- Cepillado de dientes, a poder ser después de cada comida, (desayuno, comida y cena), o como mínimo 2 veces al día, esencialmente por la mañana y por la noche. El cepillado más importante es el que realizamos tras la cena, antes de ir a dormir, ya que la boca se va a encontrar en unas condiciones muy favorables para que las bacterias se alimenten de restos alimenticios durante toda la noche. Durante la noche también solemos tener algo de sequedad bucal, lo cual reduce el pH de la saliva y expone al diente a ser agredido por los microorganismos, que trabajan muy bien con pH ácido, ya que el ácido desmineraliza el tejido dental. Lo importante de un buen cepillado no radica en si es un cepillo manual o eléctrico sino en la técnica que utilicemos. El objetivo del cepillado es pasar por todas las superficies de cada uno de los dientes, tanto los superiores como los inferiores, por delante y por detrás. Procurando no ejercer excesiva fuerza para no desgastar los dientes ni dañar la encía.
- La pasta dentífrica. Realmente no es necesaria una gran cantidad de pasta dental. Poniendo pasta dentífrica en cantidad a lo que equivaldría al tamaño de un guisante es más que suficiente, esto es gracias a los compuestos que lleva en su interior que hacen que se produzca espuma. Tras colocar la pasta sobre las cerdas del cepillo, pasamos un poco de agua por encima y una vez empezamos a frotar contra los dientes, se produce espuma, lo cual hace que su volumen aumente.
- Hilo o seda dental. Es muy sencillo, barato y rápido de usar y nos aporta muchos beneficios ya que retira muchos restos de alimentos que con el cepillo no alcanzamos ya que entre diente y diente el espacio es muy estrecho. Las zonas entre diente y diente son muy susceptibles a generar caries debido a que es un espacio oscuro, húmedo y que se mantiene en condiciones muy favorables para las bacterias.
- Cepillos interproximales. Se utilizan para pasarlos entre diente y diente. Existen de varios tamaños y adaptados a cada caso, por ejemplo, si es un paciente con enfermedad periodontal (piorrea), hay cepillos específicos, lo mismo si es un paciente que lleva ortodoncia fija (brackets), también son muy útiles para aquellas personas portadoras de puentes, prótesis fija…En general son muy útiles para higienizar aquellas zonas de difícil acceso con un cepillo convencional.
- Irrigadores bucales. Son dispositivos que eyectan un chorro delgado de agua a presión. Son muy fáciles de usar y tiene la capacidad de estimular los tejidos y eliminar partículas de alimentos, pero no quita las acumulaciones grandes de sarro.
En cualquiera de los casos siempre debe existir un buen cepillado de base y luego podemos complementar la higiene con los elementos antes explicados (hilo dental, cepillo interproximal, irrigador bucal…). Es decir, por ejemplo, nunca usaremos solo el irrigador bucal para limpiar los dientes, debemos cepillar los dientes y luego rematar con el irrigador.
Tratamientos preventivos en niños y adultos
- Limpiezas rutinarias con cepillo de profilaxis profesional. Una higiene cada 6-12 meses, dependiendo de las recomendaciones del dentista. Elimina el sarro y deja las superficies dentarias libres de placa bacteriana.
- Flúor de aplicación profesional. El flúor es un elemento químico que se encuentra en la naturaleza en combinación de otros elementos. Se coloca en formato gel o barniz y favorece la remineralización de los dientes. El flúor en estos formatos no está hecho para ser ingerido debido a sus altas concentraciones.
- Selladores de puntos, fosas y fisuras. Se basa en colocar una resina fluida sobre las concavidades más acentuadas del diente (llamadas puntos, fosas y fisuras), para evitar que ahí se asienten bacterias. este tratamiento se suele hacer en niños.
- Restauración preventiva de resina. Este tratamiento se puede realizar tanto en dientes de leche como en dientes definitivos. Se hace cuando ya hay una lesión de caries muy pequeña. Es una terapia sencilla y breve en la que se elimina la pequeña caries en cuestión y luego se rellenan con resina las fosas y fisuras.
Las lesiones de caries se localizan con mucha frecuencia en fosas y fisuras de molares y premolares. Esto se debe a que son zonas retentivas donde se asientan las bacterias y éstas no pueden ser removidas por las técnicas de autolimpieza (el cepillado habitual de dientes). La forma que tienen estas fisuras favorece inicio de una lesión cariosa en el diente.
- Mantenedores de espacio. Se usan en niños cuando se les están cayendo los dientes antes de tiempo debido a un golpe a una caries o cualquier otra razón. Se colocan en el espacio que ha dejado el diente para que los dientes vecinos no invadan esa zona y así pueda emerger el diente permanente en su posición adecuada. El mantenedor de espacio es enormemente útil y ayuda a prevenir apiñamientos y hace que los tratamientos ortodóncicos duren menos tiempo y sean más sencillos.
- Protectores bucales. El odontólogo se encarga de tomar impresiones para tener un modelo de yeso de la boca del paciente para luego realizarle una funda a medida para los dientes. El protector bucal es para las personas que hacen deportes de contacto y sirve para prevenir lesiones en caso de golpes, rozaduras, etc. el protector bucal no solo protege los dientes, sino también el hueso que sostiene los dientes, las encías, la lengua y la articulación témporomandibular, ya que este dispositivo amortigua los golpes de forma que la fuerza se reparte.
Dieta y nutrición
La alimentación es la base de nuestra salud. Esto es algo que día a día va cogiendo más importancia en nuestros días, puesto que nos estamos dando cuenta de las mejoras que aportan a nuestras vidas una buena alimentación. Es evidente que tener un cuerpo saludable en general, afecta directamente en la cavidad oral. No se puede querer una boca sana y descuidar la nutrición.
La caries se relaciona muy fuertemente con los alimentos que consumimos. De manera que hemos de evitar azúcares refinados, hidratos de carbono fermentados, bebidas carbonatadas, alimentos procesados dulces y pegajosos, la bollería industrial, el exceso de ácido, etc.
También es importante evitar picotear alimentos cariogénicos (que producen caries) entre horas. A mayor frecuencia más riesgo existe de tener caries.
Es preferible utilizar edulcorantes que no sean el azúcar de caña. Sacarina, xilitol y estevia son algunos ejemplos.
Se ha visto que una de las mejores alimentaciones a seguir es la dieta Mediterránea, muy fácil y al abasto para nosotros. Se trata de una dieta variada y equilibrada, que además combina la toma de mucha agua con la práctica de ejercicio de forma regular. Llevar una vida sana y activa reduce los niveles de estrés, el cual es un condicionante emocional que nos debilita el sistema de defensas y nos hace más susceptibles a cualquier enfermedad, incluida la gingivitis, la caries, etc.
Tabaco
El tabaquismo es un grave problema de salud pública en todo el mundo. Los porcentajes de personas fumadoras no disminuye, en parte, porque cada vez son más las mujeres que se suman a éste hábito. Además de que el ritmo de vida actual es tan acelerado que las personas lo apaciguan con el hábito tabáquico y les es muy difícil abandonarlo. El odontólogo conoce muy bien los efectos del tabaco a nivel general y específicamente a nivel oral. El tabaco, junto con el alcohol, se vinculan con el cáncer oral. Tan solo este dato es suficiente para plantearse el dejar de fumar. Existen muchas técnicas para llevarlo a cabo, según cada caso, el dentista puede recomendarle un método u otro. Asimismo encontramos sustitutos temporales del tabaco que ayudan al abandono del mismo.
El tabaco, como ya se ha visto en otros artículos de Cleardent, es altamente dañino a nivel oral y además empeora los resultados de la mayoría de tratamientos dentales. De manera que el consumo de tabaco resulta contraproducente y abandonarlo solo aporta beneficios.
Cáncer bucal
Es fundamental detectarlo lo antes posible. El dentista es el profesional de la salud que más a fondo inspecciona la boca, con lo que es la persona que puede identificarlo con más posibilidades. De ahí la importancia de consultar al odontólogo para hacer chequeos rutinario y no esperar a padecer fuertes dolores para acudir a él. Entre los signos que deben de llamarnos la atención, se encuentran: heridas que no se curan a pesar de que pasen los días, úlceras que después de dos semanas aún no se han cicatrizado, sangrados en boca que no se sabe de dónde viene, bultos, inflamaciones, tumoraciones, problemas al abrir y cerrar la boca como bloqueos o que la mandíbula se queda encallada, asimetrías orales y/o faciales, dolor, pérdida de sensibilidad, endurecimiento de la lengua…
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