
Desde la medicina integrativa, cada diente forma parte de un sistema interconectado: una infección dental crónica puede afectar órganos distantes, y una disfunción en un órgano puede reflejarse en un diente concreto.

Descubre remedios caseros y naturales para aliviar la disfagia y mejorar la deglución. Te explicamos las causas comunes, cómo influye la ansiedad y cuándo es necesario acudir al médico.

Hola, soy consciente de lo frustrante que puede ser la disfagia, esa incómoda dificultad para tragar que puede aparecer por distintas causas. En primera persona te confieso que entiendo tu situación: ver que un simple acto de comer o beber se vuelve complicado puede generar ansiedad y afectar tu calidad de vida. Pero quiero decirte algo importante: no estás solo/a en esto, y existen varios remedios caseros y consejos prácticos que pueden ayudarte a sobrellevar la disfagia en casa.
En este artículo te explicaré de forma sencilla qué es la disfagia, por qué ocurre, y compartiré mis mejores consejos y terapias caseras para la deglución. Hablaremos de cambios en la alimentación, ejercicios fáciles, trucos naturales y cuándo es necesario buscar ayuda médica. Mi objetivo es que, al terminar de leer, te sientas más tranquilo/a y con herramientas útiles para mejorar tu capacidad de tragar día a día. ¡Vamos a ello!
La disfagia es un término médico que significa básicamente dificultad para tragar alimentos o líquidos. En otras palabras, la persona siente que el bolo alimenticio «no baja» correctamente por la garganta o el esófago. Puede manifestarse de formas muy variadas: desde una ligera sensación de atasco o de tener un nudo en la garganta, hasta la imposibilidad de tragar nada, pasando por episodios de tos o atragantamiento al intentar comer.
En mi experiencia, es importante aclarar que la disfagia no es una enfermedad por sí misma, sino un síntoma de algo más. Puede deberse a múltiples causas:
¿Por qué es importante saber esto? Porque los remedios caseros ayudarán principalmente a aliviar los síntomas y a facilitar la deglución, pero si la disfagia es severa o persistente, siempre debemos buscar la causa subyacente con un médico. Más adelante te diré cuándo es esencial acudir al especialista. Ahora sí, veamos qué puedes hacer en casa para mejorar la situación.
A continuación, te presento una lista de remedios caseros y consejos que personalmente recomiendo para sobrellevar la disfagia. Estas soluciones naturales para la disfagia abarcan desde cambios sencillos en tu dieta hasta ejercicios y trucos que puedes probar en casa. Puedes combinarlos según tu caso; recuerda siempre escuchar a tu cuerpo y tener precaución. ¡Vamos uno por uno!
Uno de los remedios más simples pero efectivos es beber suficiente líquido. Asegúrate de tomar por lo menos 1.5 a 2 litros de agua al día (a sorbos pequeños si es necesario). Una buena hidratación mantiene las mucosas de tu boca y garganta húmedas, lo cual facilita enormemente el tragar. Cuando estamos deshidratados, la saliva es más espesa y cuesta más iniciar la deglución.
Las gárgaras son otro clásico dentro de las terapias caseras para la deglución dificultosa, especialmente cuando hay irritación o inflamación en la garganta. ¿Por qué sirven? Al hacer gárgaras conseguimos limpiar y estimular la zona de la faringe, reduciendo mucosidad y mejorando temporalmente la sensibilidad para tragar.
Ten precaución de no atragantarte al hacer gárgaras: no eches la cabeza demasiado hacia atrás, sólo lo justo, y expulsa el líquido en cuanto sientas reflejo de tragar. Recuerda que la idea es hacer gárgaras y escupir, no ingerir esa mezcla.
Si tu disfagia está relacionada con sequedad o con congestión (por ejemplo, tras una gripe o resfriado), las inhalaciones de vapor pueden ser un gran aliado casero. El vapor de agua tibia humedece las vías respiratorias y la garganta, haciendo que tragar sea menos molesto.
Puedes repetirlo un par de veces al día, por ejemplo, por la mañana y antes de dormir. Es una técnica sencilla pero que proporciona alivio notable, similar a cuando tomas una ducha caliente y «se te destapan» las vías respiratorias.
El uso de compresas térmicas en la zona del cuello es un remedio casero que puede parecer sorprendente, ¡pero funciona! Tanto el calor como el frío local pueden ayudar según el caso:
Tanto el calor como el frío no van a curar la causa de la disfagia, pero te pueden dar un respiro sintomático. Úsalos a conveniencia: si notas el cuello tenso o con espasmos, mejor calor; si lo sientes inflamado o pulsátil, mejor algo de frío.
Uno de los aspectos más importantes para manejar la disfagia en casa es la forma en que comes y qué comes. Aquí entran las recomendaciones de alimentación para disfagia, que básicamente buscan hacer los alimentos más fáciles de tragar y evitar aquellos que puedan provocarte atragantamientos o molestias.
La forma cómo comes influye mucho en la disfagia. Aquí van algunos consejos de postura y hábitos durante las comidas que marcan una diferencia:
Crear un ambiente relajado, sin prisa, es parte del «remedio». El estrés y la ansiedad empeoran la disfagia, así que pon música suave si te gusta, respira hondo entre bocados y date ánimos mentales de que lo estás haciendo bien.
Existen algunos ejercicios sencillos que puedes realizar en casa para fortalecer los músculos implicados en la deglución (lengua, garganta) y mejorar la coordinación al tragar. Estos ejercicios suelen enseñarlos los terapeutas de lenguaje o logopedas, pero te compartiré un par básicos:
Estos ejercicios no son una cura mágica, pero practicados a diario pueden fortalecer tu capacidad de tragar. Recuerda que si tu disfagia es severa o de origen neurológico, lo ideal es que un profesional (un logopeda o foniatra) te indique un plan de ejercicios personalizado. Aun así, los mencionados arriba son generales y seguros de hacer en casa.
Además de lo mencionado, quisiera hablarte de algunos remedios naturales que tradicionalmente se han usado para mejorar problemas al tragar o aliviar molestias en la garganta y el esófago:
En general, cualquier remedio antiinflamatorio natural o que lubrique la garganta vale la pena probarlo (siempre y cuando no te cause alergias o interacciones). Por supuesto, no fumes ni bebas alcohol ya que irritan más la garganta y empeoran la disfagia – eso cuenta como «remedio» también: evitar irritantes.
Aunque estoy enfocándome en remedios caseros, quiero dejar muy claro que hay situaciones en las que debes buscar ayuda médica sin dudarlo. La disfagia puede ser síntoma de algo serio, y tu seguridad es lo primero. ¿Cuándo es el momento de dejar los remedios caseros y acudir al médico?
En todos esos casos, los remedios caseros son apoyo, pero no sustituyen la atención médica. Personalmente siempre le digo a quien padece disfagia: «No te resignes a vivir con ello sin saber por qué ocurre». Usa estos consejos para aliviar tu día a día, pero busca un diagnóstico si la dificultad persiste o empeora.
A continuación respondo algunas preguntas frecuentes que suelen tener las personas acerca de la disfagia y sus tratamientos caseros.
La disfagia en sí es un síntoma, no una enfermedad única. Su cura depende de tratar la causa subyacente (por ejemplo, si es por reflujo, mejorar el reflujo; si es por un ACV, rehabilitación; si es por ansiedad, terapia, etc.). Los remedios caseros no van a “curar” la disfagia de raíz cuando hay una causa médica importante, pero sí pueden aliviar los síntomas y mejorar tu capacidad de tragar en el día a día. En casos de disfagia leve o transitoria (por ejemplo, tras una gripe), estos consejos caseros podrían hacer que prácticamente desaparezca el problema. En disfagias crónicas, las medidas caseras son un complemento para mejorar tu calidad de vida, pero seguramente necesites también tratamiento médico o rehabilitación.
En general, se recomiendan los alimentos blandos, húmedos y homogéneos. Por ejemplo: purés de verduras, compotas de frutas, papillas, sopas crema, guisos muy bien cocidos y desmenuzados, tortillas muy jugosas, pescado al vapor desmigado, yogures, flanes, pudines. También es recomendable añadir salsas o caldos a los alimentos para humedecerlos (por ejemplo, mojar el pan en sopa en vez de comerlo seco). Los batidos nutritivos y smoothies son excelentes para aportar calorías y proteínas de forma fácil de tragar (puedes licuar fruta con yogur, avena molida, etc.). Y no olvides los líquidos espesados si tienes dificultad con líquidos claros: un vaso de agua es más seguro si le añades espesante para lograr consistencia de néctar.
Debes evitar aquellos alimentos que tengan texturas difíciles: los muy secos (pan duro, frutos secos enteros, galletas secas tipo crackers a menos que las remojes), los fibrosos (carnes muy fibrosas, ciertos vegetales crudos como apio, que cuestan un montón de masticar), los granulados (arroz suelto, maíz, guisantes enteros, cualquier cosa en granitos sueltos), y los pegajosos (mantequilla de maní, plátano muy maduro y pastoso, quesos muy chiclosos). También cuidado con mezclas como cereales con leche, sopas con trozos, etc., que pueden separarse en boca y causar atraganto. En cuanto a sabores, si tienes irritación en la garganta, evita picantes, ácidos fuertes o muy condimentados que pueden empeorar el dolor (ej: salsas picantes, vinagre fuerte, cítricos concentrados). Y, por supuesto, nada de alcohol cuando comes (el alcohol entumece la garganta y también puede dificultar la coordinación al tragar) y nada de bebidas con gas que pueden provocar regurgitación.
Sí, hay varios ejercicios de deglución y orofaciales que pueden ayudar. Ya comentamos algunos en este artículo: ejercicios de lengua (movimientos y estiramientos de la lengua), tragar saliva repetidamente, ejercicios de fuerza (empujar la lengua contra el paladar), vocalizar, etc. Otro ejercicio común es el «Mendelssohn» (se aprieta la musculatura de la garganta al tragar y se mantiene la nuez de la garganta elevada unos segundos antes de soltar). Pero ojo: conviene aprenderlos con un logopeda para hacerlos correctamente. En casa, puedes también practicar técnicas como la de doble deglución (tragar dos veces seguidas cada bocado, para asegurar que pasó todo) o la de chin-tuck (tragar con barbilla hacia abajo). Estos ejercicios y técnicas, repetidos a diario, suelen mejorar un poco la función deglutoria con el tiempo. La clave es la constancia y, si es posible, la guía de un profesional.
Debes consultar si la disfagia es frecuente o va en aumento, o si viene con otros síntomas preocupantes. En la sección anterior te detallo las señales de alarma: pérdida de peso involuntaria, atragantamientos muy seguidos, dolor fuerte al tragar, sensación de obstrucción, o síntomas neurológicos asociados. También si la dificultad para tragar persiste más de 2 a 4 semanas sin causa clara. En resumen, si notas que tu vida diaria se ve afectada (por ejemplo, dejas de comer ciertos alimentos por miedo, o tardas una hora en cada comida) es momento de buscar ayuda profesional. El médico podrá derivarte a un especialista (otorrino, gastroenterólogo o neurólogo, según sospecha) y harán pruebas para encontrar la causa y tratarla. No tengas vergüenza ni lo dejes pasar: la disfagia no diagnosticada puede conllevar riesgos serios, así que mejor prevenir.
La disfagia puede ser abordada por distintos especialistas según su origen. Inicialmente puedes acudir al médico de cabecera, quien evaluará y probablemente te derive. Si sospechan problema en la garganta o neurológico, un otorrinolaringólogo o un neurólogo podrían involucrarse. Si parece un tema esofágico o digestivo, entonces un gastroenterólogo es el indicado. Además, en el tratamiento suelen participar logopedas / fonoaudiólogos (terapeutas del lenguaje) especializados en rehabilitación de la deglución: ellos te enseñarán ejercicios y técnicas. En casos complejos también dietistas y nutricionistas clínicos ayudan a planificar la dieta adecuada. Así que, no hay un único “doctor de la disfagia”; es un trabajo de equipo médico.
Sí, los niños también pueden sufrir disfagia (por ejemplo, algunos con parálisis cerebral, fisura palatina, trastornos neurológicos o simplemente dificultades en el desarrollo de la deglución). Los principios básicos de cuidado son similares: adaptar la textura de sus alimentos (papillas más ralas o más espesas según necesiten), enseñarles con paciencia a masticar y tragar, y asegurar una postura correcta (a veces con ayuda de cojines especiales). Sin embargo, en niños es aún más importante la supervisión profesional. Nunca force a un niño a comer si nota que no puede tragar bien; mejor buscar orientación de un pediatra y un logopeda pediátrico. Muchos niños con disfagia mejoran con terapia y a medida que crecen. En casa puedes hacer que la comida sea un momento relajado, no presionarlos y aplicar también lo de bocados pequeños, líquidos espesados si hace falta, etc. Y por supuesto, vigilar muy bien para evitar atragantamientos (estar siempre presente mientras come).
Espero que estos remedios caseros para la disfagia y consejos te sean de ayuda. Mi recomendación final es: ten paciencia contigo mismo/a, celebra los pequeños progresos (como acabar un plato de puré sin toser, ¡bravo!) y combina estos cuidados en casa con el seguimiento médico adecuado. Con el tiempo, es posible mejorar y retomar el placer de comer con más seguridad.
Recuerda, estoy contigo en este camino de buscar soluciones naturales para la disfagia. ¡Mucho ánimo y a poner en práctica estos consejos desde hoy mismo!



Desde la medicina integrativa, cada diente forma parte de un sistema interconectado: una infección dental crónica puede afectar órganos distantes, y una disfunción en un órgano puede reflejarse en un diente concreto.


Te explicamos cómo puede afectar el cambio de hora en tu salud bucodental y por qué tienes que estar atento a este problema


La retracción gingival es uno de los problemas periodontales más frecuentes en la práctica odontológica moderna. Este fenómeno, caracterizado por la pérdida progresiva del tejido de las encías que deja expuestas las raíces dentales, afecta tanto a la funcionalidad como a la estética de la sonrisa.


En cada milímetro de tu cavidad bucal habita un ecosistema extraordinariamente complejo y dinámico. La microbiota oral constituye la segunda comunidad microbiana más abundante del cuerpo humano, solo superada por la intestinal. Este universo microscópico alberga millones de microorganismos que desempeñan funciones esenciales para nuestra salud, no solo bucal sino también sistémica. Un solo diente […]


Cuando surge un problema dental grave fuera del horario habitual, el dolor y la preocupación pueden ser abrumadores. Saber dónde encontrar urgencias dentales 24 horas cerca de mí en España puede marcar la diferencia entre una resolución rápida y horas de sufrimiento innecesario.


La parestesia es una alteración de la sensibilidad que provoca hormigueo o adormecimiento. Descubre sus causas, síntomas y tratamientos.


Guía completa sobre dentadura postiza: tipos, precios desde 400€, cuidados, ventajas e inconvenientes. Comparativa con implantes dentales. Información profesional 2025


Descubre qué es la vitamina K2 y para qué sirve en tu salud dental y ósea. Los expertos de ClearDent te explican sus beneficios esenciales.

