El injerto de hueso dental es un procedimiento utilizado para aumentar la cantidad y calidad ósea en el maxilar o la mandíbula con el fin de facilitar la colocación de implantes dentales. Durante la intervención se utiliza anestesia local y, en algunos casos, sedación consciente para garantizar la comodidad del paciente. El injerto estimula la regeneración ósea y es fundamental para el éxito a largo plazo de la cirugía de implantes.