
La acalasia cricofaríngea es un trastorno de la motilidad esofágica caracterizado por la falta de relajación o relajación incompleta del músculo cricofaríngeo (esfínter esofágico superior) durante la deglución. Este músculo, que normalmente se relaja de manera coordinada para permitir el paso del bolo alimenticio desde la faringe hacia el esófago cervical, permanece en estado de contracción persistente o no alcanza la relajación adecuada, generando obstrucción funcional al tránsito alimentario.
El músculo cricofaríngeo forma parte del esfínter esofágico superior (EES) y se localiza a nivel de las vértebras cervicales C5-C6, constituyendo la zona de transición entre faringe y esófago. Su disfunción provoca dificultad para la deglución (disfagia) y puede asociarse con complicaciones como desnutrición, deshidratación, neumonías por aspiración y deterioro significativo de la calidad de vida.
Aunque se describe en la literatura médica desde principios del siglo XX, la acalasia cricofaríngea sigue siendo una entidad clínica subdiagnosticada, particularmente en población geriátrica donde puede confundirse con cambios degenerativos normales asociados al envejecimiento.
El esfínter esofágico superior es una zona de alta presión localizada en la unión faringoesofágica, compuesta principalmente por el músculo cricofaríngeo, con contribución de fibras del músculo constrictor inferior de la faringe y fibras musculares esofágicas cervicales. Este complejo muscular mide aproximadamente 3-4 cm de longitud y mantiene una presión basal de 30-100 mmHg en reposo.
Durante la deglución normal, la secuencia neuromuscular coordinada incluye:
En la acalasia cricofaríngea, esta secuencia fisiológica se ve alterada. El mecanismo exacto permanece incompletamente comprendido, pero se postulan varios factores:
Denervación progresiva: Degeneración de las fibras nerviosas que inervan el músculo cricofaríngeo, particularmente ramas del nervio vago. Esta denervación resulta en fibrosis muscular y pérdida de la capacidad contráctil y relajante normal.
Alteración de la coordinación neuromuscular: Desincronización entre las fases de la deglución, donde el músculo cricofaríngeo no recibe señales apropiadas de relajación o estas señales no se procesan adecuadamente.
Cambios degenerativos: Sustitución progresiva del tejido muscular por tejido fibrótico, particularmente en pacientes de edad avanzada, resultando en pérdida de elasticidad y capacidad de relajación.
Alteraciones estructurales: Presencia de divertículo de Zenker (herniación mucosa faríngea posterior al cricofaríngeo), barra cricofaríngea prominente o hipertrofia del músculo.
Acalasia cricofaríngea idiopática: Representa la forma más frecuente. No se identifica causa subyacente específica. Predomina en pacientes mayores de 60 años y parece relacionarse con cambios degenerativos neuromusculares asociados al envejecimiento.
Divertículo de Zenker: Existe relación bidireccional. La acalasia puede preceder al desarrollo del divertículo (por presión aumentada en faringe distal) o el divertículo puede alterar secundariamente la función cricofaríngea.
Enfermedades neurológicas:
Miopatías:
Radioterapia cervical: La irradiación de cuello por tratamiento de cáncer laríngeo, faríngeo o tiroideo puede causar fibrosis del músculo cricofaríngeo y estructuras adyacentes, resultando en disfunción permanente.
Reflujo gastroesofágico: El reflujo ácido crónico puede inducir cambios inflamatorios y espasmo reactivo del esfínter esofágico superior como mecanismo protector que eventualmente se vuelve patológico.
Causas iatrogénicas: Cirugía cervical previa, intubación prolongada o traumatismo cervical pueden lesionar estructuras neuromusculares de la región.
Disfagia orofaríngea: Constituye el síntoma principal. El paciente experimenta dificultad para iniciar la deglución, con sensación de que el alimento se «atasca» en la garganta o cuello alto. Característicamente, la disfagia se presenta tanto para sólidos como para líquidos desde el inicio, a diferencia de la disfagia esofágica que típicamente inicia con sólidos.
Regurgitación nasal: Los líquidos pueden refluir hacia nasofaringe durante la deglución por incompetencia velofaríngea secundaria o por acumulación en faringe.
Tos durante la deglución: Resultado de aspiración de contenido alimentario hacia vía aérea por incompetencia de mecanismos protectores glóticos o por desbordamiento faríngeo.
Sensación de globus faríngeo: Percepción persistente de cuerpo extraño o nudo en garganta, incluso entre episodios de alimentación.
Cambios en la voz: Puede desarrollarse voz húmeda o gorgoteante por acumulación de secreciones en faringe. La voz nasal sugiere incompetencia velofaríngea.
Pérdida de peso: Consecuencia de la ingesta calórica reducida por temor a síntomas durante la alimentación. En casos severos, puede resultar en desnutrición significativa.
Neumonía recurrente: Las aspiraciones repetidas de material alimentario o saliva contaminada predisponen a infecciones pulmonares recurrentes, particularmente en pacientes geriátricos o con movilidad reducida.
Deshidratación: La disfagia para líquidos compromete la hidratación adecuada, siendo especialmente preocupante en población anciana.
Sialorrea: Acumulación excesiva de saliva en cavidad oral por dificultad para deglutir incluso la saliva.
La anamnesis detallada debe incluir:
El examen físico evalúa:
Videofluoroscopia de deglución (estudio con bario modificado): Constituye el estudio gold standard para evaluación funcional de la deglución. Permite visualización en tiempo real de todas las fases de la deglución, identificando:
Manometría esofágica de alta resolución: Proporciona medición objetiva de presiones en esfínter esofágico superior. Hallazgos característicos incluyen:
Endoscopia flexible con evaluación de deglución (FEES): Examen endoscópico transnasalque permite visualización directa de faringe y laringe antes, durante y después de la deglución. Ventajas incluyen evaluación directa de anatomía, manejo de secreciones y riesgo de aspiración sin exposición radiológica.
Tomografía computarizada o resonancia magnética cervical: Indicadas cuando se sospecha lesión estructural (tumor, compresión extrínseca) o para planificación quirúrgica.
Electromiografía: Puede demostrar denervación o cambios miopáticos en musculatura faringolaríngea cuando se sospecha etiología neuromuscular.
Disfagia esofágica: Se diferencia por localización más baja de síntomas (retroesternal), inicio con sólidos progresando a líquidos, y ausencia de regurgitación nasal o aspiración.
Divertículo de Zenker: Frecuentemente coexiste con acalasia cricofaríngea. Se caracteriza por halitosis, regurgitación de alimentos no digeridos horas después de comer, y masa cervical palpable.
Tumores faríngeos o esofágicos: La disfagia progresiva con pérdida de peso rápida sugiere malignidad. La endoscopia directa es diagnóstica.
Xerostomía: La sequedad oral severa puede simular disfagia, pero no presenta alteraciones manométricas o videofluoroscópicas.
Globus histérico (globus faríngeo funcional): Sensación de cuerpo extraño faríngeo sin alteraciones anatómicas o funcionales en estudios. Típicamente mejora durante la alimentación, lo opuesto a acalasia cricofaríngea.
Esofagitis eosinofílica: Puede causar disfagia intermitente con impactación alimentaria, pero la endoscopia revela hallazgos característicos (anillos, surcos longitudinales).
Modificaciones dietéticas: Constituyen la primera línea de intervención. Recomendaciones incluyen:
Maniobras compensatorias: Técnicas que mejoran eficacia y seguridad de la deglución:
Rehabilitación de deglución: Terapia con fonoaudiólogo especializado que incluye:
Tratamiento de causas subyacentes: Optimización de tratamiento de enfermedades neurológicas, control de reflujo gastroesofágico, manejo de xerostomía.
Dilatación con balón: Procedimiento donde un balón se introduce a través de esófago y se infla a nivel del esfínter esofágico superior, generando estiramiento y ruptura parcial de fibras del cricofaríngeo. Técnica:
Inyección de toxina botulínica: Neurotoxina que induce parálisis química temporal del músculo cricofaríngeo al bloquear liberación de acetilcolina en unión neuromuscular. Procedimiento:
Miotomía cricofaríngea: Procedimiento quirúrgico gold standard que consiste en sección completa de fibras del músculo cricofaríngeo, eliminando la obstrucción mecánica.
Técnica quirúrgica:
Indicaciones:
Resultados:
Miotomía endoscópica: Técnicas mínimamente invasivas mediante endoscopia flexible o rígida con sección del cricofaríngeo usando láser, electrocauterio o bisturí armónico. Ventajas incluyen menor tiempo quirúrgico y recuperación más rápida, aunque con mayor riesgo de perforación que abordaje abierto.
En casos severos con desnutrición significativa o imposibilidad de alimentación oral segura, puede requerirse:
Desnutrición y caquexia: La ingesta oral inadecuada prolongada conduce a déficit calórico-proteico progresivo con pérdida de masa muscular y deterioro funcional generalizado.
Deshidratación crónica: Particularmente problemática en ancianos, puede precipitar delirium, insuficiencia renal aguda o desequilibrios electrolíticos.
Neumonía por aspiración: Complicación potencialmente fatal. Las aspiraciones recurrentes causan inflamación pulmonar crónica y mayor susceptibilidad a infecciones bacterianas. La mortalidad por neumonía aspirativa en población geriátrica alcanza 20-30%.
Absceso pulmonar: Complicación de neumonía aspirativa cuando material infectado causa necrosis tisular pulmonar localizada.
Aislamiento social: El temor a síntomas durante comidas lleva a evitación de situaciones sociales que involucran alimentación, causando aislamiento progresivo y deterioro de calidad de vida.
Dilatación endoscópica: Perforación faringoesofágica (1-2%), mediastinitis, sangrado, dolor cervical transitorio.
Miotomía quirúrgica: Fístula faringoesofágica (1-3%), infección de herida, lesión del nervio laríngeo recurrente con disfonía permanente (<1%), enfisema subcutáneo.
Toxina botulínica: Disfagia transitoria paradójica por debilidad excesiva, aspiración aumentada temporalmente, reacciones alérgicas (extremadamente raras).
El pronóstico de la acalasia cricofaríngea depende múltiples factores:
Causa subyacente: Las formas idiopáticas responden mejor a tratamiento que aquellas secundarias a enfermedades neurológicas progresivas. En ACV, la recuperación puede ser espontánea en 30-40% de casos en 3-6 meses.
Edad del paciente: Pacientes jóvenes con mejor reserva fisiológica tienen mejor pronóstico funcional y recuperación post-tratamiento.
Estado funcional basal: Pacientes con múltiples comorbilidades, fragilidad o dependencia funcional tienen mayor riesgo de complicaciones y peor pronóstico.
Oportunidad de diagnóstico: El diagnóstico temprano y tratamiento oportuno previenen complicaciones irreversibles como desnutrición severa o daño pulmonar crónico por aspiraciones.
Con tratamiento apropiado (dilatación, toxina botulínica o miotomía), 70-90% de pacientes experimentan mejoría significativa de síntomas. La miotomía quirúrgica ofrece los mejores resultados a largo plazo con tasas de éxito sostenido de 80-95% a 5 años.
No existen medidas específicas de prevención primaria para la acalasia cricofaríngea idiopática. Sin embargo, pueden implementarse estrategias de prevención secundaria y terciaria:
Detección temprana: Screening de disfagia en poblaciones de riesgo (ancianos, pacientes neurológicos, post-radioterapia cervical) mediante cuestionarios validados.
Manejo óptimo de condiciones subyacentes: Control adecuado de enfermedad de Parkinson, ACV, reflujo gastroesofágico y otras patologías asociadas.
Técnicas de alimentación segura: Educación a pacientes y cuidadores sobre modificaciones dietéticas y maniobras compensatorias para minimizar riesgo de aspiración.
Rehabilitación precoz: Inicio temprano de terapia de deglución tras eventos neurológicos puede prevenir complicaciones y facilitar recuperación funcional.
Seguimiento regular: Evaluaciones periódicas permiten ajuste de tratamiento según evolución y prevención de complicaciones nutricionales o respiratorias.
Revisado por: Dr. Ismael Cerezo Gilabert
Nº de Colegiado: 23001944
Última actualización: Octubre 2025


