
Las aftas bucales, también conocidas como úlceras aftosas o estomatitis aftosa recurrente (EAR), son lesiones ulcerativas dolorosas de la mucosa oral que afectan aproximadamente al 20% de la población general. Se caracterizan por úlceras redondeadas u ovales con centro necrótico amarillo-grisáceo rodeado de un halo eritematoso bien definido. Aunque benignas y autolimitadas, las aftas causan dolor significativo que interfiere con funciones básicas como alimentación, deglución y habla.
Las aftas se distinguen de otras úlceras orales por su naturaleza recurrente, ausencia de vesículas precedentes (no son de origen viral), localización en mucosa no queratinizada móvil (mucosa labial, bucal, bordes linguales, paladar blando) y curso predecible de cicatrización sin tratamiento en 7-14 días sin dejar cicatriz en formas menores.
Representan el 80-85% de casos. Características:
Forma severa que representa 10-15% de casos:
Forma rara (5-10% de casos) que no tiene relación con herpes:
La etiología exacta permanece desconocida, pero se considera multifactorial con predisposición genética y diversos factores desencadenantes:
Predisposición familiar fuerte: 40% de pacientes tienen antecedentes familiares. Si ambos padres sufren aftas, el riesgo en hijos es 90%. Asociación con ciertos haplotipos HLA (HLA-B12, HLA-DR2, HLA-DRw10).
Trauma mecánico de mucosa oral por mordedura accidental, cepillado dental agresivo, aparatos ortodóncicos, prótesis mal ajustadas o alimentos duros puede precipitar brotes en individuos susceptibles.
Deficiencias de vitamina B12, ácido fólico, hierro y zinc se asocian con aftas recurrentes. La suplementación puede reducir frecuencia y severidad en pacientes deficientes.
Estrés psicológico, ansiedad y depresión correlacionan con brotes. Cambios hormonales durante ciclo menstrual (fase lútea) desencadenan aftas en algunas mujeres.
Ciertos alimentos pueden desencadenar episodios: chocolate, café, cacahuates, almendras, fresas, tomates, quesos, gluten en individuos sensibles. El lauril sulfato de sodio (detergente en pastas dentales) puede aumentar frecuencia.
Enfermedad celíaca: Las aftas recurrentes pueden ser manifestación oral única antes del diagnóstico. Mejoran con dieta libre de gluten.
Enfermedad inflamatoria intestinal: Enfermedad de Crohn (especialmente) y colitis ulcerosa se asocian con aftas orales en 10-20% de pacientes.
Enfermedad de Behçet: Síndrome de aftas orales + úlceras genitales + uveítis + manifestaciones sistémicas. Las aftas orales son el síntoma más constante.
Síndrome PFAPA: Fiebre periódica, aftas, faringitis y adenitis en niños.
Inmunodeficiencias: VIH/SIDA, neutropenia cíclica pueden cursar con aftas severas.
Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), beta-bloqueadores, nicorandil, alendronato y agentes quimioterápicos pueden inducir úlceras aftosas.
La patogénesis involucra disregulación inmunológica local caracterizada por:
El diagnóstico es primariamente clínico basado en características morfológicas, historia de recurrencia y ausencia de enfermedad sistémica subyacente.
Herpes simple recurrente intraoral: Vesículas precedentes, coalescentes en úlceras irregulares, afecta mucosa queratinizada (encía, paladar duro), distribución unilateral.
Liquen plano erosivo: Estrías blanquecinas reticulares (estrías de Wickham) periféricas, erosiones crónicas, distribución bilateral.
Pénfigo vulgar/penfigoide: Ampollas que dejan erosiones extensas, signo de Nikolsky positivo, afección de piel o múltiples mucosas.
Úlceras traumáticas: Historia clara de trauma, localización coincidente, resolución tras eliminación del agente causal, no recurrentes.
Carcinoma oral: Úlcera indurada, bordes elevados, base granular, no dolorosa inicialmente, no cicatriza, factor de riesgo (tabaco, alcohol).
Tuberculosis/sífilis/micosis: Úlceras atípicas, persistentes, indoloras, contexto epidemiológico.
En aftas típicas menores recurrentes sin datos de alarma, no se requieren estudios. Considerar investigación adicional si:
Estudios sugeridos:
No existe cura definitiva. El tratamiento es sintomático para reducir dolor, acelerar cicatrización y prolongar intervalos entre brotes.
Corticosteroides tópicos: Primera línea para aftas menores y moderadas.
Anestésicos tópicos: Alivio sintomático temporal.
Antisépticos: Reducen infección secundaria.
Agentes protectores:
Cauterización química: Nitrato de plata puede reducir dolor pero retrasa cicatrización. Uso limitado.
Reservado para aftas mayores, aftas menores muy frecuentes o enfermedad severa que no responde a terapia tópica.
Corticosteroides sistémicos:
Colchicina:
Dapsona:
Inmunosupresores: Para casos excepcionales severos refractarios.
Pentoxifilina:
Suplementación nutricional:
Láser de baja potencia: Acelera cicatrización y reduce dolor.
Probióticos: Lactobacillus brevis CD2 lozenges pueden reducir brotes.
Agentes biológicos: Inhibidores de TNF-α (infliximab, adalimumab) en enfermedad de Behçet con aftas orales severas.
Las aftas menores tienen excelente pronóstico con cicatrización completa sin secuelas. La mayoría de pacientes experimenta disminución espontánea de frecuencia y severidad después de los 30-40 años. Las aftas mayores pueden dejar cicatrices y causar impacto significativo en calidad de vida. El tratamiento apropiado y manejo de factores desencadenantes mejora sustancialmente el control de la enfermedad.
Revisado por: Dr. Ismael Cerezo Gilabert
Nº de Colegiado: 23001944
Última actualización: Octubre 2025

