dientes como herramientas: nada de abrir botellas, morder bolígrafos, hielo, huesos duros, etc.​ Morder algo demasiado duro puede astillar o fracturar la resina (igual que partiría un diente). Tampoco mastiques alimentos muy duros justo sobre ese diente restaurado los primeros días. En general, cuida tus dientes de impactos fuertes para que tanto la resina como el diente sobrevivan muchos años.
  • Modera alimentos y bebidas con mucho colorante: Café, té negro, vino tinto, refrescos de cola, curry, salsa de soya… todos estos pueden con el tiempo teñir ligeramente la resina​. No digo que los elimines, pero consúmelos con moderación y procura enjuagarte o cepillar después. Así reduces la impregnación de pigmentos. Si eres muy cafetero, quizás necesites pulidos periódicos para mantener el empaste claro.
  • No fumes: El cigarrillo es terrible para las resinas (y para tus dientes y encías en general). El humo del tabaco contiene alquitranes que amarillean o ennegrecen las restauraciones con el tiempo​. Además, el calor y químicos pueden degradar un poco la superficie. He visto empastes en fumadores empedernidos que a los pocos años parecen más oscuros que el diente. Si de por sí hay mil razones para dejar de fumar, añade esta: mantendrás tus dientes y resinas más blancas y sanas.
  • Si tienes bruxismo, usa tu guarda nocturna: Apretar o rechinar los dientes durante la noche causa un desgaste tremendo en dientes y por ende en las resinas. Si te hemos diagnosticado bruxismo, usa la férula de descarga que te indiquen al dormir​. Este protector evitará que tus resinas se fisuren o desgasten prematuramente por el rechinamiento. Igualmente, si practicas deportes de contacto, un protector bucal evitará fracturas en caso de golpes. Es mejor prevenir que lamentar.
  • Visita al dentista regularmente: No me canso de repetirlo. Ve a tus revisiones periódicas (idealmente cada 6 meses, o al menos una vez al año)​. En esas citas chequearemos todas tus restauraciones: ajustaremos lo que esté ligeramente mal, puliremos lo que esté rugoso o manchado, y detectaremos a tiempo cualquier filtración o caries incipiente junto a la resina​. Esto permite alargar la vida útil de tus empastes, porque solucionamos pequeños problemas antes de que sean grandes. Una resina controlada puede durar el doble que una abandonada hasta que duela.

Siguiendo estos cuidados, te aseguro que tus resinas se mantendrán en excelente estado por muchos años. Tengo pacientes con empastes míos de hace 8-10 años que aún están perfectos gracias a su constancia con la higiene y controles. ¡El mantenimiento es la clave! Y recuerda, la resina no requiere cuidados complicados, básicamente es lo mismo que cuidar tus dientes naturales: higiene, no abusar de hábitos dañinos, y chequeos regulares.

Comparación de la resina dental con otras técnicas de restauración

A menudo me preguntan: “Doctor, ¿la resina es lo mejor? ¿No sería mejor X opción?”. La realidad es que cada material tiene sus indicaciones. Comparemos la resina con otras alternativas comunes, para que entiendas cuándo conviene cada cual:

Resina dental vs amalgama de plata (empaste metálico)

La amalgama de plata fue durante décadas el material estándar para empastes. Seguro ubicas cuáles son: esas reconstrucciones metálicas color plata-gris que se ven en muelas de gente mayor. Hoy en día las usamos mucho menos, pero todavía tienen alguna indicación.

¿Diferencias clave? En estética gana por goleada la resina, ya que imita el color del diente y nadie nota que está ahí​. La amalgama en cambio es muy visible por su color oscuro, por eso a muchos pacientes ya no les gusta tener “tapones de metal” en la boca cuando pueden tenerlos blancos.

En adhesión: la resina se adhiere al diente, mientras que la amalgama no es adhesiva, se mantiene encajada mecánicamente. Esto significa que con amalgama hay que tallar cavidades más grandes y con retenciones (a veces quitando tejido sano) para que no se caiga. Con resina, como expliqué, somos más conservadores.

En durabilidad: aquí la amalgama suele ganar; es un material de metal que resiste muy bien el desgaste y la masticación a largo plazo​. Muchas amalgamas duran 15-20 años sin problemas, mientras que la resina promedia menos. Además, la amalgama tolera mejor ambientes húmedos al colocarse (no le afecta tanto un poco de saliva durante el procedimiento), por lo que el riesgo de filtración inicial es menor.

En biocompatibilidad: la amalgama está compuesta de una mezcla de metales (aprox. 50% mercurio, combinado con plata, estaño, cobre…)​. Aunque las autoridades dentales avalan su seguridad, existe polémica sobre la exposición al mercurio. Algunos pacientes no quieren nada de mercurio en su boca. La resina no contiene mercurio ni metales pesados, por lo que para aquellos preocupados por este tema es claramente preferible​. Además, al ser adhesiva, sella mejor y produce menos microfiltraciones que puedan generar sensibilidad postoperatoria​ (muchos recuerdan que con amalgamas a veces había sensibilidad a frío/calor por un tiempo, con resina eso es menos frecuente).

Entonces, ¿cuál es mejor? En la actualidad, yo uso resina dental en el 95% de los casos de caries. Solo consideraría amalgama quizá en una cavidad muy grande en una muela muy posterior en un paciente con higiene perfecta y ninguna preocupación estética. Y aun así, muchas veces prefiero otras soluciones antes que la amalgama. La resina ha avanzado tanto que es el reemplazo ideal de las amalgamas para la mayoría de pacientes​.

De hecho, en mi consulta he reemplazado muchas amalgamas antiguas por resinas a pedido de pacientes que desean verse mejor la sonrisa o evitar el mercurio. Quedan encantados al ver sus muelas “nuevas” del color del diente. Técnicamente, al quitar una amalgama grande y poner resina, la duración puede que no sea la misma, pero ganan en estética y tranquilidad. Con buenos controles, esas resinas van muy bien.

En resumen: Resina = estética, adhesión y biocompatibilidad; Amalgama = máxima durabilidad pero estética nula. Hoy priorizamos la estética y seguridad, así que la resina suele ser la opción preferida para empastes. Incluso organizaciones dentales promueven ir reemplazando amalgamas en lo posible​. Yo solo echo mano de una amalgama en casos muy puntuales.

Resina compuesta vs carillas de porcelana (u otros tratamientos estéticos)

Cuando hablamos de mejorar la sonrisa, la resina compite con otras técnicas de estética dental, principalmente las carillas cerámicas (porcelana). Tanto la resina como la porcelana pueden cambiar forma y color de dientes frontales, pero hay diferencias importantes:

  • Número de citas y procedimiento: Una carilla de porcelana suele requerir dos o más visitas y la intervención de un laboratorio: primero se talla ligeramente el diente, se toma impresión, se fabrica la carilla a medida (tarda varios días) y luego se cementa en otra cita. En cambio, una carilla de resina (bonding) se realiza directamente en una sola consulta. Yo mismo esculpo la resina sobre el diente, la fotocuro y listo. Por tanto, la resina ofrece resultados inmediatos, mientras que la porcelana conlleva más tiempo y pasos intermedios.
  • Invasividad y preservación dental: Las carillas de porcelana requieren generalmente un desgaste del esmalte (por mínimo que sea) para hacer espacio a la cerámica. Es un tratamiento maravilloso, pero es irreversible porque hay que tallar. En cambio, el bonding de resina puede ser totalmente directo sin tallar nada (o apenas un mínimo)​. Muchas veces agregamos resina sobre el diente intacto para cerrar un espacio o cubrir una mancha, sin limar estructura sana. Esto lo hace un enfoque más conservador o reversible: si en algún momento quisieras quitártelo, se podría remover la resina y tu diente debajo sigue casi igual.
  • Estética y resultado final: Aquí la porcelana lleva ventaja en excelencia. Una carilla bien hecha de porcelana tiene un brillo, translucidez y estabilidad de color insuperables. La resina ofrece una estética muy buena, pero quizás un ojo entrenado notará un poco menos de brillo o unas microimperfecciones con el tiempo. A corta distancia y con mucha luz, la porcelana se ve idéntica al esmalte; la resina, aunque se camufla genial, puede verse un poquito más opaca después de un par de años si no se repule. Dicho esto, te sorprendería lo natural que logran verse las resinas estéticas hoy en día. Muchos pacientes están felices con sus carillas de composite que nadie nota, salvo un dentista detallista.
  • Durabilidad y mantenimiento: Las carillas de porcelana suelen durar más: aproximadamente 10-15 años con buenos cuidados. Resisten mejor las manchas y no se rayan fácil porque la porcelana es muy dura. Las resinas estéticas en dientes frontales duran unos 5-10 años antes de que quizás haya que retocar o reemplazar​. Se pueden pigmentar o perder algo de pulido en ese lapso. Sin embargo, al ser más fáciles de reparar, a veces es preferible un retoque de resina que reemplazar una porcelana. Es decir: porcelana no se mancha pero si se astilla toca cambiar toda la carilla; resina puede mancharse o desgastarse un poco, pero la retocas en una limpieza o agregas más si se astilló un borde, sin rehacerlo completo. A largo plazo, es cierto que lo cerámico es más estable.
  • Coste económico: Aquí la resina gana por mucho. Una carilla de porcelana es bastante más cara (implica laboratorio, material caro y más tiempo del especialista). El bonding con resina es más económico​, a veces por una fracción del coste de la porcelana. Por ejemplo, en nuestra región, una carilla cerámica puede costar varios cientos de euros por diente, mientras que una restauración estética de composite suele costar bastante menos. Así que para muchos pacientes, la resina compuesta es la alternativa accesible para lograr mejoras estéticas sin arruinarse el bolsillo.

¿Cuál elegir entonces? Como dentista, ofrezco ambas opciones según el caso y las expectativas. Si buscas “perfección” en color y durabilidad y no te importa invertir más y tallar un poco el diente, unas carillas de porcelana bien hechas son el gold standard. Pero en muchos casos, la resina compuesta logra resultados excelentes de forma más conservadora y económica. Por ejemplo, en un paciente joven con diastemas (separaciones) yo prefiero cerrar los espacios con resina, porque quizás en 10 años quiera otro tipo de tratamiento y mientras tanto no dañé sus dientes. Si a ese mismo paciente le hiciera carillas cerámicas, conseguiría una sonrisa de revista, sí, pero ya implica un compromiso permanente.

En mi práctica, suelo decir: “La porcelana es un material fantástico, pero la resina bien manejada puede dar un resultado muy cercano por mucho menos coste biológico y económico”. Además, siempre podemos empezar con resina, ver cómo te sientes, y más adelante si quieres algo definitivo de mayor duración, pasarte a porcelana. Muchos pacientes quedan tan contentos con las resinas que ya ni ven necesario el cambio.

Otras comparaciones breves

  • Resina vs incrustación de cerámica/composite (onlay/inlay): Una incrustación es como un empaste hecho en laboratorio (puede ser de cerámica o también de composite prensado) que luego se cementa al diente. Suele usarse en cavidades grandes. Comparado con la resina directa: la incrustación cerámica ofrece mejor ajuste en piezas muy destruidas y mayor duración, pero es más cara y requiere dos citas. La incrustación de resina prensada tiene propiedades similares a la cerámica. En grandes destrucciones, a veces recomiendo una incrustación para asegurar resistencia, pero si la destrucción no es tan masiva, prefiero moldear la resina directamente en boca y ahorrarle al paciente tiempo y dinero.
  • Resina vs corona dental: Una corona (funda) cubre todo el diente, se usa cuando la estructura remanente es mínima. Si estamos considerando poner una corona, es porque la porción de diente sano es muy escasa. En esos casos la resina ya no compite: simplemente no se puede rellenar todo un diente con resina si apenas queda diente, toca protegerlo con una corona. Así que la comparación es que la resina sirve hasta cierto punto de destrucción, superado ese punto, la corona es la única opción fiable. Siempre intentaremos restaurar con resina u onlay mientras se pueda, antes de tallar para corona.

En conclusión, la resina dental es generalmente la primera opción para restauraciones pequeñas y medianas y para mejoras estéticas moderadas, dada su combinación de estética, adhesión y sencillez. Materiales como porcelana o metal se reservan para casos donde la resina no alcanza (por tamaño, por exigencia estética máxima, o por preferencia del paciente). Como profesional, te orientaré hacia la opción que te brinde el mejor equilibrio entre conservar tu diente, que luzca bien, que funcione duradero y que se ajuste a tu presupuesto. Muchas veces la respuesta será “resina compuesta”, y otras veces será “mejor una incrustación” o “mejor una carilla de porcelana”, dependiendo de tu situación particular.

Lo importante es que ahora conoces las diferencias y sabes que la resina es una herramienta extraordinaria, pero no la única. Cada técnica tiene su momento adecuado, y la clave está en individualizar la decisión para cada paciente.

Como has podido leer, la resina dental es un material muy versátil que puede solucionar desde una pequeña caries hasta una reconstrucción estética compleja. En primera persona te he compartido mis conocimientos y experiencia, porque quiero que tomes decisiones informadas sobre tu salud bucal.

A modo de cierre te digo: la resina compuesta, bien indicada y bien realizada, te dará grandes satisfacciones. Es económica, práctica y deja tu diente como nuevo y de aspecto natural. Espero que ahora sí conozcas todo sobre la resina dental y que esta guía te haya sido útil para aclarar tus dudas. Si aún te queda alguna pregunta, aquí abajo respondo las preguntas frecuentes que suelen hacerme mis pacientes sobre este tema.

Preguntas frecuentes sobre la resina dental

¿Cuánto dura una resina dental antes de necesitar reemplazo?

Con buenos cuidados, entre 5 y 10 años suele durar un empaste de resina dental en perfecto estado. Algunos pueden durar más, y otros menos si las condiciones no son ideales. Factores como tu higiene, hábitos (dieta, bruxismo, fumar) y el tamaño del empaste influirán. Lo importante es hacerse revisiones periódicas: el dentista detectará cuándo hay que reemplazarla. No esperes a que se caiga sola (no siempre ocurre); generalmente se cambia cuando se ve filtración o desgaste excesivo, aunque tú no notes nada.

¿El procedimiento de poner resina dental duele o puede doler después?

Durante el procedimiento no deberías sentir dolor, ya que se usa anestesia local si la cavidad es profunda. Notarás vibración y ruido de la fresa al limpiar la caries, pero sin dolor. Tras colocar la resina, el diente puede quedar algo sensible al frío o la mordida por unos días, especialmente si la caries era grande. Esto es normal y suele resolverse solo. Si el dolor persiste o aumenta tras una semana, debes volver al dentista, pues podría indicar que el empaste quedó alto o cercano al nervio y necesite ajuste o tratamiento adicional​. En general, es un tratamiento rápido e indoloro; muchos pacientes se sorprenden de lo poco que molesta.

¿La resina dental se mancha con el tiempo?

Sí, puede teñirse ligeramente con ciertas sustancias a lo largo de los años​. El café, té, vino tinto, tabaco y otros agentes pueden oscurecer la superficie de la resina (al igual que manchan tus dientes naturales). La buena noticia es que estas manchas suelen ser superficiales: tu dentista puede pulir la resina periódicamente para devolverle su color original​. Además, las resinas modernas son cada vez más resistentes a la pigmentación. Si cuidas tu alimentación y evitas fumar, la resina mantendrá su color muchos años. Y si notas que perdió algo de brillo o color, coméntalo en tu limpieza dental para que la pulan y quede como nueva.

¿Qué pasa si se rompe o se cae un empaste de resina?

Si una resina se fractura, se despega o se cae, lo primero es acudir al dentista lo antes posible. Al faltar el relleno, queda expuesta la cavidad en el diente y pueden entrar restos de comida y bacterias, provocando sensibilidad o caries nuevamente​. Antes de ir al odontólogo, mantén muy limpia la zona: cepilla suave y enjuaga; si algún fragmento de resina quedó suelto en el diente, puedes retirarlo con cuidado. No intentes pegarlo por tu cuenta, espera a la revisión profesional. En consulta, evaluaremos si se puede simplemente reponer la resina faltante (muchas veces sí) o si hay que colocar una nueva restauración completa. No dejes pasar tiempo con un empaste roto, porque el diente está desprotegido y podrían aparecer molestias o infecciones​.

¿Se pueden reemplazar las amalgamas viejas por resina blanca?

, es un procedimiento bastante común. Muchos pacientes optan por cambiar sus empastes de amalgama de plata por resinas del color del diente por estética o tranquilidad (adiós mercurio). Técnicamente se realiza retirando cuidadosamente la amalgama antigua y colocando composite en la cavidad, todo en la misma cita. Es importante que lo haga un profesional con aislamiento adecuado, para retirar la amalgama de forma segura. Tras el cambio, notarás inmediatamente la diferencia estética: la muela queda del color natural, como si nunca hubiese tenido caries. Ten en cuenta que la resina quizá tenga que reemplazarse a los años como explicamos, mientras que una amalgama podía durar más. Pero la mayoría considera que vale la pena por estética y salud.

¿Es la resina compuesta adecuada para niños?

Totalmente. En odontopediatría usamos resinas compuestas para tratar caries en dientes de leche y definitivos en niños. Ofrece la ventaja de ser rápida de colocar (importante con los peques) y estética, para que no se vean empastes metálicos. Incluso existen resinas de colores especiales para niños, pero yo prefiero las del color diente para que se acostumbren a ver su sonrisa normal. Eso sí, en niños muy pequeños o en ciertas caries extensas se puede optar por materiales alternativos (como coronitas de acero inoxidable o ionómeros de vidrio) según el caso. Pero, en general, la resina es segura y efectiva en pacientes infantiles. De hecho, los selladores preventivos que aplicamos en molares para evitar caries están hechos de resina fluida. Así que sí, tus hijos pueden beneficiarse de las resinas para mantener sus dientecitos sanos hasta la adultez.

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Andrés Rubio cleardent
Odontólogo
Con una sólida formación en odontología general y especialización en estética dental y prótesis sobre implantes, el Dr. Andrés Rubio Palomino brinda un cuidado dental integral y estético en Clínicas Cleardent. Desde 2019, destaca por su enfoque en la mejora continua y su dedicación al aprendizaje, ofreciendo tratamientos que realzan la sonrisa de sus pacientes. Con un estilo de trabajo cercano y responsable, el Dr. Rubio acompaña a cada paciente desde la consulta inicial hasta el final de su tratamiento, asegurando una experiencia de calidad y confianza.

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