
Descubre cómo las familias numerosas pueden cuidar la salud dental infantil con organización, prevención y ayudas disponibles. Consejos prácticos para mantener sonrisas sanas en todos los hijos

¿Tu hijo necesita un aparato para corregir la mordida? Descubre qué tipos existen, cuándo se recomiendan y cómo funcionan en Clínicas Cleardent.

Hola, soy ortodoncista y también madre, así que entiendo perfectamente tu preocupación al notar que la mandíbula de tu hijo no encaja bien. A muchos padres les inquieta ver una mandíbula retraída o adelantada en niños y se preguntan si algún aparato dental para corregir la mandíbula podrá ayudar a tiempo. Quiero contarte, desde mi experiencia profesional y personal, qué causa estos problemas, cómo detectarlos pronto y qué tipos de aparatos dentales funcionales existen para corregir la mandíbula en los más pequeños. Mi objetivo es que al terminar de leer esta guía te sientas tranquilo/a, con la claridad de saber cuándo acudir al ortodoncista y cómo acompañar a tu hijo durante el tratamiento. ¡Vamos a ello!
¿Por qué algunos niños desarrollan una mala mordida o una mandíbula desalineada? Las causas pueden ser variadas, pero generalmente combinan factores genéticos y hábitos infantiles. Por un lado, la herencia juega un papel importante: si en la familia hay tendencia a la mandíbula pequeña (retrusión) o grande (protrusión), es posible que el niño la haya heredado. Por otro lado, ciertos hábitos en la infancia pueden desencadenar o agravar maloclusiones (problemas de mordida). Por ejemplo, chuparse el dedo más allá de los 2-3 años puede provocar que el maxilar superior se proyecte hacia adelante, generando una mandíbula superior prominente y mordida abierta (los dientes de arriba no tocan a los de abajo). Del mismo modo, la respiración por la boca en lugar de nasal, o el uso prolongado de chupete o biberón después de los 2 años, pueden alterar el desarrollo normal de los huesos faciales. Estos hábitos poco recomendables tienden a estrechar el paladar (paladar ojival) y descolocar la posición de la mandíbula, afectando la mordida del niño.
Entonces, ¿cómo saber si tu hijo necesita ortodoncia infantil (ortodoncia interceptiva) y cuándo acudir al ortodoncista? Los especialistas aconsejamos hacer una primera revisión con el ortodoncista alrededor de los 6 años de edad, incluso si aparentemente “todo va bien”. De hecho, según la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO), a los 6 años ya se puede detectar cualquier anomalía en crecimiento, ¡antes de que se convierta en un problema mayor!. En esta primera visita, el ortodoncista examinará la mordida, la posición de los dientes y el crecimiento de los huesos maxilares del niño. No esperes a la adolescencia para llevar a tu hijo al ortodoncista, pues la detección temprana hace que la solución sea mucho más sencilla.
Señales de alerta: Como padre, puedes observar algunas señales tempranas de que tu hijo podría necesitar un aparato para corregir la mandíbula. Por ejemplo, si notas que sus dientes superiores sobresalen mucho sobre los inferiores (lo que llamamos “sobremordida” o mandíbula inferior retruida), o al contrario, que los dientes inferiores muerden por delante de los superiores (lo que indica una mandíbula adelantada o prognatismo). También fíjate si hay mordida cruzada (cuando al cerrar la boca, algunos dientes de arriba encajan por dentro de los de abajo, generalmente por un paladar estrecho) o mordida abierta (queda un espacio entre los dientes anteriores al morder). Otra pista es el apiñamiento temprano: dientes de leche muy amontonados o mal colocados podrían indicar falta de espacio óseo. Cualquiera de estas señales justifica una evaluación ortodóncica temprana. Recuerda: llevar a tu hijo a revisión a los 6-7 años es la mejor forma de “interceptar” a tiempo cualquier problema y guiar el crecimiento de su mandíbula de forma correcta.
Las maloclusiones infantiles suelen deberse a una combinación de genética y hábitos, pero detectándolas pronto podemos corregirlas fácilmente mientras el niño está creciendo. A continuación, te explicaré los problemas mandibulares más comunes en niños y qué aparatos de ortodoncia infantil usamos para solucionarlos.
En la ortodoncia infantil vemos con frecuencia ciertos patrones de maloclusión relacionados con la posición de la mandíbula o el maxilar. Los principales problemas mandibulares en niños que requieren intervención temprana son:
Todos estos problemas deben tratarse idealmente entre los 6 y 12 años, mientras el niño está en crecimiento activoclinicaferrusbratos.com. Si no se corrigen a tiempo, pueden volverse más graves en la adolescencia y adultez, requiriendo tratamientos más invasivos o prolongados (en casos extremos, incluso cirugía ortognática en la edad adulta)clinicaferrusbratos.comcolgate.com. Por ejemplo, un paladar estrecho no expandido de niño necesitaría cirugía de expansión de adulto; una mandíbula retruida no tratada a tiempo quizás termine en una operación de mentón de mayor; y así sucesivamente. Además, estas maloclusiones sin tratar pueden afectar la vida diaria del niño: dificultades para masticar bien, problemas de pronunciación, respiración inadecuada y por supuesto impacto estético que puede minar su autoestima.
La buena noticia es que la ortodoncia infantil (ortodoncia interceptiva) está precisamente orientada a abordar estas alteraciones tempranas de forma sencilla y efectivaclinicaferrusbratos.com. Gracias a los aparatos dentales adecuados en la edad correcta, podemos guiar el crecimiento facial y evitar complicaciones mayores. A continuación te explico los distintos tipos de aparatos dentales para niños que empleamos para corregir la mandíbula, y en qué casos usamos cada uno.
En ortodoncia infantil disponemos de aparatos diseñados para modificar el crecimiento de los huesos maxilares y la mandíbula (lo que llamamos ortopedia dentofacial u ortodoncia interceptiva). Se pueden clasificar de varias formas, pero para simplificar los agruparé en: aparatos funcionales removibles, aparatos funcionales fijos, aparatos de expansión palatal y aparatos extraorales. Cada categoría tiene su función particular. Veamos uno por uno:
Son aparatos que el niño puede quitar y poner, normalmente usados durante varias horas al día y noche. Se les llama funcionales porque aprovechan la fuerza de los músculos y funciones orales del niño (al tragar, hablar, etc.) para estimular cambios en el huesomoonz.com. ¿Para qué sirven? Principalmente para corregir una mandíbula retruida (Clase II), promoviendo su crecimiento hacia adelante. También pueden ayudar a redirigir el crecimiento del maxilar superior si hace falta.
Un ejemplo clásico es el Bionator, un aparato funcional removible muy utilizado en ortodoncia interceptiva. ¿Cómo es un bionator? Tiene una estructura de acrílico que se apoya en el paladar y la mandíbula, con alambres que se ajustan alrededor de algunos dientesmoonz.com. Cuando el niño lo lleva puesto, el bionator mantiene la mandíbula inferior adelantada en una posición corregida. Este adelantamiento constante estimula el crecimiento del hueso mandibular en la articulación (cóndilo) y va corrigiendo poco a poco la discrepanciarbdental.es. El Bionator corrige maloclusiones Clase II de origen mandibular, es decir, cuando la mandíbula es más pequeña o está hacia atrás respecto al maxilarmoonz.com. Edad de uso: suele indicarse en niños en crecimiento activo, aproximadamente entre los 9 y 12 años, aprovechando el estirón puberal para modificar el huesomoonz.com. Por ejemplo, un niño de 10 años con mentón poco desarrollado puede llevar un bionator durante 1 a 2 años y lograr un perfil más armonioso al finalizar la pubertad.
Otros aparatos funcionales removibles incluyen el Twin Block (dos placas, superior e inferior, que encajan forzando la mandíbula hacia adelante) y los aparatos de Frankel, entre otros. Todos funcionan bajo el mismo principio: cambiar ligeramente la postura mandibular o maxilar del niño para que, al crecer, los huesos se desarrollen en mejor posición. Uso diario: Por lo general, estos aparatos se deben usar bastantes horas al día (mínimo unas 12-14 horas, idealmente incluso dormir con ellos)moonz.com. Al ser removibles, requieren de la colaboración del niño y constancia de los padres para que realmente cumplan las horas de uso. La ventaja es que son cómodos y se pueden retirar para comer o cepillarse. Al cabo de unos días el niño se adapta bien; suelen ser bastante indoloros, aunque al principio puede haber pequeñas molestias o dificultad para hablar claramente hasta acostumbrarse.
💡 Ejemplo práctico: Imagina que tu hija de 11 años tiene una mandíbula inferior pequeña y sus dientes de arriba están muy adelantados. El ortodoncista le indica un aparato funcional removible tipo twin-block. Al usarlo, su mandíbula estará algo adelantada todo el tiempo. Tras 12 meses de uso juicioso durante las noches y tardes, su mandíbula habrá crecido más hacia adelante de lo que lo hubiera hecho sin tratamiento. Así, se corrige el perfil y la mordida, evitando tener que extraer dientes o pensar en cirugías en el futuro. Además, gracias a esta ortopedia temprana, cuando sea adolescente posiblemente necesite brackets por menos tiempo o con menor complejidadmoonz.com (porque ya habremos resuelto el problema esquelético de base).
A veces preferimos aparatos funcionales fijos, es decir, que van anclados a los dientes y el niño no puede quitarlos. Son útiles especialmente en niños algo mayores o menos colaboradores, ya que actúan 24 horas al día sin depender de la voluntad del paciente. El ejemplo más conocido es el aparato de Herbst.
¿Qué es el aparato Herbst? Es un dispositivo ortodóncico fijo compuesto por unos tubos y barras metálicas articuladas que se conectan entre el maxilar superior y la mandíbula inferior. Va cementado a unas bandas en las muelas, de modo que esas barritas metálicas empujan la mandíbula inferior hacia adelante continuamente. El Herbst está diseñado específicamente para corregir la mandíbula retraída en maloclusión Clase II, estimulando su crecimiento hacia una posición adecuadajanerherraizortodoncia.com. Se coloca en pacientes en crecimiento (aprox. entre 9 y 14 años), aprovechando esa etapa para evitar tener que recurrir a cirugía ortognática más adelantejanerherraizortodoncia.com. Al mantener la mandíbula adelantada de forma fija, con el tiempo el hueso mandibular “se adapta” a la nueva posición y conseguimos mejorar el perfil facial del niñojanerherraizortodoncia.com.
El aparato de Herbst ofrece la ventaja de que no requiere cooperación activa del niño (¡no se lo puede quitar para jugar, siempre está funcionando!). Suele usarse alrededor de 12 meses y luego, una vez corregida la discrepancia mandibular, se retira para continuar con la siguiente fase del tratamiento (muchas veces, colocar brackets para alinear los dientes). La desventaja es que al inicio el niño puede sentirlo aparatoso: lleva unas barras en los laterales de la boca que limitan un poco el movimiento lateral de la mandíbula. Los primeros días puede haber leves roces o dificultad para comer alimentos muy duros, pero rápidamente se acostumbra. Es fundamental mantener una higiene meticulosa con el aparato de Herbst puesto, cepillando muy bien alrededor de las bandas y las articulaciones para prevenir placajanerherraizortodoncia.com.
Existen otros aparatos fijos funcionales similares al Herbst, como el propulsor MARA o los elásticos ortodónticos de uso intermaxilar (que no son un aparato en sí, sino ligas que conectan los maxilares dentro de la boca). El ortodoncista elegirá el dispositivo fijo más conveniente según la situación. En resumen, los aparatos funcionales fijos son grandes aliados para corregir mandíbulas pequeñas en niños en crecimiento, sobre todo cuando necesitamos un empujón constante y seguro. Muchos adolescentes prefiere esta opción, pues al ir escondida dentro de la boca no se ve casi nada externamente, a diferencia de algunos removibles.
Cuando el problema radica en un maxilar superior estrecho (paladar ojival) con mordida cruzada, utilizamos un disyuntor de paladar. También se le llama expansor palatino o aparatología de expansión rápida del maxilar. ¿Qué es y para qué sirve? Básicamente, es un pequeño aparato fijo que se ancla en las muelas superiores del niño y tiene un tornillo en el centro. Al ir activando ese tornillo diariamente (generalmente, los papás lo giran con una llavecita siguiendo instrucciones del ortodoncista), el aparato ejerce fuerza lateral y expande el paladar, ensanchando la arcada superiorrbdental.es.
El disyuntor se indica en niños con paladar demasiado estrecho o problemas de desarrollo transversal del maxilar. Causas comunes: a veces es genético, otras veces se debe a hábitos como la succión digital prolongada o la respiración oral que afectaron la forma del paladarrbdental.es. Si no se corrige, un paladar estrecho puede causar apiñamiento dental, mordidas cruzadas uni o bilaterales e incluso problemas respiratorios nasales (por menos espacio en las vías aéreas)rbdental.es.
¿Cómo funciona el expansor? Los primeros ~15 días son de activación activa: cada día se gira el tornillo y se va notando cómo el paladar se ensancha gradualmenterbdental.es. Es impresionante pero cierto: en apenas dos o tres semanas de activación logramos la expansión deseada (por eso se llama “expansión rápida”). Durante este periodo, es normal que aparezca un pequeño espacio entre los dientes frontales superiores; ¡no hay que alarmarse! Significa que el paladar se ha ensanchado tanto que los incisivos se separan ligeramente, pero después ese espacio se cerrará solo o con ayuda de la ortodoncia posteriorrbdental.es. Tras la fase activa, el aparato se deja puesto varios meses sin activarlo (fase de contención) para mantener el hueso expandido y permitir que se forme hueso nuevo en la sutura del paladar. En total, un expansor puede permanecer en boca alrededor de 6 meses (contando activación + retención).
¿Duele? La expansión palatal no es dolorosa, aunque los niños sienten presión en la zona de la nariz o paladar los minutos siguientes a cada activación. Esa presión cede rápido. Muchos padres me han dicho que esperaban que fuera peor, y se sorprenden de lo bien que lo llevan sus hijos. Lo importante es seguir las instrucciones: si el ortodoncista indica 1/4 de vuelta al día durante 14 días, hay que cumplirlo al pie de la letra. Y, por supuesto, mantener buena higiene alrededor del aparato (con enjuagues, irrigadores y cepillo especial) ya que el disyuntor tiene rinconcitos donde puede acumularse comida.
💡 Consecuencia de no expandir a tiempo: Si un niño con paladar muy estrecho no es tratado durante la infancia, en la adultez ese maxilar rígido solo podría ensancharse mediante una cirugía ortognática (sutura palatina)rbdental.es. Por eso insistimos en la ortodoncia interceptiva: expandiendo a los 7-10 años evitamos cirugías futuras y logramos que todos los dientes definitivos tengan su lugar adecuado.
Bajo este apartado incluyo dispositivos que se usan por fuera de la boca para influir en el crecimiento óseo. Pueden sonar un poco aparatosos, pero a veces son la mejor solución en ciertas edades. Los aparatos extraorales más comunes en ortodoncia infantil son:
En general, los aparatos extraorales se consideran parte de los aparatos removibles, solo que actúan por fuera. Unos (intraorales) guían los maxilares a mejor posición directamente dentro de la boca, otros (extraorales) frenan o estimulan el crecimiento óseo mediante tracción externagalvandentalkids.es. Ambos persiguen el mismo fin: armonizar el crecimiento facial. Su efectividad depende mucho de la constancia en el uso; requieren un gran compromiso por parte del niño y de los padres, pero cuando se usan correctamente pueden evitar cirugías y correcciones complejas en el futuro.
Por último, no podemos olvidar que, tras corregir las bases óseas, muchas veces necesitaremos alinear los dientes para lograr una oclusión perfecta. La ortodoncia correctiva con brackets es la misma que conocemos en adolescentes y adultos, pero adaptada a los niños si están en dentición mixta. Antiguamente, se esperaba a que todos los dientes permanentes estuvieran presentes para poner brackets. Hoy sabemos que se pueden colocar brackets incluso con algunos dientes de leche presentes, si el caso lo requiereclinicaferrusbratos.com. A veces usamos brackets parciales: por ejemplo, solo en los dientes frontales superiores para cerrar un diastema grande o corregir la posición de un colmillo que salió desviado, mientras aún hay muelas de leche atrás. Otras veces, tras la fase interceptiva, esperamos a que el niño recambie todos sus dientes y ya en la adolescencia colocamos una ortodoncia completa (brackets en ambas arcadas) para afinar los últimos detalles de alineación y mordida.
Tipos de brackets: En niños, solemos usar brackets metálicos tradicionales por su resistencia (¡además a muchos les divierte escoger el color de las ligas en cada cita!). No obstante, si el niño se muestra cohibido, existen también brackets estéticos de zafiro o incluso alineadores transparentes infantiles (Invisalign First para ciertos casos). La estética es secundaria a esta edad, pero es bueno saber que hay opciones más discretas. Mi consejo profesional: para ortodoncia infantil, prioriza eficacia y comodidad. Los brackets metálicos de toda la vida funcionan de maravilla y aguantan el ritmo de los peques. Más adelante, en la adolescencia, se pueden considerar sistemas más estéticos si hace falta (Invisalign Teen, etc.), pero durante la niñez la ortodoncia suele ser un proceso rápido y bien toleradoclinicaferrusbratos.comclinicaferrusbratos.com. De hecho, gracias a la fase interceptiva, muchas veces la fase de brackets es más corta de lo que sería sin el tratamiento tempranomoonz.com.
💡 Importante: No todos los niños requieren llevar brackets después de los aparatos funcionales. En casos leves, la intervención interceptiva soluciona completamente la maloclusión y el niño no necesita más que controles periódicos. En casos más complejos, sí será necesaria una segunda fase con aparatos fijos (brackets) en la pubertad para ajustar la alineación finalclinicaferrusbratos.com. Cada niño es único, por eso tras la fase I siempre re-evaluamos la situación. La clave es un buen diagnóstico inicial y plan a largo plazo: el ortodoncista te indicará si prevé uno o dos fases de tratamiento desde el principio.
Ahora que conoces los principales aparatos dentales para corregir la mandíbula en niños, seguro te surgen preguntas prácticas: ¿A qué edad exactamente empezar? ¿Cuánto duran estos tratamientos? ¿Son caros? ¿Les dolerá a los niños? Vamos a responder a todas esas dudas en el siguiente apartado.
¿Cuál es la edad ideal para empezar un tratamiento de ortodoncia infantil? Como mencioné antes, la primera valoración debería hacerse a los 6 años de edadclinicaferrusbratos.com. Esto no significa que todos los niños a esa edad necesiten aparatos; simplemente permite al especialista detectar a quién sí le beneficiaría intervenir temprano. Muchos niños con hábitos nocivos o con maloclusiones evidentes pueden comenzar aparatos interceptivos entre los 6 y 8 años (por ejemplo, expansores de paladar o máscara facial para clase III). Otros tratamientos, como los funcionales para mandibular retruida, suelen iniciarse un poco más tarde, entre los 9 y 12 años, coincidiendo con cambios dentarios y picos de crecimiento puberalmoonz.com. En general, entre los 6 y los 12 años es “la ventana de oro” para guiar el crecimiento de la mandíbula y maxilares. Fuera de ese rango, aún es posible corregir con ortodoncia (nunca es “tarde” para mejorar la sonrisa), pero ya no aprovecharemos tanto el crecimiento natural del niño.
Ejemplo de cronología de tratamiento: Imagina un niño de 7 años con paladar estrecho y mordida cruzada -> a los 7 le ponemos un expansor de paladar por 6 meses. A los 8 ya tiene el paladar correcto. Luego, a los 9-10 detectamos que su mandíbula inferior es algo retruida -> le colocamos un aparato funcional removible o fijo hasta los 11. Al terminar, su perfil mandibular está corregido. De los 12 a 13 esperamos el recambio completo de dientes y finalmente, a los 13-14, le ponemos brackets solo para alinear los dientes definitivos en la posición perfecta durante 1 añito. Hacia los 15 años ese adolescente ya tendrá una sonrisa estupenda y funcional, ¡y todo sin cirugía ni procedimientos agresivos! Cada caso variará, pero esta secuencia ilustra cómo los ortodoncistas escalonamos el tratamiento en fases según la edad ideal para cada cosa.
Duración del tratamiento: La duración depende del problema inicial y de la colaboración del paciente con su aparato. En términos generales, una fase de ortodoncia interceptiva suele durar entre 6 meses y 18 meses. Por ejemplo, un disyuntor palatino puede ser activo 2 semanas pero mantenerse 5-6 meses; un aparato funcional suele indicarse por ~12 meses de uso; un aparato Herbst suele llevarse 12-15 meses. Tras acabar la fase interceptiva, puede haber un periodo de descanso y observación (hasta que salgan más dientes permanentes). Si se requiere una fase correctiva con brackets, esta suele durar otro 1 a 2 años dependiendo de la complejidad del caso. Por suerte, como el problema óseo ya estará resuelto, la fase de brackets es normalmente más corta y sencilla de lo que hubiera sido sin la fase I. En total, sumando todo, algunos niños están en tratamiento intermitente desde los 7 hasta los 13 años aproximadamente (con sus descansos), mientras otros quizás solo usan un aparato un año y listo. Lo importante es que el ortodoncista planifique y explique las etapas, para que los padres sepan qué esperar.
¿Duele el tratamiento de ortodoncia infantil? Esta es una duda muy común. La respuesta honesta: no, la ortodoncia no provoca un “dolor” intenso, pero sí puede haber molestias leves transitorias. Los aparatos están hechos para ejercer fuerzas suaves y biológicas. Cuando ponemos un expansor o un aparato funcional, el niño puede sentir presión o un poco de tensión los primeros días, similar a la sensación de una caída de dientes flojos. Con los brackets, cada vez que activamos el arco o cambiamos ligaduras, es normal que los dientes estén sensibles uno o dos días. Muchos niños lo describen como “un poquito de dolor al morder cosas duras” ese día. Basta con darles alimentos blanditos y si estuvieran muy incómodos (casos raros) se podría dar un analgésico infantil suave. La gran ventaja de tratar niños es que se adaptan rapidísimo: en cuestión de días ya ni notan el aparato como algo extraño. Además, en mi experiencia, a los padres a veces nos inquieta más el tema del dolor que a los propios niños… ellos lo ven con más naturalidad. En cualquier caso, el ortodoncista tomará medidas para minimizar molestias: por ejemplo, colocando cera en los brackets o aparatos para que no rocen, y empezando con fuerzas ligeras.
¿Es cara la ortodoncia para niños? Dependerá del país, la ciudad y la clínica, pero te daré orientaciones generales. Paradójicamente, tratar temprano suele ser más económico que tratar de adulto, porque los problemas se resuelven con procedimientos sencillos. Por ejemplo, un aparato interceptivo básico en España puede costar en el rango de 800€ a 1500€ según el tipo y duración. De hecho, en ciudades como Madrid, un tratamiento de ortodoncia interceptiva parte desde unos 1.470 € en promedioclinicaferrusbratos.com. Si luego se necesita una fase con brackets, ese sería otro presupuesto, a veces similar (otros 1500-2500€, dependiendo de si son metálicos o estéticos, duración, etc.). Muchas clínicas ofrecen facilidades de pago mensual durante el tratamiento, lo cual lo hace llevadero.
Piensa que la ortodoncia infantil es una inversión en salud a largo plazo: al corregir pronto, quizá evitas gastos mayores en el futuro (cirugías, prótesis, ortodoncias complejas de adulto que pueden costar el doble). Además, al ser tratamientos por fases, los pagos también se suelen fraccionar por fases. Por ejemplo, se paga el aparato interceptivo en su momento, luego un descanso sin pagar nada, y más adelante el tratamiento de brackets aparte.
Un consejo: acude a una primera consulta, muchas suelen ser gratuitas o de bajo costo, donde te orientarán del plan y presupuesto en el caso específico de tu hijo. No te quedes con dudas por tema de dinero, porque la mayoría de clínicas de ortodoncia infantil entienden la importancia y ofrecen planes de financiamiento o descuentos familiares.
Cada niño afronta de forma distinta el hecho de llevar un aparato en la boca. Como padres, podemos hacer mucho para que la experiencia sea positiva. Aquí van consejos prácticos basados en mi experiencia:
En resumen, tu apoyo y colaboración son claves para el éxito de la ortodoncia de tu hijo. Cuando padres, hijo y ortodoncista trabajan en equipo, los resultados son espectaculares. Ahora, para terminar, responderé brevemente las preguntas frecuentes que suelen hacerme los padres en consulta, a modo de repaso.
¿Cuál es la edad ideal para comenzar el tratamiento de ortodoncia infantil?
Lo ideal es evaluar a tu hijo alrededor de los 6-7 años de edad. Si el ortodoncista detecta un problema esquelético (huesos), puede iniciar el tratamiento interceptivo de inmediato, incluso a los 6-8 años en casos como paladar estrecho o mandíbula adelantada. Otros problemas se abordan mejor más adelante (9-12 años para mandíbula retruida, por ejemplo). Cada caso tiene su momento óptimo, pero nunca esperes a la adolescencia para la primera revisión – a los 6-7 años ya conviene haber hecho al menos una visitaclinicaferrusbratos.com.
¿Duele usar aparatos dentales siendo niño?
En general no duele de forma intensa, aunque es normal sentir pequeñas molestias al inicio de cada fase. Los expansores dan sensación de presión en el paladar, los aparatos funcionales pueden causar leves roces los primeros días, y los brackets dejan los dientes algo sensibles tras cada ajuste. Son molestias manejables: suelen durar 48 horas y ceden con dieta blanda y algún analgésico infantil suave si hiciera falta. Los niños se adaptan rápidamente y después llevan su aparato con total normalidad, sin dolor.
¿Cuánto dura el tratamiento para corregir la mandíbula de mi hijo?
Depende del problema y de la cooperación del niño. Una fase interceptiva típica (por ejemplo, expansor o aparato funcional) suele durar entre 6 y 18 meses. Tras un descanso, podría requerirse una fase de brackets de 12 a 24 meses para alinear dientes. En total, todo el proceso desde la infancia hasta la sonrisa final en la adolescencia puede abarcar varios años, pero no estará todo ese tiempo con aparatos continuamente. Además, gracias a tratar temprano, se acortan las duraciones necesarias. El ortodoncista te dará un plan estimado; por ejemplo, “expansor 6 meses, luego esperamos un año, después funcional 1 año, y brackets finales 1 año”. Lo importante es acudir a las revisiones y seguir las indicaciones para no prolongarlo más de lo necesario.
¿Cuánto cuesta la ortodoncia infantil?
El costo varía según país y clínica. En términos generales, un aparato interceptivo (removible o expansor) puede costar del orden de 800 a 1500 € (en España, desde ~1470 € en Madrid para interceptiva básicaclinicaferrusbratos.com). Si se necesitan brackets después, habría un costo adicional similar o un poco mayor dependiendo del tipo de brackets. Muchas clínicas ofrecen precios cerrados por fase y facilidades de pago mensual. Aunque suponga un gasto, piensa que es una inversión en la salud bucodental de tu hijo: corregir un problema ahora suele ser más económico que esperar a que sea complejo de adulto. Mi recomendación es solicitar presupuesto personalizado; a veces los seguros dentales infantiles cubren parte, o existen planes de financiamiento.
¿Qué pasa si no trato a tiempo la mandíbula de mi hijo?
Si se deja pasar una maloclusión ósea grave, el problema suele agravarse con el crecimiento. Una mandíbula desalineada puede conducir a un desarrollo facial desequilibrado, problemas de masticación, desgastes dentales anómalos y hasta dificultades psicosociales (el niño se vuelve cohibido por su apariencia o dificultad al hablar). Además, al terminar el crecimiento, ciertas correcciones ya solo serían posibles con tratamientos más invasivos. Por ejemplo, una discrepancia severa de mandíbulas podría requerir cirugía ortognática en la adultez para solucionarse, algo que podría evitarse con ortopedia funcional a tiempojanerherraizortodoncia.com. Igualmente, un paladar estrecho no expandido implicaría extracciones dentales o cirugía más adelante. En pocas palabras: tratar a tiempo es más fácil, más rápido y evita riesgos futurosclinicaferrusbratos.com. Si tienes la sospecha de que tu hijo necesita ortodoncia, mejor evalúa ahora y no “a ver si mejora solo” – la gran mayoría de problemas no se corrigen espontáneamente, ¡pero sí con nuestra ayuda!



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