
Descubre cómo las familias numerosas pueden cuidar la salud dental infantil con organización, prevención y ayudas disponibles. Consejos prácticos para mantener sonrisas sanas en todos los hijos

¿Sabías que los dientes de leche tienen varios nombres? Descubre cómo se llaman, por qué son importantes y cuándo se caen. Una guía completa sobre la dentición temporal.

Un diente de leche es una de las primeras piezas dentales que aparece en la infancia. También se le llama diente temporal, deciduo o primario. Estos dientes se reemplazan por los definitivos entre los 6 y 12 años de edad.
Un diente de leche es simplemente uno de los primeros dientes que tenemos en la infancia. También se les llama dientes temporales o dientes primarios, porque efectivamente no son permanentes: están destinados a caerse para ser sustituidos por los dientes definitivos más adelante. Los odontólogos usan a veces el término técnico “dentición decidua” para referirse a este primer juego de dientes. En lenguaje cotidiano, todos conocemos estas piezas como dientes de leche, un nombre curioso del que hablaremos enseguida.
Ahora bien, ¿por qué se llaman dientes de leche? Existen varias teorías y creencias populares sobre el origen del nombre. Una de las ideas más difundidas (aunque equivocada) es que estos dientes se forman a partir de la leche materna, debido a que aparecen en la época de lactancia del bebé. En realidad, los dientes de leche se forman igual que los permanentes, a partir de calcio y otros minerales durante el desarrollo del feto en el vientre materno. Entonces, ¿de dónde viene el nombre? La explicación más aceptada es su color blanco brillante, más blanco “lechoso” que el de los dientes adultos. Los dientes temporales tienen una capa de esmalte más delgada y eso les da un tono blanco más opaco, lo que llevó a asociarlos con la leche. Además, el hecho de que sean temporales refuerza la necesidad de distinguirlos de los dientes permanentes: llamarlos “de leche” nos recuerda que son provisionales y que serán “reemplazados” al terminar la infancia.
Un diente de leche es un diente temporal, llamado así por su color y por aparecer en la etapa de alimentación láctea, pero no está hecho de leche. Puedo asegurarte que, en mi día a día en Cleardent, esta es una de las primeras curiosidades que aclaramos a los padres primerizos, derribando mitos y explicando la verdadera razón detrás del nombre.
A veces oigo decir: “Total, se le van a caer, ¿importa tanto cuidarlos?”. ¡Claro que importa! Los dientes de leche cumplen funciones esenciales en el crecimiento del niño. Sirven para masticar correctamente los alimentos desde pequeño, lo que ayuda a una buena nutrición y digestión. También ayudan en el habla: ciertos sonidos (como la “t” o la “s”) se articulan apoyando la lengua en los dientes frontales, por lo que esos dientecitos facilitan que tu hijo aprenda a hablar con claridad. Además, están ligados a la estética y la autoestima del niño: una sonrisa sana le permite sonreír sin complejos desde sus primeros años.
Pero quizás la función más importante de los dientes de leche es que guardan el espacio para los dientes permanentes que vendrán después. Piensa que la boca de un niño es pequeña; esos primeros 20 dientes actúan como “marcadores” en las encías para que los dientes definitivos sepan por dónde salir más adelante. Mantienen el espacio y guían la erupción de los nuevos dientes, asegurando que estos crezcan alineados y en la posición correcta. Si un diente de leche se pierde antes de tiempo (ya sea por un golpe o por una caries), el diente definitivo puede salir torcido o fuera de lugar, o los dientes vecinos podrían moverse y provocar apiñamiento.
En Cleardent, hemos visto muchas veces que descuidar un diente de leche puede traer problemas a futuro: caries que afectan al diente permanente que se estaba formando debajo, desalineaciones que luego requieren ortodoncia, etc. Por eso insistimos tanto en la importancia de cuidar estos dientes temporales. Aunque “se vayan a caer”, son la base de la sonrisa adulta de tu hijo. Nuestra experiencia en clínicas Cleardent nos ha enseñado que un niño con dientes de leche sanos tiene muchas más probabilidades de ser un adulto con dientes sanos. Nunca subestimes a estos pequeños guardianes de la sonrisa.
La aparición de los primeros dientes es todo un acontecimiento (¡aunque a veces venga con babas y molestias!). Normalmente, el primer diente de leche asoma alrededor de los 6 meses de edad del bebé. En muchos bebés ocurre entre los 6 y 10 meses, empezando casi siempre por los incisivos centrales inferiores (las paletitas de abajo). Poco después salen los dos incisivos centrales de arriba, y así sucesivamente irán apareciendo los demás dientes. Cada niño lleva su propio ritmo: algunos empiezan a los 5 meses, otros quizá hasta los 8 o 9 meses para su primer diente. ¿Y si mi bebé tarda más? Por lo general no debe cundir el pánico; la cronología puede variar. En Cleardent solemos tranquilizar a los padres primerizos diciéndoles que hasta los 12-14 meses puede considerarse normal la erupción del primer diente. Si pasado ese tiempo no hay señales, un odontopediatra podrá valorar si todo marcha bien, pero en la gran mayoría de los casos es cuestión de paciencia.
Lo habitual es que entre los 2 y 3 años de edad el niño ya haya completado su dentición de leche. Es decir, hacia los 30-36 meses debería tener sus 20 dientes de leche completos (10 arriba y 10 abajo). Estos 20 dientes temporales incluyen:
Notarás que en esa lista no mencionamos premolares. Eso es porque los niños no tienen premolares; esas muelas pequeñas aparecen solo en la dentición permanente, ocupando el lugar donde estuvieron los molares de leche. En otras palabras, los molares de leche serán reemplazados por premolares permanentes, y luego las muelas de adulto (molares permanentes grandes) saldrán más atrás en la boca. Pero no nos adelantemos aún.
Cada diente de leche suele emerger con su par simétrico: es decir, si sale un incisivo en el lado derecho, pronto asomará su equivalente del lado izquierdo. En la clínica, siempre reviso que la erupción vaya siendo simétrica; si un diente tarda mucho más que su par, conviene evaluarlo. En Cleardent, por ejemplo, ofrecemos seguimiento personalizado de la dentición: nos aseguramos de que los dientes salgan a su debido tiempo y en orden, y si notamos alguna asimetría marcada o ausencia, lo investigamos para prevenir problemas mayores. Por fortuna, la mayoría de los peques completan sus dientes de leche sin complicaciones, ¡y con una sonrisa que derrite a cualquiera en cada foto de sus 3 añitos! Ese momento en que tu hijo tiene su dentadura de leche completa es digno de celebrar.
La dentición puede traer días agitadillos tanto para el bebé como para los papás. Antes de ver el diente asomando, seguramente notarás síntomas de la erupción: el bebé babea más de lo habitual, se lleva todo a la boca para morder, está algo más irritable o le cuesta dormir. Las encías pueden verse enrojecidas o inflamadas, e incluso puede rechazar la comida o el biberón porque le molesta masticar. Algunos bebés presentan un leve aumento de temperatura (décimas, no suele ser fiebre alta) y otros quizás ni se inmutan. Cada niño es un mundo.
Como madre y dentista, sé lo duro que puede ser ver al bebé incómodo por la salida de un diente. ¿Qué podemos hacer? En casa se pueden hacer masajes suaves en la encía con un dedo limpio o con un mordedor frío (de esos refrigerantes especiales para dentición). Eso alivia un poco la molestia. También hay geles específicos para encías de bebé, pero es mejor consultarlo con el pediatra antes de usarlos. Y, por supuesto, muchísimo cariño y paciencia: ¡esto también pasará! En Cleardent, nuestros odontopediatras siempre dan estos consejos a los papás primerizos, e incluso recomendamos realizar la primera visita dental alrededor del primer cumpleaños del bebé o cuando sale su primer diente, para revisar que todo esté bien y orientarte en estos cuidados iniciales.
Así como llegan, algún día estos dientes de leche tendrán que decir adiós. La caída de los dientes de leche forma parte natural del crecimiento de tu hijo. Por lo general, empieza alrededor de los 5 o 6 años de edad. Muchos niños de kindergarten ya lucen orgullosos esa ventanita en la sonrisa cuando se les cae su primer incisivo. De nuevo, los primeros en caerse suelen ser los incisivos centrales inferiores (los mismos que salieron primero) alrededor de los 6 años. Luego les seguirán los incisivos centrales superiores, después los laterales, los primeros molares, los caninos y por último los segundos molares. Es un proceso escalonado que ocurre a lo largo de varios años, más o menos hasta los 11-12 años, cuando la mayoría de niños ya han cambiado todos sus dientes de leche por permanentes.
Aquí hay una cosa interesante: tenemos 20 dientes de leche pero acabaremos con 32 dientes permanentes. ¿Cómo es eso posible? Sucede que hay 12 dientes permanentes que no sustituyen a ninguno de leche, sino que nacen donde no había diente antes. Ocho de esos “nuevos” permanentes son los molares que aparecen al fondo de la boca (cuatro primeros molares hacia los 6 años, y cuatro segundos molares hacia los 12 años aproximadamente). Los 4 restantes son las famosas muelas del juicio (terceros molares), que ya salen en la juventud, aproximadamente entre los 17 y 25 años, si es que llegan a salir. En resumen, tu hijo pasará de 20 piezas infantiles a 28 piezas adultas para cuando sea adolescente, y posiblemente a 32 ya en su vida adulta si erupcionan las del juicio. ¡Toda una transformación!
La etapa en que conviven dientes de leche con dientes permanentes se llama dentición mixta. Seguro reconocerás a tu hijo en esa fase: mezcla dientes nuevos más grandes con otros más pequeñitos de leche, e incluso algún “hueco” pendiente de rellenar. Es importante en esta etapa continuar con buenas rutinas de higiene y controles, porque es justo cuando los dientes permanentes están acomodándose. En Cleardent, durante la dentición mixta, prestamos mucha atención a la alineación: si notamos algún problema (por ejemplo, que un diente definitivo salió torcido por falta de espacio), podemos actuar tempranamente con ortodoncia interceptiva o simplemente vigilando la evolución. La caída de un diente de leche debe ocurrir en su momento justo: ni muy temprano ni muy tarde.
No puedo dejar de mencionar la parte emocional y cultural de este hito: cuando se cae un diente de leche, los niños viven una mezcla de emoción y nervios. ¡Es el momento de la visita del Ratoncito Pérez! En España y Latinoamérica tenemos esa bonita tradición: el niño deja su diente bajo la almohada y el Ratoncito (o Hada de los Dientes, en otras culturas) se lo lleva dejando a cambio una monedita o detalle. Como dentista, me gusta aprovechar esta ilusión para reforzar hábitos positivos: por ejemplo, decirle al peque que el Ratoncito Pérez aprecia los dientes limpios y sanos, así que conviene cepillarlos bien cada noche. Esto convierte el cuidado dental en algo divertido. Al final, la caída de los dientes de leche marca el crecimiento de tu hijo, y acompañarla con cariño (y un poquito de magia) la hace más llevadera para todos. Recuerdo una paciente en Cleardent que estaba tan contenta con la llegada del ratoncito que ¡hasta quería que se le cayeran más dientes!
A pesar de todos nuestros cuidados, los dientes de leche pueden presentar problemas similares a los de los adultos, e incluso algunos específicos de la infancia. Los más comunes que veo en la consulta son:
Ahora que conocemos la importancia de estos dientecitos, hablemos de cómo cuidarlos bien desde el día cero:
Siguiendo estos consejos, estarás protegiendo la dentición de leche de tu hijo de la mejor manera posible. Y lo más importante: estarás sembrando hábitos que durarán toda la vida. Cada cepillado cuenta, cada visita al dentista importa, porque la prevención es la clave para que esas sonrisas infantiles se mantengan brillantes. En Cleardent creemos firmemente en la frase «más vale prevenir que curar»: un niño que aprende a cuidar sus dientes será un adulto que no sufra por ellos. ¡Tu hijo lo merece y sus dientecitos también!
En total son 20 dientes de leche: 10 en la parte superior y 10 en la parte inferior. Esto incluye 8 incisivos, 4 caninos y 8 molares. Los niños no tienen premolares (esas piezas aparecerán solo en la dentición adulta). Así que un niño con su dentadura temporal completa tendrá veinte piezas dentales en la boca.
Por lo general, entre los 6 y 10 meses de edad aparece el primer diente de leche. Suele ser uno de los incisivos centrales inferiores. Sin embargo, cada bebé tiene su ritmo: algunos empiezan hacia los 5 meses y otros pueden tardar hasta alrededor del año para ese primer diente. La mayoría de los bebés ya tiene al menos un dientecito al cumplir 1 año. Si a los 12-14 meses no ha salido ninguno, conviene consultar con el odontopediatra para evaluación, aunque no suele indicar ningún problema grave en la mayoría de los casos.
Empiezan a caerse alrededor de los 5-6 años de edad y este proceso se extiende hasta los 11-13 años aproximadamente. Los primeros en cambiarse suelen ser los incisivos centrales (inferiores y luego superiores), y después, progresivamente, el resto: incisivos laterales, primeros molares, caninos y segundos molares de leche al final. Para los 12 o 13 años, la mayoría de los niños ya tienen todos sus dientes permanentes (excepto las muelas del juicio, que llegan mucho después). Durante este periodo de recambio es normal que convivan dientes de leche con definitivos. Recuerda que además de los 20 que reemplazan a los de leche, saldrán 12 dientes permanentes “nuevos” (molares) que no sustituyen a ninguno de leche, completando la dentadura adulta.
Sí. Una caries en un diente de leche debe tratarse igual que en un permanente. Aunque el diente sea temporal, la infección puede avanzar y causar dolor, abscesos o dañar al diente definitivo que se está formando debajo. Además, una caries no tratada podría implicar extraer el diente de leche antes de tiempo, lo que puede generar problemas de espacio para los demás dientes. Por tanto, los empastes (obturaciones) u otros tratamientos (por ejemplo, pulpotomías, que son como “endodoncias infantiles”) son frecuentes y necesarios cuando un diente de leche tiene caries. En Cleardent, el odontopediatra te explicará la mejor opción; nuestro objetivo es conservar el diente de leche sano hasta que llegue el momento natural de su recambio.
La recomendación general es alrededor del primer año de vida, o cuando salga su primer diente, lo que ocurra primero. Una revisión temprana permite al especialista comprobar que todo va bien en la boca del bebé (por ejemplo, detectar anomalías en la erupción o malformaciones del frenillo, etc.), y te dará consejos muy útiles sobre higiene, uso de chupete, dieta, prevención de caries y trauma dental. Después de esa primera visita, se sugiere programar revisiones cada seis meses o al menos anuales. Esto no solo cuida la salud bucal, sino que acostumbra al niño al entorno del dentista, evitando miedos. En Cleardent, hacemos mucho énfasis en las primeras visitas “preventivas” y en crear un ambiente agradable para los más pequeños, con juegos y sonrisas, de forma que venir al dentista sea una experiencia positiva.
Aunque lo habitual es perder todos los dientes de leche en la infancia, sí, es posible que un adulto conserve un diente de leche. Esto sucede generalmente cuando no existe un diente permanente de reemplazo debajo; es decir, el diente definitivo nunca se formó (agenesia). En esos casos, el diente de leche no se cae y puede mantenerse en boca muchos años. Algunas personas llegan a la adultez con, por ejemplo, un colmillo de leche. Si está en buen estado y alineado, a veces se mantiene funcionando sin problema. Sin embargo, un diente de leche en adulto tiende a estar más desgastado o a quedar más bajo que los dientes vecinos con el paso de los años, y su esmalte más fino lo hace propenso a caries. Por ello, los dentistas evalúan si conviene dejarlo o reemplazarlo. En muchos casos se acaba extrayendo y colocando un implante dental o puente para reemplazarlo. Si eres adulto y aún tienes un diente de leche, mi consejo es: acude a una revisión para que un profesional valore su estado y te oriente sobre las opciones a largo plazo.
Lo ideal es dejar que el diente de leche se caiga de forma natural. Cuando una pieza está muy flojita, el mismo niño a veces la empuja con la lengua o la retuerce con los dedos, y terminará soltándose sin dolor (¡y con mínima sangre, apenas un poquito!). Forzar la extracción en casa no es recomendable, porque si tiras antes de tiempo puedes romper parte de la raíz o hacer daño en la encía. Ahora bien, si el diente está pendiendo de un hilo y al niño le molesta para comer, puedes ayudarlo: que muerda una gasa y tirar suavemente, pero solo si realmente está listo para salir. En caso de duda, mejor visita al dentista. En la clínica, quitar un diente de leche flojo es rápido y generalmente el niño ni se entera porque la raíz ya casi no existe. En Cleardent hacemos que ese momento sea positivo; por ejemplo, hemos llegado a “pedirle al niño que sople fuerte” y mágicamente el diente sale. ¡Diversión y alivio al mismo tiempo! Siempre prioriza la comodidad y seguridad del pequeño. Si no quiere que lo toquen, espera unos días y prueba de nuevo más adelante.
Los dientes de leche pueden ser pequeños, pero su papel en la salud bucodental es enorme. Saber cómo se les llama correctamente (dientes temporales o primarios) y entender su ciclo de vida te permite valorar su cuidado tanto como el de los dientes permanentes. Como has visto a lo largo de este artículo, mantener sanos estos primeros dientes sienta las bases de una sonrisa adulta alineada y fuerte. Desde mi experiencia personal y profesional en Cleardent, te animo a que cuides cada diente de tu hijo con dedicación: limpia, vigila, enseña y acude a revisión regularmente.
Cleardent está a tu lado en cada etapa, con un equipo cariñoso y especializado listo para resolver cualquier duda o problema, por pequeño que parezca. Porque nos apasiona ver crecer sonrisas seguras y saludables, desde ese primer diente de leche hasta la dentadura definitiva. ¡Aquí me tienes para acompañarte en ese hermoso viaje de cuidar la sonrisa de tus peques!
¡Gracias por leer hasta aquí! Espero que ahora tengas claro cómo se le llama a un diente de leche y mucho más. Si te ha resultado útil, no dudes en compartir esta información con otros papás y mamás. Y recuerda: cada diente de leche cuenta, ¡así que vamos a darles el mejor cuidado!



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